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Antropología sociocultural: Una visión general (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Materialismo cultural

Marvin Harris

Diferenciaba las perspectivas EMIC y ETIC y
apostaba por esta última como garante para un
análisis objetivo. Su interés mayor descansaba en
identificar rasgos culturales específicos y
consideraba fundamentales el estudio de los procesos de
producción y reproducción de la vida material
para la investigación antropológica.

Tendencias contemporáneas

A partir de los años 60 la antropología
presentó un complejo desarrollo que acentuó su
carácter multiparadigmático. A partir de una
fuerte crítica ideológica, el fin de la
situación colonial y la liquidación del
“mundo primitivo”, la antropología se
replegó sobre sí misma y sobre las realidades
específicas del mundo moderno. La nueva
“antropología de lo cercano” tomó
como dirección central lo simbólico y la
significación (antropología simbólica,
fenomenológica, interpretativa y postmoderna). Dentro
de la antropología simbólica desarrollada en
Inglaterra se destacaron V. Turner, M. Douglas y M.
Sahlins. A pesar de la gran importancia de esta escuela, el
punto de inflexión lo marcó la obra del Geertz,
quien provocó que muchos antropólogos se
volvieran hacia la producción metaetnografía, la
teoría social o experimentaran nuevos temas o campos
cercanos a otras ciencias sociales.

Victor Turner

Practicó la antropología simbólica,
se destacan sus estudios sobre el ritual y la vida mental
de muchas culturas. Los significados rituales son
códigos de significados sociales y tienen gran
influencia en la mente. Explicó el rito de paso: (i)
separación del status social previo; (ii) limen y
(iii) reagrupación en el nuevo status. La estructura
social parte de disposiciones modeladas. La sociedad es una
combinación de las estructuras sociales y la
communitas (ideológico).

Marshall D. Sahlins

Cree que la evolución es diversidad y
progreso. Defiende la evolución universal como la
relación entre las culturas existentes y las etapas
evolutivas. Existe por tanto una evolución
específica, como la adaptación de una cultura
general a su entorno, y una evolución general,
identificada con la idea de progreso, con el tránsito
de una sociedad específica hacia una sociedad más
avanzada.

Clifford Geertz

Se caracteriza por su “descripción
densa”. Cree que cada cultura ha de entenderse en sus
propios términos (ETIC), y se nos revelan capa a capa,
estableciendo un paralelismo entre antropología y
arqueología. Adopta definitivamente una
concepción semiótica de la cultura y
defendió el conocimiento de lo social a través de
la hermenéutica, la fenomenología, la
semiótica y la crítica literaria.

Tema 3 –
Antropología aplicada

9. ¿Por qué surge la antropología
aplicada?

Surge de la necesidad de involucrarse directamente en
los procesos de transformación social, de “resolver
problemas” o responder a las necesidades de una comunidad.
La antropología aplicada es necesaria para la
elaboración de una estrategia de intervención que
deberá ser puesta en práctica por los agentes de
cambio. La misma se basa en determinados modelos conceptuales
antropológicos.

10. ¿Qué es la antropología
aplicada?

La antropología aplicada se refiere al uso de
la ciencia antropológica para resolver problemas
prácticos, ya sea suministrando información,
proponiendo planes de acción o involucrándose en la
acción directa (…) La antropología aplicada entra
dentro de dos categorías, la investigación aplicada y
la intervención aplicada. Gran parte de la primera responde
a razones de política social (…) suele llevarse a cabo
bajo rúbricas de “evaluación del impacto
social”, “valoración de los recursos
culturales” o “análisis de desarrollo
tecnológico”. Las prácticas de intervención
se centran casi siempre en comunidades no en individuos.
Pretenden (1) identificar la percepción de las necesidades
por parte de la comunidad como una parte importante del proceso
de diseño de programas; y (2) fomentar el desarrollo de
organizaciones autorizadas en las comunidades.

La antropología aplicada utiliza mucho más
los métodos cuantitativos, especialmente los análisis
formales y estadísticos, que el resto de los
antropólogos
(Basail).

11. ¿Qué importancia tienen los
estudios antropológicos aplicados? Argumente la
relación entre la antropología, desarrollo y la praxis
social.

Su importancia está dada por la necesidad de
acercar el análisis antropológico al diseño,
ejecución y evaluación de políticas sociales y
proyectos comunitarios y de desarrollo. Estos intentos
planificados de transformación social necesitan de la mirada
antropológica pues la adecuación cultural de un
proyecto de desarrollo es una variable crucial que suele tener
una incidencia directa sobre su éxito o fracaso.
La
antropología aplicada permite una dimensión más
participativa y más respetuosa con las culturas locales y
permite distanciarnos de enfoques etnocentristas que subestiman
la capacidad de los actores locales en la identificación y
evaluación de sus problemas, así como de sus
potencialidades como los principales agentes del cambio. De
lo que se trata es de descubrir las especificidades y
potencialidades de cada hombre o grupo social y trazar
estrategias que promuevan lo nuevo y a la vez devuelvan vitalidad
como actores de procesos de cambio
, dónde sean los
mismos grupos sociales quienes decidan qué conservar y
qué modificar.

12. Identificar los problemas más
significativos de la antropología
aplicada

Riesgos de vehicular:

Negación de la alteridad

Práctica y justificación del etnocentrismo

Relativismo a ultranza

Intervención para la dominación y no para la
liberación de los seres humanos

Tema 4 – Las
antropologías especiales

Antropología urbana. Antropología médica.
Antropología de la religión. Antropología del
turismo. Problemas centrales: transculturación,
y pobreza, raza y racismo, tradición y “cultura
popular”.

13. ¿Por qué las ciudades constituyen
un objeto de estudio para la
antropología?

La antropología urbana examina la
organización social de la urbe considerando las clases de
relación y modelo de vida sociales propios de las ciudades y
comparando sus diferentes contextos culturales e
históricos.
Surge alrededor de 1950 –
60 y se centra en el estudio de las poblaciones urbanas, cuyo
desarrollo acelerado en el capitalismo obliga a los
antropólogos a hacer de las ciudades centro de sus estudios,
sobre todo como el contexto en que se verifican un conjunto de
prácticas y relaciones sociales que distinguen las culturas
urbanas. La antropología urbana analiza los problemas
característicos de las grandes ciudades: crimen, pobreza,
hipercrecimiento urbano, emigración rural, naturaleza de los
movimientos sindicales, los impactos de los diseños
arquitectónicos, etc.

14. ¿Por qué la religión
constituye un objeto de estudio de la antropología? Resume
algunos de los principales aportes de la antropología de la
religión en la bibliografía
orientada.

Según David Parkin, el enfoque antropológico
de la religión responde a dos tradiciones predominantes: la
intelectualista y la simbolista. La primera, de Tylor, asume que
la religión es un sistema explicativo mientras la segunda,
derivada de Durkheim, considera la religión como marco de
declaraciones simbólicas sobre el orden social, no como
credo explicativo.

La definición intelectualista de Tylor nació
de su teoría de la evolución cultural y del desarrollo
de la razón humana. Vio la magia, la ciencia y la
religión como manifestaciones del intelecto humano y, aunque
diferentes entre sí, de coexistencia igual de probable en
todas las culturas humanas.

Por su parte, Durkheim defendía la idea de que la
religión tenía sus bases en un grupo social, no en las
psiques individuales. Según él, divinidad y sociedad
eran la misma cosa y lo social determinaba lo
religioso.

Los intentos de definir la religión identifican que
esta contiene la preocupación por distinguir entre lo
sagrado y lo profano, y tiene sacerdotes, mitología,
escrituras, posibilidades de existencia ultramundana,
prácticas rituales, preceptos basados en una fe
empíricamente indemostrable, y código ético y
sanciones sobrenaturales para sus transgresores
. Más
allá de la posibilidad real de una definición concreta
de religión, lo que puede afirmarse razonablemente es
que todos los pueblos, han estado dispuestos a actuar, conforme a
creencias culturalmente preescritas y que se consideran motivadas
por fuerzas que pueden ser impersonales o personificadas,
más allá de las sustentadas por el común de los
mortales
. Es entonces que comprendemos porque la
religión constituye objeto de estudio de la
antropología. Su papel central en las sociedades humanas, en
la construcción de sentidos de los actos individuales y
colectivos, su centralidad en la construcción cultural de
los diversos pueblos a través de la historia y en todas las
geografías, hacen de la religión uno de los temas
centrales para la investigación
antropológica.

Los sistemas religiosos de las sociedades
cazadoras-recolectoras pueden ser muy complejos en relación
con el mundo sobrenatural, las fuerzas de la naturaleza y el
comportamiento de los espíritus y los dioses. Estas
sociedades pequeñas, relativamente igualitarias, suelen
carecer de los recursos necesarios para mantener una clase
sacerdotal. Sin embargo, todos los grupos humanos, ya sean
grandes o pequeños, poseen en un momento determinado de su
evolución algún tipo de especialización similar a
los chamanes o curanderos, hombres o mujeres de quienes se cree
mantienen contacto directo con los seres y fuerzas
sobrenaturales, y que reciben poderes especiales para solucionar
problemas como las enfermedades. El chamán es muchas veces
la única persona con un papel religioso especializado en
este tipo de sociedades.

Por ejemplo, en las sociedades pequeñas que
practican la agricultura, los sistemas religiosos comunales
implican al pueblo en prácticas rituales complejas, y con
frecuencia se produce una rotación de las responsabilidades
sacerdotales. Cuando los grupos de parentesco constituyen los
elementos principales de la solidaridad social, las ceremonias
religiosas tienen como centro la familia y el
parentesco.

El auge de los sistemas sociales centralizados, con
un sistema de clases estratificado, casi siempre ha ido
acompañado del desarrollo de los sistemas religiosos que
implicaban la existencia de sacerdotes dedicados únicamente
a las funciones religiosas, rituales para toda la población
y una mayor tendencia a legislar tanto en el plano moral como
político. Estos sistemas religiosos casi nunca eliminaban
las prácticas del chamanismo individualizado (sobre todo
para curar las enfermedades).

Las pruebas arqueológicas de las primeras
ciudades-estado corroboran los estrechos vínculos que
existían entre los dirigentes religiosos y los dirigentes
comerciales y políticos, poniendo de relieve el aspecto
conservador de la religión. Por otro lado, los movimientos
de reforma social radical han sido religiosos y en las sociedades
con niveles cambiantes de desarrollo tecnológico aparecen
con regularidad nuevas formas religiosas. Por tanto, la
religión unas veces está al servicio de la
situación establecida y otras actúa como fuerza de un
cambio radical.
(Encarta 2008).

15. Exponga la importancia de la antropología de
la salud.

La antropología médica estudia los
problemas de salud humanos y los sistemas terapéuticos en
sus contextos sociales y culturales más amplios (…)
atiende tanto la investigación básica de la salud y los
sistemas de curación como a la ciencia aplicada con miras a
la mejora del cuidado terapéutico en ambientes clínicos
o en programas de salud pública de prevención y control
de la enfermedad.

Existen cinco enfoques básicos: biomédico,
etnomédico, ecológico, crítico y aplicado, los que
comparten tres premisas fundamentales. Estas premisas dan
respuesta a la pregunta antes formulada, sobre la importancia de
la antropología de la salud.

  1. La enfermedad y la curación son
    fundamentales en la experiencia humana y se comprenden mejor
    holísticamente en contexto con la biología humana y
    la diversidad cultural.
  2. La enfermedad representa un aspecto del entorno
    que sufre la influencia del comportamiento humano a la vez que
    requiere adaptaciones bioculturales.
  3. Los aspectos culturales de los sistemas de salud
    tienen importantes consecuencias pragmáticas en la
    aceptabilidad, efectividad y mejora del cuidado sanitario, en
    particular en las sociedades multiculturales.

Enfoque

Objeto de estudio

biomédico

Se centra en la biología humana y las
consecuencias sanitarias de diferentes esfuerzos e
incidencias.

etnomédico

Lo que piensan los miembros de diferentes
culturas acerca de la enfermedad y cómo se organizan
se organizan para recibir tratamiento médico,
así como de la propia organización social de
este.

ecológico

Cómo las pautas de comportamiento y
culturales configuran las complejas interacciones del
patógeno, medio natural y huésped humano para
producir enfermedades infecciosas. Examina la influencia
de los ambientes culturales, físicos y
político-económicos en la distribución de
la morbilidad y la mortalidad.

crítico

Subraya los enfoques marxistas. La medicina es
también un conjunto de relaciones sociales e
ideologías que legitima. Estudia las relaciones
sociales entre sanadores y pacientes.

aplicado

Dos ramas: clínica y sanidad pública.
Estudia las diferencias conceptuales entre las
percepciones respectivas del médico y el paciente en
lo tocante a la enfermedad y la dolencia.

Tema 5 –
Estudios antropológicos en Cuba

Problemas planteados. Teoría y método
antropológico en la obra de sus representantes más
significativos: Fernando Ortiz. Direcciones fundamentales de la
investigación antropológica

16. Describa la vida y obra de los dos más
importantes antropólogos cubanos

Fernando Ortiz (1881-1969)

En 1883 su madre lo llevó a vivir a Menorca
(Baleares), donde cursó la primaria y se graduó de
Bachiller en 1895. Estudiante aún, publicó un cuento en
un periódico de Menorca. En 1895, al comenzar la carrera de
Derecho en la Universidad de La Habana, participó en la
fundación de la publicación estudiantil El Eco de la
Cátedra. En 1899 continúa sus estudios de Derecho en
Barcelona y pronuncia su primer discurso público, de
carácter político. En 1900 se graduó de Licenciado
en Derecho en la Universidad de Barcelona. En la Universidad de
Madrid estudió Filosofía del Derecho Jurídico,
Legislación Comparada, Historia de la Literatura
Jurídica e Historia del Derecho Internacional y se
graduó de Doctor en Derecho (1901). Regresó a La Habana
en 1902.

Entre 1903 y 1905 trabajó en el servicio
consular de la República en La Coruña, Génova,
Marsella y finalmente en París, donde desempeñó la
secretaría de la Legación. En Italia cursó
estudios de criminología e hizo amistad con César
Lombroso y con Enrique Ferri. Colaboró en la revista del
primero, Archivio di Antropologia Criminale, Psichiatria e
Medicina Legale. En 1906 fue nombrado abogado fiscal de la
Audiencia de La Habana.

Al año siguiente ingresó en la Sociedad
Económica de Amigos del País. Profesor por
oposición de la Facultad de Derecho Público de la
Universidad de La Habana, enseñó, a partir de 1909,
Economía Política, Hacienda Pública y Derecho
Constitucional. En 1910 asiste como delegado oficial de Cuba al
Primer Congreso Internacional de Ciencias Administrativas,
celebrado en Bruselas. Ese mismo año reanuda la
publicación de la Revista Bimestre Cubana, órgano de la
Sociedad Económica. Se mantiene como su director hasta 1959.
Fue designado, en 1911, para presidir la Sección de
Educación de la Sociedad Económica. Editó la
Revista de administración teórica y práctica del
Estado, la provincia y el municipio (1912). Figuró entre los
iniciadores de la Universidad Popular en 1914.

Entre 1917 y 1927 fue representante a la
Cámara. En 1919 trabajó en el Código Crowder.
Redactó el «Manifiesto del 2 de abril de 1923 de la
Junta Cubana de renovación cívica». En 1923 fue
elegido presidente de la Sociedad Económica de Amigos del
País. Con José María Chacón y Calvo
fundó en 1924 la Sociedad del Folklore Cubano en la
biblioteca de la Sociedad Económica. Ese mismo año
funda la revista Archivos del Folklore Cubano, que dirigió
durante los cinco años de su publicación. En 1925 se
reformaron los estatutos de la Sociedad Económica a
propuesta de una comisión de la que Ortiz fue principal
animador. En 1926 tomó parte en la Tercera Conferencia
Panamericana de Washington y fundó la Institución
Hispanocubana de Cultura. Formó parte del Grupo
Minorista.

Representó a Cuba en el Congreso Internacional
de Americanistas, celebrado en Roma. Participó como delegado
en la Sexta Conferencia Internacional Panamericana que tuvo
efecto en La Habana en 1928. Ese mismo año la Sociedad
Económica de Madrid le otorgó la medalla de Socio de
Mérito. En 1929 editó el Boletín de
Legislación, de corta vida. En 1930 fundó y
dirigió la revista Surco (1930-1931). Ese año, en la
sesión anual de la American Historical Association y otras
academias de Estados Unidos, intervino para exponer las razones
de orden económico y político con que Estados Unidos
habían perjudicado el desenvolvimiento de la nación
cubana, trató el problema universitario y combatió al
régimen del dictador Machado. Fue nombrado socio de
mérito de la Sociedad Económica en 1931. Vivió en
Washington entre 1931 y 1933 y desplegó actividades contra
el régimen de Machado, entonces imperante en
Cuba.

Fundó en 1936 la Institución
Hispanoamericana de Cultura de la que fue presidente hasta su
desaparición, y la revista Ultra, órgano de
difusión cultural, de la que fue editor y director durante
once años. En 1937 creó y fue el presidente de la
Sociedad de Estudios Afrocubanos. Organizó en 1941, en la
Hispanocubana, la Alianza Cubana por un Mundo Libre, como
órgano de lucha contra el fascismo. En 1942 dio inicio a un
Seminario de Etnografía Cubana en la Universidad de La
Habana. En el Segundo Congreso Nacional de Historia, celebrado en
Matanzas en 1943, presentó su libro Las cuatro culturas
indias de Cuba. Asistió, como delegado oficial de Cuba, al
Primer Congreso Demográfico Interamericano celebrado en
México (1943). Fue fundador, ese mismo año, del
Instituto Internacional de Estudios Afroamericanos. Fue
presidente del Instituto Cultural Cubano-Soviético (1945).
Representó a Cuba en el Congreso Internacional de
Arqueólogos del Caribe, celebrado en Honduras (1945), y en
el Congreso Indigenista Interamericano de Cuzco. Más tarde,
en 1952, representó a Cuba en el Congreso Internacional de
Americanistas celebrado en Oxford (Inglaterra), y en el de
Antropología y Etnología, de Viena. Dos años
más tarde participó en congresos americanistas,
indigenistas y de folklore celebrados en São Paulo y en La
Paz.

Recibió el título de Doctor Honoris Causa
en Humanidades de la Universidad de Columbia, en Etnografía
de la Universidad de Cuzco y en Derecho de la Universidad de
Santa Clara. Además de en las revistas que fundó y
dirigió, colaboró en Cuba y América, Cuba
Contemporánea, Universidad de La Habana, Revista de
Arqueología y Etnología, Azul y Rojo, Revista
Científica Internacional, El Mundo Ilustrado, Derecho y
Sociología, El Mundo, El Cubano Libre, El Fígaro,
Remedios Ilustrado, Diario Español, Ilustración Cubana,
El Comercio, Letras, Alma Cubana, La Discusión, Bohemia, El
Triunfo, La Razón, Revista de Administración,
Gráfico, La Reforma Social, El País, Revista de La
Habana, La Revista, Heraldo de Cuba, La Nova Catalunya, Revista
de Avance, Social, Polémica, Revista Tabaco, Minerva, Diario
de la Marina, Islas, La Gaceta de Cuba, Casa de las
Américas; Archivos Venezolanos de Folklore; Traducción
(Tampa, Florida); El Diluvio (Barcelona); La Nueva Democracia
(New York); The Hispanic American Historical Review (North
Carolina, EE.UU.). Pronunció numerosas conferencias. Era
miembro, además, de la Academia de la Historia de
Cuba.

Dirigió la Colección de Libros Cubanos,
que durante años editó los mejores libros de autores
nacionales. Se destacó como figura de primera importancia en
la investigación del folklore afrocubano. Escribió
varios libros de Derecho, entre ellos Base para un estudio sobre
la llamada reparación civil (1901), tesis para el doctorado
en la Universidad, y el Proyecto de código criminal cubano
(1926), traducido al francés. Es autor de la
Recopilación para la historia de la Sociedad Económica
habanera (1929-1938). Tomó parte en la traducción de
Introducción a la ciencia política, de James Wilford
Garner, y en la de Cuba antes de Colón, de Mark Raymond
Harrington. Sus obras La filosofía penal de los espiritistas
y Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar fueron
traducidas al portugués y al inglés
respectivamente.
(Tomado de
Cubaliteraria).

Nos cuenta Guanche: La monumental obra de Fernando
Ortiz (1881-1969), el más brillante científico social
cubano de la primera mitad del presente siglo XX, ha servido de
significativo precedente para la inmensa mayoría de las
investigaciones que han incursionado en el conocimiento de los
factores histórico-culturales de la nación cubana
actual.

El proceso de maduración intelectual, reflejado
ampliamente en su obra y acción, lo condujo a estudiar los
más diversos aspectos de la vida cubana, tanto en el
contexto latinoamericano y caribeño, como en sus
vínculos con África, Asia, Europa y Norteamérica;
sin perder de vista su objetivo fundamental: desentrañar los
factores humanos de la cubanidad y sus variadas
características culturales, así como aplicar esos
conocimientos a la práctica cotidiana, en tanto promotor de
acciones individuales y colectivas capaces de influir
favorablemente en el desarrollo de la cultura
nacional.

Para esta titánica labor, que implicó
múltiples incomprensiones y enconadas discusiones, junto con
el apoyo de innumerables colaboradores y seguidores – que siempre
han sido mayoría, Ortiz también se valió del
conocimiento aportado por la antropología sociocultural de
su época.

En los primeros decenios del siglo XX el pensamiento
antropológico ya había demostrado la significación
básica del trabajo de campo y el papel decisivo de la
convivencia temporal con las sociedades humanas que se
pretendían conocer. Se debatían los alcances y
limitaciones teóricas del evolucionismo y el difusionismo,
como iniciales corrientes del quehacer antropológico, y se
reconocía el sentido relativo de cada cultura respecto de
otra, independientemente de su grado de desarrollo. El
funcionalismo abría una nueva alternativa para profundizar
en el estudio concreto de los diversos componentes de la cultura
y sus portadores. Sin embargo, la interpretación de los
contactos interculturales y sus transformaciones esenciales
trataban de ser explicados mediante conceptos insuficientes para
revelar toda la riqueza y complejidad de estos
cambios.

De este modo, Ortiz se encuentra con una pretendida
lectura de la "aculturación" para evaluar procesos
etnoculturales efectuados en Cuba, que no se correspondían
con el limitado alcance de este concepto.

La propuesta introducida por Ortiz en 1940, acerca del
neologismo
transculturación, en abierta
oposición a la voz
inglesa
acculturation, no significó un
simple cambio de prefijo para matizar el conocimiento de los
procesos culturales y sus cambios; sino que se derivó de una
profunda reflexión basada en múltiples investigaciones
durante más de tres décadas sobre la problemática
etnosocial cubana y sus nexos internacionales.

El alcance conceptual de la transculturación,
lo define su creador como "las diferentes fases del proceso
transitivo de una cultura a otra, porque éste no consiste
solamente en adquirir una distinta cultura […], sino que el
proceso implica también necesariamente la pérdida o
desarraigo de una cultura precedente, lo que pudiera decirse una
parcial
desculturación, y,
además, significa la consiguiente creación de nuevos
fenómenos culturales que pudieran denominarse
de
neoculturación. Al fin, […] en
todo abrazo de culturas sucede lo que en la cópula
genética de los individuos: la criatura siempre tiene algo
de ambos progenitores, pero también siempre es distinta de
cada uno de los dos. En conjunto, el proceso es
una
transculturación, y este vocablo
comprende todas las fases de su
parábola”.

Su argumentación rebasa ampliamente el contexto
histórico-cultural de Cuba para insertarse, no sin
dificultades, en las categorías del conocimiento
antropológico internacional. Uno de los contenidos
esenciales de su fundamentación, al referirse a los
complejos procesos inmigratorios que sirven de génesis al
etnos cubano contemporáneo, es la impactante
compactación de relaciones interculturales entre el nivel de
desarrollo de los emisores europeos de la migración y el de
los receptores aborígenes de este lado del Atlántico.
En ese sentido señala que: "Toda la escala cultural que
Europa experimentó en más de cuatro milenios, en Cuba
pasó en menos de cuatro siglos. Lo que allí fue subida
por rampa y escalones, aquí ha sido progreso a saltos y
sobresaltos" (2) . De este modo llega a otra idea clave cuando
afirma que: "En un día se pasaron en Cuba varias edades; se
diría que miles de
`años-cultura',
si fuera admisible tal métrica para la cronología de
los pueblos".

En este ámbito histórico, la
oposición
transculturación vs.
aculturaciónforma parte de la
valoración orticiana a la dignidad cultural de cada pueblo,
frente a concepciones prejuiciadas y discriminatorias que han
lastrado los estudios antropológicos hasta nuestros
días.

Cuando publica su Contrapunteo cubano del tabaco y el
azúcar en 1940, recibe inmediatamente la
aceptación de Bronislaw Malinowski (1884-1942), quien
reconoce en su
Introducción que "la
palabra acculturation, […] no hace mucho comenzó a correr
y […] amenaza con apoderarse del campo, especialmente en los
escritos sociológicos y antropológicos, de autores
norteamericanos".

Porque el concepto detransculturación,
cual concepción generalizadora de los cambios cualitativos
de la cultura podía desde entonces, no sólo explicar la
complejidad de estos procesos, sino al mismo tiempo sustituir
otros de alcance más limitados como "cambio cultural",
"aculturación", "difusión", "migración u
ósmosis de cultura", entre otros. Pero la concepción de
Ortiz no fue objeto de tanta divulgación ni aceptación
internacional por múltiples factores, que tienen su
raíz histórica en el propio desarrollo de la
antropología norteamericana y en la alta capacidad
divulgativa de ésta.

Malinowski no se equivocó, pues el concepto de
aculturación fue mucho más allá de su limitado
alcance inicial y se convirtió en una especie de panacea
para explicar e interpretar diversos tipos de relacionas
interculturales. Sin embargo, esta concepción se encuentra
cargada desde su origen, de una esencia despectiva hacia los
pueblos de menor grado de desarrollo socioeconómico. En esta
dirección, el guía teórico del funcionalismo en
antropología también reconocía que: "Es un vocablo
etnocéntrico con una significación moral. El inmigrante
tiene que `aculturarse' (to acculturate); así han de hacer
también los indígenas, paganos e infieles,
bárbaros o salvajes, que gozan del `beneficio' de estar
sometidos a nuestra Gran Cultura Occidental. […] El
`inculto´ ha de recibir los beneficios de `nuestra cultura';
es `él quien ha de cambiar para convertirse en `uno de
nosotros".

Tanto fue el entusiasmo de Malinowski por el
neologismo que clasifica a Ortiz de un "verdadero funcionalista";
pero el sabio cubano va mucho más allá del estudio
sobre las relaciones y funciones del tabaco y el azúcar como
plantas simbólicas de los procesos transculturales en Cuba.
Ortiz aborda el análisis comparado de los diversos factores
causales (históricos, demográficos, étnicos,
económicos, psicológicos, estéticos,
jurídicos, religiosos y otros), que condicionan el
intrincado contrapunteo. Así, la concepción de la
transculturación es un trascendental resultado que se
convierte en nuevo punto de partida para futuras investigaciones,
las que muestran entre diversos aspectos, las limitaciones de la
aculturación para explicar procesos
complejos.

(…) desde que Ortiz lanza su neologismo al
lenguaje antropológico internacional se encarga de demostrar
mediante varias obras fundamentales como
El
engaño de las razas(1946), La africanía
de la música folklórica de Cuba (1950), Los
bailes y el teatro de los negros en el folklore de Cuba
(1951), y Los instrumentos de la
música afrocubana(1952-1955); entre otras
monografías, el carácter complejo y altamente
dinámico de los procesos de transculturación en los
aspectos humano, musical, danzario, teatral y organológico
(29) .

En la primera de las referidas obras y como parte de
una denodada crítica a las teorías y prácticas
racistas, a la vez que en defensa de la cultura como sustancial
cualidad humana, escribe: "La historia americana no puede ser
comprendida sin conocer la de todas las esencias étnicas que
en este continente se han fundido y sin apreciar cuál ha
sido el verdadero resultado de su recíproca
transculturación".

Por ello, al año siguiente, cuando publica
los
Preludios étnicos de la música
afrocubanavalora altamente el papel de la
investigación etnológica como vía necesaria para
comprender los contenidos esenciales de la

cubanidad; esa cualidad étnica original y distinta
de sus antecedentes primarios, que logra explicar mediante su
concepción de la transculturación. En este sentido
señala: "Entonces ya comprendieron algunos, […] que mi
faena de etnografía no era un simple pasatiempo o
distracción […] sino que era base para poder fundamentar
mejor los criterios firmes de una mayor integración
nacional".

Decía Ortiz que la verdadera historia de Cuba es la
historia de sus transculturaciones. Primero fue el indio y luego
la desaparición de éste por no acomodarse al impacto de
la nueva cultura: la castellana. Después fue la
transculturación de una corriente de inmigrantes blancos;
españoles de diferentes culturas y, al propio tiempo, la
transculturación de una gran cantidad de negros africanos,
de diversas culturas. Además participaron otras culturas
inmigratorias, pues llegaron a Cuba judíos, chinos,
franceses, anglosajones, etcétera.

Decía Ortiz que: En todos los pueblos la
evolución histórica significa siempre un tránsito
vital de culturas a ritmo más o menos reposado o veloz; pero
en Cuba han sido tantas y tan diversas en posiciones de espacio y
categorías estructurales las culturas que han influido en la
formación de su pueblo, que ese inmenso amestizamiento de
razas y culturas sobrepuja la trascendencia a todo otro
fenómeno histórico. Los mismos fenómenos
económicos, los más básicos de la vida social, en
Cuba se confunden casi siempre con las expresiones de las
diversas culturas. En Cuba decir ciboney, taíno,
español, judío, inglés, francés,
angloamericano, negro, yucateco, chino y criollo, no significa
indicar solamente los diversos elementos formativos de la
nación cubana, expresados por sus sendos apelativos
gentilicios. Cada uno de éstos viene a ser también la
sintética e histórica denominación de una
economía y de una cultura de las varias que en Cuba se han
manifestado sucesiva y hasta coetáneamente,
produciéndose a veces los más terribles impactos […].
.

El proceso de transculturación es: Un proceso
en el cual emerge una nueva realidad, compuesta […] de
caracteres, ni siquiera un mosaico, sino un fenómeno nuevo,
original e independiente […] una transición entre dos
culturas, ambas activas, ambas contribuyentes con sendos aportes,
y ambas cooperantes al advenimiento de una nueva realidad de
civilizaciones.

Luis Montané Dardé (1843-1936)

Médico y antropólogo. Fue el verdadero
introductor de la Antropología Física en Cuba.
Publicó memorias sobre diversas patologías e informes
médico-legales, aunque su obra principal estuvo dedicada a
la Antropología.

Nació en La Habana el 7 de abril de 1849, y
falleció en Francia, el 28 de noviembre de 1936. Trasladado
a Francia a los dos años de edad, realizó sus estudios
primarios, en ese país. Cursó el Bachillerato en Letras
en el Liceo de Toulouse, y más tarde obtuvo el título
de Bachiller en Ciencias en París. En 1872, aún
estudiante, fue nombrado Miembro Titular de la Société
d´Anthropologie de París. En 1874 se graduó de
Doctor en Medicina, en la Universidad de París, con la
tesis: Etúde anatomique du cráne chez les microcphales,
la cual constituye el punto de partida de los estudios
antropológicos de Montané y resultó premiada por
la referida Sociedad; este trabajo posee importancia para la
historia de la Craneología.

Fue discípulo de los destacados
antropólogos franceses Broca, Hamy y Quatrefages, con
quienes se mantuvo en contacto, al igual que con los no menos
conocidos Topinard, Letourneau y Verneau. Sirvió como
Médico Ayudante Mayor en la Guerra Franco Prusiana.
Ejerció la profesión de Otorrinolaringólogo, y fue
uno de los primeros Médicos en desempeñar dicha
especialidad en la Isla.

A su regreso a Cuba, en 1874, ingresó en la
Real Academia de Ciencias Medicas, Físicas y Naturales de la
Habana, tras la presentación de su trabajo: El cráneo
desde el punto de vista Antropológico, institución de
la que fue Miembro Numerario entre 1877 y 1883, así como
Miembro de Mérito, a partir de 1895. Contribuyó, con
otros científicos cubanos a la creación de la
"Sección de Antropología" de la referida Academia, y a
la fundación de la Sociedad Antropológica de la Isla de
Cuba, el 7 de octubre de 1877, en la cual llegó a ocupar el
cargo de Presidente; fue en esta última Sociedad donde
presentó su trabajo titulado: Un caribe cubano. Estudio
craneológico, en la sesión del 19 de abril de 1885.
Ocupó, además, los cargos de Vicepresidente de la
Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana, y de Director de
la Sección Antropológica de la Sociedad Cubana de
Historia Natural "Felipe Poey".

Dedicó gran parte de su vida a la
enseñanza en la Universidad de La Habana, donde creó la
primera Cátedra de Antropología, en 1900, y fundó
el Laboratorio y el Museo Antropológico, que por acuerdo de
la por entonces Facultad de Letras y Ciencias, ostenta desde 1903
su nombre. Participó en la organización de las
Conferencias de dicha Facultad, entre ellas las denominadas:
“En la Sierra de Banao” y “La Infancia de la
Humanidad”. Colaboró, además, en la
publicación de la Revista de la Facultad de Letras y
Ciencias.

Publicó memorias sobre diversas
patologías, e informes médico-legales, aunque su obra
principal estuvo dedicada a la Antropología; sobre esta
ciencia escribió diversos trabajos que comprenden estudios
comparativos de razas, pero sobre todo descripciones y mediciones
de cráneos aborígenes, microcéfalos,
hidrocéfalos y huesos fósiles, así como otros que
van desde narraciones de viajes hasta
biografías.

Como resultado de sus expediciones a distintas
regiones de la Isla recolectó un buen número de piezas
arqueológicas y antropológicas, que remitió a
Francia para su estudio y las cuales pasaron posteriormente a
formar parte de los Museos de la Academia y de la Universidad de
La Habana. Entre dichas expediciones pueden mencionarse las
siguientes: exploración de la Cueva del Purial, Sancti
Spíritus; investigaciones realizadas en Oriente; trabajo
sobre el indio de la Ciénaga de Zapata. Algunos de los
restos encontrados se consideraron erróneamente como
pertenecientes a un hombre fósil, autóctono de
América, que Hamy denominó “Hombre de Sancti
Spíritus”, y Ameghino, “Homo Cubensis”,
aunque el propio Montané no concordaba totalmente con tal
criterio.

Menor atención recibió su descubrimiento
de dientes que probaban la existencia de un simio fósil (el
primero conocido en La Antillas), lo cual fue definitivamente
corroborado en 1987, y que fuera denominado por Ameghino como del
Género “Montaneia”, en honor al Antropólogo
cubano, quien fue uno de los primeros en dar a conocer los grupos
descendientes de aborígenes, muy mezclados ya, que han
perdurado en la región oriental de Cuba.
(Tomado
de Internet).

17. Caracterice brevemente las direcciones
fundamentales de la investigación antropológica en
Cuba

Los historiadores de la antropología cubana
sitúan su comienzo en la primera mitad del siglo XIX, con la
fundación de la Real Academia de Ciencias Médicas,
Físicas y Naturales de La Habana. Posteriormente, en 1877,
surge la Sociedad Antropológica de la Isla de
Cuba.

Durante la intervención norteamericana en la Isla
se registran nuevos impulsos al desarrollo de la
antropología en el país, no olvidemos que en estos
años la investigación antropológica está al
servicio de los diversos proyectos de coloniaje en el mundo. A
través de la Orden Militar no. 212 del 4 de noviembre de
1899, se creó la Cátedra de Antropología General y
Ejercicios Antropométricos de la Universidad de La Habana,
siendo designado para dirigirla el destacado antropólogo
cubano Luis Montané y Dardé.

En 1962, después del triunfo de la Revolución,
se produce la Reforma Universitaria y se crea el Departamento de
Antropología de la Escuela de Ciencias Biológicas en la
Universidad de La Habana. Los criterios de Montané crearon
una tradición dentro del ámbito universitario cubano, y
la antropología física fue la rama que recibió un
mayor impulso en su desarrollo.

En 1976, con el cambio institucional que se produce en
toda la nación, también se modifica la estructura de la
Universidad de La Habana. Se constituye la Facultad de
Biología y el Museo Antropológico Montané asume
las funciones de Departamento de Antropología.

En 1990 ocurren dos cambios muy significativos: se
constituye la Sociedad Cubana de Antropología Biológica
y se funda la Cátedra Honorífica de Antropología
“Luis Montané” de la Universidad de La Habana en
1994.

El área donde la antropología física
aplicada tiene su mayor desarrollo es, probablemente, la
antropología biomédica. En el país, se han
conducido estudios sobre patrones de salud y enfermedad de la
población cubana, tales como investigaciones en los patrones
de crecimiento y desarrollo de los niños cubanos (la primera
en 1972), estudios sobre la enfermedad de Wilson y sobre las
características de la menopausia en Cuba, entre
otros.

Otra rama de mucho desarrollo ha sido la ergonomía.
Se han obtenido datos y realizado análisis
antropológicos con el propósito de crear mejores
ambientes de trabajo, habitacional y de estudio. Entre estos
destaca el atlas antropométrico de la mujer trabajadora.
También se han obtenido avances en las áreas de la
antropología del deporte y la antropología forense. Se
han efectuado estudios sobre la evolución morfológica y
fisiológica de los atletas de alto rendimiento,
extendiéndose estos estudios hacia aquellos individuos que
aspiran a ingresar en las compañías nacionales de
ballet y danza. En el caso de la antropología forense
destaca la labor en la identificación de los restos del Che
y sus otros compañeros en Bolivia.

Por último destacamos las aplicaciones de la
antropología física a la educación. Los institutos
pedagógicos superiores incluyen en sus programas de estudio
asignaturas que tratan los principios básicos de la
ontología humana de significación para la
educación: el ciclo de la vida, los patrones de crecimiento
y los factores que sobre él influyen, la variabilidad en la
maduración biológica, entre otros.

Bibliografía

Basail Rodríguez, Alain (Coordinador). Colectivo de
Autores. 2003. Antropología Social. Selección de
Lecturas.

Bohannan, Paul y Mark Glazer. 1993.
Antropología. Lecturas, Mc Graw-Hill/Interamericana
de España (2da Edición).

Enciclopedia Microsoft Encarta 2008.

Facultad de Filosofía e Historia, Universidad de
La. Habana. Guía de estudio Antropología
Sociocultural.

Guanche, Jesús. Avatares de la transculturación
orticiana
(en Internet)

Ramírez Pérez Leony. La antropología
en función de los estudios socioculturales
, en
www.monografias.com

www.cubaliteraria.com

Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Antropolog%C3%ADa_cultural"

 

 

Autora:

Jacqueline Laguardia Martínez

Breve biografía del autor: Jacqueline Laguardia
Martínez (La Habana, 1976). Graduada de Economía e
Historia de la Universidad de La Habana y M.Sc. en Relaciones
Económicas Internacionales y Gestión de la
Política Económica. Es Profesora Adjunta de la Facultad
de Filosofía e Historia de la Universidad de La
Habana.

SUM 10 de Octubre

La Habana, Cuba, 2008

Partes: 1, 2, 3
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