Ciudadanía y medios en América Latina: alcances y proyecciones
- ¿Ciudadanos o
consumidores? - Nuevos
escenarios - Ciudadanos
sí, pero ¡activos y
responsables! - Ciudadanía
latinoamericana
Ciudadanía comunicativa- A
manera de epílogo - Fuentes
En América
Latina se valoriza en las últimas dos décadas
la democracia
como régimen institucional, sin embargo diversos expertos
coinciden en señalar que aún falta mucho por
avanzar para que ésta subsista como una forma de vida
donde no exista una brecha entre la formalidad de la ley, por un lado,
y la conciencia y la
práctica de la ciudadanía, por el otro.
Esta profunda grieta se debe a que muy poco es lo que se
avanzó en cuanto a tener una gobernabilidad
democrática "que concierne a la relación entre
el sistema
político y la ciudadanía" por la falta de
adecuación de la política y del
Estado a las
transformaciones sociales en curso producto de
acelerados procesos de
modernización, en la que se ha venido a denominar
"sociedad de la
información".
Esta "escasez" de
gobernabilidad es fundamentalmente producto de una "deficiencia"
comunicativa expresada en el escaso diálogo
entre actores del sector
público, privado y la sociedad civil
tanto a nivel nacional como descentralizado (local) y la poca
importancia asignada a estrategias de
construcción de redes de actores y "pactos",
acuerdos de gestión
compartida y agendas de responsabilidad común. Sin duda, todo ello
afecta la viabilidad política de políticas
públicas (e.g., reducción de pobreza, género,
interculturalidad) encaminadas a un desarrollo
cada vez más humano y solidario, lo cual puede poner en
peligro la legitimidad del régimen
democrático.
¿Ciudadanos o consumidores?
Se percibe que a principios de
este siglo los medios de
comunicación masiva, al igual que otras instituciones
sociales, aportan a la construcción de una
ciudadanía que puede ser activa y participativa o
vinculada exclusivamente al consumo. Uno
de los aspectos que favorece en esta dirección es la participación que
permiten los medios, lo
cual facilita a las personas que puedan ejercer su libertad de
expresión y acceder al espacio público que les
fue negado en otras instancias (e.g., partidos
políticos, organizaciones
sociales, etc.).
En este marco, los procesos de modernización
requieren la conducción de una nueva acción
política que tome en cuenta la mayor y mejor
cooperación, participación e incidencia de los
ciudadanos en las decisiones que afectan sus propias vidas. De
hecho, resulta paradójico que hoy en día asistamos
a un auge de la "cultura del
yo" (privatización de actitudes y
conductas) que contrae drásticamente y cambia de forma el
ámbito integrador "en tanto espacio compartido" que
representa lo público.
Una interacción que en el omnipresente espacio
del mercado y
la
globalización conforma ciudadanos-consumidores
o ciudadanos-espectadores; en ambos casos, apartados en
espacios privados e íntimos, bien demarcados en sus
intereses, pasivos en el juego
político del poder respecto
a la pertenencia democrática.
Frente a esta situación, Fernando Calderón
y Norbert Lechner (1993) se cuestionan si ¿no es el
estar-juntos-con-otros, esa comunidad de
semejantes, el espacio propiamente político de la
democracia? Y si ¿puede la población de nuestras sociedades
latinoamericanas (o sea, nosotros) llegar a ser verdadera y
plenamente ciudadanos? Vale decir: la gobernabilidad
democrática presupone ciudadanos activos y
participativos, pero ¿qué hace la democracia para
formarlos?, ¿qué mecanismos y procesos de la
sociedad de la información apoyan este proceso?
La gobernabilidad democrática requiere patrones
de corresponsabilidad entre el sistema
político y los individuos como sujetos de derecho
convertidos en ciudadanos "a partir de prácticas
sociales, sistemas
institucionales y representaciones culturales" que comparten algo
común en libertad e
igualdad. Todo
esto está profundamente ligado a los procesos de
democratización, de educación y de
revalorización de los derechos humanos,
especialmente los económicos, sociales y culturales, que
deben ser garantizados por las instituciones
democráticas.
Nuevos
escenarios
En los gobiernos de la región se está
configurando en este flamante milenio un nuevo escenario
político donde los medios de
comunicación masiva adquieren una creciente influencia
en el ejercicio de la democracia y de la política. El
Programa de
las Naciones Unidas
para el Desarrollo (pnud), en Bolivia,
propone desde hace algunos años atrás en su
informe de
desarrollo
humano la necesidad de buscar mayor congruencia entre
comunicación y política, a fin de
que ambas esferas se potencien para fortalecer, tanto en las
instituciones estatales como en la sociedad civil, una cultura
política deliberativa.
Página siguiente |