El grupo como facilitador del proceso enseñanza-aprendizaje
- Concepción del
proceso enseñanza-aprendizaje a partir del enfoque
histórico-social
El grupo en el proceso de
enseñanza-aprendizaje
Bibliografía
Concepción del proceso
enseñanza–aprendizaje a
partir del enfoque histórico-social
El ser humano tiene la disposición de aprender,
de verdad, sólo aquello a lo que le encuentra sentido o
lógica.
En tanto, tiende a rechazar aquello a lo que no se lo encuentra.
El único y auténtico aprendizaje es el aprendizaje
significativo, es decir, con sentido, cualquier otro
aprendizaje será puramente mecánico,
memorístico, coyuntural.
Durante el desarrollo
evolutivo de la
personalidad se dan procesos de
maduración que son naturales en el individuo,
como resultado de una herencia
filogenética, propia de la especie. Tales procesos
aparecen y se desencadenan en periodos relativamente estables y
operan en condiciones naturales como sistemas
relativamente "cerrados" a determinaciones externas, en tanto
dependen de una evolución
organísmica.
Sin embargo no pueden obviarse los componentes externos
que garantizan la aparición y el desarrollo de tales
procesos, ampliamente demostrados han sido los estudios que dan
cuenta de la plasticidad enorme y el carácter altamente inespecífico de
la maduración humana en el dominio de
procesos psicológicos, y la necesidad de una
relación continua entre organismo y ambiente.
De manera que para realizar cualquier análisis teórico y/o
metodológico, no tiene sentido separar el desarrollo
biológico del desarrollo
social, en tanto se originan desde la génesis de
manera simultánea. Resulta entonces como elemento
más significativo del desarrollo, la determinación
histórico-cultural, en tanto la relación con el
otro sea comprendida como el espacio por excelencia constitutivo
de la personalidad a
partir de la conformación de los sistemas
simbólicos de la cultura.
Estos principios e
ideas configuran la concepción constructivista del
aprendizaje y de la enseñanza. El constructivismo
no es una teoría
psicológica en sentido estricto, ni tampoco una
teoría psicopedagógica que nos dé una
explicación completa, precisa y contrastada
empíricamente de cómo aprenden los estudiantes y de
la que puedan resultar prescripciones infalibles sobre
cómo se ha de proceder para enseñarlos mejor, su
principal aporte radica en concebir el desarrollo y el aprendizaje
humanos como el resultado de un proceso de construcción y reconstrucción de
patrones culturales que son asimilados en el contexto de los
diferentes grupos
sociales.
El enfoque histórico-cultural, también
conocido como sociocultural inaugurado por Lev S. Vygotski
concibe el desarrollo
personal como una construcción cultural, que tiene
lugar a través de la socialización de una determinada cultura
mediante la realización de actividades sociales
compartidas.
Se invierte la tradicional relación que se suele
establecer entre desarrollo y aprendizaje: Vygotski afirma que
el proceso de desarrollo sigue al de aprendizaje, que crea el
área de desarrollo potencial con ayuda de la
mediación social e instrumental; la zona de desarrollo
próximo o potencial es así el área en el que
puede darse el aprendizaje en interacción social con otras personas
más expertas, o dicho de otra manera, aquello que un
aprendiz no puede hacer solo pero sí con ayuda de otras
personas.
Vygotski define así una de las categorías
centrales de su teoría, la zona de desarrollo
próximo, como la distancia entre el nivel real de
desarrollo, determinado por la capacidad de resolver
independientemente un problema, y el nivel de desarrollo
potencial, determinado a través de la resolución de
un problema bajo la guía de un adulto o en
colaboración con otro compañero más
capaz"
Se trata de un proceso de apropiación de
herramientas y
de desarrollo de estructuras
mentales, algo mucho más profundo que una simple
transmisión de conocimientos concretos de la otra persona.
En un texto
fundamental como es "El desarrollo de los procesos
psicológicos superiores", Vygotski establece el origen
social de las que llama funciones
psicológicas superiores, convirtiéndose esta idea
en uno de los postulados nucleares del enfoque
histórico-cultural: el aprendizaje humano presupone una
naturaleza
social específica y un proceso, mediante el cual los
niños
acceden a la vida intelectual de aquellos que les
rodean.
En el desarrollo cultural del niño, toda función
aparece dos veces: primero a nivel social, y más tarde, a
nivel individual; primero entre personas
(interpsicológica), y después, en el interior del
propio sujeto (intrapsicológica). Todas las funciones
superiores se originan como relaciones entre seres
humanos.
El acceso a los procesos superiores tiene lugar gracias
a la combinación de herramienta y signo en la
actividad psicológica, haciendo posible la
mediación instrumental: el uso de medios
artificiales, la transición a la actividad mediata, cambia
fundamentalmente todas las funciones psicológicas, al
tiempo que el
uso de herramientas ensancha de modo ilimitado las serie de
actividades dentro de las que operan las nuevas funciones
psicológicas.
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