Lázaro Cárdenas del Río -Símbolos culturales presentes en su discurso-
"Gobierno o
individuo que
entrega los recursos
naturales a empresas
extranjeras, traiciona a la patria". Lázaro
Cárdenas del Río (1895-1970).
"El buen rey no excluye de su palacio al pobre ni al
desamparado; presta atento oído a las
quejas de todos, no domina a sus súbditos como esclavos,
les gobierna como hijos". Padre Juan de Mariana (siglo
XVII).
Resumen
El objetivo de
este trabajo, es
lograr puntualizar -de alguna manera- que los símbolos que están presentes en el
discurso del
General Cárdenas se basan en el ideario del nacionalismo
revolucionario, anclado en una visión de que su gobierno,
era la continuación de los ideales de la revolución. En efecto, con Lázaro
Cárdenas del Río se concreta el mayor reparto
agrario en la historia del país. Su
discurso va muy enfocado a fortalecer, promover y apoyar a la
Revolución
Mexicana. Su gestión
se basa en una política
social amplia e incluyente. Congruente con ese ideario, su
gestión se centra en: el reparto agrario, consagrado en el
art. 27 constitucional; los derechos del trabajo,
incorporados en el 123 y educación,
artículo 3º. Se trata de un gobierno que apela al
nacionalismo contra el dominio
extranjero, apoyándose en la
organización de la población en sectores, el obrero (CTM), el
campesino
(CNC), y más adelante el popular a través de la
CNOP. Se trata a la vez de una organización corporativa. El tema
recurrente de su gobierno fue -en cierto sentido- la justicia. Cabe
remarcar que: Casi en todo el siglo XX (o mejor dicho el siglo
corto mexicano que va de 1917 a posiblemente la época de
López Portillo) hubo un discurso
nacionalista-revolucionario, que fue lo que le dio sustento
ideológico al PRI y a sus setenta años de dictadura
perfecta.
INTRODUCCIÓN
Al tratar de emprender un estudio -por modesto que sea- que
haga alusión a los símbolos culturales presentes en
el discurso del General Lázaro Cárdenas del
Río, es recomendable en primer lugar, precisar un poco lo
que entendemos por símbolos culturales y algunas
cuestiones básicas de análisis del discurso, las cuales nos sean
útiles para intentar abordar el tema con claridad.
Pongamos énfasis, en el sentido de ciertos conceptos
clave, estableciéndolos conforme al criterio de Leticia
Mayer[1] -al referirse a los procesos de
recuperación simbólica– y algunas otras
nociones del orden común en diversos textos de antropología e historia. Podemos asumir la
concepción simbólica de la cultura
propuesta por Lévi Strauss, para quien la cultura
está vinculada directamente con el mundo de los
símbolos: los símbolos no son algo superpuesto a lo
social, sino un elemento constitutivo de todas las
prácticas sociales[2]. Por ello
también, recuperando la lingüística saussureana, analiza el
mito[3], y devela en la estructura del
mito un
modelo
lógico para resolver una contradicción que en
realidad resulta insoluble.
Para este antropólogo francés, la diferencia
entre mito e historia es la misma que existe entre lenguaje y
habla, entre tiempos reversible e irreversible, entre
sincronía y diacronía. Como es de esperarse,
antes de establecer un juego
nítido de oposiciones entre estos conceptos, procederemos
a esclarecer -de manera casi coloquial o relajadamente
académica- algunas nociones de índole
antropológica, psicológica,
lingüística, histórica o
filosófica.
Hablar de lo simbólico también nos conduce a las
diferentes maneras en que su estudio ha sido abordado. Retomando
los planteamientos de Peirce, Hernández plantea las
siguientes definiciones, a saber:
Signo[4]: "Un signo es algo que
existe, pero no tiene una asociación que le brinde
contexto ni significado… los signos se
asocian para ofrecer la comprensión de una realidad. Una
palabra, un símbolo –sonido, forma,
color,
etcétera- , representa diferentes cosas, en función
del contexto en que se inscriba."[5] A esto,
podemos añadir: "El interés
por los signos ha dado lugar a un importante campo de estudio: la
semiótica. ésta trata tanto la
función de los signos en el proceso de
comunicación, como el lugar de los
síntomas en el diagnóstico médico.
En la
comunicación, los signos y señales
aparecen, en general, en estructuras
similarmente ilógicas. A veces requieren un planteamiento
intuitivo que extraiga su sentido y que, por consiguiente, los
haga susceptibles de interpretación creativa. Intuición,
inspiración, resolución creativa de problemas…, como quiera que lo denominemos,
esta actividad no posee ninguna lógica,
ningún patrón previsible. De la organización
de signos inconexos surge la liberación de la
lógica hacia el salto de la interpretación. Lo
podemos llamar inspiración, pero es una forma particular
de inteligencia.
Es la aptitud esencial de cualquiera que debe organizar información diversa y extraer un sentido de
esta".[6]
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