- Introducción
- Posición
del Derecho médico ante el Derecho
comparado - Marco
legal del Derecho de la salud en Cuba - Conclusiones
- Referencias
bibliográficas
1.-
INTRODUCCIÓN
Dentro de la ética en
general hay una manifestación particular que es la
ética
médica. Esta especialidad de la ética trata de
los principios y
normas de
conducta moral por la
que se rigen los trabajadores de la salud. Esta disciplina se
relaciona con el error humano, el secreto profesional y la
experimentación en los seres humanos. Además de la
relación entre los trabajadores de la salud y de
éstos con los familiares de los enfermos de lo cual se
encarga la Deontología médica. La moral y la
ética constituyen la base material sobre la cual se
constituye el carácter socialista de nuestra medicina.
Nuestros principios éticos son totalmente opuestos a la
ética
médica burguesa.
La profesión médica, la relación
médico-paciente y el sistema de salud
tienen un carácter histórico-concreto. Y de
acuerdo con la base económica de la sociedad se
desarrollan según la formación
socioeconómica. En las sociedades
divididas en clases antagónicas la relación
médico-paciente se encuentra muy diferenciada,
según se dirija a los propietarios de los medios de
producción o a los desposeídos.
La posición del médico en la sociedad no es
determinada por el médico mismo sino por la sociedad a que
sirve. La clase que
ejerce el poder material
dominante en la sociedad, según manifestó Marx, es al mismo
tiempo su
poder espiritual. El médico consciente o no, es portador
de la ideología dominante y sirve a sus intereses
en sus relaciones con el paciente y la sociedad.
El socialismo
posibilita la existencia de relaciones armónicas entre los
individuos, entre el individuo y la
sociedad y entre la sociedad y la naturaleza. La
relación entre el médico y el enfermo llega a ser
puramente humano una vez desaparecido el problema del dinero. No
obstante, debemos cuidarnos de incurrir en una visión
idílica de las relaciones médico-paciente en la
construcción del socialismo
cubano.
Nuestra época adquiere una dimensión muy
superior a la de cualquier otra época, sobre todo, en lo
concerniente a la ética médica. Puedo afirmar que
la relación médico-paciente ha cambiado en
éstos últimos 25 años. Recordemos que
Esculapio en la antigua Grecia
enseñaba el buen trato a los pacientes, y los papiros
egipcios y Vedas de la cultura
Hindú, establecían claramente los aspectos morales
del comportamiento
del hombre en su
formación como ser social.
La historia de la
medicina occidental, desde sus inicios en la época
hipocrática hasta la actualidad se encuentra repleta de
documentos
deontológicos que plantean problemas
éticos. Estos exigen del médico, cada vez
más una elevada calidad moral, la
cual requiere de una adecuada formación ética en
los profesionales de la salud. Ello explica que la literatura sobre
ética médica y clínica crezca a pasos
agigantados en los últimos años.
Existen tres factores poderosos para reconocer estos cambios.
El primer factor que desencadena múltiples problemas y
conflictos
éticos es el progreso de la biotecnología, un segundo factor
está basado en el principio de que la enfermedad no
sólo altera el equilibrio
somático o corporal del hombre, sino también el
psíquico y moral y uno tercero, propio de los
países capitalistas, que tiene que ver con el acceso
igualitario de todos a los servicios
médicos y la distribución equitativa de unos recursos
económicos limitados y escasos. Estos tres factores pueden
converger y agravar el conflicto
ético.
Aristóteles afirmaba que el dolor transforma de tal
modo la capacidad de juicio del ser humano que le impide "tomar
decisiones" prudentes. Basado en esto y atravesando el umbral del
tiempo se dice que la virtud primaria y casi única del
enfermo ha de ser la "obediencia".
¿Como era, entonces, la relación
médico-paciente? Era por naturaleza asimétrica,
vertical, ya que la función
del médico consistía en mandar y la del enfermo en
obedecer. El enfermo se convertía en un ser pasivo, que no
protestaba ni preguntaba, estableciendo con su médico unas
relaciones muy parecidas a las de un niño con su padre.
Esta actitud
médica clásica es lo que hasta nuestros tiempos se
le ha denominado "paternalismo". El médico asumía
el papel de padre autoritario buscando en el paciente el bien
pero sin contar con su voluntad.
Es precisamente el objetivo de
esta investigación bibliográfica conocer
y analizar uno de los aspectos más agudos y
controvertibles dentro de la ética
médica:
" El consentimiento
informado"
El consentimiento informado constituye un documento que
establece un acuerdo entre el médico y el enfermo. A su
vez, la información que recibe el paciente y sus
familiares es su principal divisa. Se hace necesario evaluar el
nivel de competencia para
la decisión del paciente. Entre el médico y el
enfermo se establece una relación que obedece a principios
eminentemente filosóficos.
Por parte del enfermo surge la autonomía como elemento
capaz de proyectar su decisión para aceptar la
proposición del médico ante una
investigación peligrosa pues es necesaria para el diagnóstico y el propio tratamiento ya sea
medicamentos o quirúrgico.
Por parte del médico se valora la beneficencia dada por
la acción
de hacer el bien, que no es otra cosa que cumplir con el deber de
eliminar el problema y el sufrimiento producido por una
enfermedad.
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