La relación médico-paciente en el Sistema Nacional de Salud, ente y derecho en Cuba
- La relación medico paciente,
bioética, atención primaria de salud, programas
nacionales de salud - Referencias
bibliográficas
1. LA RELACION
MEDICO-PACIENTE; BIOETICA; ATENCION PRIMARIA DE SALUD; PROGRAMAS
NACIONALES DE SALUD
Uno de los problemas que
despierta gran interés
entre los especialistas que tienen que ver con la salud es la
Bioética, la que ha demostrado ser capaz de
adentrarse en forma general y profunda en aspectos relativos a la
conducta de los
seres humanos ante la naturaleza y
la vida en general.
En el terreno de la salud
pública se expresó por el acelerado ritmo de
los avances científicos, así como por la comercialización de la medicina, el
peligro creciente de la deshumanización, la injusticia
social y el acceso desigual a los servicios de
salud. Esta disciplina ha
despertado gran interés en la necesidad de respetar la
vida en todas sus manifestaciones, y estimular la pureza y el
desinterés al ejercer las acciones de
salud.1
En el caso de Cuba, esta
regulado constitucionalmente como un principio constitucional el
Derecho a la Salud, y fundamentalmente de forma especial lo
encontramos en el Decreto Ley No. 54,
Disposiciones Sanitarias Básicas y en la vigente Ley No.
41, Ley de la Salud Pública y su correspondiente
reglamento orgánico.
Lo que verdaderamente identifica al hombre y al
propio tiempo lo
diferencia del resto de los seres biológicos es
precisamente su condición de ser social, es decir, la
capacidad de relacionarse con otros hombres en el propio proceso de
creación de bienes
materiales y
espirituales. Este tipo de relación enfrenta al hombre a
relaciones diversas que le crea la necesidad de adoptar las
conductas que se consideran las más apropiadas o
más dignas de ser cumplidas, según el consenso
general del colectivo social al que pertenece (Menéndez R.
La nueva dimensión de la relación
médico-paciente en nuestros días. En: Acosta
Sariego JR ed. Bioética desde una perspectiva cubana. 1ra.
ed. Centro Félix Varela: 1997;105-23).
Desde que el hombre
primitivo sintió por primera vez los sufrimientos de una
enfermedad, recurrió a un semejante en busca de ayuda,
este entonces trata de ofrecérsela según sus
posibilidades. Con el tiempo surgiría alguien que, por
vocación, características personales o
designación del colectivo, se especializó en
materia de
salud y comenzó a aumentar su arsenal
terapéutico.
Durante sus interacciones con los otros seres humanos el
hombre establece diferentes tipos de relaciones, algunas de
carácter superficiales y otras de
carácter más complejo, donde al menos uno de los
participantes debe saber ponerse en el lugar del otro, sentir
hasta cierto punto como él o ella, y disponerse a ayudarlo
en cualquier dificultad.
La relación médico-paciente es un
fenómeno bastante complicado, y se basa en una multitud de
diversos componentes de carácter económico,
profesional, jurídico, psicológico, moral,
ético y estético.2
La génesis de la capacidad para una actitud
ética
personal y
profesional data desde los albores de la humanidad, y presupone
responsabilidades que elegimos adoptar en relación con
otros, y de este modo se establece una situación paralela
entre el analista y el paciente, y aunque ellos no son parejas
iguales están en una situación de mutualidad,
subjetividad compartida e influencia
recíproca.3
La medicina ha sido enfocada desde un especial tipo de
relación humana: en la naturaleza del encuentro entre el
médico y el paciente.4 Han sido reveladas
diferentes conceptualizaciones de empatía, y dentro de
ellas, la empatía como trato humano y la profesional son
las que más se ponen de manifiesto en la relación
médico-paciente.5 A través de los
años los médicos han tratado de descubrir mayor
éxito y
respuesta empática en los pacientes llamados
"difíciles", como medio de comprender el misterio y la
complejidad de las relaciones
humanas.6
Página siguiente |