El amor de
la familia es
la base de la sociedad.
Ya parece que en el primer renglón hay una
contradicción potente de establecer un tremendo dilema;
porque si el amor de la
familia es el
más imperfecto, no debería ser la base de la
sociedad, y sin embargo, es así y no hay tal dilema.
Todo descansa en el mismo principio de amor, pero todo tiene
la misma ley de estimulo,
que es el antagonismo; y como la molécula y el átomo en
los cuerpos y el hombre
individual en la sociedad, son antagónicos de los otros,
igualmente la familia considerada en el hogar
consanguíneo, es antagónica de la vecina, aunque se
amen, pero cada una tira para sí la mejor parte
posible.
Eso es una imperfección; pero lejos de perjudicar a la
sociedad, la beneficia; puesto que ese antagonismo natural, sirve
de estímulo a procurar mayor bienestar de los hijos y cada
familia aspira y persigue ese mismo objeto.
El mal no está en ese instinto, sino en no ponerle el
grado de moral
eficiente para no perjudicar a su vecino, reduciéndolo a
la necesidad por causa de su desmedido acaparamiento, en todo
juicio analítico, falta de sentimiento moral; porque ha de
comprender que si cada hombre es un
grado del progreso universal, cada familia es lo mismo un grado
de la comunidad que
compone la sociedad.
Pero, ¿por qué es el amor de la familia el
más imperfecto, siendo así que sin la familia no
existiría ni puede existir la sociedad? Una
contestación tan tremendamente grande, es tremendamente
sencilla. Es imperfecto el amor de la familia, porque está
encerrado; porque se circunscribe a un número harto
reducido: acciona preso.
Para entrar en un juicio
filosófico, por el análisis de las obras de las familias, es
bastante el punto anterior; pues ya pone a las claras que estando
el amor recluido al hogar y siendo su acción
de un radio
infinitamente mayor, no cabe duda que ha de obrar
imperfectamente, porque ha de ser demasiado intenso.
Pero he aquí que, de esa
intensidad, se reproducen los seres y entonces se ve del todo
claro, que de esa imperfección, la Ley se aprovecha,
produciendo las explosiones de amor de dos seres encerrados en el
hogar, necesarios sin duda a producción de los mismo seres; por lo que,
esa imperfección es una imperfección sagrada.
Pero no quita que sea sagrada esa
imperfección, ser una imperfección el amor de la
familia, por el egoísmo que se demuestra en el hogar, para
procurar un mejor bienestar al producto de
las explosiones del amor, a los hijos, lo que agranda la
imperfección, desde de que ante las necesidades del hogar,
no cabe filosofía ni razones, sino alimentos,
vestidos, confort y la mayor satisfacción posible; y si
por la inmoralidad de las leyes no se puede
conseguir dentro de la ley, cuando el niño pide siempre
dentro de la Ley del derecho a la vida, el padre los
tomará extra Ley y aquí se confirma otra vez
más, la imperfección del amor de la familia.
La familia sirve para acrecentar el
amor entre sus individuos; lo que indica, que también era
imperfecto el amor individual.
La familia tiene por fin el auxilio
al infante, que físicamente no puede valerse, y
aquí se pone en claro que, el amor es sacrificio.
¿Pero que es lo que se ve del
amor? ¿La unión de los seres? ¿Los hijos que
nacen? ¿Las obras del deber? ¿La ayuda? Todo eso es
efecto del amor. ¿Qué es, pues, el amor? Es en vano
que se busque en todos los catálogos de los amores; y ni
aun en los capítulos de este libro, pues
sólo se encuentran los efectos del amor, por los cuales se
conoce el amor.
El amor es una Ley y la única
Ley que todo lo rige y lo domina: "Está de las almas
dentro, aun del hombre pequeñito" Luego el Amor es el
"sentimiento", que se revelará según el grado de
sabiduría y pureza de cada individuo.
El amor, pues, impalpable,
incorpóreo y por esto mismo es causa primera
universal y sólo puede radicar por entero en el
creador.
Esta es la evidencia para afirmar que
"El amor de la familia es el más imperfecto" porque
está reducido a un número muy pequeño de
seres; y que, aunque todos los eres de una familia fueran
misioneros de un amor y perfección todo lo posible en
relatividad de la perfección, no pudiendo considerarlo
más que en el hogar, es pequeño; y por lo
tanto muy imperfecto, aunque no sea por culpa de los tales
individuos, sino por causa de su reducida acción.
Esto se verifica, se confirma en la
verdadera historia de María,
que nadie puede discutirle el mayor grado de Amor universal a la
familia humana; pero que a pesar de su grandeza, trató por
los medios
encerrar a Jesús en las redes del amor de la
Magdalena; pero en ello se descubre el egoísmo
maternal.
Es cierto que esto demuestra una
perfecta videncia del peligro de su hijo y tratara por todos los
medios de salvarlo. Pero ¿no es un egoísmo, aunque
sea un noble egoísmo, el pedido que hace a la
Magdalena de que le ofrezca Amor a Jesús, para que
así se pueda salvar de la persecución de sus
enemigos los sacerdotes?… El egoísmo de Madre, aunque
representa las sublimidades del amor, está evidenciado en
que, al sacrificarse María de Magdala a Jesús, cae
aquella en el desprecio de sus amigas y admiradores, y es la
causa del pedido de una madre, por el amor al hijo. Luego el amor
de familia, es una imperfección
Se observa además en
todas las familias que, cada madre, es una perfecta
egoísta en la más lata y alta expresión;
para ellas no hay hijos más bellos, más buenos,
más capaces que los suyos, ni tienen más
derechos los
hijos de su vecina o de su hermana y antepone los suyos a todos
los de las madres. Y ¿no es esto una grande y grave
imperfección, hasta el punto culminante de no poder ella
misma hacer justicia?
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