Concepto de Estética en Fernando González Una experiencia singular de lo bello
- Introducción
- El hermafrodita dormido
- La juventud es bella
- Poseer lo
contemplado - Belleza
en la escultura - Grecia:
cuna del arte - Belleza
en el hermafrodita dormido - Conclusión
- Bibliografía
"Bello es lo que
produce en el hombre una
incitación a la
perfección".[1]
Fernando González
EL HERMAFRODITA DORMIDO
Una experiencia singular de lo bello
INTRODUCCIÓN
La lectura de
"EL HERMAFRODITA DORMIDO" de Fernando
González nos permite acercarnos a lo
más íntimo de las vivencias de nuestro autor en lo
que tiene que ver con su valoración del arte en
términos de belleza. Su estadía en Europa,
definitivamente le ha marcado. Sobre todo su permanencia en
Italia es
significativa en cuanto tiene la oportunidad de valorar obras de
arte que guardan en sí mismas toda una historia; la Venus de
Cirene, El Hermafrodita Dormido, la Cabeza de la Furia, El Galo
suicida, el Efebo de Subiaco, El Nacimiento de Venus, Marte
en reposo, adquieren en esta obra un significado
especial. Son obras en las que Fernando González se
detiene permitiéndose la oportunidad de valorarlas y
describirlas hasta el punto de mostrarnos cómo puede
relacionarse con ellas, darles vida, adentrándose en sus
expresiones y aún más en el sentido mismo de la
obra, en las intenciones del autor. Por lo tanto su
acercamiento a las obras de arte es una verdadera
aproximación hermenéutica. Nuestro autor tiene una
sensibilidad particular por lo bello, un gusto que atrae y
conmueve, éstas obras de arte no son en "El Hermafrodita
Dormido" una simple creación del artista, más que
eso, son el artista mismo que plasma una vida y se hace inmortal
en la expresión de unas formas que permiten a nuestro
autor una vivencia estética totalmente original, una
visión que, a mi modo de ver, es de genio.
He decidido subtitular este ensayo,
"Una experiencia singular de lo bello", como resultado de
una lectura detenida de "El Hermafrodita Dormido" en el que he
tratado de encontrar el concepto de
estética en Fernando González. Creo que
el concepto de estética, en esta obra adquiere una
singularidad especial en su estrecha relación con el
concepto de lo bello como vivencia que encanta a nuestro
autor y le permite construir quizá sin pretenderlo
una nueva manera de acercarnos a la obra de arte como
personalización, me refiero con esto a que, para
Fernando González, cada obra valorada es un encuentro
personal que
se hace vital, pues, abstrae de las formas una expresión
vital, un contenido que escapa a una simple valoración
visual, Fernando González se adentra en lo más
íntimo de la obra y crea una relación con ella.
En este ensayo, presento los que considero, a mi juicio,
principales aportes de Fernando González al concepto
de la estética, es decir de lo bello,
específicamente desde "El Hermafrodita Dormido". He
decidido citar literalmente para no alejarme de la propuesta del
autor, después de cada cita, aparece el aporte personal
como valoración crítica
a la vez que abordaje hermenéutico de lo expuesto por
nuestro autor.
EL HERMAFRODITA
DORMIDO
Una experiencia singular de lo bello
Dice Hans Georg Gadamer en Verdad y Método:
"Lo que nosotros llamamos obra de arte y vivimos como
estético, reposa, pues, sobre un rendimiento
abstractivo. En cuanto que se abstrae de todo cuanto
constituya la raíz de una obra como su contexto original
vital, de toda función
religiosa o profana en la que pueda haber estado y
tenido su significado, la obra se hace patente como "obra de arte
pura". La abstracción de la conciencia
estética realiza pues algo que para ella misma es
positivo. Descubre y permite tener existencia por sí
mismo a lo que constituye a la abra de arte pura. A este
rendimiento suyo quisiera llamarlo "distinción
estética". Con este nombre – y a diferencia de la
distinción que realiza en sus elecciones y rechazos el
gusto determinado y lleno de contenido – queremos designar la
abstracción que sólo elige por referencia a la
calidad
estética como tal. Esta tiene lugar en la
autoconciencia de la "vivencia estética". La obra
auténtica es aquélla hacia la que se orienta la
vivencia estética; lo que ésta abstrae son los
momentos no estéticos que le son inherentes: objetivo,
función, significado de contenido. Estos momentos
pueden ser muy significativos en cuanto que incardinan la obra en
su mundo y determinan así toda la plenitud de significado
que le es originalmente
propia".[2]
La cita anterior guarda una estrecha relación con la
manera como Fernando González aborda la obra de
arte, da la impresión que Gadamer ha tenido en cuenta la
visión de Fernando González, o que tal vez el
escritor antioqueño ha tenido una pretensión
hermenéutica al acercarse a las obras de arte, lo cierto
es que nuestro autor se acerca a ellas con naturalidad pero no
con visión de ignorante, es claro que sabe lo que es una
obra de arte y que su gusto ha sido muy bien formado, pero, junto
a un gusto formado y una comprensión previa de la obra de
arte, hay una visión genial que le permite ir más
allá de una simple valoración física; adentrarse en
la obra y darle vida, hacerla hablar, la obra en todos sus
sentidos, en los de Fernando González como
intérprete, adquiere vida y se convierte en una
experiencia vital muy significativa.
LA JUVENTUD
ES BELLA
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