Resumen
En el presente desarrollo,
estudiamos los conceptos básicos que componen la
noción de valor aplicada
al ámbito de las instituciones
deportivas, que deviene de singular importancia al transformarse
en eje central alrededor del cual giran, por una parte, la
optimización de los productos y
servicios que
componen la oferta
deportiva, y por la otra, a través de la percepción
que de ellos tiene el socio-consumidor,
nuevas posibilidades de alcanzar un mejor grado de posicionamiento
en el mercado para
enfrentar a la competencia,
Paralelamente, el esfuerzo por re-valorizar tanto los aspectos
vinculados a la gestión
interna de los clubes, cuanto la oferta que los mismos realizan,
significa el comienzo de una transformación
organizacional, que les facilita encontrar un mayor margen de
maniobra para enfrentar las turbulencias del escenario en el cual
les toca desenvolverse.
Palabras clave: valor, instituciones deportivas,
creación, competencia.
Desarrollo
Con mucha frecuencia, en nuestro contacto profesional con
dirigentes y/o representantes de entidades deportivas, escuchamos
con mayor asiduidad, comentarios tales como: "está
disminuyendo la cantidad de socios", "la competencia por parte de
otros clubes cada vez es mas fuerte", "invertimos en publicidad y
marketing pero
seguimos estancados", "no queda mas remedio que aumentar las
cuota social porque estamos en rojo", etc. etc.
Ahora bien, es cierto que el macroentorno en el cual los
clubes y entidades deportivas en general realizan sus actividades
impone severas limitaciones o crecientes desafíos al
desarrollo de los mismos, por ejemplo:
- Congelamiento y pérdida constante del poder
adquisitivo del salario
(aunque en proporciones muy inferiores a décadas
anteriores). - Irrupción en el mercado competitivo de grandes
cadenas de gimnasios con una fuerte inversión en equipamiento, con precios de
alta competitividad y que cubren amplios segmentos
del mercado, otrora cubiertos por los clubes e instituciones
deportivas en general. - Emprendimientos deportivos particulares (Vg. canchas de
fútbol en alquiler) posicionados en
nichos del mercado hasta ahora reservados a los clubes. - Falta de una verdadera concientización por parte de
la población de la necesidad cada vez
más creciente de realizar actividades físicas,
deportivas o de recreación, pese a las campañas de
apoyo a las mismas provenientes del sector oficial y de
organismos vinculados a la salud
pública. - El impacto del desarrollo tecnológico (especialmente
en el área del fitness), donde equipamientos cada vez
más sofisticados (y de precios elevados) que unido a la
difusión que de ellos hacen los medios de
comunicación, contribuyen a crear en el consumidor
una mayor exigencia en cuanto a las prestaciones
que espera recibir desde la oferta de productos y servicios
deportivos. - Elevado costo de
mantenimiento de las instalaciones e
infraestructura deportiva. - Necesidad creciente de logros deportivos y mejoramiento de
la imagen del
club, a fin de atraer la atención de empresas
comerciales que permitan viabilizar contratos de
patrocinio.
Podríamos continuar con la enumeración, dado que
la lista de problemas a
resolver, limitaciones, desafíos, bloqueos ú
obstáculos va in crescendo.
Ahora bien, como dirigentes debemos preguntarnos:
¿podemos cambiar la realidad del mundo exterior al
club?.
Aún cuando se lograran algunos cambios (cosa
difícil por otra parte) a través de una
férrea suma de voluntades provenientes de muchas organizaciones
deportivas, resultaría casi imposible hacerlo en su
totalidad.
Y ello resulta así en orden a que la creciente globalización, que también ha
llegado al mercado deportivo, ha colocado fuertes barreras para
impedir tales transformaciones, en tanto y en cuanto se opongan a
prácticas y paradigmas de
gestión no consensuados entre los centros de mando y
decisión a nivel mundial.
Entonces, ¿qué margen de maniobra tengo para
poder gestionar desde la realidad que se me impone, desde puertas
afuera del club?
Ante ello, tengo dos posibles posturas. Una la pesimista: dejo
todo como está y trato de sobrevivir como pueda.
La otra, y aunque dotada de cierto sesgo idealista, es un poco
más optimista: sin cerrarme a la realidad que me toca
vivir, comenzaré a realizar una mirada introspectiva, para
descubrir que cosas puedo optimizar; cuales me salen mejor para
potenciarlas y que los demás (especialmente los
socios-consumidores-clientes) las
conozcan y las valoren; que errores estoy cometiendo ( o
he incurrido en el pasado) para que luego de un doloroso mea
culpa, pueda aprender de ellos y superarlos para no volver a
pisar la misma piedra; qué cosas nuevas puedo incorporar
en el club para que resulte más atractivo.
Y es así que llegamos al nudo de la cuestión.
Debo mirar hacia adentro y descubrir mis valores, es decir
mis riquezas reales y potenciales como entidad deportiva.
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