- Introducción
- Desarrollo
- Amistad que une
países - Conclusiones
- Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Con el 1ro de enero de 1959 Latinoamérica vivió una experiencia
trascendental, el pueblo cubano había alcanzado la
victoria sobre la dictadura
pro-imperialista del tirano Fulgencio Batista y Saldívar,
había tomado el poder,
formándose un gobierno
revolucionario. Desde entonces Cuba
experimentó continuos cambios en su estructura
convirtiéndose en el primer y único país
socialista de América.
Nunca en América se había producido un hecho de
tan extraordinarias características, tan profundas
raíces y tan trascendentales consecuencias para el destino
de los movimientos progresistas del continente como la Revolución
Cubana. A tal extremo, que ha sido calificada por algunos
como el acontecimiento contemporáneo cardinal de
América y el que sigue en importancia a la trilogía
que constituyen la Revolución
rusa, el triunfo sobre las armas hitlerianas
con las transformaciones sociales siguientes, y la victoria de la
Revolución
china.
La Revolución Cubana ha seguido, sin embargo -no
podía ser de otra manera-, las líneas generales de
todos los grandes acontecimientos históricos del siglo,
caracterizados por las luchas anticoloniales y el transito al
socialismo.
Sin embargo, algunos sectores, interesadamente o de buena fe, han
pretendido ver en ella una serie de raíces y
características excepcionales, cuya importancia relativa
frente al profundo fenómeno histórico-social elevan
artificialmente, hasta constituirlas en determinantes.
Se habla del excepcionalismo de la Revolución cubana al
compararla con las líneas de otros partidos progresistas
de América, y se establece, en consecuencia, que la forma
y caminos de la Revolución Cubana son el producto
único de la revolución y que en los demás
países de América será diferente el transito
histórico de los pueblos.
Se puede aceptar que hubo excepciones que le dan sus
características peculiares a la Revolución Cubana;
es un hecho claramente establecido que cada revolución
cuenta con ese tipo de factores específicos, pero no esta
menos establecido que todas ellas seguirán leyes cuya
violación no esta al alcance de las posibilidades de la
sociedad.
DESARROLLO
La Revolución Cubana ha tenido una
influencia enorme en América; pero esa influencia no se ha
ejercido en la misma medida en cada uno de los pueblos. Hay
países que han alcanzado un extraordinario grado de
agudización en sus luchas populares; hay países en
los cuales la lucha popular se ha frenado, y hay países en
los cuales Cuba es un símbolo sagrado para todo el pueblo,
y otros en los cuales Cuba es el símbolo de un movimiento
liberador que se mira un poquito desde afuera.
Los orígenes son complejos pero están
relacionados siempre con una actitud frente
a la forma de tomar el poder y están muy influenciados por
las soluciones que
se han dado a estos problemas; en
algunos casos también están relacionados con el
mayor o menor predominio de la clase obrera y
su influencia, y en otros por la proximidad a nuestra
Revolución.
La Revolución Cubana ha mostrado una experiencia que no
quiere ser única para América pero que es reflejo
de una forma de llegar al poder. Naturalmente no es una forma
simpática para las aspiraciones de las masas populares que
están muy presionadas, muy ahogadas y oprimidas por los
grupos
internos de opresión y por el imperialismo.
Cada país y cada partido dentro de su país, debe
buscar las fórmulas de lucha que la experiencia
histórica le aconseje; lo que sucede es que la
Revolución Cubana es un hecho, y es un hecho de una
magnitud continental. Por lo menos, pesa la realidad cubana en
cada momento de la vida de los países.
Nadie puede ser profeta para vaticinar que año y en
qué momento en cada país de América se va a
producir un encontronazo entre las fuerzas; pero sí es
claro que las contradicciones se van agudizando cada vez
más y que se están dando las condiciones subjetivas
tan importantes para el desarrollo de
la revolución. Esas condiciones subjetivas son dos
fundamentales: la conciencia de la
necesidad de realizar un cambio social,
urgente, para liquidar la situación de injusticia, y
la certeza de la posibilidad de realizar ese cambio. Todo el
pueblo de América se está entrenando para
realizarlo. El entrenamiento es
de alzamiento de grupos, la lucha diaria, a veces por medios
legales, a veces ilegales, a veces en lucha abierta, a veces en
lucha clandestina; pero es un entrenamiento constante del pueblo
que se ejerce a través de todas las vías posibles,
pero que va madurando en calidad y en
intensidad y que anuncia batallas muy grandes en
América.[1]
América Latina es de cierto modo un solo país
que tiene las mismas características, un gran dominio
imperialista y es uno de los lugares donde la lucha popular ha
alcanzado ya un clímax, pero donde los resultados son
difíciles de precisar y no son muy satisfactorios a corto
plazo, por el dominio tan grande que tienen los norteamericanos,
y es aquí precisamente donde Cuba constituye un ejemplo a
seguir para todos los pueblos latinoamericanos, por su
convicción de no dejarse influenciar y apoderar por los
círculos de poder norteamericano demostrada en
hechos.
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