Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

El materialismo cultural como fetichismo de la violencia (el determinismo tecnoambiental) (página 2)



Partes: 1, 2

Dentro de este mismo marco conceptual, algunos
antropólogos incluyen terminología jurídica.
Es el caso de J. Arocha quien aludiendo a las posibles causas de
la violencia
social, introduce el concepto de
impunidad,
para caracterizar un fenómeno de justicia
vindicativa en nuestro país. También es
típico de ellos, introducir categorías de la
economía
política marxista, como la de Imperialismo,
llenándolas de contenidos ajenos al marxismo. Esta
enajenación conceptual ecléctica, es
la estrategia clave
para deformar la verdadera naturaleza de
fenómenos sociales como la violencia. Si
bien es objetivo el
fenómeno de la impunidad en Colombia, no es
correcto caracterizarlo como causa de la violencia, cuando en
realidad es efecto, de una estructura
social basada en la injusticia social inherente al modo de
producción capitalista. En una sociedad
fundada en el privilegio de clase, el
contenido de las relaciones sociales colisiona con su forma
jurídica haciéndola reventar. Es así como el
mismo Estado
colombiano se ha visto en la necesidad de violar la constitución política, al
criminalizar la sociedad desde el poder.

La tesis del
materialismo
cultural en general, es que la violencia (conducta
criminal) está determinada por el medio-ambiente, las
relaciones técnicas
de producción, y el instinto de agresión. A partir
de esta tesis, los materialistas culturales acuñaron el
concepto de cultura de la
violencia, para el caso colombiano.

Para refutarla (antítesis), presentaré la tesis
marxista de la violencia social, con base en el documentado
trabajo del
filósofo ruso A. Denisov. Según el materialismo
histórico, el concepto de violencia tiene naturaleza
histórica; como fenómeno social, aparece en un
momento específico y bajo condiciones concretas. A partir
de la escisión humana en clases
sociales (explotados y explotadores). Toda explicación
implica el conocimiento
de las leyes que
subyacen a la manifestación de los fenómenos
sociales:

El problema de la violencia encontró su solución
científica en el marxismo, gracias a la revolución
que este acometió en la filosofía, al fundamentar la
comprensión materialista del proceso
histórico. La ley fundamental
del desarrollo
histórico descubierta por Marx conforme a
la cual, todos los fenómenos, procesos
sociales, y toda lucha política, son la expresión
de las relaciones y lucha de clases, las cuales a su vez
están condicionadas por el régimen económico
de la sociedad y las relaciones de producción
determinantes en ella, fue la clave para comprender la verdadera
esencia y el papel de la violencia social y los factores que la
determinan" (Denisov, 1.986).

Si hay algo que diferencia cardinalmente a una teoría
antropológica de otra, es el determinismo que establece.
Por ello, no tiene sentido, que algunos antropólogos de
inclinación ecléctica, consideren que la
explicación materialista dialéctica y materialista
cultural, sean compatibles. Generalmente la sociología idealista, muestran a la
economía como una ciencia ajena
a lo social; pero la secular práctica humana, demuestra
que la economía política en particular, es la base
explicativa de los fenómenos sociales, incluyendo los de
la conciencia
(fetichismo de la mercancía). No en vano decía
Marx, que la anatomía de la
sociedad
civil, debía buscarse en la economía
política. El caso de la violencia social no es la
excepción:

La interpretación materialista
dialéctica de la naturaleza y el papel de la violencia en
el proceso histórico, parte de que el fenómeno es
determinado en definitiva por el desarrollo de las fuerzas
productivas de la sociedad. Y que su principal papel es defender
los intereses económicos de las respectivas clases de la
sociedad; preservar o por el contrario cambiar sus posiciones
económicas y sociales. La violencia como recalcara Marx,
es una potencia
económica (Denisov, 1.986).

Etología

Para simular el marxismo, los materialistas culturales
suplantan las categorías de la economía
política científica por las de la vulgar,
reduciendo por ejemplo, las relaciones sociales de
producción a relaciones tecnológicas, o asumiendo
el concepto de trabajo como reflejo de los fenómenos
físico-químicos (gasto de energía). Esto
tiene mucha relación con la etología social,
especialmente con las del etólogo francés E.
Laborit: "Hemos propuesto repetidamente que la agresión
sea definida como la cantidad de energía cinética
capaz de acelerar la tendencia de un sistema dado a la
entropía o igualación termodinámica, es decir, a una
desestructuralización más o menos total (Citado por
Denisov)".

La guerra se
explica también a partir del suministro de energía
que todo sistema vivo necesita para mantenerse en competencia con
otro. Así lo expresa Laborit:

La guerra, verbigracia, es una simple confrontación
entre dos sistemas
estructurales cerrados, intentando cada uno establecer su
dominio sobre
el otro en orden de asegurarse un estable suministro de
energía y materias primas necesarias para el mantenimiento
de su estructura
individual. Por cuanto la estructura de todos los grupos
sociales hasta el presente, siempre se ha basado en la
dominación jerárquica, podemos deducir que toda
guerra, no importa los pretextos políticos o
económicos ofrecidos para justificarla, siempre se libra
para mantener las específicas estructuras de
dominación de los contrincantes (Cita de Denisov ).

La guerra tiene una profunda naturaleza social; son
anticientíficos los intentos de los materialistas
culturales de explicarla con base en sus manifestaciones
tecno-ambientales. Nada mejor que esta cita de un militar y
pedagogo ruso:

No se puede comprender la guerra como hecho social y
político partiendo sólo de las sensaciones y
percepciones o de representaciones de la memoria,
basadas en ellas. El hombre la
percibe sólo como una serie de combates, refriegas u
operaciones,
como un cuadro de devastaciones, de sufrimientos de la gente, de
adversidades y privaciones. La esencia de la guerra es otra.
Permanece oculta a la percepción
inmediata. Para descubrirla es preciso percibir lo concreto,
analizarlo, y haciendo abstracción de ello, proceder a la
síntesis. Es decir, es necesario el
pensamiento
abstracto(Glótochkin, 1.987).

Sólo el pensamiento nos permite comprender que la
guerra es la continuación de la política de una
clase social por otros medios,
violentos, que la política no es algo primario,
independiente, sino que está condicionada por la
economía, por los intereses económicos vitales de
la clase dominante, que en definitiva, estos intereses dependen
del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y de las
relaciones de producción.

Es evidente la tergiversación que hace el materialismo
cultural del fenómeno de la violencia, atribuyendo a lo
social todos los rasgos de lo biológico:

La confusión de lo natural y lo social y más
aún, las premisas de la superioridad de lo primero frente
a lo segundo en el estudio de los fenómenos
socio-políticos, llevan a deformar el contenido mismo del
conocimiento social, a hacer caso omiso de sus peculiaridades
específicas; acarrean en fin de cuentas, una
interpretación idealista de las categorías y
procesos políticos" (Denisov, 1.986).

El medioambientalismo como factor determinista, explica el
surgimiento de la violencia con base en las duras condiciones
climáticas que imperan en algunas regiones del mundo.
Laborit considera que en los gélidos meses de invierno los
grupos de
individuos que se encontraban en condiciones ecológicas
menos favorables y padecían un déficit de reservas
de víveres, debían dominar a otros grupos, con el
fin de distribuir esas reservas.

Esta apreciación se cae con ejemplos concretos, como el
de los esquimales, quienes a pesar de la hostilidad del medio, no
manifiestan tales comportamientos. Todos los males, como enfermedades y vicios, son
el legado del contacto con el hombre blanco
en esas regiones. Tampoco tienen sentido las especulaciones
malthusianas, dado que habría que preguntarse, por
qué en zonas de baja densidad
poblacional, abundancia de alimento y recursos
naturales, como los Llanos Orientales de Colombia, la gente
se mata por la tierra.

Con respecto a la confusión de la conducta humana
con la animal, característica también del
freudismo, escribe Denisov:

No es lícito igualar la actividad social de los hombres
y la conducta instintiva de los animales. Los
instintos de los animales que son una reacción al medio,
son de índole inconsciente, se refrendan en el proceso de
selección natural y sirven de
importantísima premisa de su existencia y
conservación física. Mas es un
error atribuir a los instintos el papel de reguladores de la
conducta y las relaciones sociales(Denisov, 1.986 ).

Dénisov subraya el hecho, de que la lucha
política y muchos tipos de violencia social, expresan las
relaciones de clase, de personas conscientes que se trazan
objetivos
claros y persiguen intereses concretos. Refuta a los apologistas
del ecologismo, por identificar esos fenómenos de la vida
social con los de la conducta animal y la manifestación de
sus instintos. Con respecto a la confusión
trabajo-energía, Dénisov evoca a Lenin quien en su
obra Materialismo y empiriocriticismo, fustiga el facilismo de
los materialistas vulgares: "Nada más fácil que
poner una etiqueta energética o socio-biológica a
fenómenos como las crisis, las
revoluciones, la lucha entre las clases, etc. Pero tampoco hay
nada más estéril, ni más escolástico,
ni más muerto que dicha ocupación (Lenin,
1.979)".

El determinismo
tecnológico

Además de tener en cuenta el aspecto
etológico-ambiental del materialismo cultural, es muy
importante hacerlo con el tecnológico, porque sirve a la
apología del materialismo vulgar.

Si bien la revolución científico-técnica
conduce a la exacerbación del armamentismo imperialista,
también es la premisa para el progreso socio-cultural de
la humanidad; por ello, no es lícito hipertrofiar su
función
destructiva. Los materialistas vulgares y algunos
románticos antropólogos, culpan a la ciencia de
todas las calamidades humanas, y sobre todo, de crear una cultura
de la violencia. De esta manera, los materialistas culturales
complementan su determinismo medioambiental:  "Al
culpar por todas las manifestaciones de violencia y actos
agresivos en la vida social, al progreso de la ciencia y la
técnica, formulan sobre esta base, otra novísima
doctrina de la violencia, la llamada concepción del
determinismo tecnológico (Denisov, 1.986)".

Los medios de
comunicación reproducen esta ideología a través de la
televisión, en películas como el hombre
increíble, que muestra el
daño
que un desafortunado experimento de ingeniería
genética le ha causado a un bondadoso
científico. Ni qué decir de los terminators,
aliens, etc. Los materialistas culturales exageran la
función de los medios tecnológicos en el comportamiento
de las comunidades negras del Pacífico colombiano, o de
los cafeteros del Quindío. Plantean, que este tipo de
relaciones técnicas de producción son la causa de
comportamientos violentos (Arocha, 1.979).

La fetichización
de la técnica

Al reducir la causa de la violencia y los demás
fenómenos sociales a la naturaleza en sí de los
medios tecnológicos, los materialistas culturales se
enajenan en las cosas. Plantean que un arma genera violencia por
sí misma, o que son los juguetes
bélicos los que enseñan la violencia a los niños,
quienes serán en el futuro, hombres violentos. Esto dio
pie a exorcismos convocados por los medios de
comunicación, cuando en un parque bogotano, un
grupo de
niños quemó sus juguetes de guerra, para conjurar
la violencia.

Lo cierto es que la tecnología no es
ciencia aplicada en sí, sino para sí; o sea, una
entidad sobre la cual el hombre tiene dominio,
acomodándola a unos u otros intereses de clase. El
filósofo Dénisov manifiesta su crítica
así:

Algunos teóricos fetichizan el papel de la
técnica y señalan que al evolucionar la
civilización, de instrumento en manos de la sociedad se ha
convertido en fuerza
constituyente de ésta, independientemente de ella y
colocada por encima de ella. Ya no se enfoca la técnica de
otro modo sino como símbolo de todas las tribulaciones de
la humanidad: los hombres pasan a ser indefectiblemente su
apéndice, son aterrorizados y oprimidos por las fuerzas
ciegas e independientes de ellos, de una cultura tecnologizada y
de la omnipotencia de la máquina burocrática a su
servicio
(Denisov, 1.986).

El neofreudismo del
materialismo cultural

Además de usar el concepto de violencia como entidad
supraclasista abstracta, confiriéndole la
característica universal de mero instrumento
técnico de las relaciones sociales, los materialistas
vulgares como Henderson, especulan con el neofreudismo hasta el
punto de tomar los sueños de un atormentado hombre, como
dato con validez científica(Henderson, 1.985).

Cuáles son las características de este
neofreudismo aplicado a la explicación de la
violencia?

1) Reducción de los fenómenos y procesos
sociales a la conducta individual.

2) La conducta es efecto de la acción
excepcional de factores psicológicos.

3) Separación de la actividad psíquica del
hombre y los factores materiales y
sociales.

4) La actividad psíquica aparece como la suma de
instintos inconscientes e irracionales.

La teoría de Freud sedujo a
muchos antropólogos, como ocurrió con Malinowski,
quien después la desecha a consecuencia de sus estudios de
psicología
primitiva y antropología sexual. Porque gracias a
éstos, descubre que el famoso complejo de Edipo no es
universal, pues no se manifiesta entre los indígenas de
las islas Trobriand. Debido a la ignorancia de la paternidad
fisiológica, la relación genética
entre padre e hijo es desconocida, pues creen que el niño
es concebido por los espíritus de las aguas, donde las
mujeres se bañan. En este caso, no existen celos hacia el
padre carnal, sino al tío; pero por la autoridad que
tiene.

El determinismo freudiano se basa en la fuerza unilateral de
los instintos innatos y las inclinaciones irracionales del
hombre, donde la actividad psíquica se basa en la lucha
entre el consciente y el inconsciente, donde el determinante es
este último como sustancia de la psique. Lo consciente es
una superestructura que oculta los verdaderos móviles de
la conducta.

En síntesis, la tesis de Freud es que los instintos,
sobre todo el sexual, determinan la conducta humana en la pugna
Eros-Thanatos.

A partir de esta tesis edípica, especulan sobre las
causas del comportamiento agresivo, especialmente en lo que tiene
que ver con su connotación sexual:"De la tesis
psicoanalítica de la hostilidad instintiva inconsciente
del niño hacia el progenitor del mismo sexo, Freud
construye un modelo de
todas las manifestaciones de agresividad del adulto, del
fenómeno de la violencia en general (Denisov, 1.986)".

Si bien los más acérrimos críticos del
freudismo son los psicólogos marxistas, algunos
académicos occidentales lo critican acerbamente. Es el
caso de Colin Wilson, quien considera inadecuado explicar la
conducta de todos los hombres en general y la vida social, con
base en los análisis del comportamiento de los enfermos
mentales.

Causas y motivos: lo
económico y lo cultural

Los académicos idealistas critican al marxismo por su
reduccionismo económico. Sin embargo, los hechos confirman
sus tesis, es la historia la que le da la
razón, quien da testimonio de su objetividad. Tomemos como
ejemplo la invasión a Irak, que
comienza con la denominada Guerra del Golfo. ¿Cuál
es la causa de este fenómeno?; ¿Obedece a
determinantes culturales o económicos?; Acaso a la cruda
lucha por la existencia en la duras condiciones medio ambientales
del desierto?; ¿O a un gen asesino en los cromosomas de los
árabes?

La causa es esencialmente económica, pues desde hace
muchos años, el imperio norteamericano con la ayuda de su
punta de lanza en el medio oriente(Israel), tiene el
monopolio de
la extracción, comercialización trasporte y distribución del petróleo, concentrado en las siete hermanas
petroleras. Si Hussein utiliza motivos culturales (religiosos)
para movilizar a los árabes a una guerra santa contra el
imperialismo, detrás de estos motivos está el
determinante sustancialmente económico. Ahora el estado
sionista norteamericano, se enfrenta a aquello que siempre
había temido:

Washington siempre ha temido la unidad de los árabes,
cuyas acciones
coordinadas han hecho, en última instancia, acrecentar el
potencial antiimperialista de su política, han aumentado
su decisión de defensa de sus derechos legítimos y
por consiguiente, han debilitado las posiciones del imperialismo
norteamericano (Zabrodotski, 1.989).

El factor cultural tiene un peso positivo en virtud de su
naturaleza psico-social, ya que en lugar de ser opio del pueblo,
el Islam se ha
convertido en un poderoso mecanismo de unificación de
intereses frente a un enemigo común. A guisa de ejemplo,
la comunidad de
intereses entre grupos shiitas y sunitas, que aunque enemigos
durante el gobierno de
Hussein, hoy combaten hombro a hombro contra la coalición
imperialista.

Estos conflictos
deben mirarse desde la dialéctica de lo cultural y lo
económico; el caso del Líbano es un ejemplo
concreto. Si bien el conflicto
aparece como la pugna entre cristianos y musulmanes
(árabes), quienes son los pobres de esta Suiza del
medio-oriente, este es esencialmente una lucha de clases, que
fenomenológicamente se manifiesta como un conflicto
religioso. El que la sociedad libanesa sea una sociedad de
clases, se puede demostrar con cifras. Según el periodista
y economista ruso Y. Zabrodotski, en vísperas de la
conflagración civil, tan solo un 5% de la población monopolizaba la mitad de la renta
nacional, el 20 % de los libaneses obtenían ingresos que
superaban el índice medio anual per cápita ( US 425
); la gran mayoría de la población representada por
los obreros de la construcción y la industria,
sólo percibía entre el 12 y el 15 % de la
renta nacional. Es de suma importancia anotar, que quienes
ejercían el poder desde el Estado, era la gran
burguesía comercial y financiera, cristiana en un
75 %.

Para ilustrar el paso dialéctico de lo cultural a lo
económico, esta caracterización de la estructura
social del Líbano:

El balance del desarrollo del país bajo la égida
de la burguesía cristiana prooccidental puede resumirse en
el aspecto social y económico por medio de estas dos
concatenaciones:

Los cristianos, la esfera no productiva, occidente, los ricos,
la derecha, el poder, los antipalestinos.

Los musulmanes, la esfera productiva, el arabismo, los pobres,
la izquierda, los dependientes, los propalestinos (Zabrodotski,
1.989 ).

Estas dos concatenaciones en negación mutua constituyen
el molde de la escisión nacional, que de religiosa se
tornó en social y económica.

Conclusiones

Todos los argumentos del materialismo cultural apuntan a
explicar e incluso a justificar los fenómenos de la
violencia social en Colombia, por el determinismo ambiental,
genético y tecnológico. En contraposición la
historia de los pueblos mestizos latinoamericanos, permite
explicar la violencia como un fenómeno político que
comienza con la escisión de la comunidad humana en clases,
y la consiguiente explotación de la una por la otra. Si
nos miramos como un producto
histórico, y como naciones aún en proceso de
consolidación, no podemos esperar que una comunidad
fundada en la esclavitud, el
genocidio, el saqueo y el oprobio, sea pacífica; sobre
todo si estas mismas condiciones se mantienen tras la
máscara de una modernidad que
parece estar todavía lejana.

Las endogamias culturales y genéticas retroalimentan el
determinismo de una historia socio-cultural que no cambia, pues
el aislamiento geográfico congela en el tiempo a
comunidades que todavía funcionan con instituciones
medievales y creencias de la edad de piedra:

Adviértase que hablo del determinismo
geográfico, no del determinismo de los genes; soy un
convencido del indeterminismo genético. El determinismo de
la geografía
lo tomamos no de una forma plana, simple, la geografía
actuando por ella misma en el sentido como fue divisado el asunto
del clima por
Francisco José de Caldas. Ni el clima ni la
geografía por sí solos pueden determinar la
conciencia y la conducta de los hombres, la superioridad de unos
sobre otros. Se trata aquí de la geografía que
aísla, impide la
comunicación, el acceso, fortalece nichos
ecológicos, aislamientos, tanto más si el hombre
permanece impasible e inmóvil frente a las barreras
naturales (Yunis, 2.004, p.134).

Son regiones donde no llegan automóviles porque no hay
vías; pero sí aterrizan aviones cargados de
ejércitos transnacionales, dólares y armas.
Después esas mismas naves despegan cargadas con toneladas
de cocaína y
unas cuantas especies de la fauna local.

No se puede esperar la paz si la esclavitud sigue vigente en
África y
América
Latina; se reportan casos en Mauritania y el Brasil. Colombia
es uno de los países involucrados en la trata de personas:
la exportación de mujeres para las mafias de
la prostitución en Europa y Japón,
y de hombres para la esclavitud agrícola, es ya, un lugar
común.

Si se quiere explicar el fenómeno de la violencia
social, hay que volver los ojos a la historia de la humanidad;
pero especialmente a la nuestra, impresa con caracteres
sangrientos. Una verdadera saga de esclavitud, corrupción, destrucción y muerte. Somos
un producto histórico y como tal tenemos que
analizarnos.

Referencias

Arocha, Jaime (1979) La violencia en el Quindio,
Bogotá : Editorial Tercer Mundo.

Denisov, Vladimir (1986) Violencia social, Moscú :
Editorial Progreso.

Henderson, James (1985)Cuando Colombia se desangró,
Bogotá : Editorial El Ancora.

Yunis, Emilo (2004)¿Por qué somos así?,
Bogotá : Editorial Temis.

 

 

 

 

 

Autor:

Javier Flórez Miranda

Antropólogo Social de la Universidad
Nacional de Colombia

Especialista en Constructivismo y
Educación
Virtual

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter