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La neurobiología de la psicoterapia: Las neuronas y las sinapsis en acción (página 2)




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

Ya que hemos visto que la gran mayoría  de los
terapeutas que hoy ejercen esta profesión son laicos —
significando que no son médicos — aparecería
apropiado adoptar la posición de que el
conocimiento cabal de las enfermedades que afectan el
cuerpo sería innecesario para lograr los cambios de
comportamientos requeridos por un paciente que busca alivio a
problemas
"personales" o de índole existenciales — como
sería una pérdida de posición, ser querido,
o prestigio.    

Muchos consideran que éste debe de ser el caso,
añadiendo a estas consideraciones que todo lo que el ser
médico proporciona a un terapeuta es la potestad de
"recetar píldoras" — algo que cualquier médico
puede hacer y que, en efecto, comúnmente, hace. Ya que la
mayoría de las recetas por medicinas psicoactivas son
escritas por médicos generales o que pertenecen a otras
especialidades.

Pero existen otras reflexiones de naturalezas prácticas
y de la mayor importancia que debemos de tomar en cuenta; por
ejemplo el hecho de que muchos destacados neurocientíficos
que han hecho contribuciones enormes a esa ciencia, son
eruditos, pero no son médicos — lo que no impide que
hayan avanzado nuestros entendimientos de las funciones del
cerebro de manera
decisiva.

Monjes caminando sobre ascuas
ardientes…

Como hemos ya visto en muchas de mis previas contribuciones a
la psiquiatría, al comportamiento, y a las aplicaciones de las
neurociencias a los trastornos del comer, decididamente, la
última década del siglo pasado se
caracterizó por ser una en la cual las neurociencias
lograron hacer un impacto enorme en el mundo de la
psiquiatría, de la psicoterapia y
del psicoanálisis.

Muchas de las contribuciones aludidas provinieron de lumbreras
como son Oliver Sacks, António
y Hannah Damasio, Louis Cozolino, Eric R. Kandel, V. S.
Ramachandran y muchos otros en números muy grandes para
ser mencionados en este espacio limitado.

El resultado de esta amalgamación de profesionales
representantes de varias disciplinas — de antaño
consideradas distantes, y (tristemente) a veces hostiles entre
sí — ha sido que hoy las ciencias que
estudian la díada del cerebro y la mente viajan en la
misma dirección como cofrades cordiales en
exploración de las mismas metas.

La nueva
biología
de la mente

Antes de la unificación del cerebro y la mente, en lo
que hoy creemos que son entidades indivisibles, la
posición que muchos intelectos notables tomaban era muy
simple y directa.

Faith Healing, © Colin Anderson/Brand X/Corbis, RF, 2, 30s adult, Adults, Angel, Composite photography, Deity, Faith, Females, God, God, Healing, Health care, Healthiness, Hope, Inspiration, Manipulated photography, Mid-adult, People, Powerful, Praying, Religion, Whites, Women

Curación por fe

Estudiemos lo que expresara en el libro que
escribió el prominente profesor de la
Universidad de
Yale, Marshall Edelson, titulado: Hypothesis and Evidence in
Psychoanalysis.

Edelson, en el año 1986, argumentó que el efecto
de conectar la teoría
psicoanalítica con una fundación
neurobiológica, o de tratar de desarrollar ideas acerca de
cómo los diferentes procesos
mentales son mediados por sistemas
existentes en el cuerpo, deben de ser resistidos como una
expresión de confusión lógica.
Para este experto, la mente y el cuerpo deben de ser considerados
separadamente. Además, y continuando en la misma manera de
pensar, nos aseguraría, este filósofo de la ciencia, de
que la división existente entre el cuerpo y la mente no
era resultado de las tecnologías inadecuadas de entonces,
sino que constituía una necesidad lógica y
conceptual que nunca podría ser
mitigada.       
                

A partir del momento en que Edelman expresara sus ideas
radicales acerca de la separación, por él exigida,
entre el cuerpo y la mente, muchos nuevos acontecimientos en el
mundo científico han tenido lugar que a él lo
conceptúan como persona de puntos
de vistas tan indefensibles como rígidos.

El
psicoanálisis como
disciplina
hermenéutica

Como ciencia y como teoría, el psicoanálisis ha
venido aplicando la elaboración de las ideas tan ricas,
como poderosas, que provinieran de las observaciones intuitivas y
sagaces que Freud hiciera,
sin tratar de documentarlas, porque, entonces, carecía de
los métodos,
para fundamentarlas.

En el presente, y asistidos por técnicas
de laboratorio
muy sofisticadas, podemos validar, de manera objetiva, los
cambios que resultan del proceso de la
terapia, a medida que éstos ocurren en el cerebro.

Por ejemplo, el concepto de la
indefensión aprendida es un prototipo de la
aplicación de modelos
animales al
entendimiento de las ciencias de la mente, como nos asistieran en
este respecto los experimentos de
S. Milgram y otros. (Véase mi artículo: El
Experimento
de Milgram… en www.cabinas.net).

Sinapsis

Las contribuciones de las neurociencias al entendimiento de
los efectos de la psicoterapia es vasto, ya que conciertan las
aportaciones de muchas disciplinas que hoy laboran en conjunto:
la psicología
conductista, la psicología cognitiva, la neurociencia y
la biología molecular.

El impulso recibido de
la psicofarmacología

La psiquiatría ha sido revitalizada por los campos de
la biología molecular, la genética,
y la tomografía cerebral computarizada, sin que
mencionemos el impacto que ha recibido del uso de drogas
legítimas y aun de otras que no lo son — cada vez en
mayor abastecimiento — y que han logrado modificar el curso de
tantas enfermedades que antes se consideraran crónicas e
incurables.

Pero, aun nos queda la labor inconclusa de determinar
qué hacer con tantos pacientes que, a pesar de todos los
nuevos acontecimientos y desarrollos modernos, no mejoran con los
métodos conocidos y, que, por su parte, sorprendentemente,
mejoran por la magia de la fe y por el uso diestro de la
psicoterapia.

En un ensayo muy
breve acerca de la psicoterapia que, Eric Kandel titulara:
Afterword: Psychotherapy and the single Synapse Revisited.
El ilustre psiquiatra, ganador del Premio Nobel, nos dice:

"Necesitamos poner la psicoterapia en una base
científica, para explorar sus consecuencias
biológicas, usando técnicas de imagen
computarizadas y cualquier otro medio empírico de
evaluación
".

De la mayor importancia, nos afirma Kandel, es el
reconocimiento de que existe una necesidad crucial, por todos
quienes tratan enfermedades y enfermos, de asistir al paciente y
a sus familiares para que adquieran un entendimiento cabal de, y
aprender a lidiar con, las condiciones que los aquejan.

Precisamente, esto último fue lo que
señaláramos en Dublín en el 1982, durante el
Décimo Congreso Internacional de The Association for
Child and Adolescent Psychiatry and Allied Professions
,
cuando presentáramos el trabajo
vanguardista que fuera preludio a nuestra dedicación al
self-help: "Anorexia Nervosa: The Role of Educating the
Patient and the Family for a Favorable Treatment
Outcome
".

Hasta ahora, los efectos de la educación de los
pacientes es un recurso irreemplazable cuando se tratan la
mayoría de las enfermedades, especialmente, los que son
víctimas de las enfermedades del comer.

Auto-ayuda o ayuda propia

Prosigamos, entonces

El entorno afecta la función
cerebral y la psicoterapia actúa de igual manera, como en
seguida veremos.

El psicoanalista Heinz Hartman en el 1958 expresó el
punto de vista de que, ciertos animales sociales —  los
seres humanos entre ellos — deben crecer en un entorno,
"aceptable y predecible", porque, de lo contrario, los avances
futuros de las dimensiones sensoriales y sociales del desarrollo
normal, podrían ser desorganizadas de maneras
desastrosas.

Estas ideas recibieron documentación científica,
provenientes  de los trabajos de René Spitz y de John
Bowlby en el ser humano. En los animales, las recibieron del
psicoanalista Jules Massermann en Chicago (trabajando con gatos)
y Margaret y Harry Harlow en la Universidad de Wisconsin
(trabajando con monos).

Examinemos las contribuciones de los Harlow.

En un esfuerzo a criar monos que fuesen fornidos y resistentes
a la adversidad y al dolor psíquico, los experimentadores
separaron de sus madres, monos recién nacidos
privándolos de todo contacto social, alimentándolos
con fórmulas especiales, y proveyéndoles con todas
las medidas higiénicas de rigor.

Los monos serían alimentados por control remoto,
mantenidos en aislamiento social, mientras que sus
comportamientos eran observados a través de espejos de una
sola vía (o cristales de espejo).

Los sorprendidos investigadores encontraron algo totalmente
inesperado, en que después de un año del
aislamiento total, los monos exhibían deterioros severos
en sus dimensiones de comportamientos sociales y
psicológicos.

Cuando los monos fueron integrados con el resto de la colonia,
parecían retraídos, no jugaban con otros simios, su
acicalado característico e interacciones sociales eran
mínimos, y, si eran agredidos, no se defendían.

Casi todas las actividades que los monos manifestaban
serían limitadas a comportamientos auto-dirigidos, como
serían chupándose la piel,
agarrándose las manos y la automutilación, como
constituirían morder las manos y los dedos y
rasguñarse las caras.

Mono experimental

También tendían a agacharse en una esquina de la
jaula, donde permanecían inmóviles e indiferentes,
o se mecían en vaivén, como suelen hacer algunos
niños
autistas.

Cuando estos monos alcanzaron la madurez sexual, todos
rehusaron contacto genital con otros monos, y algunas monas que
fueron inseminadas artificialmente, rechazaron sus
crías.

Estos resultados se obtuvieron con solo seis meses de
aislamiento y privación social. Otros monos, con
desarrollo normal, podrían sobrevivir sin problemas,
períodos posteriores y prolongados de
incomunicación.

Los investigadores, decidieron, entonces, determinar
cuáles eran los ingredientes necesarios para la producción del síndrome del
aislamiento en los monos.

Ellos encontraron que suministrando al mono joven la imagen de
una madre subrogada, en la forma de una muñeca de madera
cubierta con un paño, despertaba comportamientos de apego,
pero no lo suficientes para que la conducta normal
emergiera.

Sin embargo, el comportamiento social ocurriría
normalmente si en adición a la presencia de la madre
subrogada, el mono incomunicado gozara del contacto, por varias
horas al día, con un mono normal proveniente de la
colonia. 

Modelos animales de
psicoterapia y monos terapeutas

Más adelante Harlow y Suomi descubrieron que el
síndrome puede revertirse en su totalidad con el uso de
monos psicoterapeutas.

Las características de un mono terapeuta
incluían, por parte del terapeuta, de un pugnaz y
obstinado interés en
el mono aislado, una insistencia decisiva en la interacción social con el mono que a
él lo necesitaba y una dedicación altruista.

En seis meses de terapia, el mono "enfermo", usualmente
experimentaba una recuperación total.

Otros autores, trabajando con infantes de nuestro género han
demostrado que la privación sensorial, aunque no sea
total, puede afectar el desarrollo emocional de algunas
víctimas de cataratas congénitas.

Fibroplasia retrolental

Una lección aprendida de los simios  terapeutas
fue la de que la determinación del mono, en la
posición de terapeuta, a ayudar su paciente era factor
decisivo en la obtención de resultados.

Prosigamos en este momento con el establecimiento de una
infraestructura común entre la psiquiatría moderna
y las ciencias naturales

Existen cinco principios que
resumen en su forma más simplificada el pensamiento
actual de los biólogos acerca de la relación que
existe entre el cerebro y la mente:

Principio 1. Determina que todos los procesos mentales, aun
los más complejos de orden psicológicos, derivan de
operaciones
que tienen lugar en el cerebro.

Principio 2. Determina que los genes, y combinaciones de
genes, en especial, ejercen un control significativo en toda
forma de comportamiento.

Principio 3. Determina que genes alterados no explican por
sí solos todas las diversidades de los trastornos
psiquiátricos mayores. Que el desarrollo social
y otros factores similares contribuyen asimismo a su
entendimiento. Que de la misma manera que combinaciones de genes
contribuyen al comportamiento, incluyendo el comportamiento
social, que los factores sociales y del entorno ejercen acciones en el
cerebro modificando la expresión de los genes.

Principio 4. Determina que alteraciones en la expresión
genética inducen cambios en los patrones normales de las
conexiones neurales. Y que estos cambios no solo contribuyen a
las bases biológicas de la individualidad, sino que, se
presume, que son asimismo responsables por iniciar y mantener
anormalidades de comportamientos que son inducidas por
contingencias sociales.

Principio 5. Determina que la psicoterapia puede ser efectiva
y que puede producir cambios permanentes en el comportamiento de
los pacientes. Lo que resulta de procesos de aprendizaje y de
cambios en la expresión genética que alteran los
patrones anatómicos de las células
nerviosas del cerebro.

Ahora examinaremos el hecho de que la psicoterapia y la
fármacoterapia pueden, ambas, inducir alteraciones
similares en la expresión de los genes y en cambios
estructurales del cerebro.

Lo que se ha constatado, en la nueva biología de la
mente, es que la psicoterapia es capaz de producir cambios
substanciales en el comportamiento de los individuos por medio de
la producción de alteraciones en la expresión de
los genes que resultan en cambios estructurales de la materia
encefálica.

Empatía y el cerebro

Lo que lo antedicho torna obvio, y que resulta muy
convincente, es el mantener que la psicoterapia exitosa, acarrea
consigo cambios substanciales en el comportamiento, mediados por
alteraciones en las expresiones de los genes que producen nuevas
permutas orgánicas en el cerebro.

Por ejemplo, muchos autores han sugerido que cuando un
terapeuta habla, y el paciente escucha, el terapeuta no solo hace
contacto visual con el paciente, sino que la acción
de la maquinaria en el cerebro del terapeuta, está
produciendo cambios, directos e indirectos en la
organización neuronal del cerebro del paciente y
viceversa.

Al grado de cómo nuestras palabras producen cambios en
las mentes de nuestros pacientes, es posible que las
intervenciones terapéuticas producen transformaciones que,
considerados desde esta última perspectiva, hacen que las
metodologías biológicas y sociopsicológicas
se fusionen.

Sybil

Cumplía 17 años cuando comenzara tratamiento por
un cuadro clínico muy complejo. Envolvía la
presentación de la anorexia
nerviosa, acompañada por ataques de vómito
auto-inducido, claustrofobia, agorafobia, fobia escolar,
pesadillas terribles y alucinaciones hipnagógicas e
hipnopómpicas.

Su estado
físico se había deteriorado enormemente, desde que
su novio la abandonara por otro viejo amor.

Pasaba los días yaciendo oculta en un cuarto sin
iluminación o ventilación. Si
caminaba unos metros se desmayaba, se quejaba de ser gorda
(mientras que, en realidad, lucía cadavérica).

"Estoy gorda"…

Había sido tratada con medicinas neurolépticas,
como algunos médicos estilan, para lograr aumentos
iatrogénicos de peso y para estimular un apetito que no
necesita ser estimulado. (Véanse mis artículos al
respecto en psikis.cl y en
monografías.com).

Dedicaba su tiempo a la
indulgencia en la desesperanza propia y al llanto, alternando con
períodos de rabia explosiva, cuando destruía todo
lo que encontraba en su paso, mientras profería
obscenidades que, para su personalidad
tímida y pasiva, resultaran poco
características.

Sybil representaba, no sólo la epítome del caso
difícil, sino que también era una paciente que
nadie deseaba tratar por su resistencia
obstinada a la terapia, a mejorar, y — peor aún — al
cambio.

La terapia de Sybil y la psicodinámica del silencio
terapéutico y curativo — o el silencio como proceso y
como accesorio de la terapia reflexiva-introspectiva
(insight-directed therapy).

En las etapas tempranas de una terapia intensiva, la paciente
permaneció retraída, silenciosa y circunspecta.

Durante ese período se mantenía una atención esmerada a su dieta y actividades
físicas. El terapeuta estando presente por la
duración de cada comida.

Durante la terapia, el médico explicó a la
paciente el proceso en todo detalle y la alentó a que
leyera de un libro que presenta a una adolescente en medio de un
procedimiento
de aprendizaje filosófico. El libro se titula: Sophie"s
World: A Novel About
the History of Philosophy por el
autor noruego Jostein Gaarder.

A medida que la progresión de la transferencia se
solidificó, la paciente demostraría un
interés genuino en la psicología clínica y
en las neurociencias. En ese momento se creyó apropiado
regalarle una copia del libro A User"s Guide to the Brain
por John J. Ratley.

La naturaleza del
desarrollo mismo de la terapia condujo a que la paciente empezara
a aceptar mayor responsabilidad por sus comidas, que se arriesgara
a manejar un carro de golf para participar en actividades
sociales en un centro turista cercano, donde encontraría
oportunidades de conocer personas de su misma edad con quienes
compartir y gozar de actividades apropiadas a su edad.

Gradualmente, la energía física que estaba
ausente, retornaría permitiendo a la paciente retornar a
una universidad para continuar sus estudios.

En
resumen

La neurociencia nos indica que la terapia efectiva produce
cambios estructurales en el cerebro de los pacientes que de esta
técnica se benefician. Liberando sus inhibiciones,
permitiéndoles lo que Freud dijera eran la libertad para
el amor y el
trabajo.

Bibliografía

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(en proceso de publicación)

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albedrío: La singularidad de la Reina Roja
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Larocca, F. E. F: (2007) La Anorexia
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Larocca, F. E. F: (2007) Temas de Neurociencia en el Tratamiento
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Larocca, F. E. F: (1984) The Psychiatric Clinics of North
America Issue on Eating Disorders
W B Saunders

 

 

 

 

 

 

Autor:

Dr. Félix E. F. Larocca

República Dominicana

Partes: 1, 2
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