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El abuelo al geriátrico (página 2)




Enviado por gracasar



Partes: 1, 2

También se observan  personas que han ingresado a
las instituciones
estando lúcidas y en buen estado general
e incluso que han participado favorablemente en la
decisión de su ingreso y que en pocos días caen en
depresión progresiva, volviéndose
vulnerables y frágiles.

Algunos se adaptan, pero todos los que conservan su lucidez
suelen emocionarse hasta el llanto cada vez que mencionan algo
referente a la familia y
su hogar, que consideran perdidos. Son conscientes de su estado y
capaces de reflexionar y emitir opiniones sobre la vida pasada y
presente y aún, hablar de la muerte
próxima.  Conocen perfectamente de dónde
vienen y dónde están, del trato que reciben en la
Institución y del comportamiento
más o menos apático de algunos de sus familiares.
Por ellos sienten afecto y resentimiento, en forma ambivalente;
volviéndose este último sentir  más
agudo cuando no vienen a visitarlo e incluso pudiendo llevar tal
motivo, a crisis
emocionales más o menos agudas.

Los que se adaptan, pueden participar en reuniones y tareas de
Laborterapia y Recreación
(si es que en la institución se dispensan realmente esos
servicios).
Para otros, el ingreso al Geriátrico significa una
muerte en vida
y el inicio de una carrera de decadencia hasta que sucede la
muerte real.

Los familiares a su vez, que manifiestan por lo general: " lo
trajimos porque ya no lo podíamos tener casa…", es
común que comiencen a distanciarse.

A veces, es tal la autoconcentración del viejo, que
hace imposible el diálogo;
lo que también suele ser motivado por las consecuencias de
la medicación que recibe.

Algunos familiares se limitan a pagar la " cuota" y parten
rápidamente, aludiendo a que sufren mucho si ven al
interno en el estado en
que está.

  En una buena cantidad de casos, se recurre al
engaño para la internación. A los que se les ha
dicho, por ejemplo, que " va de visita" o que " lo dejan por un
rato", reaccionarán con pavor cuando se dan cuenta de la
realidad, por lo que el médico puede recurrir a la "
camisa farmacológica" en la crisis, a lo  que luego
se iniciará gradualmente el acomodamiento 
forzado.

La situación
objeto

Podemos imaginarnos que todos los actores  de esta
familia,
están capacitados para tomar decisiones racionales, en el
supuesto que gocen de  una salud mental
aceptable…pero no gozan de paridad, en cuanto a la
independencia
del tipo de elección de vida futuros. El viejo toma
decisiones, solamente antes que se decida en el seno del grupo, su
partida del mismo. Por, lo que, todo lo que pueda hacer para
evitarla, será en el período anterior que
 ésta se produzca. También señalamos en
este caso, la no posibilidad de opción por parte del
geronte, en cuantas otras alternativas a su elección, como
por ejemplo alquilarse un departamento…

  Por otra parte, el mundo cotidiano de la familia se
supone como un interjuego de afectos y sentimientos, relaciones
de autoridad,
poder y
sumisión, relaciones económicas, de
utilización de los espacios, etc.

  La " situación previa" a la partida, por lo
general se caracteriza por tensiones y fricciones entre los
miembros del grupo, adultos y jóvenes por un lado, y el
viejo por el otro, entre todos con todos. La expresión: "
No lo aguanto más", es común, hacia la vereda del
anciano, que les quita espacio y libertad,
resultando más una carga, un estorbo.

Algo sucede, que la situación explota en " crisis": "
él armó un escándalo", porque el más
joven llegó a la madrugada, o porque no quiere que le "
toquen sus cosas"; o porque rompió algún elemento
de uso común… Entonces, los familiares más
adultos (él o los que pueden pagar la cuota mensual para
la internación, o efectuar los trámites para que
una obra social la facilite), deciden la internación.

¿Cómo decírselo? ¿Cómo
hacer que lo acepte? ¿Cómo hacer para no quedar con
" cargo de conciencia"?
¿Cómo justificar la medida?

Los medios para
viabilizar este trance, son el convencerle que ya no puede seguir
con ellos y que estará más tranquilo, cuidado y
mejor en una Institución. Por lo general se repite un
ciclo de " situaciones previas" y " nuevas crisis"; lo que da
lugar a la decisión definitiva de la " partida" del
anciano, lo que llamamos " situación de solución
límite".

Las reacciones ante la " situación de solución
límite", por parte del viejo, son diversas. Primeramente
no  quiere creer lo que le dicen: Puede considerarlo una
nueva amenaza " para que no lo vuelva a hacer". Puede gritar o
llorar, pero por lo general se va a resistir. Por supuesto que
existe quien lo acepta, porque se auto convence que no hay otra
salida y opta por contribuir. Algunos esconden la esperanza de
que " se arrepientan y lo busquen", o que la privación de
su presencia les será un castigo merecido. Algunos deciden
durante la " situación previa" o tras una de las "
crisis", su propia internación, no sin dolor. En contados
casos, la auto internación se efectúa esgrimiendo
deseos de independencia.

La generalidad nos remite al hecho de una familia que decide
desprenderse de la convivencia con el viejo y enviarlo a que lo
cuiden y atiendan en otro lugar; como decisión más
ventajosa para ambas partes (aunque cada uno sienta en su
interior que es ventajosa para el grupo que lo despide).Si conoce
la verdad de la decisión tomada, el anciano elige ir
porque no tiene otra posibilidad… Sólo le queda
adaptarse o no.

Destacamos, entonces, que el geronte sólo puede
efectuar decisiones libres que optimicen su bienestar, en la
etapa de " situación previa", mientras que los familiares,
pueden hacerlo en todo momento, incluso también pueden
finalmente, " echarse atrás".

Análisis de
los comportamientos de los actores intervinientes en la
situación previa

             
Denominaremos (F) a el o los familiares " agobiados", por el
problema creado en el hogar, con relación al viejo (V)

             
  Suponemos que por cada parte, se podría elegir
una estrategia
solidaria (S), o una estrategia egoísta (E), con
combinación o alianza entre dos personas, que pueden ser "
uno" y " cualquier otro" miembro del grupo,
distinguiéndose cuatro posibilidades que elegimos en el
orden que sigue: (Tomado de Jon Elster, Zona Abierta, 1984)

" A. Cooperación universal: todos eligen – una
estrategia solidaria- (S)

   B. Egoísmo universal: todos eligen
-una estrategia egoísta- (E)

    C. " El franco tirador": " uno"-de
los miembros- en este caso  la familia, elige – una
estrategia egoísta (E) y " cualquier otro"- miembro del
grupo- elige- en este caso el viejo, una estrategia solidaria
(S)

     D. " El primo": " un"- de los
miembros- elige una estrategia solidaria (S)- en este caso la
familia y cualquier otro miembro del grupo- en este caso el
anciano-, elige una estrategia egoísta (E)

               
En el análisis,  solamente la estrategia
solidaria tiene una connotación positiva, ya que alude a
los valores
humanos que integran  y construyen lo que
salvaguardaría la conformación natural del
núcleo básico de la sociedad: la
familia.

" A" Cooperación universal: Estrategia
solidaria

                
En virtud de los sentimientos familiares comunes, los actores
deciden quedar integrados en el grupo, buscando ayudas
profesionales y apoyo de personas idóneas que alivien las
tareas de atención del anciano. Si éste es
auto-dependiente, procurarán que  se inserte en
tareas recreativas o en instituciones de " día", para que
continúe su crecimiento personal. En
todos los casos, tratarán de limar asperezas y oxigenar
las relaciones entre ambas partes para permanecer unidos.

         
     El geronte, puede de su propia
iniciativa,  expresar a sus familiares que busquen alguien
que los ayude para atenderlo y abonar el servicio con
sus propios recursos; al
tiempo de
privarse de opinar sobre determinadas cuestiones; permanecer en
su " rincón" en las horas agitadas de la casa, o
mantenerse fuera del hogar en alguna distracción, una
cantidad de horas.

                 
Todos los miembros, tratarán de controlar sus
comportamientos, a fin de evitar situaciones de " crisis" y de "
solución límite". De esta manera mientras el viejo
esté lúcido y su salud no empeore al punto de
requerir cuidados especiales, podrán seguir todos
juntos.

B.    Egoísmo Universal.
Estrategia egoísta.

                   
Tanto la familia como el anciano, exasperarán sin cuidado,
más y más las relaciones. Cada uno, tratará
de imponer al otro su voluntad, lo que llevará a
constantes " crisis" y a la " situación límite". El
geronte es conciente de las amenazas propinadas por sus
familiares, pero persevera en su posición argumentando su
autoridad de  persona mayor y
aún recriminando en forma permanente la falta de
consideración y respeto. Su
decisión es perseverar en tal actitud, pues
piensa que tiene la razón.

                   
Por su parte, el grupo también piensa que está en
lo correcto y que se trata sólo de obstinaciones 
propias de la edad. Aún, sin haber llegado a la "
situación límite", se sienten tentados por ella. El
resultado de ambas actitudes,
llevarán fatalmente al desprendimiento.

C.    El francotirador

          
        En este caso, la
familia elige una estrategia egoísta, mientras que el
viejo, una solidaria.  Por más que este
último, trate de " bajar los ánimos" y mejorar los
comportamientos, con la decisión de continuar todos
juntos, aquélla no está dispuesta a nada y quiere "
sacárselo de encima", a cualquier precio
La " crisis" se provocará por cualquier excusa y
sucederá la " situación límite"

D.           
El primo

                   
La familia elige una estrategia solidaria, mientras que el
anciano, se mantiene egoísta.

                    
La situación de tensión seguirá creciendo al
punto de convertirse " la casa en un infierno", donde todos
estarán atrapados.

                   
Por más que el grupo busque mejorar la situación,
porque no se quiere desprender del anciano, éste se
mantendrá empecinado en salvaguardar " su lugar" y
continuará con las hostilidades a cualquier precio. Las
crisis se sucederán diariamente, pero no se llega a la "
situación límite" a expensas de la actitud
solidaria del grupo.

Consecuencias de las
decisiones adoptadas

     Es evidente que en el planteo,
las estrategias (B) y
(C), concluyen con la partida del viejo; no así en (D),
aunque no lleva a nada satisfactorio para ninguna de las partes y
en (A), permite a los actores continuar con la vida en
común, pero impone disciplina, a
la interrelación de sus comportamientos.

     Las actitudes solidarias aluden a
valores de
responsabilidad y finalmente de amor por la
vida. Las egoístas, llevarán inequívocamente
a sufrimientos como los que se refieren al principio de este
trabajo: La
familia que decide deshacerse de sus mayores, pero a la vez 
se carga con culpas y lleva el dolor de las consecuencias de la
propia actuación, mientras sus miembros tienen vida (esta
consideración es en virtud que casi siempre, el ejecutor
en el grupo, es un hijo del anciano y éste último
sufre el dolor de perder en vida, todo lo construido hasta el
momento y queda con rencores y resentimientos hacia
aquéllos.

Necesidad de dar a conocer
a la sociedad estos resultados

 Nuestra sociedad podría optimizar los resultados
de sus decisiones en el plano familiar y humano, si se propiciara
una mejor información acerca de los problemas que
nos aquejan como grupo y como personas, a través de
la
educación y de los medios de
comunicación.

Las tensiones de la rutina familiar y los impactos que causan
en la vida de sus miembros las decisiones desacertadas, conllevan
dolor.

No se conoce y menos es objeto de difusión cultural, el
cómo son nuestros viejos, lo que sienten cuando se los
separa del núcleo familiar o cómo se puede mejorar
sus vidas. Por el contrario, son " carne de cañón",
a la hora de la distribución de los recursos sociales.

Lo más penoso es, que aunque no nos importe, ellos se
sienten " aún" personas y la generación actual no
percibe que la vejez es su
destino futuro. Además, que la vejez, no es sólo
destino individual, sino también, social.

Bibliografía

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debate.
Madrid,
CSIC.

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" Tuercas y Tornillos": Una introducción a los conceptos básicos
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FUSTINONI Oswaldo, PASSANATE Domingo (1990): La Tercera Edad.
Editores La Prensa
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GÓMEZ RODRIGUEZ,  AMPARO. (1988) "
Acción
individual, lógica
social". Zona abierta 48-49. Madrid

 

 

 

 

 

 

Autor:

Graciela María Casartelli

Unquillo, Córdoba, Argentina- Noviembre 08

Licenciada en Psicología  y Magíster en
Ciencias
Sociales  (Universidad
Nacional de Córdoba)

Partes: 1, 2
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