El proyecto emancipatorio de Enrique Dussel y la concepción marxista leninista (página 3)
En esta obra reaparece como
finalidad preconcebida y casi enfermiza,
el medir con un mismo rasero todo lo que
viene de Europa y
conceptuarlo bajo la égida de la categoría de
Totalidad. Para ello se toma como punto de partida la
filosofía hegeliana, máximo paradigma
dusseliano en tal sentido y posteriormente la
relación hombre–naturaleza.
Todo ello lo expone Dussel de manera escolástica pues
asume sin demostración científica tres elementos
importantes:
1. Relación Burguesía Proletariado cuya
formulación es la dialéctica del señor y el
esclavo (algo muy distante de la comprensión
marxista de los antagonismos sociales, para los cuales
estos tienen un fundamento objetivo la sociedad.)
2. Análisis simplista de la
categoría de alienación entendida
sólo con la finalidad de lograr la
homogeneidad. ( Esto es interpretado como
manera de imponer un
esquema, una racionalidad de la totalidad, lo cual
ilustra que todavía en este momento no se
tenía el
conocimiento que con posterioridad
induciría a Dussel para incorporar a
Marx en
su teoría, es decir, el Tomo I del
Capital,
Contribución a la Crítica
de la Economía
Política, Grundrisse, etc.)
3. No comprender, por
tanto, el papel del trabajo
y de la producción como
elementos metodológicos que
permiten encontrar las bases para explicar el resto de los
fenómeno de la sociedad, es decir, una visión
económica objetiva de la sociedad.
Esta imagen
de la producción que da Dussel, conduce
a un análisis tergiversado de las
relaciones materiales en
la sociedad, lo cual queda muy claro cuando
apunta: " Marx habla de la materia en
íntima relación con el mundo productivo
del hombre, pero no sólo materia como objeto
de trabajo que es transformada, por
supuesto, mediante el empleo de las
fuerzas físicas e intelectuales por parte del sujeto
productivo; sino también -y fundamentalmente- bajo
la forma de fuerzas productivas
heredadas de anteriores
generaciones, de relaciones sociales de
producción que se establecen en dependencia
del carácter de esas fuerzas productivas
y de su nivel de desarrollo.
(67)
En una palabra, el análisis de la
producción como punto de partida
para la comprensión materialista de los
fenómenos sociales, elemento metodológico
indispensable para conocer la sociedad, "núcleo
duro" del marxismo, es
apartada al tomarse elementos que no caracterizan
en realidad el pensamiento
marxista. Este esquema idealista que parte
del sujeto productivo como
anterior a la
materia trabajada, posteriormente
será desarrollado por
Dussel, cuyo pensamiento no se dirige -por
tanto- a resolver un problema para la ciencia,
sino a cumplir con una idea preconcebida de antemano:
descartar todo el pensamiento que procede del otro
lado del Atlántico para imponer un
esquema arbitrariamente construido. Por ello valora
la concepción de Marx como una doctrina
fuera del contexto histórico,
especialmente del de América
Latina: "En este caso, -explicaba- ser hoy
marxista en América Latina no seria
sólo retomar anacrónicamente a la
subjetualidad moderna, sino igualmente comete en su
propia conducta
una contradicción insuperable: Marx no habría sido
marxista ahora y aquí, por las mismas
razones que no fue ni kantiano ni hegeliano en su
época." (68)
Esta visión del marxismo, como doctrina
descontextualizada, indica que en esta primera etapa,
Dussel no había penetrado con la
suficiente madurez en el significado, que desde el
punto de vista teórico, tiene la obra de Marx.
Parte del criterio de que en
toda filosofía y en todo sistema
político, subyace de algún modo la
religión como elemento
auténtico e intrínseco de la naturaleza
humana; por ello, toda concepción
filosófica deriva hacia la adoración de algo, "dios
ha muerto" en Hegel equivale a
sustituir el dios por el dios de la razón; el "yo
pienso, luego existo" de Descartes
deviene hacia una sustancia que se diviniza; el
hombre por tanto lo que ha hecho es sustituir un dios por
otro. En este mismo rasero incluye la concepción de
los materialistas y de los marxistas también, por
supuesto. En la obra Introducción a la Filosofía de
la Liberación expone de manera muy clara esta
idea: " El absoluto -sugería al
respecto- o lo divino es el origen y, por lo tanto,
no puede negarse. Si el sistema es
dios, o lo es la materia, entonces dios es el ser, lo
que significa negar un creador.
Si se niega el absoluto
creador, indefectiblemente se afirma la divinidad del sistema.
No hay tres." (69)
Este reconocimiento de todo
lo divino como principio
insoslayable de lo existente, lo conduce a
conceptuar todos los sistemas
como una u otra forma de divinización, donde
incluye la concepción marxista como una manera
de divinizar e idolatrar: "Es el caso de Marx,
que posibilitó la divinización de la
burocracia stalisnista, sistema este que
carece de crítica exterior."
(70)
Esta misma idea -pero en relación con la
categoría materia y el Estado
Ruso- es expuesta en otros de sus trabajos: "En realidad,
Engels ha caído en
afirmaciones ontológicas indemostrables.
En nuestro caso no nos
importa si son demostrables o no, lo que
nadie puede negar es que no se trata
de un materialismo
"ateo": la misma materia ha sido divinizada, si
por lo "divino" se entiende el fundamento, el ser, lo
absoluto, la Totalidad. Políticamente hablando es un
tal panteísmo el que justifica cómo el fundamento
del estado
ruso actual la acción
represora contra la crítica. Es una
religión no secularizada, sino
una religión ontológica
materialista. El idealismo hegeliano o
el materialismo engelsiano tienen ambos un
discurso
idéntico en su forma: de la identidad (sea ésta el Ser como
idea o como Materia) procede el ente por
diferencia. En ambos casos el todo es la verdad, la razón:
el sistema. Es necesario ser ateos de una tal divinidad de lo
contrario la liberación de los oprimidos es
imposible en el sistema que dice expresar políticamente al
Ser (sea idea o materia). En nombre de
la materia o la naturaleza se
cometen injusticias. Nuestra posición
debe igualmente criticar la religión del materialismo
panteísta o naturalista, ya que puede ser
burocrática e imperial." (71)
La cita anterior muestra
cómo el objetivo preconcebido de
antemano de medir por el mismo rasero todo lo
que proviene de más allá del
Atlántico, conduce a identificar concepciones
filosóficas tan distintas, que -junto a la
noción idealista del autor (inferida a
partir del planteamiento anterior)- conducen
a identificar a pensadores tan
diferentes como Engels y Hegel.
Lo interesante en este caso sería
preguntarse cuál es el esquema de
pensamiento de ambos filósofos, cuál su
posición, qué diferencia
existe entre ambos. Al no
comprender estos principios
elementales de la filosofía, lo que hace Dussel es
embrollar la cuestión cuando mixtura, en un mismo partido
filosófico, tendencias que parten de principios
diferentes como son el idealismo y el materialismo.
De ahí que no sea extraño que, a
partir de este esquema de pensamiento,
Dussel logre dirimir la praxis
filosófica en comunión con la praxis
religiosa: " En
una filosofía de la
religión o meta-física
arqueológica, -explica- la praxis religiosa (sea de
dominación o liberación), es decir la praxis humana
(que no puede dejar nunca de ser religiosa en cuanto que
como tal está religada o tiene respectividad
con la totalidad de la realidad) es vista bajo el
aspecto del culto. (72)
En los párrafos anteriores se comete el
error metodológico esencial de no esclarecer el
esquema de pensamiento que se asume para el
análisis de los fenómenos de la
sociedad, es decir, se mezclan premeditadamente unos
elementos con otros.
La concepción materialista de la historia es el
punto de partida de Marx, lo cual permite al hombre
orientarse en la compleja red de fenómenos
sociales. Dussel se enfrenta a éste cuando desdice del
concepto de
clase social
al considerar que el mismo ha perdido perspectiva, aunque a veces
coquetea con él, pero sin
asumirlo con un esquema
materialista de interpretación: "La
categoría "pueblo" fue cobrando centralidad mayor
12 la mera categoría "clase" no
explicaba suficientemente lo que acontecía."
(73)
Su primer error fue tomar como premisa de
análisis el concepto pueblo, lo cual valorado
al margen del concepto de clase social, conduce
a una interpretación ahistórica,
atemporal del fenómeno, si no se define concretamente a
qué parte de la sociedad se refiere cuando se utiliza.
Dussel posteriormente se percató de esta deficiencia
y en una edición
posterior de Filosofía de la Liberación,
asume como concepto de pueblo el esbozado por Fidel Castro
Ruz, en La Historia me Absolverá.
Este mismo esquema ambiguo de Dussel se puede apreciar
cuando define la "Filosofía de la
Liberación", donde mixtura nuevamente
conceptos que tienen significados diferentes y
privan de una fortaleza teórica su discurso. "
Llamamos Filosofía de la Liberación –
apunta Dussel - al
discurso estrictamente filosófico,
saber científico dialéctico, que
da prioridad temática (el "de" como genitivo
objetivo) a la praxis de liberación del
oprimido (histórico social como clase
geopolíticamente como nación, sexualmente como
oprimido por las ideologías
y prácticas machistas,
pedagógicamente alienado y todo encerrado en
un fetichismo idolátrico), y prioridad en
cuanto origen y fundamentalidad (el "de"
como genitivo subjetivo) a la liberación
de la filosofía de la ingenuidad de
su autonomía absoluta como
teoría. La Filosofía de la
Liberación es un saber teórico
articulado a la praxis de liberación de los
oprimidos, hecho que piensa en primer lugar y como
condición de posibilidad de todo otro
tema. Lejos de pensar que " toda
filosofía es crítica del lenguaje".23, afirma que la
filosofía es crítica de la
opresión y esclarecimiento
de la praxis de la
liberación." (74)
Una de las reglas elementales de una definición, es que
debe ser clara y precisa. En la anterior se mezclan un
grupo de
conceptos sin esbozar cuál de ellos es la base
para comprender el fenómeno social.Dussel
sólo manifiesta el deseo de convertir en
un saber teórico articulado la
praxis de la liberación
de los oprimidos; pero desde esta
posición ambigua, abstracta y
oscilante es muy difícil orientarse u
orientar a alguien hacia los verdaderos caminos de la
liberación.
Esta presentación sistemática de la
ambigüedad abstracta, es un elemento que se sostiene en cada
uno de sus trabajos. Así en su
obra Praxis Latinoamericana y
Filosofía de la Liberación
repite el error señalado
anteriormente cuando mezcla los conceptos de pobre,
oprimido, clase, etc., con lo cual ataca subliminalmente la
concepción de Marx: "El oprimido
-sugiere- es el pobre en la política
(persona,
clase, nación, mujer en la
erótica machista, la niñez, la juventud, el pueblo en la
pedagógica dominación cultural."
(75) En resumen, al analizar
la obra de Marx en esta primera etapa, se
observa un rechazo por considerarla una filosofía
opresora y dominadora. Por otra parte el materialismo de Marx y
Engels, es examinado como una concepción donde, al igual
que en la religión, se adora algo, por ello, se define
como una nueva manera de religiosidad. También se utiliza
el concepto de clase social, pero mezclado con otros,
lo cual no permite un conocimiento
profundo de la vida social.
Dussel defiende una filosofía
del mimetismo para poder
insertarse en las sociedades
donde impera la represión. En muchas de
sus obras hace alusión al atentado con bomba
del cual fue objeto y a la muerte de
una de sus alumnas en ese acto. Este elemento no
permite encontrar a lo largo de toda su obra escrita,
un discurso claro y consecuente; hecho que obliga a
seguirlo pacientemente a través del
materialismo, idealismo, centro, izquierda, derecha; pero –
en resumen- en el orden de la filosofía el esquema
de pensamiento que adopta es el idealismo histórico-social
y la conciliación de clases en lo
político, lo cual expresa con exactitud la
distinción con respecto a Marx en esta primera etapa.
B) DUSSELIANIZACION DEL MARX DE LOS GRUNDRISSE.
Carlos Marx transitó
por múltiples caminos hasta llegar a la madurez
teórica en su obra cumbre El Capital. Muchos autores
han empleado diferentes métodos
para atacarlo: Varios de sus trabajos han sido
tomados para contraponerlos entre sí y
lograr un discurso marxista que se adapte a los intereses
de sus tergiversadores. Es muy conocida la famosa
contraposición del Marx joven al Marx maduro, de Marx con
Federico Engels -su colaborador más cercano -, o con
la figura de Lenin, uno de sus más fieles
seguidores. El caso de Dussel representa
una manera bastante original de forzar a Marx y adentrarlo
en un discurso diferente. Es lo que Ofelia
Shutte ha denominado "Dusselianización
de Marx". (76). Es decir, conducir a Marx de
una manera forzada y manipulada hacia los
caminos del "proyecto
liberador" dusseliano.
Los Grundrisse constituyen un
importante estudio de Carlos Marx,
previo a El Capital, donde se expone de manera
íntegra – pero aún sin pulir- la
doctrina económica de Marx. Este
trabajo no fue publicado en vida del autor y vio la
luz por
vez primera en el año 1939,
pero constituye un eslabón
importante – desde el punto de
vista metodológico- para
comprender integralmente la producción
posterior de este pensador. No obstante, a pesar de
que es mucho menos conocida que su obra cumbre, El Capital, en
él se puede encontrar al Marx maduro que
ha transitado desde el
idealismo al democratismo revolucionario hasta
el comunismo, y
se puede afirmar que hay un Marx materialista
en todos los aspectos, pues ha formulado
– con claridad meridiana-
la comprensión materialista de la
Historia. Sólo en el orden teórico faltan
elementos que posteriormente Marx
completará en otros escritos
y como colofón final estará la
publicación de El
Capital.
En primera instancia, parece que Dussel dedica la
obra "La Producción Teórica de Marx Un
Comentario a los Grundrisse" a realizar un
"acercamiento" a la obra de este creador. Pero,
¿qué elementos se deben precisar al abordar
críticamente este importante trabajo?
Debe analizarse si se
mantiene la conceptualización inicial de la
obra de Marx como "Ontología de la Totalidad", es decir,
si se sostiene que ésta es una
filosofía dominadora o si dicha posición ha
cambiado a la luz de una nueva interpretación.
Para Marx un momento de gran importancia en la
comprensión de los fenómenos sociales
lo constituye el análisis de la
producción, lo cual representa el punto de partida
necesario para el estudio científico de la sociedad.
Es preciso hacer un alto en la interpretación
que hace Dussel acerca de este importante
aspecto y de las reflexiones
originales que ofrece. En una de las partes de Los
Grundrisse, Marx critica a los economistas modernos
quienes interpretan incorrectamente la producción en el
sentido de que: "Según ellos, no puede
haber producción a no ser que haya un
instrumento de producción, aunque no fuese
más que la mano, la producción es
también necesariamente el fruto del trabajo
acumulado en el pasado, aunque fuese solamente bajo la
forma de destreza adquirida y concentrada en la mano
del hombre primitivo por el hecho de los ademanes.
(77).
Dussel toma esta cita (consultada en la edición cubana)
para cortarla y manipulada de la siguiente
manera: "En el caso de la
producción esas determinaciones son: un
sujeto que produce, que trabaja (la humanidad);
un objeto trabajado, materia universal o naturaleza; un
instrumento con el que se trabaja, "aunque este instrumento sea
sólo la mano" (5,34; 7,28); un
trabajo pasado, acumulado (aufgehäufte
Arbeit). Estas son las
determinaciones en general, más
abstractas o esenciales, de toda producción posible. Nos
dice para confirmar lo ganado." (78).
Es necesario el examen detallado de dicho
planteamiento por las implicaciones posteriores que
tiene para toda la obra. La cita se atribuye
íntegramente a Marx, pero en realidad éste se
pronuncia críticamente en contra de los economistas
anteriores, por tanto se parte de una premisa falsa,
lo que por lógica
debe llevar a una conclusión
incorrecta. A partir de lo
expuesto, Dussel plantea la idea del
sujeto que trabaja y la materia trabajada: (79)
"Debe tenerse en cuenta que el sujeto, como Marx
lo repite continuamente, - expone Dussel -
es primariamente "sujeto de
necesidad" o subjetividad necesitada. Si puede satisfacer
su necesidad con un objeto-natural satisfactor
(una fruta a la mano) el consumo
no estará mediado por un acto productor
-no habrá producción ninguna. Sólo en
el caso de que el "objeto-natural Satisfactor" no
esté a la mano, habrá que
producirlo. El sujeto-necesidad se transforma
así en sujeto-productor (que en realidad
y para Marx mismo, no es entonces la primera
relación del hombre con la naturaleza). Aun en el caso
de la satisfacción." (80)
Y más adelante sintetiza esta idea cuando
apunta: "El "círculo" de la
necesidad (a) funda el "círculo" de la
producción (b), y ambos fundarán materialmente
al "círculo" económico propiamente
dicho, para Marx (en su "materialismo
histórico") el sujeto (necesitado o productor)
funda a la "materia" en su esencia
(como "contenido" consumido de la necesidad o como
"con-lo-que" consumido constituye el objeto producido); el
sujeto histórico es anterior; el sujeto es el
apriori de la "materia". 8 Primero
está el sujeto histórico como
"trabajo", y después está la naturaleza
como materia. (81) Esta tan libre
interpretación de Marx, "destruye" radicalmente el
pensamiento marxista, en el cual aparece como
categoría central la práctica, elemento
indispensable para comprender la
producción como relación
Sujeto-Objeto. La diferencia entre la comprensión de
la práctica entre Dussel y Marx, radica en que el
primero la entiende como un elemento central,
pero de manera idealista a partir
del sujeto; mientras el segundo
sitúa como punto de partida de su
doctrina la actividad productiva, es decir, la base
de la existencia de cualquier
sociedad es la
producción y reproducción de los bienes
necesarios para la vida a partir de lo cual se derivan los
distintos tipos de actividad social del individuo; por
tanto, el hecho de tomar la necesidad como elemento primario de
la relación Sujeto-Objeto, desconoce que estas necesidades
tienen obligatoriamente un sustento material
objetivo, es decir, no dependen de la voluntad
del individuo exclusivamente, y que
Marx las encuentra a partir de la actividad
productiva, base sobre la cual el hombre
establece las infinitas relaciones materiales e
ideológicas en la sociedad;
Relaciones de Producción, fundamento de
las demás relaciones sociales, incluyendo las
superestructurales. La concepción idealista de la
práctica en Dussel, a pesar de fijar el momento activo
de la relación sujeto-objeto, no
llega a la esencia de la
comprensión marxista, por cuanto el sujeto antes del
objeto, convierte el movimiento del
pensamiento en un principio ideal separado de la realidad y
de la práctica social (82).
En síntesis, la
visión dusseliana de Marx
consiste en transitar por diferentes momentos de la
concepción marxista, pero llevándolo
hacia el lado opuesto, al manipular de forma grosera
unas veces, o interpretar muy
libremente sus planteamientos, en otras. Del
análisis de la producción se
infiere un enfoque idealista de la práctica y -por
tanto de la historia-, el lado opuesto de lo
que teóricamente Marx esboza en
su concepción materialista de
los fenómenos sociales.
Las necesidades no pueden brotar
de la nada, y compulsan al hombre hacia
la actividad práctica.
De todo lo anterior se deriva que Dussel repita el
viejo problema del sujeto antes del objeto, o
del sujeto sin el objeto, o sea, la
concepción idealista subjetiva,
mediante la cual es indispensable la existencia
primaria del sujeto con respecto al objeto: existir
significa ser percibido, y con ello repite uno de los errores que
desde ya han sido planteados por Marx en las citadas
Tesis Sobre
Feuerbach, a saber, el carácter contemplativo
de la filosofía, en especial del materialismo."El litigio
sobre la realidad o irrealidad de un pensamiento que
se aísla de la práctica, – decía
Marx- es un problema puramente
escolástico." (83)
Por ello la relación Sujeto-Objeto en la
concepción marxista se establece a partir de
la práctica, núcleo de la actividad y
específicamente en su forma determinada: el
trabajo, en tanto forma especial humana de
mediar tal relación, con lo cual no se limita solamente a
la producción de objetos necesarios para
la vida, sino que deviene en la
objetivación de fines e ideas de la realidad; es decir, en
la actividad laboral el hombre
humaniza la naturaleza, creando objetos que
satisfacen sus necesidades y, al mismo tiempo,
materializa sus propios proyectos ideales
cuya base, como fundamento, las necesidades prácticas
que dimanan de su ser esencial. Es un proceso
interactivo de objetivación y
desobjetivación, donde lo ideal y lo
material por tal concepto se interpenetran y devienen
en idénticos tomando como premisa objetivos,
fines y medios de la
actividad. Marx no parte de manera absoluta de una
categoría en específico: la necesidad, sino
que ésta se enmarca en el contexto de las
demás relaciones sociales. A Marx le es propio
el análisis dialéctico, sobre la
base del cual los conceptos
se interpenetran y no adquieren carácter de demiurgo de
todo lo existente; de ahí que los
conceptos no se puedan analizar aisladamente, como
por ejemplo hace Dussel: "La determinación
"material" del materialismo de Marx -escribe Dussel- es
ésta y no otra. Podemos concluir entonces, que "la
producción crea al consumidor".
(12,30-31; 13,40-41). (84)
Marx es portador de una reflexión dialéctico
materialista, En ningún momento el enfoque
tiende a presentar los diversas conceptos
de manera aislada y unilateral,
pero siempre aparece como punto de
partida la producción, elemento indispensable
para comprender el resto de los fenómenos:
"No se trata solamente del objeto del consumo, – dice
Marx al respecto- sino también del modo de consumo
que la producción crea tanto en forma
objetiva como subjetiva. Por ende la
producción da lugar al consumidor.
3) La producción no sólo
proporciona una materia a la necesidad,
sino también una necesidad a la materia….En ese
sentido, la producción crea no sólo un objeto para
el sujeto, sino también un sujeto para el
objeto.
La producción da
lugar por tanto al
consumo: a) proporcionándole su
materia; b) determinando el modo de
consumo; c) suscitando en el consumidor
la necesidad de productos que
ella ha creado materialmente. Por consiguiente ella
produce el objeto, el modo y el instinto del consumo.
Por su parte el consumo
suscita la predisposición del
productor, y despierta en él una necesidad
animada de una finalidad." (85)
Como se observa en ninguna de las partes Marx absolutiza
los conceptos empleados , estos se interpenetran y devienen
los unos de los otros. Siguiendo el hilo
conductor de dicha posición idealista,
Dussel arremete nuevamente contra el
materialismo y para ello utiliza nuevamente a
Marx, siempre guiándolo hacia donde él
quiere llevar sus concepciones. Citando a
Konstantinov acerca de la forma
clásica de formular el
Problema Fundamental de la Filosofía
plantea: "Obras como las
de F. Konstantinov, Fundamentos de
la filosofía marxista, México,
Grijalbo, 1976, en su I parte:
Materialismo Dialéctico"
(pp.113-333), escrita fundamentalmente en
1951, escribe en su introducción:
"¿Qué es lo primero,
el punto de partida: la
materia, la naturaleza, o el espíritu, la
razón, la conciencia, la
idea? " (p.10). Marx hubiera preguntado: "¿Qué es
primero, el sujeto del trabajo, el obrero, el
productor, o la materia del
trabajo, la naturaleza como tierra
laborada?"
A la pregunta de Konstantinov se responde:
la materia es primero y eso
sería el materialismo
(pero materialismo cosmológico,
ontológico, filosófico, ingenuo; el antiguo
materialismo. A la pregunta de Marx se
respondería: el primero es el sujeto que
trabaja y esto seria el materialismo
histórico. Cf. Alfred Schmidt, Der Begriff der Natur
in der Lehre von Marx, Frankfurt, 1962."
(86).
Dussel cita a Konstantinov, pero este último ha
parafraseado a F. Engels en una de sus
obras maduras más importante: Ludwig
Feuerbach y el fin de la Filosofía Clásica Alemana,
en la cual aquel plantea el
problema fundamental de la
Filosofía.
La formulación del problema
fundamental de la filosofía constituye
una síntesis magistral hecha por F. Engels acerca
de todo el desarrollo de la filosofía anterior. No
se trata de interpretar de una manera burda el
significado de este problema, por el contrario se
trata de encontrar la relación entre las
diversas formas históricas de
existencia del pensamiento: político, moral,
mitológico, filosófico, etc., y las distintas
variantes de la actividad humana, sobre cuya base y maneras de
realización aquéllas surgen y se
desarrollan. En realidad, toda la historia de la
filosofía ha sido la lucha entre
concepciones opuestas del mundo, las cuales
eran un reflejo de la lucha que en el orden
práctico desarrollaban los
individuos en las condiciones
de un antagonismo universal. Por
ello el problema fundamental de la filosofía permite
caracterizar cómo a partir de él, toda la Historia
de la Filosofía se divide en
dos partidos filosóficos: el
materialismo y el idealismo.
No se pueden confundir a partir de
esta división formas ingenuas y
espontáneas de materialismo, como las que
aduce Dussel; tampoco se puede reducir el problema a
la respuesta ingenua y escolar acerca del carácter
primario de la materia y la conciencia, sino de concebir el
materialismo como forma y método de
analizar el problema fundamental de la filosofía
así como todo el conjunto de problemas
filosóficos que a él se asocian.
Siguiendo la idea de la crítica
a los materialistas de manuales,
Dussel se continúa presentando como
defensor de Marx, pero al mismo tiempo ofrece sus
valoraciones:"…Es necesario terminar de una
vez por todas – expone Dussel-
con ese materialismo ingenuo y
cosmológico de la "aprioridad de la
materia" – que como la idea determinaría
necesariamente al hombre, borrando su carácter
histórico y ético y haciéndolo un
epifenómeno físico. Nada más lejano del
"materialismo histórico" de Marx, donde
la materia es lo constituido a posteriori por
la subjetividad humana (física y espiritual) como trabajo,
producción." (87). Esta
presentación idealista de la aprioridad de la conciencia
sobre la materia, es tomada una y otra vez, para
desde una "óptica marxista"
"defender" a Marx del
materialismo cosmológico: "El
"materialismo" de Marx, repitiendo, no afirma que "todo [el
cosmos] es materia", sino que el sujeto que trabaja (el a priori)
constituye la naturaleza (Natur) como "materia" (lo a
posteriori) del trabajo. La "voluntad humana
(menschlichen willens)" – expresión de
Marx- es el sujeto anterior; la materia
es posterior y pende del sujeto como su
"órgano" inorgánico. La materia es el lugar
de la objetivación de la subjetividad.
La ingenua pregunta de sí
es primero la "conciencia" o la "materia" no es ni
siquiera la cuestión del Marx definitivo. Es en
cierta manera, un nuevo "idealismo", es una
teoría del conocimiento y no
una teoría de la producción
– que es lo que interesa a Marx. El problema es:
¿qué es primero: el
sujeto que trabaja o la
materia trabajada? Sin lugar a dudas, para Marx, es primero el
sujeto que trabaja, y no la materia de trabajo."
(88)
Sobre esta larga cita es necesario hacer algunos
comentarios indispensables. Aquí hay una forma subliminal
– pero clásica- de atacar el marxismo:
la de contraponer a Marx y Engels, y aunque
Dussel sólo menciona a Politzer y
a Konstantinov, detrás de ellos
subyace Engels en el planteamiento del
problema fundamental de la filosofía y en la
valoración a la luz de los
descubrimientos de la ciencia
del ciclo de la materia. En
Engels no hay ningún
compromiso con tipos especiales de sustancias:
agua, fuego,
aire, etc., como
en el materialismo ingenuo; Engels en
Dialéctica de la Naturaleza al referirse a la
materia decía: "La materia no es
otra cosa que el conjunto de materias de que se
abstrae ese concepto." (89) En la misma obra
también planteaba: "N.B. La
materia en cuanto tal es una pura
creación del pensamiento, una
abstracción."(90).
También Engels a través del desarrollo limitado
que tenía la ciencia para aquellos momentos,
hace referencia a la muerte
de nuestra estrella, el sol, y a
la posibilidad de que surgiera la
vida en forma similar a la nuestra
en otro contexto del universo: "…La materia
permanecerá eternamente la misma a través de
todas sus mutaciones, de que ninguno de sus atributos
puede llegar a perderse por entero y de que,
por tanto, por la misma férrea necesidad
con que un día desaparecerá de la faz
de la tierra su floración más alta,
el espíritu pensante, volverá a brotar
en otro lugar y en otro tiempo. (91).
Es curioso que hoy en día, también a
partir del desarrollo actual de las ciencias, se
ha comprobado científicamente que las
estrellas nacen, crecen, se desarrollan y mueren, y por
tanto, un camino similar al previsto por
Engels debe ser recorrido por nuestra
estrella, el sol, para lo cual Karl Seagan
en la serie televisiva "Cosmos", esboza
un nuevo enfoque acerca de este problema, en el cual
predice que el hombre debe devolver al cosmos
la vida que recibió de él, mediante su
conquista y
poblamiento por la humanidad. Pero lo
más importante a destacar es que Marx y
Engels, al abordar la categoría materia,
no se identifican con ningún tipo específico
de sustancia que los pueda relacionar con un materialismo
ingenuo o cosmológico; tampoco existen elementos
contrapuestos que diferencien sus concepciones.
Es curioso también que si se
habla de marxismo y más
específicamente de materia, no se mencione tampoco
por parte de Dussel a Lenin, uno de los continuadores
de la reflexión del marxismo, pero que precisamente
por tergiversaciones, al estilo de las
que plantea Dussel, se vio obligado en su
época a analizar la significación de la
categoría materia. En este clásico tampoco
está presente la identificación de la materia
con elementos sustanciales:"La materia- dice Lenin- es una
categoría filosófica que sirve para designar la
realidad objetiva, que es dada al hombre en sus
sensaciones, que es copiada, fotografiada, reflejada por
nuestras sensaciones, y que existe
independientemente de ellas." (92)
De lo anterior se
infiere que la materia es un concepto a
través del cual
se designa la
realidad objetiva independientemente de
la conciencia del hombre, es una
categoría filosófica, un concepto de
máxima amplitud, en el cual no
se establece identificación
con ningún tipo específico
de sustancia. Además se plantea la posibilidad que
tiene el hombre de conocer y profundizar cada
día en esa realidad objetiva. La
polémica establecida por Lenin y la
solución aportada en éste sentido, deben ser
consideraciones indispensables, a la hora de conceptuar,
desde el punto de vista del marxismo, tales
problemas. Por tanto, Dussel asume subliminalmente
varias de las tantas formas de combatir el marxismo,
es decir, desconocer la labor de Lenin en defensa y desarrollo
del marxismo.
Resumiendo, se puede decir que Dussel
introduce la concepción idealista en la
interpretación de la obra de Marx en Los
Grundrisse y, al mismo tiempo, contrapone a éste con
Engels, además de que desconoce
subliminalmente la labor de Lenin como uno de los
más fieles defensores del marxismo.Dusselianizar a
Marx es tomarlo de la mano y conducirlo por caminos
totalmente diferentes en el ámbito de la
filosofía. Para ello se manipulan y
tergiversan elementos, de gran relevancia
desde el punto de vista teórico. Dicha labor
se complementa obligatoriamente divorciando a Marx de
Engels y de Lenin en aspectos de gran
significación teórica, como el
problema fundamental de la
filosofía y la
categoría filosófica de materia, concepciones por
demás muy divulgadas y popularizadas. Esto
sirve de base para introducir a Marx hacia
otros conceptos teóricos como la pobreza,
a la que Dussel convierte
en un paradigma necesario
para la liberación, elemento que como se
explicó en el capítulo I se contrapone de
manera absoluta con los planteamientos de Marx al
respecto.
C) INTERPRETACIÓN IDEALISTA
DE LA HISTORIA POR DUSSEL EN LAS PRIMERAS
VERSIONES DE LA OBRA ECONÓMICA DE
MARX.
En la concepción
filosófica de Enrique Dussel, siempre ha
existido una asombrosa fidelidad a las
posiciones asumidas como punto de partida en sus
primeros trabajos, a pesar de las variaciones que se
introducen una vez conocida la obra de Marx. En
Los Grundrisse, Dussel reasume
una posición tercerista al utilizar como
premisa el concepto de pobre, mediante el cual coquetea con el
concepto de clase; de todas maneras la forma de
enfocar el problema – por lógica- debe
modificarse y hay desde luego un acercamiento a Marx,
aunque los principios esenciales se mantienen inalterables.
Marx analiza en Los Grundrisse cómo el trabajo
no objetivado existe como
potencialidad, como
pura subjetividad, considerándolo
desde este punto de vista en relación con la pobreza.
Esta idea es tomada por Dussel como un
elemento central de la obra de Marx."La
disociación entre la propiedad
y el trabajo – apunta Dussel- se presenta
como ley necesaria
de este intercambio entre el capital y el
trabajo. El trabajo, puesto como no-capital
(Nicht-kapita) en cuanto tal, es:… El trabajo
como pobreza absoluta (absoluta armut): la pobreza no como
carencia, sino como la exclusión plena de la riqueza
objetiva… _…Como la objetividad es puramente inmediata, es,
asimismo, no-objetividad inmediata. en otras palabras: una
objetividad que de ningún modo es
exterior (ausser) a la existencia inmediata del
individuo mismo….
El trabajo no como objeto, sino como
actividad; no como autovalor, sino como
la fuente viva del valor…No es en absoluto una
contradicción afirmar, pues, que el trabajo por un
lado es la pobreza absoluta como objeto, y por otro es la
posibilidad universal de la riqueza
como sujeto y como actividad;
o más bien, que ambos
términos de esta
contradicción se condicionan mutuamente
y derivan de la esencia del
trabajo, ya que éste, como
ente (Dasein) absolutamente contradictorio con
respecto al capital, es un presupuesto del
capital y, por otra parte, presupone a su vez al capital"
(235,34-236) (93).
Después de introducir en su libro tan
larga cita Dussel se disculpa ante el
lector, aduciendo que ello se debe a la
importancia que revisten los párrafos
citados. Dussel conceptúa la cita
anterior como la página filosófica
más importante de Marx en
Los Grundrisse; por ello ha
despertado curiosidad en las personas que han
estudiado la obra de este autor. En
conversación con la profesora Ofelia Shutte de
la Universidad del
Sur de la Florida EE.UU., ella manifestaba que Marx
en sus escritos mencionaba la pobreza como un
elemento que estaba presente en sus análisis sobre la
sociedad, pero que ello
no tenía una
importancia trascendental. También
expresaba que no se explicaba al
principio por qué Dussel
hiperbolizaba la pobreza y la
convertía en un elemento central de
su interpretación de Marx. Se trataba
pues de establecer una conexión, un puente entre la
filosofía de Dussel y la obra de Marx; es lo que en
otras ocasiones la profesora Shutte ha llamado "Dusseleanizar a
Marx", es decir, adecuar la teoría marxista a la
concepción teórica de Dussel; es
lo que ha llamado Gilberto Pérez
Villacampa "…un paso de la analéctica por
Marx, donde lo que importa no
es tanto Marx como la validación
de la antropología filosófica que
Dussel había ya desarrollado en detalles,
a través de una interpretación
sui generis de textos clásicos de Marx."
(94)
Pero lo más importante en este sentido es
que se pretende arribar,por medio de Marx, a las
conclusiones finales acerca de un proyecto liberador para
América Latina. "Si la riqueza es el capital,-
sugería Dussel- el que está fuera
es la "pobreza absoluta". Nada de sentido,
nada de realidad, improductivo, inexistente,
"no-valor". A esta posición de la
persona la hemos llamado "el Otro"3. Pero
téngase en cuenta que el trabajador, en tanto
hombre, puede devenir siempre- aun cuando sea un
asalariado- "el Otro" que la totalidad del capital.
De hecho, entonces, en su origen, en el
"cara-a-cara" que enfrenta el trabajador
ante el capital (el capitalista en concreto),
el trabajo es nada todavía.
(95).
Como se observa, a medida en que Dussel se fue
adentrando en la teoría marxista, le quedaba
más clara la imposibilidad de obviar este
discurso sobre todo cuando se quería hablar de
"liberación". Cada vez era
más insostenible mantener la
posición inicial de conceptuar al Marxismo como
"ontología de la Totalidad". Es por ello que realiza
una minuciosa labor teórica que le va a
permitir un acercamiento a Marx, lo cual se pone de
manifiesto en las reediciones posteriores de su
obra Filosofía de
la Liberación. Esas
variaciones fundamentales fueron expuestas por Gilberto
Pérez Villacampa (96). En el caso de Dussel no se
trata de interpretar de uno u otro modo
la reflexión de Marx, ni de
tomar algunos elementos de la
teoría marxista e introducirlos
en su concepción, sino por el contrario, el
problema es encontrar un filón, desde donde
Marx pueda introducirse en la teoría de
Dussel.
El ejemplo más palpable es el párrafo
anterior, donde a partir del carácter contradictorio del
trabajo, en el cual existe como potencialidad la riqueza en
uno de sus polos y la pobreza en el lado opuesto, este elemento
es aprovechado por Dussel para enlazar las
categorías de "El Otro" y el Cara-a-Cara
con la concepción marxista, donde se
les asocia al enfrentamiento
trabajo-capital. Dussel realiza una labor
minuciosa para encontrar
estos filones teóricos
de coincidencia, que de por sí son forzados; pero que
le sirven de asidero para atraer hacia su
teoría la concepción de
Marx. "En el concepto de trabajador libre -sugiere
Marx al respecto- está ya
implícito que el mismo es pauper
(pobre): pauper virtual. Con arreglo a
sus condiciones económicas es mera capacidad
viva de trabajo (lebendiges Arbeitsvermögen), por cuyo
motivo está también dotado de necesidades vitales.
En su calidad de
necesitado22 (Bedürftigkeit)
en todos los
sentidos, sin existencia
objetiva…Si ocurre que el
capitalista no necesita el plusvalor del
obrero, éste no puede realizar su
trabajo necesario, producir sus medios de subsistencia.
Entonces…los obtendrá sólo por la
limosna… [El obrero] está ligado a condiciones que para
el obrero son fortuitas,
indiferentes23 a su ser
orgánico. Por tanto, virtualiter es un pauper"
(110,9-24;497,28-498,1) (97).
Esta idea es retomada por
Dussel posteriormente al
caracterizar este párrafo como
"líneas" de mayor
significación para la filosofía
latinoamericana.
Aquí podría surgir la interrogante:
¿Por qué convertir la pobreza
en un elemento medular de la concepción
de Marx?. ¿Qué interés
específico tiene Dussel para destacar la pobreza
como elemento central de la
concepción marxista?, cuestión que Marx
interpreta como resultado inevitable de una relación
económica entre clases, pero sin expresarlo como el
principio céntrico de su concepción.Siguiendo esta
misma línea Dussel continúa en el análisis
de la obra de Marx haciendo
referencia a la condición
indispensable para la existencia del obrero, que es
producir más plustrabajo, lo cual está
estrechamente ligado con las leyes propias de
este modo de producción entre las cuales se encuentran las
leyes de la población:
Por consecuencia – plantea Marx- ,
el obrero debe siempre producir
más plustrabajo, mientras que el trabajo necesario
liberado aumenta del otro lado. Por consiguiente, aumenta la
posibilidad de su
pauperismo.
Cada modo de producción tiene sus propias leyes
de incremento de la población y de la
superpoblación, siendo esta última
sinónimo de pauperismo." (99).A partir de esta idea
expresada por Marx, Dussel introduce – para
su conveniencia-, el concepto de
exterioridad como manera de conectar a Marx con su
doctrina."…sobrepoblación. lumpen,
marginales (los que están al margen
[ausser], fuera, en la exterioridad."
(100)
Más adelante, Dussel repite nuevamente la
cita marcada con el # 93 relativa a
la pobreza del obrero y acto seguido
introduce la categoría de "el
otro" en relación con el
trabajador, con lo cual trata de hacer
más concreta dicha categoría a
partir de la introducción de las reflexiones de
Marx:"El trabajador – plantea Dussel- es "el
otro" del capital-ante rem. Pero una vez
alienado, vendido (cf 17.3), no deja por ello de ser
potencial o actualmente de nuevo el otro que el capital":
(101).Algo parecido hace también con la
categoría de pobre, ahora asociada a "el
otro": "El pobre, por ello y como fruto de la
explotación del mismo capital, es "el otro" por
excelencia. "El otro" como pobre es un
individuo – individualidad que habiendo pasado
por la experiencia del trabajo libre se ha
desarrollado al máximo: es persona en un sentido
nuevo, más maduro que en los anteriores modos de
apropiación -, es potencialmente una clase (la clase
trabajadora), y en otro nivel una nación."
(102).Dussel introduce las categorías de "el otro" y
el "pobre" a partir de la superpoblación.
Conjuntamente con ello también incorpora
la categoría de Masas Populares
a partir del concepto de masas marginales,
lógicamente como una derivación de
la ley capitalista de la población la cual
adapta a su reflexión teórica:
"De esta manera, las masas marginales – de nuestras
ciudades en los países periféricos, – expone Dussel- p.
ej en Nueva Delhi, El Cairo,
México o Buenos
Aires – son un resultado (Resultat)"
del capital mismo en su desarrollo. Que
esas masas no sean clase
obrera no obsta para
que deba categorizárselas con respecto al
capital-y, desde un punto de vista político y
cultural serán las "masas populares"
-26 y deban entrar en un discurso
económico y filosófico" (103).La
valoración hecha por Marx de la sobrepoblación
parte del análisis de este
fenómeno como algo propio, interno del
sistema capitalista, lejos del cual
el mismo perdería virtualidad,
pues el sistema no sería tal, es
decir, se constituye como un elemento interno, propio del
sistema, que no puede categorizarse
como un aspecto exterior, según
plantea Dussel.
A continuación otorga un papel central a
esta sobrepoblación, mediatizándola con el concepto
de pobre y atribuyéndole, por tanto, una
función
determinante para el desarrollo social
al darle desde el punto de vista "Político
Cultural" la función de masas populares,
con lo que debe englobar al
núcleo transformador de la sociedad, capaz de
efectuar la tarea de la liberación y fuera de la
cual -según la teoría de Marx- no
debe estar excluida, por tanto, la clase obrera
con sus aliados naturales. En las obras de Marx queda muy
claramente expresado que su teoría está destinada a
responder a los intereses de la nueva sociedad en la que la
clase obrera ocupa un lugar
central en el proceso de
transformación revolucionaria. Para Marx está
muy claro el papel que desempeña el
ejército industrial de reserva, que es muy diferente
al concepto de masas populares que le quiere
atribuir Dussel: asociarlo con la pobreza. De todo
ello Marx da una visión diferente en su obra
cumbre y definitiva El Capital, donde
exponía: "Los últimos despojos de
la superpoblación relativa son,
finalmente los que se refugian en la órbita
del pauperismo. Dejando a un lado a los
vagabundos, los criminales, las
prostitutas, en una palabra al
proletariado harapiento ("lumpenproletariado") en
sentido estricto, esta capa social se halla
formada por tres categorías.
Primera: personas capacitadas para el
trabajo…Segunda: huérfanos e hijos de
pobres. Tercera: degradados, despojos,
incapaces para el trabajo…El pauperismo
es el asilo de individuos del
ejército obrero en activo y el
peso muerto del ejército industrial de
reserva." (104).
Por tanto desde el punto de vista político
masas populares, en cuyo
núcleo deben estar la clase
obrera y demás trabajadores manuales e
intelectuales, no puede identificarse con masas marginales,
por lo que igualar tales conceptos es una
tergiversación del pensamiento de Marx.Dussel
continúa llevando de la mano a Marx, para adentrarlo
aún más en su universo conceptual cuando retoma
nuevamente, una de sus citas considerada a su
juicio, como referencia obligada y
punto de partida y llegada,
si se quiere comprender con plenitud dicho
clásico:"El trabajo puesto como no-capital en cuanto tal,
es:
1] Trabajo no-objetivado, concebido
negativamente…el trabajo vivo, existente como
abstracción de estos aspectos de su
realidad real; este despojamiento total, esta
desnudez de toda objetividad, esta existencia
puramente subjetiva del trabajo. El trabajo como
pobreza absoluta: la pobreza no como carencia,
sino como exclusión
plena de la riqueza
objetiva…una objetividad que coincide
con su inmediata corporalidad
…
2] Trabajo
no-objetivado: concebido
positivamente…como actividad…como
fuente viva de valor…
No es en absoluto una contradicción afirmar, pues que el
trabajo por un lado es la pobreza absoluta como objeto, y
por otro es la posibilidad universal de
la riqueza como sujeto y como actividad; o
más bien, que ambos términos de esta
contradicción se condicionan mutuamente y derivan de
la esencia del trabajo, ya que éste, como
ente absolutamente contradictorio con respecto al capital,
es un presupuesto del capital y, por otra parte, presupone
a su vez al capital." (235,35-236,29;203,10-45).
(105).
Después de alabar la importancia de esta
larga referencia, Dussel introduce el concepto de
exterioridad a partir de los presupuestos teóricos
extraídos de esta reflexión, lo cual
explicita en tres momentos
diferentes:
1. "Exterioridad
por anterioridad histórica, es decir, por
ser la génesis del capital: ". lo que
por disolución dio origen al sistema (al
capital)p.ej.)." (106).
2.
"Exterioridad propiamente dicha, metafísica, como el
trabajo vivo es el
otro que el capital,
siempre sincrónicamente (de todas maneras es
plenamente otro antes del intercambio del capital-trabajo,
ante rem). (107)
3. "En
tercer lugar … (como
el trabajador pauper, desempleado
que por la disminución del tiempo necesario de
trabajo se ha quedado "fuera" sin trabajo)." (108).
En los tres momentos anteriores se hace referencia
a igual número de elementos que Dussel
presenta enlazados, formando parte de un
mismo sistema, los cuales son: Trabajo Vivo,
Pobre, Exterioridad. Esta misma
tríada es retomada muy claramente cuando
sugiere: "Intentaremos demostrar que el concepto de trabajo
vivo (y la categoría del mismo nombre) es el
más simple, el punto de partida, el "desde
donde" despliega toda su obra. Al mismo tiempo
coincidirá con la categoría de exterioridad
y pobre tal como fue definida por la
filosofía de la
liberación latinoamericana." (109)
Siguiendo el hilo de
lo planteado a partir del concepto
de Exterioridad, al cual otorga una
importancia determinante, Dussel
introduce otros que ya se
habían revelado como centrales en su
proyecto, emancipatorio: "el cara-a-cara" que
adquiere a partir de la introducción del
discurso de Marx una concreción diferente: "En
tercer lugar, la exterioridad puede
realizarse post factum (como el trabajador
pauper, desempleado, que por la
disminución de tiempo necesario de
trabajo se ha quedado "fuera": sin-trabajo). Es
desde esta múltiple "exterioridad" que el trabajador se
avanza "ante", "frente" al capital (el capitalista, la
clase capitalista, y en otro nivel la nación
central capitalista) en una
experiencia tan corta como abismal,
abismal: el cara- a – cara del que como "desnudez
absoluta" enfrenta a
otro hombre
"poseedor de dinero".
(110) A partir de estos tres
momentos Dussel relaciona los conceptos
de "el otro" tomando como elemento para ello la
relación con las categorías que utiliza
Marx:"Pero la "exterioridad" propiamente dicha,
metafísica (en cuanto más que
ontológica o "por sobre" el horizonte del ser del
sistema), se establece entre el capital ya originado y el
"trabajo vivo. En efecto el trabajo vivo,
el trabajador mismo en su carnalidad disponible es
"el otro" absoluto que enfrenta al capital desde su exterioridad
propia." (111).
Partiendo de la introducción de estos
nuevos elementos, es indispensable detenerse en
el análisis del concepto trabajo vivo, el
que – como se ha observado- Marx utiliza
en los Grundrisse, en los manuscritos del
61-63, y en El Capital a este, Dussel le
atribuye un lugar central en la teoría
marxista y al mismo tiempo analiza como exterior al sistema.
Así, por ejemplo, apunta:
"La cuestión de la exterioridad o la
"trascendentalidad" del trabajo vivo por oposición
dialéctica al capital es la clave completa
para descifrar el discurso marxista y
también la doctrina del plusvalor." (112) Más
adelante expone:
"El "trabajo vivo" en cuanto trabajo humano, actualidad de la
persona y manifestación de su dignidad, se
sitúa en cuanto tal fuera, más
allá trascendiendo o, como lo hemos llamado en
otras obras, en la exterioridad del capital." El
"trabajo vivo" no-es el "trabajo objetivado". El primero es el
hombre mismo, la actividad, la subjetividad, la "fuente creadora
de todo valor; lo segundo es la cosa, el producto, el
valor producido. De esta manera, la critica del capital (como
totalidad cósica) se efectuará desde la
exterioridad del "trabajo vivo". "Exterioridad" real más
allá, trascendental, del ser del capital, del valor (como
cosa efectuada)." (113) Y luego reitera:"El
"trabajo vivo" es la categoría
más simple, la más concreta
y, sin embargo, en su exterioridad con respecto al
capital (trabajo objetivado), la referencia obligada
en todo desarrollo posterior." (114)
La idea de convertir la categoría de
trabajo vivo en una categoría
central, se reitera en otros trabajos, lo
cual indica la convicción de Dussel al
respecto: "El concepto de "trabajo vivo" – expresa Dussel- es
usado por Marx frecuentemente, pero sin conciencia
explícita de que es una categoría fundamental.
Viene a su pluma sin haber sido constituida
claramente. Es la categoría más
absolutamente simple desde donde brotan todas las demás
(sea por afirmación de un aspecto, sea por su
negación). (115)
Al atribuir al "Trabajo Vivo" el papel de
categoría inicial, la más simple, desde la
cual brotan las demás, Dussel ofrece una
visión distinta a la teoría
económica de Marx en El Capital,
en el cual, este inicia su investigación con el
esbozo de la categoría Mercancía, la
que aparece como la más
simple del capitalismo, la más
pobre en contenido, pero determinante como premisa
desde el punto de vista lógico e
histórico en la
aparición de las
relaciones capitalistas de producción. En El Capital, Marx
utiliza el concepto de fuerza
de trabajo o capacidad de trabajo; no por puro
capricho, sino como un resultado de su
investigación; pues este se encuentra subsumido en el
concepto de mercancía. Al llegar a este
momento cumbre de la teoría marxista,
Dussel – siguiendo la dinámica de su interpretación
de Marx, - analiza de una manera muy personal
el problema cuando dice:
"Llegamos así al texto
definitivo sobre la cuestión. En esta
obra, sin embargo, los textos
fundamentales han sido redactados para un
público que exigía, según el
parecer de Marx y Engels, una exposición
más simple. Por ello, los textos
explícitos de los Grundrisse y los
Manuscritos del 61-63, casi desaparecen. Quedan
sólo restos indicativos. En el
"lugar" lógico es donde el
"trabajo vivo", como exterioridad
subsumida, permite al "dinero" transformarse en
"capital", el capítulo 2 (cap. 4 de
la segunda edición), parágrafo 3:
"Compra y venta de la
fuerza de trabajo". del famoso texto
sólo queda lo siguiente: "[….]
Una mercancía cuyo valor de uso
poseyera la peculiar propiedad de ser
fuente de valor (Quelle von
Tauschwert); cuyo consumo efectivo mismo,
pues, fuera objetivación de trabajo, y por
tanto creación de valor (Werthschoepfung). Y el
poseedor de dinero encuentra en el mercado esa
mercancía específica: la capacidad de trabajo
o fuerza de trabajo [¿duda Marx cuál de
ambas denominaciones adoptará?]. Por fuerza
de trabajo o capacidad de trabajo
[¿nuevamente?] entendemos el conjunto de las
facultades físicas y mentales
que existen en la carnalidad
(Leiblichkeit), en la
personalidad viva
(lebendigen Persoenlichkeit) de ser
humano" (I/1. p.203; MEGAI,5,120, 15-24). La
segunda condición[….] es que deba
ofrecer como mercancía
su fuerza de trabajo
misma (Arbeitskraft)
[ahora Marx
se ha
decidido terminológicamente], lo que sólo existe en
la carnalidad viva que le es
inherente" (Ibid;p.205;121,14-16)."
(116) Revisando el parágrafo 3 del
capítulo 4 de El Capital de Marx 3. Compra y venta
de la Fuerza de trabajo, texto que Dussel cita en
relación al "trabajo vivo", se puede observar que la
no-utilización de esa categoría responde a la nueva
dimensión que ha adquirido la
teoría de Marx; por ello define la
capacidad o fuerza de trabajo como:"El conjunto de las
condiciones físicas y espirituales que se dan
en la corporeidad, en la
personalidad viviente de un hombre y que
éste pone en acción al producir valores
de uso de cualquier clase." (117)Luego Marx caracteriza esta
capacidad de trabajo o fuerza de trabajo como una
mercancía, pero que para ser concebida como tal debe
cumplir determinadas condiciones "Arrancando de esta
premisa, – dice Marx- la fuerza de trabajo
sólo puede aparecer en el mercado, como una
mercancía siempre que sea ofrecida y vendida por
su propio poseedor, es decir, por la persona a quien
pertenece. Para que su poseedor, pueda
venderse como una mercancía, es
necesario que disponga de ella, es decir,
que sea libre propietario
de su capacidad
de trabajo, de su
persona….ambas son, por tanto
personas jurídicamente iguales.
Para que esta relación se mantenga a lo
largo del tiempo es, pues, necesario que el
dueño de la fuerza de trabajo
sólo la venda por cierto tiempo, pues si la vende en
bloque y para siempre, lo que hace es venderse a
si mismo, convertirse de libre en esclavo, de poseedor de
una mercancía en mercancía…
La segunda condición esencial que ha de darse
para que el poseedor de dinero encuentre en el
mercado la fuerza de trabajo como una mercancía, es
que su poseedor, no pudiendo vender mercancías en
que su trabajo se materialice, se vea obligado a vender
como una mercancía su propia fuerza de
trabajo, identificada con su corporeidad
viva…Si hubiéramos seguido investigando
hasta averiguar bajo qué
condiciones los productos todos o
la mayoría de ellos revisten la
forma de mercancías, habríamos
descubierto que esto sólo acontece
a base de un régimen de
producción específico y
concreto, el régimen
de producción capitalista …
Cuando decimos capacidad de trabajo no hacemos caso omiso de
los medios de vida necesarios para alimentarla. Lejos de
ello, expresamos el valor de éstos en el valor
de aquélla y si no logra venderla, al obrero
no le sirve de nada, antes al contrario, considera
como una cruel fatalidad el que su capacidad de trabajo
exija una determinada cantidad de medios de vida para
su producción y siga exigiéndolas
constantemente para su reproducción. Y descubre con
Sismondi que "la capacidad de trabajo…no es
nada, si no se la vende." (118)
Fue necesario tomar estos núcleos fundamentales del
parágrafo dedicado a la fuerza de trabajo como
mercancía en El Capital de Marx, pues la
categoría "trabajo vivo" que aparece en los
Grundrisse, en los manuscritos del
61-63,y en El Capital, deviene en capacidad
o fuerza de trabajo lo cual
permitió a Marx, desentrañar
cuál es el misterio que posee dicha mercancía, lo
cual hace que el capitalista –
comprándola por su valor- obtenga
de ella un remanente en su utilización.
En ello radica la fuente de la
explotación de este sistema. El
análisis hecho por Marx revela
los secretos que hasta entonces ninguno
de los economistas anteriores
pudo desentrañar acerca del capitalismo; en ese
descubrimiento ocupa un lugar central, el examen realizado
de la fuerza de trabajo como
mercancía.
Cuando Marx analiza la categoría de "trabajo
vivo", lo hace en relación
con el "trabajo objetivado", es
decir, la conversión de uno en
otro tiene como objetivo exponer de forma
clara la ley económica de un
tipo específico de sociedad.
¿Cómo analiza Dussel la
categoría de "trabajo vivo"?
Como una categoría externa al sistema, que sirve no
sólo para caracterizar un tipo
específico de sociedad, el capitalismo,
sino que es aplicable a cualquier sociedad y
por tanto a cualquier tipo de economía:
"Es una critica- apunta Dussel- en cuanto el
trabajo vivo puede poner en cuestión al trabajo
objetivado. Y todo sistema económico posible desde
el paleolítico hasta el fin de los
tiempos, es siempre "trabajo objetivado"
estructurado de alguna manera concreta." (119)Uno de los
elementos metodológicos que siempre esclarece Marx
en sus trabajos, es la
temporalidad de las categorías
económicas; por ejemplo en la existencia del
producto como mercancía, – y la fuerza de
trabajo, es una mercancía -, van
implícitas las condiciones históricas
determinadas; si el producto se
crea como medio directo de subsistencia
del productor, entonces no es mercancía, es decir, esta
categoría exige para ser considerada como tal las
condiciones propias de la sociedad capitalista. Marx no
pretende descubrir la ley económica
fundamental de toda economía,
sino que su investigación
está dirigida a revelar la
esencia de la producción capitalista,
por ello: "Al comprar la fuerza de trabajo, el
capitalista incorpora el trabajo del obrero, como fermento
vivo, – expone Marx- a los elementos
muertos de creación del producto propiedad suya
también." (120)
"El trabajo vivo – apunta Marx- tiene que
hacerse cargo de estas cosas, resucitarlas de entre
los muertos, convertirlas de valores de uso
potenciales con valores de uso reales y activos."
(121)
El trabajo vivo no es exterior al sistema, Marx descubre
las leyes que presiden el movimiento de una
sociedad concreta, mientras que Dussel se
encarga de "descubrir" en Marx.
"Categorías intemporales, de
corte filosófico más que
económico y válidas por
tanto para cualquier situación
histórica."
(122)
Como resultado final, la concepción de
Dussel adquiere mayor terrenalidad, lo
cual contribuye a eliminar el
carácter extremadamente abstracto
de sus primeros escritos; no
obstante se obtiene como producto final, un paso de Marx
por la analéctica de
Dussel, que nos devuelve un Marx
tergiversado y contrapuesto a sí mismo.
CONCLUSIONES CAPITULO III
Un último acercamiento de Dussel a Marx en las
obras analizadas, nos devuelve a un Marx manipulado y
tergiversado. No hay en Dussel una interpretación creadora
de Marx, sino una manipulación que lo adentra en el
aparato categoríal de Dussel, para devolvernos a un Marx
manipulado y tergiversado en los diversos aspectos, del
cual se han excluido los elementos medulares de la teoría
de Marx: la comprensión materialista de la historia y la
teoría de la plusvalía.
CONCLUSIONES
Un análisis marxista de la sociedad debe – tomar como
punto de partida- las clases, las
relaciones de clases y grupos
sociales en el ámbito nacional e
internacional. Esto permite encontrar
historicidad y temporalidad a cualquier
análisis, incluso en las
condiciones actuales de la
globalización
neoliberal.
En el caso de
la filosofía de Dussel
no hay un reconocimiento
del significado teórico de
la revolución
operada en el campo de las ideas por Marx y Engels.
Además, no existe la visión de la unidad
teórica y conceptual de los fundadores del Marxismo.
Para él la filosofía de Marx es una
filosofía más.
2) La tarea de destruir el
pensamiento de los poderosos para fundar
un pensamiento de los oprimidos, es una aspiración
de la humanidad que lucha por un mundo justo.
Por ello a pesar del grano de
razón que contiene este intento,
la filosofía es universal y – por tanto- la obra de
los filósofos revolucionarios del
futuro debe tomar lo mejor, lo
más positivo del pensar mundial sin rencores de ninguna
índole.
En los trabajos acerca de las fuentes de la
Filosofía de la Liberación se reconoce
la interpretación fenomenológica de
Levinas en Dussel, (123) a lo cual debe agregarse como
nuevo aporte que la erótica, la pedagógica y la
política, conceptos teóricos que son
utilizados por Dussel para caracterizar el proceso de
liberación, son una copia textual de la concepción
filosófica de Feuerbach en La Esencia del Cristianismo,
(124) la fórmula amorosa del cara- a – cara boca- a-
boca, oír la voz del otro, etc, tienen
como fuente teórica importante
dicha concepción y los escritos bíblicos; lo
cual demuestra que es imposible sustraerse totalmente
al desarrollo de la filosofía anterior.
3) El método analéctico
que debe tener carácter universal
en virtud de su connotación filosófica, pretende
completar la dialéctica hegeliana y marxista; pero,
se convierte más bien en un deber ser en
virtud de que está desprovisto de una
relación real con el mundo del hombre; por
tanto, tiene un carácter abstracto,
ético-filosófico, aplicable a cualquier
situación histórica y conduce a una
visión idealista de la sociedad muy
lejos de convertirse en un mensaje
liberador.
4) En Dussel se replantea – desde una óptica
"nueva", idealista, reformista- el concepto de praxis (por
ello es atacado desde la derecha y desde
la izquierda); pues – por una parte-
reconoce la necesidad de un proyecto de
liberación y – por otra- proclama
como elemento de solución la fusión de las almas
mediante el amor, es
decir, por un lado se llama a la lucha y por otro a la
conciliación.
El esquema de pensamiento utilizado por Dussel para
analizar la sociedad, mezcla diversas categorías:
pueblo, pobre, persona, clase, etc. sin determinar
desde el punto de vista metodológico el
orden jerárquico y la base
en que se sustentan estos
conceptos.
El esquema de pensamiento de Dussel en sus
primeros trabajos es abstracto,
ambiguo e idealista, pues
mezcla en un mismo partido
filosófico las concepciones de
materialistas e idealistas para caracterizar
ambos puntos de vista como
formas de idolatrar muy cercanos a la
religión; además, cuando señala a la
praxis humana como estrictamente religiosa retoma
postulados de la filosofía anterior
que hacen un análisis incorrecto de la esencia
tan multifacética que posee el
hombre.
En la etapa de acercamiento a Marx,
Dussel introduce la concepción
idealista en la interpretación de
la obra de Marx, en los Grundrisse y los
manuscritos del 61 al 63, al mismo tiempo
contrapone a Marx con Engels
y desconoce subliminalmente la labor de Lenin como
uno de los más fieles defensores del
marxismo
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