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Historia de la imprenta



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Monografía destacada

    1. Introducción
    2. Antecedentes
      de la imprenta
    3. Las
      miniaturas
    4. ¿Qué es el
      papiro?
    5. Otros
      métodos de reproducción impresa
    6. Desde Roma
      hasta Gutenberg
    7. Desde
      Gutenberg hasta 1945
    8. La
      importancia de Gutenberg
    9. Biografía.
      Gutenberg, Johann (1400 – 1468)
    10. La
      expansión y el desarrollo del invento
    11. Tipos
      móviles
    12. Tendencias
      modernas de la imprenta
    13. Desde 1945
      hasta hoy. La revolución de la
      preimpresión
    14. Offset
    15. Impresión en
      relieve
    16. Procesos de
      impresión electrónica
    17. Conclusión

    INTRODUCCIÓN

    La utilización de las piedras para sellar quizá
    sea la forma más antigua conocida de impresión. De
    uso común en la antigüedad en Babilonia y otros
    muchos pueblos, como sustituto de la firma y como símbolo
    religioso, los artefactos estaban formados por sellos y tampones
    para imprimir sobre arcilla, o por piedras con dibujos
    tallados o grabados en la superficie. La piedra, engastada a
    menudo en un anillo, se coloreaba con pigmento o barro y se
    prensaba contra una superficie elástica y dúctil a
    fin de conseguir su impresión.

    La evolución de la imprenta desde
    el método
    sencillo del tampón hasta el proceso de
    imprimir en prensa parece que
    se produjo de forma independiente en diferentes épocas y
    en distintos lugares del mundo. Los libros que se
    copiaban a mano con tinta aplicada con pluma o pincel constituyen
    una característica notable de las civilizaciones egipcia,
    griega y romana.

    Estos manuscritos también se confeccionaban en los
    monasterios medievales y tenían gran valor. En la
    antigua Roma, los
    editores de libros comerciales lanzaron ediciones de hasta 5.000
    ejemplares de ciertos manuscritos coloreados, como los epigramas
    del poeta romano Marcial. Las tareas de copia corrían a
    cargo de esclavos ilustrados.

    Ya en el siglo II los chinos habían desarrollado e
    implantado con carácter general el arte de imprimir
    textos. Igual que con muchos inventos, no era
    del todo novedoso, ya que la impresión de dibujos e
    imágenes sobre tejidos le sacaba
    al menos un siglo de ventaja en China a la
    impresión de palabras.

    Dos factores importantes que influyeron favorablemente en el
    desarrollo de
    la imprenta en China fueron la invención del papel en 105
    y la difusión de la religión budista en
    China. Los materiales de
    escritura
    comunes del antiguo mundo occidental, el papiro y el pergamino,
    no resultaban apropiados para imprimir. El papiro era demasiado
    frágil como superficie de impresión y el pergamino,
    un tejido fino extraído de la piel de
    animales
    recién desollados, resultaba un material caro. El papel,
    por el contrario, es bastante resistente y económico. La
    práctica budista de confeccionar copias de las oraciones y
    los textos sagrados favorecieron los métodos
    mecánicos de reproducción.

    Los primeros ejemplos conocidos de impresión china,
    producidos antes de 200, se obtuvieron basándose en letras
    e imágenes talladas en relieve en
    bloques de madera. En 972
    se imprimieron de esta forma los Tripitaka, los escritos sagrados
    budistas que constan de más de 130.000 páginas. Un
    inventor chino de esta época pasó de los bloques de
    madera al concepto de la
    impresión mediante tipos móviles, es decir,
    caracteres sueltos dispuestos en fila, igual que en las técnicas
    actuales. Sin embargo, dado que el idioma chino exige entre 2.000
    y 40.000 caracteres diferentes, los antiguos chinos no
    consideraron útil dicha técnica, y abandonaron el
    invento. Los tipos móviles, fundidos en moldes, fueron
    inventados independientemente por los coreanos en el siglo XIV,
    pero también los consideraron menos útiles que la
    impresión tradicional con el uso de los bloques.

    La primera fundición de tipos móviles de metal
    se realizó en Europa hacia
    mediados del siglo XV; se imprimía sobre papel con una
    prensa. El invento no parece guardar relación alguna con
    otros anteriores del Extremo Oriente: ambas técnicas se
    diferencian mucho en cuanto a los detalles. Mientras que los
    impresores orientales utilizaban tintas solubles en agua, los
    occidentales emplearon desde un principio tintas diluidas en
    aceites. En Oriente, las impresiones se conseguían
    sencillamente oprimiendo el papel con un trozo de madera contra
    el bloque entintado. Los primeros impresores occidentales en el
    valle del Rin utilizaban prensas mecánicas de madera cuyo
    diseño
    recordaba el de las prensas de vino. Los impresores orientales
    que utilizaron tipos móviles los mantenían unidos
    con barro o con varillas a través de los tipos.

    Los impresores occidentales desarrollaron una técnica
    de fundición de tipos de tal precisión que se
    mantenían unidos por simple presión
    aplicada a los extremos del soporte de la página. Con este
    sistema,
    cualquier letra que sobresaliera una fracción de
    milímetro sobre las demás, podía hacer que
    las letras de su alrededor quedaran sin imprimir. El desarrollo
    de un método que permitiera fundir letras con dimensiones
    precisas constituye la contribución principal del invento
    occidental.

    Los fundamentos de la imprenta ya habían sido
    utilizados por los artesanos textiles europeos para estampar los
    tejidos, al menos un siglo antes de que se inventase la
    impresión sobre papel. El arte de la fabricación de
    papel, que llegó a Occidente durante el siglo XII, se
    extendió por toda Europa durante los siglos XIII y XIV.
    Hacia mediados del siglo XV, ya existía papel en grandes
    cantidades. Durante el renacimiento,
    el auge de una clase media
    próspera e ilustrada aumentó la demanda de
    materiales escritos. La figura de Martín Lutero y de la
    Reforma, así como las subsiguientes guerras
    religiosas, dependían en gran medida de la prensa y del
    flujo continuo de impresos.

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