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Técnicas generales del trabajo de investigación científica (página 3)




Enviado por alroca123@yahoo.es



Partes: 1, 2, 3

           
1.5.2.-   PRINCIPIOS.-

                       
Es obvio que la ciencia y
la técnica son formas de la actividad humana y, por tanto,
como toda expresión del comportamiento
de los hombres, deben estar sujetas a la ética, o a
los valores y
normas que
regulan dicho comportamiento.

           
Por otra parte, la ciencia, de
hecho hoy frecuentemente dependiente en la elección y
desarrollo de
sus investigaciones
de los poderes políticos y económicos, no es tan
autónoma que sea ajena al problema de los fines, que es la
cuestión ética por excelencia. Antes bien, como
vimos, la actividad científica y técnica tienen
unos fines definidos que se concretan en último
término en el bien del hombre, los
cuales, como tales, deben orientar sus operaciones.
Asimismo, la ciencia es ética porque, dado el carácter instrumental de sus aplicaciones
técnicas, en último término
puede ser utilizada por el hombre,
como todo instrumento, para el bien o para el mal.

1.5.2.1. Virtudes Morales.-

Por otra parte, la actividad de investigación científica es
ética en sí misma porque, como se deriva de todo lo
precedente, exige la práctica constante de importantes
virtudes morales, tales como la paciencia, la perseverancia, el
desprendimiento, el sacrificio, el orden, la disciplina,
etc.

           
En conclusión, la ciencia, como todo lo humano,
está sujeta a la ética y, por tanto, es reprobable
si se desentiende de toda orientación moral y de las
consecuencias que de ella o de sus aplicaciones se puedan
derivar. Por ello mismos los científicos son responsables
ante Dios, ante los hombres y la sociedad.

           
Los cometidos que debe cumplir la ética, respecto de la
ciencia, son determinar los objetivos y
fines que debe pretender y establecer los valores y
prioridades que debe utilizar como criterios de juicio en sus
decisiones. Ya hemos indicado antes que los fines de la ciencia
son: el próximo, descubrir la verdad; el intermedio, el
servicio de
los hombres y de la naturaleza en
que vive el hombre; y el fin último, la abertura a la
sabiduría y a Dios.

1.5.2.2.Valores que deben servir de criterio a la
ciencia.-

Los valores que deben servir de criterio a la ciencia se
deriva de los fines indicados. Entre ellos hay uno fundamental,
que es el siguiente: El valor de "lo
que, el hombre, posee como más precioso: la dignidad de su
persona,
destinada a un verdadero progreso, a la unidad de su ser
físico, intelectual y espiritual". Esta persona humana,
que, también según Juan Pablo II (Discursos de
3/10/1,981 y 27/10/1,980) "es medida y criterio de bondad y de
culpa en toda manifestación humana".

           
Consecuencia de la sujeción de la ciencia a la
ética y al valor superior de la persona humana es la
existencia de orden de prioridades fijadas por Juan Pablo II: "la
prioridad de la ética sobre la técnica". "la
primacía de la persona sobre las cosas", "la superioridad
del espíritu sobre la materia"
(Discurso de
2/06/1,980).

1.5.2.3.         
Especificaciones de este orden de valores.-

Las especificaciones del orden de valores indicados
son:

a)           
"En un lugar más alto, dentro de la gradación de
los valores, está justamente el derecho personal del
individuo a la
vida física y
espiritual, a su integridad psíquica y funcional"
(Discurso de 27/10/1,980).

b)           
"cuanto llevan a cabo los hombres para lograr más justicia,
mayor fraternidad y un más humano planteamiento en los
problemas
sociales, vale más que los progresos técnicos".

Asimismo, principios que según la DSI se derivan de las
prioridades anteriores son los siguientes:

"Si un nuevo método de
investigación lesiona o corre el riesgo de
lesionar los derechos fundamentales del
hombre y de modo especial su derecho a la vida, no debe
considerarse lícito por el solo hecho de que aumente
nuestros conocimientos" (Discurso 27/10/1,980). Según
esto, los métodos
tampoco son necesariamente neutros éticamente.

"Toda investigación debe ser realizada y aplicada
teniendo en cuenta todas las cautelas necesarias para garantizar,
en la medida de lo posible, la salvaguardia de la vida,
juntamente con los bienes
fundamentales de la persona" (Discurso de 19/02/1,987).

En fin, dada la falta de coordinación entre ellos, el gran
desafío que plantea hoy al hombre los enormes avances
científicos es "armonizar los valores de la ciencia y de
la tecnología con los valores de la conciencia".

La obra de creación es siempre respuesta, y
toda respuesta supone responsabilidad. ¿Ante quién?
Ya lo sabemos. Ante los demás hombres, ante uno
mismo y ante el secreto e indefinible. Quien por el que
todos los demás hombres y yo mismo tenemos verdadera
realidad y ejecutamos acciones
dotados de un valor y un sentido realmente
satisfactorios.

             
     
PEDRO LAÍN
ENTRALGO.

1.5.3.-   EXIGENCIAS.-

           
Respecto a la ética, se pueden distinguir sus exigencias
en la
investigación según se refiera al planteamiento
o proyecto de la
investigación y a su realización. En cuanto al
planteamiento en general, es preciso prever y evaluar
éticamente las consecuencias de los resultados de la
investigación para la humanidad y la naturaleza. Si estas
consecuencias van a ser claramente perjudiciales para el hombre o
destructoras injustificadamente de la naturaleza, entonces se
estará ante investigaciones inmorales.

En el caso de investigación de o con seres humanos, la
más elemental ética de modo particular que:

a)           
Se les informe todos los
aspectos de la investigación que pueden influir en su
participación.

b)           
Se respete totalmente su libertad de
ser o no investigados.

c)           
Se asegure su anonimato y el secreto de los datos personales
obtenidos.

Sobre la realización, el objetivo
primario de toda investigación es el
conocimiento de la realidad investigada, lo que implica que
los resultados obtenidos sean objetivos, es decir, que se
correspondan lo más exactamente posible con dicha
realidad. Ahora bien, la objetividad no se deriva necesariamente
de la investigación científica. Además de
que ésta siempre es selectiva y, por tanto, parcial, y de
los inevitables errores humanos de observación y medida, la objetividad puede
resultar influenciada por las propias convicciones, creencias,
ideología y juicios de valor previos del
investigador. Respecto a este punto, la ética reclama en
el investigador un esfuerzo por lograr la neutralidad valorativa
de modo que su labor investigadora sea afectada en la menor
medida posible por sus juicios de valor particulares, y para que
éstos no condicionen su trabajo de
observación y análisis de los hechos.

Es necesario que así sea en toda ciencia, para que las
apreciaciones científicas se basen, como debe ser, en los
hechos y no se vean desvirtuadas por juicios ajenos a la
realidad, y de modo especial en las ciencias
sociales, dada su conexión más estrecha con los
valores que las ciencias
naturales.

La objetividad de las ciencias,
entendidas de esta manera, no supone una concepción
aséptica de éstas ni es contraria a unas ciencia
"críticas" y "comprometidas" con las cuestiones de cada
tiempo. La
investigación científica debe observar, respecto a
la observación y análisis de los hechos, una
objetividad valorativa, tan perfecta como humanamente sea
posible. Sin embargo, en el objeto y orientación de sus
investigaciones no debe ser ajena a los grandes problemas
sociales que agitan en cada momento al mundo en que
vivimos.

Desde un punto de vista personal, el requisito de objetividad
no es fácil de cumplir en la práctica, porque el
científico es un hombre y, como tal, tiene sus creencias y
convicciones, de las que es imposible despojarse totalmente. Sin
embargo, lo que está obligado es a evitar toda falta de
objetividad consciente.

Se ha de tener en cuenta que la neutralidad valorativa no
significa desprenderse de los propios valores, lo que es
imposible, sino que exige únicamente atenerse a los hechos
y que se los respete. Es decir, que en ningún momento debe
velarlos, adulterarlos o falsificarlos porque le sean molestos o
contrarios a sus convicciones. Este modo de proceder es
contraproducente. LA realidad se venga. Las cosas no dejan de ser
como son porque las disfracemos.

Otro aspecto de la ética de la investigación,
que se puede referir tanto a su planteamiento como a su
realización, es la relación del propio trabajo de
investigación con el de otros científicos.

En este punto la justicia exige que no se presenten como
trabajos o investigaciones propios los realizados por otras
personas, aunque hayan sido hechos bajo nuestra supervisión; que se reconozcan y agradezcan
las ayudas y colaboraciones; que se haga mención de las
ideas y trabajos anteriores de otros científicos que nos
han servido de inspiración o estímulo o utilizamos
en nuestras obras; y que, en fin, huyamos del "secretismo", que
ahoga la comunicación base del trabajo
científico, es decir, de la obsesión por ocultar
nuestros descubrimientos, iniciativas, ideas y trabajos por temor
a que nos los usurpen. "El guardar en secreto un descubrimiento
está en contra de las normas de la ética universal
en la comunidad
científica" (afirma el Prof. R. Villanueva, 1,986,
95).

 

La actividad científica es una escuela
moral, por exigir la adquisición o el afianzamiento
de los siguientes hábitos o actitudes normales (sic):

1)      La
honestidad intelectual (o "culto" de la
verdad), el aprecio por la objetividad y la
comprobabilidad, el desprecio por la falsedad y el
autoengaño. La observancia de la honestidad
intelectual exige:

2)      La
independencia de juicio, el hábito de
convencerse por sí mismo con pruebas,
y de no someterse a la autoridad. La honestidad intelectual y la
independencia de juicio requieren, para ser practicadas,
una dosis de

3)      Coraje
intelectual (y aún físico en ocasiones):
decisión para defender la verdad y criticar el error
cualquiera que sea su fuente y muy particularmente, cuando
el error es propio. La crítica y la autocrítica
practicadas con coraje infunden

4)      Amor
por la libertad intelectual y, por extensión,
amor por
las libertades, individuales y sociales, que la
posibilitan; concretamente, desprecio por toda autoridad
infundada -sea intelectual o política– y por todo poder
injusto. La honestidad intelectual y el amor
por la libertad llevan a afianzar el

5)     
Sentido de la justicia, que no es precisamente la
servidumbre a la ley
positiva que nos imponen y que puede ser injusta- sino la
disposición a tomar en cuenta los derechos y
opiniones del prójimo, evaluando sus fundamentos
respectivos.

             

                       
MARIO BUNGE 

CONCLUSIONES

1.-  Las técnicas generales de
investigación científica tienen aspectos
fundamentales que las diferencian de las técnicas
generales que se refieren al trabajo de investigación;
así, son formas de actuación práctica y se
concretan en reglas que especifican y orientan la acción
investigadora; son generales, en el sentido indicado de no
peculiares de una ciencia determinada sino comunes a todas ellas;
se refiere al trabajo de investigación propiamente dicho y
no a la investigación científica en toda la
amplitud de su significado; y, en general, las actuaciones de la
investigación científica presuponen en los
investigadores una actitud: la
actitud científica.

2.-   La actitud científica debe conducir a
la formulación de cuestiones desconocidas o problemas
científicos y a la realización de investigaciones
científicas para resolverlos.

3.-   Si se toma como punto de partida el hombre,
microcosmos que comprende todo lo observable, en el universo se
pueden distinguir dos mundos: Mundo exterior, de la realidad
espacio-temporal, dotado de una existencia independiente del
pensamiento;
Mundo interior, de la razón y de la conciencia y sus
manifestaciones. Ambos mundos son de naturaleza diferente, pues,
el mundo exterior es el mundo verificable de los cuerpos, es
decir, de la extensión y la localización, y el
mundo interior no se ha podido comprobar hasta ahora su
materialidad, ni que posea las propiedades indicadas de los
cuerpos: la extensión y la localización propias e
independientes en el espacio. Sin embargo, aunque sean de
naturaleza diferente, no dejan de estar relacionados. Si bien
parece que haya que admitir que las diversas modalidades del
mundo exterior condiciona de alguna manera al mundo interior, es
sólo este mundo y no al revés el que tiene la
capacidad de captar, y hacer suyo en cierto modo, mediante el
conocimiento,
el mundo exterior, lo que hace posible que el hombre actúe
sobre la realidad material y la transforme.

4.-   Entre ellos, es decir entre el mundo
exterior, el mundo interior y la capacidad de éste de
captar aquél, es el presupuesto de la
existencia del mundo exterior el que presenta particularidades
más acusadas en el conocimiento
científico. En él no se trata, como en el
conocimiento vulgar, de captar los fenómenos y sus
aspectos únicamente, sino que lo que se pretende es lograr
el conocimiento más completo y profundo de ellos posible,
y no de manera estática e
independiente, sino en su cambio y en
sus relaciones con los demás.

5.-  Se subraya el hecho de que especialmente el
conocimiento científico viene después de otros
conocimientos anteriores, cualquiera que sea su procedencia, los
cuales pueden condicionar la actividad científica. Por tal
razón es necesaria una ruptura con ellos no total – que
sería imposible – sino en el sentido de adoptar una
posición independiente y un distanciamiento crítico
de los mismos. Sin embargo, el fundamento último de esta
regla se encuentra en dos de las ideas básicas del
método
científico: la duda y la prueba empírica como
criterio último de verdad científica. LA DUDA
científica implica la independencia de juicio postulada
por esta regla, la no aceptación, desde un punto de vista
científico, de ninguna idea como absoluta o definitiva.
Y  LA PRUEBA EMPÍRICA como criterio último de
verdad, supone condicionar la aceptación de cualquier
teoría
científica, no sólo a las pruebas empíricas
realizadas, sino también a las que se pueden realizar en
lo sucesivo.

6.-     Del mismo modo que la vida supone
un espíritu que la anima, igualmente se puede afirmar que
la tesis o
investigación supone un espíritu y exige la
integración y conjugación de los dos
factores internos y externos indicados. En el espíritu que
debe animar la investigación se pueden distinguir cuatro
aspectos: El deseo de saber o curiosidad científica. La
pasión por la verdad. La búsqueda de la
satisfacción de descubrir algo nuevo y de realizar obras
que perduren y nos sobrevivan; y, La voluntad de ser útil
a los hombres.

7.-     La norma más importante que
se pueda dar, quizá, en el caso de hallazgo del problema,
presenta carácter previo y es la que pone de relieve la
importancia básica en la investigación de centrar
el problema certeramente. A este respecto, las reglas que se
pueden ofrecer han de ser también de carácter
previo. Tal carácter tiene la norma que subraya en la
investigación científica la necesidad de trabajar
con hipótesis. Implica la capacidad de derivar
ideas nuevas, dados los términos de la cuestión
investigada y las circunstancias conocidas de la misma, no
sólo sobre su solución, sino también sobre
la razón de ser, motivos, condiciones y rasgos no
conocidos del fenómeno estudiado, a efectos de su
verificación posterior a lo largo de la
investigación. Generalmente el investigador, frente al
problema de estudio delimitado se plantea algunas posibles
explicaciones o respuestas provisionales, cuyos enunciados vienen
a constituir las hipótesis de la investigación.

8.-    Operación central en el
contexto de justificación significa la observación
de la realidad investigada con el fin de obtener datos referentes
a la misma y contrastar, en su caso, las hipótesis
formuladas. En la investigación no se puede prescindir del
sentido común, y mejor nos irá si poseemos algunas
de aquellas anticuadas virtudes que inexplicablemente parecen
haber caído en descrédito. Es decir, la
aplicación, la diligencia, el sentido del
propósito, el poder de concentración, de perseverar
y no dejarse vencer por la adversidad al encontrar, por ejemplo,
después de larga y trabajosa investigación, que una
hipótesis que nos era cara en gran medida es
errónea"

9.-  Sin embargo, se debe tener en cuenta que lo
principal es la tenacidad, la imaginación y la
intuición y que frecuentemente grandes realizaciones
científicas han tenido lugar en situaciones de escasez y
deficiencia de medios y
condiciones materiales.

10.-   El conocimiento, como actividad humana,
consiste en una aprehensión intelectual o cognoscitiva del
objeto que le interesa conocer. Esto significa a su vez que el
saber de algo no es idéntico o igual al objeto aprehendido
o no conocido.

11.- Es obvio que la ciencia y la técnica son
formas de la actividad humana y, por tanto, como toda
expresión del comportamiento de los hombres, deben estar
sujetas a la ética, o a los valores y normas que regulan
dicho comportamiento.

12.-  La actividad de investigación
científica es ética en sí misma porque, como
se deriva de todo lo precedente, exige la práctica
constante de importantes virtudes morales, tales como la
paciencia, la perseverancia, el desprendimiento, el sacrificio,
el orden, la disciplina, etc.

13.-  La ciencia, como todo lo humano, está
sujeta a la ética y, por tanto, es reprobable si se
desentiende de toda orientación moral y de las
consecuencias que de ella o de sus aplicaciones se puedan
derivar. Por ello mismo los científicos son responsables
ante Dios, ante los hombres y la sociedad.

14.- Desde lo personal, el requisito de objetividad no es
fácil de cumplir en la práctica, porque el
científico es un hombre y, como tal, tiene sus creencias y
convicciones, de las que es imposible despojarse totalmente Pero
está obligado a evitar toda falta de objetividad
consciente.

15.-   Se ha de tener en cuenta que la
neutralidad valorativa no significa desprenderse de los propios
valores, lo que es imposible, sino que exige únicamente
atenerse a los hechos y que se los respete. Es decir, que en
ningún momento debe velarlos, adulterarlos o falsificarlos
porque le sean molestos o contrarios a sus convicciones. Este
modo de proceder es contraproducente. La realidad se venga. Las
cosas no dejan de ser como son porque las disfracemos.

BIBLIOGRAFIA

-          
JORGE WITKER.

           
McGraw – Hill. "La Investigación Jurídica",
Edición
internacional, impreso en México,
1,994.

-          
SIERRA BRAVO, RESTITUTO

           
"Tesis Doctorales y Trabajos de Investigación
Científica",  Tercera Edición, Editorial
Paraninfo S.A., impreso en España,
1,993.

-          
SOLIS ESPINOZA, ALEJANDRO

           
"Metodología de la Investigación
Social", Lima, Perú, 1,991, 1ra, Edición.

-          
UMBERTO ECO

           
"Cómo se Hace una Tesis", técnicas y procedimientos de
investigación, estudio y escritura,
Gedisa S.A., Barcelona, 9na. Edición, 1,983.

 

 

 

 

 

Autor:

Luis Alfonso Rodríguez Cazorla

Abogado.

Estudios de Maestría en la UNMSM.

Estudios de Doctorado en la UNMSM.

[1]
         
ANDER-EGG, FERNANDO, "Introducción a las Técnicas de
Investigación Social", Bs. Aires Ed. Humanistas,
1,976. Citado por ALEJANDRO SOLIS ESPINOZA en
Metodología de la Investigación Jurídico
Social, Lima Perú 1,991, pág. 35.

[2]
         
BRIONES, GUILLERMO. "Métodos y Técnicas
de Investigación para las ciencias sociales";
México, Ed. Trillas, 1,986.

[3]
         
MARIN, GERARDO, "Manual de
Investigación en Psicología
Social, México, Ed. Trillas, 1,975. Citado por
ALEJANDRO SOLIS ESPINOZA en Metodología de la
Investigación Jurídico Social, Lima Perú
1,991, pág. 141.

[4]
         
BEST, JHON. "Cómo investigar en Educación", Madrid,
Ed. Morata, 1,972. Citado por ALEJANDRO SOLIS ESPINOZA
en Metodología de la Investigación
Jurídico Social, Lima Perú 1,991, pág.
142.

[5]
         
WITKER, JORGE, "La Investigación
Jurídica". Edición Internacional, Impreso en
México, 1,995. Pág.

[6]
         
BUNGE, MARIO.- "La ciencia su método y su
filosofía", Bs. Aires, Ed. Siglo
Veinte, 1,972. pág. 251.

[7]
         
CRAIG, J.P y L.P. METZE. "Métodos de la
Investigación Psicológica", México, Ed.
Interamericana, 1,982. Citado por ALEJANDRO SOLIS
ESPINOZA
en Metodología de la Investigación
Jurídico Social, Lima Perú 1,991, pág.
139.

[8]
         
ARNAU, JAIME. "Psicología
Experimental: Un enfoque metodológico", México,
Ed. Trillas, 1,978. Citado por ALEJANDRO SOLIS
ESPINOZA
en Metodología de la Investigación
Jurídico Social, Lima Perú 1,991, pág.
147.

[9]
         
PICK, SUSANA y ANA LOPEZ. "Cómo investigar en
ciencias sociales", México, Ed. Trillas, 1,986. Citado
por ALEJANDRO SOLIS ESPINOZA en Metodología de
la Investigación Jurídico Social, Lima
Perú 1,991, pág. 141.

Partes: 1, 2, 3
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