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MERCOSUR (página 3)



Partes: 1, 2, 3

La estructura
institucional y la metodología establecidas por el Tratado de
Asunción de 1991 y sus Protocolos se
corresponden con un contexto político-ideológico
que impulsaba un modelo de
integración compatible con las políticas
orientadas por los principios del
Consenso de Washington.

Los hechos han demostrado que ese modelo, tanto a nivel
nacional como del Mercosur,
sólo ha sido funcional a los intereses de las grandes
corporaciones
, dejando a la gran mayoría de la
población ausente de los beneficios de
este esquema de intercambio comercial ampliado
.

La crisis social,
económica y política que, aunque
no simultáneamente, afectó a la región
planteó crudamente la necesidad de repensar estrategias
innovadoras
para hacer frente a una realidad que era dolorosa
y que no daba lugar a paliativos momentáneos exigiendo la
presencia de un Estado activo que formulara y ejecutara una
política
social innovadora
, de más largo plazo, de
verdadero desarrollo
humano integral.

En este sentido, el Mercosur, creado sobre las mismas premisas
de aquel Estado
"prisionero del mercado" que
eclosionó a fines de los 90 y principios del 2000,
necesita ser repensado a la luz de las
necesidades de nuestros pueblos
.

En consonancia de gobiernos comprometidos con el desarrollo
humano y social, se dotó a la región del marco
apropiado para reconvertir un proceso
asentado únicamente en perspectivas
económicas-comerciales, ofreciendo una oportunidad
histórica para reformularlo, sustentado en un compromiso
social real y en acciones
concretas.

Esto hace posible otorgarle un verdadero sentido de la
integración: la complementación de acciones para
elevar la calidad de
vida de nuestros pueblos
.

La complejidad del mundo actual -que se ve sobre todo en las
zonas de frontera– se
debe a que, más allá de los límites
internacionales que demarcan soberanías, las
problemáticas sociales no se detienen ante estas
divisiones, sino que las atraviesan
, tornando imperiosa la
articulación de acciones entre los Estados.

Y es aquí donde junto con la dimensión
económica, la dimensión social adquiere hoy
centralidad en el proceso de integración
como acción
para la promoción de la persona y su
realización individual en una sociedad
inclusiva. De esta forma, está llamada a ser un eje
articulador del proceso de integración a fin de constituir
un espacio donde la persona, la familia, la
comunidad  -y no el mercado- sean los
principales actores
.

Tendremos entre otras importantes tareas la de generar un
Plan
Estratégico de Desarrollo Social
coordinando las iniciativas que las reuniones y grupos de
trabajo
realizan en temas tan diversos como salud, juventud,
mujer, medio
ambiente, trabajo
, entre
otros.       

También seguiremos trabajando en la instalación
del Instituto Social del Mercosur. Iniciativa conjunta entre las
autoridades sociales y la Comisión de Representantes
Permanentes del Mercosur, a partir de la necesidad de contar con
una herramienta que potencie el trabajo,
sistematice y actualice indicadores
sociales regionales y colabore técnicamente en el diseño
de políticas sociales regionales
.

Asimismo, nos hallamos en camino de generar la primera
política pública pluriestatal de economía social en zonas de frontera
,
espacios especialmente propicios para potenciar los procesos de
integración y en los que se entrecruzan múltiples
problemáticas sociales.

De esta forma, a la agenda de trabajo de construcción de indicadores comunes, de
definición de ejes de trabajo, de cooperación
horizontal, se le imprime un salto cualitativo.

Todos estos pasos se dirigen a cumplir lo que nuestros
presidentes vienen enfatizando en sus discursos: el
desarrollo de un Mercosur integral, en el que se tengan en
cuenta, y al mismo nivel, los aspectos comerciales,
económicos, productivos, sociales y culturales; la
necesidad de un Mercosur al servicio de
los pueblos
, la única forma de dotar a los procesos de
integración de la legitimidad que precisan como
condición necesaria para garantizar su éxito.
Y, finalmente, un Mercosur que sea capaz de generar una
verdadera ciudadanía.

La creación de una pertenencia que se asemeje a la que
sentimos por nuestra patria sólo es posible desde un
Mercosur que sea capaz de construir ciudadanía.

Los espacios institucionales de debate de lo social en el Mercosur

Dentro de la estructura institucional del MERCOSUR existen
tres órganos donde se debaten los temas de desarrollo
social regional: a) el Foro Consultivo Económico y
Social (FCES); b) el Foro de Consulta y Concertación
Política (FCCP); y c) el Grupo Mercado
Común (GMC) a través de sus diversos SubGrupos de
Trabajo.

El FCES comienza a funcionar en 1996 y se constituye en el
órgano de representación de los sectores
económicos y sociales de los Estados parte, siendo su
cometido principal pronunciarse a través de
recomendaciones a consultas propias o que realice el GMC y otros
órganos del MERCOSUR. Este órgano se compone de
Secciones Nacionales, de nueve miembros titulares cada una, que
poseen autonomía organizativa. Está integrado por
representantes patronales, sindicales y un vago tercer sector
donde los que tienen más peso son las cooperativas.

El FCES ha sido criticado desde diferentes sectores por
constituir un espacio cerrado siendo que la sociedad civil es
mucho más amplia que los sectores que principalmente la
componen; asimismo este órgano ha sido escasamente
consultado por el GMC y otros órganos decisorios en estos
15 a?os; y, además, cuando lo ha sido o ha dado su
opinión ante temas comunitarios esta no ha sido tenido en
cuenta.

Las actividades del FCCP recién empiezan a
desarrollarse institucionalmente en el 2003,
constituyéndose como un órgano auxiliar del CMC, y
siendo integrado por Altos Funcionarios de las
Cancillerías de los Estados miembros y los asociados. Es
un órgano para consensuar posiciones políticas,
incluso de política internacional, por parte del
MERCOSUR.

Desde su creación el FCCP ha ayudado a definir
posiciones políticas conjuntas, algunas de las cuales han
tenido contenidos sociales. No obstante, el desarrollo de la
dimensión social no ha constituido el centro de las
preocupaciones de este órgano, ni se ha visto reflejado
como producto
central en sus trabajos y resoluciones.

Por último, el Grupo Mercado Común (GMC) a
través de sus diversos SubGrupos de Trabajo, de los cuales
algunos tienen una relevancia social importante como las
Reuniones Especializadas de Derechos Humanos,
de la mujer, de
agricultura
familiar, de cooperativas, medio ambiental, relaciones
laborales, empleo y
previsión social, entre otros.

En estos subgrupos, compuestos por funcionarios
públicos de las diferentes áreas, es donde se han
dado más avances respecto a la armonización de
políticas sociales, consiguiendo adelantar en temas muy
concretos como la convalidación de títulos
universitarios, la formación profesional, la
correspondencia entre los derechos de
jubilación y la posibilidad de reconocimiento de aportes
jubilatorios para recibir una pensión en el país de
residencia, la obtención de residencia permanente en otro
país, etc. No obstante existen avances puntuales, no han
habido resultados significativos que logren reposicionar de
manera más central a los temas sociales en la agenda del
proceso de integración.

La integración social desde las organizaciones sociales

Quizás el actor social más relevante en la
construcción del MERCOSURinstitucional haya sido la
Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur (CCSCS), que
agrupa a las más importantes centrales de esta parte del
continente. Como veíamos anteriormente, la CCSCS ha
participado activamente desde los inicios del MERCOSUR y ha
logrado avanzar en una agenda socio laboral y en la
constitución de espacios de
participación al interior del proceso institucional de
integración.

Pero no ha sido el único actor que ha trabajado tanto
hacia dentro de la institucionalidad mercosuariana como hacia
fuera. Existen grupos de campesinos, de mujeres, de
ambientalistas, de ONGs, de cooperativistas, de DDHH, entre
otros, que han tenido un destacable accionar logrando articular a
diferentes organizaciones en sus áreas, compartiendo
experiencias, realizando intercambios, construyendo visiones de
conjunto, proponiendo alternativas y recreando discursos y
simbologías.

Además de las actividades al interior de sus redes o intraredes, se han
realizado actividades regionales, como las Cumbres Paralelas que
acompa?an tanto a la Cumbre de Presidentes del MERCOSUR como
otras Cumbres similares (Américas, OEA, etc.) ,
donde se desarrolla una amplia participación de
organizaciones buscando poner los contrapuntos necesarios a las
integraciones oficiales y haciendo escuchar su voz en estos foros
estatales de diversas formas. Estas Cumbres paralelas han ido
facilitando el contacto a organizaciones y redes, han ido
tejiendo confianzas entre organizaciones y han ofrecido otras
voces para
hacer entender que existen diversos tipos de integraciones y que
no todas favorecen a los pueblos y sus ciudadanos/as.

También han existido campa?as regionales que han sumado
a numerosas redes y organizaciones, como la Campa?a Continental
contra el ALCA, contra
la Deuda Externa,
contra la Pobreza y la
desigualdad, contra los Fundamentalismos, etc. Estas campa?as
plantean una integración diferente y van construyendo una
agenda común regional que acaba teniendo incidencia en los
posicionamientos de los Estados. Un ejemplo claro de ello, fue el
impacto que tuvo la Campa?a contra el ALCA en la decisión
de los gobiernos de aplazar indefinidamente su puesta en
marcha.

A nivel regional existen diversas iniciativas que buscan poner
en contacto a los actores sociales para comenzar a construir una
ciudadanía conosure?a. Uno de los más relevantes es
el Programa
MERCOSUR Social y Solidario (PMSS) que integra a 18 ONGs y
más de 300 organizaciones sociales de los cuatro
países más Chile. Este programa pretende lograr la
incorporación de la dimensión social en el proceso
de integración regional y, mejorar el ejercicio de la
ciudadanía de los países de la región,
privilegiando a los sectores y lugares en los que existe mayor
necesidad de potenciar la participación ciudadana.

Otro espacio que plantea dar un impulso mayor a la
participación ciudadana en los espacios institucionales de
construcción del MERCOSUR es la iniciativa " Somos
MERCOSUR" que " tiene el objetivo
principal de implicar a la ciudadanía en el proceso de
integración regional … Somos MERCOSUR se implementa a
través de la articulación del Grupo Promotor del
Somos MERCOSUR integrado por expresiones de fomento a la
intervención ciudadana, tales como la Comisión de
Representantes Permanentes del MERCOSUR, el Foro Consultivo
Económico y Social (FCES), la Asociación
Latinoamericana de Peque?as y Medianas Empresas
(ALAMPYME), la Coordinadora de Centrales Sindicales del Cono Sur
(CCSCS), la Coordinadora de Productores Familiares del MERCOSUR
(COPROFAM), y la Red Mercociudades,
además de otras experiencias nacionales".Dicha idea
surgió como iniciativa institucional de los Estados pero
se plantea constituirse en un " embrión posible de un
movimiento de
agentes públicos y privados unidos por la idea de que el
MERCOSUR no es el problema, sino la oportunidad, decididos a
actuar de manera conjunta y coordinada para construir un MERCOSUR
con los ciudadanos y para los ciudadanos".

Dicha propuesta deja ver las limitaciones del FCES para
representar a los diferentes sectores ciudadanos y pretende
constituirse en una " respuesta a la demanda de
mayor participación en el proceso de integración
regional expresada por organizaciones sociales y gobiernos
locales".

 La Dimensión Social del
MERCOSUR

Las MERCOCIUDADES como agentes de integración
social .

El 7 de marzo de 1995 en Asunción, Paraguay, se
realizó el Seminario "
MERCOSUR:

Opciones y Desafíos a las Ciudades". El
resultado de esta reunión fue expresado en la

Declaración de Asunción, firmada por los
Intendentes de Asunción y Montevideo y por representantes
de Brasilia, Río de Janeiro, Buenos Aires y
Santiago de Chile.

En la Declaración, se enfatizó la necesidad de
crear una Red de
Ciudades de los países que componen el Mercado
Común del Sur, MERCOSUR, para dar a las autoridades
municipales, elegidas democráticamente, la posibilidad de
participar de las decisiones para la integración regional
en temas de sus competencias.

De esta manera era fundada la red de Mercociudades, siendo uno
de sus objetivos
primarios hacer efectiva la participación de los
municipios en el seno del MERCOSUR e impulsar, al mismo
tiempo, el
intercambio y la cooperación entre las ciudades de la
región.

El Acta Fundacional establecía que Mercociudades
estaría integrada por «ciudades capitales,
metropolitanas o que por su ubicación, interés
integracionista o perfil internacional pueden contribuir a la
red», siendo requisito básico para la
participación,

que sus autoridades de gobierno hubieran
sido elegidas democráticamente.

Desde entonces, la Red ha venido ampliándose e
incorporando nuevos miembros, y a poco más de una
década de su nacimiento, hoy cuenta con la
participación 161 ciudades asociadas de Argentina,
Brasil,
Paraguay, Uruguay, Chile
y Bolivia, donde
viven más de 75 millones de personas.

De esta manera, Mercociudades constituye la principal red
de municipios del MERCOSUR
y un referente destacado en el
proceso de integración regional ya que al objetivo inicial
se suman la vocación de la red por la promoción de
un ámbito institucional para las ciudades en el seno del
proceso, desarrollando el intercambio y la cooperación
horizontal entre las municipalidades de la región.

Las Mercociudades por la integración social

A partir de la creación de las Unidades
Temáticas, instancias de trabajo técnico entre las
que se destacan las de Desarrollo Social, Cultura,
Desarrollo Local, y Juventud, la Red de Mercociudades fue
ocupando un espacio importante en la profundización de lo
que constituye la dimensión social del proceso de
integración
.

Este último representa uno de los objetivos primarios
de la creación de la red y el espíritu central de
su misión;
entendiendo que esta dimensión social comprende al
conjunto de aspectos, temáticas, problemáticas,
necesidades y respuestas que debe proveer a sus ciudadanos
el estado en
general y los gobierno locales en particular.

En este sentido, mediante la labor cotidiana de cada una de
las unidades temáticas, a partir de intercambio de
experiencias, el debate, la discusión y la puesta en
común de los diferentes abordajes que los Estados locales
realizan de problemáticas comunes, se pone de manifiesto
la importante tarea que se desarrolló a fin de reforzar la
participación de las ciudades y, por consiguiente, de los
ciudadanos dentro de la integración común.

En un mundo donde la integración regional juega un
papel fundamental a la hora de limitar el avance de los criterios
globalizadores y de mercado más regresivos y excluyentes,
la red de Mercociudades tiene también entre sus pilares
favorecer, apoyar y construir positivamente, una
integración con contenido humano y social que
contribuya al equilibrio de
las sociedades de
la región. Desde los gobiernos locales, desde
lasdiferentes ciudades que la conforman, la red pretende
contribuir a este proceso de integración regional.

Constituye ésta una de sus misiones centrales, ya que
particularmente la red se encuentra presente, actúa y se
desenvuelve en uno de los rincones del planeta más
injustos desde el punto de vista social: de mayor
regresión en la distribución del ingreso, que impacta
acentuando las diferencias y profundizando la inequidad
intergeneracional, a la vez que reproduce la pobreza. Esta
situación fue definida por Bernardo Klisksberg en la
Xª Cumbre de Mercociudades como " pobreza paradojal" ya que
es pobreza en medio de la riqueza potencial.

En este sentido, la desigualdad social en
términos de distribución del ingreso ha sido y es
un rasgo característico de América
Latina, en promedio, en los países de la región
los individuos más ricos reciben la mayor
proporción del ingreso. De esta forma el 40% del total
nacional lo recibe el 10% más rico, al tiempo que el 30%
más pobre sólo alcanza el 7,5 % del ingreso
total.

Por ello la red adopta una clara posición conceptual en
el sentido de entender el proceso de integración como una
herramienta, un espacio y una oportunidad de construir mucho
más que un ámbito de libre circulación de
bienes con
coordinación arancelaria y aduanera, por el
contrario, pretende cimentar una comunidad de pueblos,
países y ciudades comprometidas y activas en pos de
desterrar desigualdades.

¿El Tratado de
Asunción considera aspectos sociales y
laborales?

En general, debido al origen de los acuerdos de
integración regional o según sus objetivos
inmediatos, los aspectos sociales y laborales no son
jerarquizados desde el inicio.

Sin embargo, como la integración impacta de forma
ineludible sobre ambos aspectos, tarde o temprano se enfrenta la
necesidad de prever, analizar y si es posible resolver los
problemas que
en este sentido se van presentando.

El Tratado de Asunción apenas refiere en su texto de forma
muy genérica a los aspectos sociales. Es así que en
su preámbulo plantea como objetivo "acelerar sus procesos
de desarrollo
económico con justicia
social", "a fin de mejorar las condiciones de vida de sus
habitantes".

A pesar de este vacío relativo, debe considerarse al
Tratado de Asunción como un primer paso, un tratado marco
que es y será complementado y profundizado en diversos
aspectos.

De hecho al inicio del proceso, no se consideró la
creación de un ámbito específico para el
tratamiento de los temas sociales y laborales. Fue bajo el
influjo de las Administraciones del Trabajo y de los sectores
sindicales de los cuatro países, que se constituye el Sub
Grupo Nro. 11 dedicado a las Relaciones Laborales, Empleo y
Seguridad
Social. Se asumía así el tratamiento de "las
ineludibles cuestiones laborales y sociales que traerá
consigo la puesta en marcha del ".

¿Qué situación está
planteada frente a las migraciones de trabajadores dentro del
MERCOSUR?

El Tratado de Asunción establece como objetivo la libre
circulación de los factores productivos y entre ellos
naturalmente se incluye la mano de obra. La construcción
de un Mercado Común implica de hecho garantizar la libre
circulación de personas en el espacio integrado. Para
evitar que esta libertad
provoque desequilibrios o efectos negativos, es indispensable
regular la Admisión de los trabajadores de los otros
países, desde la supresión de trámites
migratorios, la unificación de la documentación de identidad,
facilidades para establecerse con la familia, con sus
bienes etc., todo ello bajo el principio de igualdad de
trato que se constituye en el requisito esencial de la libre
circulación. En cualquier caso, lo que debe evitarse es
que este aspecto presente en toda construcción de una
comunidad ampliada, positivo en tanto le permite al ciudadano de
cada país convertirse en ciudadano de la región que
se trate, con todos sus derechos y obligaciones,
sea utilizado para aprovechar ventajas desleales desplazando de
un país a otro trabajadores que, en busca de empleo sean
peor pagados que los nacionales, o se les desconozcan los
beneficios establecidos en el país de residencia.

Esta realidad ya existe hoy, tiene origen en décadas
atrás y no es a raíz de la libre circulación
ni del MERCOSUR como tal.

Se trata pues que mientras se reglamenta esta libertad, en
cada país debe garantizarse el cumplimiento de la
normativa laboral, entendiendo en ella las condiciones de trabajo
(salarios,
jornada, descansos), seguridad e
higiene, normas
protectoras con importantes aplicaciones en áreas de
empleo, seguridad social
y bienestar de los trabajadores. La competencia entre
las empresas, sectores e incluso entre los países debe
basarse en la calidad de los
bienes afectados, la tecnificación de la producción, la mejora de los procedimientos de
comercialización y no a expensas de los
trabajadores reduciendo los beneficios adquiridos, o con la
aplicación de prácticas de "dumping" como las
ya aludidas. El tratamiento de estos temas es motivo de diversos
análisis y negociaciones entre los
países, en particular a nivel del Sub-Grupo de Trabajo
Nro. 11 del Grupo Mercado Común.

Conclusión

El MERCOSUR es una alternativa valida para nuestro
país, para logar a objetivos superiores en los campos de
integración regional económica, cultural y
sociopolítica. Ya que la tendencia mundial es la de unir a
los países en bloques regionales fuertes para llegar a
metas que representen mejores niveles de calidad de vida de los
ciudadanos de estos países.

Como ideal de integración de países del MERCOSUR
hay muchas distancias que se tienen que superar, porque de lo
contrario nos veremos en la expectativa de meras
retóricas. Porque la integración no es real ni
efectiva a la hora de la verdad, ya sea en los pasos fronterizos,
en el respeto de los
tratados
internacionales y en la asimetría económica de
sus integrantes.

 

 

 

 

Autor:

Claudia Eliane Camé Fernández

Partes: 1, 2, 3
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