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Necesidades básicas del ser humano y su satisfacción a través de la cultura (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4

Necesidades fisiológicas básicas

Son necesidades fisiológicas básicas para
mantener la homeostasis (referido a la salud del individuo),
dentro de estas se incluyen:

  • Necesidad de beber agua.
  • Necesidad de alimentación.
  • Necesidad de dormir.
  • Necesidad de eliminar los desechos.

Necesidades de seguridad

Surgen de la necesidad de que la persona se sienta segura y
protegida. Dentro de ellas se encuentran:

De pertenencia y afecto

Están relacionadas con el desarrollo afectivo del
individuo, son las necesidades de asociación,
participación y aceptación. En el grupo de trabajo,
entre estas se encuentran: la amistad, el afecto y el amor. Se
satisfacen mediante las funciones de servicios y prestaciones que
incluyen actividades deportivas, culturales y recreativas. El ser
humano por naturaleza siente la necesidad de relacionarse, de
agruparse; en familia o con amigos o formalmente en las
organizaciones.

Estima o reconocimiento

En ocasiones las empresas no toman muy en serio este punto, ya
que sólo se enfocan en la remuneración
económica y se olvidan que las personas también
tienen sentimientos. Esto no sólo afecta
benéficamente al individuo, sino a toda su familia. Un
ejemplo bien claro es cuando un padre de familia asiste a la
firma de boleta de su pequeño y al término de
ésta la maestra se acerca al padre de familia y felicita
al niño por su gran desempeño; no sólo se
siente bien el niño sino toda su familia, por que se
refleja el esfuerzo de cada uno de los miembros y por ende el
niño tendrá una motivación que lo
invitará a seguir esforzándose.

Autorrealización

Son las más elevadas, se hallan en la cima de la
jerarquía, a través de su satisfacción
personal, encuentran un sentido a la vida mediante el desarrollo
de su potencial en una actividad. Se llega a esta cuando todos
los niveles anteriores han sido alcanzados y completados.

EL SER HUMANO, LA SALUD Y SOCIEDAD
CONDICIONES DE VIDA: FACTORES SOCIO-SANITARIAS, EMPLEO,
EDUCACIÓN, RECREACIÓN

Algunas consideraciones generales en torno al proceso de
salud-enfermedad.

           
Iniciamos esta exposición desde la óptica de la
epidemiología que como rama técnica auxiliar de la
medicina, permite proponer hipótesis acerca de la
ocurrencia de las enfermedades en grupos poblacionales.

           
La epidemiología, según Ahlbom y Norell (1993), se
define como “la ciencia que estudia la frecuencia de las
enfermedades en las poblaciones humanas´´(p.1). De
esta forma los epidemiólogos no contemplan la enfermedad
integralmente, sino que describen tan sólo la ocurrencia
de ésta, su clasificación, sus factores de riesgo y
su descripción por métodos estadísticos,
así como su relación que tiene con otras ramas; de
la medicina como la medicina preventiva o la salud
pública. Es decir, que establece cómo se genera y
distribuye la enfermedad (morbilidad), la muerte (mortalidad) y
el estar sano (sanidad) de los individuos a través del
esquema causal. 

Para subsanar el problema de que la epidemiología
médica “clásica´´ o tradicional no ha
abordado el proceso de salud-enfermedad colectivo desde la
perspectiva de las ciencias sociales, Laurell (1977),
incursionó en este terreno a través de las
propuestas de la epidemiología social. Al respecto,
Laurell comentó: “mi proposición de considerar la
enfermedad como un fenómeno colectivo significa, entonces,
que es un hecho social y que debe ser manejado como tal tanto en
términos teóricos como metodológicos. Esto
sugiere que el concepto de la salud-enfermedad colectiva no es
reductible al fenómeno biológico individual, aunque
es la expresión concreta del primero´´
(pág. 80). Esta visión nos ha permitido considerar
a la enfermedad como un fenómeno social y por lo tanto
colectivo, sin embargo, la intención no es conocer si a
cada fenómeno social le corresponde una enfermedad, sino
determinar los procesos históricos de las sociedades,
particularmente los sociales lleven a la generación de
enfermedades.

           
Desde una perspectiva similar, López y Blanco (1994),
partiendo de la tesis de modelos de salud-enfermedad (SE) desde
lo social, identifican el doble componente
social-biológico que conforma las condiciones de SE de las
poblaciones. El papel fundamental que los procesos sociales
juegan en la determinación y la multicausalidad
jerarquizada que opera en su generación del proceso de
salud-enfermedad colectivo es abordado en sus recientes trabajos
donde se especifican las diferencias entre un modelo y otro, y se
ubican en el reconocimiento de la especifidad en lo social, en la
interpretación sobre las formas de operación y en
los mecanismos de la determinación de lo social. Se
especifica que los componentes sociales tienen la misma
importancia en la generación de la enfermedad (inclusive
que los etiopatogénicos) y, por ello, proponen en el
estudio, que la determinación de la enfermedad no
sólo sea a través de la identificación de
factores causales naturales, ecológicos y sociales, sino
que haya una reflexión complemetaria de lo
biológico y lo social.

           
Dentro de la misma corriente de pensamiento de la
epidemiología social, Brehil y Granda (1985:45-64), 
consideran que el “objeto de estudio de la epidemiología
es la salud-enfermedad como proceso particular de una
sociedad´´, lo que significa que contrariamente a la
corriente de la epidemiología clásica que considera
a la enfermedad desde lo individual a lo social; los autores
presentan a la epidemiología social como un proceso
más incluyente que permite estudiar a los grupos sociales
determinados y su relación con el proceso colectivo de
salud, enfermedad y muerte. Breilh, un año después
(1986), aborda la epidemiología con la construcción
de una tesis bajo el método de análisis
científico del materialismo histórico, considerando
que “el proceso de salud-enfermedad constituye una
expresión particular del proceso general de la vida
social´´. En su análisis utiliza la
categoría de reproducción social, que se configura
en un sistema de contradicciones dialécticas según
cada clase se desenvuelve.

           
Bajo el mismo tema, Possas (1989), aborda el problema del proceso
de salud-enfermedad desde la epidemiología social
jerarquizando las determinaciones de forma coherente partiendo de
los niveles de amplitud y subordinación entre las causas
más generales y las más específicas,
especificando que “el complejo causal que incide en la
determinación del proceso salud-enfermedad requiere del
establecimiento de nexos jerarquizados de causalidad según
los niveles de generalidad y especifidad de las causas
identificadas y según su importancia relativa en la
determinación de los fenómenos
observados´´ (pág.190-191).

Los conceptos analíticos de calidad y
condición de vida vistos desde diferentes
ciencias
.

           
En este apartado, se da una visión general de algunas
consideraciones que al respecto de la calidad y condición
de vida se tienen desde diferentes ciencias. Con el fin de tener
una idea de estos conceptos, planteamos la pregunta de
¿Cuáles son los conceptos analíticos para
determinar la salud-enfermedad colectiva que sean más
adecuados para que, desde una perspectiva teórica nos
permita construir un puente entre los procesos sociales y los
procesos biológicos?

           
Resulta un reto definir los conceptos analíticos
más útiles que correspondan a la especifidad del
objeto de estudio, que es en este caso son los determinantes de
la salud-enfermedad. Cabe señalar que en el nivel
más teórico general, los conceptos de calidad y
condición de vida permiten derivar otros conceptos y
categorías para explicar el proceso de salud-enfermedad
colectiva. En la sociología, la psicología, la
medicina y sus ciencias auxiliares como la epidemiología y
la salud pública, o desde otras ciencias como la
antropología, así como, la medicina social; existe
la diferencia conceptual entre calidad y condición de
vida, inclusive, cómo evaluar cada una.

           
Las acepciones de: término, noción, concepto y
categoría de calidad de vida, se mencionan indistintamente
por varios autores desde 1960 aproximadamente, durante este
periodo los científicos sociales han recolectado datos
sobre los aspectos socioeconómicos, la educación y
la vivienda como una alternativa para evaluar la calidad de vida.
Algunos investigadores han sugerido que se debe realizar una
diferenciación respecto a la calidad de vida relacionada
con la salud, que tiene que ver con el valor de los aspectos
mismos de la vida y que no son considerados habitualmente tales
como: el ingreso, la libertad y la calidad del medio ambiente,
entendiendo que éste concepto es una preocupación
encaminada de los individuos por su enfermedad que padecen
más que por la ausencia de su salud, es decir, se
relaciona con un sentimiento de valor. Algunos autores que han
abordado el tema se citan a manera de ejemplo: los
psicólogos Day y Jankey (1996), han sugerido mediciones
subjetivas para evaluar de forma individual la calidad de vida, a
través de indicadores como la satisfacción
individual respecto de la vida. Meeberg (1993), considera que
generalmente la calidad de vida se ha relacionado con la
interpretación subjetiva donde intervienen factores
psíquicos y somáticos de los individuos, utiliza al
menos cuatro conceptos para el análisis de la calidad de
vida:

a)       sentimiento de
satisfacción de la vida en general,

b)       capacidad mental para
evaluar cada uno de nuestras satisfacciones,

c)       un estado
“aceptable´´ físico, mental, social y
emocional como determinante de la salud del individuo y,

d) una evaluación objetiva de otra persona que ha
vivido condiciones similares.

           
El Dr. Leidy (1994), ha sugerido que el estado funcional
óptimo, consiste en el entero dominio de las funciones
vitales y lo define “como un concepto multidimensional
caracterizado por la capacidad de proveerse de las necesidades
para la vida, esto es, lo que la gente reúne para sus
necesidades básicas en el curso normal de su vida, que
cumple con sus funciones y mantiene su salud y
bienestar´´. El dominio de las funciones a las que
Leidy hace referencia, no está solamente confinado al
funcionamiento físico, incluye también el
funcionamiento psicológico, social y espiritual. Sin
embargo, la tendencia ha sido considerar el valor relativo de las
funciones  solamente en el plano físico. Evidencia de
ello, es la utilización de la escala de Karnofsky
diseñada en 1947, que evalúa o mide la habilidad
personal para cumplir con las actividades de la vida diaria
(AVD), como sería bañarse o alimentarse uno mismo.
Esta escala contempla una gradación de 0 a 100. Para Leidy
el estado funcional no es coincidente con el concepto de calidad
de vida por dos razones. La primera, es que para evaluar tan
sólo se utiliza la escala funcional de Karnofsky y
segundo, porque siendo medido el estado funcional de forma
objetiva no se consideran los aspectos subjetivos para su
interpretación.

           
Por otro lado, Ebrahim (1995) ha relacionado la salud con la
calidad de vida. Definiendo la calidad de vida como: “el valor
asignado a la duración de la vida como modificación
del estado funcional, percepciones y oportunidades sociales que
han sido influenciadas por la enfermedad, daño,
tratamiento o las políticas´´.

           
El estado de salud como ya es conocido, no solo es la ausencia de
enfermedad, de hecho como Brown (1996) lo señala: “la
salud es con frecuencia citada como uno de los componentes
más importantes que determina la calidad de vida de los
individuos, pero también la calidad de vida determina la
salud de estos´´. Así mismo, Kaplan y Anderson
(1996) definen “la salud como la ausencia de enfermedad y
síntomas, y además relacionan la salud con la
calidad de vida como el efecto de las condiciones de
salud/enfermedad sobre las funciones´´. Padilla
(1996), relaciona la salud con calidad de vida “como
determinante de la forma en la cual se dan los cambios en la
salud, particularmente por enfermedades severas o
crónicas, condiciones de co-morbilidad y tratamientos
relacionados con afectación a las dimensiones de
bienestar´´. Vista de esta manera, la
concepción que se tiene de salud, no se puede reducir a la
simple ausencia de la enfermedad y síntomas, siendo que
para los individuos la salud/enfermedad es más que eso.
Bowling (1995), observa esto y apunta además que depende
inclusive de la cultura, la edad, el género, el nivel de
educación y el estatus socioeconómico. Mount y
Cohen (1995), definen a la salud como “una sensación de
la integridad personal o entereza, comprendida así como el
dominio físico, mental-emocional y
espiritual-existencial´´.  En este sentido, no
queda claro si la salud se subsume a la calidad de vida; o si
ésta es determinante de la salud/enfermedad o más
aún, si todas ellas son sinónimos. Lo que si queda
claro es que cada investigador ha desarrollado su propia
concepción de lo que es la calidad de vida relacionada con
el fenómeno del proceso de salud-enfermedad.

           
Los organismos internacionales para la salud como la
Organización Panamericana de la Salud (OPS,1994),  ha
propuesto que para evaluar las condiciones de vida, por ejemplo,
tan sólo se requiere de dos factores: los recursos
económicos disponibles y el grado de acceso al desarrollo
social. Este último, construido a partir del indicador
global de accesibilidad al desarrollo social acumulado (IGADSA),
y que no incluye la mortalidad y morbilidad.

           
El IGADSA considera cinco variables: el acceso a servicios
básicos de salud; el acceso a recursos económicos
(representado en México por el salario
mínimo);  el acceso al sistema educativo
(educación básica); el acceso a nutrientes
(fundamentalmente para la subsistencia)  y, el acceso a
saneamiento básico elemental. Así el IGADSA
pretende reflejar el grado de accesibilidad de la
población a componentes básicos de mínimo
nivel, para asegurar las condiciones de vida mínimas de
subsistencia relacionados con la situación de salud.
Así mismo, al realizar una comparación entre los
países Latinoamericanos señala la OPS que las
condiciones de vida de las poblaciones de cada país
están correlacionadas con el nivel de desarrollo
económico alcanzado, el cual se traduce en la magnitud de
los recursos disponibles y establece también la
correlación con el modelo de desarrollo que ha predominado
en la región; el cual corresponde a una mayor o menor
accesibilidad de la población a los recursos
básicos para su salud y el bienestar. Con esto se infiere
que las condiciones de vida están relacionadas con el
nivel de desarrollo económico y con la accesibilidad al
desarrollo social acumulado en el respectivo país
(además de sus variables).

Del modelo biomédico y el determinismo
biológico hacia la Medicina Social, una breve
consideración histórica

           
Históricamente, después de Descartes, el modelo
conocido como mecanicista, ha considerado al cuerpo humano como
una máquina, la enfermedad como consecuencia de la
avería de la máquina, y a la tarea del
médico como la actividad reparadora de ésta
máquina. La biología y la medicina han desarrollado
íntimos vínculos científicos. Los avances
científicos han permitido comprender cada día
más el proceso de salud-enfermedad sobre todo en el
aspecto biológico, sin embargo, ha persistido el enfoque
reduccionista y mecanicista.

           
Los científicos que han contribuido al desarrollo de la
medicina como Pasteur, Koch, Bernard entre otros más
introdujeron nuevos conceptos, ideas y descubrimientos que dieron
mayor énfasis a las teorías biológicas en la
medicina, partiendo desde los niveles de la microbiología;
la invención de los instrumentos de diagnóstico
como el estetoscopio y el esfigmanómetro.

           
El avance de la cirugía ha favorecido por otro lado el
desplazamiento del médico del paciente, es decir, lo ha
alejado de éste concentrándose en la enfermedad, en
lugar de prestar mayor atención al proceso del
mantenimiento de la salud. Amén de ésta
situación, fue necesario considerar que la enfermedad no
sólo tiene bases biológicas, sino que en ella
influyen los factores del medio ambiente, así como los
psicológicos y sociales para potenciarla o disminuirla. El
surgimiento de la salud pública, ha permitido la
disminución (hasta cierto punto) de las enfermedades
infecciosas causantes de muchas muertes. Durante el siglo XIX se
creía en la teoría de los gérmenes, ya que
aceptaban que la enfermedad tenía su origen en la pobreza,
la desnutrición y la falta de higiene; en realidad los
científicos no estaban tan alejados de la verdad, pues en
la actualidad se consideran estos factores como propiciatorios de
la enfermedad o por lo menos como condicionantes para que
ésta se presente, al respecto sabemos que además de
éstos, que los factores sociales, económicos,
políticos y culturales en general inciden en la salud de
los pueblos.

           
Muy recientemente, Lewontin (1991), haciendo referencia a la
ideología de la nueva derecha, el determinismo
biológico manifiesta lo siguiente: "la ideología de
la nueva derecha se ha desarrollado en Europa y
Norteamérica en respuesta a las crisis social y
económica de la década pasada". Sin embargo, la
ideología de la nueva derecha hace hincapié en el
individualismo, que es la prioridad del individuo sobre la
colectividad, tiene sus raíces en una visión de la
naturaleza humana. Según Hobbes la condición humana
se deriva de la comprensión de la biología humana,
que se enmarca en las posturas filosóficas siguientes: el
reduccionismo, que es el conjunto de métodos y modos de
explicación general del mundo de los objetos y de las
sociedades humanas. En este sentido los reduccionistas intentan
explicar las propiedades de conjuntos complejos en los
términos de las unidades de que están compuestas
estas moléculas o sociedades.
       El determinismo
biológico, afirma que la naturaleza humana está
determinada por nuestros genes, implicando  que las causas
de los fenómenos sociales se hallan en la biología
como los actores individuales en una escena social, es
más, la herencia genética, es siempre invocada como
expresión de la inevitabilidad; lo que es biológico
lo es por naturaleza y por lo tanto es demostrado por la ciencia
como inmodificable.  Un enunciado básico
reduccionista y determinista biológico es que los
fenómenos sociales son la suma de los comportamientos de
los individuos. El determinismo biológico o biologisismo
ha sido un poderoso medio para explicar las desigualdades de
estatus, riqueza y poder que ahondan aún más la
desigualdad en salud.

           
Por su parte, Rosen (1986), refiere que en el siglo XIX los
médicos alemanes ligados a las luchas populares, hicieron
muchas propuestas para la explicación de la
distribución y determinación de la enfermedad; la
Medicina Social en ésa época planteaba que la salud
del pueblo concierne a la sociedad entera, y que las condiciones
económicas y sociales tienen un importante efecto sobre la
salud y la enfermedad, por lo que esas relaciones deben ser
investigadas. Las ideas de Virchow, por ejemplo, fueron retomadas
por la Medicina Social Latinoamericana considerando y
reconociendo que existe una estrecha relación entre los
problemas de pobreza y la enfermedad; así nació un
movimiento político social que propone modificar las
condiciones de salud de los individuos resolviendo los
fenómenos de la desigualdad social.

           
Hoy día la Medicina Social (MS) se presenta como una
corriente de pensamiento alternativa que estructura un
método distinto al de las ciencias biológicas o del
modelo biomédico para el estudio del proceso de
salud-enfermedad colectivo, ya que se plantean teorías
diferentes a la salud pública o a la epidemiología.
El carácter específico de la MS radica en el
reconocimiento de que la salud-enfermedad para su estudio,
utiliza marcos analíticos de las ciencias sociales,
interpretando a la sociedad y a su historia, es decir, deja claro
que el enfoque interpretativo histórico-social es
indispensable. La MS generalmente, pero no necesariamente, parte
de los conceptos centrales del materialismo histórico para
explicar el carácter social de la realidad sanitaria,
reflexionando sobre los retos necesarios para la
construcción de una sociedad más equitativa en
materia de salud. Sin embargo, la MS no representa una
contradicción absoluta ante las ciencias
médicas;  ya que la crítica, por ejemplo a la
Salud Pública ha permitido a la Medicina Social definir
claramente algunos objetos de estudio como los determinantes de
la salud-enfermedad, el saber médico y la práctica
médica; por lo que existe entonces, planteamientos
alternativos o complementarios que explican el proceso de
salud-enfermedad, sus determinantes y su distribución. Por
otro lado, desde la epidemiología se ha consolidado la
idea de la determinación social del proceso
salud-enfermedad y se ha mostrado la desigualdad de su
distribución.

           
Para (Blanco,1994), la definición de calidad y la
condición de vida de los grupos, colectividades o
sociedades humanas y su relación con el estado de salud y
enfermedad no son hechos recientes. El reconocimiento de esta
relación desde la perspectiva de la Medicina Social
explica Blanco, “surge simultáneamente en varios
países europeos a mediados del siglo XIX con un grupo de
reformadores sociales, entre los que destacan los higienistas y
promotores del movimiento de reforma médica´´.
Por lo que, la MS ha jugado un papel hasta ahora incomprendido
por los científicos biomédicos de "línea
dura".

Los conceptos analíticos de calidad y
condición de vida y su relación con algunas
categorías empleadas en la Medicina Social.

           
Es menester resaltar que la calidad y la condición de vida
de los individuos son conceptos que por sí mismos no
definen o determinan con precisión el proceso de
salud-enfermedad colectivo. Como se verá en los siguientes
apartados, es necesario articularlos con otras categorías
como la reproducción social, la clase social, la
desigualdad y la pobreza que ayudan a entenderlos, y que permiten
abordar los procesos de salud-enfermedad desde una visión
que va más allá de la medicina positivista o
biologisista. En el caso de la salud pública y la
epidemiología, éstas  pretenden explicar que
determinadas condiciones y calidad de vida tienen por si mismas
un peso sobre la salud o la enfermedad de las sociedades,
así como, prestan apoyo para analizar algunas de las
investigaciones realizadas en el campo de las ciencias sociales
concretamente de la Medicina Social.

           
El problema de la satisfacción de las necesidades humanas,
en último término lleva a una determinada calidad
de vida. Blanco (1997), como define a la calidad de vida como:
"el grado de satisfacción de necesidades básicas,
bienestar o privación en un periodo de
observación"; entendiéndose que el nivel de
satisfacción de éstas necesidades va a permitir la
estimación de la calidad de vida de la sociedad. La
satisfacción de estas necesidades, desde la perspectiva
del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
incluye el grado de nivel económico alcanzado por los
países como factor preponderante. Sin embargo, la
relación entre crecimiento económico y
satisfacción de necesidades humanas es necesaria pero no
suficiente. Se requiere de medidas adicionales y en consecuencia
no es automático el impacto del desarrollo
económico en la calidad de vida de toda la
población (CELATS,1991).  Estas medidas adicionales
frecuentemente se usan para expresar las condiciones de vida
definidas por la OPS (1994) como:  “las relaciones con el
nivel de desarrollo económico y accesibilidad al
desarrollo social acumulado en el respectivo país". Se
incluyen además otras variables como el empleo, desempleo,
subempleo, salario, gasto público, precios en los
alimentos, accesos a los servicios básicos, tasas de
natalidad y mortalidad, fecundidad, analfabetismo, ingreso per
cápita, educación, salud, etc.,  y que en el
presente trabajo no serán revisados. Lo anterior nos habla
de que es condición necesaria que la magnitud de los
recursos disponibles, sobre todo económicos, sean
suficientes para la satisfacción de las necesidades de los
individuos de una sociedad y que estas actúen como
determinantes para un mayor acceso a los servicios de salud, de
educación, de alimentación, de vivienda y desde
luego a salarios o sueldos "decorosos". 

           
En materia de la calidad y condición de vida es
conveniente hacer referencia, a Brehil y Granda (1985), que
abordan el proceso de salud-enfermedad visto bajo el criterio de
la epidemiología al describirlo como: "la síntesis
de un conjunto de determinaciones que operan en una sociedad
concreta y que producen en los diferentes grupos la
aparición de riesgos o potencialidades
características, las cuales a su vez se manifiestan en la
forma de perfiles o patrones de enfermedad o de salud". En
segundo término, lo relacionan con la exposición de
los procesos de riesgos: "que provocan la aparición de
enfermedades y forma de muerte específicas". Para la
condición de vida, la relacionan con el perfil de
salud-enfermedad en tres dimensiones a saber:

a) La dimensión estructural formada por los procesos de
desarrollo de la capacidad productiva y las relaciones sociales
que operan en el contexto donde ha aparecido un cierto problema
epidemiológico.

b) La dimensión particular formada por los procesos
llamados de reproducción social y,

d)       La dimensión
individual formada por los procesos que en última
instancia llevan a enfermar o morir, o que por el contrario,
sostienen la normalidad y desarrollo somáticos y
psíquicos.

           
Es decir, por un lado dependiendo de la calidad de vida de los
individuos serán los riesgos que lo lleven a la enfermedad
e incluso a la muerte y, por otro lado, que la condición
de vida se relaciona con las dimensiones de las capacidades
desarrolladas por los individuos dentro de las relaciones
sociales y productivas, determinando así un perfil
específico de salud-enfermedad.

           
Citando a Nunes (1986), propone que el análisis
epidemiológico se analice en conjunto con  "el
proceso de salud-enfermedad y la sociedad, o sea que aborda el
problema de las condiciones sociales bajo las que se produce,
desarrolla y difunde el fenómeno salud-enfermedad". Esto
lo lleva a cabo a través de dos categorías que
expresan las formas de inserción socio-económica:
condiciones de trabajo y condiciones de vida, que explican
según la autora, la distribución de los diferentes
riesgos de morbimortalidad de la población. Possas (1989),
en este mismo sentido,  precisa que las condiciones de vida
están "relacionadas a la dimensión espacial de la
ocupación del espacio urbano y rural, a la densidad
poblacional en las periferias urbanas, a las condiciones de
alimentación, habitación saneamiento, transporte y
medio ambiente, entre otros". Así mismo hace referencia a
la diferencia entre condiciones de vida que como se aprecia son
relativas a las condiciones materiales para la subsistencia, y
los estilos de vida son referidos a las formas sociales y
culturalmente determinadas de vida.
        Ambas dimensiones son
condiciones de existencia  que caracterizan el modo de vida
 que es la categoría más general que abarca
las condiciones básicas de subsistencia y aspectos de
comportamiento de la naturaleza socio-cultural de los individuos.
En este sentido resulta interesante que los autores citados,
articulan las condiciones de vida, estilos de vida, modo de vida
y condiciones de existencia como un todo, pero no delimitan o
precisan cómo cada una de ellas influye en el proceso de
salud-enfermedad colectivo dentro del análisis
epidemiológico que hacen referencia.

           
Pasamos en los siguientes apartados a describir las
categorías más empleadas en Medicina Social para el
análisis de las condiciones y calidad de vida.

La reproducción social

           
La categoría de reproducción social es una de las
más utilizadas para explicar la calidad y la
condición de vida de los individuos dentro de una
sociedad.  Blanco (1997), partiendo desde un nivel
teórico general, menciona que "la calidad de vida se
refiere a las condiciones objetivas y subjetivas en que se
realiza la reproducción social de los grupos humanos".
Esto significa que la categoría de reproducción
social explican y hasta cierto punto la calidad de vida;
profundizando hasta niveles muy complejos de la
operacionalización. La categoría de
reproducción social la  considera como la base
fundamental para explicar el proceso de salud-enfermedad
colectivo, desdoblándola para su análisis a
través del proceso de consumo, producción y el
territorio. Este último como el concepto mediador para la
aproximación de la generación de salud-enfermedad y
muerte en las poblaciones. Según la clase social de
pertenencia determina las condiciones de existencia
 (equivalente de condición de vida) dentro de un
territorio en específico, -en éste sentido
apuntaría que el asentamiento en “X´´
territorio también expresa la cultura de determinada
población- contribuyendo a establecer la calidad de vida
de ésa colectividad o grupo social.

           
Por su parte Breilh (1986), aportó desde la
epidemiología social, una teoría donde el hecho
epidemiológico se analiza a través de la
categoría de la reproducción social, de la
determinación y distribución del proceso de
salud-enfermedad, entendiendo como: "el perfil
epidemiológico el conjunto integrado por el sistema de
contradicciones (reproducción social) que modela la
calidad de vida y los patrones de salud-enfermedad
resultantes".

Años más tarde, recapituló Breilh (1989),
que "el proceso de salud-enfermedad constituye una
expresión particular del proceso general de la vida
social".         

Utilizando para su análisis la categoría de
reproducción social que se configura en un sistema de
contradicciones en que cada clase se desenvuelve. Bajo
ésta teoría las condiciones materiales juegan un
papel determinante para evaluar la calidad de vida sobre todo de
los que se refieren al consumo y posesión de bienes en
calidad y cantidad, acceso a los servicios y a la
satisfacción de las necesidades básicas no
sólo para vivir, sino para acumularlos a través del
tiempo. Continuando con Breilh (1992), anotó que la
condición de vida "es mejor mientras más adecuadas
sean las condiciones para la reproducción social, para los
procesos vitales y para la acumulación genética de
ventajas biológicas". Como un ejemplo complementario a
Breilh, citamos a Goldenberg (1991), que haciendo referencia a la
reproducción social citó que:  "la
producción material de los individuos, las condiciones de
vida , en torno de las cuales se estructuran las condiciones de
salud de las poblaciones,  deben ser remitidas al movimiento
de reproducción social".  Se infiere que hace
alusión a la producción de elementos materiales
necesarios para la reproducción de los individuos,
así como a la reproducción social para la mejora de
las condiciones de salud.

La clase social

           
Sin lugar a dudas, al hablar de la salud-enfermedad como
fenómeno colectivo y como una expresión general de
la vida social de los individuos, no se puede dejar a un lado la
clase social que permite a través del análisis
diferencial de los distintos grupos sociales, encontrar como la
calidad y condición de vida determinan la salud-enfermedad
colectiva. Blanco (1994), refiere que "la clase social de
pertenencia determina, en un sentido general, las condiciones de
existencia, la salud-enfermedad se expresa según la clase
social a la que pertenecen los individuos y depende en gran
medida de sus particulares condiciones de vida y de trabajo".
Esta categoría tiene que ser abordada desde el
materialismo histórico que permite dar un marco conceptual
definido a un nivel de alta abstracción del modo de
producción; donde los individuos se diferencian entre
sí por el lugar que ocupan en un sistema de
producción.

           
Vásquez (1995), explica desde la perspectiva de la salud
pública que ésta "extiende su visión de lo
individual-biológico a lo colectivo-social, su objeto de
estudio es la salud-enfermedad con sus determinantes sociales,
económicos, políticos, culturales y
epidemiológicos". El autor comenta que dentro del espacio
de lo colectivo, para entender la dinámica de las
poblaciones respecto del proceso de salud-enfermedad es a partir
del análisis de "sus clases y sectores de clase con sus
diferentes condiciones de vida  y de trabajo que se van a
expresar en unas condiciones de salud o enfermedad, cuya
apreciación científica nos hablará en el
lenguaje de los números y de los atributos, de la calidad
de vida".  Para entender como la calidad de vida queda
inserta en el proceso de salud-enfermedad colectivo, la
categoría general de reproducción social es de
mucho mayor utilidad, ya que se propone como una categoría
que permite sistematizar el estudio de los condicionantes
directos de la calidad de vida de los miembros de una cierta
colectividad o de sus clases sociales. Lo anterior nos lo
confirma Breilh (1987) -citado por Blanco (1994)-, que
recurrió a la categoría de clase social "como
instrumento teórico-metodológico fundamental".
Breilh consideró que "en cada una de las clases sociales
se resume la historia de sus condiciones de trabajo y de consumo
que modulan la calidad de vida  y el aparecimiento de
deterioros de los elementos integrantes de la misma".
Cuestión que ya ha sido revisada en párrafos
anteriores, y que en síntesis permite enunciar que, la
salud o enfermedad de las clases (sociales) es el resultado de
las condiciones de trabajo, sus condiciones de vida y que se
reflejan necesariamente en su calidad de vida. En este sentido la
investigaciónacción aporta a la salud
pública, nos permite conocer-haciendo avances, para las
interrogantes que surgen acerca de la integración de lo
biológico y lo social en los procesos de salud-enfermedad
colectivos. 

           
Otro punto de vista, es el de Bronfman y Tuirán (1984),
que emplean la categoría de clase social como mediadora de
un "complejo conjunto de factores" que perfilan las condiciones
materiales de existencia (o condiciones de vida). A través
del trabajo realizado por ellos acerca de la mortalidad infantil,
pretendeniendo establecer la relación que existe entre
clase social y ésta, con el objetivo de construir una base
empírica que dé cuenta del PSE partiendo del
funcionamiento del todo social y ubicando a la clase social como
categoría central para la explicación de la
mortalidad como fenómeno social. Contrariamente, Possas
(1989), pone en duda la utilidad de la categoría de clase
social para la distribución diferencial de la
salud-enfermedad ya que "acaba implicando la reducción del
fenómeno epidemiológico a la naturaleza de las
relaciones de producción". Lo anterior explica que la
distribución de  los riesgos de enfermar,
según las distintas formas de inserción
socio-económica, no pueden estar limitada a la actividad
productiva sino a dos condiciones implícitas que son las
de trabajo y las de vida, que ya se revisaron en párrafos
anteriores.

           
Desde el punto de vista de los autores que se han citado, nos
explican que para analizar el proceso de salud-enfermedad
colectivo y, dado que las clases sociales necesariamente
participan en las relaciones de producción y que
éstas tienen que ver con la propia dinámica del
capitalismo; no se pueden quedar al margen las condiciones de
vida de los grupos, clases o agregados sociales, ya que los
cambios que se operan en las formas de acumulación de
capital van transformando las condiciones laborales y
éstas a su vez las condiciones de vida de las
poblaciones.

La desigualdad social

           
El hablar de desigualdad remite necesariamente al criterio de las
necesidades insatisfechas. Definidas éstas últimas
por el Centro Latinoamericano de Trabajo Social CELATS (1991),
como "el conjunto de condiciones de carencia claramente
identificadas y de validez universal, inherentes a la naturaleza
del hombre y para cuya resolución éste tiene
potencialidades".

           
La privación de éstas necesidades o la carencia de
alguna de ellas como la alimentación, pueden llevar (y de
hecho conducen) a determinadas patologías, y que no
necesariamente están entre la línea de la pobreza y
la riqueza. Es decir, la distribución desigual o
diferencial de las condiciones materiales para la
satisfacción de necesidades para la vida se da en
diferentes niveles de las clases sociales. Dicho de una manera
muy coloquial, nadie está satisfecho con lo que posee
aún dentro de su misma clase social pues siempre
habrá argumentos para alegar alguna desigualdad.  La
desigualdad no sólo se aprecia a través de los
factores económicos, también se puede apreciar en
el acceso a los servicios como agua potable, salud, vivienda y
alimentación dentro de una misma población sea
ésta rural o urbana. La desigualdad que se ha estudiado
tradicionalmente, ha sido la distribución diferencial de
los riesgos (causas de enfermedad y muerte) y los daños
(determinantes) a la salud de acuerdo con ciertas variables como
edad, sexo, grupos social (estratificado por ocupación,
escolaridad, ingreso, etc.), y la distribución diferencial
de los recursos para la salud; por lo tanto, el análisis
tradicional de las dimensiones de la desigualdad social consiste
básicamente en la descripción,
cuantificación y explicación de las diferencias
entre riesgos y daños. 

           
Por lo anterior, se hace necesario que el análisis de la
desigualdad social no sólo sea descriptiva (positivista),
sino que se relacione con otras categorías para su
análisis como las clases sociales que también nos
hablan de la desigualdad social. Berlinguer (1989:23), nos
refiere a la desigualdad social como "un hecho evidente (cuando
se estudia) que la desigualdad, la explotación y la
opresión concurren para producir o agravar las
enfermedades". También se refleja en las condiciones de
vida de los individuos y que en este caso se relaciona con las
desigualdades de desarrollo económico, político e
ideológico en una sociedad.

           
Continuando con Breilh (1984), reconoce que "las condiciones de
vida y salud-enfermedad, constituyen una expresión del
desarrollo económico, político e ideológico
de una sociedad", y las desigualdades en estos "desarrollos" que
han sido "heredadas de las formaciones pre-capitalistas… se
desarrollan con las “miserias´´modernas que
acompañan al capitalismo monopólico…. así
se producen formas de vida contrastantes. El efecto de todas
aquellas miserias heredadas y modernas, detienen el progreso en
la salud y aún producen efectos devastadores en algunos
grupos….lo que enferma y mata no es el progreso sino el modo
capitalista de progresar".

           
Por lo anterior, se expresa claramente que el modo de
producción capitalista  es un determinante  de
la enfermedad en grandes núcleos de población,
sobre todo en aquellas donde el trabajo no es lo suficientemente
remunerado o que repercute en un salario mínimo de
subsistencia y por lo tanto, para el trabajador como para su
familia provee escasos recursos en la alimentación, en la
vivienda y en general para llevar condiciones de vida
óptimas. En otras palabras significa que existen
privaciones en el consumo básico, por ejemplo de
nutrientes, lo que repercute en conformar perfiles de
salud-enfermedad de las clases sociales determinadas por la
privación o deterioro en el consumo básico.
Relacionándolo con lo dicho por Berlinguer las
desigualdades son condicionantes como productoras o agravantes de
la salud o propiciatorias de la enfermedad.

La pobreza

           
La pobreza está asociada, según Boltvinik (1990), a
un estado de necesidad, a carencia, y ésta se relaciona
con lo necesario para la vida. Es decir, volvemos al tema de la
satisfacción de las necesidades por lo que el concepto de
pobreza según Blanco (1997), "incorpora la
insatisfacción absoluta y relativa de necesidades,
podría ser entendida como la expresión extrema de
la desigual distribución de recursos con que cuenta una
sociedad".  La desigualdad según el Banco Mundial,
-citado por Blanco (1997)- hace alusión a las "condiciones
de vida relativas a una sociedad". Blanco (1997), comenta al
respecto, que calidad de vida es el "grado de satisfacción
de necesidades básicas, bienestar o privación en un
período de observación".  En este sentido se
forma un círculo; la satisfacción de necesidades
lleva a cierta calidad de vida, ésta podrá ser
apreciada de una forma desigual por los individuos según
el grado de satisfacción de sus necesidades hasta que de
alguna manera alcancen el nivel inferior donde la carencia los
conduce (en casos extremos) a la pobreza. Esta,
repercutirá en la calidad de vida que se expresa en la
desigualdad de la satisfacción de las necesidades.
 Es por lo tanto según Salles (1994), que "el modo de
satisfacción" es lo que da a la "necesidad el
carácter social",  por lo tanto, el "grado de
pobreza" dependerá en el modo en que las necesidades se
satisfacen.

           
Lo característico de  los países pobres en
general, es que se destacan por los bajos ingresos
económicos, la escasa o nula educación escolar, los
altos índices de enfermedades físicas, de
desempleo, de delincuencia, de vicios como la drogadicción
y el alcoholismo, así como de las condiciones
pésimas de higiene en general y los altos índices
de desnutrición asociados con otras patologías
generalmente crónico-degenerativas. México
está considerado como país en vías de
desarrollo, los cinturones de miseria en las zonas urbanas
aumenta cada día, el sub y desempleo aún de
profesionistas son indicadores de los efectos de las
políticas sociales, donde no se puede hablar de democracia
e igualdad para los ciudadanos, sobre todo en aquellos grupos
indígenas, donde el etnocidio cobra auge por las
políticas de concentración de capital en un
reducido número de la población mundial. Estas
políticas indudablemente disminuyen -si es que no
imposibilitan- tener acceso a la satisfacción de las
necesidades humanas para el sostenimiento de las condiciones
materiales indispensables para la vida. Sin la
satisfacción de éstas el hombre y la mujer son
incapaces de preservarse; la satisfacción de las
necesidades básicas constituye la condición sine
qua non  para la sobrevivencia de la especie
humana.  

ESTILOS DE VIDA, CALIDAD DE VIDA Y
SALUD

Estilo de vida.

           
Forma de vida que se basa en patrones de comportamiento
identificables, determinados por la interacción entre las
características personales individuales, las interacciones
sociales y las condiciones de vida socioeconómicas y
ambientales.

Incursionar en la temática de Estilos de Vida
Saludables, no es posible hacerlo a través a un listado de
comportamientos individuales y colectivos que definen el que
hacer o no hacer para vivir más o menos años,
independiente de como se viven. Es necesario en primera
instancia, adentrarnos en el concepto de Calidad de Vida y un
poco más allá en este como componente del
desarrollo humano orientado hacia que hacer, individual y
colectivamente, para la satisfacción de las necesidades
humanas.

Concepto del Desarrollo Humano

           
El desarrollo debe entenderse como un proceso de
transformación que persigue el mejoramiento de las
condiciones de vida para lograr mejor calidad de vida y alcanzar
mantener la dignidad de la persona humana en la sociedad. Esta
transformación exige la participación de la
población.

           
El desarrollo se inicia con la identificación de las
necesidades humanas y su objetivo final será humanizar y
dignificar al ser humano a través de la
satisfacción de sus necesidades de expresión,
creatividad, participación, igualdad de condiciones de
convivencia, y autodeterminación entre otras. En esta
forma el desarrollo está íntimamente ligado con las
oportunidades de autorrealización de las personas como
individuos o como grupos.

Necesidades Humanas Fundamentales

           
La persona es un ser de necesidades múltiples e
interdependientes, que conforman un sistema que se interrelaciona
e interactúa, complementándose y
compensándose simultáneamente para lograr dinamismo
en el proceso de satisfacción.

           
Las necesidades humanas universales, son iguales en todas las
culturas y momentos históricos, su variación la
determina el mecanismo o medio utilizado para satisfacerlas.

           
La satisfacción de las necesidades humanas debe darse en
tres contextos, también interrelacionados:

– En relación con uno mismo. – En relación con
el grupo social. – En relación con el medio ambiente.

Estilos de Vida

           
Desde una perspectiva integral, es necesario considerar los
estilos de vida como parte de una dimensión colectiva y
social, que comprende tres aspectos interrelacionados:

El Material, El Social , El
Ideológico

           
En lo material, el estilo de vida se caracteriza por
manifestaciones de la cultura material: vivienda,
alimentación, vestido.

           
En lo social, según las formas y estructuras
organizativas: tipo de familia, grupos de parentesco, redes
sociales de apoyo y sistemas de soporte como las instituciones y
asociaciones.

           
En el plano ideológico, los estilos de vida se expresan a
través de las ideas, valores y creencias que determinan
las respuestas o comportamientos a los distintos sucesos de la
vida.

           
Los estilos de vida se han identificado principalmente con la
salud en un plano biológico pero no la salud como
bienestar biopsicosocial espiritual y como componente de la
calidad de vida. En este sentido se definen como Estilos de Vida
Saludables.

Estilos de Vida Saludables

           
Definidos como los procesos sociales, las tradiciones, los
hábitos, conductas y comportamientos de los individuos y
grupos de población que conllevan a la satisfacción
de las necesidades humanas para alcanzar el bienestar y la
vida.

           
Algunos de los estilos de vida saludables podrían ser:

– Tener sentido de vida, objetivos de vida y plan de
acción.

– Mantener la autoestima, el sentido de pertenencia y la
identidad.

– Mantener la autodecisión, la autogestión y el
deseo de aprender.

– Brindar afecto y mantener la integración social y
familiar.

– Tener satisfacción con la vida.

– Promover la convivencia, solidaridad, tolerancia y
negociación.

– Capacidad de autocuidado.

Seguridad social en salud y control de factores de riesgo
como obesidad, vida sedentaria, tabaquismo, alcoholismo, abuso de
medicamentos, estrés, y algunas patologías como
hipertensión y diabetes.

– Ocupación de tiempo libre y disfrute del ocio.

Comunicación y participación a nivel familiar
y social.

– Accesibilidad a programas de bienestar, salud,
educación, culturales, recreativos, entre otros.

Seguridad económica.

           
La estrategia para desarrollar estos estilos de vida saludables
es en un solo término el compromiso individual y social
convencidos de que sólo así se satisfacen
necesidades fundamentales, se mejora la calidad de vida y se
alcanza el desarrollo humano en términos de la dignidad de
la persona.

           
En sociología, un estilo de vida es la manera en que vive
una persona (o un grupo de personas). Esto incluye:

           
La forma de las relaciones personales o Del consumo o De la
hospitalidad o La forma de vestir.

           
Una forma de vida típicamente también refleja las
actitudes, los valores o la visión del mundo de un
individuo.

           
Tener una "forma de vida específica" implica una
opción consciente o inconsciente entre un sistema de
comportamientos y de algunos otros sistemas de
comportamientos.

           
La primera vez que apareció el concepto de "estilo de
vida" fue en 1939 (las generaciones anteriores pudieron no haber
necesitado este concepto porque no era significativo al ser las
sociedades relativamente homogéneas).

Educación para la salud y promoción de la
salud: estrategias para mejorar los estilos y la calidad de
vida

    La intervención en el
ámbito de los estilos de vida saludables siempre ha estado
relacionado con el desarrollo de dos amplias disciplinas como
son:

           
a.
Educación para la salud. La
educación para la salud es la disciplina encargada de
comunicar a las personas de lo que es la salud, considerando las
tres facetas que la conforman: biológica,
psicológica y social, así como de transmitir
información sobre los comportamientos específicos
que suponen un riesgo para la salud y aquellos otros que por el
contrario ensalzan la salud. Podemos hablar de tres grandes
áreas de intervención:

  • La educación para la salud en la escuela: tiene como
    meta mejorar la salud biopsicosocial de los niños y
    adolescentes. Entre los principales objetivos están: la
    salud comunitaria, la salud de consumo, la salud ambiental, la
    vida familiar, el crecimiento y el desarrollo, la salud
    nutricional, la prevención y el control de enfermedades,
    la prevención de accidentes y la seguridad, el uso y
    abuso de sustancias. Esta disciplina se ha introducido en la
    educación primaria y secundaria como un contenido
    transversal que debe ser instruido desde todas las asignaturas
    del currículo escolar. Sin embargo, la gran cantidad de
    problemas y obstáculos que encuentran los profesores
    para llevar a cabo esta labor tan compleja y diversa hace que
    se esté dejando a un lado y que se dedique poco tiempo a
    esta ardua labor. Como consecuencia, Heaven considera que dadas
    las carencias que se están produciendo es recomendable
    introducir esta disciplina en el sistema escolar como una
    asignatura independiente, recibiendo el mismo peso que el
    resto.
  • En la comunidad: en contraste con la escuela no existe un
    contexto específico ni unos objetivos claros. Se trata
    de programas que se realizan para prevenir y mejorar los
    problemas de salud que presenta la comunidad en general.
    Ejemplos de este tipo de programas puede ser una campaña
    antitabaco o un programa de planificación familiar.
  • La educación de pacientes: ésta se lleva a
    cabo fundamentalmente en contextos médicos donde la
    población diana son personas que han sido diagnosticadas
    de alguna enfermedad y que se encuentran bajo tratamiento
    médico. El objetivo suele ser aminorar los riesgos
    asociados a dicha enfermedad. Son los médicos los
    profesionales que directa o indirectamente se encargan de esta
    labor.

    Green plantean la existencia de tres
tipos de factores que influyen en las conductas de salud: los
factores predisposicionales que son los antecedentes de la
conducta que tienen una gran fuerza motivacional en la toma de
decisiones de una conducta de salud (actitudes y creencias). Los
factores facilitadores que son las habilidades y los recursos
necesarios para la realización de una conducta
(habilidades de lavado de dientes o el acceso a
dentífricos con flúor). Por último, los
factores reforzadores son los refuerzos tangibles o no, los
incentivos o los castigos asociados a una conducta que
contribuyen a su persistencia o a su desaparición
(aprobación de los pares por el consumo de tabaco).

    Otra aportación de gran
interés para el desarrollo de programas es el denominado
Mapa de Intervención. Ha sido diseñado para guiar
el proceso de desarrollo de programas de educación para la
salud basándose en la evidencia empírica y en la
teoría.

  • Cualidades en la educación para la calidad de vida:
    en medicina, los profesionales deben actualizarse y renovar
    continuamente sus conocimientos, deben reunirse e intercambiar
    información a través de revistas publicadas y de
    otras formas; compartir información es una
    característica de las profesiones. Es necesario vivir en
    un permanente proceso de educación para ser capaces de
    desempeñarnos en nuestra profesión, en todas las
    áreas y en todos los niveles.

    El aprendizaje supone un "cambio". En
cuanto al logro de la calidad de vida, necesariamente tendremos
que entrar en una dinámica de cambios constantes que no
terminan nunca. La perfección no puede alcanzarse, pero si
es posible acercarnos a ella con cada cambio.

    Herberto Mahon reconoce dos campos de
aprendizaje en el hombre: "Uno, es el de las aptitudes o
habilidades donde el hombre incorpora los conocimientos que
amplían su "saber hacer". El otro de los campos, es el de
las actitudes o conductas, donde el hombre incorpora los mensajes
que el contexto vuelca sobre él, y que, cuando alcanzan la
contundencia suficiente, se asimilan y producen así una
modificación de conducta". Consideraremos el aprendizaje
de aptitudes o habilidades como la formación profesional y
el de actitudes y conductas como la formación
personal.

    Muchos autores insisten en la
formación técnica, aptitudes o habilidades de cada
profesión. Sin embargo, reflexionando en aquello de que no
hay una "escuela para la vida", se debe pensar que cualquier
actividad profesional es una actividad humana; se trata con
personas, y de ellas depende el éxito de cualquier
actividad y el trato con personas exige calidad de vida por parte
del practicante.

    Albert Einstein solía afirmar:
"Considero criticable tratar al individuo como una herramienta
inerte. La escuela debe plantearse siempre como objetivo el que
el joven salga de ella con una personalidad armónica y no
como un especialista … . Lo primero debería ser,
siempre, desarrollar la capacidad general para el pensamiento y
el juicio independientes y no la adquisición de
pensamientos especializados".

           
b. Promoción de la salud.
Más que una disciplina, la promoción de la salud es
un planteamiento filosófico global sobre la salud y la
calidad de vida de las personas. La promoción de la salud
se diferencia de la educación para la salud en que
ésta última trata de cambiar comportamientos
concretos en una población específica, sin embargo
la promoción de la salud es un planteamiento holista de
intervención. Si bien, la mayoría de los autores
consideran la educación para la salud como parte de la
promoción de la salud 

    La promoción de la salud
designa un movimiento hacia un estado positivo de salud y
bienestar. Se ocupa de las personas y su bienestar desde la
perspectiva de esas mismas personas. Como participantes, las
personas necesitan tener tanto control como sea posible para
alcanzar la salud y un estado de bienestar. Lejos de culpabilizar
a la víctima, la búsqueda de la salud y el
bienestar es una responsabilidad tanto del individuo como de la
sociedad en general. De hecho, los componentes conductuales
juegan un rol importante, pero también los contextos
ecológicos, económicos y sociales son especialmente
relevantes.

    En resumen, la promoción de la
salud es un ámbito de intervención multisectorial,
requiriendo una conceptualización de la salud amplia y
holista y un cuidado de la salud tanto por sus consumidores como
por sus proveedores. Por consiguiente, la principal
función de la promoción de la salud consiste en
crear las condiciones que promuevan la salud ocasionando cambios
en política local, nacional e internacional. En
definitiva, la promoción de la salud puede ser considerada
como una responsabilidad moral. En este sentido cabe
señalar que los educadores son los principales
responsables de la educación de los adolescentes y que por
lo tanto su responsabilidad debería motivarles a estar
informados de los aspectos de salud que hay que promover y
enfatizar, así como el papel que ellos juegan y las
estrategias a seguir para conseguir entre todos el objetivo
perseguido, esto es lograr que los adolescentes adquieran estilos
de vida saludables.

           
c.
Recomendaciones en la Promoción de
estilos de vida saludables.
Aunque la educación y
la promoción de la salud pueden llevarse a cabo en grupos
de todas las edades (niños, adolescentes, adultos, tercera
edad), posee mucha más relevancia en la infancia y en la
adolescencia. Esto es así debido a que en estas edades se
adquieren los hábitos de estilo de vida, que serán
más difíciles de modificar en la vida adulta.

    La promoción de los estilos de
vida saludables debe realizarse a partir del diseño de
programas adaptados a las características de la
población objetivo. Deben ir orientados a modificar los
determinantes más potentes de las distintas conductas de
salud. Si bien, algunos de estos son imposibles de modificar,
como el género, las características
biológicas o el estatus socioeconómico. Los
determinantes psicológicos y conductuales son los que
más suelen introducirse en los programas, sin embargo, su
influencia es más débil. En contraste, los
determinantes ambientales son de los más potentes y suelen
ser dejados de lado en los programas. Los cambios en estos
determinantes son vitales para modificar los estilos de vida de
la población, cambios como por ejemplo alterar la
influencia de los medios de comunicación, restringir el
acceso al consumo de productos perjudiciales para la salud y
facilitar el acceso a programas de ejercicio.

    Así pues, las estrategias de
intervención útiles deben tratar de cubrir las
siguientes recomendaciones:

  1. Conseguir que los entornos físicos y sociales
    faciliten la actividad física.
  2. Redactar leyes consistentes con la promoción de las
    conductas de salud.
  3. Facilitar el acceso de productos saludables (alimentos
    bajos en grasas) y restringir el acceso de productos insanos
    (tabaco, alcohol, alimentos ricos en grasas y
    azúcares).
  4. Transmitir la importancia de un estilo de vida saludable
    (dieta saludable, estar físicamente activos, …),
    así como el peligro asociado al estilo de vida insano
    (consumo de tabaco y de alcohol, sedentarismo, …).
  5. Que los programas educativos incorporen la enseñanza
    de habilidades para la toma de decisiones, habilidades de
    consumo y habilidades para el cambio conductual; y faciliten el
    apoyo de los pares y de la familia en la adquisición de
    los estilos de vida.
  6. Por último, remarcar la importancia de combinar las
    estrategias que fomenten comportamientos saludables junto a
    otras que traten de modificar los comportamientos insanos,
    debido a que los comportamientos saludables pueden ser
    incompatibles con estilos de vida insanos. En este sentido la
    práctica de actividad física es fundamental tanto
    para la prevención como para el cambio de los estilos de
    vida insanos. Se sabe como las personas físicamente
    activas se comprometen con más frecuencia con
    comportamientos saludables y con menor frecuencia con conductas
    de riesgo para la salud, en comparación con las personas
    sedentarias.

FACTORES SOCIALES, ECONÓMICOS
Y CULTURALES Y SU RELACIÓN CON LAS NECESIDADES
BÁSICAS DEL INDIVIDUO

Partes: 1, 2, 3, 4
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