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Ética y bioética desde una perspectiva martiana o repensando la bioética en el ámbito cubano (página 2)



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Ya desde mediados del S. XX, en el marco de la post
guerra, el
relevante científico Albert
Einstein, emitía su mensaje al 43 Congreso de la Ciencia y
el progreso en Italia, dirigido
a los científicos sensatos y honestos del mundo, a cumplir
con "la responsabilidad moral del
científico", que para él significaba descubrir la
verdad, llegar al conocimiento,
y no dejarse manipular, ni vender su libertad y
dignidad
personal, a
poderes económicos y políticos, ética y
moralmente ciegos, caracterizando así la peligrosa
situación, que desde aquel momento se avizoraba como una
real amenaza y peligro para la humanidad como especie y para su
hábitat
el planeta
tierra.

En 1970, el oncólogo norteamericano V. R. Potter,
planteó la necesidad de buscar un puente hacia el futuro
que concibió en una forma nueva de entender los dilemas
éticos que se presentaban con el desarrollo
científico y tecnológico y las manipulaciones en el
campo de las ciencias
médicas y la apertura hacia la ingeniería
genética, que concibió como Bioética.
Ante lo que pasaba en su realidad social con el hegemonismo
mundial de los centros de poder
político económico, la ciencia y
tecnología al servicio de la
carrera armamentista, entre otros antecedentes, consideró
una necesidad crear un nexo entre las Ciencias
humanísticas y sociales con las Ciencias
Naturales, que tuviera la máxima de no dañar y
de que el fin no justifica los medios, para
lo cual se necesitaba una conciencia y
visión diferente del lugar y papel del hombre en
relación con su medio.

Tal y como alertara Einstein en su llamado a la comunidad
científica, era un imperativo de la responsabilidad moral,
en este caso de los científicos, la búsqueda de
alternativas "a la peligrosa situación internacional" que
se avecinaba.

En los años 90 del propio S.XX, el despliegue de
la
globalización neoliberal, en medio de la unipolaridad
del mundo, posterior a la desaparición del campo
socialista y la desintegración de la URSS, profundiza la
brecha entre riqueza y pobreza, ante lo
cual el impetuoso desarrollo de la ciencia, la
técnica y la tecnología, muy a
pesar del criterio postmodernista de la desideologización
y del equilibrio o
equidad que
este desarrollo debía aportarle a la humanidad en un tipo
de sociedad post
industrial, en la práctica, no han podido jugar este papel
compensatorio, por encontrarse dichos resultados tan alejados de
las necesidades de las amplias masas marginadas y excluidas de
tales bonanzas.

En otro plano del problema, hay que reconocer que en la
esencia de este proceso de
desarrollo está presente el principio dialéctico
materialista de diferenciación a la vez que de integración del conocimiento
científico, lo cual ha traído consigo la
necesidad de buscar enfoques integradores, multidisciplinarios y
transdisciplinares, para abordar la complejidad

de los fenómenos y procesos, cada
vez más concatenados e interdependientes.

Hoy los problemas de
la ciencia y la tecnología, no pueden abstraerse de los
enfoques filosóficos, antropológicos,
sociológicos, éticos, psicológicos, entre
otros, que presuponen la integración de las grandes
áreas del conocimiento de las ciencias exactas, naturales
y humanísticas.

En estas condiciones los conflictos y
dilemas morales sobrepasan las orientaciones valorativas
más generales que ha conocido la humanidad en toda su
historia entre el
bien y el mal, trocando su significación en el conflicto
entre la vida y la
muerte.

Esta situación ha puesto en el centro de la
atención de las fuerzas progresitas de
todos los sectores del planeta, el problema de los valores,
el rescate de la cultura
humanista y ambientalista, la necesidad de la globalización de la solidaridad
humana, la toma de conciencia y el desarrollo de una
Ética, que responda a los intereses humano universales, la
Bioética apunta precisamente en esa dirección.

Indiscutiblemente la Ética unida a la Educación y la
Cultura, se revelan hoy como nunca antes, como instrumentos
inseparables y necesarios en la creación de conciencia y
de la búsqueda de alternativas para la comprensión
de la complejidad de los fenómenos y la concreción
de acciones y
vías de salidas a la transformación de la realidad
"postmoderna", en aras de un mundo de solidaridad, más
justo, de equidad, diálogos, entendimientos humanos y
sustentabilidad del desarrollo.

El saber Bioético en sus múltiples
determinaciones tiene su expresión en una cultura de un
amplio saber, en el cual se integra el saber aprender, el saber
ser, el saber convivir y el saber hacer, como cultura apropiada o
incorporada en la humanización de los seres humanos, como
dijera Fernando Savater en su libro El
valor de
Educar, comprendiendo la educación como un
proceso de humanización y rehumanización
permanente, de construcciones de significados y
resignificaciones, en las historias de vidas personales,
familiares, grupales, sociales, nacionales o humanos universales;
significados que están marcados por los intereses y
necesidades, que en última instancia son de carácter materiales y
económicos, como nos dice Marx, por lo cual
la Bioética no puede dejar a un lado la presencia de esta
huella en los conflictos y dilemas morales de los seres humanos
en el Siglo XXI.

Será privativo el saber bioético solo para
aquellos que se desempeñan en el campo de las Ciencias
Biomédicas?, puede la educación general como parte
de la formación integral de los individuos desconocer esta
área de los problemas del mundo donde se desenvuelven ya
estas nuevas generaciones?, podemos encontrar algunas respuestas
en el pensamiento
martiano?.

Qué nos aporta el pensamiento de José
Martí
que nos ayude a enfrentar esta polémica?

En primer lugar su concepción acerca de la
Educación:

"Al mundo nuevo corresponde la Universidad
nueva.

A nuevas ciencias que todo lo invaden, reforman y minan
nuevas cátedras.

Es criminal el divorcio entre
la educación que se recibe en una época, y la
época.

Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana
que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo
viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo a nivel de
su tiempo, para
que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo, con
lo que no podrá salir a flote; es prepararlo para la
vida"

José Martí
1883 T. 8 pág. 281

En segundo término su idea de la complejidad de
la educación y el principio integrador que debe
caracterizar la organicidad y coherencia del proceso
educativo.

El estudio de sus "Juicios, sobre la Educación
Popular", recogidos en el T.19 página 375 – 76, son
suficientes para ejemplificar la hondura de pensamiento acerca de
este complejo proceso de la educación de las nuevas
generaciones, concebida desde su universal acervo cultural,
gestado en su revolucionario bregar con una visión de la
necesidad del cambio de la
realidad de la Cuba colonial
en que le tocó vivir, de ahí su proyección
adelantada a su época y la capacidad de tocar los
problemas en sus esencias más ocultas a la vista de los
demás, así fue de radical y esencial en sus
razonamientos y juicios en particular el que nos ocupa, el de la
Educación, muy asociado al de la independencia,
la libertad y soberanía de la patria y del ser humano
como individuo en
lo personal.

En el estudio de sus juicios encontramos una la lógica
de donde se derivan criterios pedagógicos sobre la
educación en nuestras tierras de Cuba y América
latina tales como:

  • La integración de la instrucción, como
    expresión del pensamiento y de la educación, en
    la que prevalecen los sentimientos (juicio 1)

  • De la integración de las cualidades morales y
    las cualidades inteligentes (juicio 1)

  • De la educación popular como la
    educación de todos por igual, no solo de ricos, sino
    también los pobres, todos bien educados (juicio
    2)

  • El que sabe más, vale más. Saber es
    tener… Un hombre instruído vive de su ciencia,
    y como la lleva en sí … su existencia es
    fácil y segura. (juicio 3)

  • El pueblo más feliz, es el que tenga mejor
    educados a sus hijos en la instrucción del pensamiento
    y la dirección de los sentimientos (juicio
    4)

  • Un pueblo virtuoso vivirá más feliz y
    más rico que otro lleno de vicios, y se
    defenderá mejor de todo ataque (juicio 4)

  • Derecho a que se le eduque y el deber de contribuir
    a la educación de los demás (juicio
    5)

  • Un pueblo instruido será siempre libre y
    fuerte (juicio 6)

  • El mejor modo de defender nuestros derechos, es
    conocerlos bien (juicio 6),

  • "Un hombre instruido en la ciencia y en la
    conciencia, ya está en camino de ser Dios" (juicio
    6)

Desde esta lógica inductiva, llegamos a la
deducción de una de sus principales ideas
generalizadoras acerca del carácter integrador que
caracteriza la esencia de la Pedagogía en el proceso de la
educación integral, el que comprendió en su
complejidad teniendo en cuenta lo individual y lo social, lo
interno y lo externo, la interacción de los individuos en este
proceso educativo y a la vez de las múltiples influencias,
personales y del contexto social.

Supo comprender la necesaria integración de la
instrucción y de la educación, reconociendo que en
la base del proceso formativo, de la enseñanza y el aprendizaje,
está la moral como
elemento que puede vincular la razón y los sentimientos
asociados al Bien, a las virtudes, a la justicia, a
las cualidades morales en su orientación al bien y los
valores.

En tal sentido, Martí hace explícito en
casi todas sus reflexiones sobre la educación su aprecio
por el papel de la Ética como elemento imprescindible en
este proceso. Por lo que podemos aseverar que fue el primero en
revelar de forma clara no solo la presencia, sino incluso el
papel de la moral, los valores
humanos universales e identitarios y humanistas, como rasgos
inherentes a este proceso y por ende como contenidos
insoslayables del mismo, que hoy vemos integrados en un enfoque
de nuestra Pedagogía y educación revolucionaria a
lo largo de nuestra historia patria.

Martí concibió el desarrollo del talento y
la inteligencia
humana, sobre la base del desarrollo de la ciencia y la
tecnología, como instrumentos para ser más
prósperos, en la medida en que se sea bueno y por
consiguiente dichosos. La Ética, la moral y los valores,
acompañan al conocimiento científico y
tecnológico para la dirección humana en su obrar
bien, para la correlación necesaria entre el fin y los
medios, idea esencial para el
conocimiento bioético en la
contemporaneidad.

Para ser libres es necesario ser cultos, esta es una
libertad en todos los sentidos,
pero primero que todo como seres humanos con la capacidad de
elegir con conocimiento de causa sobre su elección moral
en su actuación, y como responsables por los actos, se
está apuntando a la autodeterminación moral de las
personas a partir de los conocimientos que posee.

Fue el gran inspirador de nuestra ideología política e ideales
libertarios y emancipatorios, ordenados y animados en la
razón, la voluntad y las acciones, por "ese sol del mundo
moral" como nos sentenciara José de la
Luz y Caballero, el valor de la justicia social, que preside
hasta nuestros días los valores
morales y políticos, de esta nueva forma
armónica de concebir al ser humano y su convivencia entre
sí, los pueblos y nuestro planeta tierra,
así consta en sus juicios sobre los deberes y derechos a
ser educados en la sociedad, sobre el concepto de la
educación popular inclusiva a ricos y pobres,
científica y para todos por igual, bien
educados.

A tales efectos la Bioética, no puede erigirse
como conocimiento supra o neutral, sino que en realidad
está más comprometido que nunca con una
posición ética de justicia, paz, respeto, no
violencia,
solidaridad, respeto a los derechos humanos
y a la preservación del medio
ambiente, a la contribución de la justicia en el orden
económico y social del mundo y en particular a la
contribución del desarrollo de los pueblos del Tercer
Mundo, en ello el pensamiento revolucionario cubano y la
ética martiana nos dio una clave singular asumida por los
hombres y mujeres de ciencias, así como por los educadores
cubanos de hoy.

 

 

 

Por:

Nancy Chacón Arteaga

Sub Directora de la OPM

Presidenta fundadora Cátedra de
Ética ISPEJV

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