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Cultura japonesa: geishas (página 2)




Enviado por Julieta Pizzinato



Partes: 1, 2

La Maiko al igual que la Geisha recibe regalos que provienen
de los comerciantes, de las boutiques, de artistas de teatro y de los
clientes de la
Geisha.

Al día siguiente, se realiza la ceremonia del
san-san-kudo (tres-tres-cambios). En esta ceremonia, la maiko y
la oneesan (hermana)-Geisha de ésta, se ofrecen mutuamente
licor de arroz, y beben tres sorbos, de tres copas
pequeñas. Luego intercambian la copa con la okaasan,
madre, de la okiya, y con los cinco testigos de la ceremonia. La
ceremonia difiere un poco, dependiendo del la ciudad donde se
desarrolle.

La nueva maiko, recibe un nombre nuevo dado por su
oneesan-Geisha. La oneesan-Geisha se convierte en la guía,
confidente, protectora, supervisora, y tutora de la nueva maiko
asignada, y es a la que le corresponde continuar con el proceso de
entrenamiento
de la futura Geisha. Después de la ceremonia, la maiko ya
es reconocida como tal dentro de la okiya y el hanamachi, es
decir se ha hecho su presentación en sociedad.

La nueva maiko continua con su etapa de aprendizaje, esta
etapa se denomina Minarai. Es responsabilidad de la oneesan-Geisha, llevar a la
maiko donde la Maiko asistirá como oyente, y observadora
del trabajo que
realiza su Geisha hermana. Aprende las formas y maneras que debe
tener una Geisha, conoce a potenciales clientes, y se da a
conocer mientras está en su fase de entrenamiento. Durante
esta etapa, la Maiko continua con las clases en el arte que haya
seleccionadota sea baile, canto, o música.

Mientras transcurre el tiempo de su
aprendizaje, y cuando su okaasan considera que ya es el momento,
la Maiko pasa a una nueva ceremonia que se denomina Mizuage.
Ésta consistía en tiempos pasados como ahora, en la
desfloración de la joven Maiko, o la venta de su
virginidad, y marcaba su paso de ser considerada una niña
a ser vista como una joven mujer. A veces el
que ofrecía dinero por una
maiko, luego se convertía en su danna, es decir en su
protector, aunque la palabra significa literalmente "marido",
pero no se casaban con las maikos, y la mayoría de estos
dannas ya estaban casados. La encargada de "negociar" la
desfloración era la okaasan, ósea la madre, y la
ofrecía a los clientes habituales de alto poder
adquisitivo, y bien vistos dentro de la okiya y del hanamachi, o
al que manifestará su deseo de convertirse en su
marido.

Aproximadamente cuando la maiko cumple 20 años, y
siempre bajo el criterio de su okaasan, esa maiko que pasó
el mizuage ya está preparada para ser una Geisha. La
ascensión de maiko a Geisha, se realiza nuevamente con una
ceremonia denominada Erikae. En ella, la maiko cambia su forma de
vestir, utiliza un kimono kosode en vez del furisode llevado
hasta ahora, y cambia el cuello de su kimono de rojo a blanco,
así como su maquillaje y peinado. A partir de ahora, el
ser una geisha indica que es una mujer madura, y como tal se debe
comportar.

Peinados, maquillaje, vestimenta. Todo tan reluciente en una
Geisha o por lo menos en su transcurso hacia eso.

Cuando la joven termina de ser una Shikomi alcanza la etapa de
Minarai, antes de su debut como maiko, su cabello debe haber
crecido lo suficientemente largo para que pueda llevar los
elaborados peinados que se realizarán con su propio pelo.
En la elaboración de estos peinados, se utilizaban varios
elementos decorativos llamados kanzashi. Estos son como orquillas
planas forradas en coloridas sedas, de múltiples formas,
tamaños y colores, y los
mismos cuentan con una larga colección para cada mes del
año, así como para cada estación. Utilizan
además, trozos de cintas de seda que son como una especie
de peinetas, de forma rectangular en color rojo,
dorado y bronce. El primer estilo de peinado que lleva la maiko,
se denomina Wareshinobu

Cuando ha pasado el mizuage, el estilo del peinado de la maiko
cambia al Ofuku, que aunque que se parece al estilo Wareshinobu,
en la parte trasera, es remplazado por el chirimen-teragami, el
cual es una cinta triangular que se lleva fijada en la parte de
arriba del moño, en vez de entrelazarlo adentro del
moño como en el estilo Wareshinobu.

A parte de estos dos estilos de peinados, las maikos
utilizaban otros tres. El katsuyama o marumage, que es más
utilizado en las épocas estivales, y que ya era conocido
desde el siglo XVII. El yakko-shimada se reserva a las ocasiones
especiales como festivales, banquetes, y en especial para el
festival de año nuevo.

El estilo sakko es el reservado para el debut de la maiko en
Geisha, y sólo se diferencia porque la maiko corta parte
de su pelo de la coronilla, quedándole un poco en punta,
expresando así su deseo de ser Geisha

Debido a lo elaborado de los peinados, y al coste
económico que representaba, las maikos iban una vez a la
semana al peluquero, y para no estropear su peinado,
debían dormir en un omaku o makura, una especie de mueble
de madera que
lleva una pequeña almohada, donde se apoya la nuca.

Para mantener el brillo y color del cabello, las maiko
utilizaban una pasta a base de aceites y tintes que el peluquero
colocaba antes del peinado. Debido a ese producto
grasiento que llevaban por días, y a los constantes
tirones de pelo en el peinado de sus largas cabelleras, las
maikos sufrían de alopecia prematura. Para dar volumen a su
peinado, usaban a extensiones de pelo, y trozos de papel.

Las Geishas por su parte, hasta el año 1960 peinaban
sus cabellos igual que las maikos, pero luego, cambiaron su
costumbre por el uso de pelucas de pelo natural, que en
japonés se llaman katsura. Éstas eran
confeccionadas a la medida de la cabeza, y de la fisonomía
de la cara de la geisha. Actualmente se ha convertido en un
negocio, y existen tiendas especializadas en su
confección.

Una Geisha sólo contaba con tres tipos de peinado. La
shimada, que se usaba en ceremonias, la tsubushi-shimada que era
la de uso diario, y la mae-ware usada en los espectáculos
de danza cuando
interpretaba un papel masculino.

Los peinados usados por la Geisha no eran tan elaborados, de
hecho usaba pocos y muy discretos, y las orquillas no iban
recubiertas en seda. Estos adornos solían ser de dos
tipos: una peineta de ébano, acompañada de una
orquilla decorada con una perla de jade, que utilizaban en la
época de verano. El otro tipo, era otra peineta de
caparazón de tortuga, acompañada de una orquilla
con una perla de coral.

El maquillaje de la Geisha y maiko, también es muy
diferente. Las maikos pintan su cara de blanco, pero dejan una
línea de piel sin
pintar alrededor de la raíz del pelo, sus mejillas van
pintadas con polvos color rosa oscuro. La parte de afuera del ojo
era maquillado en rojo, así como las cejas, y a medida que
va pasando el tiempo de aprendizaje, el color va pasando poco a
poco al negro a través de mezcla de colores.

Dependiendo de la jerarquía de la maiko, la forma de
pintar sus labios también es distinta, en una primera fase
sólo pinta en rojo el labio inferior, siendo el maquillaje
del mismo por dentro de la línea natural de su labio, es
decir reflejando un labio más pequeño que el que
realmente tiene. Cuando la maiko ha avanzado en su aprendizaje,
maquilla en rojo sus dos labios, pero al igual que en la fase
inicial por dentro de la línea natural de sus labios.

El maquillaje de la Geisha es mucho más discreto. Su
cara también se pinta en blanco, y no deja la línea
del color de su piel, ésta es recubierta totalmente. Sus
mejillas llevan un polvo color rosa, pero es mucho más
suave y tenue que el de las maiko. Sus ojos llevan una
línea negra dentro y fuera del ojo, y la parte de afuera
del ojo la maquilla de un profundo rojo. Las cejas las pinta de
negro, y sus dos labios van pintados de rojo en su totalidad.

La pintura que
recubre el rostro tanto de maikos y geishas, recibe el nombre de
bintsuke-abura, y el maquillaje blanco se llama shironuri. Esta
pintura era a base de un aceite que se
funde en las manos, y que luego se mezclaba con agua, y se
aplicaba con un pincel en el torso, cara, y cuello.

En la parte de la nuca, se utiliza un esténcil, que
permite realizar un dibujo en dos
puntas, de tres, usado en ceremonias, y recientemente en forma de
semicírculo.

La nuca para los japoneses, era considerado un punto sensual
de la mujer, y dejar
ver una parte de su piel natural reforzaba su sensualidad.

Los labios, también se pintaban con una crema que se
mezclaba con agua, y se le añadía un punto de
azúcar
cristalizada para darles brillo.

El maquillaje de los ojos y cejas, se realizaba con la
aplicación de una especie de cera sobre ellos. Dependiendo
del hanamachi al que perteneciera la maiko y geisha, la forma de
maquillar sus ojos variaba.

En la antigüedad, los elementos usados en el maquillaje
eran muy rudimentarios, a tal punto que las geishas quedaban
estigmatizadas en su cara y pelo. La pasta utilizada de color
blanco, para el maquillaje de su cara poseía un alto
contenido en plomo, que a la larga les producía manchas
sobre la piel de la misma, por otra parte, los productos para
el pelo, les producía la caída de cabello, y esa
caída de cabello era muy pronunciada, al punto de que
muchas llegaban casi calvas a su vejez. En la
actualidad, la crema blanca es a base de polvos de arroz, pero el
problema de la alopecia persiste.

Tanto geishas y maikos, debían estar siempre impecables
en cuanto al maquillaje y el peinado, empleaban horas en ello, y
parte de su aprendizaje se basaba en estos dos aspectos. Estos
dos aspectos, son parte de la carta de
presentación de ellas, y un error es punto de crítica
y burla entre sus compañeras, y el hanamachi entero.

El kimono de una maiko, difiere mucho del de la Geisha. Es muy
llamativo, y con fondos estampados, siendo el dibujo del mismo
muy elaborado. El kimono, es un trabajo artesanal, estampados en
hermosas sedas, y hechos a la medida de cada maiko. Cada maiko
cuenta con una colección variada, para las distintas
ocasiones y estaciones del año. Este estilo tan colorido
del kimono usado en la etapa de maiko, se denomina Furisode. El
kimono de la maiko cuenta además con la
característica de tener largas mangas, llegándole
incluso hasta los talones, éstas se van acortando a medida
que avanza en su aprendizaje, y también va cambiando el
estilo de kimono.

El cuello del kimono de la Maiko, como fue anteriormente
nombrado, es de color rojo, y una franja en la parte baja de su
kimono, también es de ese color. Esta combinación,
sólo la llevan las maiko que están en su fase
inicial de aprendizaje. Adicionalmente, el kimono lleva motivos
decorativos en el dorso, que depende también de la
jerarquía que tenga, la maiko en su fase inicial de
entrenamiento los lleva en ambos costados, y la maiko avanzada
sólo de un lado.

Las geishas por su parte, utilizan kimonos mucho más
discretos, son colores más bien planos, sin estampados, o
si los llevase no tan atractivos a primera vista. Al igual que
las maikos, sus kimonos son hechos a mano, a medida y en hermosas
telas de seda, respetando las estaciones y las ocasiones a ser
usado. Una geisha de categoría cuenta con 24 o más
kimonos en su haber. Los colores más usados por las
geishas de edad más avanzada son el beige, el gris, y el
azul oscuro.

El cuello que llevan debajo del kimono es de color blanco, y
la banda que lleva en la parte baja del kimono es de color
rosado. El kimono no lleva ningún tipo de elemento
decorativo en el dorso.

Además utilizan un Obi que es el cinturón que va
desde la parte baja del pecho, un poco más abajo de los
senos, y hasta la parte baja del abdomen. El mismo, además
de su función
decorativa, le sirve tanto a la geisha como a la maiko para
reforzar la espalda, y poder mantener la postura que utilizan
sentadas de rodillas por más tiempo, es decir les sirve de
soporte.

El Obi de las maikos mide aproximadamente 5 metros de largo,
con hermosos diseños de fondo, y elegantemente terminados
con hilos en dorado y plata. El obi se ata en la parte trasera,
pero sus extremos se dejan sueltos, llegándoles incluso a
sus talones.

En las Geishas el cinturón se denomina maru-obi
Éste es menos ancho que el de las maiko, aproximadamente
60 cms y mide 4 metros de largo. El mismo se pliega en dos, como
formando una almohada y es atado de forma cuadrada en el
dorso.

El Obi Jime es una cuerda que se usa a manera de
cinturón, en medio del Obi. Fue introducido en Japón
junto con el Budismo, con
fines netamente razón decorativo en muchos templos y
santuarios.

El Obi-jime usado por las Maikos tiene un ancho de tres
centímetros y medio, y es de diferentes colores vistosos,
rojos, verdes, amarillos, rosas,
dorados.

En las Geishas es mucho más estrecho que el de las
maikos, de 2 cm aproximadamente, y son usados en colores pasteles
pálidos.

El Obi Dome es como una especie de pasador, que se coloca a
nivel de la cintura frente al Obi.

En las Maikos son llamados pocchiri, y suelen ser muy
decorados, en coral, amatista, jade, agatas, y son muy
pesados.

Como de costumbre, en las Geishas son más
pequeños que el de las maikos, y menos elaborados, algunas
incluso ni los utilizan. Son hechos con conchas de tortuga, de
coral y de otros materiales.

El llamado Obi Age es una larga y estrecha banda de seda, que
ayuda a mantener el obi en su sitio.

Las Maikos utilizaban de color rojo, con detalles decorativos
en color dorado o plata, y el mismo es visible debajo del
Obi.

Las Geishas vestían de color rosa, o de cualquier color
pastel pálido, no es visible ya que se coloca en el
interior del Obi.

El eri es el cuello del kimono. Es una banda de tela larga y
estrecha.

Las Maikos usaban de color rojo, y lleva bordado detalles
decorativos en hilos dorados y plata, y pequeñas perlas de
nácar. En éste se borda el escudo de la Okiya a la
que pertenece la maiko. Debido a lo ornamentado en detalles, el
cuello se vuelve pesado.

Cuando se realiza la ceremonia del erikae, la Geisha realiza
el cambio del
cuello del rojo al blanco. Éste carece de detalles
decorativos.

Vestían los calcetines blancos, que tanto las maikos y
las geishas llevan con las sandalias o suecos. Se cosen con una
separación en los dedos, para que sea más
fácil de ponerse el calzado respectivo, y los mismos son
hechos a la medida de los pies de las maikos y geishas.

Hakimono es el nombre genérico que recibe el calzado
usado por las maikos y las geishas.

Las Maikos utilizan sandalias o suecos, llamadas Okobo de
aproximadamente 10 cm de alto son de Paulonia, que es una madera
autóctona de Japón. La cinta que va entre los
dedos, cambia de color a medida que avanza en su aprendizaje,
comenzando por el rojo, continua el rosa, y finalmente el color
lila. Los okobo llevan un cascabel dentro, por lo que es normal
que cuando se escucha uno, una maiko debe de estar a punto de
aparecer a nuestros ojos.

Las geishas también llevan suecos y sandalias,
éstos reciben el nombre de Geta, pero son mucho más
bajos que los de la maiko.

En verano, tanto las maikos y las geishas utilizan las
sandalias lacadas en negro, ya que con la transpiración la
otra madera se mancha, y era muy antiestético ver las
manchas en las sandalias cuando se dejaban en la entrada de las
ochayas.

Otro tipo de sandalia, que llevan tanto las maikos y las
geishas, son las zori. Éstas son en cuero, y van
recubiertas en la parte superior de una especie de material
parecida al tatami.

Una bolsa, llamada ozashiki-kago usada a manera de saco, y con
forma de caja o bombonera que utilizan tanto geishas como maikos.
Como de costumbre, el de las maikos es de colores llamativos y
estampado, y el de las geishas es más discreto y en
colores pasteles.

Éste se ha sustituido en la actualidad por un bolso de
mano, pero con las mismas características en cuanto al
color, para diferenciar a maikos y geishas.

Los famosos paraguas o sombrillas, se llaman Kasa y son
realizados en hermosas telas de seda, y en un delicado
bambú. En la antigüedad, su utilización estaba
muy extendida, de hecho era un implemento necesario y distintivo
tanto de geishas y maikos, hoy en día es poco frecuente su
uso. Como de costumbre, los colores son el punto
característico de su diferenciación. Las maikos los
usaban en color rojo, y las geishas en color rosa, u otros
colores pasteles pálidos.

Cuando la geisha decide retirarse de la vida pública,
se realiza la última ceremonia dentro de su vida como
geisha. La ceremonia se denomina Hiki-iwai, y puede tener varias
connotaciones en la actualidad, que la geisha ha alcanzado edad
avanzada para las labores propias de una geisha, porque se quiere
retirar definitivamente, porque se casa, o porque decide abrir su
propia ochaya, o una okiya, e incluso otro tipo de negocio dentro
del hanamachi.

En la antigüedad, una geisha se podía retirar
cuando su danna pagaba la totalidad de su deuda con la okaasan de
la Okiya.

En cualquier caso, la geisha debe preparar esta
celebración, invitando a todas que la han ayudado durante
su carrera, incluyendo la okaasan, y a sus colegas del hanamachi.
La geisha ofrece de regalo a sus compañeras, oneesan, y
okaasan cajas con arroz, las cuales expresan la gratitud y llevan
un mensaje oculto. Si el arroz es blanco y cocido, quiere decir
que no volverá más al hanamachi, mientras que si
está llena de arroz y de judías rojas, existe una
posibilidad de que vuelva.

Dentro de la Okiya la geisha recibe un papel, como
símbolo de su liberación. Éste es
triangular, y lleva caligrafiado el nombre de la geisha, su
verdadero nombre y el kanji hiki-iwai.

Muy pocas geishas corrían con la suerte de ser
esposadas, una quimera el amor, la
mayoría han muerto solas y abandonadas.

Hasta aquí vemos que la vida de una Geisha, hablando en
la antigüedad, ya que no les quedaba otra opción que
sobrevivir de eso, su cuerpo, es fuerte, dolorosa, lamentable y
solo hemos visto como se forma. Ahora observemos desde el punto
de vista moral etico y
humano.

Después de la II Guerra Mundial
esta práctica fue prohibida, así como la venta de
las niñas a las okiyas. Hoy en día, las geishas y
maikos que existen en Japón son por decisión
propia, para mantener esta tradición, así como
también corresponde a ellas la libre elección y
selección de mantener o no relaciones
sexuales, o de tener un danna.

En el Japón moderno, las geishas y maiko son bastante
inusuales. En los años 1920 había alrededor de
80.000 geishas en Japón, pero hoy en día hay
aproximadamente 1.000. De todas maneras, en el distrito Gion de
Kioto, los visitantes pueden observar algunas maiko por las
calles yendo o regresando de una cita.

Tradicionalmente, las geishas comenzaban su entrenamiento a
una corta edad. Algunas jóvenes eran vendidas a las casas
de geishas en su niñez, y comenzaban su entrenamiento en
varias artes tradicionales casi inmediatamente.

Geishas y prostitución

Aún existe cierta confusión, especialmente fuera
de Japón, sobre la naturaleza de
la profesión de las geishas. Este tema se ha complicado
debido a las prostitutas japonesas, particularmente en onsen, que
quieren ligarse al prestigio de las geishas
promocionándose como geishas ante los turistas (japoneses
y extranjeros).

Tradicionalmente, la geisha debe mantenerse soltera (o
retirarse luego de su matrimonio),
aunque no es poco común que tengan hijos. Mientras que los
compromisos generalmente incluyen coquetear e incluso bromas
sugerentes (no obstante codificados en maneras tradicionales),
nunca incluyen actividad sexual, y una geisha no es pagada por
sexo, aunque
algunas pueden elegir tener una relación que incluya el
sexo con algún cliente fuera de
su rol como tal. Y debido a que estas relaciones están
vinculadas con la capacidad del cliente de pagar por los servicios
tradicionales, el argumento puede ser que es simplemente una
manera complicada de prostitución.

Fue tradicional para las geishas tener un danna, o cliente
habitual. Un danna era generalmente un hombre
adinerado, algunas veces casado, que tenía recursos para
financiar los costos del
entrenamiento tradicional de la geisha y otros gastos
considerables.

Aunque una geisha y su danna podrían estar enamorados,
la relación está sujeta a la capacidad del danna de
entregar algún aporte financiero. Los valores y
convenios ligados a este tipo de relaciones no son bien
comprendidos, incluso entre los japoneses.

Se reflexiona sobre la venta de la virginidad de las geishas y
de su cuerpo a un solo cliente (hasta que el danna se cansara y
entonces se buscaría otro), algo que era usual.

No solamente las artes fueron en crecimiento, sino
también la prostitución, convirtiendo ciertos
sitios en dañinos. El shogunato de Tokugawa no vio con
buenos ojos las representaciones del kabuki en el distrito de
Yoshiwara, porque eran las causantes de que se hubiesen iniciado
"nuevas practicas de placer". Esto motivó a su
prohibición, y todo tipo de actividad de
distracción fue establecida en lo que se denominó
"distritos de placer". Es decir, la prostitución no fue
prohibida sino confinada a estos sitios, y bajo el control del
gobierno.

En el año 1779, las Geishas fueron reconocidas como
artistas, y se adoptó el sistema "Kenban"
para supervisar a las geishas de la zona, y restringió su
número por debajo de 100 artistas, protegiendo así
a las geishas de que cayeran en la prostitución. El
kenban, permanece aún hoy en día funcionando como
una especie de sindicato de
las geishas.

En la actualidad, son cinco comunidades en Kyoto: Ponto-cho,
Gion-Kobu, Gion-Higashi, Miyagawa-cho, y Kamishichiken. Las
geishas de Kyoto hablaban en dialecto "kiotense", que se sigue
hablando en la actualidad. En kiotense geisha es geiko.

Muchas prostitutas trataban de imitar el estilo de las
geishas, pero no tenían la formación
artística de éstas. Se vestían en kimonos,
con exceso de maquillaje y excesos de adornos en el peinado, por
lo que por nuevo edicto del shogun Tokugawa, y para
protección de la imagen de las
geishas, se obligaba a las mismas a moderar su vestuario y
maquillaje para poder diferenciarlas de las prostitutas.

Quizás sea por ello que durante un tiempo se
confundían a las geishas con éstas, porque
vivían además en las casas de "lámparas
rojas", pero el caso es que no podemos decir que las geishas
fueran prostitutas.

Ellas sólo se encargaban de distraer a los hombres, con
amenas conversaciones, con danza, o tocando el shamisen

El tiempo de la geisha y maiko con cada hombre, se media en
varitas de incienso, cuando ésta se consumía
había finalizado su tiempo.

Las geishas y maikos, contaban con un pacto de silencio, por
lo que cualquier hombre podía estar tranquilo con las
conversaciones que se mantuvieran delante de ella, o con
ella.

En esas zonas de placer, como eran llamadas, surgieron
numerosa Ochayas, que son las casas de té donde las
Geishas atienden a sus clientes

En la actualidad, las mujeres que deciden ser geishas lo hacen
por libre albedrío, las niñas no son vendidas, y lo
hacen por mantener la tradición de su país. Las
ceremonias siguen siendo las mismas, pero el mizuage es de libre
elección.

Muchas son estudiantes, lo cual les permite obtener un dinero
para sus estudios, hablan varios idiomas, y estudian las mismas
artes de las geishas en la antigüedad (tocar el shamisen, o
la flauta, la danza, la ceremonia del té, etc.), otras
están incluso casadas, y compaginan sus actividades de
amas de casa, con las de ser geisha. Manejan Internet, hablan por
teléfono móvil, e incluso hay una
que hasta tiene una página Web
donde cuenta la vida en un hanamachi (lo leí en
algún sitio, pero no sé su dirección =O ( ). El tema de la sexualidad,
también es algo que se deja a su libre elección, e
incluso existe alguna que pueda tener un danna.

La proliferación de pubs, discos, y bares, ha hecho que
naciera otro tipo de negocio, como lo son las damas de
compañía; jóvenes japonesas que están
en estos locales, que atienden a los clientes intentando que
consuman gran cantidad de alcohol.

Debido a este fenómeno, y a partir de la II Guerra
Mundial, el número de geishas y maikos ha disminuido
considerablemente, pasando de 80.000, a 25.000 en la Era de
Meiji, y a sólo 10.000 en la época actual.

En cualquier caso, al ver a esas hermosas mujeres, cargadas de
tantos detalles y simbología nos transportan hasta aquella
época, y quizás parte de su tristeza se
escondía en sus caras de mimo, reflejando una imagen
bucólica de ellas, pero en su faceta de teatro siempre han
mostrado al mundo la imagen de simpatía, seducción
y fascinación. Un mundo de mujeres, controlado por
mujeres

Una economía ralentizada, pocos intereses en
las artes tradicionales, la inescrutable naturaleza del mundo de
las flores y sauces, y el costo de este
servicio han
contribuido en que la tradición decline.

Las geishas son contratadas para asistir a fiestas y
encuentros, tradicionalmente en casas de té o
tradicionales restaurantes japoneses. Su tiempo es medido
según lo que se demora en consumirse un palo de incienso o
gyokudai. Otro término para trazar la tarifa son flores
tarifarias. El cliente hace el convenio a través del
sindicato de geishas que mantiene el horario de cada geisha y
hace sus citas de entretenimiento o entrenamiento.

Conclusion

"Esta cultura, tan
glamorosa, tan perfecta que podía y hasta hoy en
día la mujer japonesa puede llevar sin prejuicio
alguno, ya que se toma como un vivir, contiene un trasfondo tan
opaco. Las pequeñas que desde pequeñas aprenden a
ser "prostituta" su carrera de por vida, con lo que se va a
alimentar y vivir. Estudios de todo tipo, música, teatro,
baile entre otros son solo aprendidos para eso, para perder su
valor como
mujer y persona. Para
nuestra cultura obtener tanta atención, tantos zapatos y vestimentas
hermosas sería el paraíso, para ellas por lo visto
es igual pero quizás con el correr del tiempo se
darán cuenta que son personas, mujeres llenas de vida que
no tienen porque ser rematadas como trofeo u objeto antiguo
valoradas por su belleza o por la más culta y
femenina."

Referencias y bibliografia

* AIHARA KYOKO. "Geisha. Une tradition vivante". Courbevoie,
France. Soline Editions, 2001.

* DALBY LIZA. "Geisha". 1st. Edition, USA. University of
California Press, 1998.

* TANAKA YÜKO, Cuadernos de Japón. Volúmen
XVII, Número 1. Japón primavera 2004.

* Frantisek Staud. www.phototravels.net

* Chris Wilson. http://www.travel67.com/

Dalby, Liza Crihfield (1983): Geisha. Berkeley (California):
University of California Press.

Foreman, Kelly M. (2002): "The Role of Music in the Lives and
Identities of Japanese Geisha." disertación de Ph. D. Kent,
Ohio (EE. UU.): Kent State University.

Foreman, Kelly M. (2005): "Bad Girls Confined: Okuni, Geisha,
and the Negotiation of Female Performance Space", en Bad Girls of
Japan, editado por Laura Miller y Jan Bardsley. Palgrave
MacMillain Press.

Manabu Miyazaki (2005): Toppamono: Outlaw. Radical. Suspect.
My Life in Japan's Underworld. Publicadora Kotan. ISBN
0970171625.

Documental televisivo de la BBC Geisha Girl. Primero estrenado
en el canal BBC Four del Reino Unido en enero 2006.

Naomi Graham-Diaz (2001): "Make-Up of Geisha and Maiko", en
Immortal Geisha. ImmortalGeisha.com (último acceso en 19
de enero de 2005).

Vilaró, Eugènia: Geisha, los secretos del mundo
flotante. Shinden Ediciones, 2006. (Shinden-Ediciones.com).

 

 

Autor:

Julieta Pizzinato

Partes: 1, 2
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