La eutanasia como derecho personal y el mal que ven los cristianos en ella
Todo ser humano tiene el derecho-deber a la
vida, por ende, tiene la responsabilidad de llevar su vida de la mejor
manera que se pueda, pero existen casos en los cuales las
personas no llevan sus vidas por sí solos, porque
están postrados en una cama sin poder tener
ninguna responsabilidad sobre sus vidas. En este caso me refiero
particularmente a Ramón
Sampedro, quien el 23 de agosto de 1968, cayó en el agua desde
una roca chocando la cabeza contra la arena, lo cual, le produjo
la fractura de la séptima vértebra cervical, este
tipo de fractura desconecta al cuerpo de la cabeza, por lo tanto
Ramón Sampedro quedo tetrapléjico, sin poder tener
responsabilidad alguna sobre su vida, dependía simplemente
de los médicos y sus amigos que le ayudaban, y el
único medio de entretenimiento que tenía era
escribir cartas, lo cual
lo hacía con un bolígrafo entre los dientes, de
igual manera, lo único que exigía era tener una
buena muerte
(eutanasia): la
reclamaba como un derecho personal.
Si la vida es un derecho personal cuando
podemos llevarla con responsabilidad dentro de lo que cabe
mencionar, ¿por qué la muerte
asistida no podría ser un derecho personal?
La palabra eutanasia deriva de las
raíces griegas eu, bueno, y thanatos, muerte, lo cual hace
referencia al acto de acabar con la vida de otra persona, a
petición suya, con el fin de evitar un sufrimiento
innecesario por el cual una persona esté pasando. Si
nosotros vemos a cualquier animal al que le haya sucedido un
accidente y tenemos en cuenta que nunca más podrá
utilizar la mayor parte de su cuerpo, tendríamos la
amabilidad de acabar con su existencia para evitarle tanto dolor,
pero ¿qué ocurre cuando es el caso de una persona
que esta en las misma condiciones ?
La eutanasia debería ser un derecho
personal de cada persona, así como lo es el derecho a la
vida; debido a que lo único que se quiere liberar en la
vida es el dolor sin sentido racional, pero existen autoridades
de diferentes tipos las cuales no permiten esto. Unas de las
principales autoridades es la religiosa, como el cristianismo y
cualquier otra religión, que no
quieren o no saben darle otro sentido a la muerte. Sin embargo,
Ramón Sampedro en unas de las tantas cartas que él
escribía explica: "el mal que los cristianos ven en la
eutanasia es, sino falso, erróneo, pues el mal no
está en el acto en sí, sino en la intención.
Los mismos cristianos esperan que venga un liberador a exterminar
el mal de la faz de la tierra,
cuando debería entenderse que es el deber moral de los
hombres hacerlo".
Siempre se ha solido argumentar que el
sufrimiento purifica al hombre. Esa
sería la idea de cualquier buen tirano, pero si el ser que
tiene una conciencia
ética
necesita experimentar el dolor en su propio cuerpo o verlo en
cualquier familiar o ser viviente para humanizarse, es porque
está incapacitado para amar o, mejor dicho, lo han
incapacitado algunas costumbres culturales que son insensibles
ante el sufrimiento; además, el religioso, por ejemplo un
católico, se opondrá rotundamente debido a sus
principios,
que fueron recalcados por Santo Tomás de
Aquino ("Dios da la vida y es el único que puede
quitarla"), lo que elimina cualquier posibilidad de eutanasia
dentro de esta ideología.
Ramón Sampedro hace referencia a que
nosotros somos dioses. Nuestra conciencia es la voluntad de Dios,
es decir, que lo que cada persona desea está en la
capacidad de poder cumplirlo. Coloco por ejemplo: ¿si
Jesucristo dentro de su conciencia el no fuera creído que
era hijo de Dios, que él era el mesías y no fuera
hecho todo lo que hizo por su propia voluntad, fuera llegado a la
crucifixión? No lo creo. Cristo enseñó
muchas cosas entre ellas a liberarse del dolor y la muerte.
¿Y qué es lo que quieren las personas que desean
una eutanasia? Librarse precisamente de lo que Jesucristo se
libró.
Cuando a Ramón Sampedro no le dejan
adquirir la eutanasia como un derecho personal es igual que a
Jesucristo no le creyeran que él era el hijo de Dios,
porque ésta es la peor crucifixión que pueda haber,
"matarle el pensamiento a
una persona", ya sea por dogmas o leyes, en este
caso las que prohíben que terceras personas acaben con la
vida de alguien solamente por dos causas que son una misma, las
cuales son la ética y
moral.
Tener el derecho a la vida significa tener
libre pensamiento y poder con autoridad
tomar decisiones que nos parezcan las más adecuadas en el
momento vivido. Si las personas juzgan a Ramón Sampedro no
es justamente porque tengan un argumento en contra de lo que
él desea que le realicen, sino simplemente son llevados
por paradigmas que
dentro de la comprensión ética y moral que tiene
cada ser son "malas" las acciones, en
este caso el derecho personal a la eutanasia, pero quizás
nunca esas personas se han preguntado o puesto en el lugar de las
personas que padecen una discapacidad,
como ser un tetrapléjico. El saber que no te puedes valer
por ti mismo, que no puedes amar como se debe, el ver a las
personas siempre desde abajo, siempre allí postrado en una
cama como si fueras un objeto inanimado, ¿pensarías
que vale la pena vivir, o que el sufrimiento es necesario para
poder purificarte?
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