RESUMEN
En el presente artículo pretendo hacer referencia a un
tema que, aunque no es del todo nuevo sí es de mucha
actualidad. El mismo es lo que se conoce como
epistemología evolucionista, esto es, el abordaje del
progreso en las ciencias desde el punto de vista biológico
o evolutivo, o sea, el análisis de cómo la
evolución –incluso en sus aspectos
biológicos- es un proceso de conocimiento y cómo el
paradigma de la selección natural se hace extensivo hacia
actividades epistemológicas tales como el pensamiento, el
aprendizaje y la ciencia.
INTRODUCCIÓN
"Los productos de la mente humana, se iluminan
con la
inspiradora gran idea que le debemos a
Darwin."
Karl R. Popper.
Desde hace siglos, el animal humano insiste en preguntarse
cómo es posible que se dé el conocimiento, el
pensamiento, la memoria, la percepción, el lenguaje y
todos aquellos procesos complejos que regulan su relación
con el mundo que lo rodea, y que en gran medida han hecho posible
el desarrollo de una cultura científica y
tecnológica.
El siglo XX, rico en avances de toda índole no
escapó a estos interrogantes y las respuestas más
notables no se hicieron esperar desde todos los ángulos
del conocimiento: desde la psicología hasta la medicina,
la filosofía, la psicología y las
neurociencias.
Empero, el problema de cómo se origina el conocimiento,
es acompañado de otro igualmente importante y dificultoso:
¿cómo medir el aumento de ese conocimiento? O
más exactamente, ¿de qué manera podemos
medir el crecimiento o el avance del conocimiento y progreso
científicos?
En lo que sigue, me referiré brevemente al progreso en
las ciencias. Enfocaré dicho progreso desde el punto de
vista biológico o evolutivo utilizando como referente la
teoría de la selección natural, tratando de
demostrar que el científico e investigador,
intencionalmente o no, utiliza la técnica de ensayo y
error, haciéndose por tanto injustificado su temor a
los obstáculos y errores que puedan presentarse en el
curso de la elaboración sistemática de
teorías: en el campo de la investigación
científica, los errores es mejor corregirlos que
evitarlos. El escrito gira en torno a la inquietud sobre
cómo es posible equiparar el proceso biológico de
la evolución natural al proceso netamente humano del
progreso en la producción científica.
El error en el camino
hacia la verdad.
Aprendimos de Darwin que los organismos evolucionan por ensayo
y error, y sus ensayos erróneos –sus mutaciones
erróneas- son eliminadas por regla general, mediante la
eliminación del organismo que "porta" el error. Ahora
bien, ¿no funciona la actividad científica del
mismo modo? ¿no es el proceso de sucesión de
teorías en la ciencia un proceso similar al de
eliminación selectiva?
El epistemólogo vienés Karl Popper lo expresa
claramente en los siguientes pasajes:
De acuerdo con mi propuesta, lo que caracteriza el
método empírico es su manera de exponer a
falsación el sistema que ha de contrastarse: justamente de
todos los modos imaginables. Su meta no es salvarles la vida a
los sistemas insostenibles sino, por el contrario, elegir el que
comparativamente sea más apto, sometiendo todos a la
más áspera lucha por la
supervivencia[1]
[.] ¿Cómo y por qué aceptamos una
teoría con preferencia a otras?
Ciertamente tal preferencia no se debe a nada semejante a una
justificación experimental de los enunciados que componen
una teoría, es decir, no se debe a una reducción
lógica de la teoría a la experiencia. Elegimos la
teoría que se mantiene mejor en la competición con
las demás teorías, la que por selección
natural muestra ser más apta para sobrevivir, y que
ésta será la que solamente haya resistido las
contrastaciones más exigentes, sino que sea, así
mismo, contrastable del modo más riguroso. Una
teoría es una herramienta que sometemos a contraste
aplicándola, y que juzgamos si es o no apropiada teniendo
en cuenta el resultado de su aplicación. (Op.
cit., p. 46).
El hombre está en posibilidad de ser crítico de
sus propios ensayos tentativos, de sus propias teorías.
Estas teorías al poder exponerse en revistas, libros,
foros, etc., se las puede discutir libremente y mostrar sus
errores. Así, tenemos una gran posibilidad: nuestros
ensayos, nuestras teorías, nuestras hipótesis
pueden ser eliminadas críticamente por medio de la
discusión racional.
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