Hace escasos doscientos seis años, un
músico de treinta y dos años se vio forzado a aceptar
su sordera, este acontecimiento marcaría su destino
artístico y como el mismo lo aceptaría en su testamento
de Heiligenstadt, todavía faltarían sus mejores obras
por ser escuchadas, estoy hablando quizás del músico
más influyente de nuestra era, estoy hablando de Ludwig
van Beethoven.
A mis hermanos Carl y Johann
BeethovenVosotros que me consideráis hostil, testarudo o
misántropo, ¡Cuán injustos habéis sido
conmigo!
¡Ignoráis las razones ocultas que
me hacen parecer así! Mi corazón y mi alma han sido, desde mi
infancia, inclinados hacia la
benevolencia, incluso siempre he estado dispuesto a realizar
grandes acciones.
Pero debéis considerar, que desde hace
seis años, he sido afectado por una enfermedad incurable,
agravada por médicos ineptos, engañado de año en
año con la esperanza de un mejoramiento, solo para verme
obligado, al final de confrontarme con la idea de una
condición permanente, cuya cura puede tomar años tal
vez o puede ser enteramente imposible.
Aunque nací con un temperamento fiero
e impulsivo y anuente a las distracciones de la sociedad, me he visto obligado
a aislarme de los contactos sociales, para pasar mi vida
solitario. Si a veces procuro ignorar todo esto, duramente he
sido recordado por las rígidas consecuencias de mi pobre
audición y me he dado cuenta de lo incapaz que soy de decir
a otros: Alzad la voz o gritad, porque soy sordo ¿Cómo
me iba a ser posible ir revelando la debilidad de un sentido que
debería ser en mí más perfecto que en los
demás?
… Pero que humillación cuando
alguien a mi lado, escuchó el sonido de una flauta a la
distancia y yo no la he escuchado, o alguien escucho el canto de
un pastor y otra vez, tampoco he oído nada. Esas experiencias
me han traído cerca de la desesperación. Me hubiera
costado poco terminar con mi vida, solo el arte me lo ha
impedido.
Si uno posee un problema de sordera, no
significa solamente que perdemos nuestra capacidad auditiva,
también implica que perdemos mucho de nuestro sentido del
equilibrio, pues este depende
de lo que escuchamos y además como bien lo vivió
Beethoven "si la sordera es especialmente aguda, puede afectar
considerablemente en la forma en que la persona sorda se relaciona con su
entorno humano, al encontrarse con una seria limitación en
su capacidad de encontrar una vía de comunicación por el canal
auditivo, es decir, con el lenguaje oral."La
definición de ruido en la actualidad es muy
subjetiva pues básicamente representa todo sonido no deseado
por mí, en cierto momento y espacio. Por lo tanto, escuchar
música Heavy Metal, puede
llegar a ser relajante o agradable para algunos, pero para otros
puede ser desagradable. Incluso para una misma persona alguna
manifestación sonora puede ser agradable en un momento, y en
otro, puede llegar a ser molesta.
La intensidad del ruido se mide en
decibelios, se cree que un nivel más alto de 55 decibelios
impide una comunicación acertada entre las personas y un
adecuado descanso. Entre 75 y 90 dBA, la presión del sonido se vuelve
dañina.
Alrededor de los 120 dBA, se vuelve
dolorosa y puede llegar a causar a muerte a más de 180 dBA.
Sólo para que nos demos una idea, 60 dBA es parecido al
sonido que se produce en una conversación "normal" a un
metro de distancia; 90 decibeles es el sonido que produce una
aspiradora o un taladro neumático; 120 dBA es
aproximadamente lo que se produce en un concierto de rock o una bocina de un carro y
180 dBA es aproximadamente el sonido de una explosión o una
ametralladora1Algunos efectos negativos que tiene el ruido en la
salud, son:
Efectos | Dolor de cabeza, hipertensión, |
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