- Aspectos biográficos
y primeros pasos de Saint-Simon - La unidad
de las ciencias y la organización
social - El
período cientificista - Darling
desde aquí - El
evolucionismo en las ciencias y el socialismo utópico.
Influencia sansimoniana en el positivismo
comteano
El desarrollo
explicativo de todo este análisis se focalizará primeramente
en una indagación sobre aspectos biográficos y
formativos de la filosofía sansimoniana para luego pasar a
explicar y a clarificar los conceptos centrales de su
cientificismo. A continuación se detallarán los
aportes fundamentales surgidos a partir de sus escritos
epistemológico-sociales y, por último, se
explicitará su concepción filosófica del
desenvolvimiento histórico de la humanidad,
relacionándola con la idea de progreso en particular y con
la filosofía positivista comteana en general.
Aspectos
biográficos y primeros pasos de
Saint-Simon
Claude Henri de Rouvroy, Conde de Saint-Simon,
vino al mundo el 17 de octubre de 1760 y perteneció a una
de las familias de más rancio abolengo de Francia. Los
condes de Saint-Simon descendían de los condes de
Vermandois, presuntos parientes de Carlomagno, y un Saint-Simon,
el autor de las famosas Memorias, recibió de Luis
XIII la dignidad de
duque. Sus biógrafos en
general coinciden en señalar que, desde su infancia,
Claude Henri dio pruebas de un
carácter enérgico y de falta de
respeto por los
usos consagrados, a la vez que de una desmesurada pasión
por la gloria futura. Sus padres, que alentaban esa
ambición, lo rodearon de los mejores maestros de la
época: fue sobre todo el pensador D" Alembert quien
más pudo influir en su primera formación
intelectual al posibilitarle el camino de la doctrina de los
enciclopedistas y al proporcionarle (a través de las
matemáticas y de las ciencias
naturales), un método de
estudio filosófico del que el propio Saint-Simon se
enorgulleció hasta el momento de su muerte,
acaecida el 19 de mayo de 1825.
A los 16 años, como correspondía al
primogénito de una familia de la
nobleza, Claude Henri entró en el ejército con el
grado de subteniente, y al estallar la guerra de la
independencia
norteamericana, fue incorporado a la fuerza
expedicionaria que conducía el celebre marqués de
Lafayette. Convertido ya en un "… aristócrata amante de
la libertad…"[1] y del desarrollo
industrial, el estudio in situ de las instituciones
políticas de la naciente república
independiente le dejó una impresión profunda e
imperecedera. Atento más a las cuestiones políticas
y tecnológicas que a su desempeño militar, dio una primera muestra de su
interés
en la necesidad de que el hombre
aumentase su poder sobre el
medio ambiente
circundante por medio de la presentación de un plan dirigido al
virrey de México por
el cual se le proponía la construcción de un canal entre los dos
océanos a través del istmo de Panamá,
proyecto que
finalmente no obtuvo el apoyo que el Conde
esperaba[2]
América le significó al Conde de
Saint-Simon el
conocimiento, siquiera directo y espontáneo, de la
estructura y
de los modos de vida de la sociedad
colonial, conocimiento
que se insinuará, sobre todo, en sus posteriores
construcciones utópicas de la sociedad. Se trata, en
efecto, de un material que no será valorado como el
contenido de una experiencia ingenua, sino que cobrará
sentido desde los esquemas progresistas derivados de la lectura (a
menudo sólo superficial) de filóso fos franceses
iluministas como Turgot y Condorcet. He aquí, por lo
tanto, un rasgo típico de la mentalidad de la
época: el Nuevo Mundo aparece en la mente de Saint-Simon y
en gran parte de la de sus contemporáneos como un campo
virgen y como materia
dúctil donde pudiera llevarse a cabo las realizaciones de
la nueva teoría
política,
con su carácter abstracto y a priori, lejos de la resistencia que
oponía la experiencia social del Viejo Continente, cargada
de sentido histórico. A lo largo de su vida, el propio
Saint-Simon cuidaría de remarcar el significado de esta
importante experiencia.
Una vez vuelto a Francia, pidió su retiro del
ejército con el grado de coronel y en 1788 se
trasladó a España,
donde todavía reinaba el progresista monarca Carlos III
rodeado de una pléyade de hombres ilustres. En este
país prosiguió con el desarrollo de su
espíritu dirigido hacia los aspectos tecnológicos e
industriales de la
organización social, e ideó el proyecto de unir
a Madrid con el
mar a través de la construcción de un canal
navegable, pero la pronta muerte del rey frustró todos los
planes y Saint-Simon decidió retornar a su
patria.
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