APOCALIPSIS 2:8- 11
Introducción:
La iglesia de Esmirna era una iglesia muy perseguida en una
ciudad rica que tenía poco tiempo para los cristianos. La
ciudad en sí, fundada alrededor de tres siglos antes de
Cristo, fue un logro bien planeado de Alejandro Magno. Era el
centro comercial de Asia menor, y se encontraba en la ruta
directa del comercio que mantenía India y Persia con Roma.
La gran variedad de monedas encontradas por los
arqueólogos en la ciudad, indica muy claro que era una
ciudad rica. El segmento judío de la población
parece que no fue religioso y además muy descuidado con
relación a las cosas espirituales. Se conoce muy pocos
detalles específicos acerca de la historia de la iglesia
de Esmirna aparte de los que se dan aquí en el libro de
Apocalipsis. Sin embargo, se puede deducir con acierto que fue
una iglesia muy fiel durante el periodo de persecución. A
partir de este relato, las conocidas características de
las condiciones de la iglesia de Esmirna indican que en el
día del juicio de Cristo esta iglesia será uno de
los cuerpos locales del creyente más sobresaliente de toda
la historia de la iglesia.
El periodo de la historia de la iglesia de Esmirna es muy
probable que haya sido el tiempo de mayor persecución que
jamás conoció la iglesia de Cristo. Satanás
desató un violento ataque contra la iglesia en un esfuerzo
por destruirla, porque se dio cuenta que la iglesia
Apostólica, debido a su fiel predicación del
evangelio, se convirtió en una seria amenaza para su
imperio mundial. A través de un estudio de la historia de
la iglesia es fácil ver que no tubo éxito en su
intento, porque Dios le dio la vuelta a los planes y
satanás aprendió una lección valiosa. Cuanto
más perseguía a la iglesia durante ese periodo,
esta, más se sobreponía a la única
característica condenable de la era apostólica: el
haber perdido el primer amor. Cristo no tiene una sola palabra de
condenación para esta iglesia. A raíz de esto,
Satanás aprendió un gran secreto: ¡La
persecución no aparta a la iglesia de Cristo! Por lo
tanto, al final de esta era amainó la persecución.
Entonces Satanás usó la que resultó ser una
de sus armas más efectivas para debilitar a la iglesia, la
de la indulgencia y la aprobación.
Algunas de las persecuciones de esta
era:
Tal como lo predijo el Señor en el versículo 10:
«Sufrirán persecución durante diez
días». La iglesia en esta era vivió ocho de
los diez periodos de persecución bajo los emperadores
romanos:
Nerón | 54- 68 d. C | A Pablo lo decapitan y a Pedro lo crucifican. |
Domiciano | 81- 96 d. C | Exilian a Juan |
Trajano | 98- 117 d. C |
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Marco Aurelio | 161- 180 d. C |
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Severo | 193- 211 d. C |
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Maximino | 235- 238 d. C |
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Decio | 249- 252 d. C |
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Valeriano | 253- 260 d. C |
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Aureliano | 270- 275 d. C |
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Diocleciano | 284- 305 d. C |
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A Diocleciano se le considera el peor emperador en la historia
romana y el mayor antagonista de la fe cristiana. Condujo un
violento intento para tratar de borrar la Biblia de la faz de la
tierra. Bajo su liderazgo, muchas ciudades romanas quemaron en
público las Sagradas Escrituras.
Durante el segundo y tercer siglo, esta era de
persecución vio a cientos de cristianos entrar al
anfiteatro romano para que lo devoraran leones hambrientos
mientras miles de espectadores vitoreaban. A muchos los
crucificaban, a otros los cubrían con pieles de animales y
los arrojaban a perros salvajes que los torturaban hasta la
muerte. Los cubrían de brea y les prendían fuego
para que sirvieran como antorchas. Los hervían en aceite y
los quemaban en hogueras, suerte que corrió Policarpo en
la ciudad de Esmirna en el año 156 d. C. Un historiador
dedicado a la historia de la iglesia estimó que durante
este periodo, cinco millones de cristianos fueron martirizados
por causa del testimonio de Jesucristo.
Una iglesia
floreciente:
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