La vida descalzo: La historia de los recuerdos sumergidos de la playa
Alan Pauls (Buenos Aires,
1959) es un joven escritor argentino que poco a poco va
insertándose dentro del panorama de la literatura
latinoamericana , este ovacionado reconocimiento empieza
con la publicación de "El Pasado"(Editorial Anagrama,
Buenos Aires, 2003) que inmediatamente gana el prestigioso premio
Herralde logrando de esa manera el acceso a un público
más amplio y diverso, ha publicado obras tales como
"El pudor del pornógrafo" ( 1984) "El
coloquio" (1990) "Wasabi" ( 1994) "El caso
Malarma" (2005) "El factor Borges"
(1996). Entre otras obras.
La vida descalzo (Sudamericana, 2006): es un
texto
híbrido donde el ensayo, la
escritura
íntima, la fotografía
y el recuerdo están presentes, en ese sentido este texto
se basa en la reflexión de un lugar privado y
público a la vez como es la playa.
Es un texto íntimo donde la autobiografía
se da como un hecho latente y natural, por ello es el
reconocimiento implícito del delgado filamento que separa
la vida personal del
autor de la literatura en sí. De
ese modo se va construyendo todo ese proyecto de vida
que empieza desde la infancia.
Mediante el recuerdo nos traslada a un lugar conocido
pero pocas veces reflexionado, ese lugar es la playa, es el
escenario por donde transcurrió su infancia junto a sus
seres queridos, pero ahora ese lugar ya no existe, se ha perdido
en los laberintos de la
memoria.
La playa constituye un lugar independiente, inmune
frente a todas las propuestas comerciales o mercantiles,
está al margen de la modernidad tan
cambiante y fugaz, la playa simplemente rechaza todo aquello que
se opone a su esencialidad, este espacio no permite "imágenes"
pues ellas romperían con la idea de pasividad y
tranquilidad que se tiene del lugar, se contrapone por tanto a la
modernidad que tiene a las imágenes como método
publicitario para sus fines.
Las imágenes publicitarias están fuera de
lugar, es un mundo aparte que no está al ritmo del mundo
veloz y cambiante, la playa es serenidad pero la modernidad
representada en las imágenes es todo lo contrario. Tanto
la playa como el desierto y la isla representan una forma de vida
donde el ser humano se encuentra consigo mismo.
Otro de los recuerdos capitales que lo hacen regresar al
pasado y al recuerdo de sus familiares más directos es el
autocine, la proyección de las películas es casi
todo un acontecimiento para su incesante ímpetu que
necesita de nuevas experiencias; sin embargo, el lugar muchas
veces no es el apropiado porque se da en la playa y ello
también va contra las reglas impuestas tácitamente
para este evento.
En la playa uno puede ser muy feliz pero para ello se
debe también cumplir ciertos criterios de homogeneidad de
lo contrario ello no haría otra cosa que cambiar el
momento, se puede estar allí pero sería como estar
en cualquier lugar menos en la playa, este lugar rechaza todo
tipo de intromisiones.
El autocine por lo general ha sido eminentemente
privado, su difusión giraba en un entorno estrictamente
casi familiar, y al pasar de un espacio privado a otro
público, pierde, en el tránsito, su
esencialidad.
De todo ello debe comprenderse que las
características de dicho lugar simplemente no son las
adecuadas para la proyección de películas que
exigen su propio espacio. Todo aquello se desenvuelve en un
clima de
familiaridad y compenetración.
El libro se
relaciona directamente con su familia, relata
que su padre al verse separado de su esposa quería hacer
de todo para ganarse su cariño, cuando se daban esos
hechos corrían los años de 1967. Su padre
alemán con el tiempo
llegó a conocer la Argentina tan bien o mejor que
cualquier otra persona nacida en
ese país.
La playa es el encuentro con la persona misma, es un
momento de descanso y felicidad, este escenario, tal como se le
encuentra, proporciona al visitante esos momentos de
tranquilidad, el problema se da cuando se intenta añadir a
ella ciertas cosas, puede ser escenario de reuniones pero de
allí a que se quiera agregar cosas propias de la
modernidad hacen de este hecho un acontecimiento incongruente,
por esa razón cuando la pantalla sólo está
en blanco en ese lugar todo estará de
maravilla.
Afirma que en los años 60 dados algunos cambios
los hippies querían reivindicar los lugares supuestamente
olvidados, se resistían fieramente a integrarse a los
avances de la tecnología, pero
paradójicamente tiempo después ellos mismos fueron
los que poblaron aquellos lugares "soñados", echando a
perder toda una concepción distinta y valedera al mismo
tiempo.
La playa siempre será un lugar que se renueva con
elementos propios de su naturaleza y
no importa cuánto lo haya "gastado" el hombre,
siempre será un lugar donde el capitalismo no
podrá ingresar de manera fácil porque es un lugar
de origen exótico y atemporal, la playa va más
allá de ser un escenario porque como lo dice el propio
autor fundamentalmente es un "concepto", de ese
modo la playa se convierte en neutra y absorbente.
Página siguiente |