Balance y perspectivas del gobierno de Alan García frente a la crisis internacional
Para poder evaluar
las medidas que se deben de tomar y la capacidad de gestión
y reacción del actual gobierno ante la
actual crisis
internacional, es necesario reconocer primero que la crisis
producida en el seno del capitalismo
anunciada por el profesor
Joseph
Stiglitz en una conferencia en
nuestro país en diciembre del 2007, no solo está
desmoronando el sistema
capitalista neoliberal a nivel mundial, incentivando la
aplicación de nuevas recetas por parte de otros
países y líderes mundiales; sino también los
viejos mitos y dogmas
liberales aplicados en el Perú desde la década del
noventa, que hoy nos enfrenta a una situación precaria en
términos de calidad de
vida y alternativas de solución ante una crisis que
aunque no quiera aceptarlo el actual gobierno nos afectará
profundamente, y por un largo tiempo
según analistas muy serios.
La caída de los mercados
hipotecarios en los Estados Unidos,
fue solo la punta del iceberg, y no solo explican los dos lunes
negros del sistema
financiero mundial; el de New York (15 de septiembre) y
América
Latina (22 de septiembre), sino también el proceso de
desaceleración de la Economía
Mundial, con una Europa tratando
de expulsar a los emigrantes de su país utilizando para
ello incentivos
económicos y otras estrategias,
debido a que sus niveles de paro van
incrementándose vertiginosamente, con fabricas que si no
cierran se declaran en insolvencia por la falta de mercados donde
colocar sus productos, lo
que definitivamente afectará las remesas que las familias
en nuestro país reciben del exterior.
Ni China con su
industrialización tardía se ha salvado de esta
catástrofe que era previsible, pero que por efectos de la
guerra del
golfo (excesivo gasto militar, que incremento el déficit
fiscal de los
EEUU), de la crisis del petróleo
(especulación y escasez debido a
la guerra) y de crisis alimentaría (efecto de la
interrelación de los mercados de los alimentos con los
combustibles, por la fabricación de Biocombustible), se ha
adelantado más de lo que predecía el profesor
Joseph Stiglitz en diciembre del 2007 en Lima.
El contexto internacional no es el más adecuado para el
desarrollo de
el modelo
impulsado por Friedman y Lucas, y que fuera aplicado por Margaret
Tacher y Ronald Reagan, y por supuesto en América
Latina por Pinochet; los mercados
financieros exigen un cambio radical
en la parte monetaria que se acercará mas a la
regulación de los capitales financieros por parte de los
estados.
Estados Unidos esta cada vez más amenazado en su
hegemonía, no solo por los efectos de las crisis
financiera que ya tumbo a 3 de sus mas importantes bancos, ni debido
a la perdida de cuantiosas cantidades en los ahorros de los
inversionistas, que a diferencia de la crisis del 29 en que los
empresarios perdieron sus fortunas; aquí los empresarios y
ejecutivos se han salvado, con liquidaciones importantes. Al
parecer ni el rescate de 700 000 millones de dólares
aprobado en octubre del año pasado amortiguaran esta
caída, porque el eje de este salvataje sigue siendo la
capacidad del Tesoro Americano para adquirir la deuda de mala
calidad de los
bancos por importe de hasta 700 000 millones de dólares,
los cuales se había acordado en el senado se podría
usar 250 000 millones inmediatamente y otros 100 000 millones si
el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, determinaba que
los necesita. El Congreso en este pacto podía retener 350
000 millones si no estaba satisfecho con el desempeño del programa de
salvataje.
En este sentido como afirmará el doctor Igor Panarin,
miembro de la academia diplomática de Rusia, la
situación de los Estaos Unidos de Norteamérica no
es la mejor, lo visto anteriormente reafirma el hecho de que este
país esta acostumbrado a salvarse utilizando financiamiento
sobre la base de especulaciones futuras, generando una deuda y un
déficit fiscal que es el mas importante del planeta, pues
paso de una deuda externa de
casi cero a inicios de los años 80 a 2 billones de
dólares en el año 1998, y el año pasado
termino con una deuda externa de 11 billones de dólares.
Es decir que como afirmará Stiglitz el crecimiento de los
Estados Unidos estuvo siendo impulsado por una deuda insana
además. Esta situación necesariamente pondrá
en jaque la hegemonía del dólar y la
posición de los Estados Unidos en el manejo del Fondo Monetario
Internacional.
Página siguiente |