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Ideología e información: reflexiones acerca de las políticas de información en educación primaria en Uruguay (página 3)




Enviado por Fernando Montenegro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11

Es informacional, porque la productividad y
competitividad
de empresas,
regiones y naciones dependen fundamentalmente de "[…] su
capacidad para generar, procesar y aplicar con eficiencia la
información basada en el
conocimiento."
(Castells, 2001, I, p. 93)

Es global, porque la producción, el consumo y la
circulación "[…] están organizados a escala global,
bien de forma directa, bien mediante una red de vínculos
entre los agentes económicos."
(Castells, 2001, I, p.
93)

Así, pues, la economía global surgida de la producción y la competencia
basada en la información "[…] se caracteriza por su
interdependencia, su asimetría, su regionalización,
la creciente diversificación dentro de cada región,
su inclusividad selectiva, su segmentación exclusoria y, como resultado
de todos estos rasgos, una geometría extraordinariamente variable que
tiende a disolver la geografía
económica histórica."
(Castells, 2001, I,
p. 133)

La implementación neoliberal del proceso de
globalización -basado en el actual paradigma
tecnoeconómico- ha producido efectos devastadores sobre la
mayor parte de los trabajadores y del movimiento
popular, tanto en los países desarrollados así como
también en nuestro Tercer Mundo.

La potencialidad transformadora que debería contemplar
la actual ola de cambios, sólo ha implicado como
único objetivo por
parte de los ostentadores de los medios de
producción el maximizar sus ganancias.

Transformaciones tales como la reducción de la jornada
laboral, la
elaboración de una nueva cultura del
trabajo que
deje de tener como paradigma el trabajo
asalariado clásico, y que a su vez, considere como trabajo
las más diversas actividades que desarrolla el hombre, no
tienen cabida en el actual modelo de
explotación.

Así, J. Rifkin (1996, p. 23) plantea que "En la
actualidad, por primera vez, el trabajo humano está siendo
paulatina y sistemáticamente eliminado del proceso de
producción. […] Una nueva generación de
sofisticadas tecnologías de las comunicaciones
y de la información irrumpen en una amplia variedad de
puestos de trabajo."

Nos encontramos entonces en un período histórico
caracterizado por la sustitución de seres humanos por
máquinas en lo referente a los procesos de
fabricación, venta,
creación y suministro de servicios.[3]

Empero, aunque la tecnología en
sí no crea ni destruye empleo,
sí opera en la transformación en profundidad de la
naturaleza del
trabajo y la
organización de la producción. "La
reestructuración de las empresas y organizaciones,
permitida por la tecnología
de la información y estimulada por la competencia
global, está llevando a una transformación
fundamental del trabajo: la individualización del
trabajador en el proceso de trabajo."
(Castells, 2001, I, p.
294)

Es así que estamos ante "[…] la inversión de la tendencia histórica
de la salarización del trabajo y la socialización de la producción, que
fueron los rasgos dominantes de la era industrial. La nueva
organización social y económica
basada en las tecnologías de la información,
pretende descentralizar la gestión, individualizar el trabajo,
personalizar los mercados, y por
lo tanto segmentar el trabajo y fragmentar las sociedades."
(Castells, 2001, I, p.
294-295)

Conforme a lo expresado, es posible identificar el
rápido crecimiento de los contratos
laborales de trabajo temporal y los de tiempo
parcial, convirtiéndose en algunos países el empleo
autónomo en un nuevo componente sustancial de la mano de
obra.

En conclusión, "[…] la forma tradicional de
trabajo, basada en un empleo de tiempo completo, tareas
ocupacionales bien definidas y un modelo de carrera profesional a
lo largo del ciclo vital, se está erosionando de manera
lenta pero

segura." (Castells, 2001, I, p. 297)

3.1.5. LA REALIDAD LATINOAMERICANA

La realidad en América
Latina difiere mucho de la de las potencias donde es aplicado
el modelo neoliberal.

En palabras de A. Borón (1999, p. 55), "La
hegemonía ideológica del neoliberalismo
y su expresión política el
neoconservadurismo, adquirió una desacostumbrada
intensidad en América
Latina. Uno de sus resultados ha sido el radical debilitamiento
del Estado, cada
vez más sometido a los intereses de las clases dominantes
y resignando grados importantes de soberanía nacional ante la superpotencia
imperial, la burguesía transnacionalizada y sus "instituciones"
guardianas: el FMI, el Banco Mundial
y el régimen económico que gira en torno a la
supremacía del dólar."

Las crisis
estructurales de los Estados, pautadas por la agresividad
tributaria, el gasto irracional, la creciente deuda externa, la
corrupción, el despilfarro y la ineficacia
han sumido a nuestros países en una crisis casi
irreversible.

Dicha crisis surge del fracaso de los modelos
monetaristas neoliberales orientados desde el mercado para
responder a las demandas básicas de sectores de la
población que se encuentran en vertiginoso
aumento.

Según Max-Neef (1993, p. 19) la crisis no es clara, ya
que "No es sólo económica, ni es solo social,
cultural o política. De alguna manera, es una convergencia
de todas ellas pero que, en su agregación, resulta en una
totalidad que es más que la suma de sus partes."

La raíz de los graves problemas que
sufren nuestras naciones puede ser analizada desde la incapacidad
histórica de los modelos de Estado que se han desarrollado
desde los procesos de independencia
y constitución de los Estados nacionales.

Ellos han sido impulsados y controlados por los grupos
oligárquicos, dejando de lado los espacios de
participación popular y promoviendo las democracias
liberales, el desarrollo
capitalista y la integración de los mercados externos.

El carácter restringido de los espacios de
participación y de los beneficios sociales hacia las masas
populares pautaron la crisis del "Estado Oligárquico".

A él sucedieron los regímenes
populistas-nacionalistas, que procuraron proyectos
más ágiles y sólidos de nación,
al combinar la formulación de proyectos nacionales
homogéneos y una mayor participación popular.

Con los sistemas
populistas se abren canales de representación
política y se crean mecanismos de representación
sectorial. Como forma de gobierno, su
principal aporte fue el reconocimiento de grupos
sociales hasta el momento excluidos, y al hacerse cargo de la
incorporación de los mismos, aumentó su función
reguladora, además de la aplicación de políticas
redistributivas.

Su fracaso se debió a las presiones imperialistas de
países ricos y a los intereses de los grupos internos de
poder
económico, que llevaron a estos modelos al autoritarismo,
la verticalidad y la concentración de poder.

La tensión entre proyectos nacionales homogéneos
y diversidad de actores sociales que reclamaban un mayor
protagonismo se reproduce en los gobiernos progresistas que se
sucedieron en la región.

Los estados progresistas, a diferencia de los populistas,
buscaron su legitimación a través del respaldo
popular obtenido por las conquistas sociales y nacionales, y
mediante el control sindical
de tipo corporativo en muchas funciones del
Estado.

Sin embargo, con la década del "70 se instalan,
especialmente en el Cono Sur Latinoamericano -no siendo Uruguay una
excepción-, los regímenes políticamente
autoritarios y económicamente ultraliberales.

En ellos la participación social y el protagonismo
popular son socavados al extremo, y aparece la represión
física y
psicológica como forma de controlar la presión
generada por los costos
sociales.

Los actuales regímenes pseudo-democráticos solo
consiguen perpetuar la diferencias económicas, sociales y
culturales entre los ethos dominantes y las clases populares, que
ven de esta forma como son violentados diariamente los principios
democráticos y los derechos
humanos.

"La decadencia de los partidos de masas organizados, de
clase
ideológicos -o ambas cosas-, eliminó el principal
mecanismo social para convertir a hombres y mujeres en ciudadanos
políticamente activos."

(Hobsbawn, 1997, p. 573)

Frente a estas situaciones de crisis es donde aparecen las
revalorizaciones democráticas, apostando a fundar un nuevo
orden basado en la igualdad y en
la participación social.

Las posibles soluciones
giran en torno a concertar procesos de desconcentración
económica, descentralización política,
fortalecimiento de las instituciones democráticas y
autonomía creciente de los movimientos sociales
existentes.

Compartimos con Max-Neef (1993, p. 29) que "El
desafío va más allá del tipo de Estado y se
extiende hacia la capacidad de la propia sociedad civil
para movilizarse y adecuar un orden político
representativo a los proyectos de los diversos y
heterogéneos grupos sociales."

Lo esencial radica en como respetar y estimular la diversidad,
y ello es posible a través de un tipo de desarrollo que
fortalezca los espacios locales, las micro organizaciones y las
múltiples matrices
culturales dispersas en la sociedad
civil. Este tipo de desarrollo no puede dejar de lado "[…]
la tarea de consolidar prácticas y mecanismos que
comuniquen, socialicen y rescaten las diversas identidades
colectivas que conforman el cuerpo social."
(Max-Neef ,
1993, p. 29)

Hacemos nuestros los postulados de Max-Neef en lo que hace a
la importancia de los actores sociales y de las comunidades en la
reestructuración de las políticas del Estado.

La "democracia
política" o "democracia de la cotidianeidad" a la que
alude implica eliminar las exclusiones políticas, sociales
y culturales, tornándose esta última como
fundamental a nuestro entender, ya que es la base para que toda
sociedad pueda desarrollarse plena e íntegramente.

El concepto de
desarrollo nos conduce a A. Nanzer (1988 citado en Scialpi, 1992,
p. 4), quien sostiene que "En lugar de configurarse como un
proceso que permite a los individuos, a las comunidades y a las
naciones confiar cada vez más en sí mismos, y
dominar crecientemente su destino, hoy es concebido como un tipo
de producto que
puede conseguirse sólo a través del crecimiento
económico o el aumento del consumo y la
producción. En nada se refiere al real imperativo de
auto-dominio y
auto-suficiencia."

La realización plena de una sociedad se vería
reflejada a través del "Desarrollo Integral", el cual
implica el desarrollo desde seis dimensiones:

  • ? social

  • ? económica

  • ? política

  • ? comunicacional

  • ? cultural

  • ? informacional

A tal efecto, se plantea como desafío necesario que nos
desarrollemos íntegramente en comunidad, es
decir, que como seres históricos inacabados, capaces de
modificar la realidad en que nos encontramos inmersos,
intervengamos en ella desde dos áreas estratégicas
profundamente interrelacionadas, como lo son la educación y la
información, y que desde nuestra condición de
profesionales políticamente involucrados, contribuyamos a
erigir nuevas formas de organización social bajo dos
postulados que a nuestro entender son fundamentales:
socializar la información y democratizar
radicalmente la cultura.

3.2. REPRODUCCIÓN DEL ORDEN
SOCIAL

3.2.1 NOCIÓN DE
IDEOLOGÍA

Si bien es conocida la dificultad existente para elaborar una
noción de ideología que tenga el carácter de
irrefutable, o cuyo sentido alcance una validez universal,
pretendemos plantear, a través de un pequeño esbozo
histórico que incluya el origen y su posterior interpretación desde la perspectiva
marxista, un encuadre general -y a su vez particular- de la
significación del término y su vinculación
con el concepto información.

"É difícil encontrar na ciencia social
un conceito tão complexo, tão cheio de
significados, quanto o conceito de ideologia.
Nele se dá uma acumilação fantástica
de contradições, de paradoxos, de arbitrariedades,
de ambigüedades, de equívocos e de mal-entendidos, o
que torna extremamente difícil encontrar o seu caminho
nesse laberinto."
(Löwy, 1991, p. 11)

Diremos, pues, que analizando los antecedentes
históricos del término, sólo existe alguna
remota vinculación entre esos pretendidos antecedentes y
su contenido actual.

Caño-Guiral (1986, p. 12-16) identifica dos
únicos períodos:

  • 1) El primero se constituye "[…] por regencias
    a algo que, lejanamente roza un aspecto cubierto por la
    noción moderna de ocultamiento o enmascaramiento de la
    realidad que presentan ciertas ideas recibidas."

    (Caño-Guiral, 1986, p. 12) Cronológicamente,
    podemos decir que el período abarca hasta el siglo
    XVIII. No obstante, es en el siglo XVI -Niccolò
    Machiavelli y su obra "Il Principe"; Francis Bacon en su
    "Novum Organum"- cuando se formula por primera vez, con
    directrices precisas, el falseamiento explícito de la
    realidad como método para gobernar.

  • 2) En el segundo período el término
    como tal "[…] señala únicamente una
    concepción didáctica. Un método
    pedagógico para la enseñanza de la
    filosofía y la lógica, en especial.
    Instrucciones para "pensar bien", en síntesis."

    (Caño-Guiral, 1986, p. 15)

El término ideología fue acuñado por el
francés Antoine Louis Destutt, Conde de Tracy, y
discípulo de Condillac[4]hacia 1796. La
obra de Destutt de Tracy -publicada en 1801 bajo el título
"Eléments d"Idéologie"- se caracteriza por ser un
apartado de la zoología en lo que se refiere al
relacionamiento de los seres vivos con el medio
ambiente, donde trata la cuestión de los sentidos, de
la percepción sensorial a través de la
cual se llegaría a las ideas.

No obstante, el sentido actual del término fue dado por
el hombre a quien
combatían Destutt de Tracy y sus seguidores: Napoleón, "[…] quién
llamó ideólogos a aquellos que hacían planes
de gobierno -criticando el suyo- sin tomar contacto con la
realidad."
(Santa Ana, 1963 citado en Barreiro, 1966, p.
19)

La escuela de los
ideologistas -cuyo fundador fue Destutt de Tracy-
constituía un grupo
filosófico cuya particularidad consistía en el
rechazo de la metafísica, y su intento de establecer las
ciencias
culturales sobre fundamentos antropológicos y
psicológicos. "A ideologia, segundo Destutt de Tracy,
é o estudo científico das idéias e as
ideáis são o resultado da interaçao entre o
organismo vivo e a naturaza, o meio ambiente."
(Löwy, 1991, p. 11)

Esta línea de pensamiento,
calificada despectivamente como ideología, era considerada
inútil y apartada de la realidad. Asistimos así a
un período histórico donde el desprecio por las
ideologías es directamente proporcional al aprecio por lo
real, lo cual implica además un desprecio por intentar
racionalizar lo irracional.

El doble sentido semántico del término
ideología -otorgados por Napoleón y de Tracy-
atraviesa los trabajos de Marx a partir de
1840, período este en el que residió en Francia.

Para Alves Filho (2000, p. 89), este hecho está pautado
por tres razones fundamentales. En primer lugar, la inexistencia
del término en los escritos anteriores a esos años.
En segundo término, por la aparición en 1844 de "La
Sagrada Familia"

-escrito conjuntamente con Engels- donde deja en claro conocer
el uso dado por Napoleón al término. Por
último, durante su estancia en París, Marx
copió parte del libro de
Destutt de Tracy.

"Las relaciones entre el joven Marx y los ideólogos
de la revolución
francesa son directas. En 1844 y 1845, durante su exilio en
París, Marx copió partes de los Eléments D"
Idéologie de Destrutt de Tracy. Marx conocía muy
bien el cambio en el
significado de la palabra ideología, según el cual,
después de haberse designado con ella una disciplina
filosófico-científica, se había convertido
en una expresión peyorativa, dirigida contra
críticos teorizantes políticamente molestos."

(Barth, 1951 citado en Alves Filho, 2000, p. 89)

Con el triunfo de las ideas socialistas, y en especial del
marxismo, la
expresión ideología tuvo un revés
reivindicativo con su aplicación a experiencias humanas
concretas -económicas, sociales y políticas-, para
luego ser considerada como apropiada para definir los problemas
de la naturaleza de la realidad, más aún si esa
realidad era considerada polifacética e inaprehensible en
su totalidad, hecho éste que servía para demostrar
la necesidad no ya de una ideología sino el advenimiento
de las ideologías.

Este será el signo característico de la realidad
social de la primera mitad del siglo XX, ya que en la segunda
mitad del mismo se produce la crisis del pensamiento
ideológico. "En esta etapa de la evolución del pensamiento moderno, la
ideología dejaba de ser meramente una teoría
de la génesis de las ideas, como lo pretendía
Destutt de Tracy ("ciencia que tiene por objeto el estudio de las
ideas -así la definía-, de sus leyes, de su
relación con los signos que
representan y, sobre todo de su origen"), para comenzar a
convertirse en una teoría político-social; en un
intento esquemático y comprensible de
interpretación de la realidad que envuelve al ser humano
en su convivir comunitario; en un ensayo de
proposición y de metas y de medios para alcanzar o
perpetuar alguna clase en el poder."
(Barreiro, 1966, p.
24)

Marx y Engels, al relacionar la ideología con las
condiciones materiales de
existencia, dan un nuevo significado al término, rompiendo
con la concepción de Destutt de Tracy en cuanto a la
oposición entre ideología y política.
"Diferente da tradição do sensismo a que se
filia Desttut de Tracy, que relaciona "ideologia" com os
sentidos, Marx e Engels seguem em outra direção.
Relacionam "ideologia" às condições
materiais de existência dos homens. […] Produzir a vida
material inclui produzir a "representação desta
vida", ou seja, produzir a ideologia."
(Alves Filho, 2000,
p. 91)

Empero, Marx y Engels mantienen la ambigüedad semántica -campo en el que la
ideología floreció-, ya que presentan a la
ideología como el estudio de las ideas así como
también en el sentido de ilusión. "A referida
ambigüidade -ideologia igual a estudo das idéias e
ideologia igual a ilusão – como "um pecado
original", acompanha o "conceito", estando sempre presente quando
se examinam suas diversas apropriações
contemporâneas."
(Alves Filho, 2000, p. 7)

"Casi desde su génesis, o por lo menos a partir de
su discusión por Marx y Engels, el concepto de
ideología ha estado ligado al concepto de falsedad. Lo
ideológico es lo engañoso, lo falso, lo
disimulador, y ha sido relacionado por esos autores, con formas
específicas de actividad material y de intercambio cuya
consecuencia inevitable es la producción de ideas y de
representaciones ubicadas en la conciencia."

(Montero, 2004, p. 43-44)

Según Alves Filho (2000, p. 97), Marx y Engels definen
como ideológica toda tentativa de explicar cualquier
relación social a partir de formas cristalizadas de
conciencia social, y consideran que proceder de esta forma
implica invertir la determinación social,
económica.

Montero (2004) plantea que esta línea de pensamiento
destaca dos aspectos que ayudan a su definición:

  • a) por un lado, la unión de lo
    ideológico con el proceso real, histórico y
    material de la vida. Su arraigo en el modo de
    producción y reproducción de esa vida material,
    aún cuando se trate de representaciones;

  • b) por otra parte, su ubicación en el plano de
    lo consciente, pero induciendo un elemento falsificador
    -Kosik[5]disimulando la verdad y
    alejándolo de su campo de conocimiento
    -Lukács[6]

La autora sostiene que "Así, lo ideológico
estaría al servicio de
una formación económico social particular, al
servicio de una clase, cuyo interés
estaría en mantener la ignorancia en lo que concierne a
los aspectos materiales de la existencia, trasladándolos a
un mundo de ideas, idealizado, e ideológico."

(Montero, 2004, p. 44)

Pues bien, luego de realizadas estas apreciaciones nos
encontramos en condiciones de abordar los matices adquiridos por
el término ideología a partir de los

  • escritos de Marx, Engels y Althusser.

3.2.2. IDEOLOGÍA Y MARXISMO

El término ideología, aparece en los primeros
escritos de Marx introducido a partir de una metáfora
tomada de la experiencia física o fisiológica, la
experiencia de la imagen invertida
que se da en una cámara oscura o en la retina, de donde
obtiene el paradigma o modelo de la deformación como
inversión. La primera función que cumple la
ideología es producir una imagen invertida.

Este concepto, aún formal de la ideología, se
complementa con una descripción específica de
determinadas actividades intelectuales
y espirituales consideradas como imágenes
invertidas de la realidad, como deformaciones por
inversión.

De esta forma, la conceptualización dada por Marx
depende de un modelo expuesto por Feuerbach, quien había
observado a la religión como un
reflejo invertido de la realidad, "En el cristianismo,
decía Feuerbach, sujeto y predicado están
invertidos. Mientras en la realidad los seres humanos son sujetos
que proyectaron a lo divino sus propios atributos (sus propios
predicados humanos), lo cierto es que lo divino es percibido por
los seres humanos como un sujeto del cual nosotros somos el
predicado)."
(Ricoeur, 1989, p. 48)

De acuerdo con Feuerbach, Marx considera que la
religión es el paradigma, el ejemplo primitivo de ese
reflejo invertido de la realidad, y es esta imagen de
inversión la generadora del concepto de ideología
en Marx, extendiendo a toda la esfera de las ideas este
funcionamiento paradigmático. "Y si en toda la
ideología los hombres y sus relaciones aparecen invertidos
como en una cámara oscura, este fenómeno responde a
su proceso histórico de vida, como la inversión de
los objetos al proyectarse sobre la retina responde a su proceso
de vida directamente físico."
(Marx; Engels, 1985, p.
26)

En dicho sentido, la connotación negativa que adquiere
el concepto ideología es fundamental, ya que es por obra
de la misma que se oscurece el proceso de la vida real. Los
escritos tempranos de Marx plantean una clara oposición
entre ideología y realidad como praxis -la
realidad construyendo y deconstruyéndose, es decir en
permanente transformación-.

Según Marx y Engels (1985, p. 26), "[…] las
formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de los
hombres son sublimaciones necesarias de su proceso material de
vida, proceso empíricamente registrable y sujeto a
condiciones materiales. La moral, la
religión, la metafísica y cualquier otra
ideología y las formas de conciencia que a ellas
corresponden pierden, así, la apariencia de su propia
sustantividad."

Una segunda fase del concepto marxista de ideología
aparece cuando el marxismo alcanza su desarrollo en la forma de
una teoría -e incluso de un sistema-,
presentándose en "El Capital" y en
los últimos escritos marxistas, sobre todo en la obra de
Engels.

Es en esta etapa donde el marxismo se presenta como un cuerpo
de conocimiento
científico, lo que influye decididamente en el
concepto de ideología. "Ahora la ideología
obtiene su significación de oposición a la ciencia, en
tanto que la ciencia se identifica con el cuerpo de
conocimientos, siendo El Capital su paradigma. De manera que la
ideología comprende, no sólo la religión en
el sentido de Feuerbach y la filosofía del idealismo
alemán tal como la veía el joven Marx, sino que
incluye todo enfoque precientífico de la vida social. La
ideología significa todo aquello que es
precientífico en nuestro propio enfoque de la vida
social."
(Ricoeur, 1989, p. 49)

Es en este punto donde el concepto de ideología
comprende el de utopía, siendo todas las utopías
-incluidas las utopías socialistas del siglo XIX, tal es
el caso de Fourier,
Saint-Simon,
Proudhon, Cabet, entre otros- consideradas por el marxismo como
ideologías.

La utopía es ideológica en el sentido de que se
opone a la ciencia, en la medida en que no es
científica.

La significación dada a la ciencia por los marxistas
tardíos y posmarxistas opera otra transformación en
el concepto marxista de ideología. Su concepción de
ciencia puede dividirse en dos corrientes principales:

  • a) la primera, cuyo origen se remonta a la Escuela de
    Frankfurt, supone el desarrollo de la ciencia en el sentido
    kantiano o fichteano de una crítica, de manera que el
    estudio de la ideología está ligado a un
    proceso liberador. El concepto de una crítica de la
    ideología admite una posición tomada contra la
    sociología entendida como mera ciencia
    empírica. Es decir, la ciencia empírica que es
    la sociología es considerada como una especie de
    ideología del sistema capitalista y liberal, puramente
    descriptiva, y sin la capacidad de cuestionar sus propios
    supuestos. Esta escuela alemana

-representada, entre otros, por Horkheimer,
Adorno y
Habermas- intenta vincular el proceso crítico de la
ideología con el psicoanálisis, donde el proyecto de
liberación que su crítica
sociológica ofrece a la sociedad, posee paralelismos con
lo que realiza el psicoanálisis en cada individuo,
produciéndose así un cierto intercambio de marcos
conceptuales entre la sociología y el psicoanálisis.

  • b) la segunda, desarrollada
    principalmente en Francia por Louis Althusser, hace resaltar
    una conjunción, no con el psicoanálisis que se
    ocupa del individuo, sino con el estructuralismo, que
    cuestiona toda referencia a la subjetividad. Para Althusser,
    la pretensión del sujeto de ser quien da sentido a la
    realidad es la ilusión básica, y tiende a
    colocar todas las aspiraciones humanísticas del lado
    de la ideología. Señala además, que los
    escritos del joven Marx no deben considerarse ya que es
    todavía ideológico, en el entendido de que
    defiende las aspiraciones del sujeto como persona individual,
    como trabajador individual. Según Althusser es el Marx
    maduro el que presenta la noción principal de
    ideología, y es en su propia obra en la que debe
    trazarse la ruptura[7]entre lo que es
    ideológico y lo que es científico.
    "Intervening in the theoretical controversy over the
    "youg Marx" Althusser showed that in order to recognise the
    break it is necessary to identify the different,
    incompatible, theoretical preblematics to wich belong, on the
    one hand, the notions and above all the questions typical of
    ideological prehistory and, on the other hand, the concepts
    and problems typical of the scientific theory of social
    formations."
    (Balibar, 1978, p. 221)

Nuestra visión de ideología parte
de lo expresado por Althusser, es decir, partimos desde la
posición teorética de oposición entre
ciencia e ideología, planteada desde el punto de vista de
la ruptura epistemológica y no ya desde la
inversión

-esbozada por Marx en sus primeros escritos-.

La "ruptura epistemológica" es concebida
como "A concept introduced by Gaston Bachelard in his La
Formation de l"esprit scientifique, and related to uses of the
term in studies in the history of ideas by Canguilhem and
Foucault. It
describes the leap from the pre-scientific world of ideas to the
scientific world; this leap involves a radical break with the
whole pattern and frame of reference of the pre-scientific
(ideological) notions, and the construction of a new pattern
(problematic q.v.). Althusser applies it to Marx"s rejection of
the Hegelian and Feu- erbachian ideology of his youth and the
construction of the basic concepts of dialectical and historical
materialism (q.v.) in his later works."
(Althusser, 1969, p.
249)

Althusser plantea la inconveniencia del término
inversión en el entendido de que por más que algo
se invierta continúa siendo lo mismo, sólo que al
revés, mientras que la ruptura epistemológica
plantea algo nuevo, surgido a partir de la relación
existente entre la teoría madura y el resto de los
escritos de Marx.

Para Althusser (1990, p. 25), "Esta "ruptura
epistemológica" divide el pensamiento de Marx en dos
grandes períodos esenciales: el período
todavía "ideológico", anterior a la ruptura de
1845, y el período "científico", posterior a la
ruptura de 1845. Este segundo período puede dividirse en
dos momentos, el momento de la maduración teórica y
el momento de la madurez teórica de Marx."

Es decir, los escritos de Marx pueden dividirse
en cuatro períodos: las primeras obras, escritas entre
1840 y 1844; las obras de ruptura, escritas en 1845; las obras de
transición, escritas entre 1845 y 1857; y las obras
maduras, escritas entre 1867 y 1883.

Partiendo desde este punto, Althusser sostiene
que la ruptura epistemológica en Marx se produce entre la
preocupación por el ser humano -como conciencia y como
individuo real- y la base real de la historia -la que está
en las estructuras
objetivas y no en supuestos poderes personales- expresada en
fuerzas productivas y relaciones de producción.

Teniendo en cuenta su función social -ya
que en todas las sociedades humanas se observa la existencia de
una actividad económica de base, una organización
política y de formas ideológicas- podemos decir que
para Althusser (1984, p. 15) "[…] una ideología es
un sistema (que posee su lógica
y su rigor propios) de representaciones (imágenes,
mitos, ideas o
conceptos según los casos), dotados de una existencia y de
un papel históricos en el seno de una sociedad
dada."

Su diferenciación de la ciencia parte del
entendido de que la ideología como sistema de
representaciones da mayor importancia a la función
práctico-social que a la función teórica o
de conocimiento.

En la misma línea de Althusser, Poulantzas
(1971, p. 265) plantea que "La ideología tiene
precisamente por función, al contrario que la ciencia,
ocultar las contradicciones reales, reconstruir, en un plano
imaginario, un discurso
relativamente coherente que sirva de horizonte a lo "vivido" de
los agentes, dando forma a sus representaciones según las
relaciones reales e insertándolas en la unidad de las
relaciones de una formación."

A decir de Althusser, se pueden concebir las
descripciones o representaciones del mundo como verdaderas o
falsas, pero la ideología no es en principio
cuestión de tales descripciones, constituyéndose
los criterios de verdad y de falsedad en irrelevantes para
ésta. "La ideología para Althusser es una
organización particular de prácticas significantes
que constituye a los seres humanos en sujetos sociales, y que
produce las relaciones vividas por las que tales sujetos
están conectados a las relaciones de producción
dominantes en una sociedad. Como término, cubre todas las
distintas modalidades políticas de tales relaciones, desde
una identificación con el poder dominante a una
posición opuesta a él. […] la ideología
alude principalmente a nuestras relaciones afectivas e
inconcientes con el mundo, a los modos en que estamos
pre-reflexivamente ligados en la realidad social."

(Eagleton, 1997, p. 40)

Incluso, Althusser plantea la oposición entre
"ideologías teóricas" -la obra de los economistas
políticos burgueses- y las "ideologías
prácticas"-perceptibles en la manera en que los
imperativos dominantes se convierten en pautas de comportamiento
social alienado, es decir, la forma en que las ideas dominantes
se reflejan-.

Tal como lo expresa Marx (1985, p. 46) en una sociedad de
clases, la ideología dominante será pues, la
ideología de la clase dominante, por lo que podemos
inferir que la ideología asegura la cohesión de los
hombres entre sí y de los hombres con sus tareas -con el
lugar que deben ocupar- en la estructura
general de explotación de clase. "La ideología
está pues destinada ante todo a asegurar la
dominación de una clase sobre las otras y la
explotación económica que le asegura su
preeminencia, haciendo a los explotados aceptar como fundada en
la voluntad de Dios, en la "naturaleza" o en el "deber" moral, etc.,
su propia condición de explotados. Pero la
ideología […] es útil también a los
individuos de la clase dominante, para aceptar como "deseada por
Dios", como fijada por la "naturaleza" o incluso como asignada
por un "deber" moral la dominación que ellos ejercen sobre
los explotados; les es útil pues, al mismo tiempo y a
ellos también, este lazo de cohesión social, para
comprometerse como miembros de una clase, la clase de los
explotadores."
(Althusser, 1970, p. 54)

Arribamos así al punto en que podemos identificar el
doble papel que juega la ideología: por un lado, se ejerce
sobre la conciencia de los explotados para hacerles aceptar su
condición como algo "natural", mientras que por otra parte
actúa sobre la conciencia de la clase dominante para
permitirles desarrollar su dominación y explotación
también como algo "natural".

En las sociedades de clase, la ideología constituye una
representación de lo real, pero falseada, orientada y
tendenciosa, cuyo objetivo no es dar a los hombres el
conocimiento objetivo del sistema social del que forman parte,
sino todo lo contrario. Su fin es ofrecerles una
representación mistificada de dicho sistema para
mantenerlos en su lugar en el sistema de explotación de
clase. "Cuando la "clase ascendente" burguesa desarrolla, en
el curso del siglo XVIII, una ideología humanista de la
igualdad, de la libertad y de
la razón, da a su propia reivindicación la forma de
universalidad, como si quisiera, de esta manera, enrolar en sus
filas, formándolos con este fin, a los mismos hombres que
no liberará sino para explotar."
(Althusser, 1984, p.
19)

Concluyendo, nos permitimos coincidir con la
apreciación del término expuesta por Alves Filho
(2000, p. 101) "Entendemos "ideologia" como um fenômeno
material inerente a qualquer formação social.
Fenómeno material que ganha forma e concretude
histórica específica a partir do necessário
e intermitente monopólio exercido pela classe dominante
sobre "os meios de produção intelectual" que,
articulados de determinada maneira para reproduzir em larga
escala certas "formas de conciencia social" dão
organicidade às diversas práticas e
representações, tanto das "consciência"
(individuais) quanto das classes e camadas sociais existentes
numa formação social dada."

Entonces, la ideología es fundamental para cimentar las
relaciones sociales en cualquier formación social,
asegurando la producción y reproducción de un modo de
producción en un momento dado, creando pautas de
conformismo -alienando al individuo- que posibilitan la
sujeción de los hombres y de las clases a los papeles
socialmente vividos, ya sean de dominantes o dominados,
estableciendo como verdadero que los intereses de los primeros
son los intereses de todos.

3.2.3. ALTHUSSER: EL ESTADO Y
SUS APARATOS

A partir de los conceptos vertidos anteriormente es que
podemos arribar a una interpretación de la sociedad y su
orden basada en la teoría reproductivista de Althusser,
quien para ello retoma viejos conceptos marxistas, ya que
"[…] Marx concibe la estructura de toda sociedad como
constituida por "niveles" o "instancias", articuladas por una
determinación específica: la infraestructura o base
económica ("unidad" de fuerzas productivas y relaciones de
producción), y la superestructura que, a su vez contiene
dos "niveles" o "instancias": la jurídico-política
(el Derecho y el Estado) y la ideología (las distintas
ideologías, religiosas, morales, jurídicas,
políticas, etcétera)."
(Althusser, 1984 , p.
27-28)

Marx, en el "Prólogo a la contribución de la
Crítica a la Economía
Política" (1977) establece que, en la
producción social de su vida, los hombres entran en
relaciones de producción indispensables e independientes
de su voluntad, y que corresponden a un estadio definido de
desarrollo de sus fuerzas materiales productivas.

La estructura económica de la sociedad se constituye a
partir de la suma de estas relaciones de producción, y
sobre ella se erige una superestructura jurídica y
política, a la que corresponden formas definidas de
conciencia social.

"In the Preface to the 1859 Contribution, Marx ventured
the idea that a social formation rests upon its economic
infrastructure – that is, on the unity of the productive forces
and the relations of production. In the infrastructure is rooted
the class struggle, which pits the owners of the means of
production against the directly exploited workers. And Marx added
that above this infrastructure there was erected a whole
superstructure, comprising law and the State on the one hand, and
the ideologies on the other. The superstructure does nothing more
than reflect the infrastructure."
(Althusser, 1990, p.
255-256)

Así, el modo de producción de la vida material
condiciona el proceso social, político e intelectual. Es
el ser social de los hombres el que determina la conciencia, y no
la conciencia, por el contrario, la que determina su ser social.
"Com base no exposto, pode-se chegar a uma conclusão
importante. Para Marx e Engels, a "ideologia" sobrepõe-se
às consciências individuais. Assim sendo, cada ser
social "representa" (interpreta) a organização
social e o seu papel nesta não a partir de sua
"consciência pura", mas o faz mediado pelas próprias
relações que contrai e, portanto,
"aprisionado"

e "moldado", pelas "formas de consciência social"
(coletiva)."
(Alves Filho, 2000, p. 97)

En definitiva, la superestructura está determinada en
última instancia por la infraestructura, y se basa en
ésta así como los pisos superiores de un edificio
se sostienen en los inferiores.

Según Althusser esta determinación de la
superestructura por la infraestructura era pensada en la
tradición marxista bajo dos formas:

  • existe una "autonomía relativa" de la
    superestructura con respecto a la base;

  • existe una "reacción" de la superestructura sobre
    la base.

No obstante, el relacionamiento entre superestructura e
infraestructura, el Estado y la ideología, son analizados
a partir de la teoría reproductivista, desde donde algunas
cuestiones de la existencia y la naturaleza de la superestructura
son retomadas, ya que el marxismo clásico no las
había abarcado en profundidad.

Por ende, es fundamental precisar la concepción del
Estado bajo la óptica
reproductivista: "El Estado es, entonces, sobre todo lo que
los clásicos del marxismo han llamado el aparato del
Estado. En esta expresión cabe no sólo al aparato
especializado (en sentido estricto), cuya existencia y necesidad
hemos reconocido a partir de la práctica jurídica,
es decir la policía, los tribunales y las prisiones, sino
también el ejército que (y el proletariado ha
pagado con su sangre esta
experiencia) interviene directamente como fuerza
represiva de apoyo en última instancia, cuando la
policía y sus cuerpos especiales auxiliares ya han sido
"desbordados por los acontecimientos"; caben en fin, por encima
de este conjunto, el Jefe de Estado, el Gobierno y la
Administración. […] El aparato de Estado, que lo
define como fuerza de ejecución y de intervención
represiva "al servicio de las clases dominantes", en la lucha de
clases desarrollada por la burguesía y sus aliados contra
el proletariado, es exactamente el Estado, y define muy
exactamente su "función" fundamental."
(Althusser,
1984, p. 30)

Estas definiciones marxistas del Estado son consideradas por
Althusser como una teoría descriptiva del Estado. Lo
esencial, empero, de la teoría marxista del Estado
quedará aún más explícito a
continuación:

"En primer lugar precisemos un punto importante: el Estado
(y su existencia como aparato) sólo tiene sentido en
función del poder de Estado. Toda lucha política de
clases gira alrededor del Estado. Entendámonos: en torno a
la conquista, es
decir, a la toma y a la conservación del poder del Estado
por una clase determinada o por una alianza de clases o de
fracciones de clases.

Esta primera precisión nos obliga entonces a
distinguir por una parte el poder del Estado (conservación
del poder del Estado o su toma), objetivo de la lucha
política de clases, y el aparato del Estado por
otra."
(Althusser, 1984, p. 33)

El poder del Estado es entonces la posesión del mismo
por una u otra clase, o por alianzas entre ellas o entre
fracciones de ella. El aparato de Estado es, por otra parte, todo
el andamiaje anteriormente esbozado, que resulta como fuerza de
ejecución y de intervención represiva al servicio
de la clase que posee el poder, a saber: gobierno, administración, ejército,
policía, tribunales, prisiones, etc.

Este conglomerado puede denominarse ARE, y actúa
siempre bajo la forma de la violencia,
aunque ésta pueda no revestir siempre formas
físicas.

La innovación que realiza Althusser como
reproductivista a la teoría marxista, es la
identificación de los AIE. "Llamaremos Aparatos
Ideológicos de Estado, a cierto número de
realidades que se presentan al observador bajo la forma de
Instituciones precisas y especializadas
."(Althusser, 1984,
p. 35)

Estos aparatos son enumerados de la siguiente manera:

? Aparatos religiosos (iglesias, instituciones religiosas)

? Aparatos educativos (escuelas, universidades)

? Aparatos familiares (el matrimonio, la
sociedad familiar)

? Aparatos jurídicos (el derecho)

? Aparatos políticos (partidos e ideologías
políticas)

? Aparatos sindicales (asociaciones de obreros y
trabajadores)

? Aparatos de información (prensa, radio, cine, televisión)

? Aparatos culturales (literatura, bellas artes,
deportes,
etc.)

"This is what, following Gramsci, I have called the system
of the Ideological State Apparatuses, by which is meant the set
of ideological, religious, moral, familial, legal, political,
aesthetic, etc., institutions via which the class in power, at
the same time as unifying itself, succeeds in imposing its
particular ideology upon the exploited masses, as their own
ideology. Once this occurs the mass of the people, steeped in the
truth of the ideology of the dominant class, endorses its values
(thus giving its consent to the existing order), and the
requisite violence can either be dispensed with or utilized as a
last resort."
(Althusser, 1990, p. 257)

Consecuentemente, Hirst (1976, p. 393) plantea: "The
ideological state apparatuses are identified as state apparatuses
by their function; the reproduction of the relations of
production. They are unified, despite their apparent and
necessary diversity, by this function and by the fact that they
all represent ruling class ideology. The unity of the ISASs is
therefore the unity of their function, ruling class ideology and
the ruling class."

Los AIE, a diferencia de los ARE, no pertenecen
únicamente a la órbita pública, ya que
muchos de ellos pueden actuar, y de hecho actúan, en la
órbita privada. Hay escuelas privadas, prensa privada,
la familia
pertenece al ámbito privado, incluso algunos sindicatos
puedan actuar en ámbitos privados. O sea, instituciones
privadas pueden oficiar como AIE.

Otra diferencia entre ambos tipos de Aparatos radica en que
los Ideológicos no actúan mediante la violencia
-recordemos que los Represivos si lo hacen- sino mediante la
ideología, si bien en ocasiones -secundariamente y en
situaciones límites,
según Althusser- la violencia es utilizada, este uso se
realiza de una manera tan atenuada y disimulada que recibe el
nombre de violencia simbólica. ¿No es acaso
violencia las sanciones, exclusiones, selecciones y controles que
se aplican en el sistema
educativo, por ejemplo?

A la inversa, muchas son las veces que los ARE actúan
mediante la ideología, también de manera
secundaria, tal es el caso de la policía y el
ejército al inculcar una ideología.

Por tanto, no hay ningún Aparato ni puramente Represivo
ni puramente Ideológico, pero las diferencias
substanciales entre ambos modelos son lo suficientemente claras a
la hora de lograr la mencionada clasificación.

En muchas ocasiones existen también combinaciones,
acuerdos explícitos o sutiles, entre las acciones de
ambos tipos de Aparato, y la realidad permite visualizar muchos
de estos ejemplos.

Conforme a lo expresado anteriormente, se puede deducir que
los AIE se encargan de inculcar, tanto desde esferas
públicas como privadas, una ideología, que es en el
caso de los países capitalistas una ideología
dominante, es decir una ideología que legitima y propicia
la explotación de una clase por otra u otras.

Por tanto, la clase dominante, o la alianza de clases, o
fracciones de clases dominantes que poseen el poder del Estado y
disponen del ARE, forman a su vez parte activa de los AIE, en
vista de que "[…] ninguna clase puede detentar
duraderamente el poder de Estado sin ejercer al mismo tiempo su
hegemonía sobre y en los aparatos ideológicos de
Estado."
(Althusser, 1984, p. 38)

Una clara muestra de ello
radica en la importancia dada por Lenin al sistema educativo como
inculcador de la ideología que permitiría asegurar
el triunfo de la Dictadura del
Proletariado durante la Revolución
Rusa, ejemplo por demás ilustrativo al que hace
referencia Althusser.

Ahora bien, luego de haber hecho mención a los Aparatos
que conforman el Estado nos encontramos en condiciones de ahondar
en un concepto clave: la reproducción de las relaciones de
producción.

La reproducción de estas relaciones está
asegurada por la superestructura jurídico-política
e ideológica. A través del ARE -ya sea mediante el
uso de la fuerza, o mediante las más simples ordenanzas
administrativas, o mediante la censura- se aseguran las
condiciones políticas de la reproducción de las
relaciones de producción, que son en definitiva,
relaciones de explotación. En tanto, los AIE intentan
legitimar este orden.

3.3 IDEOLOGÍA, INFORMACIÓN Y
PODER

3.3.1. LA NUEVA DIVISÓN SOCIAL Y
TÉCNICA DEL TRABAJO Y LA CRECIENTE IMPORTANCIA DE LA
INFORMACIÓN

La Revolución
Francesa de 1789 constituyó una ruptura de largo alcance
con el orden político y social tradicional,
interrumpiéndose el movimiento ascendente de las
aristocracias, lo que implicaba el debilitamiento de la forma
monárquica del Estado. Como en toda revolución, el
factor intelectual representó un papel fundamental. Los
filósofos ilustrados franceses
desarrollaron sus críticas y doctrinas en base a los
crecientes desajustes sociales, donde la rígida sociedad
estamental aparecía ya en el siglo XVIII como una
estructura anacrónica.

Los problemas económicos se acentuaron con los gastos excesivos
de la Corte y la guerra de
independencia americana, lo que había empujado a las masas
hambrientas a tomar medidas desesperadas, acunadas por una
burguesía que veía recaer en sus propiedades la
furia de los impuestos
reales.

Por otra parte, durante la segunda mitad del siglo XVIII, se
inició en Gran Bretaña un profundo e
importantísimo proceso, que culminó con la
sustitución de la producción artesanal por otra
masiva e industrial. Esta transformación produce dos
movimientos que merecen singular atención.

En primer lugar, desplazó a los trabajadores hacia las
fábricas y las ciudades industrializadas; en segundo
lugar, del mismo modo se trasladó el capital que, a partir
de entonces, empezó a ser invertido en fábricas y
maquinaria.

Esta nueva forma de producción, conocida como Revolución
Industrial, trae aparejada una nueva división social
del trabajo, y el surgimiento de una nueva clase social, el
proletariado, constituida por una masa de jornaleros procedentes
en su mayoría del campo que acudían a las urbes a
trabajar en las grandes fábricas.

Marx y Engels (1998, p. 5-6) visualizan este hecho de manera
clara y concreta: "La burguesía ha sometido el campo
al dominio de la ciudad. Ha creado urbes inmensas; ha aumentado
enormemente la población de las ciudades en
comparación con la del campo, substrayendo una gran parte
de la población al idiotismo de la vida rural. […] Ha
aglomerado la población, centralizando los medios de
producción y concentrando la propiedad en
manos de unos pocos."

Al mismo tiempo, se desarrollaron importantes avances en la
ciencia y
tecnología -avances en la medicina y en
la sanidad- que aumentaron la esperanza de vida, no así la
calidad de
vida en la población, lo que provoca una
explosión demográfica impensable en otras
épocas.

Con la industrialización aparecen, como ya fue
mencionado, nuevos grupos sociales: por una lado empresarios y
banqueros y por otro los obreros industriales que encarnaban la
mano de obra.

La nueva sociedad industrial estaba compuesta por grupos
abiertos, determinados en gran medida por su capacidad
económica, convirtiéndose el dinero en
fuente de
poder y el ascenso en la escala social dependía
directamente de la acumulación de capital. "Classes as
social forces are directly constituted by the economic structure,
their "interests" are given independently of ideological and
political practice and their political and ideological
representatives are directly determined by the economic."

(Hirst, 1976, p. 394)

La igualdad entre los hombres promulgada por la
Declaración de Derechos del Hombre y el
Ciudadano -aprobada el 26 de agosto de 1789 en el seno de la
Revolución Francesa– fue más teórica que
real, pues subsistieron y subsisten hasta hoy, grandes
diferencias de fortuna y cultura entre la clase alta y la clase
baja.

La aparición de una nueva burguesía, producto de
la industrialización, conformada por los grandes
industriales, los banqueros y los comerciantes importantes
-favorecida por el incipiente capitalismo y
por el liberalismo
económico-, contrasta con una clase obrera en la que cada
vez se hacían más notorios los abusos, ya que en la
búsqueda de mano de obra barata se empleó a mujeres
y niños,
con salarios por
debajo de los que percibían los hombres y con condiciones
laborales infrahumanas.

Estas condiciones darán origen luego a la
formación de las primeras asociaciones obreras
-antecedentes de los sindicatos-, desde donde se consiguió
reducir en parte muchos de los abusos que realizaban los
dueños de los medios de producción, mientras el
capitalismo se afianza como sistema mundo y la burguesía
como la clase social dominante.

El ascenso del modo de producción mercantil
-pre-capitalista- y luego el capitalista pautan un nuevo
prototipo de Estado, que tendrá en la burguesía el
respaldo ideológico y económico para garantizar su
continuidad.

Esta continuidad o perpetuación se lleva a cabo a
través de la reproducción de las formas de
producción.

Tomando como base las teorías
reproductivistas, afirmamos que toda formación social para
existir, al mismo tiempo que produce, y a fin de poder producir,
debe reproducir las condiciones de su producción, es
decir, debe reproducir las fuerzas productivas y las relaciones
de producción existentes.

Para Alfonso González (1998, p. 52) "La necesidad
del capital de reproducir sus relaciones y contradicciones a
escala internacional para afianzarse con poderío absoluto
-no solo sobre la vida material de los pueblos, sino
también sobre su espiritualidad-, impone patrones
conductuales, culturales y de valoración de obligada
aceptación."

La información pasa así a cumplir un papel
fundamental en la reproducción de las relaciones de
producción, implicando la reproducción de las
fuerzas de trabajo y su calificación, aseguradas a
través del sistema educativo.

Es a partir de estas premisas, que precisamos como hipótesis central del presente trabajo, que
la información constituye un componente estratégico
sobre el que se erigen los AIE, siendo portadora de la
ideología dominante -correspondiente en este estadio
evolutivo del capital a la ideología de la clase
burguesa-, y por ende, propiciando la reproducción social,
es decir, las relaciones de explotación del hombre por el
hombre.

Dicha hipótesis se
sustenta en los estudios de Maria das Graças Targino
(1997) y Sebastiano de Souza (1996). En el primero de ellos, se
visualiza el análisis de la relación existente
entre información e ideología, el cual consideramos
fundamental, y que a su vez, nos permite vincularla al concepto
tanto de AIE como así también al de
reproducción ideológica propuesta por
Althusser.

"Mas, reconhecer a informação como
instrumento de sobrevivência do cidadão
não

significa negar a ideologização presente no
seu processo de geração e
disseminação.

Isto porque como qualquer outra ação humana,
a informação está sujeita, em todas
as

suas fases, da geração à
indexação, à contaminação de
ideologias dominantes, o que

ocorre, às vezes de forma inconsciente, às
vezes de forma consciente, com o fim de

propiciar o controle de grupos políticos e
econômicos."
(Targino, 1997, p. 5)

Por su parte, de Souza (1996, p. 16) sostiene que "[…]
actualmente, la sociedad está sostenida por la siguiente
trilogía: el desarrollo, la información y la
ideología. La ideología depende de la
información para el desarrollo, pero también dirige
y controla la información y el desarrollo, haciendo que
ellos sean sus dependientes. […] Para la ideología, la
información tiene un valor sin
límites, porque ella es el sustrato que alimenta la
ideología y el desarrollo de una nación,
un estado, o de una organización."

Los puntos de encuentro son incuestionables, y, al igual que
el extracto anterior, aquí también es plausible de
análisis la identificación de la ideología y
la información -y en consecuencia, la reproducción
ideológica mediante la transmisión de
información- como factor de desarrollo. Nosotros nos
atrevemos a adicionar a la nación, el Estado u
organización, el desarrollo del individuo. Este desarrollo
del individuo debería de obedecer a fines transformadores y
no reproductivistas como resulta actualmente.

Desde esta concepción del desarrollo del hombre es que
adherimos a la formulación de Mark Rosenzweig (2004) en
cuanto a que "Karl Marx, in
defining the "good society", said it was, ultimately, the
emergence of the set of social arrangements, which are such that
they enable the free development of each as the condition for the
free development of all. […] Could there be a better creed for
librarianship? Should not librarians, act upon the maxim "the
free development of each as the precondition for the free
development of all" and is that not, in fact, implicit, in
librarianship itself?"

3.3.2. LA RELACIÓN
INFORMACIÓN-PODER

La información está en el centro de los estudios
bibliotecológicos contemporáneos,
constituyéndose en el objeto material y formal de la
Bibliotecología.

Según S. de Souza (1996, p. 15) "Por objeto
material entendemos toda la información real y potencial;
toda la información conocida y todas las que vengan a ser
conocidas; el objeto formal de la bibliotecología es la
información registrada en cualquier tipo de soporte
físico: sea libro, periódico,
disco, etcétera. […] Desde el punto de vista
epistemológico, el campo de los fenómenos de la
bibliotecología es la información y el tratamiento
que hacemos de ella, las finalidades para la cual la destinamos,
es su objeto específico de estudio."

Consideramos que dentro del campo de saber
bibliotecológico, tanto la información como los
medios por los que la misma fluye deben ser abordados
interdisciplinariamente, especialmente "[…] desde los
aportes de las ciencias
sociales, la filosofía, la política, las
ciencias de la
comunicación, las ciencias de la
educación y, muy especialmente, la ciencia de la
información."
(Lopera, 2005)

Según Curras (1988, p. 196-209), el estudio
teórico de la información es relativamente
reciente, destacándose principalmente dos escuelas: la
norteamericana y la rusa.

Curras (1998, p. 196-197) plantea que según los
trabajos de Glyan Harmon, la información es comparable al
trabajo, ya que a través de su influencia se produce un
cambio, desplazamiento o modificación -ya sea de actitud,
pensamiento o conocimiento-, para la cual es necesaria una fuerza
que la impulse.

En tanto, Mikhailov y Wilson dan a la información una
dimensión social, ya que por su efecto y causa el ser
humano es capaz de vivir en sociedad. "Es decir, la sociedad
existe porque los hombres necesitan comunicarse unos con otros
por medio de la información que se transfiere de unos a
otros. La información puede modelar el tipo de sociedad
que hayan de construir los individuos y puede asimismo verse
modificada por la influencia de aquélla."
(Curras,
1988, p. 197)

No obstante, siguiendo el planteamiento realizado por Vizcaya
Alonso (2001), el término información puede ser
analizada desde diferentes perspectivas.

Siendo así, desde una perspectiva filosófica,
podemos decir que "La información es una parte de una
reflexión, diferente de los factores materiales y
energéticos, que es percibida por los sistemas materiales
en una etapa organizativa definida y tan voluminosa que puede
almacenarse, expresa en mensajes ordenados respecto a la probabilidad
de uno u otro hecho entre la multitud de acontecimientos de una
naturaleza dada."
(Semenyuk, 1998 citado en Vizcaya Alonso,
2001)

Tomando como referencia una visión cibernética, "[…] (la)
información es la noción central de la
cibernética […] incluye todos los datos que son
objeto de almacenamiento,
transmisión y transformación […] siempre se
manifiesta de modo material y energético en forma de
señales."
(Dmitriev, 1991 citado en
Vizcaya Alonso, 2001)

A estas consideraciones, es preciso adicionar la actual
dimensión económica que adquiere hoy el
término información. Tomando como referencia
"[…] el paradigma tecnoeconómico del sistema mundo
dominante, centrado en una concepción netamente
mercantilista y consumista de la información […]"

(Lopera, 2005), afirmamos que hoy la información adquiere
la significación de mercancía.

De esta manera, la información pasa a constituirse en
una categoría económica de la sociedad burguesa, y
como tal se halla revestida de forma material, poseyendo por
ende, un carácter fetichista.

El producto superior en que se desarrolla el cambio de
mercancías es el dinero, el
capital, y por tal motivo el fetichismo de la mercancía
-en este caso la información- encuentra su
materialización más completa en el fetichismo del
dinero, del capital, en el poder del oro sobre los
hombres.

Pues bien, aludiendo al origen etimológico del
término, diremos que información -del latín
informare- es el acto o efecto de informar, e informarse es la
transmisión de conocimientos.

Desde nuestra perspectiva, la información da cuenta de
la organización y comunicación de los datos. Lo que es
más, el conocimiento cuando es comunicado tiende a
convertirse en información, pero toda información
no transmite conocimiento

-al menos científico-.

"Por informação entendemos uma
prática histórica, social e comunicativa na qual
homens e mulheres interagem com a informação,
põem em dúvida a própria
informação, desestabilizando suas estruturas
implícitas e explícitas e silêncios
não revelados, re-significando-a, para trazer uma
informação nova. A informação
não é o conhecimento enrugado, mofado, mas aquilo
que provoca sobressaltos e estimula novas operações
cognitivas.  Nessa perspectiva, ela se confunde com o
conhecimento porque é uma informação que
deforma o já dado e  prevê  sua
reconstrução crítica."
(Albuquerque
Aquino, 2001)

Por lo tanto se deduce que el conocimiento científico
es más que información, y hace referencia a la
comunidad
científica en su más amplio sentido.

Tal es así, que por información se puede
entender todo lo que es transmitido por el acto o procedimiento de
la comunicación -sentido genérico-, o constituirse
prácticamente en un sinónimo de adquisición
de conocimientos, lo que le otorga el instrumental que le da su
valor social -sentido más estricto-

"A informação -objeto primário da
Biblioteconomia- é conhecimento comunicado com fins de
educação (formal ou informal) e
produção (intelectual, científica,
tecnológica, económica, etc.)."
(Vieira, 1983,
p. 252)

Desde siempre, el conocimiento y la información han
estado ligados, en mayor o menor medida, a las clases que
ostentan el poder. "El poder de la información y,
sobre todo, el que contienen y representan los soportes escritos,
han sido controlados, manejados e influidos a lo largo de toda la
historia humana por los poderes e ideologías dominantes.
El actual paradigma de "Sociedad de la Información"
perpetúa tales políticas, generando profundos
desequilibrios en el libre acceso al saber, y por ende, en las
posibilidades de desarrollo y progreso de las sociedades
humanas."
(Civallero, 2004a, p. 1)

El hombre, desde el inicio de su civilización, ha
manifestado la necesidad de expresarse y comunicarse por medio
del lenguaje
hablado, es decir, a través de la palabra. La
tradición oral surge entonces como una forma de emitir y
recibir información, tanto de un hombre a otro, como
así también de generación en
generación.

Cuando la memoria
oral se tornó insuficiente e imprecisa, y el caudal de
información fue cada vez mayor, el ser humano
necesitó de nuevos elementos de comunicación,
apareciendo así los símbolos. "Primero, utilizó como
símbolos los objetos que disponía; luego, los
dibujos que
los representaban… y más tarde signos -dibujos- con
qué identificar los sonidos que él mismo
emitía con su voz para pronunciar las palabras."

(Curras, 1988, p. 65)

Con la aparición de la escritura
surgen las bibliotecas, como
forma de dar respuesta a la necesidad de ordenar y preservar los
escritos.

Los escritos más antiguos de que se tiene noticia datan
de unos cuatro mil años de antigüedad, y su origen es
el Próximo Oriente, tratándose de tabletas de
arcilla con escritura de tipo cuneiforme. La escritura la
utilizaron en un principio los burócratas de los templos
con la finalidad de registrar transacciones económicas,
producto del quehacer administrativo.

En la cultura Sumeria, verdaderos impulsores y creadores de la
biblioteca
reconocida como más antigua: la de Arzuvanipal, la
institución estaba vinculada ya con sus gobernantes -reyes
y sacerdotes- quienes formaban la pequeña elite que
conocía y manejaba la escritura. La biblioteca de
Arzuvanipal poseía escritos que contenían relatos,
historias y escritos administrativos, legislativos y
religiosos.

Los egipcios jugaron también un importantísimo
rol en lo que hace a la evolución de la escritura. Los
periodos de mayor esplendor de la civilización egipcia
coincidieron con la invención de nuevas formas y medios de
escritura, la cual era a su vez patrimonio
exclusivo de gobernantes y sacerdotes, aunque luego la utilizaron
médicos y cirujanos. "Los escribas eran grandes
dignatarios del estado y contaban con la confianza de los reyes.
Los mismos reyes sentían gusto por la escritura y la lectura e
incluso componían obras y poemas. Se
crearon las casas de la vida, donde se escribían y
guardaban los libros. Pero
no sólo eso. Eran también centros de estudios
superiores, subvencionados por los reyes o personas adineradas,
donde se invitaba a sabios del país o extranjeros para que
pudieran dedicarse al estudio y la
investigación, tranquilamente, y sin
preocupaciones."
(Curras, 1988, p. 66)

En la cultura Griega
el conocimiento tiende a estar ligado a los grandes pensadores,
tal es el caso de Sócrates,
Platón
y Aristóteles, entre otros.
"Sócrates dice que los libros son fuentes de
información, tesoro que han dejado los antiguos y
motivo de reunión de amigos, ya que se leían en voz
alta."
(Curras, 1988, p. 66-67) Desde el siglo IV A.C.
existieron bibliotecas privadas de grandes filósofos, para
su uso propio y el de sus alumnos.

Nos encontramos así ante un acontecimiento de
relevancia histórica: por primera vez la biblioteca se
utiliza con fines pedagógicos. No obstante, "El museo
no era solo un centro de estudios avanzados y orgullo del reino,
también servía a propósitos
políticos. Plutarco relata que su bibliotecario Demetrio
aconsejó a Tolomeo reunir libros acerca del arte de gobernar
y ejercer el poder, y leerlos."
(Lerner, 1999, p. 35)

La cultura romana permite apreciar como las diferentes
bibliotecas eran permitidas o destruidas según fuera la
"ideología romana" imperante, constituyendo un ejemplo
claro de ello la destrucción de escritos pertenecientes al
cristianismo mientras Roma luchó
contra éste, invirtiéndose la situación
cuando el imperio se cristianiza y se comienzan a promover estos
escritos. "Los romanos toman la cultura de los griegos, pero
no conservan su forma de escritura. Se dan cuenta pronto de la
importancia del libro como forma de difusión de las
ideas."
(Curras, 1988, p. 67)

Con la Edad Media la
información y el conocimiento pasan a ser custodiadas casi
exclusivamente por la Iglesia. Sin
embargo, la información contenida en los soportes escritos
adquirió revestida importancia en ámbitos
imperiales, como fue el concebido por la Corte de Carlomagno,
donde "[…] los libros sobre temas prácticos,
arquitectura,
agricultura,
medicina, arte de la guerra, ayudaban a la capacitación de la burocracia que
dirigía el imperio."
(Lerner, 1999, p. 55)

En tanto, en el mundo islámico, al igual que en
China, la
información y el conocimiento se hallaban al servicio de
pequeñas elites de gobernantes y sacerdotes, y, a
través del dominio de los mismos consideraban que el
ejercicio de un buen gobierno era posible.

Hacia el siglo XIII surgen las Universidades, la primera de
ellas en París, como producto de la floreciente vida
escolar de la sociedad parisina, la que luego se
trasladará a las ciudades más importantes de
Europa.

Las cuatro disciplinas o facultades primarias de esta
institución fueron la teología, las artes
-filosofía-, el derecho y la medicina. Todas ellas fueron
impartidas respetando las posturas impulsadas por la
ideología dominante del momento, quedando ello evidenciado
a través de la protección e influencia que
proporcionaban a la Universidad de
París el Rey de Francia y el Papa.

Durante el Renacimiento,
y debido al florecimiento cultural que se produjo en dicho
período, la información se constituye de manera
cada vez más evidente en un objeto de poder. Es
aquí cuando se produce uno de los hechos más
sobresalientes en la historia de la humanidad: la
invención de la imprenta,
realizada por Gutemberg en 1440, y que determinó la
popularización del libro."Con el desarrollo de los
libros como formato estándar, y el de los sistemas de
impresión en Europa (mediados del siglo XV), el
conocimiento comenzó a ser objeto de (re)
producción masiva, de compra y de venta. Se
transformó en un bien de consumo más, y dejó
de pertenecer (si es que alguna vez lo hizo) a la comunidad, para
concentrarse en los estantes de las grandes bibliotecas
(colecciones semi-museísticas de ejemplares lujosamente
encuadernados) y en las manos de élites
socio-políticas e intelectuales."
(Civallero,
2004b)

En el siglo XVIII, y como consecuencia del abaratamiento del
libro y de un incipiente crecimiento en las tasas de
alfabetización, surge la lectura
pública, que traerá aparejado el surgimiento de la
Biblioteca Pública en el devenir del siglo XIX, siendo
Inglaterra y
Estados Unidos
las naciones embanderadas con tal logro.

La revolución industrial había producido cambios
estamentales en la sociedad. La profesionalización y tecnificación
del trabajo propiciaron el surgimiento de nuevos lectores. La
burguesía utilizó a la biblioteca como un
instrumento para "educar" al proletariado, ya que un proletario
"educado" tiene menor posibilidad de caer en la marginalidad y
por consiguiente es más factible que se adapte
rápidamente al sistema productivo.

El actual sistema capitalista introduce la necesidad creciente
de consumir información en sus formas más
diversificadas. "No mundo actual, em rápida
transformação coma expansão do processo
produtivo industrial, a informação não
interesa mais apenas a cientistas e tecnólogos (geradores
e usuários de
conhecimento). Agora, a informação é um
fator fundamental para a propia reprodução do
capital, atuando diretamente no setor produtivo -seja na
produção propriamente dita, seja na
administração dos fatores de produção
clássicos (recursos
naturais, trabalho e capital, mediados pela tecnologia). A
informação é assim, componente essencial no
proceso de tomada de decisão econômica e
política."
(Araújo, 1991, p. 38)

  • LA INFORMACIÓN COMO COMPONENTE
    ESTRATÉGIGO DE LOS APARATOS IDEOLÓGICOS DE
    ESTADO

Retomando lo expresado anteriormente, y tomando como base a la
teoría althusseriana, consideramos que la
información constituye un componente estratégico
sobre el que se erigen los modelos de AIE propuestos.

Por sus características intrínsecas, puede
interpretarse que la información constituye la piedra de
toque de varios Aparatos Ideológicos, como lo pueden ser
el escolar, informativo, cultural, o inclusive actuar dentro de
otros Aparatos, tal es el caso del jurídico, el sindical e
incluso el familiar y el religioso.

Según Althusser (1984, p. 21), un sistema -más
precisamente el capitalismo- logra subsistir únicamente
reproduciendo las bases que lo sustentan. "Como decía
Marx, hasta un niño sabe que una formación social
no sobrevive más de un año si no reproduce las
condiciones de producción al mismo tiempo que produce la
reproducción de las condiciones últimas de
producción."

Conforme a ello, el anteriormente citado establece una
teoría clara y concreta, de la cual podemos extraer un
párrafo, donde, a nuestro entender, se
encuentra la hipótesis central que guía la
teoría althusseriana sobre reproducción social, y a
la cual adherimos: "Para simplificar la exposición
-y si tomamos en cuenta que toda formación social proviene
de un modo dominante de producción- podemos afirmar que el
proceso de producción pone en marcha las fuerzas
productivas existentes bajo determinadas relaciones de
producción. De lo anterior se sigue que, para existir,
toda formación social debe -al mismo tiempo que produce y
para poder producir- reproducir las condiciones de su
producción."
(Althusser, 1984, p. 22)

Debe reproducir pues:

1) las fuerzas productivas

2) las relaciones de producción existentes, ya que no
existe producción posible si no se asegura la
reproducción de las condiciones materiales de la
producción, la reproducción de los medios de
producción.

No es el cometido del presente trabajo el análisis de
las condiciones puramente materiales de la producción, ya
que la información no juega un rol directo en este
proceso.

No obstante, en lo que refiere a la reproducción de la
fuerza de trabajo, necesaria para la producción, la
información juega un rol activo sin ningún lugar a
dudas.

"¿Cómo se asegura la reproducción de
la fuerza de trabajo? Se asegura dándole a la fuerza de
trabajo el medio material para reproducirse: mediante el salario. El
salario figura en la contabilidad
de toda empresa, pero
como "capital mano de obra" y no como condición de la
reproducción material de la fuerza de trabajo.

No obstante, el salario "actúa" precisamente
así, porque el salario representa sólo la parte del
valor producido por el gasto de la fuerza de trabajo que es
indispensable para su reproducción; indispensable para la
reconstitución de la fuerza de trabajo del asalariado (con
qué alojarse, vestirse y alimentarse, en una palabra, con
qué quedar en condiciones de volver a presentarse cada
día a la puerta de la empresa); y
agreguemos: indispensable para la crianza y educación de los
hijos en que se reproduce el proletariado (a X ejemplares: X
puede equivaler a 0, 1, 2, etc.) como fuerza de trabajo."

(Althusser, 1984, p. 24)

Pues bien, ha quedado planteado cómo mediante el
salario se asegura la reproducción de la fuerza de
trabajo, pero no basta con que ésta simplemente se
reproduzca, ya que debe de hacerlo además cumpliendo con
una serie de condiciones, entre ellas el ser apta, "[…]
"competente", es decir, capaz de participar en el sistema
complejo del proceso de producción."
(Althusser,
1984, p. 24)

La aptitud de la fuerza de trabajo reside en que sea
calificada, diversamente calificada más precisamente:
"El desarrollo de las fuerzas productivas y el tipo de unidad
históricamente constitutivo de esas fuerzas productivas en
un momento dado determinan que la fuerza de trabajo debe ser
(diversamente) calificada y por lo tanto reproducida como tal.
Diversamente, o sea según las exigencias de la
división social-técnica del trabajo, en sus
distintos "puestos" y "empleos"."
(Althusser, 1984, p.
20)

Es así, que a través de los conceptos vertidos
anteriormente se puede comenzar a visualizar, de manera
crítica y reflexiva, el rol de la información en
este enmarañado sistema social.

Dentro de la concepción de AIE propuesta encontramos en
el escolar la más clara expresión de
reproducción ideológica, influenciado decididamente
por la transferencia de información.

"[…] pensamos que el aparato ideológico de
Estado, que en las formaciones capitalistas maduras ha quedado en
posición dominante después de violenta lucha de
clases, política e ideológica, contra el antiguo
aparato ideológico dominante, es el aparato
ideológico escolar
."(Althusser, 1984, p. 44)

Este hecho es producto de un largo devenir histórico,
donde el ascenso de la clase burguesa al poder produce cambios en
las estructuras sociales, ya que la Iglesia es desplazada de su
condición de principal AIE, donde la dupla Escuela-Familia
reemplazó a la dupla Iglesia-Familia como primer AIE.

"La escuela recibe a los niños de todas las
clases
sociales desde los jardines infantiles, momento desde el cual
-con viejos métodos lo
mismo que con nuevos- les inculca durante muchos años
-justamente los años en que el niño es más
"vulnerable" y se halla aprisionado entre el aparato
ideológico familiar y el escolar- "saberes
prácticos" tomados de la ideología dominante (el
idioma materno, el cálculo,
la historia, las ciencias, la literatura) o simplemente la
ideología dominante en estado puro (moral,
educación cívica, filosofía).

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