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La clonación (página 2)



Partes: 1, 2

Generales:

1. Los objetivos
generales de este trabajo son
presentar una visión panorámica de la
clonación como método
científico y establecer cómo su práctica
en embriones humanos puede conducir a la violación de
principios
éticos, morales y jurídicos.

Específicos:

  • 1. Consisten en el conocimiento y análisis de
    ciertos problemas de interpretación que plantea la
    comprensión del proceso de la clonación que
    pueden dar lugar a la aventura de intentar clonar seres
    humanos.

  • 2. Analizar las repercusiones éticas, morales
    y jurídicas de la clonación de seres
    humanos.

  • 3. Evaluar la posición de la comunidad
    científica respecto a la clonación.

  • 4. Analizar la interpretación que da al
    proceso la iglesia católica y señalar su
    postura al respecto.

  • 5. Evaluar la legislación existente en
    diferentes países sobre el proceso de
    clonación, enfocando, de paso, cuáles
    serían las posibles repercusiones jurídicas en
    el mundo y nuestro medio.

Metodología

Nuestra investigación tuvo como apoyo básico
la revisión de bibliográfica sobre el tema en
bibliotecas,
internet y
libros de
consultas Con el material recolectado procedimos a desarrollar
el trabajo,
después de analizar dicho.

¿Qué es la
clonación?

Hay que diferenciar el uso de la palabra clonación en distintos contextos de la
biología:

Si nos referimos al ámbito de la Ingeniería
Genética, clonar es aislar y multiplicar en un tubo de
ensayo un
determinado gen o, en general, un trozo de ADN. Sin embargo,
Dolly no es producto de
Ingeniería Genética.

En el contexto a que nos referimos, clonar significa obtener
uno o varios individuos a partir de una célula
somática o de un núcleo de otro individuo, de
modo que los individuos clonados son idénticos o casi
idénticos al original.

En los animales
superiores, la única forma de reproducción es la sexual, por la que dos
células
germinales o gametos (óvulo y espermatozoide) se unen,
formando un zigoto (o huevo), que se desarrollará hasta
dar el individuo adulto. La reproducción sexual fue un
invento evolutivo (del que quedaron excluidas las bacterias y
muchos organismos unicelulares), que garantiza que en cada
generación de una especie van a aparecer nuevas
combinaciones de genes en la descendencia, que posteriormente
será sometida a la dura prueba de la selección
y otros mecanismos evolutivos. Las células de un animal
proceden en última instancia de la división
repetida y diferenciación del zigoto.

Las células somáticas, que constituyen los
tejidos del
animal adulto, han recorrido un largo camino "sin retorno", de
modo que, a diferencia de las células de las primeras
fases del embrión, han perdido la capacidad de generar
nuevos individuos y cada tipo se ha especializado en una función
distinta (a pesar de que, salvo excepciones, contienen el mismo
material genético).

El primer experimento de clonación en vertebrados fue
el de Briggs y King (1952), en ranas. En los años 70,
Gurdon logró colecciones de sapos de espuelas (Xenopus
laevis
) idénticos a base de insertar núcleos
de células de fases larvarias tempranas en ovocitos
(óvulos) a los que se había despojado de sus
correspondientes núcleos. Pero el experimento fracasa si
se usan como donadoras células de ranas adultas.

Desde hace unos años se vienen obteniendo mamíferos clónicos, pero sólo
a partir de células embrionarias muy tempranas, debido a
que aún no han entrado en diferenciación (y por lo
tanto poseen la propiedad de
pluripotencia). No es extraño pues el revuelo
científico cuando el equipo de Ian Wilmut, del Instituto
Roslin de Edimburgo comunicó que habían logrado una
oveja por clonación a partir de una célula
diferenciada de un adulto.[1][2] Esencialmente el
método
(que aún presenta una alta tasa de fracasos) consiste en
obtener un óvulo de oveja, eliminarle su núcleo,
sustituirlo por un núcleo de célula de oveja adulta
(en este caso, de las mamas), e implantarlo en una tercera oveja
que sirve como "madre de alquiler" para llevar el embarazo.
Así pues, Dolly carece de padre y es el producto
de tres "madres": la donadora del óvulo contribuye con el
citoplasma (que contiene, además mitocondrias que llevan
un poco de material genético), la donadora del
núcleo (que es la que aporta la inmensa mayoría del
ADN), y la que parió, que genéticamente no aporta
nada.[2][3]

Científicamente se trata de un logro muy interesante,
ya que demuestra que, al menos bajo determinadas circunstancias
es posible "reprogramar" el material genético nuclear de
una célula diferenciada (algo así como volver a
poner a cero su reloj, de modo que se comporta como el de un
zigoto). De este modo, este núcleo comienza a "dialogar"
adecuadamente con el citoplasma del óvulo y desencadena
todo el complejo proceso del
desarrollo
intrauterino.

Tipos de
clonación

CLONACIÓN REPRODUCTIVA.

La clonación reproductiva consiste en la
generación de seres humanos mediante técnicas
de clonación (reproductiva), o sea, aplicar en los humanos
las mismas técnicas que se llevaron a cabo en Edimburgo
con la oveja Dolly. Hasta donde se sabe, esta técnica no
se ha practicado aún en el mundo, ya que existe un
consenso generalizado entre varios países, considerando
que es "inaceptable" ética y
jurídicamente. Ha habido uno que otro anuncio aislado de
haberla practicado en Estados Unidos,
pero nunca se ha presentado los "supuestos" niños
clonados.

Existen abismales diferencias entre la clonación
reproductiva y la clonación terapéutica. En este
sentido, en muchos países europeos ya han elaborado un
protocolo
facultativo adicional que amplía la convención
europea sobre bioética y
en ese protocolo se prohíbe expresamente cualquier forma
de clonación que implique una clonación
reproductiva".

No obstante, la Unesco también adhiere a este criterio
generalizado mediante un documento referido al Genoma Humano y
Derechos
Humanos, difundido en el año 1997.

CLONACIÓN NO REPRODUCTIVA

Clonación no reproductiva: se realiza la
manipulación celular como en la anterior, pero el
embrión no se implanta en útero, sino que puede
servir a distintos objetivos, principalmente de
investigación:

  • Sobre fertilidad, anticoncepción, etc.

  • Desarrollo embrionario.

  • Obtención de células madre e
    inducción de diferenciación a diferentes
    tejidos.

Clonación
humana con fines no reproductivos

Investigaciones básicas de duración limitada
con embriones humanos clonados.

Algunos países permiten que se investigue, dentro de
los plazos prescritos, con los embriones sobrantes de los
programas de
reproducción asistida, destinados a ser destruidos. No
obstante, muchos de esos y otros países prohíben la
producción de embriones humanos destinados
específicamente a la
investigación. En algunos casos esa restricción
se aplica a las investigaciones
financiadas con fondos públicos, pero no así a la
investigación privada. En otros países se
están estudiando medidas legislativas que
afectarían tanto al sector
público como al privado.

Miembros de las comunidades científica y médica
de distintos países y regiones se han interesado por el
uso de las técnicas de transferencia nuclear con
células somáticas para la obtención de
clones de embriones humanos destinados a investigaciones
básicas sobre el envejecimiento y las enfermedades
genéticas. Es necesario determinar el valor de esas
investigaciones y la probabilidad
de que proporcionen información de utilidad dentro
de los plazos autorizados.

Producción de tejidos y órganos humanos
clonados.

Despierta interés el
posible empleo de las
técnicas de clonación para obtener tejidos y
órganos con miras a futuras operaciones de
trasplante en el donante del núcleo y quizá en
otros receptores histocompatibles. El uso de técnicas de
transferencia del núcleo de células
somáticas para la obtención directa de
células o tejidos diferenciados clonados, por ejemplo
piel, no
suscita problemas
éticos. Sí los suscita, en cambio, el
posible uso de la clonación para la obtención de
órganos totalmente formados y operativos, pues es
difícil imaginar de qué otro modo podrían
obtenerse tales órganos si no es produciendo primero un
embrión clonado y dejándolo crecer, al menos
parcialmente, durante la fase fetal del desarrollo.

Aplicaciones de la clonación de genes

Las primeras aplicaciones prácticas de la
clonación molecular tuvieron lugar en plantas, por ser
más fácil su manipulación. Numerosos
árboles
frutales y plantas ornamentales han sido modificados mediante la
introducción de genes obtenidos por
clonación, con el fin de mejorar sus
características y obtener una mejora en la alimentación y en la
ornamentación.

En otros casos, se han conseguido cultivos de cereales con
mayores ventajas nutritivas y económicas; plantas con
genes implicados en la resistencia a
herbicidas, sin producir daños en el medio
ambiente; y actualmente se investiga la posibilidad de que
plantas no leguminosas, como el trigo y el maíz,
realicen la fijación bacteriana del nitrógeno,
fenómeno de gran importancia para la producción de alimentos. Y todo
ello, utilizando las técnicas de recombinación del
ADN.

También mediante esta tecnología se
producen actualmente grandes cantidades de productos
génicos terapéuticos, a partir de genes clonados y
expresados en bacterias que crecen con facilidad y producen el
producto deseado en grandes cantidades. Entre esos productos se
encuentran insulina, interferones, interleuquinas (un tipo de
citoquina) y hormona del crecimiento, ésta última
utilizada para tratar cierta forma de enanismo en los
niños. Además, gracias a los procedimientos de
clonación, expresión y purificación, se
trata de identificar la proteína clave en un proceso
patológico, aislarla en grandes cantidades, determinar su
estructura
tridimensional mediante cristalografía de rayos X, y
finalmente diseñar moléculas que inhiban su
función.

La clonación molecular permite también construir
nuevas bacterias para un determinado fin, y así por
ejemplo, se han combinado las enzimas claves de
varias rutas distintas de degradación de compuestos
contaminantes del medio ambiente,
pertenecientes a tres bacterias diferentes, para originar una
nueva bacteria que las tiene todas, y se desarrolla sobre
mezclas
letales de numerosos compuestos.

Clonación
de mamíferos

El primer mamífero superior desarrollado por
clonación de una célula adulta es una oveja, a la
que bautizaron con el nombre de "Dolly", obtenida en febrero de
1997 por los investigadores del Instituto Roslin de Edimburgo,
Escocia.

Este equipo de investigación ya era conocido por
conseguir ovejas clónicas a partir de células
obtenidas de embriones y cultivadas en el laboratorio,
antes de ser implantadas nuevamente en otros animales. Sin
embargo, el caso de la oveja Dolly es novedoso, por cuanto han
utilizado células de seres vivos adultos, mucho más
complejas que las células embrionarias para producir seres
vivos genéticamente iguales. Aunque esto ya se
había practicado con éxito
en anfibios y ratones, el caso de las ovejas produjo una gran
conmoción en la población, por tratarse de organismos
superiores, de muchas más similitudes con los seres
humanos.

El evento tuvo lugar gracias a la aplicación de una
novedosa técnica de transferencia nuclear de ADN.

La oveja fue desarrollada a partir del núcleo (con su
dotación completa de cromosomas) de
una célula de la glándula mamaria, el cual fue
extraído e implantado en otra célula (óvulo)
a la que se le había eliminado su propio núcleo, la
cual sería después implantada en una madre
adoptiva, desarrollándose el embarazo.

Las células de la glándula mamaria fueron
previamente sometidas a una escasez
prolongada de nutrientes, con el objetivo de
que sus genes entraran en una fase de inactivación; de
esta manera, se intentaba reproducir la misma fase del ciclo de
división celular que tenían las células de
los óvulos receptores. Una vez se produjo la transferencia
nuclear, el ADN inactivado se reprogramó y recuperó
así su capacidad para crear todos los órganos y
tejidos diferenciados de un organismo vivo.

No obstante, el experimento se llevó a cabo con
éxito en tan sólo uno de los 277 óvulos
utilizados para su realización, y que culminó con
el nacimiento de la oveja Dolly. Por lo tanto, aún queda
mucho por conocer sobre la totalidad de los factores implicados
en el proceso.

Los científicos opinan que los ganaderos podrían
beneficiarse de esta técnica al conseguir clones a partir
de animales adultos de sus ganaderías que han demostrado
ser más productivos y resistentes a enfermedades que
otros. La ventaja para los ganaderos de poder emplear
células adultas en lugar de embriones es que permite
conocer, con antelación, la capacidad productiva y de
resistencia a enfermedades de los animales resultantes.

El empleo de esta tecnología abre las puertas para
investigar el cáncer,
la biología del desarrollo y los mecanismos moleculares
del envejecimiento, entre otros muchos aspectos de la
ciencia.

Por otra parte, unos científicos de Oregón
(Estados Unidos) han conseguido clonar dos monos, uno macho y
otro hembra, con una técnica diferente a la utilizada con
la oveja Dolly, ya que los monos fueron clonados a partir de
células embrionarias obtenidas por procedimientos de
fecundación "in vitro", y no a partir de
células adultas. Uno de los objetivos de esta
investigación era conseguir animales exactos,
eliminándose así el factor de la variabilidad
genética, y poder estudiar la elaboración de nuevos
medicamentos y vacunas
efectivas contra el SIDA.

Clonación
y terapia génica

La clonación, combinada con otros medios
utilizados en biotecnología, podría realizar
importantes aportaciones a la terapia génica, y
principalmente a la terapia génica de la línea
germinal. Ello permitiría convertir a un embrión
con fallos genéticos en un gemelo completamente sano con
los defectos genéticos corregidos, y así prevenirle
de enfermedades mortales o debilitantes, como por ejemplo de la
fibrosis quística o la anemia
falciforme. Se trata de una línea de investigación
muy interesante en el campo de la biología de
mamíferos, pero que todavía no es objeto de
investigación en humanos.

El procedimiento
consiste básicamente en cultivar las células del
embrión inicial, que se encuentran en un estadio temprano
de desarrollo, e introducirlas un vector que porte el gen
funcional que se desea corregir. Luego, el ADN de una de esas
células modificadas se implantaría dentro de un
óvulo al que se le ha extraído su propio
núcleo, comenzando el embarazo de nuevo. De esta manera,
se ha reemplazado el embrión original por un clon
más sano de sí mismo. No obstante, a este respecto
hay que tener en cuenta los problemas éticos que el
proceso pueda conllevar, pues también podría
realizarse con fines eugenésicos, racistas, etc.
Además, algunos científicos piensan que crear
embriones con la sola finalidad de realizar diagnósticos
genéticos y destruir gemelos idénticos en beneficio
de los demás puede ser moralmente sospechoso.

Una aplicación de la terapia génica con
perspectivas de futuro más cercanas es su
utilización para combatir la hepatitis, que
afecta a una gran parte de la población. En los
últimos años, se están realizando
importantes investigaciones sobre la posibilidad de utilizar
terapia génica contra el virus de la
hepatitis C, ya que no todos los pacientes responden
correctamente al tratamiento con interferón. La terapia
génica consiste en usar fragmentos de virus con capacidad
para inhibir y que puedan multiplicarse. Los experimentos
realizados en tubos de ensayo han logrado frenar al 98 % de los
virus, y se espera su aplicación en humanos en pocos
años.

Otra línea de investigación futura consiste en
la utilización de virus modificados por ingeniería
genética, para ser utilizados como vectores que
transporten genes específicos al interior de las neuronas,
de forma que puedan aportar genes terapéuticos al cerebro humano, y
así poder tratar numerosas enfermedades
neurológicas, como el Parkinson o la
enfermedad de Alzheimer.
Algunas técnicas de este tipo ya se han puesto de
manifiesto con éxito en animales de
experimentación.

Por otra parte, el empleo de animales de
experimentación permite introducir, controladamente, genes
humanos en sus células, y así conseguir
información sobre la forma en que ciertos defectos
génicos se traducen en enfermedad. Existen más de
5.000 enfermedades humanas, entre ellas el cáncer,
atribuidas a defectos genéticos. Actualmente, la terapia
consiste en la inserción aleatoria de genes sanos en los
cromosomas, pero éstos no funcionan con la misma eficacia que los
que ocupan su lugar correcto en el cromosoma.

Un caso particular en esta línea de
investigación es el de oveja "Polly"; una oveja clonada
que, antes de la clonación, fue tratada por
ingeniería genética para que portara en su genoma
el gen humano que codifica la proteína factor IX, un
componente de la sangre que
constituye el principal tratamiento para la hemofilia. Ahora se
espera que estos animales secreten la proteína
terapéutica en su leche.

Cabe destacar también el trabajo realizado por unos
científicos de Oregón, en enero del 2001, que
consiguieron la clonación de un gen de medusa en el
cromosoma de un mono Rhesus, al que le pusieron el
nombre de ANDi. Para ello infectaron el material
genético de un óvulo no fertilizado con un
retrovirus modificado para no ser infeccioso y que
contenía el gen de la fluorescencia correspondiente al
invertebrado, un gen muy utilizado porque hace brillar las
células que lo contienen; luego el óvulo se
fertilzó in vitro y se obtuvo un embrión
viable que se implantó y se desarrolló en una
hembra Rhesus. La importancia del mono
transgénico radica en que éste es un primate,
grupo animal
al que pertenece el hombre;
ello abre una vía para la investigación del
funcionamiento de los genes, las características de las
enfermedades y los posibles tratamientos.

Repercusiones
éticas, científicas y sociales de la
clonación en la
salud humana. Posición de la
Organización Mundial de la Salud (OMS).

1. En la resolución WHA50.37 se pedía al
Director General de la OMS, que aclarase las aplicaciones
potenciales de las técnicas de clonación en la
esfera de la salud humana y sus
repercusiones éticas, científicas y sociales.
Habida cuenta de la diversidad de los conocimientos
técnicos necesarios para abordar una gama tan amplia de
cuestiones, se organizaron varias reuniones a fin de preparar el
terreno para un grupo de expertos que se encargaría de
estudiar el tema desde una perspectiva global. Esas reuniones
preparatorias interregionales e interdisciplinarias se han
centrado en las siguientes esferas: la clonación y la
salud reproductiva humana, los productos biológicos, el
trasplante de órganos, la investigación y la
genética médica. El Director General ha establecido
un grupo de estudio y ha designado dos relatores para coordinar
los trabajos sobre esas cuestiones. Además, la OMS ha
tomado parte en diversas reuniones sobre temas afines promovidas
por órganos internacionales como la UNESCO, la
Comisión Europea, la OCDE y el Consejo de Europa.

Las clonaciones de las ovejas y de los monos han levantado
intensos debates entre los científicos y en la sociedad en
general, debido a que nunca se habían clonado especies de
animales, sobre todo en el caso de los monos, tan estrechamente
relacionadas con el género
humano, y se temen las repercusiones éticas de una
supuesta futura investigación en el hombre.
Actualmente, existe una legislación establecida por 19
países, entre ellos España,
que prohíbe la creación de seres humanos mediante
técnicas de clonación.

Las aplicaciones potenciales de la clonación humana se
centrarían básicamente en el diagnóstico y curación de defectos
genéticos, y ayudarían a solucionar ciertos
problemas a las personas que se someten a una fecundación
in vitro, pues aumentaría las probabilidades de
conseguir un embarazo. Muchos científicos sólo
consideran lícita esta manipulación genética
si es utilizada exclusivamente para fines
terapéuticos.

Clonación
y reproducción humana

2. Repercusiones éticas. La principal
objeción al uso de la clonación humana con fines
reproductivos es que sería contraria a la dignidad
humana y violaría la singularidad y la
indeterminación del ser humano. Se considera asimismo que
viola los derechos del
niño. Como paso decisivo hacia la producción
artificial de seres humanos, la técnica aumentaría
el riesgo de reducir
a la gente a la condición de objetos. Asociada a los
nuevos conocimientos sobre el genoma humano, podría
utilizarse para facilitar la selección de genotipos y para
fomentar la intolerancia por parte de la sociedad y de los padres
hacia las discapacidades o incluso hacia los rasgos percibidos
como defectos genéticos. Sin embargo, hay quienes
consideran que la clonación reproductiva podría
admitirse en determinados casos, por ejemplo en la infertilidad
no tratable de otro modo, o como medio para evitar enfermedades
genéticas heredadas. Se argumenta también que no
deberían restringirse los derechos reproductivos.
Desde el punto de vista de las actuales directrices éticas
para la investigación biomédica con seres humanos,
la clonación humana con fines reproductivos suscita
preocupación en relación con la necesidad de
sopesar riesgos y
efectos beneficiosos, con el consentimiento informado y con el
rendimiento de cuentas.

3. Repercusiones sociales.

Se considera que la clonación humana con fines
reproductivos podría llegar a alterar las relaciones
intergeneracionales y las estructuras
familiares, con importantes consecuencias psicológicas,
sociales y jurídicas para los individuos y comunidades
interesados. Se cree que probablemente se utilizaría para
reforzar más que para combatir los prejuicios de la
sociedad, así como para aumentar la discriminación, por ejemplo, por
razón de género, grupo étnico, casta o
situación financiera. Algunos consideran también
que la clonación reproductiva es una intervención
de alta tecnología que tiene poco interés para las
necesidades sanitarias de la gran mayoría de la
población mundial.

4. Varias asociaciones profesionales internacionales
relacionadas con la salud y diversos órganos religiosos
han realizado declaraciones en las que se exhorta a vigilar y
reglamentar atentamente los progresos científicos en el
campo de la clonación y la genética humana. Las
respuestas de las regiones de la OMS subrayan la necesidad de
tener en cuenta los valores
culturales, religiosos y sociales, así como las
repercusiones jurídicas. Hacen hincapié asimismo en
la necesidad de promover la enseñanza de la ética en los
estudios de medicina y de
implantar medidas eficaces para tratar de impedir que los
países en desarrollo alberguen investigaciones expatriadas
no reglamentadas con seres humanos.

5. Existe una preocupación generalizada por lo que se
refiere al papel desempeñado por los intereses comerciales
en el desarrollo de esa tecnología y a las posibilidades
de controlar su uso ulterior. Es necesario que las disposiciones
legales en ese terreno se acompañen de medios realistas
para garantizar su cumplimiento a nivel nacional e internacional.
Dentro de su ámbito de competencia, la
OMS puede aportar asesoramiento técnico y proporcionar
información sobre los aspectos sanitarios de las
cuestiones abordadas.

Clonacion de embriones humanos en corea y la
reacción que provocó en la clase
científica.

El anuncio de que un equipo de científicos surcoreanos
logró clonar a 30 embriones humanos para obtener células
madre desató una tormenta en la discusión
ética sobre la clonación.

Liderados por el profesor Woo
Suk Hwang, los científicos de la Universidad
Nacional de Seúl tomaron material genético de
células de donantes mujeres y las combinaron con sus
propios óvulos, obteniendo células madre que pueden
ser utilizadas para trasplantes.

De un óvulo donado por una mujer se quita el
núcleo y se deshecha. Se obtiene un óvulo "limpio"
de material genético. Luego, se extrae el núcleo de
una célula del cúmulus, descartando el resto de
la
célula. Por fusión
eléctrica se une el citoplasma del óvulo con el
núcleo de la célula del cúmulus que aporta
el código
genético completo de la mujer. Por el
carácter proteico del óvulo, el
óvulo se reprograma e inicia la división celular,
convirtiéndose en un cigoto. Cada 12 ó 15 horas
continúan las divisiones. A los 5 ó 6 días
se forma un blastocito, compuesto por cientos de células
madre embrionarias. Estas últimas se extraen y se
multiplican en un cultivo, pudiendo ser inducidas a conformar
cualquier tipo de células que podrían trasplantarse
sin rechazo en la mujer donante.

Para algunos, el anuncio señala la urgencia de una
prohibición total de este tipo de prácticas.

"La clonación es algo malo. Trata a los humanos
más jóvenes como si fueran una propiedad, y debe
ser prohibida", dijo el senador estadounidense Sam Brownback.

Los mismos científicos que clonaron los embriones
humanos hicieron un llamado para que se prohiba la
clonación de bebés en todo el mundo.

Woo Suk Hwang dijo que la clonación reproductiva
está mal y todos los países deberían
prohibirla.

En Estados Unidos, el gobierno de
George W. Bush prohibió el uso de fondos federales para
experimentar con embriones humanos, exceptuando la
utilización de células madre ya existentes que
procedan de embriones abandonados en tratamientos de
fertilidad.

Para John Kilner, presidente del Centro de Bioética y
Dignidad Humana en Chicago, "el experimento de Corea del Sur va
mucho más allá. Produce embriones humanos con el
propósito explícito de minarlos mortalmente para
obtener materiales
corpóreos con fines experimentales".

Opinión de un juez
argentino[3]

El reciente experimento efectuado por un equipo de
científicos en Corea del Sur, desde el cual se crearon 30
embriones humanos mediante técnicas de clonación
practicadas a 16 mujeres, trajo enormes repercusiones a nivel
mundial en el campo de la bioética y las leyes.

El juez Pedro Federico Hooft, miembro del Comité
Internacional de Bioética de la
Organización Panamericana de la Salud, dio su parecer
respecto al reciente histórico suceso que derivó en
la creación de células que pueden ser inducidas
para cumplir diversas funciones.

Ante este panorama, el juez sostuvo que las opiniones
discordantes están presentes en la clonación que se
origina de embriones humanos (como la practicada recientemente en
Corea del Sur), pero aclaró que, en cambio, "no hay
ninguna objeción ética y está bien vista la
posibilidad de generar células adultas para regenerar
tejido y eventualmente, en un desarrollo de mayor avance
tecnológico, no se descarta la posibilidad de generar
órganos humanos; permitiendo así superar todos los
acuciantes problemas que rodean en este momento a
problemáticas tan delicadas como el trasplante de
órganos".

Según destacó el funcionario que integra el
Comité Internacional de Bioética en la OPS, esta
cuestión merece un debate
público interdisciplinario con la intención de
acordar universalmente estos aspectos y unificar posiciones.
Más aún teniendo en cuenta las diferentes posturas
adoptadas en los distintos ámbitos geográficos.
Como ejemplo mencionó que Alemania y
Estados Unidos se ubican entre los países que mayores
restricciones han adoptado, mientras que otros sostienen posturas
más permisivas, como es el caso de Corea del Sur y no
faltan los que "se están moviendo a un nivel de
recomendaciones de comisiones institucionales de bioética
pero sin carácter obligatorio. No hay un consenso tan
fuerte contrario a tal práctica como sí ocurre con
la clonación reproductiva".

Hooft aclaró que si bien no hay legislación
concreta sobre el tema, "existe un decreto que prohíbe la
clonación reproductiva, aunque no con mucha eficacia
porque no se contempla cuáles son las sanciones en caso de
infringirlas".

En este marco, remarcó que no hay ley que
prohíba la clonación terapéutica para tratar
enfermedades. No obstante, precisó que "que no exista
legislación concreta no significa que no podamos recurrir
a principios jurídicos fundamentales, normas
constitucionales que hacen a la protección de la vida y
encontrar allí criterios orientadores".

Finalmente expresó que los experimentos realizados en
Corea del Sur podrían causar también uno de los
debates fundamentales en el campo de las relaciones
internacionales, más aún teniendo en cuenta las
diferencias jurídicas existentes con uno de sus
principales aliados estratégicos: "En Corea del Sur se
están realizando investigaciones e incluso todo tipo de
experimentos que en Estados Unidos no están autorizados" y
prosiguió: "Corremos el riesgo que se impongan los
factores económicos y no tal vez los principios
éticos".

A favor

Sin embargo, algunos científicos consideran que la
técnica desarrollada por los surcoreanos es un hito para
el tratamiento de enfermedades como la diabetes, la
osteoartritis y el mal de Parkinson.

"Este trabajo representa un avance sustancial en la
búsqueda de la generación de tejidos trasplantables
que sean compatibles con el sistema
inmunológico del paciente", dijo Roger Pedersen, profesor
de medicina regenerativa de la Universidad de Cambridge.

Para Pedersen, este avance permitirá que "se acelere el
desarrollo de maneras alternativas de reprogramar células
humanas, para que en el futuro se disminuya la necesidad de
utilizar óvulos humanos para este propósito".

Otro aspecto ético de la clonación de embriones
fue puesto en manifiesto por los mismos científicos
surcoreanos que desarrollaron la técnica: la posibilidad
de crear bebés.

"Nunca intentaremos producir seres humanos clonados. Durante
la clonación de animales, experimentamos muchas
dificultades y peligros con las deformidades, especialmente en
los órganos internos", dijo el profesor Woo Suk Hwang.

Hasta ahora, dos grupos han
anunciado la creación de bebés clonados.

Clonaid, una compañía creada por la secta de los
raelianos -que creen en la existencia de extraterrestres-,
asegura haber clonado ya diversos bebés. Pero
todavía no ha demostrado sus afirmaciones.

El especialista en fertilidad estadounidense Panos Zavos
anunció la semana pasada que el intento de
implantación de un embrión clonado había
fracasado.

Reacción de la iglesia
católica

El anuncio de la generación de un embrión humano
por clonación por parte de un laboratorio privado en los
Estados Unidos provocó una enérgica condena en el
ámbito católico alrededor del mundo.

Además del explícito y enérgico
comunicado dado a conocer por la Sala de Prensa de la
Santa Sede, Mons. Mauro Cozzoli, Profesor de Teología
Moral de la
Pontificia Universidad Lateranense, recordó que al ser el
embrión un individuo, "la clonación es un hecho
abusivo y moralmente censurable". "El hecho de que lo hayan hecho
con fines terapéuticos agrava el juicio, ya que no se
puede crear un individuo para después suprimirlo en
beneficio de otro", agregó el Prelado, quien
recordó que un embrión, aunque tenga pocas
células, tiene el estatus de persona.

Cozzoli agregó que la clonación "con
éxito" anunciada por el laboratorio estadounidense
Advanced Cell Technology (ACT) "ofende la verdad de la
procreación, que debe realizarse con el encuentro de dos
gametos", y recordó que el Papa Juan Pablo II había
condenado los experimentos con embriones, al afirmar que no hay
hombre alguno ni autoridad
humana que pueda disponer libremente y de manera deliberada de
una vida humana inocente, y muchos menos para después
destruirla.

Card. McCarrick: El peligro de la
arrogancia

El Cardenal Theodore E. McCarrick, Arzobispo de Washington DC,
señaló que el controvertido experimento
científico "tiene peligrosas implicaciones, pues el hombre
está jugando a Dios y devaluando la vida humana".

"El informe es
profundamente perturbador", dijo el Cardenal McCarrick, quien
señaló que "aunque debemos estimular a la comunidad
científica a continuar con las investigaciones de punta,
ésta debe producirse dentro del marco ético de
respeto al a la
vida humana y el papel de Dios como Creador de la vida".

"La arrogancia que lleva a alguien a creer que puede jugar el
papel de Dios y reducir a los seres humanos a mera fuente de
piezas de recambio es una soberbia que puede llevar a peligrosas
consecuencias que no podemos anticipar plenamente", dijo
también el Purpurado de la capital
norteamericana; y advirtió que "incluso buenas intenciones
evidentes, como la curación de una enfermedad, pueden
tener efectos negativos, tales como la devaluación de la vida humana con todo lo
que ello implica". "El uso de embriones para clonación
está moralmente mal", subrayó el Cardenal.

La brutalidad

Por su parte, desde la Argentina, el Profesor del Instituto de
Bioética de la Universidad Católica Argentina, P.
Rubén Revello, rechazó el experimento por
considerar que el embrión es "vida humana" y ahora al
embrión clonado se lo va a "despedazar para utilizarlo por
partes".

Revello puntualizó que "si se crea un embrión
humano, al activar el núcleo embrional, se crea un
humano". En ese sentido, subrayó que "para la Iglesia y
para la ciencia hay
vida desde la concepción . Y si hay vida, hay persona
humana. De lo contrario —preguntó—,
¿qué habría, un prehumano? no es cierto que
los que experimentan con embriones humanos quieran vida humana y
no una persona humana", insistió.

En rigor, el sacerdote reiteró la posición
fijada por la Iglesia en materia de
clonación. La postura católica está expresa
—entre otros documentos
en una declaración difundida en 1997 por la Academia
Pontificia por la Vida. Y en otra de la misma academia, conocido
el año pasado, sobre "la producción y uso
científico y terapéutico de las células
embrionales humanas".

En cuanto a los argumentos de utilización
terapéutica, Revello dijo que "hoy por hoy la ciencia no
puede dar respuesta, por caso, en materia Alzheimer:
podrían destruir embriones y no llegar a nada".
Señaló que el argumento terapéutico
"sólo busca atenuar la maldad moral" por la
destrucción del embrión. Aún así,
interrogó si "se justifica matar a una persona para salvar
a otra".

Luego de señalar que "si a este embrión lo
dejamos seguir su camino espontáneo terminará
siendo un bebé", lamentó que en la ciencia
genética no se aplique el mismo criterio de respeto a la
vida que en la experimentación farmacéutica. "En la
farmaceútica se tiene mucho cuidado en la
experimentación y hay etapas: primero en laboratorios,
luego en animales y, finalmente, en voluntarios humanos".

Revello sostuvo, además, que la ciencia debería
avanzar en el estudio de las células estaminales humanas
que los adultos tienen en vez de hacerlo con las células
estaminales de los embriones porque "en el primer caso no pasa
nada con la persona en cambio que en los embriones se termina
eliminando vidas".

Mentalidad eugenésica

El sacerdote señaló que detrás de esta
experimentación hay un resabio de "eugenesia , es decir,
de selección de los humanos más aptos en detrimento
de los menos aptos. Acaso, una nueva forma de esclavitud".
Concluyó que la clonación humana es "signo de una
ciencia sin valores, de
una sociedad disconforme que busca en la ciencia reemplazar el
sentido de la vida y de la salvación".

Por su parte, la prestigiosa Agencia Católica Argentina
AICA, recogió los testimonios de diversas autoridades
eclesiásticas argentinas.

El obispo auxiliar de Córdoba y presidente de la
Comisión Episcopal de Fe y Cultura, Mons.
José Rovai, expresó que "el embrión es ya
evidentemente un ser humano, y no se puede estar experimentando
con él y desechándolo. Es algo grave porque se
está manipulando con un ser humano concreto.
Cuando se hacen estos experimentos se tocan cosas muy sagradas y
se impide que algunos seres humanos puedan llegar a desarrollar
su personalidad y
su vida".

El titular del organismo episcopal que habitualmente sigue de
cerca las cuestiones relacionadas con la bioética
opinó que "esto puede llevar a situaciones que ni siquiera
podemos prever, y también es una cosa gravísima que
se pueda usar para la producción en serie, porque hay un
modo natural de cómo los seres humanos vienen al mundo y
en este campo hay que respetar siempre el orden de la
Creación. Incluso el gran peligro de crear una humanidad,
a lo mejor intentando hacerla selectiva, tiene fondo e historia de gente que en
otras épocas ha querido hacer lo mismo. A mí me
parece gravísimo porque se puede tocar la estructura misma
de las personas. No lo justifican los fines terapéuticos
ni la intención de crear en serie una determinada forma de
humanidad, que sería todavía peor".

El hombre jugando a Dios

Hugo Obiglio, director del Instituto de Etica Biomédica
de la Universidad Católica y miembro de la Academia por la
Vida del Vaticano opina: "El hombre, en su deseo de omnipotencia,
iría a la búsqueda de la réplica de
individuos dotados de ingenio y belleza excepcionales. Es el
dominio de
unos pocos sobre la totalidad de una humanidad programada. El
embrión, aun en su estadio inicial, es un hombre y
cosificarlo —manipularlo— no sólo pone en
peligro su vida sino que lesiona su dignidad e integridad
personal. Usar
la clonación como recurso terapéutico no se
justifica".

Disposiciones
legales

Antes del anuncio, en febrero de 1997, de la clonación
de una oveja mediante transferencia nuclear a partir de
células somáticas, la legislación en vigor
en varios países ya impedía la clonación
humana con fines reproductivos, a veces de forma
implícita. Desde entonces, muchos países han
adoptado decretos o promulgado medidas legislativas para prohibir
explícitamente la clonación humana con fines
reproductivos. Algunos países, sin embargo, abogan por una
moratoria que brinde tiempo
suficiente para llevar a cabo estudios multigeneracionales en
animales, comprender mejor la técnica y su grado de
inocuidad, y mantener un debate público informado.

7. A nivel internacional, el posible uso potencial de la
clonación humana con fines reproductivos ha sido condenado
por la OMS y por otras organizaciones y
grupos, entre los que cabe citar el Parlamento Europeo, el

Grupo Asesor de la Comisión Europea sobre las
Repercusiones Éticas de la Biotecnología, la Cumbre
de los Ocho en Denver, la Conferencia
General de la UNESCO y el Consejo de Europa. Algunos documentos
tienen carácter declarativo, mientras que otros, como el
Protocolo Adicional del Consejo de Europa sobre la
prohibición de clonar seres humanos (*Convención
sobre los Derechos Humanos y la Biomedicina), son vinculantes
para los Estados signatarios.

8. La OMS está preparando un inventario de
leyes y reglamentos nacionales e internacionales sobre la
clonación para atender las necesidades de los Estados
Miembros en ese terreno.

Legislación vigente hasta el momento en diferentes
países.

País

Situación legal actual y debates
ante la opinión pública

¿Existen proyectos de nuevos marcos legales?

Alemania

Prohibida por la Ley de Protección
del Embrión (1990)

El DFB, principal organismo de
financiación pública de investigación
biomédica recomendó (mayo 2001) que se
permitiera investigación con ES.

Creación del Consejo Nacional de
Ética, que está abordando estos temas (mayo
2001).

El Bundestag decidió (30-1-2002)
permitir la importación de células madre
embrionarias para investigación, bajo controles
rigurosos

Australia

Permitida investigación con
embriones, incluyendo la creación de embriones para
investigación

 

Austria

Prohibida la investigación con
embriones. No se crean embriones sobrantes.

 

Bélgica

No hay legislación específica
sobre la investigación en embriones humanos

Actualmente se está debatiendo un
proyecto
de ley gubernamental

Canadá

No legislación. El MRC financia
estudios sobre embriones sobrantes hasta 17 días.
Creación de embriones para investigación.

Proyecto de ley que autorizaría
estudios con ES derivadas de embriones sobrantes, pero
prohibiría la creación de embriones para
investigación, incluida la clonación
terapéutica

Dinamarca

Prohibida. Embriones sobrantes de FIV se
destruyen enseguida

La Ley sobre reproducción asistida
sólo permite investigación para mejorar las
técnicas de fertilización in vitro y el
diagnóstico preimplantatorio

El Ministro de Sanidad está
preparando una revisión de la legislación

España

La Ley 38/1988 sólo permite
investigación con embriones "no viables" sobrantes
de FIV, de hasta 14 días. En embriones viables
sólo se permite intervenciones diagnósticas y
preventivas para beneficio del embrión

El 2º informe de la Comisión
Nacional de Reproducción Humana Asistida ha
recomendado al Gobierno que permita la investigación
con embriones "sobrantes" bajo ciertas condiciones. El
Gobierno no ha dado ningún paso, pero tampoco
está permitiendo un debate social y
parlamentario

Estados Unidos

No financiación federal sobre
embriones. Reciente aprobación de uso de
líneas de células madre ya generadas, pero no
al empleo de dinero
público para derivar nuevas líneas ni para
usar embriones en investigación.

Libertad en el sector privado. Algunos
estados tienen regulaciones restrictivas, y otros la
permiten hasta el día 14.

Grupos de presión a favor de la
clonación terapéutica:

 

"Coalición para el avance de la
investigación Médica", formada por American
Society for Cell Biology, Juvenile Diabetes Foundation,
Universida de Harvard, etc.

 

Carta de 80 premios Nobel al Presidente
Bush

 

Francia

La Ley de 1994 prohíbe la
investigación no terapéutica sobre embriones.
Permitida la investigación con blastómeros de
hasta 14 días, pero no la investigación que
suponga su destrucción

Consejo de Estado:
recomendación para que se permita investigar en
células madre con embriones sobrantes. Similar
propuesta del CCNE (Comité Consultivo Nacional de
Ética)

Holanda

Investigación sobre embriones
sobrantes. Moratoria sobre creación de embriones

Proyecto de Ley presentado al Parlamento en
2000. Nueva legislación para regular la
investigación con embriones y células
madre

Irlanda

No hay legislación
específica, pero la Constitución (1937, reformada en
1983) protege al embrión desde el inicio

No se está preparando nueva
legislación. Pero un Comité sobre
Reproducción Asistida está tratando el tema
de las células madre y emitirá un informe en
2002

Italia

No hay legislación

Se está preparando un proyecto de
ley sobre fertilización asistida

Japón

Ley del Parlamento (noviembre 2000) que
autoriza investigación con embriones sobrantes de
FIV y la creación de embriones por clonación
(transferencia de núcleo som.)

 

Noruega

Prohibida

 

Conclusiones

Las implicaciones bioéticas de esos procedimientos, a
pesar de los propósitos "humanísticos" de quien
anuncia curaciones espectaculares por este camino que pasa por la
industria de
la clonación, son enormes y requieren un juicio sereno
pero firme, que muestre la gravedad moral de ese proyecto y
motive su condena inequívoca.

Ante todo, es preciso decir que la finalidad
"humanística" a la que se remite no es moralmente
coherente con el medio usado; manipular a un ser humano en sus
primeras fases vitales a fin de obtener material biológico
necesario para experimentación de nuevas terapias,
llegando así a matar a ese ser humano, contradice
abiertamente el fin que se busca: salvar una vida (o curar
enfermedades) de otros seres humanos. El valor de la vida humana,
fuente de igualdad entre
los hombres, hace ilegítimo un uso meramente instrumental
de la existencia de uno de nuestros semejantes, llamado a la vida
para ser usado solamente como material biológico.

En segundo lugar, esta manera de actuar cambia totalmente el
significado humano de la generación, que ya no se piensa y
realiza en orden a la reproducción, sino que se programa con
fines médico-experimentales (y por eso también
comerciales).

Este proyecto se alimenta con la progresiva
despersonalización del acto generativo (introducida con
las prácticas de la fecundación
extracorpórea), el cual se convierte en un proceso
tecnológico que transforma al ser humano en propiedad para
uso de quien, en un laboratorio, es capaz de engendrarlo.

En la clonación humana con fines
terapéutico-comerciales, se altera la figura misma del
"progenitor", reducido al rango de prestador de un material
biológico con el que se engendra un hijo-gemelo destinado
a ser usado como suministrador de órganos y tejidos de
recambio.

Esta manera de actuar es contraria incluso a la
Convención europea sobre los "derechos del hombre y la
biomedicina", la cual, a pesar de permitir -y se trata de una
opción que consideramos lamentable y moralmente
ilícita- la utilización de embriones
supernumerarios obtenidos con los métodos de
fecundación artificial, sin embargo prohibe su
producción con fines experimentales (art. 18 b). El hecho
de que el Reino Unido no haya firmado aún esa
Convención no es motivo suficiente para subestimar el
principio expresado por la Convención europea, que
sanciona el derecho de todo ser humano a no ser engendrado para
fines diferentes de la reproducción misma.

En el caso que aquí estamos examinando, además,
no se utilizan los criterios de la experimentación,
arriesgada o no arriesgada, sino que se avala el principio
según el cual sería legítima una
utilización del ser humano que implique su
destrucción.

Pero esa manera de actuar está en flagrante
oposición con los derechos del hombre, dado que
permitiría utilizar a un ser humano vivo para obtener de
él células o tejidos, aunque sea para el bienestar
de otro individuo, incluso cuando eso implica la muerte del
ser humano utilizado.

El principio que de hecho se introduce, en nombre de la salud
y del bienestar, sanciona una auténtica discriminación entre los seres humanos
según la medida de los tiempos de su desarrollo
(así un embrión vale menos que un feto, un feto
menos que un niño y un niño menos que un adulto),
trastocando el imperativo moral que, por el contrario,
precisamente impone defender y respetar con el máximo
empeño a los que no son capaces de defender y manifestar
su intrínseca dignidad.

La civilización occidental, que ha sabido emanciparse
de las discriminaciones raciales y ha sancionado el derecho de
todo ser humano a ser tratado como miembro de la familia
humana, independientemente de sus condiciones de salud, edad y
estado social, ahora corre el peligro de permitir, con la
mediación de la tecnología, la llegada de una nueva
barbarie.

El proyecto de la clonación humana con fines
terapéutico-comerciales manifiesta el regreso del
darwinismo social en el que se fundó el racismo
poeudocientífico de fines del siglo XIX.

La práctica de la clonación no puede encontrar
ninguna legitimación ni siquiera en las discusiones
referentes a la identidad
individual y personal del embrión obtenido en forma
programada en un laboratorio: se trata de un nuevo ser humano,
intrínsecamente orientado a su desarrollo y a su plena
maduración individual, que se actuaría si no se lo
impidieran a sabiendas. Tampoco tiene consistencia la referencia
al hecho de que estos seres humanos en fase embrional, destinados
a proporcionar células y tejidos, no sean capaces de
sentir dolor: la ausencia de dolor no justifica la
supresión de un ser humano; matar a un hombre bajo
anestesia seguiría siendo un homicidio.

Es demasiado evidente que aquí, apelando al criterio de
la salud, se cuenta con la complicidad del egoísmo
colectivo: la estrategia
lingüística con la que se quiere
anular el significado moral de la clonación humana (por lo
que hoy se ha introducido el término "cuerpo embrioide"
para referirse al embrión construido in vitro mediante la
clonación y destinado a ser destruido deliberadamente)
manifiesta el disgusto originario frente a la convicción
de que se está proyectando engendrar, usar y eliminar a
uno de nosotros.

En cambio, es preciso tener la valentía de mirar a
través del microscopio
electrónico y reconocer que allí no hay una
célula cualquiera, no hay un material genético
amorfo, sino que hay un ser humano que inicia su camino vital.
Los fines terapéuticos, aunque fueran verdaderos y no
sólo hipotéticos y sustitutos de delitos
reales, no justifican jamás el asesinato programado de un
semejante o su producción en serie.

La lógica
que domina en este proyecto está vinculada al mercado
biotecnológico, y no tiene nada que ver con el momento
cognoscitivo propio de la ciencia. No podemos olvidar que a este
resultado se ha llegado con la puesta en marcha de la
procreación artificial, cuando se procedió a
separar el momento y el hecho procreativo de la expresión
del amor conyugal
y personal: este hecho ha entregado el embrión a la
explotación biotecnológica y comercial.

La ciencia ha sabido encontrar, y pensamos que puede
encontrar, formas de terapia para las enfermedades de base
genética o degenerativa a través de otros
procedimientos, como la utilización de células
estaminales tomadas de la sangre materna o de abortos
espontáneos, prosiguiendo las investigaciones en el campo
de las terapias génicas y recurriendo de nuevo al estudio
sobre los animales: si, por hipótesis, la única vía
posible fuera, por el contrario, la de la clonación
humana, entonces sería preciso tener la valentía
intelectual y moral de renunciar a este camino, dado que imponer
el origen y la muerte de uno
de nuestros semejantes para garantizar la salud es un acto de
injusticia que lesiona en sus fundamentos nuestra dignidad y
nuestra civilización.

Bibliografía

Mirsky, S. y Rennie, J.: "Clonación y terapia
génica" en Investigación y Ciencia.
Agosto, 1997.

J. David Rawn. Bioquímica. Interamericana Mc
Graw-Hill, 1990.

Piper, L. y Ruvinsky, A.: The Genetics of Sheep
(Australia: University of New England, 1997).

R. Moor, C. Lee y J. Fulka (1998): "El contexto de la
clonación: células germinales, fecundación y
desarrollo
embrionario", en En las fronteras de la vida: ciencia y
ética de la clonación,
Fundación
Ciencias de la
Salud, Ediciones Doce Calles, Madrid, pp.
22-51.

Informe sobre la clonación: en las
fronteras de la vida
, Instituto de Bioética de la
Fundación Ciencias de la Salud, Ediciones Doce Calles,
Madrid.

Clonación. Enciclopedia Universal Multimedia
©Micronet S.A. 1999/2000

Clonación. Microsoft
® Encarta ® Biblioteca de
Consulta 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation.
Reservados todos los derechos.

 

 

 

Autor:

Domingo Peña Nina

[1] [2] I. Wilmut, A.E. Schnieke, J. McWhir,
A.J. Kind, K.H.S. Campbell (1997): "Viable offspring derived
from fetal and adult mammalian cells", Nature 385: 810-813.

[2] [3] Un artículo de
divulgación sobre algunas modalidades de
clonación y sus posibilidades terapéuticas: I.
Wilmut (1999): "Clonación con fines médicos",
Investigación y Ciencia 269: 24-29.

[3] FUENTE:  Diario de la Capital de Mar
de la Plata Link a la Noticia

Partes: 1, 2
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