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Traducción del ensayo de David Perkins y análisis de los signos de puntuación en la traducción (página 2)



Partes: 1, 2, 3

Finalmente considero que debe ser positivo este tipo de
ideas nuevas para trabajar en un proyecto de
grado. Pienso que se debe tener en cuenta aquellas teorías
nuevas que oxigenen la cátedra en la universidad. Por
eso considero importante traducir, al menos en parte, este
libro para que
estas nuevas ideas puedan ser trabajadas por otros estudiantes en
el área de los Estudios Literarios.

Análisis
general de la obra que se va a traducir

El libro titulado Theoretical Issues in Literary
History
es una compilación de trabajos
teóricos que se introducen en el debate sobre
la historia de la
literatura,
debate que a lo largo del siglo XX, se ha intensificado en el
ámbito de la crítica
literaria. Esta polémica se focalizado en la manera
como tradicionalmente se configuran las historias de la
literatura; en esta medida, analiza la forma como éstas
definen los géneros, construyen períodos y
cánones literarios. El artículo escrito por David
Perkins (incluido en esta compilación) intitulado
"Clasificaciones literarias: ¿cómo se han hecho?"
aborda el problema de la periodización; este problema ha
sido objeto de variados estudios dentro de la polémica
sobre cómo se debe escribir la historia literaria. Las
clasificaciones literarias han sido redefinidas, reevaluadas y,
en algunos casos, cuestionadas por la crítica, que últimamente reflexiona
sobre los problemas que
afronta el historiador de la literatura.

Este problema es retomado por René Wellek, por
ejemplo, en un artículo titulado "Períodos y
movimientos en la historia literaria"; en éste
artículo, Wellek describe la forma como se ha concebido la
noción de período: en muchas historias no deja de
ser una simple etiqueta lingüística, que se le adjudica a una
etapa del desarrollo
literario; en otras es una herramienta dependiente de la
periodización, configurada por otros discursos
históricos y, en la opinión de algunos
críticos, sofisma que niega la imposibilidad de escribir
una historia literaria, ya que, según ellos, la literatura
está fundada únicamente por valores
eternos, inmutables y acabados. El anterior ejemplo demuestra
hasta qué punto el concepto de
periodización ha sido objeto de múltiples
replanteamientos y controversias.

David Perkins, por su parte, recalca, en el
capítulo que se va a traducir, la necesidad de las
clasificaciones literarias para la historia, para comprender y
para abordar la literatura inmersa en un proceso
histórico. Los historiadores, al valerse de las
clasificaciones literarias, homogenizan fenómenos que por
naturaleza no
lo son; por lo tanto, terminan construyendo generalizaciones.
Perkins, en la introducción del libro, describe el objeto
de su estudio sobre las clasificaciones; además, como lo
indica el título de su trabajo,
Perkins explora el fondo y los motivos por los cuales los
historiadores han hecho sus clasificaciones literarias; de esta
manera, señala seis aspectos que han condicionado la forma
como los historiadores han construido las clasificaciones
literarias en la historia de la literatura. El primero de estos
seis aspectos es la mediación de criterios
estéticos pertenecientes a la tradición de las
historias literarias, a la hora de establecer una
clasificación. El segundo punto es la certeza de que una
historia literaria no puede revolucionar totalmente los criterios
bajo los cuales se han construido tradicionalmente los
períodos literarios; no le es fácil partir de cero
y evadir el peso de una tradición. El tercero es la
incidencia de la ideología del historiador que, aparte de
sus valoraciones estéticas, interfiere en sus
periodizaciones literarias. El cuarto es la mediación del
debate sobre la actitud
historiográfica, es decir, la pulsión de
legitimarse a sí mismo como historiador. El quinto es la
creencia de que una historia literaria debe tener una
dimensión estética, un principio de organización y un equilibrio de
argumentación. Por último, el sexto es la
aceptación por parte de los historiadores de las
periodizaciones creadas por los artistas; periodizaciones que por
lo general son producto de la
autoconciencia de los escritores, de su ubicación en la
historia y de la autolegitimación de los algunos
movimientos literarios.

De esta forma, Perkins retoma las diferentes
alternativas por las que han optado los historiadores de la
literatura para establecer sus clasificaciones literarias,
observando así los procedimientos a
los que ha recurrido esta tradición
historiográfica. Su intención no es proponer una
nueva manera de construir clasificaciones literarias, sino
reconocer el valor de
éstas para la historia al hacer un balance de cómo
se han conformado las mismas en las historias
literarias.

2.1. IMPORTANCIA DE LA OBRA EN EL CAMPO DE
LA DISCIPLINA QUE
TRATA.

Durante el siglo XX la historia de la literatura ha
caído en un descrédito del cual le ha sido
difícil superarse. Básicamente lo que se ha
criticado es la forma tradicional como se han concebido las
historias literarias. En muchas ocasiones, y principalmente
durante el siglo XVIII y XIX, las historias literarias no dejan
de ser un catálogo de obras y autores, o son subsidiarias
de otros discursos históricos, o han seguido en su
configuración pretensiones nacionalistas e
ideológicas. Las teorías literarias críticas
del siglo XX revalidaron los métodos y
procedimientos tradicionales, bajo los cuales se han escrito las
historias de la literatura. El marxismo y el
formalismo, entre otras, buscaron salvar a la historia literaria
del vacío en el que se había sumido, abordando la
literatura desde otras vías de aproximación. En
este sentido, la necesidad de establecer una relación
entre una obra y su contexto social; la exigencia de buscar una
"idea básica", que pretenda darle un carácter totalizador a la historia (el
idealismo); la
noción de lo "clásico", que implique el otorgar un
carácter supratemporal a las "obras maestras"; o la idea
de la autonomía semántica del texto que lo
lleve a liberarse de todo condicionamiento histórico y
social (formalismo), no son más que reacciones y
respuestas a las diversas inquietudes que surgen al leer aquellas
historias "tradicionales" de la literatura. Las cuales antes de
dar a conocer aspectos fundamentales de los fenómenos
literarios a través de los tiempos, lo que hacen es
reducir la obra en su potencialidad semántica y
convertirla en un simple suceso ubicado en una lista de
acontecimientos que vienen a contextualizar cierto periodo
histórico, o a ser exponentes de cierto género
literario. El hecho de que el formalismo replantee las bases de
la teoría
literaria y se pregunte de nuevo sobre el concepto de lo
literario, que le dé predominancia a la obra como ente
significante por sí mismo, y, que, sobre todo, con su
noción de la "literariedad", la diferencie de otros
discursos históricos y culturales, hace pensar en la
evidencia de la crisis en la
que había recaído la historia de la literatura;
pero más que eso, en la decadencia de la definición
de la misma. Por consiguiente, el repensar en la literatura, en
su valor artístico, en la función
del lector y en el papel de la interpretación en la esencia de la misma,
ha sido un factor determinante a la hora de replantear la
escritura de
su historia.

En este debate crítico se instaura esta
compilación de ensayos
titulada Theoretical issues in literary history. Su
importancia en el ámbito de la literatura es que abarca
diferentes miradas y temáticas importantes en la
polémica sobre la historia literaria. De esta forma, tiene
un capítulo sobre la teoría del
género, otro sobre el antihistoricismo de Benedetto
Croce, otro sobre las clasificaciones literarias, etc. En este
sentido, se retoman las diferentes perspectivas críticas
sobre las historias literarias y se hace un recuento de
cómo y bajo qué presupuestos
se han criticado éstas. Así, en la
introducción escrita por David Perkins, éste hace
un estado de la
cuestión y contextualiza la polémica crítica
en torno a la
historia de la literatura. La necesidad de encontrar un punto de
partida o de definir la función social de la historia de
la literatura, la mediación de las instituciones
y las ideologías en ésta, el ataque y el
escepticismo frente a la misma, el problema de la
periodización y de las clasificaciones literarias son
algunos de los tópicos más frecuentes en este
debate crítico, tópicos que son abordados en este
trabajo. A pesar del descrédito de la historia de la
literatura, aludido antes, ésta ha recobrado cierta
validez gracias a los presupuestos de la estética de la
recepción. Al concebirse al historiador ante todo como un
lector y al pensar que la dimensión histórica de
una obra se equipara con su dimensión estética y
con su potencialidad semántica, se observa desde otra
perspectiva la historia de la literatura. Por otro lado, es
complejo hacer una división tajante entre crítica,
teoría e historia literaria, ya que las dos primeras en
algún momento se basan en el
conocimiento aportado por esta última, y el
historiador no puede dejar de ser un crítico al ser un
intérprete ubicado en su presente. Las anteriores
reflexiones no han pasado desapercibidas por los estudios
literarios. Los trabajos monográficos y teóricos
que han reflexionado sobre la historia de la literatura, sobre la
importancia de redefinirla son prueba de lo anterior. Así
mismo, los cursos de profundización sobre la
relación entre la historia y la literatura, y sobre la
estética de la recepción en la carrera de Estudios
Literarios dejan ver hasta qué punto el debate sigue
vigente en el ambiente
crítico. La preocupación por la historia de la
literatura colombiana y la necesidad de una lectura
crítica de la misma son algunos de los objetivos
principales de la Maestría en Literatura Colombiana,
maestría que se abrió el primer semestre de
2005.

Marco
teórico

Para el marco
teórico tomaré el libro de Juan Gabriel
López Guix y Jacqueline Minett Wilkinson llamado
Manual de traducción inglés
/ castellano.

La clave de este libro es que recoge, con ejemplos, los diversos
problemas que se pueden presentar durante una traducción.
Los autores usan un enfoque deductivo para desarrollar los
diferentes temas planteados en el libro. El punto de partida
según los autores es tener en cuenta que una
traducción es una toma de
decisiones; en este proceso tenemos dos etapas: las diversas
interpretaciones del texto de partida y las diferentes maneras de
expresar las ideas en el texto de llegada. En capítulos
más adelante los autores describen las
características que pueden o no tener en común las
lenguas;
así como una breve historia de las dos lenguas que nos
conciernen en este trabajo, naturalmente el inglés y el
español;
también contiene un análisis de la estructura
gramatical de estas dos lenguas, de hecho hay dos
capítulos destinados a las diferencias que hay entre el
español y el inglés, en cuanto a la
puntuación se refiere. Este análisis es importante
dentro de mi trabajo monográfico, en particular, porque,
teniendo yo que limitar el análisis a un área
específica, escogí las diferencias de
puntuación que tienen el inglés y el
español; obviamente, este estudiante no ha olvidado el
papel que tiene el traductor -tan importante que ningún
programa de
computador,
por sofisticado que éste sea, lo ha podido remplazar- como
puente entre el autor (texto de partida) y el lector (texto de
llegada). Este papel le da una responsabilidad extra al traductor, porque, en
este proceso, éste tiene que hacer una
interpretación del texto de partida, diferente a la que
haría cualquier lector convencional; esta
interpretación debe ser más profunda, debe
desmenuzar el texto y abordar las estructuras
internas para, de esta forma, lograr un producto final en donde
los rasgos del texto de llegada conserven la misma esencia del
texto de partida. Esta parte del libro me dio una visión
más clara de lo que debía ser el punto de inicio de
mi trabajo de traducción. Para empezar hay que notar que
existen diferencias entre el uso de los distintos signos de
puntuación entre el inglés y el español.
Debo subrayar "entre el uso", ya que los signos de
puntuación, desde el punto de vista tipográfico,
son los mismos tanto en el inglés como en el
español; y así como encontramos diferencias en su
uso, también podemos encontrar, fácilmente,
similitudes.

Claro que aparte de la puntuación, hay que
repasar un poco la teoría de la traducción; en el
manual de
traducción hay diversos enfoques y teorías. Sin
embargo, la teoría de Peter Newmark tiene algo atractivo:
en su A Textbook of Translation (1988),
él tiene en cuenta la "intención textual, el tipo
de texto, el tipo de lector, las escalas estilísticas, la
actitud del autor, el marco de recepción de la
traducción, la "autoridad" del
texto, el grado de denotación y connotación,
así como los aspectos culturales"[1]. Al
tener en cuenta todas estas variables,
encuentro que la traducción es algo que puede llegar a ser
subjetivo pues dos traductores diferentes siempre tendrán
ideas diferentes sobre la interpretación de todos estos
aspectos. También tiene en cuenta dos tipos de
traducción: el arte que
pertenece al campo semántico y el oficio que está
relacionado con el aspecto comunicativo. El primer tipo de
traducción esta dirigido a los textos literarios, y en
ellos hay que tener en cuenta el efecto emocional del texto de
llegada en el lector. En el segundo método
encontramos una herramienta de aplicación para los textos
informativos, donde el impacto emocional no es tan importante.
Para este proyecto en particular voy a tener en cuenta este
segundo aspecto, ya que, como lo he descrito anteriormente,
el ensayo a
traducir, aunque habla de literatura, es un texto teórico,
en el cual lo importante es tener en cuenta la utilización
de un corpus de conocimientos (Manual de
Traducción
1997). Esto quiere decir que lo más
importante aquí es la correcta utilización del
vocabulario, para lo cual es necesaria la asesoría de un
profesor de
esta área de estudio. Posteriormente en su libro
Paragraphs on Translation (1993), Newmark unifica su
teoría dual (Traducción
Semántica/traducción comunicativa) en lo que llama
una teoría correlativa que intenta responder a la
pregunta: ¿cuándo hay que alejarse del texto y
cuándo no? Esta teoría formula tres proposiciones:
a) cuanto más importante sea el lenguaje de
un texto, con mayor precisión debe traducirse; b) cuanto
menos importante sea, con menor precisión debe traducirse,
c) cuanto mejor escrita este una unidad del texto, más
precisa debe ser la traducción. Esta escala
móvil de la importancia del lenguaje del
texto determina la actitud del traductor ante cualquier texto y
puede estar dada por factores situacionales, por el valor que el
traductor le da al texto o por el propio leguaje del texto. Para
este trabajo en particular, me focalizaré en lo que
Newmark llama ""communicative" translation" que, como ya
dije atrás, es la traducción de aquellos textos que
tienen un carácter informativo. Newmark resalta la
importancia de alcanzar un buen nivel de lenguaje escrito;
tenemos que tener en cuenta que un texto como el que se tradujo
en este trabajo carece, salvo algunas excepciones, de lenguaje
coloquial, de expresiones cargadas con un alto sentido emocional,
como las que se encontrarían en un texto literario (en
donde nos focalizaríamos más en el aspecto
semántico). Además él expone en su obra
A text book of translation, que la mejor manera de
traducir es buscar entre las teorías que haya a la mano,
la que mejor se adapte a las dificultades que presente cada texto
en particular.

Teniendo en cuenta lo anterior, voy a describir
brevemente algunas teorías sobre traducción. La
primera de ellas es la de Nidia y Taber. Ellos se basaron en la
etnografía, en factores socioculturales y
en la Gramática Generativa Transformacional; de
esta forma propusieron tres estadios en su modelo
comunicativo: el análisis, la transferencia y la
reestructuración. En el Manual de
traducción
, dice que el primer objetivo en
este modelo es el de obtener "el equivalente natural más
cercano", poniendo el sentido en primer plano, y después
el estilo; Nidia propone dos tipos de equivalencia: la
equivalencia formal, en la que se reproducen las
características formales del texto de partida en el texto
de llegada; y la equivalencia dinámica, que busca que la respuesta del
lector del texto de llegada sea esencialmente la misma de la del
lector del texto de partida. La segunda teoría que quiero
tocar es la de Vinay y Darbelnet. Estos estudiosos del tema
representaron la escuela
franco-canadiense; propusieron tres planos: el léxico, el
gramatical y el mensaje. Su comparación se hizo de la
traducción entre el inglés y el francés,
además le dieron piso a su teoría con los estudios
que hizo Saussure sobre el signo lingüístico y la
dualidad de la lengua-habla.
El primero de los planos que ellos proponen es el léxico y
en él se establece la relación que surge de la
diferencia entre el significado y el significante. El segundo
plano es el gramatical, aquí estudiaron la oración
y su sintaxis; también agruparon todos los casos en siete
procedimientos de traducción: tres para la
traducción directa (préstamo, calco y
traducción literal) y cuatro para la traducción
oblicua (modulación, transposición,
equivalencia y adaptación). El tercer plano es el del
mensaje que abarca no sólo el contexto
lingüístico, sino también el contexto
extralingüístico.

Antes de continuar con otras teorías, quiero
profundizar un poco en lo que se refiere a los procedimientos de
traducción. Considero que estos procedimientos son una
guía práctica para afrontar cualquier dificultad
que se pueda presentar a la hora de traducir cualquier texto. En
este trabajo en particular, aunque su objetivo final fue el
análisis de la puntuación, indudablemente tuve que
echar mano de estos procedimientos.

Los tres primeros, como ya dije, son: préstamo,
calco y traducción literal; y pertenecen a la
traducción directa. El préstamo es la
adaptación fónica y morfológica de una
palabra; especialmente aquellas que pertenecen a un campo
técnico como las comunicaciones, la medicina,
ingeniería, educación, etc. Por
lo general son palabras que son aceptadas en el idioma original
por los profesionales de estas áreas, y pertenecen a su
jerga profesional. El calco "…toma prestado", según
Vinay y Darbelnet, "de la lengua extranjera el sintagma, pero se
traducen literalmente los elementos que lo componen."

Es interesante anotar que este recurso en particular,
según López y Wilkinson, contribuye a evitar el uso
de extranjerismos. El último proceso dentro de la
traducción directa, es la traducción literal; este
tipo de traducción es simplemente "el trasvase palabra por
palabra" de la estructura en la lengua de partida a la estructura
en la lengua de llegada. Yo creo que en el caso del inglés
y el español éste puede ser el menos efectivo de
los procesos de
traducción, ya que en la mayoría de los casos el
carácter "cortante" de la lengua inglesa va en contra del
"expresivo" de la lengua española. Por otro lado tenemos
la traducción oblicua y sus cuatro procesos:
modulación, transposición, equivalencia y
adaptación. La modulación es una variación
del mensaje teniendo en cuenta la manera de ver las cosas por
parte del lector en la lengua de llegada; soluciona así,
creo yo, la dificultad que presenta la traducción literal,
ya que la modulación tiene en cuenta la diferencia entre
los dos idiomas, teniendo en cuenta las categorías de
pensamiento,
en lugar de las categorías gramaticales.

El segundo proceso en esta categoría de
traducción oblicua es la transposición. Ésta
modifica la categoría gramatical de una parte de la
oración sin cambiar el sentido general; así que
tenemos un herramienta a la hora de traducir expresiones como
"out of order" por "no funciona" (ejemplos estos del
Manual de traducción). La equivalencia, por otro
lado, es como una versión mejorada de la
modulación, ya que esta "abarca la totalidad del mensaje"
y se mueve en el campo semántico, en lugar del
léxico. Creo que es apropiado, en beneficio de la
claridad, ilustrar esto con un ejemplo: "birds of one feather
flock together"
que al aplicar la equivalencia tenemos "Dios
los cría y ellos se juntan". Finalmente tenemos que la
adaptación "se aplica a los casos en que la
situación a la que hace referencia el mensaje no existe en
la lengua de llegada y tiene que crearse en relación con
otra situación, considerada equivalente. Se trata pues de
un caso particular de la equivalencia, una "equivalencia de
situaciones."" Lo que hace este tipo de traducción es
ambientar una situación propia de la cultura de la
lengua de llegada, para remplazar otra propia de la lengua de
partida, que no existe en la lengua de llegada; y así, de
esta forma, darle un contexto a lo que se tradujo para hacerlo
más comprensible.

Ahora bien, López y Wilkinson agruparon tres
procesos más, que definieron ellos mismos: la
expansión, la reducción y la compensación.
De la misma manera que hice anteriormente voy a explicar
brevemente en qué consiste cada uno de ellos.

La expansión parece tocar el campo
sintáctico; para explicar mejor lo que quiere decir este
tipo de traducción, López y Wilkinson proponen el
siguiente ejemplo: "…Peter staring out of the window
or at a blank sheet of paper on his desk
(…)";
éste se tradujo como: "…Peter mirando por la
ventana o contemplando la hoja en blanco que tenía sobre
el pupitre (…)". El verbo "staring" ha producido
dos construcciones en español: "mirando" y "contemplando";
esta "ampliación" en el número de palabras se hizo
por razones estilísticas, ya que el mismo autor dice que
con una traducción literal como "mirando por la ventana o
la hoja en blanco" es correcta. Por otro lado, tenemos que "a
blank sheet of paper
" se tradujo como "la hoja en blanco"
eliminando así las palabras "de papel". Siguiendo con las
definiciones, en las que no quiero ahondar demasiado, la
reducción puede ser el caso contrario a la
"expansión"; el autor asegura que es menos frecuente, en
la traducción del inglés al castellano, que la
expansión; es así que por razones
estilísticas o estructurales el resultado en
español es más conciso que la expresión
inicial [esta oración suena un poco equívoca: yo
entiendo que en el caso de la reducción el resultado en
español es más conciso que en inglés, pero
al insertar la frase "que es menos frencuente, en la
traducción del inglés al castellano, que la
expansión" parecería que el "es así" se
refiere a la expansión, y no a la reducción].
Finalmente la compensación busca recuperar aquellos
elementos que se han perdido en el proceso de traducción,
logrando un equilibrio entre la expansión y la
reducción.

Otro personaje que aportó a la teoría fue
George Steiner, quien se basó en lo filosófico
dirigiendo su teoría a lo cultural; propuso un modelo
hermenéutico que dividió en cuatro etapas: la
confianza inicial, "el impulso de generosidad del traductor
basado en la presuposición de que hay algo que merece
comprenderse"; la agresión, esta implica "invasión"
y "extracción"; la incorporación, que es la
"importación de la significación y la
forma"; Y finalmente una reestructuración del equilibrio.
Según López y Wilkinson lo que propone Steiner es
poner la traducción en "el eje central de la
cultura".

Otro aporte a la teoría lo hizo Louis G. Nelly
con su libro The true interpreter (1979). Él
presenta tres funciones para la
traducción. La primera de ellas es la función
simbólica, que es la traducción literal y,
además, está centrada en el objeto; la
función sintomática que se focaliza en el emisor y
que alcanzaría una alta traducción; finalmente, la
función señalizadora que trata de influenciar los
pensamientos y las acciones
centrando su atención en el receptor. Kelly se
caracteriza por haber criticado la mayoría de los modelos por
"haber mal interpretado la naturaleza del signo
lingüístico y desatender alguno de sus aspectos." Y
en general porque consideraba que muchos teóricos no
tuvieron en cuenta aspectos como los usos no literales del
lenguaje. Según López y Wilkinson, otro libro que
puede tomarse en cuenta es el de Jean Delisle, L"analyse du
discours comme méthode de traduction
(1984). En este
texto saltan a la vista tres operaciones en el
proceso intelectual de la traducción: la
comprensión, la reformulación y la
comprobación. La primera hace referencia a qué es
lo que se quiere decir; la segunda es la "reexpresión" de
los conceptos en la otra lengua; y finalmente el último de
ellos consiste en la comprobación, por parte del
traductor, de la exactitud de la solución dada a
determinado problema. Para terminar hace también
distinción entre dos tipos de equivalencias; las que se
dan entre palabras o frases "transcodificación" y las que
se dan en los mensajes o enunciados
"traducción".

Otra particularidad de este autor es que se interesa
particularmente por la enseñanza de la traducción, en la
que el dominio del
lenguaje es su objeto principal, distinguiendo así cuatro
aspectos: los usos establecidos de redacción, la exégesis léxica
(vocablos monosémicos o nivel cero, acepción
contextual pertinente o primer nivel, y redacción
contextual o segundo nivel), la interpretación de la carga
lingüística y la organicidad contextual o lo que es
la coherencia del texto. Otro libro del que hacen referencia
López y Wilkinson es el Text analysis translation
de Christiane Nord. Éste le da importancia a la finalidad
del texto de llegada; es así que presenta un modelo de
análisis textual en el texto de partida, que "trata de
establecer la función del texto original para luego
reproducirla en el texto de llegada." Al mismo tiempo es
primordial la función comunicativa en la que se integran
los rasgos sintácticos y semánticos; por otro lado
presenta un modelo aventajado en la medida en que puede ser
válido para todos los textos sin focalizarse en sus
características, sin embargo su propuesta parece estar
más orientada a la enseñanza de la
traducción. Ya para terminar con las referencias
teóricas que nos ofrecen López y Wilkinson en su
Manual de traducción, voy a hacer alusión
al último autor. Basil Hatim e Ian Mason y su libro
Discourse and the Translator (1990) introduce el estudio
sociolingüístico y pragmático, dejando,
así, de lado la preocupación de los otros autores
sobre las funciones o los tipos de texto; al tiempo que presenta
tres dimensiones del contexto. En primer lugar está la
comunicativa, en donde se tienen en cuenta variaciones
relacionadas con el uso y el usuario de la lengua; después
tenemos la pragmática que está determinada por los
propósitos de la enunciación y todo lo que
éstos encierran; y al final, la semiótica en la que se toma en cuenta al
signo.

Más adelante, durante el análisis de la
traducción, mostraré otras referencias
teóricas. Estas tendrán que ver, por supuesto, con
el tema de análisis escogido por mí en el proyecto
para la monografía, que, como ya enuncié
anteriormente, está orientado hacia el uso de los signos
de puntuación en los dos idiomas (inglés y
español).

3.1. METODOLOGÍA

El primer paso para este proyecto es la lectura.
Como se ha mencionado en el Manual de Traducción
de López y Wilkinson la lectura que debe hacer el
traductor debe ser diferente al la que hace el lector ordinario;
esta debe ser más profunda, siempre teniendo en cuenta que
de la interpretación que del texto de partida hace el
traductor, dependerá en gran medida la calidad del texto
de llegada. El segundo paso es el semántico. Para una
traducción no se toman las palabras, oraciones o frases
por separado. Se debe traducir el sentido y no las palabras
(Manual de Traducción 1997). Lo que sigue en
adelante es usar las herramientas
propuestas en el Manual de Traducción en el
capítulo de procedimientos de traducción y escoger
los más apropiados para resolver los problemas que van
surgiendo a medida que se avanza en la traducción del
texto, todo con miras a lograr precisión, claridad y
naturalidad.

Antes de finalizar quiero mencionar otro aspecto del
procedimiento
que considero importante. Este aspecto está relacionado
con los signos de puntuación. En el texto que voy a
traducir este aspecto es especialmente importante porque es un
texto sobre teoría literaria, dirigido a estudiantes de
literatura que pueden ser más sensibles a la mala
utilización de éstos. Sobra mencionar que el
Manual de Traducción ofrece una completa
guía acerca de la correcta utilización de estos
signos y de sus diferencias entre el español y el
inglés. Los pasos finales son la corrección de
estilo para darle finalmente al texto de llegada naturalidad, y
la lectura de éste por parte de un profesor que
esté relacionado con el tema para perfeccionar la
terminología y comprobar su utilidad practica
como texto de ayuda en clase.

Análisis
de la traducción

El análisis en el que descansa este trabajo
monográfico es sobre puntuación. Según
José Antonio Millán, lingüista formado en la
Universidad Autónoma de Madrid, "Las
letras son el cuerpo de un texto, pero rodeándolas hay una
nube de pequeños signos, a los que apenas prestamos
atención, que constituyen el auténtico
espíritu de las palabras". Esta
aseveración está contenida en el prólogo de
su libro Perdón imposible (2005). Con una breve
lectura del prólogo de este libro podemos refrescar la
importancia que tiene para el lenguaje escrito los signos de
puntuación. En ciertas ocasiones dejamos los signos de
puntuación de lado, a veces quitándoles la
importancia que tienen dentro del lenguaje escrito. En el
prólogo de Millán también encontré un
ejemplo que ilustrará en pocas palabras la importancia que
tienen los signos de puntuación dentro del lenguaje
escrito. Él hace referencia a la sentencia de muerte que
tenia que dictar un gobernante en contra de un preso. La nota que
debía dirigir decía: "Perdón imposible, que
cumpla su condena". Sin embargo al monarca le ganó su
magnanimidad y antes de firmarla movió la coma de sitio:
"Perdón, imposible que cumpla su condena." Y de ese modo,
una coma cambió la suerte de algún desgraciado.
Creo que este ejemplo es suficiente para ilustrar la importancia
que tienen los signos de puntuación en el lenguaje
escrito.

Teniendo en cuenta lo anterior es fácil reconocer
la importancia de los signos de puntuación en la
traducción escrita de textos. En el caso particular de
este trabajo de grado me focalizaré en las diferencias que
hay en el uso de los signos de puntuación en el idioma
inglés y el idioma español. En este caso en
especial describiré algunas características
significativas que tienen los signos de puntuación en
estos dos idiomas. Primero definiendo las características
individuales que tienen los signos de puntuación en cada
uno de los idiomas: inglés y español.

4.1. LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN EN
ESPAÑOL

Para empezar, y como consecuencia del orden que pretendo
llevar en este trabajo, debo dar una definición de los
signos de puntuación que se usan en español. Para
lograr esto consulté las definiciones del libro de Carlos
Bastidas Padilla Cómo Puntuar en Castellano
(2000). A manera de complemento, también use un libro de
J. Alberto Serna M. titulado Cómo Utilizar
Correctamente los Signos de Puntuación Para Redactar
Bien
(1990). El primero de los libros tiene
características, que son muy similares a su contraparte
Punctuation, libro del que hablaré más
adelante cuando me refiera a la puntuación en
inglés; ambos libros son muy agradables de leer, tienen
una gran variedad de ejemplos y definiciones bien claras del uso
específico de cada signo de puntuación.

4.1.1. La coma

Es el signo de puntuación más importante,
prueba de ello es que en los libros sobre puntuación
consultados, es el primero en ser clasificado y definido;
también es el signo de uso más frecuente, esto a su
vez explica por qué se cometen tantos errores con
él; y, además, es el signo de puntuación que
presenta, según López y Wilkinson, más
diferencias entre las dos lenguas. En su libro, Bastidas define
una veintena de caso en los que se debe usar la coma, en lugar de
otros signos que pueden, en un momento dado, cumplir con una
función similar: punto y coma, dos puntos, etc. Sin
embargo, yo voy a tratar de resumir sus usos con el objeto de
hacer menos extenso este trabajo.

La coma sirve, en primera instancia, para separar
elementos análogos como sustantivos, adjetivos, verbos,
frases, oraciones.

""… (períodos,
géneros, tradiciones, escuelas, movimientos, horizontes de
expectativa, discursos o sistemas de
comunicación) (…)""

Otro uso bien común de la coma es el intercalar
una aposición, una explicación o algo extra que se
quiera decir sobre el sujeto de la oración. En este caso
el uso o no de la coma, puede alterar el sentido de la
oración; podemos tener una oración explicativa o
especificativa, como lo muestran los siguientes ejemplos
respectivamente.

""Pero este argumento, que reemplaza el
consenso creado por Wellek, aún se concentra en la misma
cuestión (…)""

, ""…los historiadores de la
literatura clásica sostuvieron que la versificación
usualmente estaba asociada con otras características
significativas (…)""

En el primer caso, ""que reemplaza el consenso creado
por Wellek"", es sólo una explicación del sujeto
""pero este argumento""; en otras palabras si quitamos lo que
está en medio de las dos comas, tenemos que no se altera
el sentido de la oración. Por el contrario si en el
segundo ejemplo quitamos ""de la literatura clásica"",
estaríamos hablando de cualquier historiador, sin importar
el campo en el que se desenvuelve. Es así que la
decisión de usar o no la coma en este tipo de casos
depende en gran medida del significado que se le quiera dar a la
oración; en este caso en particular, este significado
está dado por la versión original en inglés
del texto que se tradujo.

Otra situación particular en la que se puede usar
la coma es en las frases elípticas. En este caso la
función de la coma es la de reemplazar un verbo que no se
quiere repetir.

""En este conjunto de mujeres poetas no
se incluye a Safo, de quien se habla en otra categoría
diferente; pero sí, a Cirinna, Myrtis, Telesilla y
Praxilla.| ""

Si omitiéramos la coma en este caso,
tendríamos que usar otro recurso como la repetición
del verbo incluir: ""En este conjunto de mujeres poetas no se
incluye a Safo, de quien se habla en otra categoría
diferente; pero sí incluye a Cirinna, Myrtis, Telesilla y
Praxilla.| "" De todas formas Bastidas aclara que este recurso se
usa ""en beneficio del estilo, de la gracia, de la economía de recursos"".

Hay otro punto en el que usamos la coma, éste es
después de la conjunción y. Creo que este
uso de la coma en español es importante para resaltar. La
razón para esto, es que es una de las diferencias, que
señalan López y Wilkinson, en cuanto al uso de la
coma entre el inglés y el español. Según los
autores del Manual de Traducción este uso no es
corriente en español, salvo cuando usamos un sujeto
diferente en la segunda oración: ""The incident destroyed
his popularity, and Lafaytte resigned from the guard in
October."; la traducción de este fragmento en el
Manual de Traducción es el siguiente: ""El
incidente destruyó su popularidad, y Lafayette dejó
la guardia en octubre"". Sin embargo, Bastidas argumenta que la
coma después de la conjunción y tiene la
función de destacar un elemento dentro de una
enumeración de elementos.

""Además, se sabía que
Wordsworth y Coleridge eran amigos, y Coleridge elogió la
poesía
de Wordsworth con frecuencia""

Aunque parece estar fuera de contexto, este ejemplo nos
muestra lo que
quiere decir Bastidas. Es así que le damos más
relevancia al hecho de que Coleridge hizo elogios a la
poesía de Wordsworth [que al hecho de que fueran amigos].
De otra manera tal vez hubiéramos podido usar otro tipo de
estrategia como
""…se sabía que Wordworth y Coleridge eran amigos,
del mismo modo Coleridge elogió la poesía de
Wordsworth con frecuencia"".

El español tiene una característica, que
le da dinamismo al lenguaje escrito: alterar el orden
sintáctico de una oración. Nuestro idioma nos
ofrece una mayor libertad para
jugar con los elementos de una expresión escrita; el
inglés, en su forma escrita, es menos flexible en este
aspecto. En esta ""ventaja"" del español sobre el
inglés, la coma juega un papel importante: nos indica que
el orden sintáctico de la oración ha sido
cambiado.

""Para hacer las clasificaciones, Allen
confió principalmente en los "factores
externos".""

En el último ejemplo, se ha cambiado el orden
natural de la oración (sujeto, verbo, complementos); el
significado de la oración seguiría siendo el mismo
si la colocáramos en el orden ""correcto"", pero ya no
estaríamos puniendo de relieve que
cualquier cosa que haya hecho Allen fue ""para hacer las
clasificaciones"".

4.1.2. El punto y coma

La definición del uso del punto y coma es menos
extensa que la de la coma; de hecho, el autor del manual se
limita a enumerar los casos en que el uso del punto y coma es
imprescindible; sin dejar de lado la importancia que tiene este
signo de puntuación, el autor nos previene sobre el hecho
de que han querido dejar que este signo de puntuación, en
particular, caiga en desuso tal vez porque puede ser reemplazado
por una coma o por un punto y seguido. El primer caso
específico donde podemos estar seguros de
poder usar el
punto y coma correctamente es cuando una idea está formada
por varias oraciones, y en cada una de ellas se introduce un
nuevo sujeto o hay cambio de
acción
verbal.

""Las clasificaciones son los principios de
organización de los cursos como "la lírica"; de las
estanterías de las bibliotecas como
lo sería la sección de "ficción
estadounidense en el siglo XIX"; de sociedades
como las divisiones de la Asociación Moderna de la Lengua
(MLA); de publicaciones periódicas como los Estudios
sobre Romanticismo
; así como de antologías,
colecciones de ensayos, conferencias y cátedras
universitarias."

Otro caso se da cuando un párrafo
contiene más de dos oraciones, en las cuales hay comas;
cuando esto sucede se usa el punto y coma para evitar confusiones
y hacer que el sentido del texto sea más claro.

""Refiriéndose a los libros
renacentistas sobre jardinería y al trabajo ético
de los reformadores protestantes, Fowler argumenta que el
clima de
opinión favorecía al ethos georgiano;
dice, además, que había entusiasmo por los poemas
ejemplares, las Geórgicas de Hesíodo y
Virgilio; y finalmente, estudia las concepciones de los
géneros en los escritos críticos del Renacimiento.""

Al igual que la coma, el punto y coma también se
usa para separar oraciones elípticas; en el siguiente
ejemplo, la segunda parte de la idea omite el sujeto de la
primera idea; de lo contrario, sería redundante y
aburrido, pues este sujeto es, además, muy
extenso.

""Nuestra duda postmoderna sobre la
unidad y la objetividad de los períodos se basa en la
historiografía de la escuela de los Annales y en
el apéndice de La mente salvaje de
Lévi-Strauss; ambos resaltan el traslapo de eventos a largo y
corto plazo (…)""

4.1.3. El punto y seguido

Básicamente, la definición que nos
presenta Bastidas es que el punto y seguido se usa para separar
oraciones con sentido completo, pero que mantienen una estrecha
relación entre sí.

""Los teóricos han propuesto
nuevas categorías taxonómicas (horizonte de
expectativa, discurso,
sistema
comunicativo, épisteme) que se espera
escaparán a las objeciones que se han hecho a las
clasificaciones tradicionales. Sin embargo, el énfasis en
la particularidad, la diferencia y la discontinuidad socava la
confianza en todas las clasificaciones. Al mismo tiempo, por
supuesto, debemos clasificar, puesto que de lo contrario nos
hundiremos en un mar de detalles sin relación, y de esta
manera perderemos cualquier posibilidad de entenderlos. Una idea
típica del presente es, entonces, que debemos imponer las
taxonomías, pero que no debemos creer que ellas
corresponden a realidades históricas"".

Aquí, cada uno de los componentes del
párrafo tiene sentido completo; pero todos guardan
estrecha relación entre sí, manteniendo el hilo de
la idea principal. Por otro lado, Bastidas sostiene que la
relación entre la coma, el punto y coma, y el punto y
seguido, tiene que ver también con el grado de emotividad
que queramos imprimir en el lector: la coma hará una
transición suave entre las ideas; el punto y coma
hará que esa transición sea un poco más
brusca, o como dice Alberto Serna: ""El punto y coma sirve para
indicar una separación sintáctica y fonética
menor que la del punto [y seguido] y mayor que
la de la coma(…)""; y, finalmente, el punto y seguido
hará que el flujo entre las ideas sea cortante, es decir,
que aunque guarden relación entre ellas, se deben entender
por separado.

4.1.4. Los dos puntos

Éstos son los casos en los que se usa los dos
puntos: después de un saludo formal en ciertos documentos, como
cartas; para
citar, o como dice Alberto Serna: ""Después de la palabra
o frase que antecede a una cita.""; también se usa para
concluir con una frase, después de haber expuesto una
serie de conceptos o, por el contrario, cuando la frase
conclusiva va antes de la enumeración de los elementos; y
cuando se introduce una enumeración de elementos, tal como
podemos apreciar en el principio de este
párrafo.

""Las clasificaciones literarias han sido
determinadas principalmente por seis factores: la
tradición, los intereses ideológicos, los
requerimientos estéticos que conlleva el escribir una
historia de la literatura, las afirmaciones de los autores y sus
contemporáneos acerca de sus afinidades y
antipatías, las similitudes que el historiador literario
observa dentro de los autores y/o textos, y las necesidades de
las carreras profesionales y las políticas
de poder en las instituciones""

""Estas características fueron,
según él, una emoción fuerte, "una
expresión honesta y directa" cumplían una
función social: se cantaban elegías en los
banquetes"".

El primero de los ejemplos es muy obvio, con un primer
vistazo se puede descifrar que función está
cumpliendo los dos puntos: se introdujo una enumeración de
elementos (seis en total); en el último de los ejemplos,
por el contrario, podemos apreciar cómo ""se cantaban
elegías en los banquetes"", es solo una explicación
-o ejemplificación si se prefiere- de la primera parte,
antes de los dos puntos; es decir, lo que se busca con los dos
puntos aquí es clarificar a qué se refiere el autor
con ""función social"".

4.1.5. Los paréntesis y los
corchetes

Se puede afirmar, hasta cierto punto, que los
paréntesis son muy parecidos, en su función, a las
dos comas cuando éstas se usan para marcar una frase
explicativa de un sujeto dentro de una oración; el
contenido del paréntesis se puede eliminar sin afectar ni
el orden sintáctico, ni semántico de la
oración que lo contiene; y del mismo modo funcionan los
corchetes, sólo que la frase o expresión que ellos
encierran, está contenida dentro de otra que ya
está encerrada entre paréntesis. Debo decir que el
autor hace mención de otra cantidad de usos que tienen
estos signos de puntuación: encerrar fechas, marcar la
hora, en el caso del paréntesis; y corregir errores de una
cita textual, para el caso del corchete.

""Ahora me ocuparé de las
taxonomías formadas sobre la base de lo que podemos llamar
"factores externos" (hechos externos a los textos en sí
mismos).""

""…la última versión
del Cambridge History of Classical Literature (1985)
clasifica(…)"

4.1.6. Los puntos
suspensivos

El autor de nuestra guía de puntuación
empieza la presentación de este signo diciendo que
"…son sólo tres (3), ni uno más ni uno
menos(…)"; creo que hace esta aclaración porque
tiende a haber confusión a la hora de enfrentar este
elemento de la puntuación con otros signos, el punto final
o el punto y seguido; por otro lado, hay una descripción detallada de más o menos
una decena de casos en los que se puede -o por lo menos es
más correcto- usar este elemento de lo
puntuación.

"Aún en tiempos tan recientes como
1929 la autoridad en el tema Schmid-Stählin
afirmó que "la división según
géneros literarios…corresponde en gran medida
con la división según aspectos raciales y de
dialectos"(…)"

En este solo ejemplo, tenemos dos casos, de la decena
que enumera Bastidas. El primero de ellos son los puntos
suspensivos para indicar que no se han enumerado todos los
elementos que contiene una cita textual, ya sea porque
consideramos que el lector los puede inferir, porque consideramos
que los enumerados ya bastan o porque sencillamente tenemos que
continuar con otros: "tienen el mismo valor de la palabra
"etcétera"." El segundo caso expresa que en el texto
citado se ha omitido una parte de él; esta parte puede
estar al principio, en el medio o al final; los puntos
suspensivos que corresponden a este caso son los que están
entre los paréntesis, y significa que yo dejé de
copiar parte del texto original por considerar que no era
necesario, en este caso en particular, para ejemplificar este
punto. Otros usos de los puntos suspensivos tienen que ver con
los efectos que se quiere producir en el lector, especialmente en
narración: dejar en suspenso un pensamiento para que el
lector imagine lo que sigue, "reticencia" (Alberto Serna 1990),
dejando en suspenso el sentido; cuando el pensamiento de una
frase es bien conocido por el lector (como en el caso de un
refrán); etc.

4.1.7. Los signos de
interrogación

El uso de estos signos de puntuación es bien
conocido por todos; indica que una pregunta ha sido formulada.
Para Bastidas como para Serna es importante resaltar que los
signos de interrogación en español son dos: uno de
apertura y otro de cierre; esta es una diferencia fundamental del
uso de este signo de puntuación en el español
escrito, con el uso que se le da en el inglés
escrito.

"…dirigiéramos sólo
una o tal vez dos preguntas a los trabajos literarios, como por
ejemplo ¿Tiene éste catorce líneas? o
¿Tiene éste un final feliz?(…)"

"Clasificaciones Literarias:
¿Cómo se han hecho?"

Sin embargo, hay un tipo de preguntas en el que no se
usan los signos de interrogación: las preguntas, o formas
interrogativas, indirectas.

"…decide cómo sería
reconocido un georgiano por un lector y qué expectativas
hubieran sido activadas por este reconocimiento."

Hasta este punto he definido los signos de
puntuación que se usan en español; son signos
gráficos que se usan en la lengua escrita
para ayudar al lector a captar el sentido de lo que lee, y
también para reflejar las pausas melódicas y las
entonaciones de voz del lenguaje oral (Enciclopedia
Barsa
"Tomo XII" 1964); ellos se encargan de superar
ambigüedades, que no podrían ser aclaradas como en el
lenguaje oral, donde tenemos la oportunidad de explicarnos; ahora
pasaré a explicar el uso de los signos de
puntuación en el inglés escrito; ya dije,
anteriormente, que la diferencia entre éstos y los que
usamos normalmente en español es de uso, ya que al igual
que la mayoría de letras en el alfabeto, el inglés
y el español comparten los mismos signos de
puntuación.

4.2. LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN EN
INGLÉS

Ahora, voy a hacer mención del otro libro, del
que hice ya referencia al principio de este análisis, que
me ayudó a configurar la teoría sobre
puntuación. El libro se llama Punctuation
(Puntuación), y es obra de Robert Brittain;
éste es un manual -por cierto muy fácil de leer,
que usa un vocabulario sencillo y un estilo de redacción
ameno, que lo separa de otras obras más densas- que hace
una descripción breve, clara y suficientemente
ejemplificada de todos los signos de puntuación; de la
misma manera, este manual provee el significado preciso de cada
signo de puntuación en el inglés escrito. Partiendo
de este punto es fácil, para el lector de este trabajo,
pronosticar que lo primero que voy a hacer es dar una
definición de cada signo de puntuación que se usa
en la escritura en lengua inglesa; los ejemplos que
acompañarán estas definiciones son apartes de la
versión original del texto traducido en este trabajo
monográfico. Robert Brittain destaca cinco signos de
puntuación entre todos los que se puedan encontrar en un
texto escrito: la coma (the single comma), las comas
dobles (the pair of commas), la coma y la
conjunción (the comma plus co-ordinating
conjunction
), el punto y coma (semicolon) y los dos
puntos (the colon). Así, que empezaré por
definir el uso de estos signos de puntuación primeramente,
y luego describiré [esta es una sugerencia] sus
diferencias y similitudes con el trato que se les da en el
español escrito.

4.2.1. La coma (The Single
Comma
)

Como en el caso de Bastidas y Serna, Brittain clasifica
este signo de puntuación en primer lugar; él
también considera que este es el signo de
puntuación más empleado, a la vez que es el que
presenta más ambigüedades en su uso. El autor de este
manual reduce el uso de la coma, en inglés, a dos casos
muy específicos (es importante resaltar que, para este
autor, las comas, que usamos en español para intercalar
una aposición, son otro signo de puntuación:
the pair of commas [las comas dobles] y lo define por
aparte). El primero uso es cuando se "omite" un "pequeño
elemento" de la oración, que el lector puede
fácilmente identificar. Este es el mismo uso que podemos
ver en la coma del español escrito, cuando ésta
reemplaza un elemento en una oración elíptica. El
siguiente pie de página ilustra mejor este
punto.

"…in literary history see R. S.
Crane, Critical and Historical Principles of Literary
History
(Chicago: University of Chicago Press, 1971);
Claudio Guillén, Literature as System (Princeton:
Princeton University Press,1971); Ulrich Weisstein,
Comparative Literature and Literary Theory: Survey and
Introduction
, trans. William Riggan (Bloomington: Indiana
University Press, 1973); Fredric Jameson, The Political
Unconscious: Narrative as a Socially symbolic Act
(Itheca,
N. Y.: Cornell University Press, 1981); John Frow, Marxism
and Literary History
(Cambridge, Mass.: Harvard University
Press, 1986)."

En este ejemplo podemos apreciar el uso de la coma,
reemplazando un elemento que se omitió; de lo contrario,
sería muy monótono repetir "…in literary
history see(…)"
tantas veces como autores hacen
referencia a este aspecto en particular. Este uso de la coma, en
inglés, es compartido con el uso que se le da,
también, en español. Creo que éste es
más un uso estilístico que se la da a la coma, para
hacer un escrito más agradable de leer, evitando
así caer en repeticiones innecesarias. El segundo uso
específico, que según Brittain, tiene la coma
(The Single Comma) es para separar elementos que guardan
relación entre sí; dichos elementos pueden ser
sustantivos, adjetivos o, también, frases, al igual que en
español; el punto relevante aquí es resolver lo que
pasa cuando llegamos a enumerar el último
elemento.

"Literary classifications have been
determined mainly by six factors: tradition, ideological
interests, the assertions of authors and their contemporaries
about their affinities and antipathies, the similarities that the
literary historian observes among authors and/or texts, and the
needs of professional careers and the politics of power in
institutions."

Brittain considera los dos casos como correctos, es
decir, la opción de poner la coma antes de la
conjunción and; o por el contrario decidir no
colocarla. Y expone dos argumentos para esta "difícil"
elección; el argumento de la primera opción se basa
en el hecho de que en inglés la coma se usa para la
elisión de una conjunción coordinada
(co-ordinating conjuction): The house was large and
handsome
; The house was large, handsome. O bien,
The house was large, handsome, and imposing
(Punctuation 1950); lo que llevaría a decir que
si and no está elidido, no hay razón para
colocar la coma; pero por el contrario, el argumento de la
segunda opción se fundamenta en que en inglés esta
coma resuelve una ambigüedad: sin ella se podría
interpretar que la casa (The house) tiene dos
características, en lugar de tres. Finalmente, parece ser
que los editores tienden a resolverse por la segunda
opción: poner la coma antes de la conjunción
(and, or); y conjurar así la posible
ambigüedad. Finalmente, Brittain habla de otros usos de la
coma; en particular con el que tiene que ver con los
números; en inglés se usa la coma para escribir
aquellas cifras que superan los 999: 17,500; mientras
que el punto se usa con los decimales: 57.05 %. En
español ocurre todo lo contrario, usamos el punto para las
cifras como 17.500 y la coma para separar los decimales, 57.05%.
(López y Wilkinson 1997).

4.2.2. Las comas dobles (The pair of
commas
)

Antes de describir este signo de puntuación, debo
recordar que este autor lo clasifica como un solo signo de
puntuación, compuesto por dos símbolos que están separados por una
palabra o un grupo de
palabras ("The first thing to fix in your mind concerning the
pair of commas is that it is "one" punctuational mark. It is
composed of two symbols…these two are always separated
from each other by a word or a
group of words
" [Brittain 1950]); lo que significa que este
signo de puntuación es diferente de la coma, con una
función en particular y que es el signo de uso más
frecuente entre todos los que se usan en el lenguaje escrito (en
inglés).

"These facts and many others, plus the
mere effect of grouping them together, caused a presumption that
their poems were similar in style (…)"

En este sencillo ejemplo podemos ver el uso más
corriente que tienen las dos comas (The pair of commas);
este signo de puntuación cumple exactamente la misma
función que la coma en el español
escrito.

"Estos hechos, junto con muchos otros,
además del simple efecto de agruparlos juntos, hicieron
que se presumiera que sus poesías
eran similares en el estilo (…)"

Aunque la forma básica de este signo de
puntuación es como en el ejemplo anterior, también
se puede encontrar como una "coma sencilla"; esto depende del
lugar que ocupe la frase explicativa, complemento de nombre,
conjunciones adversativas, causales, etc; en este orden de ideas,
la coma sólo marca a aquel
elemento que se introduce dentro de una oración
gramaticalmente completa, y se marca este elemento porque
está interrumpiendo ese orden "natural" de la
oración en inglés. (""The element enclosed
within this mark of punctuation is not essential to the
grammatical structure of the sentence and is placed in such a
position that it changes the normal order
."").

"Texts are grouped together when they
exhibit a number of features that belong to the set, even if they
also have anomalous features
."

Aquí, en este caso sólo se marcó una
coma, pero esto no significa que ésta se trate de una coma
(the single comma); por el contrario lo que pasa
aquí es que el elemento "complementario" termina con un
punto y seguido, razón por la cual no se marca la coma de
cierre. De todas formas, esta manera de usar las comas en
inglés coincide con la forma en español, de manera
que el uso de las comas se traduce literalmente aunque la manera
en que han sido clasificadas cambie de un manual de
puntuación a otro.

"Los textos se agrupan juntos cuando
exhiben cierto número de características que
pertenecen al conjunto, incluso cuando también presentan
características anómalas."

4.2.3. La coma y la conjunción (The comma
plus co-ordinating conjunction
)

"The comma plus co-ordinating conjunction is a
"single" mark composed of two symbols
(…)"; casi de
la misma manera que definimos the pair of commas
definimos la coma y la conjunción (,and); la
combinación de símbolos que tenemos aquí es
diferente de la que ya vimos, cuando hablé del uso de la
coma en inglés (The single comma); aquí no
se trata de enumerar elementos, se trata de un signo de
puntuación que se pone en medio de una oración
compuesta, en donde una oración aparece completa y va
seguida de otra oración, también completa
(""…in the sentence, one independent clause has been
completely stated, and the second one is about to begin."
"
Obviamente no son sólo oraciones completas que
están coordinadas, sino que guardan una relación
dentro del contexto del texto.

"Hence he derives the content of the
concept from accepted exemplars of Aestheticisn in England,
France, and Belgium, and applies it to the writings of Andrian
and Hofmannsthal".

En este solo ejemplo podemos apreciar el contraste entre
la coma para enumerar elementos ("…,and Belgium
[…]"), y el signo compuesto del que hemos hablado en este
punto ("…, and applies it […]"), cosa que
no sucede en la traducción, en donde el contexto nos
indica el orden de los conceptos. Recordemos que según
Lopez y Wilkinson en español la coma antes de la
y se usa cuando los sujetos han cambiado; por el
contrario aquí tenemos el mismo sujeto, Schorske que,
dentro el contexto del texto, es uno de los teóricos de la
historia literaria que tienen voz en el ensayo
traducido.

"Por lo tanto, deriva el contenido del
concepto de ejemplares aceptados del esteticismo en Inglaterra,
Francia y
Bélgica y los aplica a los escritos de Andrian y
Hofmannsthal."

4.2.4. El punto y coma
(Semicolon)

Para este signo de puntuación Brittain dice que
la coma y la conjunción (The comma plus co-ordinating
conjunction
) y el punto y coma (Semicolon)
significan exactamente lo mismo. En pocas palabras, según
Brittain, lo que el escritor hace es dar a entender que
está uniendo dos frases independientes, pero que forman
una sola idea.

"He made one group out of persons who
had published in the same journals, namely, "Origin" and "Black
Mountain Review"; several of them had also taught or studied at
Black Mountain College
."

Aquí tenemos dos oraciones, que aunque guardan
una estrecha relación entre sí, son totalmente
independientes; ahora, tomando en cuenta que, según
López y Wilkinson, éste es el signo de
puntuación que presenta menos divergencias con el
español, en donde también se usa para separar
oraciones compuestas, tenemos que se puede traducir literalmente
este signo de puntuación.

"Él hizo un grupo aparte con las
personas que habían publicado en los mismos
periódicos, a saber, Origin y Black Mountain
Review
; muchos de ellos también habían
enseñado o estudiado en el Black Mountain
College."

Sin embargo, así como en español
hubiéramos tenido la libertad de usar otro signo de
puntuación, como la coma o incluso el punto y seguido, en
la versión en inglés su hubiera podido usar la coma
y la conjunción (The comma plus co-ordinating
conjunction
) o un punto y seguido.

4.2.5. Los dos puntos (The
Colon
)

Los dos puntos, en inglés, tienen la
función de dar una explicación completa
("fuller explanation") sobre algo; esta función
es muy parecida a la que cumple en español. De este signo
de puntuación no hay mayor cosa que agregar, pues la
descripción hecha de él, al principio del
análisis, describe sus usos que, por demás, no
varían en inglés.

"Geography partly determined other
groups: the San Francisco Renaissance, the New York
poets
."

"Por otro lado la geografía
determinó, parcialmente, otros grupos: el Renacimiento
de San Francisco, los Poetas de Nueva York."

4.3. OTROS SIGNOS DE
PUNTUACIÓN

Hasta ahora he abordado el tema desde la perspectiva de
los dos idiomas en los que está hecho este trabajo; he
descrito los principales signos de puntuación y sus usos,
así como sus diferencias entre el inglés y el
español. Solo me queda analizar algunos signos, como el
guión largo o raya (the single dash), las
comillas (quotation marks), el paréntesis
(the parentheses), los puntos suspensivos (the three
dots
) y los corchetes (the brackets). En el caso de
los puntos suspensivos, el paréntesis y los corchetes, su
uso quedó suficientemente al principio de este
análisis; su uso tanto en inglés como en
español es relativamente el mismo.

La raya o guión largo presenta más
diferencias entre el uso que se le da en español, y el uso
que se le da en inglés; según López y
Wilkinson, la función que cumple este signo dentro de la
oración es el mismo entre los dos idiomas ("encerrar
incisos "sugerentes, irónicos o afectivos, de
intención más bien
estilística".[2]", pero la diferencia es
que en el inglés escrito este signo de puntuación
se usa con mayor frecuencia que en el español.

"…what we may call "external
facts" -facts external to the texts themselves."

"…de lo que podemos llamar
"factores externos" (hechos externos a los textos en sí
mismos)."

En este sencillo ejemplo, he remplazado el guión
largo por el paréntesis ateniéndome a lo que dicen
López y Wilkinson, en cuanto a que, en castellano, la raya
o guión largo equivalen al paréntesis; sin olvidar
que aún se podrían usar otros signos de
puntuación como los dos puntos, la coma, el punto y coma,
etc. Otro aspecto para resaltar aquí, es que en la
versión en inglés sólo se utilizo un solo
guión; lo que pasa es que, según Brittain, el
guión largo en inglés funciona como las comas
dobles (The pair of commas); y de la misma manera se
hace la diferencia entre el guión (The dash) y
los dos guiones (The pair of dashes).

Finalmente solo me queda hacer una breve referencia
sobre el uso de las comillas (quotation marks).
Realmente la diferencia a destacar en este punto es
tipográfica: en español se usa "«»",
mientras que en inglés se emplean las comillas altas
dobles ""; las comillas simples "", se usan para citar algo que
ya se encuentra entre comillas (en inglés británico
es, como en todo, lo opuesto). Durante la traducción me
decidí finalmente por las comillas altas dobles y las
comillas simples; como afirmó Bastidas, lo importante es
que "…a lo largo del texto hay que decidirse por un solo
tipo (…)".

Traducción

Clasificaciones Literarias: ¿Cómo se han
hecho?

La clasificación es fundamental para la
disciplina de la historia literaria, la cual no puede tener
sólo un texto como tema de estudio y tampoco puede
describir un gran número de textos por separado. La
multiplicidad de objetos debe ser reducida a unas pocas unidades
que sean más manejables, que, a su vez, puedan ser
caracterizadas, comparadas, interrelacionadas y ordenadas. El
supuesto más necesario de la historia literaria es que uno
pueda hablar significativamente de entidades supraindividuales
(periodos, géneros, tradiciones, escuelas, movimientos,
horizontes de expectativa, discursos o sistemas de
comunicación). Tales "temas lógicos", como Dilthey
los llamó, son los protagonistas usuales de las historias
literarias, los "héroes" cuyo surgimiento y caída
son el objeto de nuestras narraciones.

Las clasificaciones representan el mundo cultural. La
literatura de los negros en Estados Unidos
puede ser una unidad taxonómica separada, o puede estar
"integrada" a la literatura de los blancos; Langston Hughes puede
ser agrupado con Amiri Baraka o con Carl Sandbug. Según
Alexander von Bormann, la tendencia que tiene la historia de la
literatura alemana de demarcar un periodo literario como
literatura del tercer Reich tiene una "función
perceptiblemente desembarazadora". El período cae "fuera
de nuestra tradición cultural como "un presente pasado"
exótico", que deja de ser. "Esto cambia de una vez si uno
procede a partir de la tesis de
continuidad y presta atención a las muchas líneas
de interconexión".[3] De esta manera, las
clasificaciones le dan forma a nuestro sentido de identidad
nacional y personal.

No es posible sobre enfatizar la importancia de la
taxonomía literaria para la
profesión. Las clasificaciones son los principios de
organización de los cursos como "la lírica"; de las
estanterías de las bibliotecas como lo sería la
sección de "ficción estadounidense en el siglo
XIX"; de sociedades como las divisiones de la Asociación
Moderna de la Lengua (MLA); de publicaciones periódicas
como los Estudios sobre Romanticismo; así como de
antologías, colecciones de ensayos, conferencias y
cátedras universitarias. Las clasificaciones son
utilizadas y cuestionadas en las luchas por el poder
institucional.

Sin embargo, pese a la importancia de este tema, no ha
habido muchas reflexiones críticas en Estados Unidos sobre
las clasificaciones literarias y sus
problemas[4]además, excepto en las
consideraciones del género literario, la discusión
se limita a un solo interrogante a saber: si las
taxonomías literarias pueden corresponder a realidades
históricas. Los términos de este argumento no son
exactamente los mismos con respecto a los periodos,
géneros, tradiciones, movimientos y otras
categorías, pero sí son similares y nuestro
pensamiento acerca de la periodización ilustran el estado de
esta asunto con respecto a las clasificaciones literarias en
general.

En el libro Teoría literaria de 1949,
Wellek rechazó tanto la noción de que los periodos
sean entidades metafísicas, así como la
opinión opuesta que tiene Croce de que los periodos son
meramente convencionales. Es así que adaptando ideas de
los formalistas rusos, Wellek argumentó que un periodo es
un "sistema dominante de normas,
estándares y convenciones literarias". De esta forma
Wellek aseguró la objetividad y la "relativa" unidad de
los periodos, a la vez que permitió un cierto grado de
heterogeneidad y lucha al interior de ellos[5]Los
puntos de vista de Wellek fueron aceptados pero no sin ser
criticados por Guillén, Weisstein, Japp y muchos otros que
escribieron acerca de la teoría de la historia literaria.
Este consenso, aunque se fue desvaneciendo gradualmente,
duró hasta principios de 1970.

Hoy en día tendemos a considerar los periodos
como ficciones necesarias porque no podemos escribir historia o
historia de la literatura sin periodizar. Es más,
necesitamos el concepto de un periodo unificado para poder
negarlo y por consiguiente resaltar la particularidad, la
diferencia local, la heterogeneidad, la fluctuación, la
discontinuidad y la lucha que son ahora nuestras
categorías preferidas para entender cualquier momento del
pasado.

Nuestra duda postmoderna sobre la unidad y la
objetividad de los períodos, se basan en la
historiografía de la escuela de los Annales y en
el apéndice de La mente salvaje de
Lévi-Strauss; ambos resaltan el traslapo de eventos a
largo y corto plazo (estas ideas ya habían modificado la
visión acerca de la periodización literaria de
Guillén); el sentido estructuralista de las oposiciones
sistemáticas o las diferencias al interior de cualquier
campo que discriminemos; la "genealogía" de Foucault y su
polémica en contra de las totalizaciones; la
orientación hacia la historia de la recepción, la
cual concede periodos bastante diferentes de aquellos construidos
por la historia de la literatura tradicional del génesis
de las obras[6]el argumento de los hermeneutas de
que los periodos del pasado se construyen desde una perspectiva
del presente y cambian a medida que el tiempo pasa; y la
Ideologiekritik, que insiste en que las clasificaciones
sirven a intereses ideológicos.

Aparte de lo anterior, objeciones más
tradicionales aún tienen fuerza. De
acuerdo con Croce, una obra de arte encarna una intuición
individual; por lo tanto, cada una de estas obras es distinta de
todas las otras. El campo literario (cualquier conjunto de textos
que queramos dividir en grupos) es siempre completamente
heterogéneo. Cuando clasificamos textos ponemos los
objetos, que continuamente se están diferenciando, dentro
de algunos nichos. Es más, Croce está de acuerdo
con los formalistas rusos y con la vanguardia en
general en que la cualidad individual o diferencia en una obra de
arte es la piedra angular de su valor. Puesto que las
taxonomías se basan en las características que los
textos comparten, ponen en primer plano lo que es menos valioso
en dichos textos.

Le debemos a Dilthey el concepto de que los periodos son
trechos de tiempo unificados espiritual o ideológicamente,
pero aún el mismo Dilthey se preocupó porque tales
representaciones son integrales y
estables, mientras que la "vida" es infinitamente diversa y
está en constante cambio. Los periodos son
"representaciones fijas de algo en progreso, dando la idea de
fijeza en el pensamiento a aquello en sí mismo constituye
proceso o movimiento en
determinada dirección"[7]. Cuando
hablamos del periodo Romántico, aislamos una
porción de tiempo que pertenece a un lapso mayor y
sugerimos, sin quererlo, que el proceso de cambio termina dentro
de dicho "periodo". Este problema ha sido enfatizado
frecuentemente por los teóricos de la historia
literaria[8]y aplica la misma objeción a
los conceptos de las escuelas y los movimientos. La frase
"movimiento imaginista" suprime no solamente las diferencias
entre los textos que sintetiza, sino que además suprime el
desarrollo de este estilo a través del tiempo, puesto que
un poema típico de este género en la década
del treinta es diferente de uno de la década del diez. Lo
dicho anteriormente, en sí mismo comete el error que
critica y de esta manera ilustra el problema, cuya raíz se
halla en la naturaleza del pensamiento conceptual y el
lenguaje.

Los teóricos han propuesto nuevas
categorías taxonómicas (horizonte de expectativa,
discurso, sistema comunicativo, épisteme) que se
espera escaparán a las objeciones que se han hecho a las
clasificaciones tradicionales. Sin embargo, el énfasis en
la particularidad, la diferencia y la discontinuidad socava la
confianza en todas las clasificaciones. Al mismo tiempo, por
supuesto, debemos clasificar, puesto que de lo contrario nos
hundiremos en un mar de detalles sin relación, y de esta
manera perderemos cualquier posibilidad de entenderlos. Una idea
típica del presente es, entonces, que debemos imponer las
taxonomías, pero que no debemos creer que ellas
corresponden a realidades históricas. Philippe Forget dice
que cuando se escribe historia de la literatura uno debe "aceptar
una división definitiva" del material, pero que "en el
curso o al final de la
investigación" se debe hacer que la división
aparezca "inapropiada" y abandonarla o
reestructurarla[9]Las interrelaciones de textos y
autores en una historia de la literatura no están
"inmersos en el proceso histórico" para que los descubra
el historiador como sostiene Wellek[10]sino que
son construidos por el historiador de la literatura. Tenemos que
admitir, según dice Siegfried Schmidt, que debemos aplicar
criterios distintos al de la verdad, la objetividad o la
confiabilidad a los historias literarias, y que debemos formular
funciones sociales para las historias literarias y que sean
distintas a proveer un informe verdadero
acerca de "cuál ha sido el
caso"[11]

Pero este argumento, que reemplaza el consenso creado
por Wellek, aún se concentra en la misma cuestión:
¿la taxonomía literaria puede ser fiel al pasado?
En esta ocasión enmarcaré este interrogante para
que surjan otras preguntas, que no se han hecho o que
recién se han empezado a formular sobre clasificaciones
literarias. Estas preguntas tienen que ver con su origen
(¿Quién las hizo?, ¿Cómo las
hicieron? y ¿Cuáles fueron los intereses que las
motivaron?), su acogida (¿Quién o qué
determina su aceptación?, ¿Por qué y
cómo cambian?) y sus funciones en la determinación
de lo qué leemos, en la modificación de nuestras
respuestas a los textos y nuestras interpretaciones de ellos,
la
organización del pasado, la determinación de
las carreras profesionales y la vida institucional y
también afectan la sociedad en
general. Estas preguntas pueden formularse con respecto a las
clasificaciones particulares y al proceso de clasificación
literaria en general.

Un breve ensayo puede explorar sólo una parte de
este programa. Intentaré exponer cómo, en
términos generales, los historiadores de la literatura han
hecho las clasificaciones. Sólo intento describir
cuáles han sido y son los métodos más
comunes; sin intentar sugerir qué tendría que
hacerse si hemos de superar nuestras prácticas, claramente
insatisfactorias. La investigación es empírica, en el
sentido de que se concentra sobre las instancias particulares de
los historiadores de la literatura cuando hacen su trabajo de
clasificación. Los ejemplos son escogidos casi al azar y
mis generalizaciones están basadas en el estudio de muchos
más ejemplos que los que puedan ser analizados en este
espacio. Tampoco llegaríamos a conclusiones diferentes al
estudiar otro grupo de ejemplos.

Obviamente, los procesos de clasificación
literaria han sido contingentes y los resultados irracionales. No
son en absoluto como los esfuerzos de Linnaeus y otros
naturalistas del siglo XVIII descritos por Foucault en
El orden de las cosas, puesto que los naturalistas,
aunque miopes en los criterios sobre los cuales basaron sus
clasificaciones, fueron por otro lado lógicos y
sistemáticos. No cuenta la literatura con un sistema
taxonómico, sino más bien con un conjunto confuso
de clasificaciones traslapadas a partir de diferentes puntos de
vista. Ver cómo se han hecho realmente las clasificaciones
literarias nos dirá el por qué.

Las clasificaciones literarias han sido determinadas
principalmente por seis factores: la tradición, los
intereses ideológicos, los requerimientos estéticos
que conlleva el escribir una historia de la literatura, las
afirmaciones de los autores y sus contemporáneos acerca de
sus afinidades y antipatías, las similitudes que el
historiador literario observa dentro de los autores y/o textos, y
las necesidades de las carreras profesionales y las
políticas de poder en las instituciones. Este ensayo no
analiza el último de los seis factores, puesto que las
necesidades de las carreras profesionales y las políticas
de poder de las instituciones están perfectamente claras o
están velados por motivaciones más aceptables cuya
objetividad es aparente. Contrario a lo que ingenuamente se
supone, la observación de los textos es el
método de clasificación más inusual y
también el menos efectivo, si medimos el grado de
efectividad teniendo en cuenta la aceptación. De
aquí en adelante, intento dar a estas generalizaciones
concreción y detalle, estudiando casos particulares. Para
mí la cosa más sorprendente revelada por tales
casos es el abrumador rol de la tradición en el proceso de
clasificación.

Partes: 1, 2, 3
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