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Laboratorio de violencia generacional (página 2)



Partes: 1, 2

Hoy, defiendo la tesis, de que
las medidas desarrolladas en torno a la
Violencia de Genero, han tocado prácticamente su
techo si no se desarrolla y por lo tanto se avanza, en la
prevención, tratamiento y reinserción, de la
Violencia Generacional, lo que veríamos descender
las dramáticas cifras que estamos escuchando cada
día. Es por eso que propongo tomar medidas secuenciales en
ambos parámetros.

La violencia
humana y la inseguridad
ciudadana es algo que preocupa a todos los gobiernos que
defienden los derechos humanos
y sin embargo no recibe la atención necesaria, por parte de las
administraciones, para llegar a soluciones
reales, al menos, no en este ámbito, no siendo suficiente
la justificación a la precariedad del presupuesto,
presupuesto que de ser asignado a una sola Institución,
podría administrar mejor sus recursos, como se
esta haciendo con la Violencia de
Genero.

Muchos psicoanalistas europeos, llevamos
tiempo
afirmando, que dos son los pilares fundamentales, sobre los que
descansan nuestro psiquismo. El primero es la necesidad del
reconocimiento de las diferencias sexuales a nivel físico,
psicológico y socialmente hablando, aunque en la Ley y en la
Política
seamos iguales. Y el segundo que tiene que ver con el
reconocimiento de las diferencias generacionales, no es lo mismo
un hijo que un padre, un tío o un abuelo, incluso el mismo
padre, es diferente en la mente de sus hijos así como es
una falacia pensar que se puede tratar del mismo modo a los
hijos, aunque se intente de manera noble, tratarlos por
igual.

Por esta razón, es necesario
trabajar de manera coordinada, fusionada y eficientemente, para
avanzar mas rápidamente en estas dos lacras sociales, que
tienen una directa relación con los actos violentos que se
cometen en la sociedad.

Es fundamentalmente cuando estos dos
principios,
señalados anteriormente, no están presentes en
la
personalidad del sujeto, cuando el sujeto se siente
más impotente de reprimir su violencia y en las sociedades,
pueblos y culturas que también niegan estas dos
diferencias, y que por lo tanto por mucho que se esfuerzan, no
pueden evitar estas dramáticas cifras, mas por ignorancia
que por otras cosas.

Contenido

Podríamos por lo tanto, hablar de
los diferentes sistemas
familiares que se dan en nuestra sociedad, ciudad o barrio y
podemos hacer un análisis en profundidad, multidisciplinar,
contando con el apoyo de investigadores interesados en esta
cuestión que tenemos en España y
en el ámbito internacional, así como de
Asociaciones y Agentes Sociales que pueden aportar soluciones a
la contención de la Violencia Generacional, en sus
respectivos ámbitos de actuación. Todo esto
confluye en la necesidad y he aquí mi propuesta de un
"Laboratorio de
Violencia Generacional
", en el que podamos de manera
conjunta, recomendar acciones
concretas.

Con el fin de un análisis
exhaustivo, propongo empezar por diferenciar los tipos de
familia que
podemos o solemos encontrarnos en estos casos de violencia
generacional y que ya he tenido la posibilidad de estudiar con
anterioridad en mis investigaciones,
son en las familias que he llamado asexuadas y ageneracionales,
que después explicaré, en las que más
violencia se produce entre sus miembros, seguidas de las
pandillas, patriarcales y matriarcales, por este orden, siendo en
las que menos en las familias parentales. De las que en este
primer articulo, intentaré hacer un pequeño
esquema, ya que forma parte de la tesis
doctoral, por lo que pido disculpas por su aparente
simpleza.

Con instrumentos clínicos y gracias
a los Test y
cuestionarios, patentados en España, entre los años
1987 y 1992, que son:

* EL T.D.F. " TEST DIFERENCIAL DE
LA FAMILIA"
CON Nº DE REGISTRO
M-458-1.992. (Coautor).

* "DIFERENCIAS ENTRE FAMILIAS ALFA Y
BETA" CON Nº
DE REGISTRO M-459-1.992.
(Coautor).

* TEST DE ACTITUDES DE
LA POBLACIÓN HACIA LA ENFERMEDAD MENTAL. PUBLICADO EN "
ENFERMERÍA SISTEMICA". ED. DÍAZ DE SANTOS. MADRID 1.989.
(Autor).

* EL C.F.C." CUESTIONARIO
FAMILIAR COMUNITARIO". Nº. REGISTRO M-26.851-1.987.
(Coautor).

Gracias a esta investigación pude ofrecer una
clasificación familiar, en función de
la patología mental que se encontraba en ellas, y que en
este caso, señalo por orden en el que aparecen más
casos de Violencia Generacional en primer lugar y él
ultimo en el que menos.

Familia asexuada.
Familias Beta. (Test TDF)

La autoridad la
ejerce la Madre y el Padre por igual, y son ellos los que de
manera aleatoria organizan y dirigen la dinámica familiar, con gran tendencia al
caos y a la dispersión, no hay límites
definidos y amigos, vecinos y conocidos circulan constantemente
en el interior de la familia, gran confusión por lo tanto
con el exterior, se caracterizan fundamentalmente según he
comprobado en mi investigación, por el no reconocimiento
de diferencias sexuales, no existiendo por lo tanto identidades
sexuales claras y definidas, que les lleva a sus miembros a
diferentes tipos de perversiones de tipo sexual, junto con
creencias bizarras, delirios y gran tendencia al suicidio y a la
criminalidad.

Los hijos de estas familias, tienen más riesgo, no
aprenden, tienen dificultades de crecimiento y de identidad.

La gran tendencia a desplazar los conflictos y
la nula capacidad introyectiva, les hace muy difícil
él poder realizar
una terapia de cualquier índole o de pedir ayuda, por lo
que es aún más necesario intervenir a nivel
preventivo, teniendo en cuenta esta dificultad que ellos tienen
de solicitar nuestra intervención.

Ante la sociedad, profesores, médicos,
psicólogos, abogados, vecinos y amigos se presentan como
una familia muy unida, siempre juntos el padre y la madre,
aliados en la designación sobre un hijo de todos los
problemas de
la familia, provocativos, retadores, proyectan sobre la persona que
intenta ayudarles, sus aspectos persecutorios de tipo paranoide,
por lo que suelen pensar mal de ellos. Esto hace que generalmente
provoquen rechazo y actuación por parte de los
demás, que hay que evitar en lo posible, gracias a nuestra
comprensión, ya que un acto violento, nunca se repara con
otro acto violento, como ya sabemos.

Estos serían los puntos de partida, falta
plantear de forma estructurada las diferentes líneas de
trabajo que se
proponen.

Familia
ageneracional

Familias Beta. (Test TDF).

La autoridad la ejercen los Hijos, normalmente el Hijo
primogénito y el segundo, son los que organizan y dirigen
la dinámica familiar, normalmente los padres suelen ser
enfermos, por lo que son familias con una economía muy precaria, los hijos se ven
obligados a un crecimiento rápido, lo que justifica las
dificultades de aprendizaje, la
agresividad es también muy significativa, sobre todo en
los hijos. La negación del paso del tiempo es una
característica muy notable en estas familias, se muestra en la
tremenda dificultad que tienen en señalar fechas y edades
de los miembros de la familia, la negación de las
diferencias generacionales por lo tanto, es lo que más
caracterizaría a este tipo de familias.

Pensar, planificar, la introyección de las
normas, los
límites, son aspectos difíciles de observar en este
tipo de familias, con grandes dificultades de comunicación y angustias muy primarias, al
igual que en el caso anterior, son familias muy abiertas y suelen
relacionarse con ambientes marginales o migratorios, con los que
pueden compartir estas dificultades de comunicación y de
relación social.

El sufrimiento en estas familias es intenso, y pasa de
un miembro a otro con gran facilidad, muy fusionados, intenta
conseguir cierto grado de bienestar con la unión familiar,
lo que hace imposible o muy difícil la
individualización e independencia
de sus miembros. Gran conflictividad en la pareja de los padres,
obligan a que sean los hijos los que se presenten como salvadores
de dicha unidad familiar. En consecuencia los roles de los
miembros de estas familias suelen ser caricaturescos,
extravagantes, sin creatividad,
estereotipados.

Son familias con frecuentes cambios de domicilio,
justificados seguramente por las carencias económicas y
los conflictos con
el vecindario que suelen ser frecuentes, al tiempo que la
actividad delictiva y criminal de los hijos.

Socialmente y ante quien intenta ayudarlos, al igual que
en el caso anterior, proyectan en los profesionales aspectos
paranoides de tipo persecutorio, no suele acudir el padre a las
entrevistas ni
de educadores, ni de profesionales médicos, etc., quien
presenta una confrontación constante con el representante
social, no existe apenas reconocimiento de problemas, ni siquiera
de en los casos de enfermedad y son generalmente los beneficios
secundarios, aquello que esperan recibir de la sociedad, o los
graves conflictos los que les llevan a pedir ayuda o
consultar.

Estos dos tipos de familias, son los que tendrían
que recibir un tratamiento especial, con técnicos bien
formados, que pudiesen ayudarles a prevenir actos violentos, para
sí o hacia la sociedad, son familias digo, que
habría que detectar, cuanto antes, y programar acciones
concretas de ayuda social, ya que son los mas
necesitados.

Con poca diferencia, pero significativas, son las
familias pandillas, en la que se observa, más violencia
generacional:

Familia
pandilla-patriarcal

Familias Beta. (Test TDF)

La autoridad la ejerce el Padre en coalición con
algún Hijo, que aunque significativamente suele ser el
primogénito, las diferencias sexuales suelen ser
determinantes en estas familias, en cuanto a la
predilección por los varones sobre las hembras.

Autoritarios, orgullosos y altivos, hacen que la madre y
sobre todo las hijas, sufran trastornos emocionales y afectivos
importantes.

No suelen tener límites bien definidos, la
mentira, la
ocultación, la evitación, la diferencia, es lo que
predomina, llevándoles a graves problemas de
comunicación.

Las muertes son negadas y los duelos, quedan siempre
desplazados normalmente en la comunidad y
vividas como el fracaso o la mala intencionalidad de alguien, del
que hay que vengarse y estar todos a una.

Inicialmente responden muy mal a la ayuda que se les
quiera dar en el ámbito familiar, mostrándose el
padre y el hijo idealizado como rivales y oponentes del
represéntate social del momento. Socialmente hacen sentir
miedo, incluso a las autoridades.

Posteriormente nos encontramos con las
familias:

Familia
pandilla-matriarcal

Familias Beta fundamentalmente.

La autoridad la ejerce la Madre en alianza con
algún hijo, preferentemente del sexo femenino.
En estas familias, la seducción femenina es la gran
estrella, acompañada de cierto clima de tolerancia que
más bien sería de indulgencia, el esnobismo es lo
dominante y el afuera es mas valorado que el interior.

Evitan todo sentimiento de culpa, proyectivos y
pragmáticos, sin límites claros, ni normas
éticas, son familias que se encuentran con un estado de gran
tensión y sufrimiento. La mentira, la envidia y el
comportamiento
delincuente, suelen ser las formas dominantes de resolver sus
conflictos, la agresividad, la angustia de tipo persecutorio, los
problemas psicosomáticos, psicosis y
trastornos alimentarios son los más
significativos.

En estos cuatro grupos,
descritos, son en los que tendríamos que invertir en
prevención, sobre todo, ya que en tratamiento y
reinmersión, hay ya varios recursos sociales, creados, que
aunque dispersos, hay que coordinar de manera que la respuesta
social, sea congruente, aunque se produzca a diferentes niveles,
es decir, académico, de salud, de policía,
fiscalidad, etc.

Considera una violencia tolerable, adaptativa, es la que
se puede observar en los tres grupos de familias que
señalo a continuación, siguiendo el orden de mas
violencia a menos, como hasta ahora.

Familia
patriarcal

Familias Alfa fundamentalmente.

La autoridad la ejerce el Padre, quien funciona como
organizador de la dinámica familiar.

Son familias rígidas, funcionan
pragmáticamente sobre todo y muy fijadas a objetos
materiales.

Los problemas de comunicación en estas familias,
son importantes.

Poco implicados a la hora de pedir ayuda, ya que la
misma la viven de manera acusatoria y culpabilizante.

Son familias que tienden a fusionarse y buscan la Unidad
Familiar ante cualquier conflicto,
considerando la misma como el valor
más importante que poseen.

Es la Madre, la que normalmente presenta alguna
problemática de algún hijo y suelen ser los hijos,
los promotores de que se solicite ayuda. Son familias que
inicialmente responden muy mal al tratamiento familiar, aunque
superada esta primera fase, suelen mostrarse implicados y
comprometidos, siempre que no se cuestione demasiado la autoridad
paterna, y lo que los representantes sociales sienten ante ellas
suele ser de omnipotencia, autoritarismo y rivalidad con el padre
y sentimientos de protección hacia las madres, quienes se
muestran pasivamente seductoras.

Familia
matriarcal

Familias Alfa y Alfa-Beta.

La autoridad la ejerce la Madre, quien funciona como
organizadora de la dinámica familiar, el padre esta
descalificado en su función o ausente. Suelen ser los
hijos varones los que más sintomatología presentan,
por lo general relacionada ésta, con la incapacidad de los
hijos para independizarse de la Madre, aunque cuando éstos
son cronifican o presentan trastornos psicóticos graves, o
enfermedades
estigmatizantes, socialmente, y afecta por lo tanto al narcisismo
familiar, son inmediatamente expulsados de la familia y
depositados en centros especiales para sus cuidados, o cedidos a
los abuelos u otros familiares.

Son familias rígidas, funcionan hacia fuera,
pragmáticas en sus relaciones y muy fijadas a objetos
materiales, suelen tener un funcionamiento muy adaptativo en un
constante "como sí".

Muy implicados a la hora de pedir ayuda, es
vívida fantasmáticamente como conquistas nuevas de
la madre.

Presentan problemas relacionados con el crecimiento y la
falta de límites, así como estados fronterizos.
Normalmente encontramos duelos no resueltos, de muertes en las
figuras de los abuelos o de los tíos, o enfermedades
graves, sobre todo en la familia de pertenencia de la
Madre.

Son familias que inicialmente responden muy bien a la
ayuda familiar, aunque superada esta primera fase en la que
transfieren sobre el representante social, la impotencia
existente en la madre y en el padre, o ante la posible amenaza de
que algún hijo pueda independizarse, rompen las relaciones
de manera brusca, hacia ellos es aconsejable controlar las
necesidades de mostrarse como alguien capaz, omnipotente y en ese
sentido paternal, única manera en la que la ayuda es
efectiva, respondiendo con la realidad y
pragmáticamente.

Por último, el tipo de familia, en el que menos
violencia
familiar existe, son las:

Familias
parentales

Familia Alfa-Beta o Alfa.

Existe un clima familiar tipo democrático, esto
es, la autoridad familiar se comparte entre sus miembros; aunque
las funciones
parentales están bien definidas y delimitadas.

La problemática tiene que ver con duelos o
pérdidas no resueltos, crisis de
desarrollo de
los hijos o amenazas de muerte o
pérdida, estos conflictos que tendrían que ver con
la castración, intentan resolverlo apelando a la
individualidad de la pareja parental, lo que les lleva a un
problema de incomunicación y distanciamiento afectivo
entre los cónyuges y a problemas relacionados con fobias y
agresividad en los hijos.

Unidad familiar como un valor muy importante, lo que les
hace capaces de poder integrar a todos sus miembros, la rivalidad
y reivindicación de los unos sobre los otros, les hace
vivir y tolerar muy mal las pérdidas y sobre todo la muerte
súbita de algún miembro.

Se relacionan con la sociedad estableciendo buenas
relaciones con sus representantes desde el principio del
tratamiento, son colaboradores y agradecidos.

Socialmente a los demás les hacen pensar, suelen
despertar un cierto entusiasmo hacia la procreación y la
vida en sus múltiples formas de manifestarse.

Conclusión

¿Pero esto que supone?, implica, la
necesidad de formar nuevos técnicos que se especialicen en
la Atención a la Violencia Generacional, que puedan
intervenir al mismo nivel ejecutivo, que sé esta haciendo
con la Violencia de Genero, supone, tener en cuenta que
cada vez que un sujeto realiza un acto de violencia hacia estos
dos grandes grupos, necesariamente los dos se ven implicados,
aunque los profesionales y especialistas sociales, así
como la manera de abordar el problema, sea distinto.

¿Para cuando una campaña, que
ayude a la madre a pedir ayuda, ayudándola a denunciar
para empezar, si esta siendo maltratada por su hija, o al abuelo
por el nieto, o viceversa, o una atención adecuada a los
familiares, cuando un miembro de la familia es
maltratado?.

También hasta principios del siglo
XIX, la niñez se consideraba un periodo breve, en la que
lo importante era la satisfacción de las necesidades,
sobre todo físicas del niño, y que si
sobrevivían a las epidemias del momento, no
tendrían problemas mas tarde, aunque se intuía
vagamente que la buena crianza precisaba también una
cierta dosis de cariño por parte de los cuidadores, las
necesidades emocionales de los pequeños, eran desconocidas
mas que ignoradas. Durante siglos, los vestigios de la ley romana
patria
potestad, ofrecieron a los padres una autoridad total e
incuestionable sobre su descendencia. Además, los
progenitores se sentían con derecho a la obediencia, la
lealtad y el respeto
incondicional de sus hijos.

Todo esto, cambio en el
siglo XX, gracias a los conocimientos sobre los procesos que
rigen el desarrollo del niño. Sobre los años 50, se
confirman las investigaciones que señalan la importancia
que los padres ejercen sobre los hijos.

Hoy en pleno XXI, descubrimos, que es mejor
que él bebe se recupere del parto en el
regazo de su madre, o de su padre, que en la incubadora, y es
noticia.

Efectivamente, parece que ya todos
compartimos la noción de que el desarrollo infantil,
está modelado por los sentimientos y conductas de los
padres hacia los niños,
entre ellos, y que aparte del equipaje genético que ayuda
a configurar el temperamento del joven, la propia subcultura
juvenil y social, ejerce una gran influencia sobre su desarrollo
a lo largo de toda la vida adulta.

Es maravilloso, al menos para mí,
ver como se están desarrollando observatorios con acciones
que contengan y eviten algún día la Violencia de
Genero
, y sugiero la necesidad de crear de una vez por todas
un observatorio de la Violencia Generacional, en el que
tomaremos conciencia del
exhibicionismo problemático y perturbador en nuestra
cultura de la
violencia en sus múltiples formas, como la
explotación sexual de nuestros adolescentes y
niños, que llegan a escenificarse en el cine, la
televisión, revistas y todo tipo de medios.

Solo una sociedad capaz de inculcar en sus
habitantes la prohibición de la violencia hacia los
niños, los mayores y de genero, que sea
capaz de detectarla, tratarla y prevenirla, podrá lograr
que sus habitantes se sientan menos desorientados, menos
desgraciados, menos alienados y con mas deseos de
superación.

 

 

 

 

 

Autor:

Manuel Calvache
Pérez

Santa Cruz de Tenerife

30 de Enero de 2009.

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