Resumen
En el presente artículo se valora la marginalidad como
fenómeno social inherente a todas las sociedades,
donde el hombre, por
diversas causas se excluye y cae en un status de marginal. Se
analizan dimensiones, características que distinguen la
marginalidad. Se reflexiona como Cuba, no
está exenta de está problemática, por tanto,
esto constituye un reto para los trabajadores
sociales.
Introducción
La marginalidad como fenómeno social en la
sociedad
post-industrial, tiene sus primeras manifestaciones a partir de
la división de la sociedad en zonas modernas con desarrollo
industrial y zonas arcaicas o marginadas de esa modernidad, lo
que incluía a las personas que residían en esos
lugares que casi siempre era la periferia de las ciudades, de
esta forma los procesos de
marginación se originaron apartando ciertos grupos
sociales del desarrollo.
La conducta de los
marginales está marcada por su estatus, pues de forma
general el medio socioeconómico-cultural en que se
desarrolla el marginal propicia el arraigo de costumbres, vicios,
que pueden proliferar porque el ambiente
favorece su desarrollo, mientras que de forma opuesta es
difícil lograr en condiciones de marginalidad
hábitos educativos adecuados.
La marginalidad es una problemática, que
aún en Cuba no está resuelta por lo que es de suma
importancia la búsqueda de alternativas para atender y
darle solución a los problemas que
se presentan en la sociedad y los abanderados de este trabajo en
Cuba son los trabajadores sociales, que deben llegar de forma
individual a cada casa, a cada hombre para
revertir las situaciones negativas.
Desarrollo
La marginalidad es un fenómeno intrínseco
a toda sociedad humana, se distingue por ser una situación
por medio de la cual un grupo de
individuos se coloca o es colocado al margen de determinados
sistemas de
valores
materiales o
espirituales que se hacen hegemónicos dentro de un
contexto social concreto.
Algunos investigadores han recorrido cinco dimensiones
del concepto de
marginalidad.
1.- Dimensión ecológica: refleja
situación por la cual los marginales tienden a vivir en
viviendas localizadas en círculos de miseria.
2.- Dimensión socio-psicológica: los
marginales no tienen capacidad de actuar, no participan en los
recursos
sociales, carecen de integración y no pueden superar su
condición o estatus por sí mismos.
3.- Dimensión socio cultural: los marginales
presentan bajos niveles de vida, salud, vivienda e
instrucción.
4.- Dimensión económica: los marginales
tienen ingresos de
subsistencia y empleos inestables.
5.- Dimensión Política: los
marginales no participan, no cuentan organizaciones
internas de carácter política que los
representen, ni toman parte de las tareas y responsabilidades que
deben emprenderse para la solución de los problemas
sociales, incluidos los propios.
Como se puede apreciar las anteriores dimensiones del
concepto de marginalidad han sido objeto de análisis en nuestro contexto social, pues
trabajando la equidad como
un pilar de la sociedad cubana actual, se ha tratado de mejorar
condiciones de vivienda, trabajo, estudio, etc, no obstante la
marginación sigue siendo un reto a enfrentar en nuestro
sistema
social.
Según la socióloga Mayra Espina Prieto en
su artículo Comentarios sobre el concepto marginalidad en
la sociedad, publicado en la Revista
Catauro No. 13 de 2006, plantea que en el concepto marginalidad
el primer elemento, el más importante, es la marginalidad
vista como un proceso muy
vinculado a la reproducción material de la sociedad y a
tendencias de exclusión y de rebote desde el centro hasta
las márgenes, pero también como proceso
multidimensional que engloba la ínter subjetividad, lo
cultural y lo simbólico como elementos muy importantes en
su configuración, es decir, no basta con accionar sobre
los condicionamientos económicos, sino que hay
también una lógica
ínter subjetiva y cultural de reproducción de la
marginalidad y sus comportamientos.
Esta idea de lo marginal como expresión de una
relación social de poder material
y subjetiva de la marginalidad, como expresión
también de una diversidad existente, rica y viva en
sociedades concretas, resulta especialmente útil para
declarar lo contrario, lo conflictual, lo dialógico, lo
tensional entre progreso y regresión.
Juana María Jiménez Hernández,
profesora auxiliar adjunta de Antropología Social en la Facultad de
Filosofía e Historia de la Universidad de la
Habana, en su trabajo investigativo ¨Otredades
antrológicas de la marginalidad, 2004, la profesora
caracterizó en su diversidad contextual los sentidos de
su vida en el entorno comunitario de la capital, a
partir de una perspectiva antropológica.
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