Mucho se ha hablado del Perú y de sus etnias; de
nuestro mestizaje que se encuentra en cada uno de los peruanos;
sin embargo, muy poco se ha dicho de una etnia muy especial,
absolutamente nativa, que no ha sufrido las influencias ni la
fusión con la España conquistadora ni con
el mundo occidental, por lo que mantiene maravillosas
características propias que califican su destino y
razón de ser en este mundo. También, por cierto, sufren
las penurias propias de quienes, al no haberse integrado
plenamente al mundo civilizado, continúan padeciendo
violencias, inclemencias y males ya desterrados del mundo
contemporáneo.
Geografía
La Región Ucayali, se encuentra en la parte
centro-oriental del Perú y comprende todos los territorios
cubiertos por la selva central amazónica. Debe su nombre al
río Ucayali que la cruza de sur a norte. Su capital es la ciudad de
Pucallpa, que es su puerto fluvial más importante, ubicado
en la margen izquierda del citado río, en el distrito de
Callería. En relación con el mundo externo se halla en
una situación de mediterraneidad que deberá
perennizarse debido a la regionalización administrativa
decretada a partir del 18 de junio de 1980 en que se
formalizó como región autónoma.
En el Km. 13, de la carretera Federico Basadre, adentro,
que parte de Pucallpa, existe una comunidad shipiba-coniba. En este
campamento indígena, la etnia mantiene hasta hoy, la
práctica de sus costumbres y usos seculares tradicionales en
el trabajo, vestuario,
alimentación, y lengua nativa denominada
amahuaca, que pude advertir con bastante claridad en el
último viaje que hice a Pucallpa [febrero-marzo, 2009], y
que me dio la oportunidad de conocer al cacique
Chonomëni y su bello arte.
Etnología
Los shipibos son indígenas sudamericanos
pertenecientes a una tribu del pueblo Pano. Estos 22 000
individuos censados, pertenecen a una importante y homogénea
familia nativa, establecida en
territorios ribereños del Perú y Brasil, al sur del Amazonas, y en
las cuencas del medio y alto Ucayali, desde el Huallaga por el
oeste hasta el Yurúa por el este. Pertenecen también a
ella otros dos grupos de mucha menor
importancia: uno, cerca de Cuzco [Vilcamayo], y otro, en Paraguay, entre Madre de Dios y
el Mamoré. Los panos forman un pueblo de muy baja
cultura, dividido en tribus,
que rigen jefes de escasa autoridad. Practican la
agricultura y la pesca, algunos de ellos son
polígamos y, otrora, fueron caníbales; tienen gran
habilidad en la fabricación de canoas, arte textil y
cerámica. A la luz de la Antropología Física, son de talla inferior a 1.60
m., braquicéfalos y mesorríneos.1
Sociología
§ III.1 Vivienda: En general, la vivienda se
ajusta a los estilos y recursos de la
región: dos y cuatro aguas con paredes de pona o
madera, techo de
shapaja, colocada siguiendo la técnica llamada
crisneja y piso aéreo de madera o pona, casi
siempre construida por dos habitaciones: una que llena todos los
usos, y la cocina, con piso de tierra. Estas "malocas"
están bien adaptadas al clima de la región; pero soy
un convencido, que son propicias para la existente condición
antihigiénica y la promiscuidad, sobre todo por el
tamaño de la familia y la escasa
amplitud de las habitaciones. La familia shipiba, en estas
condiciones, enfrenta serios problemas debidos a la
acumulación de basuras, la falta de agua, el reducido espacio y en
general, por la ausencia total de servicios básicos2;
debiendo considerar que, siendo comunidades ribereñas
naturales, se han visto desplazadas por la empresa fluvial, la pesca
comercial y el negocio avaricioso, hacia confines alejados del
curso de los ríos; teniendo en contra, además, la
absoluta indiferencia de la autoridad del Estado. Pese a sus penurias,
el bohío en que vive una familia shipiba muchas veces
constituye prácticamente el único bien que les da
seguridad en este
mundo.3
§ III.2 Alimentación: No es balanceada.
Rica en carbohidratos y muy pobre en
proteínas, aunque
ingieren algunas cantidades de pescado. Casi nunca consumen carne
de vacuno ni leche por su alto precio. Su alimentación
cotidiana consiste en el consumo de plátano,
arroz, maíz y yuca; fideos, avena,
manteca y azúcar rubia. Así
también, harina de trigo, frijol Chiclayo,
fariña, aceite y fideos. Procuran
complementar su alimentación con la caza de animales.
Los estudios bioquímicos de la dieta de estas
organizaciones tribales,
revelan la carencia de proteínas, vitaminas y sales minerales, con secuelas de
diversos síndromes de naturaleza deficitaria. Los
estudios de los mismos suelos del área2 ponen en
evidencia grandes deficiencias de calcio, fósforo y
magnesio, debido a la acción activa del clima y
a la erosión intensa. La fuerte
acidez, la escasa cantidad de materia orgánica y la
deficiencia de elementos químicos son las principales causas
que los alimentos vegetales de la zona
sean poco aptos para sostener el desarrollo físico
infantil.
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