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La codicia de los mercados (el virus mutante) ? Parte III (página 12)




Enviado por Ricardo Lomoro



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24

Sin embargo, la banca tradicional
no es la panacea contra todos los males que aquejan a Wall
Street, los bancos
comerciales también manejan unidades de valores que
están altamente apalancadas y que tienen poco que ver con
los depósitos bancarios. Además el historial de
desempeño de los llamados supermercados
financieros, como Citigroup es regular.

"No es obvio que haya un beneficio económico
claro" para que los bancos de inversión se fusionen con los bancos
comerciales, dice Campbell Harvey, un profesor de
finanzas de la
Universidad de
Duke.

– El rescate no inspira confianza y desploma Wall Street
(Intereconomía – 22/9/08 Actualizado
22h.)

Los indicadores de
Wall Street profundizan los recortes e inician en negativo una
semana que se presenta interesante tras las intensas jornadas
vividas la semana pasada, con el rescate de las entidades
financieras por parte de la FED. Ahora mismo se trata del mayor
rescate financiero del gobierno desde el
"crack" de 1929. La
administración Bush planea comprar 700.000 millones de
dólares de "productos
tóxicos financieros" como parte del plan de ayuda a
la maltrecha situación financiera del país. A lo
largo de los dos próximos años, la administración podrá comprar esta
deuda generada y para ello elevará el límite
establecido sobre la deuda nacional de 10,6 billones de
dólares a 11,3 billones de dólares.

Pero las dudas siguen en Wall Street. Los inversores no
están seguros de que
"la madre de todos los rescates", como denominan algunos al plan,
sea suficiente para resolver la crisis
crediticia. Así y con la incertidumbre como bandera, los
indicadores de Nueva York se olvidan de la euforia y retoman la
senda bajista. El Nasdaq es líder
de los recortes con descensos del 4,17%, el S&P pierde un
3,82% y el Dow Jones cede en esta sesión más de un
3,2%…

– Los reguladores de todo el mundo toman medidas (Cinco
Días – 23/9/08)

Los reguladores de todo el mundo luchan para devolver la
estabilidad al mercado con
medidas temporales que limitan las apuestas bajistas sobre el
sector financiero. A las restricciones adoptadas la semana pasada
por los reguladores del Reino Unido, EEUU, Francia,
Portugal e Irlanda se sumaron ayer Alemania,
Holanda, Bélgica, Australia y Taiwán. En España las
prohibiciones como tal no llegaron aunque la CNMV sí
adoptó medidas para fomentar la transparencia y la
vigilancia. Algo que también han hecho otros países
de la Unión
Europea como Portugal, Austria, Italia o Grecia. El
comité supervisor europeo (CESR) comentó ayer que
los reguladores de la UE están considerando tomar medidas
adicionales.

En EE UU la SEC prohibió el pasado viernes las
operaciones
bajistas sobre 799 valores del sector financiero, una lista que
se ha ampliado para incluir a 30 valores de la Bolsa de Nueva
York y 66 del Nasdaq.

Formas de ganar con las caídas

1 Ventas a
crédito. Es una de las técnicas
más extendidas para ganar dinero con las
caídas. Consiste en tomar prestadas unas acciones para,
a continuación, venderlas en el mercado. Las ganancias se
obtienen recomprando los títulos más baratos,
embolsándose así la diferencias antes de devolver
el préstamo.

2 Vender futuros. Los futuros se pueden vender si las
expectativas de un inversor son bajistas. Es una operación
poco intuitiva porque se vende algo que no poseemos y que tampoco
compramos para revender. Sencillamente se deshace el contrato. Si
vendo un futuro de Santander a 10 euros con vencimiento a
junio y la acción
cae a 5, ganaré 5 euros.

3 Comprar un put (opción de venta) resulta
interesante cuando se piensa que una acción va a caer. Si
se tienen las acciones, con el put el inversor se garantiza, a
cambio de la
prima, poder vender a
un precio fijo.
Si no se tienen las acciones también se puede apostar por
las caídas comprando put. Vender un call (opción de
compra) también permite ganar en un mercado
bajista.

4 Los contratos por
diferencias también permiten operar a la baja. Se trata de
un contrato entre un emisor y una entidad financiera sobre un
abanico de subyacentes en los que la liquidación se
realiza por la diferencias entre el precio de compra y el de
venta. Cuando la operación es bajista la entidad
financiera vende los títulos para luego
recomprarlos.

– Dinamarca rescata el segundo banco en menos de
un mes (Cinco Días – 23/9/08)

En apenas 28 días, Dinamarca ha tenido que
rescatar dos entidades financieras. Tras tomar el control de
Roskilde Bank el 25 de agosto, ayer el banco central del
país (Danmarks Nationalbank) anunció que ha tenido
que realizar un préstamo de urgencia a EBH, tras revisar
éste a la baja sus previsiones de beneficio.

Como ha ocurrido con otras víctimas de la crisis
crediticia, esta entidad ha tenido serios problemas para
encontrar financiación mayorista, lo que ha deteriorado
sus reservas de capital. El
Danmarks Nationalbank y otros bancos privados han tenido que
asegurar su liquidez con un inyección de fondos para que
pueda seguir operando.

EBH, que cuenta con 350 empleados y nueve sucursales, se
ha visto muy perjudicado por el incremento de la morosidad en sus
créditos hipotecarios. La mala gestión
ha llevado a la firma a despedir a su consejero delegado, Finn
Strier Poulsen. Además, está estudiando posibles
desinversiones con vistas a una potencial fusión
o venta.

El pasado 25 de agosto, el banco danés Roskilde
Bank tuvo que ser intervenido, en una operación de 41.800
millones de coronas danesas (5.600 millones de euros). El banco
central se vio entonces forzado a tomar el control de la entidad
ante la falta de ofertas "tanto domésticas como del
extranjero, durante el proceso de
venta ya fuera por la totalidad o parte del Roskilde
Bank".

– Carlyle se interesa por los activos incluidos
en el plan de rescate de Estados Unidos
(El Confidencial – 23/9/08)

Carlyle Group está interesada en comprar parte de
los activos que podrían ser adquiridos por el Gobierno de
Estados Unidos dentro del plan de rescate de 700.000 millones de
dólares que estudia para su aprobación el Congreso,
tal y como ha dicho David Rubenstein, co fundador de la firma de
capital riesgo, a la
cadena CNBC.

"El capital riesgo puede ayudar en esta crisis mediante
la compra de esos activos. Es posible que nos encontremos entre
los mayores compradores de este tipo de activos", dijo. Aunque
Carlyle ha dirigido sus miradas en el último año
hacia los mercados
emergentes, Rubenstein espera invertir más dinero en
activos estadounidenses ante la caída de los precios de las
acciones y las valoraciones.

En este sentido, dijo que espera que se relajen algunas
de las reglas que supervisan las inversiones
minoritarias en los bancos de inversión. Respecto al
rescate de AIG señaló que fue producto de
una situación única y que desconocía si
otras compañías podrían requerir movimientos
similares. Sobre el plan que estudia el Congreso para su
aprobación dijo que "nunca pensé que fuera a ver
algo como esto y espero no volver a verlo nunca
más".

– La Fed abre la puerta para que los fondos de capital
privado inviertan más en bancos (The Wall Street Journal –
23/9/08)

(Por Peter Lattman y Damian Paletta)

La Reserva Federal, en su intento más reciente
por inyectar más dinero a los alicaídos bancos
estadounidenses, relajó las reglas que limitaban la
habilidad de las firmas de capital privado y los inversionistas
privados para comprar grandes participaciones en los
bancos.

Este es otro paso de la Fed para rescribir las reglas
del mercado en respuesta a la crisis financiera. Los reguladores
están cada vez más preocupados por la escasez de
capital en los bancos, especialmente en las cajas de ahorro
pequeñas y en las instituciones
regionales. La Fed ha estado
forjando esta política por al menos
dos años y las firmas de capital privado han estado
presionando agresivamente por reglas más
benévolas.

Esta decisión debería alentar a las firmas
de capital privado, fondos de inversión estatales y otros
a comprar participaciones en bancos, transfiriendo capital de
aquellos que lo tienen a aquellos que lo necesitan. Previamente,
si la Fed determinaba que una firma de capital privado
tenía una participación controladora en un banco,
podía clasificar al inversionista como un "holding
bancario", supervisando directamente a la casa matriz e
imponiendo restricciones a las inversiones foráneas. Las
reglas fueron diseñadas para evitar que los inversionistas
abusaran de sus participaciones en los bancos para beneficiar sus
inversiones no financieras.

La Fed mostró flexibilidad en tres áreas:
permitir que ciertos inversionistas tengan asientos en la junta,
se comuniquen con la gerencia del
banco y posean cantidades más altas de acciones. Aunque
los cambios no son radicales, abogados de la industria e
inversionistas aseguran que alentarán las
inversiones.

"Creo que permitirá que las firmas de capital
privado hagan inversiones en algunos holdings bancarios en los
que han estado reacios a entrar en los últimos meses",
dijo Ed Yingling, presidente ejecutivo de la Asociación de
Banqueros Estadounidense.

En su comunicado, la Fed dijo que un inversionista puede
tomar hasta una participación de 33%, de los cuales 15%
deben ser acciones comunes, sin que sea considerado como un
inversionista controlador.

La nueva medida podría ser controversial. Los
reguladores históricamente han sido cuidadosos frente a
permitir que inversionistas externos, ansiosos por ganancias,
asuman roles importantes en los bancos. Una de las razones es que
los inversionistas podrían presionar para que se otorguen
préstamos a acreedores riesgosos para obtener ganancias
rápidas. Si el banco se hunde, ese costo
correría por cuenta del gobierno debido a un seguro federal
que cubre los depósitos bancarios, generalmente hasta US$
100.000. Otro temor es que una firma de capital privado presione
al banco en el que invierte a prestar dinero bajo términos
favorables a otras de las compañías en las que
tiene participaciones.

"No es un mar de cambios", dice Michael Ryan, un abogado
de capital privado del bufete Cleary Gottlieb Steen &
Hamilton. "Pero la Fed está tomando una decisión
práctica para responder a las realidades del mercado y las
preocupaciones de los inversionistas minoritarios, los cuales
pueden sumar capital significativo a una industria que lo
necesita".

– El Tesoro y la Fed apremian al Senado para que apruebe
el rescate (Cinco Días – 24/9/08)

La Fed y el Tesoro de EEUU trataron ayer de convencer a
los senadores de que el plan para comprar 700.000 millones de
dólares de activos tóxicos es la mejor receta para
salir de las turbulencias financieras. Ambas entidades
advirtieron que, en caso de no actuar rápido, la crisis
podría acabar hundiendo la economía del país.

Henry Paulson tuvo que desplegar ayer todas sus dotes de
persuasión en el senado de Estados Unidos. El secretario
del Tesoro trató de convencer a la comisión de
banca de la importancia de que el Congreso y la Cámara
Alta aprueben cuanto antes el plan para comprar 700.000 millones
de dólares (477.000 millones de euros) de activos
financieros con problemas. El responsable de la cartera de
Economía
del Gobierno de George Bush estuvo acompañado por el
presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y por el
presidente del regulador de los mercados (SEC, en inglés), Christian Cox.

"Tenemos que tomar nuevas acciones, que sean decisivas,
y que se dirijan directamente a la raíz de las
turbulencias", explicó ayer Paulson a los legisladores. La
medida propuesta consiste en que el Estado
adquiera los activos tóxicos de la banca que actualmente
no pueden vender. De esta forma, se restablecería la
normalidad de los mercados
financieros.

Para Bernanke, la importancia de la medida es crucial.
"Es urgente que el Senado actúe para estabilizar la
situación. De no hacerlo, podría haber
consecuencias muy graves para nuestro sistema
financiero y nuestra economía", aseguró. En
caso de que el mercado crediticio no vuelva a la normalidad "se
perderán puestos de trabajo,
aumentará la tasa de paro, se
embargarán más casas y el Producto Interior Bruto
se contraerá. La economía estadounidense no
podrá recuperarse", advirtió.

El respaldo del presidente de la Fed a la mayor
intervención estatal en los mercados desde la Gran
Depresión es absoluto después de que
fracasara su intento de reactivar la economía con la mayor
bajada de tipos de interés en
dos décadas. Cayeron del 5,5% al 2% entre septiembre de
2007 y abril de 2008.

Oposición desde los dos
partidos

Algunos senadores tratan de frenar el proyecto. Los
demócratas piden que se incluyan ayudas a los propietarios
de viviendas y se limiten el sueldo variable de los banqueros,
mientras que el ala republicana cuestiona la finalidad y la
dimensión del plan.

El representante demócrata por Ohio, Sherrod
Brown, aseguraba ayer que sus electores rechazan de plano la
propuesta. Mientras, el senador republicano por Kentucky, Jim
Bunning, advertía a Paulson y a Bernanke que el plan
supone "tomar todo el daño
sufrido por Wall Street y dispensarlo entre todos los
contribuyentes".

Una de las cuestiones que la intervención ante el
Senado dejó sin resolver es el precio que pagar por los
activos ilíquidos de la banca. Al respecto, Bernanke
aseguró que el Tesoro no comprará a los bancos "a
precio de saldo" sino a un nivel más razonable.

La medida que intenta sacar adelante la administración Bush se uniría a
rosario de intervenciones para aliviar la situación del
sector financiero. Una de ellas fue la de nacionalizar
transitoriamente Freddie Mac y Fannie Mae -las principales
entidades hipotecarias de EEUU-. Una decisión "necesaria y
apropiada", en palabras del presidente de la Reserva Federal.
Bernanke también reconoció que los bancos centrales
habían tratado de buscar una solución privada para
Lehman Brothers, pero no pudieron evitar su quiebra.

Un "agujero
regulatorio" de 58 billones de dólares

El presidente de la Comisión de Valores de EEUU
(SEC por sus siglas en inglés), Christopher Cox,
instó ayer a los legisladores a adoptar las medidas
necesarias para subsanar el "agujero regulatorio" existente en el
mercado de garantías de deuda (credit default swaps) cuyo
montante asciende a unos 58 billones de dólares (39,4
billones de euros) y que actualmente no está supervisado.
Cox recordó que el fracaso del acta Gramm-Leach-Bliley
para otorgar autoridad
reguladora sobre la banca de inversión a alguna de las
agencias gubernamentales ha representado, tras la experiencia de
los últimos meses, "un costoso error". "Existe otro
agujero regulatorio similar que debe ser subsanado inmediatamente
para evitar consecuencias parecidas. El mercado de unos 58
billones de dólares en garantías de crédito
CDS no está regulado por nadie", señaló.
Este tipo de cobertura ha sido uno de los instrumentos que ha
propiciado la propagación de los activos tóxicos
tras el comienzo de la crisis de las hipotecas de alto riesgo
(subprime, en inglés). "Les insto a proporcionar la
autoridad necesaria para regular estos productos y mejorar la
protección de los inversores (…) Ni la SEC ni cualquier
otro regulador cuenta con autoridad sobre el mercado de CDS, ni
siquiera para poder solicitar una mínima información a los mercados",
añadió. Cox recordó que la división
de orden público del regulador bursátil ha
emprendido una amplia investigación respecto a la
manipulación de los mercados por las instituciones
financieras, con especial atención a los broker e inversores
institucionales con actividad significativa en emisiones
financieras y posiciones en CDS.

– Warren Buffett invertirá US$ 5.000 millones en
Goldman Sachs (The Wall Street Journal –
24/9/08)

(Por Susanne Craig y Susan Pulliam)

Goldman Sachs Group Inc. recibió ayer una
inyección de US$ 5.000 millones por parte del magnate
estadounidense Warren Buffett, en lo que se presenta como un
impresionante sello de aprobación de la firma de Wall
Street.

El holding de inversiones de Buffett, Berkshire
Hathaway, pagará US$ 5.000 millones en acciones
preferentes sin vencimiento fijo en Goldman en una
colocación privada. Además tiene la opción
de comprar otros US$ 5.000 millones en acciones comunes. El
público tendrá la oportunidad de comprar otros US$
2.500 millones en acciones comunes, anunció Goldman.
Apenas unas horas después de que se publicara la noticia,
las acciones de Goldman ya registraban un salto de 9%.

Este acuerdo le da un gran impulso a Goldman Sachs, la
firma más respetada de Wall Street, que se
convirtió en blanco de las críticas de los
inversionistas después de que Lehman Brothers Holdings
Inc. se hundiera la semana pasada. La acción de Goldman,
que se había mantenido más estable que las de sus
pares en Wall Street, fue vapuleada la semana pasada, registrando
una caída de hasta 44% antes de iniciar un repunte. El
domingo, la Reserva Federal de Estados Unidos aprobó la
solicitud de Goldman de convertirse en un banco comercial, lo que
le da un mayor acceso a fondos pero reducirá sus
ganancias.

La medida de Buffett es una muestra muy
necesaria de confianza en Wall Street por parte de uno de los
inversionistas más prominentes del mundo y que hasta ahora
se había mantenido al margen de las grandes firmas
financieras.

Hasta ahora, Goldman ha logrado evitar la
explosión de los valores
atados a las hipotecas de alto riesgo y no ha registrado ninguna
pérdida trimestral desde que comenzó la crisis. Aun
así, las ganancias han menguado.

– El FBI investiga a firmas (BBCMundo –
24/9/08)

El Buró Federal de Investigaciones
de Estados Unidos (FBI) comenzó una investigación a
cuatro de las grandes firmas que se han visto afectadas por la
actual crisis en los mercados de valores.

Según los medios de
comunicación de ese país, los agentes al
parecer están examinando posibles fraudes cometidos por
los entes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac, el banco de
inversión declarado en bancarrota, Lehman Brothers, y la
aseguradora AIG. Altos ejecutivos de esas instituciones
también están siendo investigados, según
indican los informes de
prensa.

En los últimos doce meses y en el marco de la
crisis del mercado hipotecario de EEUU, el FBI inició una
investigación a lo largo y ancho del sector financiero.
Las averiguaciones se han centrado en torno a las
preocupaciones por la forma en que fueron otorgados los llamados
préstamos de alto riesgo conocidos también como
"subprime".

Unos 20 bancos

El FBI ha estado investigando a los bancos hipotecarios
que otorgaron los créditos a compradores que no
tenían ingresos
necesarios para pagar su hipoteca, así como a los bancos
de inversión que negociaron estos esquemas
crediticios.

La caída en el mercado hipotecario de Estados
Unidos ha desencadenado en miles de millones de dólares en
pérdidas dentro de estas instituciones crediticias que han
generado una crisis en los mercados de todo el mundo.

Freddie Mac, Fannie Mae y AIG han sido rescatados por el
gobierno de Estados Unidos tras temores de que se
declararían en bancarrota. Lehman Brothers no tuvo la
misma suerte y pese a haber sido uno de los más
reconocidos bancos de inversión en Wall Street, tuvo que
declararse en quiebra.

La investigación del FBI sobre estas cuatro
compañías está en fase preliminar,
según indican los informes de los medios de
comunicación estadounidenses. La semana pasada el
director del FBI, Robert Mueller, dijo que más de veinte
instituciones financieras de gran tamaño estaban ya bajo
investigación.

– La FED acuerda con Australia, Dinamarca, Noruega y
Suecia inyectar 30.000 millones (Negocios
24/9/08)

La Reserva Federal Estadounidense anunció hoy el
establecimiento de acuerdos recíprocos temporales ("swap
line") con los bancos centrales de Australia, Dinamarca, Noruega
y Suecia, para aliviar las presiones sobre el dólar a
corto plazo en los mercados, con una inyección de 30.000
millones de dólares (unos 20.400 millones de
euros).

Este acuerdo está en línea con el
alcanzado con el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos
centrales de Inglaterra,
Canadá, Japón y
Suiza la semana pasada, diseñado para mejorar las
condiciones de liquidez en los mercados financieros mundiales,
por lo que la cantidad total asciende ya a 277.000 millones de
dólares (unos 188.700 millones de euros).

Además, los citados bancos continuarán
trabajando juntos durante este "período de estrés" en
el mercado y se comprometen a "tomar medidas adicionales cuando
sea necesario".

El Comité de Mercado Abierto de la Fed ha
autorizado una ampliación de sus acuerdos
recíprocos temporales con los citados bancos, lo que
aporta mayor liquidez a los sistemas
financieros gracias a la inyección de 30.000 millones de
dólares.

En concreto, la
FED proveerá liquidez por importe de 10.000 millones de
dólares (unos 6.800 millones de euros) al Banco de
Australia y al de Suecia, mientras que aportará 5.000
millones de dólares (34.400 millones de euros) a los de
Dinamarca y Noruega.

Esta cantidad se une a los 247.000 millones de
dólares (168.000 millones de euros al cambio actual) de
liquidez en dólares de hasta 110.000 millones de
dólares (74.908 millones de euros) en el caso del BCE, y
hasta 27.000 millones de dólares (18.386 millones de
euros) para el Banco Central de Suiza.

Además, las nuevas líneas autorizadas la
semana pasada suponían la provisión de 60.000
millones de dólares (40.863 millones de euros) para el
banco de Japón, 40.000 millones de dólares (27.242
millones de euros) para el Banco de Inglaterra y 10.000 millones
de dólares (6.810 millones de euros) para el Banco de
Canadá.

– "Nuestra economía está en peligro"
(BBCMundo – 25/9/08)

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se
dirigió a la nación
para advertir sobre la extrema necesidad de que el Congreso
apruebe un plan de emergencia para rescatar al país de la
crisis financiera aseverando que toda la economía
está en peligro.

El presidente inició su alocución grabada
para televisión
calificando la situación como una "severa crisis
financiera". Bush dijo que, como republicano, creía
profundamente en la libre empresa sin la
interferencia del gobierno, pero que había quedado
evidente que el mercado no estaba funcionando. Por eso
afirmó que una medida decisiva por parte del gobierno es
esencial para reiniciar el flujo de crédito y recuperar la
economía.

"Con la situación volviéndose más
precaria cada día, enfrentaba la siguiente opción:
intervenir con una medida dramática del gobierno o dar un
paso atrás y permitir que las acciones irresponsables de
unos socaven la seguridad
financiera de todos", señaló.

Recalcó, sin embargo, que el plan de rescate no
contempla preservar el bienestar de ninguna empresa o industria
individual, está dirigido a preservar la economía
estadounidense en general. Bush advirtió que las
circunstancias por las cuales pasa la nación
no son normales. Apuntó a la falta de confianza y el
riesgo de que importantes sectores de la economía se
paralicen.

Escenario angustioso

Igualmente, presagió que si no se adoptan las
medidas inmediatamente Estados Unidos podría deslizarse en
un pánico
financiero, generando un escenario angustioso.

"Más bancos podrían quebrar -inclusive
algunos en sus comunidades- la bolsa caería aún
más reduciendo el valor de las
jubilaciones, el valor de sus casas se desplomaría,
habría más ejecuciones hipotecarías, si es
dueño de una empresa o
finca sería más difícil lograr
crédito, no podría conseguir préstamos para
comprar un auto o enviar sus hijos a la universidad",
aseveró.

"Empresas
cerrarían y miles perderían su empleo.
Últimamente nuestra nación pasaría por una
larga y penosa recesión", recalcó y
añadió: "No podemos permitir que esto suceda".
"Toda nuestra economía está en peligro",
señaló Bush para intentar dibujar lo que él
considera es una gravísima situación.

En un intento por ampliar el apoyo político a su
plan, Bush informó que había invitado a ambos
candidatos presidenciales, John McCain y Barack Obama, a la Casa
Blanca para sostener conversaciones con otros miembros del
Congreso.

Ambos candidatos habían emitido un comunicado
conjunto para pedir que todos los partidos deberían
cooperar para evitar la catástrofe. El republicano McCain
anunció además que suspendió su
campaña para contribuir en el Congreso hacia la
resolución del problema financiero y sugirió que el
primer debate
presidencial programado para el viernes se pospusiera. Por su
parte, Obama insistió en que el debate debería
seguir adelante porque el pueblo quiere escuchar las ideas que
tienen los candidatos para resolver la crisis…

– La crisis financiera ha costado 1,3 billones de
dólares, según FMI (El
Confidencial – 25/9/08)

El Fondo Monetario
Internacional (FMI) ha elevado a 1,3 billones de
dólares el costo de la crisis financiera tras la
turbulencia reciente, más de un 30% por encima de su
cálculo
anterior.

El director gerente del
organismo, Dominique Strauss-Kahn, divulgó la nueva cifra
en una conferencia en la
sede del organismo y su "número dos", John Lipsky,
posteriormente la explicó en un discurso en
California. Lipsky indicó que los bancos europeos y
estadounidenses han perdido entre 640.000 y 735.000 millones de
dólares por la caída del valor de sus activos,
principalmente en dólares. Al añadir los perjuicios
para otras instituciones en todo el sistema
financiero, las pérdidas ascienden a 1,3 billones de
dólares, explicó.

En abril, el FMI había cifrado la riqueza
destruida en 945.000 millones de dólares, equivalente a
todo el Producto Interno
Bruto (PIB) de
México.

La crisis financiera ha hecho que el FMI reduzca "de
forma modesta" sus perspectivas de crecimiento mundial, pero
ésta "no impedirá en sí misma una
recuperación gradual" en 2009, explicó Lipsky. La
ralentización económica ocurre en todo el planeta,
no sólo en los países avanzados, apuntó, lo
que revienta la teoría
de que las naciones emergentes estaban de alguna forma aisladas
de las tribulaciones financieras.

Lipsky también alertó de las repercusiones
de la caída del sector inmobiliario en Reino Unido,
Irlanda y España para sus propios sistemas financieros. En
Estados Unidos hay algunas señales
de desaceleración en la bajada de los precios de la
vivienda, pero Lipsky insistió en que la crisis aún
no ha terminado.

– Washington Mutual protagoniza el mayor hundimiento de
un banco en la historia de EEUU (El
Confidencial – 26/9/08)

El banco Washington Mutual (WaMu) ha protagonizado el
mayor hundimiento de una entidad financiera en la historia
estadounidense, lo que le convierte en todo un símbolo de
los excesos del "boom" inmobiliario de los últimos
años en el país. El Gobierno, en lo que supone la
mayor intervención de un banco hasta ahora, se ha visto
obligado a tomar el control de la entidad, que atesora 307.000
millones de dólares en activos, y acordar una venta de
urgencia a JP Morgan.

En las últimas semanas, el Gobierno había
tratado de forzar a WaMu a negociar su venta a otro grupo
bancario, aunque las negociaciones no han tenido éxito,
lo que ha obligado al Gobierno a acometer la intervención.
Se da la circunstancia de que JP Morgan se vio obligada hace solo
seis meses a adquirir, bajo la presión
del Gobierno, otra entidad abocada a la bancarrota, el banco de
inversión Bear Stearns.

El derrumbe de Washington Mutual supera, con mucho, el
que se produjo en 1984 con la caía de Continental Illinois
National Bank and Trust, un banco de Chicago que hasta ahora
tenía el récord del mayor derrumbe de una entidad
financiera. Con el acuerdo del jueves, JP Morgan asumirá
el control de las 2.300 oficinas que Washington Mutual, una
entidad con 119 años de historia, tiene en todo el
país, así como su voluminosa cartera de
créditos y depósitos.

Sólo en la última semana, cuando ya se
conocía el peligro que se cernía sobre Washington
Mutual, la entidad ha sufrido la salida de las cuentas de sus
clientes de
16.700 millones de depósito. Esto le ha dejado "sin la
suficiente liquidez para poder cumplir con sus obligaciones"
y le ha colocado en una condición "defectuosa para poder
seguir haciendo negocios" con sus clientes, según un
comunicado de la Oficina de
Supervisión Bancaria.

El costo de la operación para JPMorgan Chase
será de 1.900 millones de dólares y no
afectará los depósitos de los clientes de
Washington Mutual, según fuentes de la
industria financiera. Por otra parte, la Corporación
Federal de Seguros de Depósitos, que protege los seguros
de los bancos, señaló que no tendrá que
acudir a sus fondos. La toma de Washington Mutual, que tiene su
sede en Seattle, es la última de una serie de
intervenciones del Estado en entidades financieras del
país que se han visto abocadas a la bancarrota por su
enorme exposición
a los activos "tóxicos" relacionados con el derrumbe del
mercado hipotecario.

Junto a Washington Mutual, el Gobierno se vio obligado
hace unos días a desembolsar 85.000 millones para evitar
la caída de American International Group, la mayor
aseguradora del país, así como a tomar el control
de las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, con la
inyección de 100.000 millones de dólares en cada
una de ellas.

El plan de rescate, en punto muerto

Estos acontecimientos se producen en un momento en que
el Congreso negocia contra reloj la propuesta que el Gobierno ha
puesto sobre la mesa para adquirir toda la deuda "tóxica"
de la banca, por importe de unos 700.000 millones de
dólares. WaMu es una de las entidades que atesoraba una
mayor cantidad de este tipo de deuda, pues no en vano se preciaba
de haberse convertido en el "Wal-Mart de la banca", por prestar
dinero a personas sin recursos que eran
rechazadas en otras entidades, lo que le permitió crecer
hasta convertirse en el sexto mayor banco del
país…

Los títulos de WaMu cayeron el jueves en la Bolsa
de Nueva York un 25,22%, ya que sus títulos cerraron a
1,69 dólares por acción, 0,57 más baratos
que en la sesión anterior.

En las operaciones electrónicas que tienen lugar
tras el cierre del mercado, sus títulos se anotaban otro
descenso del 43,79% y se negociaban a 0,95 dólares cada
uno. El miércoles ya perdieron otro 29,4% de su valor
después de que Standard & Poors rebajara la
calificación que concede a ese banco.

– Los responsables de la banca de inversión de
EEUU ganaron 3.100 millones en cinco años
(Expansión – 26/9/08)

Los cinco grandes bancos de inversión
estadounidenses -Merrill Lynch, JPMorgan, Lehman Brothers, Bear
Stearns y Citigroup- pagaron 3.100 millones de dólares a
sus consejeros delegados entre 2003 y 2007. La limitación
de los salarios de los
altos ejecutivos es uno de los motivos que esgrimen los
congresistas que se oponen a la aprobación del plan
anticrisis diseñado por Henry Paulson.

Precisamente, Paulson se embolsó 111 millones
entre 2003 y 2006 al frente de Goldman Sachs. La lista de
ganancias, sin embargo, está encabezada por Stanley
O'Neal, que ganó 172 millones entre 2003 y 2007 como
consejero delegado de Merrill Lynch. Sin embargo, el directivo
que más rentabilidad
ha sacado a su paso por una de estas grandes firmas ahora
caídas en desgracia es John Thain, que ha recibido 86
millones por un mes de trabajo en Merrill, comprado este mes por
Bank of America.

Estas cifras cobran especial significado si se tiene en
cuenta que JPMorgan se hizo con Bear Stearns por 236 millones,
aunque posteriormente quintuplicara su oferta sobre
la entidad para salvar las reticencias de sus
accionistas.

Goldman Sachs es el banco que más ha pagado a sus
consejeros delegados entre 2003 y 2007, con un total de 859
millones de dólares, seguido de Bear Stearns, con 609
millones. Estas cifras incluyen salario, bonus,
acciones y opciones sobre acciones.

Pero los directivos no han sido los únicos que se
han aprovechado de los buenos salarios repartidos por las grandes
firmas de inversión de Wall Street. Los 185.687 empleados
de estos cinco bancos de inversión percibieron 66.000
millones de dólares en 2007, de ellos 39.000 millones en
bonus. Esta cifra arroja una retribución media de 353.089
dólares por empleado, según los datos de
Bloomberg.

Merrill Lynch, JPMorgan, Lehman Brothers, Bear Stearns y
Citigroup registraron un beneficio neto conjunto de 93.000
millones de dólares entre 2003 y 2007.

Estas cifras se están dando a conocer en un
momento en el que congresistas republicanos y demócratas
se oponen a que el Estado financie con 700.000 millones de
dólares el rescate del sector financiero.

– Nueva acción concertada de los bancos centrales
para impulsar la liquidez (El Confidencial –
26/9/08)

El Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra y
el Banco Nacional Suizo han acordado realizar tres inyecciones
conjuntas de liquidez a una semana por un monto de 74.000
millones de dólares (50.755 millones de euros).

El BCE ha anunciado que realizará una
inyección de 35.000 millones de dólares (24.008
millones de euros) a siete días, al tiempo que
mantendrá las subastas diarias de dólares en 30.000
millones de dólares (20.580 millones de euros) a un plazo
de un día.

El Banco de Inglaterra inyectará 30.000 millones
de dólares con una semana de plazo de devolución,
mientras que en la subasta de media noche ofertará 10.000
millones de dólares. El banco británico
añadió que el lunes 29 tendrá lugar otra
subasta de 40.000 millones de libras (50.373 millones de euros)
con fecha de vencimiento el 15 de enero
próximo.

Por su parte, el Banco Nacional Suizo ha declarado que
va a proceder a inyectar 9.000 millones de dólares (6.173
millones de euros) en la subasta a 7 días, mientras que
reducirá la subasta diaria de dólares a un
día de plazo a 7.000 millones de dólares (4.802
millones de euros) desde los 10.000 millones de dólares
(6.860 millones de euros) anteriores.

La Reserva Federal estadounidense indicó que para
atender a estas operaciones, el Comité Federal de Mercado
Abierto ha autorizado un incremento de 10.000 millones de
dólares en sus líneas temporales "swap" con el ECB
y otro de 3.000 millones de dólares con el Banco Nacional
Suizo.

– La banca afronta su prueba final (Cinco Días –
27/9/08)

(Por Pablo Martín)

Son los principales culpables del seísmo
financiero que comenzó hace 14 meses en Estados Unidos, y
también los que más están padeciendo su
poderoso impacto. Todas las miradas se centran en los bancos
después de que haya ocurrido lo inimaginable hasta hace
muy poco tiempo: la bancarrota de Lehman Brothers y las
desapariciones, tras ser absorbidos por bancos comerciales, de
Bear Stearns y Merrill Lynch. El último episodio del
culebrón, la compra de Washington Mutual por parte de
JPMorgan, se conoció el viernes, día que los
mercados presionaban a Wachovia y Fortis. Cualquier entidad puede
ser ahora señalada como la siguiente en caer.

De momento, ya ha quedado enterrado un modelo de
hacer dinero en el sistema financiero: el de la banca de
inversión. Goldman Sachs, auxiliado por el magnate Warren
Buffett, y Morgan Stanley, que negocia con el chino Citic,
solicitaron el pasado lunes convertirse en bancos comerciales -al
estilo de Santander o BBVA-. El plan de salvamento anunciado por
EEUU ha aliviado la presión, pero continúan las
quinielas sobre cuáles serán las entidades que
saldrán fortalecidas y queda por conocer "qué otros
modelos de
negocio están en el punto de mira por su debilidad", como
advierte UBS en un informe. Los
ratios de solvencia y de créditos sobre depósitos
son ahora cruciales para determinar la fortaleza de las entidades
financieras. "El sector en Europa se
enfrenta a un problema de capital", señalan los expertos
de Citi. Y es que, pese a que han tratado de captar capital de
cualquier modo desde hace casi un año, su solvencia ha
caído por las depreciaciones de activos.

Según UBS, el coste de la crisis actual
alcanzará los 945.000 millones de dólares, de forma
que se convertirá en la segunda más cara de
solucionar de la historia -en relación al PIB
estadounidense-, sólo por detrás de la del sistema
japonés en los años 90. "Será necesario que
los organismos reguladores de Estados Unidos identifiquen a las
instituciones financieras que sobrevivirán y las que no.
Esto garantizaría desbloquear las tensiones de los
mercados de crédito", explica en un informe Alex Patelis,
economista de Merrill Lynch. Hasta ahora, y pese a las
multimillonarias inyecciones de liquidez llevadas a cabo por los
bancos centrales, el estrés se mantiene por todo lo alto:
el euríbor a 12 meses marcó el
jueves su máximo histórico en el 5,484% y el
viernes cerró a 5,471%. La situación no es mejor en
cuanto a los derivados de crédito (CDS, por sus siglas en
inglés), que protegen al inversor en caso de impagos de
deuda. Los de muchas entidades se han disparado, tanto en Europa
como en Estados Unidos. Así, en Morgan Stanley el riesgo
de impago se ha disparado hasta cerca de los 800 puntos
básicos -100 equivalen a un punto porcentual- respecto a
los apenas 100 de finales de 2007, mientras que en Barclays
acaricia los 180 puntos, cuando hace nueve meses era de
sólo 50.

Fuertes
caídas en Bolsa

Las cotizaciones ya han bajado mucho, pero pueden
hacerlo más a juicio de los analistas y gestores. "Es
tentador pensar en comprar a estos precios", según Colin
Beveridge, de Scottish Widows Investment Partnership. El experto
advierte que se avecinan fuertes cambios en el sector. Desde
Newton
Investment Management, gestora especializada de BNY Mellon AM,
señalan que aún no ha llegado el momento de apostar
por los bancos. En Citi, reconocen que cotizan a un nivel
históricamente bajo, aunque puntualizan que las
estimaciones todavía pueden ser revisadas a la baja
"dramáticamente". En cambio, JPMorgan se muestra
partidaria de sobreponderar el sector e Ignacio Rodríguez
Añino, de M&G Investments, afirma que hay entidades
"baratas por valoración".

– Desesperación con el plan de rescate financiero
de Bush – Paulson se arrodilla ante Pelosi para defender el plan
de rescate de Bush: "No lo tiréis atrás" (El Mundo
26/9/08)

Sala Roosevelt de la Casa Blanca, jueves por la noche.
Se acaba el día y la negociación entre demócratas y
republicanos para aprobar el plan de rescate financiero del
Gobierno de George W. Bush concluye sin éxito. Henry
Paulson, secretario del Tesoro, pierde la paciencia. Clava una
rodilla en el suelo e implora a
la presidenta de la Cámara de Representantes, la
demócrata Nancy Pelosi, que salve el proyecto: "No lo
tiréis abajo".

"No sabía que eras católico",
observó irónicamente Pelosi en referencia al acto
de arrodillarse, según alguien que presenció la
escena. Así lo relata hoy "The New York Times", que
precisa que la demócrata dio carpetazo al asunto con otra
estocada más: "No soy yo quien lo está tirando por
tierra, son
los republicanos".

Paulson suspiró: "Lo sé, lo
sé".

La reunión comenzó con la esperanza de un
posible acuerdo, pero acabó con el secretario del Tesoro
de rodillas y con el presidente del Gobierno advirtiendo de que
"si no se libera el dinero,
esto se va a venir abajo".

La situación se complicó. Después
de una noche de negociaciones, los enviados del Congreso
acordaron continuar este viernes las conversaciones, con la
sospecha de que los acuerdos son cada vez más
difíciles y la presión de los mercados financieros
aumenta. Además, en medio está el polémico
primer debate entre John McCain y Barack Obama, al cual no quiere
acudir el republicano porque ha suspendido su campaña para
centrarse en la crisis económica. Algo que, según
critican los demócratas, habría provocado que las
negociaciones se alargasen de forma interesada.

La llegada de los dos senadores y candidatos a la Casa
Blanca prometía un acuerdo. Bush dijo poco antes de su
cita con ellos que "su esperanza es alcanzar un acuerdo en
breve". Pero todo se complicó una vez se cerraron las
puertas de la sala de reuniones. El líder republicano de
Ohio, John A. Boehner, sorprendió a todos al anunciar que
su "caucus" no apoyaría al Gobierno si compraba activos
financieros de alto riesgo.

Boehmer pidió una alternativa que implicase un
rol menor del Estado, y McCain se abstuvo de decantarse o no por
la propuesta, asegura "The New York Times". A partir de
ahí, comenzaron los reproches en una escena donde unos y
otros se apuntaban con el dedo. Hasta ocurrir el episodio de
Paulson con Pelosi.

El resumen de la reunión lo explicaría
más tarde Christopher J. Dodd, demócrata de
Connecticut y responsable del Comité de Banca del Senado.
"La sesión ha sido un plan de rescate para John McCain",
denunció antes de lamentar que ese tiempo se podría
haber aprovechado para negociar la salvación del sistema
financiero estadounidense.

– El banco Fortis se ve obligado a vender activos por
hasta 10.000 millones (El País –
27/9/08)

El banco belga-holandés Fortis anunció
ayer que venderá activos por valor de hasta 10.000
millones de euros para hacer frente a las "circunstancias
difíciles en el mercado". Las acciones de la entidad
cayeron ayer el 20,37% hasta los 5,20 euros por acción en
la Bolsa de Ámsterdam por los rumores sobre sus problemas
de liquidez. El valor de los títulos se situó en el
nivel más bajo desde el año 1995.

Para restaurar la confianza en las acciones, el grupo
bancario reaccionó rápidamente en la noche de ayer
nombrando un nuevo consejero delegado: Filip Dierckx, que
deberá ser confirmado en la junta general pero que desde
ayer recibió la "total autoridad como consejero delegado".
Dierckx sustituye a Herman Verwilst, que fue nombrado el pasado
11 de julio también tras un desplome de las
acciones.

Los activos que se venderán son de la
división de banca y de seguros y están localizados
fuera de Bélgica, Holanda y Luxemburgo, según
informó la entidad en un comunicado en el que añade
que las desinversiones serán de hasta 10.000 millones de
euros. El banco asegura que ya tiene potenciales compradores para
todos ellos.

Ayer en el mercado se especulaba con la posibilidad de
que el Santander comprara activos de Fortis, aunque fuentes
oficiales de la entidad que preside Emilio Botín no
quisieron hacer ningún comentario sobre el tema. En el
comunicado Fortis añade que, pese a la venta de estos
activos, su nivel de solvencia es "sólido" y está
muy por encima de los requisitos legales, además de
recordar que dispone de una liquidez superior a los 300.000
millones de euros que le permite financiar plenamente sus
operaciones. Fortis ha caído en su cotización
bursátil el 70% en lo va de año.

La inquietud por la crisis llegó también
al Gobierno belga. El ministro de Finanzas, Didier Reynders,
lanzó ayer a la salida del Consejo de Ministros un mensaje
de tranquilidad a los consumidores al decir que "en
Bélgica como en el resto de Europa" no dejarán "a
ningún cliente en
dificultades".

– Reino Unido: nueva nacionalización (BBCMundo –
28/9/08)

El gobierno británico se dispone a nacionalizar
el banco Bradford & Bingley (B&B), según ha podido
saber la BBC. Funcionarios del Tesoro británico y de la
Autoridad de Servicios
Financieros (FSA, por sus siglas en inglés) han mantenido
conversaciones con los responsables de la entidad bancaria para
asegurar su futuro.

Según el editor de asuntos económicos de
la BBC, Robert Preston, el Tesoro venderá de manera
inmediata este banco a otra u otras instituciones
financieras.

El valor de las acciones de B&B cayó en
picada en los últimos días y la entidad
anunció la supresión de 370 puestos de trabajo,
debido a la crisis en el mercado de las hipotecas.

El banco será nacionalizado utilizando la
legislación especial aprobada a principios de
año para llevar a cabo la nacionalización de la
institución financiera de préstamos hipotecarios
Northern Rock.

Según ha podido saber la BBC, el Tesoro
británico negociaría después con los bancos
interesados en comprar partes de B&B, entre los
estaría el español
Santander, HSBC y Barclays…

Los US$ 92.000 millones en préstamos de B&B,
incluyendo US$ 75.000 millones en hipotecas, no serían
vendidos y serían nacionalizados a largo plazo. Las
hipotecas podrían ser gestionadas por el nacionalizado
Northern Rock.

Este sábado B&B experimentó una
importante retirada de dinero a través de sus oficinas y
de internet, debido
a el temor de sus clientes a perder su dinero.

Según Robert Preston, la nacionalización y
venta del B&B es un evento trascendental en la historia de la
banca británica.

B&B ha estado cerca de que sus depositantes le
exigieran el retorno de millones de libras esterlinas, algo que
no podría haber afrontado. El portavoz de B&B
confirmó que estaban teniendo lugar conversaciones sobre
el futuro del banco y que se llevará acabo un anuncio
antes de que la Bolsa de Valores
de Londres abra su sesión este lunes.

– Crisis financiera mundial – Las cinco claves de la
Operación Rescate (El País –
28/9/08)

(Por Sandro Pozzi – Nueva York)

Las arterias del sector financiero están atoradas
y a punto de colapsar el conjunto de la economía. Por eso,
desde Wall Street se clama a la élite política en
Washington para que no se atasque en debates ideológicos y
encuentre una solución urgente a sus diferencias sobre el
plan de rescate diseñado por la Administración que
preside George Bush. Wall Street quiere que empiece a fluir el
capital. La negociación entre demócratas y
republicanos, a contrarreloj, se centra en la cuantía del
plan de rescate, su destino final (el sector financiero o el
conjunto de los ciudadanos), su coste para los contribuyentes y
los mecanismos de control para evitar desmanes.

La intención, aparentemente compartida, es llegar
a algún tipo de acuerdo antes de que abran los mercados
asiáticos y votar mañana antes de la
celebración del año nuevo judío. Pero la
lucha no estará terminada hasta que sea enviado al
Despacho Oval y rubricado por el comandante en jefe, porque desde
el ala conservadora se quiere reducir al máximo la
intervención con dinero público.

El texto original
del plan ha ido creciendo de forma exponencial en la
última semana, de las tres páginas iniciales a
más de un centenar. En el parqué lo ven ya como una
gran salchicha: nadie quiere saber cómo se hace, si al
final le gusta a todos. Y es al consensuar los detalles,
línea a línea, donde se encuentran la dificultad de
una negociación que rota sobre cinco pilares:

– Montante: el Tesoro, con el respaldo de la Reserva
Federal, pide autorización para poder movilizar hasta
700.000 millones de dólares (479.000 millones de euros)
para comprar a los bancos activos contaminados por las hipotecas
basura, y
tenerlos fuera de sus balances hasta que vuelva la normalidad al
mercado.

Los demócratas propusieron concederlos de forma
gradual, poniendo 250.000 millones a disposición inmediata
del Tesoro, y dejando otros 100.000 millones listos para
movilizar si los solicita la Casa Blanca. Los 350.000 millones
restantes estarían sujetos a una autorización
posterior en mayo.

Los republicanos no quieren dar un cheque en
blanco para pagar los abusos de los banqueros. Para proteger al
contribuyente propusieron un programa para
asegurar las hipotecas tóxicas que están mermando
los balances y dar incentivos
fiscales a las empresas para sanear la economía. Las
negociaciones de última hora apuntaban a que la idea de
asegurar los activos tocados podría ser aceptada como una
opción alternativa. A esa opción podrían
acudir los bancos que lo desearan.

– Compensación a ejecutivos: existe un acuerdo,
aceptado por el Tesoro, para limitar los sueldos y compensaciones
de los ejecutivos de entidades que participen en el plan. La
dificultad está en establecer a partir de que momento se
aplica esta medida, que estaría basado sobre la
noción del "riesgo excesivo" que asumieron a la hora de
gestionar las inversiones.

– Retornos: los legisladores están de acuerdo en
que si se moviliza dinero público, el contribuyente debe
tener algún tipo de retorno si los bancos participantes
obtienen beneficios fruto del rescate. Para ello está
sobre la mesa la idea de que el Tesoro tenga una
participación en el capital de las entidades que acudan en
su ayuda y que ese dinero vaya a reducir la deuda.

– Ayuda a propietarios: los demócratas quieren
que el plan de rescate no mire solo al sector financiero, al que
señalan como responsable de esta crisis. Y proponen
incluir medidas para dar un balón de oxígeno
a los propietarios que se están topando con dificultades
para preservar sus viviendas. Para ello se quiere introducir una
modificación en la legislación para que se puedan
cambiar los términos de las hipotecas con riesgo de
desahucio. Además buscan que parte de los beneficios
generados por el plan nutran un fondo para promover viviendas a
un precio asequible, una iniciativa que irrita a los
republicanos.

– Supervisión: el plan original otorgaba al
secretario del Tesoro, Henry Paulson, poderes sin precedentes
para manejar esa suma masiva de dinero público. Pero en
las dos alas del Capitolio quieren estar seguros de que el dinero
del contribuyente se usará de la forma adecuada y que el
plan funcionará. Para darle transparencia se quieren crear
dos comités de supervisión independientes, que
pueda intervenir en el proceso en caso de que no se consigan los
objetivos.

El presidente Bush se mostró ayer confiado en que
habrá un acuerdo "pronto" y aseguró que el dinero
empezará a recuperarse conforme el mercado vuelva a la
normalidad. Todo indica que el corazón de
las demandas del Tesoro será tenido en cuenta en el
diseño
del plan por parte del legislativo. Y si se acomodan las
peticiones republicanas, se crearía un sistema
híbrido que permitiría reducir el desembolso con
fondos públicos.

"Esperamos poder anunciar mañana algún
tipo de acuerdo de principio", dijo ayer el demócrata
Harry Reid, que reconoció que el Congreso no puede
permitirse más tiempo enfrascado en la negociación.
El republicano Judd Gregg aseguró, por su parte, que se
están haciendo progresos "significativos" a la hora de
limar las asperezas de la propuesta en la decena de puntos
abiertos.

Pero el trabajo no
concluye con el documento, y el éxito o coste final del
plan dependerá de cómo el Departamento del Tesoro
lo ejecute. En caso de que se autorice la compra de activos
tóxicos, la clave estará en el precio que se ponga
a ese crédito contaminado del que quieren desprenderse los
bancos y si verdaderamente se podrá recuperar parte de la
inversión del Tío Sam.

No son pocos los analistas que dudan de su efectividad,
porque advierten de que es muy difícil colocar esos
activos sin liquidez en el mercado si no se determina bien su
valor. Otros críticos opinan que ni la
Administración Bush ni el Congreso están atajando
el verdadero problema de la crisis actual, que está en la
pérdida de valor de la vivienda y por eso la acción
debe dirigirse a los hogares.

También hay frustración en la calle.
Quizá por ello, en un intento por rebajar el escepticismo
generalizado, el presidente George Bush, en su mensaje
radiofónico semanal a la nación, dijo que este
"esfuerzo" no está dirigido sólo a Wall Street, si
no "a la calle".

– El Congreso de EEUU logra la base de un acuerdo sobre
el rescate (Reuters – 28/9/08)

(Por Kevin Drawbaugh y Donna Smith)

Los líderes del Congreso de Estados Unidos
dijeron el domingo que han logrado las bases amplias de un
acuerdo para autorizar un rescate financiero de 700.000 millones
dólares, pero que esperan ver los detalles en papel antes
de declararlo como definitivo."Hemos logrado avances", dijo la
presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a
los periodistas después de una noche de maratonianas
negociaciones. "Tenemos que ponerlo en papel para que podamos
acordarlo de manera formal".

Varios importantes legisladores se reunieron durante la
noche del sábado con el secretario del Tesoro, Henry
Paulson, para alcanzar un acuerdo que creará un gran fondo
gubernamental para comprar la deuda tóxica de las
instituciones financieras agobiadas por hipotecas
fallidas.

La Casa Blanca se mostró complacida con los
avances y elogió el esfuerzo bipartidista para elaborar la
ley.

"Estamos complacidos con los avances de esta noche y
apreciamos el esfuerzo bipartidista por estabilizar nuestros
mercados financieros y proteger nuestra economía", dijo el
portavoz de la Casa Blanca Tony Fratto.

Los atemorizados mercados financieros han observado las
negociaciones mientras los legisladores luchan por alcanzar un
acuerdo el domingo, antes de que abran los mercados
asiáticos.

No está claro cuándo votarían la
ley la Cámara de Representantes y el Senado, o si
podrían surgir problemas de último minuto. Sin
embargo, los legisladores esperan una votación en pocos
días.

"Creemos que deberíamos tener un anuncio en
algún momento (del domingo) pero ustedes saben que lo
vamos a poner en papel esta noche y nuestra gente
trabajará durante toda la noche", dijo el líder
demócrata del Senado, Harry Reid.

La ley desembolsaría los fondos en tramos,
limitaría los "paracaídas dorados" para los
ejecutivos de las compañías que participan en el
programa y establecería una junta para supervisar el
programa, que sería dirigido por el Departamento del
Tesoro de Estados Unidos.

"Hemos estado trabajando muy duro en esto y hemos
logrado grandes avances camino a un acuerdo que funcionará
y será efectivo en el mercado y efectivo para todos los
estadounidenses", dijo Paulson.

Los republicanos de la Cámara, a quienes les
preocupaba que el programa ponga en problemas a los
contribuyentes, consiguieron una provisión que
establecerá un programa de seguros para los valores
apoyados por hipotecas.

Además, el Gobierno conseguirá
garantías para que los contribuyentes "puedan conseguir
ganancias mientras las compañías se recuperan y a
medida que la economía se recupera", dijo el senador
demócrata Kent Conrad de Dakota del Norte. "Eso es muy
importante", agregó.

El representante Roy Blunt de Missouri, el principal
negociador de los republicanos de la Cámara, dijo que los
miembros de su partido serían informados sobre los
términos del acuerdo el domingo, luego de que esté
disponible para revisión una versión impresa del
borrador.

"Creo que vamos a poder tener un anuncio mañana,
pero estos son temas difíciles",
comentó.

– Perfil: Crisis financiera mundial – Henry Paulson
Secretario del Tesoro – El tiburón que
enseñó el colmillo intervencionista (El País
28/9/08)

(Por Claudi Pérez)

Estados Unidos es ya casi una vieja república,
pero a los norteamericanos les encantan, les entusiasman las
sagas. Los Kennedy, los Clinton, los Bush han dominado los
resortes del poder político durante años. Hay un
puñado de apellidos que prácticamente ha tomado
Washington generación tras generación. Y luego
está Goldman Sachs. Pertenecer al banco de
inversión que ha reinado en Wall Street en los
últimos años es como formar parte de una de esas
familias, garantiza el acceso a un despacho importante, tanto en
el bando demócrata como en el republicano. El
último ejemplo es quizás el más notable.
Henry Paulson, secretario del Tesoro -algo así como el
ministro de Finanzas- pasó más de tres
décadas en el banco. Salido prácticamente de la
nada, llegó hasta la cúspide y amasó una
fortuna, como mandan los cánones del sueño
americano. Ahora trata de hacer historia intentando rescatar a
Estados Unidos de la peor de sus pesadillas. Es ya la gran figura
de la crisis.

Salido prácticamente de la nada, llegó
hasta la cúspide y amasó una fortuna

De Henry Merritt Hank Paulson Jr. (Palm Beach, Florida,
1946) se cuentan las típicas anécdotas que salpican
las biografías de los hombres públicos.
Aficionado a la naturaleza, a
salir en kayak el fin de semana, apasionado por China,
religioso, abstemio y no fumador, fue un destacado estudiante y
jugador de fútbol
americano -delantero, para más señas- en la
universidad, se licenció en lengua inglesa
e hizo un master, cómo no, en Harvard. "Quería ser
guardia forestal hasta el mismo momento que entré en la
universidad", confesó hace unos meses, pero con 26
años había trabajado ya para Defensa y como asesor
de Richard Nixon. El Watergate le obligó a abandonar -sin
salpicaduras- esa incipiente carrera política y
fichó como joven banquero de inversión en Goldman
Sachs. De ahí al Tesoro y a convertirse en estrella de
la
televisión.

Su carrera en el banco abarca 32 años y deja en
el aire un par de
paradojas fenomenales. Capitaneó la salida a Bolsa de la
compañía y fue uno de los arquitectos de la nueva
gestión del riesgo que ha imperado en los últimos
años en Wall Street: durante su mandato, Goldman Sachs
ganó dinero a espuertas asumiendo cada vez más
riesgos y
cerrando operaciones multimillonarias con ingentes cantidades de
deuda. Toda la banca de inversión acabó
imitándole. ¿Suena familiar? Esa filosofía, llevada hasta el exceso en el
sistema financiero internacional, está en el germen de la
crisis que ha acabado dando el timón de la economía
norteamericana a Paulson.

La segunda contradicción es ideológica.
Paulson, republicano confeso desde la universidad, es acusado
ahora por sus correligionarios de instaurar poco menos que un
régimen de "socialismo de
mercado" con una intervención en la economía sin
precedentes a pesar de su adscripción política. Las
críticas le llueven por todas partes: desde el flanco
izquierdo se le acusa de salvar sólo a los ricos, de poner
en pie una suerte de Estado del bienestar para millonarios.
Defensor del libre mercado -aunque también de la ética en
las grandes corporaciones, que defendió con ahínco
tras los desmanes de Enron y compañía-, Paulson
accedió a fichar por la Administración de Bush y
durante dos años aplicó su filosofía a una
política de perfil bajo que apenas dio resultados en la
reforma de la Seguridad
Social o en los acuerdos comerciales en el seno de la Ronda
de Doha. Llegada la crisis -que al principio ninguneó- se
fue haciendo más y más fuerte, quitando
protagonismo al mismísimo George W. Bush, y ha demostrado
un pragmatismo
sensacional: "Creo en los mercados, pero no creo en los mercados
no regulados", dijo en septiembre a modo de declaración de
intenciones.

Después vendrían rescates bancarios
multimillonarios, quiebras y unas semanas de intenso trabajo,
proporcional a la debacle en Wall Street. Sus defensores alaban
su flexibilidad para adaptarse a los bruscos giros que han dado
de sí las turbulencias, pero la crítica
aduce que su actuación ha sido sobre todo impredecible,
sin rumbo, sin una hoja de ruta clara hasta llegar al plan de
rescate para sacar de los balances de la banca los activos
tóxicos. "Dinero por basura",
resumen varios senadores republicanos. Con todo, Paulson es el
único que ha demostrado redaños y suficiente poder
como para sacarse de la manga una posible
solución.

Su carácter enérgico, brusco,
huracanado y amante del estrés le valió el
sobrenombre de Martillo, aunque en el Capitolio le llaman
últimamente Presidente Paulson, por el progresivo traslado
del eje del poder desde el Despacho Oval de la Casa Blanca hasta
su oficina en el Tesoro. Papá Paulson, le ha bautizado con
toda la sorna el influyente economista Paul Krugman, que
capitanea a un grupo de expertos contrarios al plan de
intervención.

La fortuna de Paulson se estima en unos 500 millones de
dólares. Buena parte de ese dinero está en acciones
de Goldman Sachs. Su legado dependerá, sin duda, de
cómo gestione la crisis que tiene entre manos. El futuro
de su cuenta corriente, poco más o menos, va en
paralelo.

– Perfil: Crisis financiera mundial Ben Bernanke
Presidente de la Fed – Toda una vida esperando… ¿esto?
(El País – 28/9/08)

Una crisis, entre otras muchas cosas, es un juego de
contrastes espectacular. El pasado miércoles, en el
corazón de Manhattan, un mendigo se refugiaba debajo de
unas cajas de cartón justo delante del escaparate de una
de las librerías de referencia en Nueva York, Barnes &
Noble, donde se publicitaba en grandes tipografías un
futuro best seller sobre cómo ganar el primer
millón, que, según dicen, siempre es el más
difícil. La semana anterior, en The New York Times, uno de
los hombres fuertes del equipo económico de Bush daba
explicaciones acerca del salto mortal de la política
económica de EEUU, que ha pasado de dar sermones sobre
las bondades del libre mercado a intervenir violentamente la
economía para evitar la debacle. "No hay ideólogos
en las crisis financieras".

Ese hombre es Ben
Bernanke, presidente de la Reserva Federal (Fed), el banco
central de Estados Unidos. Bernanke (Augusta, Georgia, 1953)
encaró casi en solitario los primeros compases de esta
crisis financiera. Finalmente, el secretario del Tesoro, Hank
Paulson, le ha robado los focos en las últimas sacudidas
de las turbulencias y en la posterior respuesta de Estados
Unidos, con un plan de rescate de 700.000 millones de
dólares que supone meter mano en la economía como
ningún otro Gobierno lo había hecho.Bernanke lleva
toda la vida preparándose para una crisis como
ésta, como gran estudioso de la gran depresión.
Licenciado en Harvard y doctorado en el Massachussets Institute
of Technology (MIT), el responsable de la Fed tiene un perfil
esencialmente académico: próximo a la
Administración de Bush y bien conectado en Washington, dio
clases durante 23 años en Princeton antes de incorporarse
como gobernador a la Fed y al equipo de asesores de Bush, antes
de dar el salto a la presidencia del banco central en 2006. Nadie
lo ha tenido tan difícil como él desde entonces.
Greenspan alcanzó un aura de infalibilidad, el mundo
llegó a creer que los tipos de interés eran una
especie de varita mágica con la que resolver todos los
problemas. Pero en su última etapa, Greenspan se
limitó a bajar los tipos ante el pinchazo de las puntocom.
Con ello hinchó dos burbujas que han estallado ahora: la
inmobiliaria y la del crédito.

Con un perfil público bajo,
ideológicamente próximo a los republicanos y gran
amante del saxofón, Bernanke fue criticado inicialmente
por un excesivo academicismo, que se traducía en una lenta
respuesta para los estándares de Wall Street, acostumbrado
al gatillo fácil de Greenspan con los tipos. Pero una vez
metido en la harina de la crisis, le han llovido palos por el
lado contrario: en agosto, con el huracán subprime y el
reventón inmobiliario, bajó drásticamente
los tipos de interés y eso ha provocado inflación y
el declive del dólar, un pecado
imperdonable en Estados Unidos. Para tratar de detener el
creciente agujero de la crisis bancaria aceptó activos
tóxicos a cambio de dar liquidez a las entidades
financieras, y fue acusado de poner en peligro el dinero de los
contribuyentes. Y cuando las cosas se pusieron peor, dio luz verde al
rescate de Bear Stearns (al que después siguieron varios
más) y, según sus adversarios, eso ha puesto en
peligro la independencia
de la Fed.

Bernanke lidia con dos sombras alargadas. Es más
discreto y mucho más claro y didáctico que
Greenspan, pero eso le resta atractivo como oráculo de las
Bolsas. Y es prácticamente un negativo de Paulson: un
académico frente a un ex tiburón de Wall Street, un
economista circunspecto, tranquilo y un poco aburrido ante la
última figura de la televisión estadounidense.

– De la caída de Lehman al paquete de US$ 700.000
millones (The Wall Street Journal – 29/9/08)

(Por Carrick Mollenkamp y Mark Whitehouse, en Londres,
Jon Hilsenrath, en Washington, e Ianthe Jeanne Dugan, en Nueva
York)

Hace dos semanas, los colosos de Wall Street y las
autoridades más poderosas en materia
económica tomaron una decisión irrevocable. En
lugar de salvar otra institución financiera en apuros,
permitieron el colapso de Lehman Brothers Holdings Inc. Ahora,
las consecuencias parecen mucho más graves de lo que
cualquiera hubiese imaginado.

La quiebra de Lehman, declarada a primera hora del
lunes, 15 de septiembre, desató una reacción en
cadena que estremeció a los mercados mundiales,
aceleró la caída de la asegura estadounidense
American International Group (AIG) y precipitó
pérdidas para todos los inversionistas, desde fondos de
pensiones noruegos a Reserve Primary Fund, un fondo
estadounidense de mercado monetario que, supuestamente, era tan
seguro como el efectivo. En cuestión de días, el
caos arrastró a Goldman Sachs y Morgan Stanley, dos
pilares de Wall Street, lo que desembocó en un plan de
rescate de US$ 700.000 millones que esta semana será
sometido a votación en el Congreso.

La génesis y las repercusiones de la caída
de Lehman ilustran la difícil posición de las
autoridades en momentos en que hacen frente a una crisis
financiera que no muestra visos de ceder. No quieren ser
considerados demasiados proclives a intervenir y rescatar a las
instituciones que asumieron riesgos excesivos. Sin embargo, en
una era en que los bancos, los mercados y los inversionistas
están entrelazados por una red de relaciones
financieras complejas y poco transparentes, el dolor provocado
por la quiebra de una institución grande ha resultado
abrumador.

Algunos señalan que la crisis sistémica
que se vio tras el colapso de Lehman pudo haberse evitado con la
intervención del gobierno. Antes de la quiebra del que era
el quinto banco de inversión de Wall Street, el gobierno
rescató a Fannie Mae, Freddie Mac y Bear Stearns Cos. Las
autoridades determinaron que estas entidades eran demasiado
grandes para caer e inyectaron miles de millones de
dólares de los contribuyentes para salvarlas del colapso.
¿Por qué no hicieron lo mismo con Lehman? "No
entiendo por qué no previeron que los mercados
reaccionarían con tanto miedo a esta quiebra", dice
Richard Portes, profesor de economía en la Escuela de
Negocios de Londres. En lugar de demostrar la
determinación del gobierno, señala, la quiebra de
Lehman exacerbó el principal problema que ha aquejado a
los mercados desde hace más de un año: nadie sabe
qué firmas financieras serán capaces de pagar sus
deudas.

El hundimiento de Lehman se debe, en gran parte, a sus
propios errores. La firma hizo una gran apuesta a sus inversiones
en el sobrecalentado mercado inmobiliario, se sobre
endeudó para potenciar sus retornos y demoró
más que el resto en asumir sus pérdidas y salir a
recaudar capital. La magnitud de sus problemas dificultó
la tarea de encontrar un comprador y dejó al gobierno con
pocas opciones.

Muchos expertos creen que el gobierno adoptó las
mejores decisiones, tomando en cuenta la premura de la
situación y la información de la que
disponía en ese momento. De todos modos, el presidente de
la Reserva Federal, Ben Bernanke, pareció reconocer en su
testimonio de la semana pasada ante el Congreso que las
ramificaciones del colapso de Lehman tomaron a las autoridades
por sorpresa. "La caída de Lehman", afirmó, "se
combinó con la caída rápida de AIG y ambos
contribuyeron al desarrollo la
semana pasada de condiciones excepcionalmente turbulentas en los
mercados financieros globales".

No a la intervención

En las semanas previas al colapso de Lehman, Bernanke,
el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el presidente del
Banco de la Reserva Federal de Nueva York, Timothy Geithner,
analizaron la opción de intervenir para rescatar al banco
de inversión. Decidieron no hacerlo para no incentivar el
llamado riesgo moral, la idea
de que los rescates estatales estimulan la conducta
irresponsable de los inversionistas. Dudaban de que hubiese
compradores viables para Lehman y pensaron que el mercado y la
Fed tenían tiempo para prepararse para afrontar las
consecuencias del colapso de Lehman. Algunos funcionarios de la
Fed estaban preocupados de que la medida enviara el mensaje de
que la Fed iba a dejar de colaborar con Wall Street para frenar
el contagio de la crisis. "Si no se hace nada, el desenlace
será nocivo", le dijo Geithner a un grupo de ejecutivos en
una reunión para determinar la suerte de Lehman el 12 de
septiembre, según un asistente al encuentro.

Ese fin de semana, cuando fracasaron los intentos de
Bank of America y Barclays PLC por
adquirir a Lehman, la Fed se concentró en las medidas que
había que tomar para preparar a los mercados para la mayor
bancarrota en la historia de EE.UU. La quiebra de Lehman, sin
embargo, fue mucho más desestabilizadora y se
propagó mucho más allá de lo previsto. Uno
de los damnificados fue el fondo de pensiones del gobierno de
Noruega, que invierte los excedentes fiscales provenientes del
petróleo.
A finales de 2007, la última fecha de la cual hay datos
disponibles, el fondo tenía más de US$ 800 millones
invertidos en bonos y acciones
de Lehman. Un portavoz señaló que el fondo
está "muy preocupado y monitorea de cerca la
situación". No fue el único problema. El precio de
los seguros contra cesaciones de pagos se disparó,
generando pérdidas para los vendedores de estos contratos,
como bancos, fondos de cobertura y aseguradoras.

La Fed "subestimó por completo" las implicaciones
de una cesación de pagos de la deuda de Lehman,
señala Gregory Peters, estratega jefe de crédito de
Morgan Stanley, en Nueva York.

A las 5:30 de la tarde del martes, hora de Nueva York,
un reconocido gestor de un fondo de mercados monetarios llamado
The Reserve, informó que su principal fondo, el Reserve
Primary Fund, poseía deuda de Lehman con un valor nominal
de US$ 785 millones. El resultado, dijo, es que el valor neto de
sus activos había caído por debajo de US$ 1 la
acción, la primera vez que esto ocurre en 14
años.

El problema en el mercado de papel comercial
presentó una amenaza particularmente seria para la
economía. Las empresas de todo el mundo acuden a este
mercado para financiar necesidades de corto plazo, que van desde
el pago de salarios a la compra de materias primas.

El jueves, Paulson y Bernanke decidieron que los efectos
de la caída de Lehman constituían una amenaza
demasiado grande para la economía. En la mayor
intervención estatal en los mercados desde los años
30, aseguraron US$ 3,4 billones (millones de millones) en fondos
de mercado monetario y propusieron un rescate de US$ 700.000
millones.

– El gobierno y el Congreso acuerdan plan de rescate,
pero hay que ver los detalles (The Wall Street Journal –
29/9/08)

(Por Damian Paletta, Deborah Solomon y Greg
Hitt)

El gobierno del presidente George W. Bush y el Congreso
dieron un paso histórico este fin de semana al alcanzar un
acuerdo para autorizar el mayor rescate bancario en la historia
de Estados Unidos.

El programa de US$ 700.000 millones, que será
sometido a votación esta semana en ambas cámaras
del Congreso, nacionaliza una amplia gama de hipotecas,
préstamos y valores hipotecarios, cuya depreciación ha impedido el normal
funcionamiento del sistema financiero del país.

Todavía faltan muchos detalles por afinar. La
legislación, sin embargo, deja la ejecución del
acuerdo en manos del Departamento del Tesoro, incluyendo la
decisión de cuáles activos comprar y a qué
precio. El Tesoro tendría 45 días para emitir
directrices en esta materia.

Se trata de un intento de poner coto a una crisis que
amenaza con estrangular la economía estadounidense y que
pudo fraguarse sólo después de que todas las partes
involucradas hicieran importantes concesiones. Bajo el escrutinio
público y la amenaza del deterioro de los mercados de
crédito, los legisladores entablaron un fin de semana
maratoniano de negociaciones recibiendo llamadas del presidente
George Bush, los candidatos presidenciales John McCain y Barack
Obama y el inversionista multi- millonario Warren
Buffett.

Los ejecutivos del sistema financiero, desde las firmas
de valores de Wall Street a los bancos pequeños, han
manifestado su disposición a participar en el plan. Han
advertido, sin embargo, que su grado de involucramiento
dependerá de detalles clave como si se verán
obligados a asumir nuevas rebajas contables.

Las repercusiones políticas,
asimismo, podrían ser significativas. Los contribuyentes
financiarán la incursión del gobierno en el
mercado, aunque la legislación los protegerá contra
pérdidas. Las encuestas, en
todo caso, muestran que buena parte de la población se opone al rescate.

El núcleo de la propuesta es el concepto inicial
del secretario del Tesoro, Henry Paulson, de comprar activos en
problemas. La idea es proveer a las compañías
efectivo, para reemplazar la deuda tóxica. Esto las
ayudaría a apuntalar su capital y recobrar la confianza
del mercado que permite a los bancos tomar prestado y prestar a
tasas razonables. El gobierno teme que sin esta inyección
de liquidez los mercados de crédito, el corazón de
la economía, se paralizarían.

El proyecto de ley autoriza al Tesoro a empezar a
comprar US$ 700.000 millones de hipotecas residenciales y
comerciales y activos ligados a las hipotecas. Entre los
potenciales vendedores figuran bancos, cooperativas
de crédito y fondos de pensiones. Los activos deben
haberse originado el 14 de marzo de 2008 o antes. El Tesoro
obtendrá US$ 350.000 millones de los US$ 700.000 millones
de inmediato.

El plan, a su vez, contempla restricciones a la
remuneración de los ejecutivos de algunas empresas que
vendan activos al gobierno. Entre estas, figura una
prohibición de las generosas indemnizaciones a los
máximos ejecutivos, así como la estipulación
que permite al gobierno recuperar las bonificaciones si una
compañía diseminó información
financiera falsa. El Tesoro también tendrá el
derecho de recibir acciones sin derecho a voto o acciones
preferentes en las instituciones financieras que se beneficien
del programa. La marcha del plan será supervisada de cerca
por un comité bipartidista del Congreso y de la Oficina
General de Cuentas, que tendrá una oficina dentro del
Tesoro.

El Departamento del Tesoro planea contratar a varios
gestores de fondos para determinar los criterios que serán
usados para comprar valores y supervisar el desempeño del
portafolio de esos valores. El gobierno espera comprar miles de
activos a la vez. Los gestores probablemente comprarán los
activos más sencillos al principio, como los valores
respaldados por hipotecas, para luego centrarse en valores
más complejos, como la deuda colateralizada. En lugar de
determinar un precio para los activos, el Tesoro espera dejar que
lo haga el mercado a través de una subasta inversa, donde
las mismas firmas determinan el precio y el Tesoro compra los
más baratos. Las instituciones venderían al Tesoro
a un precio lo suficientemente alto para aliviar sus penurias,
pero lo suficientemente bajo para no quedar al margen de la
subasta.

Tanto los demócratas como la
administración Bush cedieron importantes posiciones para
fraguar el acuerdo. Los demócratas desecharon su
petición de dejar que los jueces de bancarrota alteraran
los términos de las hipotecas y la administración
Bush acordó límites
mucho más amplios a las compensaciones
ejecutivas.

– El ABC del rescate (The Wall Street Journal –
29/9/08)

(Por Deborah Solomon)

En un proyecto de ley que será puesto a
votación posiblemente hoy mismo, el Congreso
estadounidense decidirá sobre nuevos y amplios poderes
para el Departamento del Tesoro.

En su núcleo, el proyecto de ley le daría
al secretario del Tesoro, Henry Paulson, la autoridad y hasta US$
700.000 millones para comprar activos financieros tóxicos
que están ahogando a los negocios e imposibilitando que
los bancos se presten dinero entre sí.

Después de días de negociaciones, el
Tesoro accedió a concesiones como restricciones a los
pagos de los ejecutivos, que el gobierno tome participaciones en
algunas compañías y una supervisión que
involucra al inspector general. A continuación, los
detalles del compromiso (aunque algunos de los términos
podrían cambiar antes que se vote la versión
definitiva).

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24
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