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La codicia de los mercados (el virus mutante) ? Parte III (página 8)




Enviado por Ricardo Lomoro



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– Bernanke teme que la actividad seguirá
deteriorándose (Cinco Días –
23/8/08)

(Por Ana B. Nieto / Nueva York)

El presidente de la autoridad
monetaria de EEUU envió el viernes un mensaje optimista,
como es la certeza de que la inflación bajará. Sin
embargo, su discurso fue
muy negativo respecto a las perspectivas de crecimiento. Bernanke
no dio rodeos y desde el inicio de su discurso en el seminario anual
de Jackson Hole, explicó que la situación es muy
complicada.

Su diagnóstico es que la tormenta financiera
no ha remitido y que sus efectos sobre la economía '"son palpables por la
desaceleración de la actividad y el aumento del paro". A todo
esto se une "un repunte" en la inflación que ha dado como
resultado "uno de los momentos más difíciles en el
ambiente
político y económico que se recuerdan".

La reflexión procede de una de las personas con
más influencia económica del mundo y también
con el mayor conocimiento
de la historia de la
Gran Depresión
de los años treinta.

Eso sí, también dijo que la
desaceleración traerá como beneficio una menor
presión
inflacionista. Bernanke aseguró que si la reciente
caída de precios del
crudo y otras materias primas no se dan la vuelta, esta tendencia
se unirá a "un ritmo de crecimiento que estará por
debajo del potencial durante un tiempo, lo que
debería desembocar en una moderación de la
inflación a final de este año y el
siguiente".

La lectura entre
líneas que hacen ahora todos los analistas es que la Fed
abandona definitivamente la retórica de la pasada
primavera en la que apuntó a una posible subida de tipos,
algo que ya difuminó tras su reunión de
agosto.

Por ello, los expertos ya no esperan un encarecimiento
del precio del
dinero hasta
el año que viene, incluso aunque Bernanke calificara de
"relativamente bajos los tipos" y no olvidara de mencionar en su
discurso que con respecto a los precios, "se mantiene la
incertidumbre".

No obstante, también explicó que la
reciente evolución de los precios "y la mayor
estabilidad del dólar" validan la hipótesis de una mejora de la
situación y alejan el fantasma de la
estanflación.

A los responsables de política
económica y monetaria reunidos en este refugio de
Wyoming, Bernanke explicó que eran necesarias reformas
para reforzar el sistema
financiero, reducir los riesgos y
evitar que haya instituciones
que sean "demasiado grandes como para dejarlas caer". En este
sentido, y con la experiencia que le ha dado el caso de Bear
Stearns, abogó por que el Congreso diera al banco central que
preside competencias para
vigilar los sistemas de pagos
y que el Tesoro tuviera autoridad para gestionar las quiebras de
los bancos no
comerciales…

– Cumbre de laureados y jóvenes economistas en la
localidad alemana de Lindau – Varios premios Nobel admiten no
tener recetas para salir de la crisis (La
Vanguardia
24/8/08)

Alrededor de trescientos jóvenes y prometedores
economistas de casi sesenta países de todo el mundo se
volvieron ayer a sus hogares preocupados. Tras tres días
de reuniones con catorce premios Nobel de Economía en la
pequeña localidad alemana de Lindau, en la ribera norte
del lago Constanza, el resultado es descorazonador.

Prácticamente todos los galardonados por la
Academia de Suecia reconocen la complejidad de la actual crisis
económica, la mala gestión
de los riesgos y la falta de formación de muchos
financieros. La mayoría de ellos, sin embargo, admite no
tener recetas para resolverla y no saber cuánto tiempo
durará.

Myron Scholes, premio Nobel en 1997, no dudó en
afirmar ante el foro de
oyentes que lo escuchaba que "la crisis no ha terminado y no
podría estimar exactamente cuándo ni cómo
finalizará". "Mientras persista la crisis, veremos
más instituciones financieras en problemas, y
todo será aún más doloroso para la economía
mundial en lo que resta de año".

El que fue galardonado en 1997, junto a Robert Merton,
por sus trabajos para calcular el precio de las opciones
financieras, incluso reconoció que ahora es mucho
más pesimista que hace un año sobre las dimensiones
que ha tomado la crisis. Opina que esta se está
alimentando de las pérdidas de las empresas
financieras y la expectativa de que se reconozcan cada vez
más está siendo subestimada por las
autoridades.

Para Scholes, uno de los fundadores del célebre
fondo Long-Term Capital
Management (LTCM), que se hundió en 1998 en plena crisis
de Rusia, "las
instituciones financieras todavía necesitan recortar los
préstamos y fortalecer sus balances mediante aumentos de
capital adicionales y la venta de activos, lo que
perjudicará a las empresas para financiar sus actividades
a largo plazo".

Igual de alto y claro habló Daniel McFadden,
premiado en el 2000, que expresó su convencimiento de que
la actual crisis provocada hace un año por la alta
morosidad de las hipotecas de alto riesgo
(subprime)en Estados Unidos
seguirá golpeando a los mercados
financieros y a la economía mundial. No
pronosticó, sin embargo, cuándo se
vislumbrará la recuperación.

"Mientras siga la crisis vamos a ver muchas quiebras
empresariales", dijo el economista estadounidense, que
sólo avanzó propuestas para que no se repita una
situación como la actual. McFadden abogó por fundar
una entidad similar a la
Administración de Alimentos y
Fármacos de EEUU, que supervisará y
certificará los nuevos instrumentos financieros que salen
al mercado para
evitar así la creación de burbujas especulativas y
su efecto dominó cuando estallan.

Este economista, hijo de banquero, planteó esta
iniciativa porque opina que alguien debe preocuparse de los
afectados. "Antes, los banqueros actuaban como abogados de sus
clientes, ahora
ya nadie se comporta así", dijo McFadden.

También en la línea de señalar
culpables se mostró Joseph
Stiglitz, premio Nobel de Economía en el 2001, que
comentó que el origen de la actual crisis financiera es la
evidencia de un error tremendo de los reguladores y supervisores
de la economía.

Representando una vez más su papel de enfant
terrible con el fenómeno de la
globalización, Stiglitz criticó la actitud de los
bancos y de los reguladores. Dijo que "fue un fallo espectacular
de los cerebros de la economía". "Había una fiesta
y el regulador, que tenía el mismo pensamiento
que los que participaban en ella, no quiso convertirse en un
aguafiestas", concluyó el ex economista jefe del Banco
Mundial.

Pero en la pequeña isla de Mainau, en el lago
Constanza, donde tuvo lugar la tercera edición
de este encuentro bienal de premios Nobel de Economía con
sus potenciales sucesores, que organiza el Comité de
Reuniones de Premios Nobel y la Fundación de Reuniones de
Premios Nobel, hubo más voces que
dibujaron un panorama sombrío.

Así, por ejemplo, Robert Solow, premiado en 1984,
aseguró: "Si bien aún no sabemos si estamos ante
una recesión global, debemos prepararnos, porque en los
próximos años el crecimiento será mucho
más débil". Solow, de 84 años,
confesó, asimismo, que a su edad ya no se hace muchas
ilusiones "porque en su conjunto el crecimiento
económico no irá muy bien".

Por su parte, Mohamed Yunus, premio Nobel de la Paz en
el 2006 por sus esfuerzos para incentivar el desarrollo social
y económico y creador del Banco Grameen, fue quien mejor
representó quizás el espíritu que
afloró en las intervenciones de sus galardonados colegas
económicos. Según la edición on line de Die
Welt, Yunus razonó: "En la medida en que nadie quiere
volver a sufrir una situación mundial como la actual,
confío en que este problema desaparezca
apaciblemente".

La entrevista
– George Soros: "Sin reglas, el capitalismo se
destruirá" (La Nación
24/8/08)

Multimillonario, activista político y
filántropo, George Soros advierte sobre la necesidad de
controlar mejor los mercados
financieros y de poner límites a
los abusos de la especulación. Afirma que el mundo se
dirige hacia la peor crisis desde los años 30 y no duda en
pronunciarse a favor de Barack Obama: su elección, dice,
"sería algo positivo para el mundo"

El hombre que
hizo temblar el sistema monetario
europeo con sus malabarismos financieros, dueño de una de
las mayores fortunas del mundo, hace tiempo que se ha
reconvertido en filántropo y activista político.
Nadie mejor que él, por lo tanto, para emitir un
diagnóstico sobre la crisis económica que afecta a
buena parte del Primer Mundo y sugerir soluciones.

George Soros, nacido en Budapest hace 78 años, se
ganó la vida como empleado de baños públicos
y como mozo antes de hacerse un lugar como broker en Wall Street,
para lo que estudió filosofía y economía en la London
School of Economics. Desde finales de los años 60 dirige
su propio fondo de inversiones.
Saltó a la fama en 1992, cuando sus movimientos
especulativos forzaron al Banco de Inglaterra a
devaluar la libra esterlina, operación con la que
ganó 1000 millones de dólares. Hoy, su fortuna
está valuada en cerca de 9000 millones de
dólares.

-Señor Soros, ¿cómo se siente un
especulador en días como los que estamos
viviendo?

-(Vacila, finalmente sonríe.) No es algo
fácil, pero cuando la gente me pregunta a qué me
dedico, sigo contestando: "Sí, soy especulador". Especulo
en el terreno de las finanzas, pero
también en el de las actividades benéficas y en el
de la filosofía. Y en este último sentido es en el
que más orgulloso me siento de ser un
especulador.

-Los mercados financieros internacionales, en los que
usted ha ganado miles de millones en estos últimos
años, fueron calificados por Horst Köhler,
presidente de la
República Federal de Alemania, como
"un monstruo". ¿Se siente concernido por esa crítica? -(Vuelve a dudar.) Probablemente
haya algo de verdad en esa afirmación. Para ser claro, soy
un especulador, pero no defiendo la especulación
actual…

-¿Cómo hay que interpretar estas
palabras?

-Yo me atengo a las reglas. Y llevo tiempo pidiendo que
se mejore el control de los
mercados financieros, los criterios para la concesión de
créditos, por ejemplo. En ese sentido, el
presidente alemán tiene razón. Tenemos que regular
mejor el capitalismo, de una vez por todas. Si no lo hacemos,
él mismo se acabará destruyendo, nos destruiremos
todos.

-Parece que ya está pasando: los precios del
petróleo y
de los alimentos básicos están por las nubes.
El Estado de
bienestar se encuentra amenazado en los países
desarrollados, y en los países pobres ya se han producido
huelgas y protestas. ¿Los especuladores están
conduciendo al mundo a la próxima gran crisis?

-Es cierto en parte. Cualquier forma de
especulación se basa también en la realidad.
Tomemos el ejemplo del petróleo: hay gran cantidad de motivos
objetivos para
que su precio siga subiendo.

-¿Por ejemplo?

Oferta y demanda.
Muchos campos petrolíferos son viejos, su producción se está reduciendo
parcialmente, por ejemplo en México y
Arabia Saudita, los principales suministradores de Occidente.
Esto hace que la oferta sea
menor. Además, muchos productores prefieren conservar sus
reservas bajo tierra pues
confían en que los precios seguirán subiendo. A
esto hay que sumarle la demanda de
países como China y la
India. Y los
precios elevados ayudan a estabilizar regímenes
autoritarios y corruptos como los de Venezuela,
Irán o
Rusia. Es como la maldición de las materias primas. Es
algo realmente perverso.

-Así que, en realidad, los especuladores son
inocentes

-No, por supuesto que no. Los especuladores han creado
la burbuja sobre la que descansa todo. Han tirado de los precios
hacia arriba con sus expectativas, con sus especulaciones sobre
el futuro, y sus actividades han alterado los precios, los han
deformado, sobre todo en el campo de las materias primas. Es como
acaparar alimentos en época de hambruna para beneficiarse
con la previsible subida de los precios. Esto no debería
permitirse. Por eso yo pido que se les prohíba a los
grandes fondos de pensiones estadounidenses invertir en materias
primas. Los fondos de inversión también deberían
atenerse a unos requisitos mínimos si quieren invertir en
materias primas. La carrera actual por hacerse con ellas me
recuerda una idea recurrente hace 20 años. En aquella
época, todos estaban locos por las llamadas "carteras de
seguros". Al
final, los inversores acabaron desequilibrando el mercado. Se
cometieron excesos que terminaron en la crisis bursátil de
1987.

-¿No nos encontramos ahora ante la amenaza de una
crisis semejante?

-Nos estamos adentrando en la crisis financiera
más profunda desde los años 30. En los
últimos tiempos hemos visto cómo estallaban varias
burbujas, como la de las acciones
tecnológicas y, más recientemente, la del mercado
inmobiliario. En este último sector, la crisis aún
no se ha manifestado en toda su magnitud. Creo que todavía
no hemos visto ni la mitad de la caída de precios. En el
próximo año habrá más de dos millones
de propietarios incapaces de pagar sus hipotecas. Ya se
está produciendo una enorme destrucción de patrimonio.

-Usted ha llegado a hablar de una
"superburbuja"…

-Sí. Empezó a formarse en 1980, cuando se
asentó la ideología del fundamentalismo del
mercado.

-De acuerdo con la cual los mercados debían
autorregularse, había que rechazar el intervencionismo
estatal y eliminar las limitaciones.

-Había que confiarlo todo a la libre interacción de las fuerzas
económicas. En realidad no fue un descubrimiento
estadounidense. Comenzó en Gran Bretaña con
Margaret Thatcher y fue llevado a Estados Unidos por el
republicano Ronald Reagan. El presidente Reagan llegó a
hablar de "la magia del mercado". Ni qué decir tiene que
muchos lo consideran una especie de santo. Pero los tan alabados
mercados empezaron a cometer toda clase de
excesos que ya no podían ser controlados. Los tipos de
interés
eran tan bajos en Estados Unidos que los bancos animaban a los
ciudadanos a que cada vez pidieran más dinero prestado. Es
algo sorprendente, casi irresponsable. Al mismo tiempo
existía la confianza de que el Estado
intervendría cuando las cosas se pusiesen feas.

-Como en el caso del derrumbe del banco de inversiones
norteamericano Bear Sterns, hace sólo unos meses. El banco
central estadounidense inyectó miles de millones en el
sistema bancario para impedir nuevos desastres.

-Sí, así se les salvó el pellejo;
prácticamente se compró su libertad. Sin
embargo, el supuesto boom acabó convirtiéndose en
una crisis. Y eso es lo que estamos viviendo ahora: el final de
un súper boom, el fracaso de una ideología
equivocada. Estamos asistiendo al final de la sociedad de
bienestar, al final de una era.

-¿Hasta qué punto está enferma la
economía estadounidense?

-Creo que la recesión es inevitable. Estados
Unidos prácticamente ha absorbido el dinero de
la economía mundial durante años porque el
dólar era la divisa base y también una divisa de
reserva. Nos hemos dedicado sobre todo a pedir prestado dinero,
hemos consumido más de lo que hemos producido y estamos
endeudados. Pero el dólar es cada vez menos una divisa de
reserva. Los precios suben, las crisis inmobiliaria y crediticia
penden sobre nosotros como una espada de Damocles. Apenas tenemos
margen de maniobra. Y Europa
también ha cometido errores: ha subido los tipos de
interés por miedo a la inflación. No es una medida
inteligente. Es cierto que la recesión parte de Estados
Unidos, pero los europeos están a punto de
importarla.

-¿Es este el legado de la Administración Bush? Fue él quien
definió la crisis económica como "un momento
interesante"…

-Critico a Bush por muchos aspectos de su política, pero en
este campo ha sido sólo un alumno aplicado. Su peor legado
es la llamada "guerra contra
el terrorismo",
fue el pretexto ideal para la guerra contra Irak. Bush
socavó nuestros derechos civiles y los
fundamentos de nuestra Constitución.

-Usted afirma que Estados Unidos es el mayor
obstáculo para conseguir un orden mundial estable y
justo.

-Sí, y lo peor es el abuso del concepto de
democracia por
parte de Bush. A lo largo de mi ya larga vida he dedicado la
mitad de mi fortuna a fomentar la democracia en el
mundo…

-Ha invertido miles de millones de dólares en su
Instituto de la Sociedad Abierta…

– Y he aprendido que la gente debe buscar su propio
camino hacia la democracia. En el mejor de los casos, sólo
se les puede ayudar a encontrarlo. Pero la democracia no se puede
imponer. Bush ha abusado de los principios de la
democracia. Ese es su legado.

-Sólo le quedan unos meses en el cargo.
¿Con qué sucesor especula George Soros?

-Si dependiera de ustedes, los europeos, la
elección sería clara: Barack Obama.

-¿Sería una buena
elección?

-Sí. Barack Obama es una personalidad
extraordinaria. Tiene el potencial para transformar Estados
Unidos. Lo demuestra su propia carrera, su vida de ciudadano
negro en una sociedad blanca, sus esfuerzos por buscar la
reconciliación. Tiene la capacidad para afrontar los
grandes problemas del país. El día de las
elecciones, a la gente sólo le interesa una cosa: su
puesto de trabajo, la
crisis inmobiliaria. Todo girará en torno a la
economía.

-Muchos dudan de que Estados Unidos acabe eligiendo a un
negro como presidente.

-Creo que está preparado. Y sería algo
positivo para el mundo. Obama posee una buena comprensión
del mundo, de lo que otras personas sienten, de cómo
viven. Y Estados Unidos necesita urgentemente esta
comprensión del resto del mundo. Además, los
republicanos han perdido todo su prestigio.

-Sin embargo, John McCain, el antiguo héroe de
guerra, parece tener posibilidades.

-Lo respeto, respeto
su historia. Pero es prácticamente un fósil. No,
está demasiado anclado en el pasado. Es como elegir a
Herbert Hoover…

– Aquello ocurrió en 1929 y terminó en la
Gran Depresión.

-No tengo ninguna duda de que John McCain es un buen
hombre. Simplemente no es la persona adecuada
para esta época.

(Por Katja Gloger © REVISTA XL
SEMANAL/ABC)

– Reportaje: Primer plano – Europa, al borde de la
recesión (El País – 24/8/08)

(Por Alicia González)

En Europa, la mayoría de las empresas hace un
alto en agosto. El buen tiempo invita al ocio y la actividad se
reduce notablemente en las principales ciudades. En muchos
negocios el
personal se ve
mermado por los turnos de vacaciones y en algunos casos incluso
echan el cierre. Este año ese parón puede tener
carácter casi forzoso.

La crisis ha llegado con mucha rapidez a las grandes
economías europeas. Los datos del primer
trimestre no hacían presagiar el brusco descenso de la
actividad registrado entre abril y junio. La economía de
la zona euro creció el 0,7% en el primer trimestre del
año respecto a los últimos tres meses de 2007, lo
que suponía un crecimiento interanual del 2,1%. Las
autoridades económicas europeas respiraron entonces
tranquilas: los riesgos de la crisis financiera persistían
pero lo peor podía haber quedado ya
atrás.

"En general, y pese a todas las dificultades, la
economía europea en su conjunto está capeando las
tormentas económicas globales bastante bien", decía
el pasado 11 de junio en Bruselas el propio comisario de
Economía, Joaquín Almunia.

De hecho, en sus previsiones de primavera la
Comisión defendía que el impacto "limitado" de la
crisis financiera sobre la economía real era "una prueba
de la mayor resistencia de la
economía de la Unión". Nada más lejos de la
realidad.

Para entonces, las mayores economías de la
región (Alemania, Francia e
Italia) ya
habían entrado de lleno en los números rojos. Como
confirmarían después los datos, el PIB de la zona
euro registraba un descenso del 0,2% entre abril y junio, el
primer dato negativo para el conjunto del área desde la
crisis de 1992/1993 y, por supuesto, la primera caída del
PIB desde la puesta en marcha de la moneda única. Es
también la primera vez que la Europa del euro se encuentra
al borde de la recesión, entendida como dos trimestres
consecutivos de caídas del PIB.

La gravedad de la situación es tal que el primer
ministro francés, François Fillon, convocaba a
principios de esta semana de urgencia a sus ministros a un
París casi vacío para intentar hacer frente a la
crisis. Unos días antes el presidente español,
José Luís Rodríguez Zapatero, abandonaba su
descanso veraniego en Doñana para presidir un Consejo de
Ministros extraordinario y aprobar medidas por 20.000 millones de
euros.

Es cierto que las autoridades monetarias ya
habían advertido que los buenos datos del primer trimestre
eran insostenibles, en parte debido a una corrección
técnica. Por un lado, en los tres primeros meses, la
inversión en construcción registró un crecimiento
muy superior al previsto en Alemania gracias "a unas temperaturas
más suaves de lo habitual". Además, ese primer
trimestre también estuvo marcado por lo que los
economistas consideran el efecto inercia del ejercicio anterior.
Según los cálculos de la Comisión Europea,
eso supuso 0,7 puntos de crecimiento para la zona euro sobre ese
incremento total del PIB del 2,1%.

Lo que los responsables de la eurozona no alcanzaban a
ver entonces es lo que acaba de reconocer el Banco Central
Europeo (BCE). En su reunión de agosto, la entidad
admitía que "las tensiones sobre los mercados financieros
tienen el potencial de afectar a la economía real
más de lo que se había previsto". Es decir, que la
crisis se ha colado de lleno en el bolsillo de los
europeos.

Una paradoja si tenemos en cuenta que la crisis se
inició en Estados Unidos, como consecuencia del estallido
hace ahora un año de las hipotecas basura y su
impacto sobre el sector financiero e inmobiliario, y que la
primera economía mundial ha conseguido esquivar la
recesión todo este tiempo.

La prensa
anglosajona no ha dejado pasar por alto esa aparente
contradicción. La biblia del mundo financiero
internacional, el Wall Street Journal, aseguraba el pasado 15 de
agosto que "las esperanzas de la zona euro de desacoplarse del
ciclo económico estadounidense podían haberse hecho
realidad, aunque no como habían previsto" los europeos.
Sin embargo, tampoco parece que Estados Unidos tenga motivos para
la complacencia.

Un análisis detallado de los datos
estadounidenses revela que la situación no es nada
idílica. La oficina nacional
de análisis económico (NBER, por sus siglas en
inglés)
acaba de revisar los datos del crecimiento y ha aflorado una
caída del PIB del 0,2% en el último trimestre de
2007, frente al crecimiento del 0,6% estimado inicialmente. Pero
justo cuando Europa entraba en números rojos, Estados
Unidos crecía a un ritmo del 1,9%, impulsada por un
plan
millonario de ayudas públicas y la fortaleza de las
exportaciones.

"La mejora del PIB debería ser interpretada con
cautela. Probablemente ha sido temporal, como consecuencia del
paquete fiscal del que
se beneficiaron los hogares estadounidenses entre finales de
abril y principios de julio", aseguraba Jean-Marc Lucas, de
BNP Paribas. De hecho, la Administración estadounidense ha inyectado
a empresas y familias 168.000 millones de dólares a lo
largo del segundo trimestre, lo que equivale a algo más
del 1% del PIB.

En esas circunstancias, la demanda interna ha aportado
1,3 puntos porcentuales al crecimiento, frente al 0,1 registrado
en los tres trimestres anteriores. A ello, sin duda,
también ha contribuido la política
monetaria. En menos de un año, la Reserva Federal ha
bajado los tipos de interés desde el 5,25% hasta el 2%
actual. El último recorte fue aprobado el pasado mes de
abril y supone un claro alivio para todos aquellos que han de
hacer frente al pago de una hipoteca o al pago de los gastos con la
tarjeta de crédito.

En otro frente también se deja sentir la mano de
las autoridades estadounidenses. Las exportaciones han aportado
2,3 puntos al crecimiento del PIB, muy por encima de los 0,8
puntos que aportaron al crecimiento del primer trimestre. Un boom
que ha coincidido, precisamente, con el momento de menor
cotización del dólar frente al euro, que se
llegó a cotizar a 1,6 unidades en abril.

Pese a todo, la recesión parece casi inevitable.
Así lo advertía esta semana desde Singapur el ex
economista jefe del Fondo Monetario
Internacional Kenneth Rogoff al asegurar que lo peor de la
crisis financiera está por llegar y que se llevaría
por delante a uno de los grandes bancos estadounidenses. Los
economistas de UBS insisten en que la primera economía del
mundo entrará en recesión en el segundo semestre
del año "una vez que el impacto de las medidas monetarias
y fiscales se disipe". Para la zona euro se muestran algo
más optimistas y limitan su pronóstico a una
"fuerte desaceleración". Eso sí, advierten que la
recesión es "inevitable" para los países afectados
por la crisis inmobiliaria, como España o
Reino Unido.

Los últimos datos conocidos de la economía
europea muestran pocas señales
de recuperación. El índice de gerentes de compra
del sector manufacturero en Francia y Alemania muestra un claro
estancamiento en agosto y se sitúa en su peor nivel desde
2003. En Reino Unido se ha registrado un inesperado aumento del
2,1% en las ventas
minoristas, pero el clima de negocio
ha vuelto a empeorar en agosto hasta su peor nivel en siete
años. Los expertos advierten, además, que el
endurecimiento de las condiciones financieras se está
agudizando, lo que va a añadir una fuerte presión
para la refinanciación de la deuda empresarial, superior
al 100% del PIB en algunos países como España y
Francia. En el caso español, la desaceleración es
el "elefante en la habitación", como dicen los
anglosajones: lo inunda todo. El turismo, la primera industria
nacional, flojea. La entrada de turistas extranjeros cayó
el 8% en julio y el paro aumenta en todos los sectores, incluida
la industria. Sólo la depreciación del euro frente al
dólar ofrece un cierto alivio a los exportadores
europeos.

Entre Estados Unidos y la zona euro hay más
diferencias. Lo que sí revela el escenario
económico estadounidense es toda una batería de
medidas adoptadas desde los diferentes niveles de la
Administración para intentar evitar la temida
recesión, una acción
que no ha tenido una correspondencia similar en Europa. Algunos
expertos apuntan que esa política puede tener un elevado
coste en términos de credibilidad. Otros, que no vale la
pena preservar la credibilidad si lo es a costa del crecimiento
económico.

Precisamente Francia, que ostenta la presidencia de
turno de la Unión
Europea, hacía esta semana un llamamiento al resto de
los socios para dar una "respuesta coordinada" a la crisis. El
primer ministro, François Fillon, exigía abrir al
menos un debate al
respecto. "Tenemos un espacio económico común, una
moneda común. Es indispensable" que los ministros de
Economía de la zona euro y de la UE vean cómo
coordinar las acciones realizadas en el ámbito nacional y
también estudien si en la política conducida
"colectivamente" en la UE puede haber medidas, como inversiones o
apoyo a las pequeñas y medianas empresas, para reforzar el
crecimiento, explicó Fillon. La UE dispone hoy de
instrumentos de los que anteriormente los Estados eran los
únicos depositarios para "responder a una situación
difícil como la que atravesamos",
sentenció.

No todos son tan pesimistas. Los analistas del Deutsche
Bank sostienen que "lo que sí es seguro que se
está desacelerando es el ciclo empresarial, marcado por la
evolución de las materias primas, el tipo de cambio
y los tipos de interés" y eso es algo que afecta a todos
los países "hayan vivido o no un boom inmobiliario, tengan
déficit o superávit por cuenta
corriente".

Las Cámaras de Comercio e
Industria alemanas ven normal que la economía se
desacelere después de tres años de crecimiento
sostenido. Según su director general, Martin Wansleben,
"2008 será un buen año" porque las fábricas
siguen manteniendo el nivel de pedidos "y aún no notan la
crisis", dice. "Pero cada vez hay más señales de
que las cosas irán peor en 2009", y es ahí donde
reclaman la actuación de las autoridades
europeas.

No cabe esperar un alivio por parte del BCE. Al menos de
momento. Europa afronta un doble escenario de
desaceleración económica y subida de la
inflación. En esas condiciones, la autoridad monetaria
recuerda una y otra vez que su mandato es el control de la
inflación, no impulsar el crecimiento. "Sólo
tenemos una aguja en nuestra brújula y
esa aguja es la estabilidad de precios", recordaba Trichet el
pasado 7 de agosto. Una estabilidad fijada en un objetivo de
precios del 2%, lejos del 4% registrado por el dato de la
inflación armonizada en julio. Algunas voces en el
Parlamento Europeo ya han sugerido la posibilidad de revisar ese
objetivo del 2% para que el BCE pudiera relajar, así, su
política monetaria. Datos y argumentos no van a faltar
para la cumbre de Niza convocada por la presidencia francesa para
mediados de septiembre. –

– El FMI advierte que
la economía de EEUU puede retroceder en el segundo
semestre (El País – 24/8/08)

(Por Jackson Hole – Reuters)

La economía de Estados Unidos resiste en primera
línea el embate de la crisis originada por las hipotecas
basura
concedidas por sus entidades financieras. Y, hasta ahora, lo ha
hecho mejor que otras economías avanzadas. Si en el
segundo trimestre, el PIB de la zona euro retrocedía por
primera vez en su historia, el de EE avanzaba aún un 0,5%.
Pero el Fondo Monetario Internacional lanzó ayer una
señal de aviso.

"Nuestra expectativa es que el crecimiento se
retraerá a una tasa considerablemente por debajo de la
tendencia e incluso existe la posibilidad de una leve
contracción en la segunda mitad del año",
advirtió el subdirector gerente del
FMI, John Lipsky, tras una reunión en Jackson Hole,
Wyoming.

Lipsky evitó cuidadosamente usar la palabra
recesión, que tradicionalmente se caracteriza como dos
trimestres consecutivos de caída de la actividad, un
riesgo que ahora es palpable en buena parte de las
economías europeas.

Los analistas achacan la fortaleza de EEUU al efecto de
las deducciones aprobadas por el Gobierno de
George Bush, que devolvió un promedio de 600 euros a cada
contribuyente.

Otro banco intervenido

Pero la inyección fiscal ya no da para más
y es ahora cuando el FMI cree que se notará el impacto
real de la crisis. Aún así, Lipsky mantuvo que en
2009 es probable "una aceleración de la actividad" en
EEUU.

Tal y como admitió el viernes el presidente de la
Reserva Federal, Ben Bernanke, la tormenta financiera que se
levantó hace un año sigue viva. El repunte de la
morosidad y el desplome de activos financieros han obligado a la
intervención de nueve bancos estadounidenses este
año. Ayer se sumó a esta lista el Columbian Bank,
una pequeña entidad de Kansas, cuyas sucursales
pasarán a ser gestionadas ahora por otro banco, el
CBT.

Entrevista:
Roland Berger Presidente de Roland Berger Consultants –
"España tiene problemas estructurales" (El País –
24/8/08)

(Por Carmen Sánchez Silva)

A sus 71 años, Roland Berger (Berlín,
1937), presidente de la consultora estratégica que lleva
su nombre y asesor de políticos de la talla de Angela
Merkel o Gerhard Schroeder, ha visto ya unas cuantas crisis
económicas. Pero, a su juicio, la que atravesamos ahora es
diferente al resto porque "el poder
económico mundial está cambiando de manos". El
presidente de Roland Berger Strategy Consultants, que factura 550
millones de euros con las 33 oficinas de que dispone en 23
países, piensa que en 2030 los estados de la OCDE, que
actualmente tienen en sus manos casi el 60% del PIB mundial,
pasarán a tener el 40%; en tanto que los emergentes
acapararán el 60% de la riqueza internacional. China se
convertirá en el mayor poder económico del globo,
superando a Estados Unidos. Mientras esta situación llega,
el deterioro económico se agudiza.

Pregunta. ¿Cuánto cree que va a durar esta
crisis?

Respuesta. Por lo menos hasta 2010 o 2011 porque se
trata de una doble crisis. Por un lado, es una crisis
cíclica tras muchos años de elevado crecimiento. Y
ésta se ha visto reforzada por la crisis del sector
financiero, por todos sus excesos y porque no ha tenido en cuenta
el riesgo. De hecho, este sector todavía no ha reflejado
su situación más crítica. Y, por otro lado,
es una crisis estructural que se debe al cambio gradual
del poder económico. El crecimiento ha pasado de los
países europeos tradicionales, Estados Unidos y Japón,
hacia los países emergentes que necesitan grandes
utilizaciones de recursos y no ha
habido capacidad suficiente para darles respuesta; por eso los
precios de las materias primas han subido desbocadamente. Y ahora
son países como China, India, Brasil y Rusia
quienes tienen los recursos para ser invertidos en Occidente.
Este cambio del poder llevará un tiempo de ajuste para
poder salir de la crisis.

P. ¿Cuáles serán las
economías más afectadas?

R. La economía americana es la más
afectada y también la que está haciendo más
rápido los deberes, tomando las medidas precisas para
salir antes de la crisis. Estados Unidos ya ha demostrado en
épocas anteriores que es capaz de superar las recesiones.
En cuanto a la economía europea, realmente está
protegida. Con 500 millones de personas, es un mercado muy grande
que dispone, además, de los centros de conocimiento
más importantes para pasar con éxito
la crisis.

P. Pero dentro de Europa existen
diferencias…

R. Sí. Algunos países están
más afectados por la recesión que otros y les va a
costar más salir de ella. Italia, España, Grecia e
Irlanda están entre ellos.

P. ¿Por qué la situación
española es más complicada y qué medidas se
pueden tomar para corregirla?

R. Porque la economía española depende
demasiado del sector inmobiliario y el declive de éste es
mucho más pronunciado que en otros países. La
construcción representa un 18% del PIB, mientras que en
Alemania o Francia apenas supone el 4% o 5% y en Estados Unidos
el 6%. El sector pesa mucho más que en el resto de los
países y la recesión inmobiliaria hará que
la economía sufra mucho más. Los precios de los
inmuebles están cayendo por la falta de demanda y no se
edifican nuevos. Como la construcción necesita mucha mano
de obra, la carencia de demanda creará desempleo y
éste una reducción del consumo.
España está en una situación difícil
porque tiene problemas estructurales. Depende demasiado de la
energía y del déficit exterior que, en una
recesión, tienen un impacto muy negativo sobre la
economía. Este año, el crecimiento del PIB
español estará en torno al 1,4%.

P. ¿Y qué se puede hacer?

R. Se deben poner en marcha programas de
reestructuración profundos. De reducción de costes,
cambios en los balances… Es insostenible que el coste de la
mano de obra aumente entre un 3% y un 5% como en los
últimos años mientras la productividad no
crece. Hay que aumentar la productividad. Y no sólo con
medidas puestas en marcha por las empresas; tiene que intervenir
el Gobierno. Hacen falta grandes reformas en el mundo laboral, en la
productividad y el empleo. Me
gustaría ver en dos o tres años crecimientos cero
en los costes laborales y un aumento de la productividad. Es
vital para la economía española. Además, el
Gobierno debe invertir para crear innovación y también
infraestructuras. Éstas podrían solucionar en parte
el excedente de mano de obra que está dejando el sector
constructor. Y, en tercer lugar, se debe invertir más en
educación,
en el desarrollo de
talento.

P. ¿Y cree que el Gobierno de Rodríguez
Zapatero va en esa dirección o en la contraria?

R. El Gobierno está dividido. Tiene dos
líneas de pensamiento. La que defiende Pedro Solbes, que
se basa en seguir las dinámicas del mercado y ajustarse. Y
la otra, la que sostiene el propio presidente, es la de
introducir medidas sociales. La situación de España
es dura, por eso me gustaría que ganasen los puntos de
vista de Solbes. Tenemos que apretarnos el cinturón y
tomar medidas estructurales.

P. Es pesimista…

R. Pesimista no, realista. La España corporativa
lo ha hecho muy bien y está en una buena situación
porque tiene empresas muy potentes, como Telefónica,
Santander, BBVA, Repsol, Ferrovial, ACS, Acciona, Inditex, Mango,
Iberdrola… con una importante presencia internacional y
excelentemente gestionadas, que pueden sobrevivir a la crisis sin
problemas. Soy un poco pesimista con la macroeconomía. Hay que actuar. Ha habido un
largo periodo de tiempo de fiesta tropolunga; ha durado demasiado
sin que se tomen medidas y eso crea algunos problemas al
Gobierno. Hay que corregir el desvío, actuar. El Gobierno
tiene que sentar las bases de actuación. España es
capaz de superar la crisis, pero antes tiene que abandonar su
complejo de inferioridad. Y acordarse de que en los
últimos 30 años sus ejecutivos han estado superando
retos y colocando al país entre los de mayor crecimiento
mundial.

P. ¿Puede salir Europa reforzada de la crisis?
¿Cómo?

R. Sí si sus gobiernos invierten más en
educación, reducen la burocracia y
trabajan en aumentar la eficiencia,
reduciendo los costes laborales para ser competitivos.
Además, hace falta que Europa contribuya al desarrollo de
los países emergentes que necesitan productos,
innovación y estrategias, en
lo que Europa es especialista. Así saldrá
favorecida de la crisis, puesto que los países emergentes
también tendrán un aumento de costes laborales con
su crecimiento. Las empresas y los gobiernos deberían
favorecer sectores como el de la biotecnología, el de sistemas de
información y conocimiento, nuevas
tecnologías…, actividades en las que Europa es
puntera, para diferenciarse así de los países
emergentes.

– Tribuna: laboratorio de
ideas J. Bradford Delong – En el filo de la navaja (El
País – 24/8/08)

Llevo desde 2003 diciendo que la economía mundial
está terriblemente desequilibrada y se expone a una
catástrofe macroeconómica que tendría como
resultado uno de los peores episodios de dificultades
económicas de los tiempos modernos. Llevo desde 2004
diciendo que la situación, una vez iniciada, probablemente
empezaría a verse con claridad transcurrido un año:
sabríamos si la economía mundial se
corregiría por sí sola o iniciaría una
espiral descendente. Entre 2004 y 2007, pensaba que podía
estar equivocado acerca de la solución relativamente
rápida de las dificultades económicas mundiales:
como decía el fallecido Rudi Dornbusch, los desequilibrios
macroeconómicos insostenibles pueden sostenerse más
de lo que los economistas (con su conmovedora fe en la toma
racional de decisiones por parte de los humanos) creen
posible.

Sin embargo, hace un año, cuando se hundieron las
hipotecas basura en agosto de 2007, lo tenía claro. La
situación tenía que resolverse en el plazo de un
año, o si no… O bien los bancos centrales
conseguían de algún modo enhebrar la aguja y
devolver los tipos de cambio y los precios bursátiles a
una configuración de equilibrio
estable y sostenible, o el caos y las alteraciones en los
mercados financieros se extenderían a la economía
real y se produciría una gran crisis mundial. Las
probabilidades se inclinaban mayoritariamente por el segundo
resultado: dificultades macroeconómicas
mundiales.

Pero estaba equivocado. Aquí estamos, ha
transcurrido un año entero, y las cosas siguen
columpiándose en el filo de la navaja.

Permítanme recalcar que no tengo quejas acerca de
las políticas
aplicadas por la Reserva Federal de Estados Unidos, sobre la que
ha recaído la principal parte de la responsabilidad de gestionar la crisis.
Desearía -al igual que la Reserva Federal- que se hubiera
podido encontrar un modo de hacer soportar a los propietarios de
activos financieros una parte de las pérdidas que se
avecinan aún mayor que la que han soportado hasta ahora o
de la que probablemente soporten. Pero estoy de acuerdo con el
vicepresidente de la Reserva Federal, Donald Kohn, en que no es
inteligente centrarse en enseñar a los financieros
lecciones sobre riesgo moral cuando
al hacerlo se corre el riesgo colateral de causar daño en
forma de destrucción de millones de puestos de
trabajo.

La primera prioridad de la Reserva Federal es intentar
impedir que la economía estadounidense caiga demasiado por
debajo del pleno empleo, e intentar evitar que el deterioro de la
economía estadounidense contamine a las demás. Si
el empleo y las rentas se hunden en Estados Unidos, la demanda
estadounidense de mercancías importadas se hundirá
también, y no sólo caerá en la
recesión Estados Unidos, sino todo el mundo.

El empleo en la construcción y en sectores
relacionados está disminuyendo a marchas forzadas,
mientras los estadounidenses y los extranjeros se recuperan de su
ataque de euforia irracional por los precios de la vivienda. El
menor entusiasmo por la vivienda sirve para que las empresas
fabriles ya no sufran restricciones crediticias cuando busquen
capital para expandirse. También significa que el valor del
dólar descenderá, y por consiguiente habrá
más oportunidades para que las empresas radicadas en
Estados Unidos exporten y provean al mercado interno. Los puestos
de trabajo se están trasladando de la construcción
(y ocupaciones relacionadas) a las mercancías comerciables
y a la producción de servicios (y
ocupaciones relacionadas).

Pero si el sistema de la intermediación
financiera se hunde en una quiebra
universal, los productores de mercancías comerciables
serán incapaces de conseguir financiación para
expandirse. Y si la vivienda y los precios de los títulos
con garantía hipotecaria no sólo caen sino que se
desploman, todos deberían recordar que el empleo en la
construcción cae con más rapidez de lo que el
empleo en mercancías comerciables puede crecer. Eso no
sería bueno ni para Estados Unidos ni para el
mundo.

Y todo bien hasta el momento, al menos en lo que
respecta a la economía real estadounidense. Por supuesto,
el desempleo en Estados Unidos aumenta, pero si la
economía del país está en recesión,
se trata de la recesión más suave de todos los
tiempos. Sin embargo, desde el punto de vista financiero, la
magnitud del caos es escandalosa: tremendos fallos de
gestión del riesgo por parte de instituciones financieras
altamente endeudadas que han de ser gestores de riesgo de primera
si quieren sobrevivir.

Si hace un año me hubieran preguntado si este
grado de caos financiero era compatible con una economía
interna estadounidense que no estuviese claramente en
recesión, habría dicho que no. Si me hubieran
preguntado hace un año si pasaría un año sin
que o bien se restaurase la confianza en las instituciones
financieras o bien se produjesen nacionalizaciones y
liquidaciones generalizadas, habría dicho que no. Las
configuraciones inestables e insostenibles deben
acabar.

Rudi Dornbusch tenía razón: los
desequilibrios pueden durar más de lo que los economistas
creen posible. Pero eso no significa que al final el agua no
corra monte abajo.

(J. Bradford DeLong es catedrático de
Economía en la Universidad de
California en Berkeley y ex sub secretario del Tesoro de Estados
Unidos. © Project Syndicate, 2008)

– Reportaje: breakingviews.com – Por favor, permanezcan
sentados (El País – 24/8/08)

(Por Robert Cyran)

Investigación de analista: supuestamente
las crisis hacen aflorar lo mejor de las personas. Por desgracia,
la crisis crediticia no ha tenido esa consecuencia en la
mayoría de los analistas bursátiles de Wall Street.
Sus clasificaciones, la mayoría llenas de un radiante sol
tipo Pollyana en lugar de útiles augurios de fatalidades,
han servido de poco a los golpeados accionistas.

Cierto es que algunos analistas vieron cómo se
fraguaba el problema y alertaron a sus clientes. Y en cualquier
caso, los analistas son en parte responsables de no desencadenar
estampidas. Las instituciones financieras se basan en la
confianza. Una recomendación irresponsable puede sembrar
el pánico
y machacar un título. Pero una cosa es gritar
"¡fuego!" en un cine
abarrotado y otra enviar notas que explican por qué los
inversores no deberían hacer caso del humo que
ven.

Tomemos por caso la opinión de Wall Street sobre
dos valores muy
destacados estos días: Fannie Mae y Freddie Mac. Los dos
gigantes hipotecarios tienen obligaciones
por valor de 3,4 billones de euros, lo que significa que
están endeudados aproximadamente en una proporción
de cincuenta a uno. Los precios de las viviendas están
cayendo y, lo que es peor, no se vislumbra el fin de esa
tendencia debido al gran número de casas actualmente
vacías. El Tesoro (Ministerio de Hacienda) estadounidense
ha dicho en esencia que un posible rescate financiero
perjudicará a los accionistas corrientes. Pero la
mayoría de los analistas sigue calificando las acciones de
ambas empresas con respaldo estatal con un "comprar" y los
precios indicativos medios de sus
acciones duplican con creces el actual valor del
mercado.

Hay otros muchos ejemplos, como las recomendaciones de
Wall Street sobre AIG, una de las aseguradoras con problemas. Sus
acciones han perdido este año casi dos tercios de su
valor. En mayo, la empresa
ampliaba su capital en 13,5 millones de euros. Y ahora los
analistas piensan que pronto deberá ampliarlo
considerablemente más, debido a las pérdidas
registradas en las permutas de impago de crédito -credit
default swaps-. Pero incluso los analistas más sensatos
adoptan posturas relativamente optimistas respecto a los
problemas de la empresa. "Los
negocios de AIG son tan complejos que la dirección tal vez
ni siquiera conozca con exactitud cuáles son los riesgos
máximos de la empresa y mucho menos las pérdidas",
explicaba uno de los analistas de Goldman Sachs. Pero el mismo
experto ha puesto un precio indicativo de 23 dólares por
acción, lo cual da a entender que las acciones de AIG
están bien valoradas. Otros analistas son más
alcistas, de modo que el precio indicativo medio de las acciones
ronda los 39 dólares.

Por supuesto, como decía el conocido jugador y
entrenador de béisbol
Yogi Berra (que dio nombre al famoso dibujo animado
oso Yogi), "es difícil hacer predicciones, en especial
sobre el futuro". Si algo hemos aprendido de sus repetidas
opiniones absurdamente optimistas es que cualquier observador
debería preguntarse a quién tienen verdaderamente
en cuenta los analistas, si a los inversores o a las empresas a
las que califican.

– EEUU relaja las condiciones a los deudores de IndyMac
Federal (Negocios – 24/8/08)

(Por J. Mas / G. Velasco)

El hundimiento, el pasado 11 de julio, de IndyMac
Federal, una de las mayores financiadoras residenciales de EEUU,
es un gran desafío para la Organización Federal de Seguros de
Depósitos Bancarios (FDIC, por sus siglas en
inglés). La entidad estadounidense, encargada de
garantizar sus ahorros a los depositantes del país,
deberá hacer frente a unos gastos relacionados con la
liquidación de la entidad que podrían alcanzar los
8.000 millones de dólares. En un intento por hacer que la
operación resulte menos gravosa, las autoridades
lanzarán un Programa de
Modificación de Préstamos Impagados, que
será puesto en aplicación con carácter
inmediato.

Menos morosos

El paquete de medidas trata de facilitar que los
deudores en apuros puedan hacer frente a sus pagos, con lo que
muchos préstamos podrán pasar de una
situación morosa a otra plenamente regularizada. Con ello,
se conseguirá reducir los elevados costes de embargo y
ejecución hipotecaria, y aumentar el valor de
liquidación de la entidad. Éste es, precisamente,
uno de los principales cometidos de la FDIC.

Las modificaciones en las condiciones de los
préstamos irían destinadas, según la FDIC, a
lograr una ratio DTI (relación entre los ingresos del
deudor y sus pagos de principal e intereses) del 38%, nivel
considerado sostenible por la institución. Entre las
vías propuestas para lograrlo están la
reducción del tipo de interés, y el aplazamiento de
los repagos.

Las medidas llegan justo cuando se produce un
recrudecimiento de los problemas: el viernes pasado la FDIC dio a
conocer otro cierre bancario en el país, el del Columbian
Bank and Trust de Kansas, última víctima de la
crisis. En esta ocasión, el naufragio es menor, puesto que
el volumen de
activos de la entidad es de sólo 752 millones de
dólares, frente a los 32.000 millones que alcanzaban los
de IndyMac.

– Wall Street cae un 2% abatido por la angustia del
sector financiero (Cinco Días – 25/8/08)

(Por M. Iñiguez)

Adiós a la esperanza. La especulación
sobre el futuro de las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac,
así como del banco de inversión Lehman Brothers
caló en el ánimo de los inversores estadounidenses
desde el primer minuto de la sesión. El Dow Jones
perdió más de 240 puntos al ceder más de un
2%. El repunte del crudo, además, se encargó de
poner fin a cualquier perspectiva de rebote.

De esta manera, el selectivo industrial perdió un
2,08% y retrocedió hasta los 1.386 puntos. El S&P 500
restó un 2,03%, mientras que el tecnológico Nasdaq
100 recortó un 1,96%.

Los inversores retiraron posiciones sobre el sector
financiero, tras la subida protagonizada el pasado
viernes.

AIG se convirtió en el valor más
castigado, al perder un 5,49%. Los títulos de la
aseguradora cayeron a sus mínimos de 13 años y
cerraron en 18,78 dólares, después de que Credit
Suisse redujera su precio objetivo de 30 a 22 dólares y
anticipara en las cuentas de la
aseguradora una enorme pérdida para su tercer
trimestre.

El resto del sector también sufrió
notables caídas. Bank of America se dejó un 4,14%
en el parqué y JP Morgan un 4,09%. Las acciones de Citi,
el mayor banco por activos de EEUU, cedieron un
2,92%…

En el S&P 500, Freddie Mac y Lehman Brothers
estuvieron en el punto de mira de los inversores. La firma
hipotecaria lideró las ganancias tras revalorizarse un
17%, después de vender cerca de 2.000 millones de
dólares en deudas. También se benefició del
informe de una
analista de Citigroup, que ve "improbable" la
nacionalización de la firma hipotecaria.

Ni siquiera el dato de ventas de vivienda de segunda
mano, algo mejor de lo esperado, animó a los inversores
más optimistas, que quedaron eclipsados tras un nuevo
repunte del petróleo…

El futuro de Lehman Brothers

Las acciones del cuarto banco de inversión
estadounidense caen más de un 79% desde enero. Hoy, Lehman
se convirtió en uno de los peores valores del S&P 500
después de que el presidente del regulador financiero
surcoreano, Jun Kwang-woo, aconsejara al Korea Development Bank
adoptar una posición "prudente" respecto a la potencial
adquisición de algún banco extranjero.

Los comentarios de Kwang-woo hacían
mención al interés que el banco surcoreano
había mostrado por Lehman Brothers, según
publicó el diario Financial Times.

– Las ganancias semestrales de la gran banca mundial
retroceden un 64% (Negocios – 25/8/08)

(Por Juan Más)

Lo mejor que puede decirse de los resultados bancarios a
junio de 2008 es que no han pillado a nadie por sorpresa. Tras
meses sufriendo un persistente goteo de malos datos, las cuentas
semestrales han venido a confirmar fielmente lo que se
veía venir: el sector financiero internacional acaba de
dejar tras de sí el peor ejercicio del que se guarda
memoria. Las
ganancias de las grandes entidades internacionales tomadas en su
conjunto sufren un retroceso del 64% con respecto a los primeros
seis meses de 2007.

Al margen de lecturas catastrofistas, varios datos
llaman poderosamente la atención en las cuentas financieras de los
bancos…

Por primera vez en la historia un banco chino, el ICBC,
es el que más gana del mundo. El asiático
alcanzó los 6.388 millones de euros en el periodo, con un
crecimiento interanual del 57%. Además, su compatriota CCB
es la entidad que consigue un mayor crecimiento de sus ganancias,
al aumentar éstas un 71%. CCB, con sus 5.800 millones de
euros de beneficios, adelanta así al británico HSBC
y alcanza el segundo lugar del ránking mundial. El logro
no es menor, teniendo en cuenta que supone una escalada de once
puestos en la lista de los mayores bancos por
beneficios.

A este respecto, hay que tener en cuenta que los chinos
se han aprovechado de una posición de resguardo frente a
las turbulencias financieras, así como del tirón de
su mercado doméstico. No en vano, la economía
china creció en 2007 a una tasa del 11,3%, el mayor
ritmo dentro de una década marcada por incrementos
históricos del Producto
Interior Bruto (PIB) de la potencia
comunista. Pero el buen comportamiento
del mercado chino no sólo ha propulsado el crecimiento de
los bancos nacionales: también ha sido clave para
equilibrar las cuentas de entidades de otros países con
fuerte presencia en extremo oriente. Es el caso, sobre todo, de
HSBC. El crecimiento de su negocio en el periodo se debió,
en un 70%, a su apuesta por los mercados emergentes. Más
en concreto, por
el territorio continental chino, donde el banco ha incrementado
sustancialmente su actividad de banca comercial. Todo ello ha
ayudado a la entidad a compensar las provisiones por valor de
casi 4.300 millones de euros en el periodo.

Pérdidas en EEUU

De la misma manera, los incrementos de la banca china
enmascaran en cierta medida la verdadera magnitud de las
caídas. Y es que, si tenemos en cuenta tan sólo los
resultados de la gran banca de Estados Unidos, epicentro de la
crisis subprime, tenemos que los beneficios financieros caen nada
menos que un 97% (la banca europea, por su parte, retrocede un
65,8%). De ganar 30.780 millones de euros en la primera mitad de
2007, los seis representantes americanos pasaron a ganar
escasamente 1.000 millones en el presente ejercicio.

Pero si hablamos de números rojos, la entidad que
más pierde no es americana, sino la suiza UBS. Sus 7.336
millones de pérdidas suponen un drástico descenso
en comparación con las ganancias logradas a junio de 2007,
de 5.291 millones. Los últimos meses han supuesto una
verdadera catarsis para
la entidad, que ha anunciado profundos cambios estructurales,
como la separación de sus divisiones y una
renovación a fondo de su cúpula
directiva.

– El FMI recorta su previsión de crecimiento de
la eurozona al 1,4% en 2008 y 0,9% en 2009 (Negocios –
25/8/08)

El Fondo Monetario Internacional (FMI) habría
revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para la zona
euro en 2008, que pasaría a un 1,4% frente al 1,7%
previsto en la última actualización del informe de
la institución internacional sobre la eurozona, mientras
que de cara a 2009, el FMI prevé un crecimiento del 0,9%,
tres décimas por debajo de la anterior
estimación.

De acuerdo con los datos contenidos en una nota de la
institución que iba a ser difundida en la próxima
reunión del G-20, el FMI espera que el crecimiento de la
economía mundial sea del 3,9% en 2008, frente al 4,1%
previsto en el último informe de perspectivas
económicas mundiales, y del 3,7% en 2009, dos
décimas menos que en la anterior previsión,
según indicó un funcionario del G-20 que no quiso
ser identificado.

Por otro lado, las nuevas previsiones del FMI mantienen
sin cambios las proyecciones para la economía de EEUU en
2008, que crecería un 1,3%, mientras que ajustó la
previsión para 2009 hasta el 0,7%, una décima
menos.

Los ministros de finanzas y los gobernadores de los
bancos centrales del G-20 se reunirán la próxima
semana en Río de Janeiro. El grupo acoge a
Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia,
Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México,
Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Corea del Sur,
Turquía, Reino Unido y EEUU, a los que se suma la
Unión Europea.

– Y van nueve: el Columbian Bank & Trust
también echa el cierre en EEUU (El Confidencial –
25/8/08)

El comisionado bancario de Kansas, J. Thomas Thull, y la
Corporación Federal de Garantía de Depósitos
(FDIC) procedieron el pasado viernes al cierre del banco
Columbian Bank & Trust, lo que eleva a nueve el número
de entidades que han colapsado en lo que va de año, apenas
tres por debajo del récord establecido en 2002.

En concreto, según los datos consultados por
Europa Press, las autoridades bancarias estadounidenses han
procedido al cierre en lo que va de año de los bancos
First Priority Bank (Florida), First National Bank of Nevada
(Reno), First Heritage Bank e IndyMac Bancorp (California); First
Integrity Bank (Minnesota), ANB Financial (Arkansas), Hume Bank y
Douglass National Bank (Missouri).

Las autoridades estatales y federales acordaron la venta
de los depósitos garantizados del banco de Kansas a la
entidad Citizens Bank & Trust, que también
pactó la compra de 85,5 millones de dólares (58
millones de euros) en activos del Columbian Bank & Trust por
lo que las nueve sucursales del banco domiciliado en Topeka
abrirán hoy sus puertas ya como filiales de Citizens Bank
& Trust.

Columbian Bank & Trust Company contaba el pasado 30
de junio con activos por importe de 752 millones de
dólares (509 millones de euros) y depósitos por
valor de 622 millones de dólares (421 millones de euros),
de los que alrededor de 46 millones de dólares
correspondían a 610 cuentas con depósitos no
asegurados.

Asimismo, la entidad de Kansas también contaba
con unos 268 millones de dólares (181,5 millones de euros)
en depósitos negociados que no forman parte de la
transacción efectuada con Citizens Bank & Trust, ya
que FDIC abonará directamente a los 'brokers' las
cantidades correspondientes a los fondos asegurados.

El coste de la operación para el fondo de
garantía de depósitos de FDIC podría
alcanzar unos 60 millones de dólares, indicó el
regulador, que destacó que se trata del primer cierre de
un banco en Kansas desde el colapso del Midland Bank of Kansas en
1993.

Desde el año 2000 las autoridades bancarias de
EEUU han cerrado un total de 37 entidades, siendo el año
2002 el más problemático hasta la fecha con doce
cierres, mientras que en los años 2005 y 2006 no se
produjo el colapso de ninguna entidad.

– La crisis se ceba con los satélites
del euro: Dinamarca imita al Reino Unido en el respaldo estatal
de la banca (El Confidencial – 26/8/08)

(Por R. J. Lapetra)

Vivían al margen. Quisieron hacerlo. Y ahora
afrontan las consecuencias de la mayor crisis financiera en
décadas y la más grande de la banca desde los
años 80. En EEUU, con un mercado atomizado al extremo,
están acostumbrados a ver a los bancos en momentos de
dificultades o recesión. Pero en Europa es otra cosa. Para
los habitantes de la tierra del
estado del bienestar y la estabilidad, ver caer un banco
arraigado en la comunidad rompe
los esquemas, como ha terminado ocurriendo en Dinamarca con el
Roskilde Bank, una de las mayores entidades regionales danesas y
el octavo del país por valor en bolsa.

El banco mantenía unas obligaciones superiores a
los 5.000 millones de euros y se había declarado
insolvente semanas atrás, lo que ha provocado la
intervención del Banco Central de Dinamarca, que junto a
Reino Unido y Suecia configura el eje tradicional de
países euro escépticos con el euro, la moneda
única de la Unión Europea (UE). La
intervención del Roskilde le costará a las arcas
públicas danesas un mínimo de 600 millones de
euros, que supone la inyección inicial de capital para
sanear su balance.

Según su propia auto descripción, la entidad calificaba de
"equilibrada" su cartera de créditos, pero bajo ese
eufemismo se escondía un 45% de préstamos
concentrados en el sector del ladrillo. Con 32.500 accionistas,
600 empleados y más de 100.000 clientes cumplía a
la perfección la descripción de banco mediano en la
esfera local, aunque extremadamente pequeño en el tablero
internacional, donde las grandes áreas económicas
se convierten en refugio frente a otras más
pequeñas, especialmente, si tienen moneda propia.
Según informa la prensa danesa, el Roskilde, que ha
cambiado su marca por The New
Bank (El Nuevo Banco) vivirá a partir de ahora bajo la
tutela del banco
central, que mira de cerca otras entidades como Trelleborg
Bank.

Es otra de las caras de la crisis. Porque si ya es
difícil obtener financiación para algunas entidades
en la zona euro, para los bancos con base fuera de la
unión monetaria los obstáculos crecen en altura.
Dinamarca mantiene como divisa oficial en curso la corona danesa
y, ante la próxima entrada en recesión
económica del país, su valor en los mercados se ha
deteriorado rápidamente: hasta un 10% frente al
dólar estadounidense desde mediados de julio -su valor
ante el euro está prácticamente anclado-
Precisamente, Dinamarca aplazó sine die la consulta a sus
ciudadanos sobre la adopción
del euro, prevista para el último trimestre de este
año, tras el "no" de Irlanda a la Constitución
europea. Sin embargo, la crisis financiera podría hacer
cambiar de opinión al Gobierno que dirige Anders Fogh
Rasmussen. Dinamarca ya rechazó al euro en el año
2000.

La libra y la inestabilidad bancaria en Reino
Unido

Paradójicamente fue en mayo cuando Dinamarca tuvo
que salir en ayuda de otro país, Islandia, para
estabilizar su pequeño sistema bancario. Junto a los
bancos centrales de Suecia y Noruega, los daneses extendieron una
línea bilateral de intercambio ("swap") de euros por
coronas islandesas con el banco central de Islandia, Sedlabanki,
por importe de 500millones de euros. Otro satélite de la
eurozona es Reino Unido, con una economía más
sólida y exponencialmente más grande, pero que ya
ha vivido un episodio similar con la salida al rescate del
Northern Rock o el
intercambio de hipotecas por bonos del Tesoro,
respaldados por el Estado, con distintos bancos, por 65.000
millones de euros.

Reino Unido ha visto en el último año como
sus grandes bancos, salvo excepciones como el HSBC, Lloyds o
Barclays, caían bajo el fuego de la crisis. Santander ha
puesto de relieve las
debilidades del sistema inglés barriendo en el mercado
hipotecario a los rivales de su filial Abbey, gracias a la
posibilidad de acudir a la liquidez del Banco Central Europeo
(BCE) en lugar de al Banco de Inglaterra, que es más cara.
Alliance & Leicester, comprado a precio de saldo por el
propio banco español, ha sido uno de los últimos en
caer. Standard Chartered, el RBS, Bradford & Bingley… La
libra ha sufrido una caída del 7% en las últimas
semanas frente al dólar estadounidense, evidenciando el
aislacionismo.

El propio Banco de Inglaterra lo reconocía este
fin de semana. Según el nuevo subgobernador del banco
central, Charles Bean, la actual crisis de los mercados
financieros "es comparable al menos con la sufrida en 1970". "El
año pasado esto era una crisis financiera que
pensábamos que con un poco de suerte podría haberse
superado en Navidad, pero
se ha alargado ya durante un año y parece que se
extenderá aún por un periodo de tiempo
considerable", indicó Bean. Algunos analistas temen que
pueda sufrir el síndrome islandés, en referencia a
la inestabilidad, alta inflación e inestabilidad sobre su
divisa que le generó a la isla nórdica la reciente
crisis de sus bancos.

– EEUU identifica 117 entidades financieras con
problemas (El País – 27/8/08)

(Por S. Pozzi)

La lista de entidades financieras en apuros sigue
creciendo en Estados Unidos. La agencia que da cobertura a los
depósitos bancarios -la FDIC, por sus siglas en
inglés-, identificó durante el segundo trimestre a
117 bancos "con problemas", casi una treintena más que en
el trimestre precedente. Se trata del número más
alto desde mediados de 2003, pero aún así es una
cifra inferior a la que se esperaba. Unos 8.500 bancos figuran
bajo el paraguas de la FDIC.

Al informe de esta agencia apenas se le prestaba
atención cuando las cosas iban bien en Wall Street. Hasta
que el colapso del mercado de crédito por la crisis
hipotecaria empezó a cobrarse las primeras víctimas
en el sector financiero, como la quiebra de la californiana
IndyMac Bancorp, en julio.

En el parqué neoyorquino se esperaba una
situación mucho peor de la reflejada en las 20
páginas que contiene el informe de la FDIC. Las entidades
identificadas como problemáticas manejan activos por un
valor de 78.000 millones de dólares (53.000 millones de
euros), frente a los 26.000 millones del primer trimestre. De ese
total, unos 32.000 millones pertenecen a IndyMac.

Problemas regionales

Los bancos están aumentando sus reservas para
compensar las pérdidas que están acusando por el
deterioro del mercado de crédito. En junio se
contabilizaron 50.200 millones, comparados con los 11.400
millones de hace un año. Las ganancias del sector cayeron
un 86% en el trimestre, hasta los 5.000 millones, su nivel
más bajo desde 1991.

Los bancos regionales son los que presentan mayores
problemas. La FDIC, que ha intervenido ya en el cierre de nueve
entidades este año -cinco de ellas en verano- urge a que
estas firmas desarrollen planes de contingencia, que aseguren que
disponen del capital necesario para hacer frente al temporal o
ante una eventual fuga de clientes, como la sufrida por
IndyMac.

En paralelo, la Reserva Federal (el banco central
estadounidense) publicó ayer el acta con los detalles de
su última reunión, en la que dejó los tipos
de interés intactos en el 2%. El consenso entre los
miembros del equipo que preside Ben Bernanke se decanta a favor
de que el próximo movimiento sea
hacia el encarecimiento del precio del dinero. La Fed
rebajó además sus previsiones económicas
para el segundo semestre del año y el primero de
2009.

– Un nuevo dolor de cabeza para los bancos de Europa y
EEUU (The Wall Street Journal – 27/8/08)

(Por Carrick Mollenkamp)

Bancos de Estados Unidos y Europa, que ya acusan los
estragos provocados por sus pérdidas y las preocupaciones
sobre su salud
financiera, enfrentan un dolor de cabeza en los próximos
meses: cómo pagar los cientos de miles de millones de
dólares que tomaron prestado antes de que empezara la
contracción del crédito.

En el meollo de la cuestión está la deuda
de tasa flotante, valores utilizados muy a menudo por los bancos
para endeudarse en 2006. Una gran parte de estos papeles vence
dentro de los próximos 12 meses, en un momento en que los
bancos están teniendo dificultades para recaudar nuevos
fondos. Esto los está obligando a vender activos, competir
agresivamente por depósitos y emitir nueva deuda a precios
exorbitantes.

El próximo mes, sin ir más lejos, vencen
US$ 95.000 millones en bonos a tasa flotante. Alexander Roever,
analista de JP Morgan Chase & Co., calcula que las
instituciones financieras deberán pagar unos US$ 789.000
millones en bonos a tasa flotante y otras obligaciones de medio
plazo antes de fines de 2009. La cifra representa un alza del 43%
frente a lo que tuvieron que redimir en los últimos 16
meses.

El problema ilustra cómo el dolor provocado por
la contracción crediticia, que está entrando en su
segundo año, no va a pasar pronto para los bancos ni la
economía en general. Mientras los bancos tratan de pagar
sus obligaciones, probablemente verán menguar sus
márgenes de ganancias ante la insistencia de los
inversionistas de exigir mayores tasas de
interés para los nuevos préstamos.
También es probable que se muestren aun más reacios
a extender nuevos créditos a consumidores y
compañías, agravando la desaceleración
económica en EEUU y Europa. "Será un mayor problema
ahora que en el primer semestre, pero continuará al menos
durante nueve meses", advierte Guy Stear, estratega de
crédito de Société Générale SA
en París.

Para fines de este año, entidades de la
envergadura de Goldman Sachs Group Inc., Merrill Lynch & Co.,
Morgan Stanley, Wachovia Corp., y el prestamista británico
HBOS PLC
deberán pagar cada uno más de US$ 5.000 millones
para cancelar bonos de tasa flotante, según un informe
reciente de JP Morgan. Otras grandes empresas, como General
Electric Co., Wells Fargo & Co., y UniCredit Group
también deberán cancelar grandes facturas en los
meses venideros, indica el informe.

Las tasas que tendrán que pagar si quieren
refinanciar la deuda serán mucho más altas que las
que obtuvieron en 2006. En julio, las tasas de interés
para los bonos de tasa flotante estaban apenas 0,02 puntos
porcentuales por encima de la Libor, la tasa interbancaria
británica que debería reflejar lo que los bancos se
cobran por prestarse entre sí. En la actualidad, la
diferencia, o spread, es de al menos dos puntos
porcentuales.

Representantes de los bancos y de los bancos de
inversión aseguraron estar en perfectas condiciones para
pagar los bonos de tasa variable, ya sea porque consiguieron los
fondos necesarios o porque tienen suficientes depósitos de
clientes a los cuales recurrir.

Sin embargo, a medida que muchos bancos compiten por
fondos para financiar sus pagos o se desprenden de activos para
levantar capital, sus actos podrían exacerbar la
presión sobre los mercados financieros. Los bancos que
decidan tomar préstamos a corto plazo también
tendrán que renovarlos más a menudo, aumentando el
riesgo de que no logren conseguir dinero cuando lo
necesiten.

La mayoría de los pagarés están
denominados en dólares, pero también hay
vencimientos en euros para bancos europeos y estadounidenses. En
los últimos cuatro meses del año expiran bonos por
un valor de entre 15.000 y 20.000 millones de euros al mes, dice
Stear, el estratega de Société
Générale, comparado con cifras de entre 7.000 y
15.000 millones de euros en el primer semestre de
2008.

Los vencimientos tienen lugar en momentos en los que los
problemas en los mercados a los que los bancos acuden para
endeudarse, no muestran signos de
amainar. En una clara señal de las dudas acerca de la
salud de los bancos, la tasa Libor a tres meses sigue muy por
encima de las tasas de los bancos centrales esperadas para el
mismo período.

Los bancos tienen dificultades para conseguir fondos
incluso a tasas más altas. Los mercados de
titularización que habían permitido a los bancos
reorganizar y vender hipotecas a los inversionistas siguen casi
cerrados.

Los bancos casi nunca se hacen préstamos por
más de una semana, e incluso los préstamos con
valores como garantía se están encareciendo. Al
mismo tiempo, la presión sobre los activos de los bancos
va en aumento. Las empresas, por ejemplo, han estado haciendo uso
de líneas de crédito extendidas antes de la crisis,
forzando a los bancos a prestar más justo cuando quieren
reducir su riesgo.

Todas estas fisuras en los mercados de capital han
vuelto a las instituciones financieras más dependientes de
los bancos centrales de EEUU, Europa y Gran Bretaña.
Muchos bancos, por ejemplo, han estado empaquetando valores con
hipotecas y préstamos a empresas con el exclusivo fin de
usarlos como colateral para obtener financiamiento
del Banco Central Europeo o la Reserva Federal. Algunos
inversionistas se preguntan hasta cuándo deberían
los bancos centrales apuntalar a las instituciones
financieras.

Algunos bancos no han tenido inconvenientes para colocar
nueva deuda. El Banco Santander SA vendió en julio 2.000
millones de euros de deuda a tasa fija, pero también
incrementó los pagarés de corto plazo que puede
vender en 10.000 millones de euros, a 25.000 millones de euros.
De ser usados para financiar bonos de mayor plazo, eso
incrementaría significativamente la frecuencia en la que
el banco español debería refinanciar grandes
cantidades de sus préstamos.

Un vocero de Santander manifestó que el banco se
siente muy cómodo con su capacidad para cumplir sus
obligaciones.

Monografias.com

– EEUU crece al 3,3%, pero no disipa el temor a la
recesión (Negocios – 28/8/08)

(Por Carlos Álvaro)

La economía de EEUU avanzó a un inesperado
y notable paso del 3,3% anual en el segundo trimestre, gracias a
una balanza
comercial mejor de lo que cabía prever. Pero las
perspectivas para la segunda mitad del año distan de ser
positivas, lo que vuelve a relanzar la posibilidad de un segundo
plan de estímulo, máxime cuando el Gobierno no
podrá contar ya con apoyo desde el ámbito
monetario, como acaba de dejar claro la Reserva Federal, al
señalar que el próximo movimiento de tipos
será al alza.

Y es que, pese a la debilidad, la meta del
banco, que ayudó a evitar la recesión con recortes
agresivos desde agosto de 2007 hasta primavera, es ahora atajar
la inflación.

La primera economía mundial sorprendió en
abril-junio con el mayor crecimiento desde el tercer trimestre de
2007, impulsada por un comercio exterior
que sumó 3,1 puntos al PIB gracias a la progresión
del 13,2% en las exportaciones, beneficiadas por meses de
dólar bajo. El gasto en consumo se mantuvo bajo
mínimos, con un avance del 1,7%. La Administración
revisó al alza la estimación previa de PIB (+1,9%)
y mantuvo en el 0,9% el avance del primer trimestre. A finales de
2007, el país se había contraído el
0,2%

Sin embargo, para lo que queda de año las
perspectivas no son halagüeñas. El FMI piensa ya que
EEUU puede registrar un retroceso en el segundo semestre. Y no es
el único. La Fed otea un crecimiento débil y su
jefe en Dallas, Richard Fisher, ve la economía en punto
muerto" en la segunda mitad. "EEUU avanzará a paso de
caracol, si no se paraliza", dijo.

Ojo al segundo semestre

Para el banco suizo UBS, EEUU probablemente
entrará en recesión en el segundo semestre, una vez
que atenuado el efecto de las medidas presupuestarias (el plan
Bush) y monetarias (la rebaja de tipos). El FMI, con todo, es
más optimista sobre EEUU que sobre Europa en el borrador
de su informe semestral, en el que mantiene la previsión
de un avance del 1,3% en 2008 y baja del 0,8% al 0,7% el de
2009.

El jefe de la Fed, Ben Bernanke, acaba de admitir que
EEUU afronta "una de las coyunturas más complicadas de las
que se tienen memoria", mientras colegas del banco como Dennis
Lockart alertan del "inquietante nivel de inflación" que
acompaña a la debilidad económica y creen que la
tasa seguirá por encima del 4% a medio plazo.

Aunque hay temor a un poco boyante tercer trimestre,
algunos datos dan esperanza: los pedidos crecieron el 1,3% en
julio y, según el Conference Board, la confianza del
consumidor
progresó en agosto de 51,9 a 56,9 puntos, dato que sugiere
que, aunque la economía siga paralizada hasta fin de
año, podría resurgir en 2009. Pero no todo son
rosas: el
índice compuesto, que prefigura la marcha económica
a seis meses, y que acusó una baja del 0,7% en julio.
Además, y tras un repunte en junio, el inmobiliario
volvió a dar malas noticias en
julio, con una caída del 11% en la construcción de
nuevas casas. Y el precio de la vivienda cayó el
récord del 15,9%.

Ni cuándo ni cuánto

En las minutas de su última reunión, la
Fed ha dejado claro que el próximo movimiento en tipos
(hoy en el 2%) será al alza, si bien no se atreve a fechar
la subida. La Fed augura "una leve aceleración de la
inflación en el segundo semestre" y "subirá las
tasas tarde o temprano, pero el calendario dependerá de
los datos económicos". De momento, entre el 80% y el 92%
de los analistas consultados por Bloomberg cree que no
habrá cambios en las citas de septiembre y
octubre.

La subida se producirá a pesar de que el banco ha
rebajado su expectativa de crecimiento para 2008 y 2009, debido a
la debilidad del consumo, que en EEUU supone el 70% del PIB. La
Fed cree ahora que EEUU crecerá menos del 1%-1,6% por el
"deterioro laboral; la continuidad de condiciones financieras
desfavorables; la menor confianza y el declive
industrial.

El frente del empleo inquieta. EEUU suprimió
trabajo en julio, por séptimo mes (51.000 empleos netos) y
el paro escaló del 5,5% al 5,7%, el mayor dato desde 2004.
En mayo se perdieron 47.000 y en junio, 51.000. Desde enero, EEUU
ha suprimido 463.000 puestos.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24
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