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Los Gastos Públicos (página 2)



Partes: 1, 2

Para deslindar lo que es aumento aparente, atribuible al
factor monetario, de un posible aumento real, es necesario
deflaccionar el monto nominal de los gastos.

Crecimiento real

El aumento real de los gastos públicos se debe,
sustancialmente, a las siguientes causas: Aumento del territorio:
trae consigo el aumento de los gastos públicos por la
necesidad de proveer a la
organización política y administrativa de las
nuevas regiones y atender a los servicios
públicos (defensa, seguridad,
salud,
instrucción) como así también efectuar
inversiones
básicas para el desarrollo
de aquellas. Aumento de la población:
el crecimiento demográfico es causa de aumento de los
gastos públicos, ya que el volumen
de los servicios
está ligado a la magnitud de la población.

Aumento de la renta nacional: el crecimiento de la renta
nacional permite al Estado
satisfacer, más intensamente, las necesidades
públicas ya asumidas o asumir otras nuevas que antes
quedaban postergadas por el nivel de renta anterior. Esto se da
en todos los niveles (nacional, provincial,
municipal).

Aumento absoluto y aumento
relativo

El aumento del territorio, de la población y de
la renta nacional produce, obviamente, un aumento absoluto de los
gastos públicos. Pero es oportuno examinar si
también ha habido un aumento relativo de dichos gastos,
comparando no sólo los guarismos de los gastos
públicos, sino los de los gastos públicos por
unidad de superficie territorial, los de los gastos
públicos por habitante y los de los gastos públicos
por unidad de renta nacional.

Incremento por motivaciones políticas,
económicas y sociales

En primer término, el aumento de los gastos
públicos, no motivado por las causas ya examinadas, debe
atribuirse al crecimiento de las tareas y funciones
asumidas por el Estado. Las
tareas limitadas que la filosofía liberal asignaba al Gobierno,
han sido ampliadas masivamente por la filosofía
intervencionista.

Ampliación de las funciones del
Estado y la planificación

Como ya lo recordamos, la idea de la
planificación en los Estados con economía
no socialista es hija y heredera de la planificación de la economía durante la primera
guerra mundial, precisamente para coordinar y fortalecer el
esfuerzo productivo para el
éxito en la lucha armada.

Terminado el conflicto
perduró la idea de la planificación por el Estado y
de la asunción por éste de empresas propias
en sustitución o de rehabilitar la actividad patrimonial
del Estado en desmedro del predominio de las
finanzas tributarias.

Nuevos cometidos del Estado y sus
motivaciones

Influyen dos motivaciones fundamentales:

La
motivación económico-social: consiste en la
tendencia, en el desenvolvimiento de las empresas, a sustituir
gastos específicos por gastos generales. Como consecuencia
de la división del trabajo y la
ampliación de las dimensiones empresariales, tareas
efectuadas hasta ahora por todos los sectores de las actividades
productivas, se unifican en manos de una organización
general que en adelante cumple la tarea para todos.

La
motivación sociológico-política: consiste en
la transformación ideológica concomitante con la
transformación de la estructura de
la sociedad
y de la influencia de nuevas clases. Mientras las decisiones
políticas del Estado reflejan las ideas y
los intereses de la burguesía empresaria, predominó
el
objetivo de la
libertad económica y las decisiones se inspiraron en
el principio de "laissez faire-Laissez passer".

El ingreso al gobierno de
clases menos pudientes gracias, entre otros factores, al sufragio
universal, llevó a que predominara o, pro lo menos, a que
tuviera influencia la idea del Estado protector y, en cierto
modo, a reemplazar la libertad por
la seguridad.

Armamentismo y guerra

Se trata de un aumento real y no solo absoluto sino
también relativo, o sea de un aumento per cápita y
también con relación al ingreso nacional. Los
conflictos
armados provocan una brusca elevación de los gastos y que,
terminada la guerra,
la reducción de ellos no significa el retorno al nivel ni
al ritmo de crecimiento anterior a la guerra. Es uno
de los gastos más devastadores, las naciones involucradas
para recuperarse tendrán que hacer ciertos sacrificos,
sobre todo los que pierden el conflicto y a
partir de aquello se redefinirán nuevos esquemas en lo
relacionado a los gastos.

Formas o
clasificación de los gastos
públicos

Los Gastos Públicos en el régimen
financiero al que están sometidos o a la importancia
administrativa que tienen, existen unas que son más
importantes como:

Gastos Ordinarios, Extraordinarios y Otros Gastos
Públicos.

Gasto Ordinario: es aquel que tiende a surgir en
cada ejercicio financiero o presupuestario Eje: sueldos de los
funcionarios o aprovisionamientos que el estado
necesita.

Se encuentran por lo general previstos y autorizados en
leyes de
carácter permanente; salud,
vivienda.

El gasto ordinario constituye un gasto en
consumo.

Gasto Extraordinario: financieramente es gasto
extraordinario al que carece de ese elemento de periocidad que
caracteriza al gasto ordinario Eje: construcción de un puerto o de un
camino.

Económicamente se dice que el efecto útil
producido por un gasto extraordinario, tiende a prolongarse
más allá del periodo presupuestario en el que el
gasto se efectuó, como es el caso de un puerto o un
camino, que una vez ejecutado, continua prestando servicio por
un periodo más o menos de tiempo,

En cambio el
efecto útil del gasto ordinario, no va más
allá del periodo presupuestario en el que se
realizó y para procurarse nuevamente el bien o servicio
que se obtuvo con el gasto habrá que repetirlo.

Los elementos Periodicidad y Efecto Útil,
contribuyen a precisar la naturaleza de
un gasto.

Los gastos extraordinarios se los autoriza por leyes
especiales y temporales.

El gasto extraordinario significa una inversión, ejemplo: la construcción
de un edificio.

Existen gastos extraordinarios en cuanto a su no
Periodicidad y que son difíciles de calificar si son
gastos en consumo o en inversiones,
como los que se producen en una guerra u otro inconveniente
público.

Importancia

En efecto, si los gastos ordinarios se costean con los
ingresos de
esta naturaleza, tenemos que el Estado atiende las necesidades
públicas con la cuota que toma normalmente de la Renta
Nacional

Cuando los gastos extraordinarios se costean con los
ingresos ordinarios, tenemos una economía o unas
finanzas
poderosas y florecientes, ya que el Estado es capaz de hacer
inversiones con sus solas rentas ordinarias.

En esta forma de la relación el Estado
está capitalizando, pudiéndose comparar al caso de
un individuo que
con sus rentas logra atender necesidades imprevistas (riesgos) o
adquirir un bien o hacer una inversión.

Finalmente, si los gastos ordinarios no alcanzan a
financiarse con los ingresos ordinarios y es necesario costearlos
o financiarlos con el producto de
ingresos extraordinarios, tendremos la situación
inversa.

Un Estado que no logra satisfacer sus necesidades
corrientes y ordinarias con sus rentas y que está
comprometiendo su capital para
poder
subsistir, con la consiguiente descapitalización;
sería el caso en lo individual del que, por insuficiencia
de sus rentas, comienza a vivir de su capital o a endeudarse
más allá de sus posibilidades.

Otros
gastos

GASTOS DE GOBIERNO Y GASTOS DE EJERCICIO.- Gastos
de Gobierno son aquellos en que el Estado incurre para satisfacer
las necesidades públicas en todas sus variadas
manifestaciones. Ejem: defensa, salubridad, educación, etc.; pero
hay una necesidad de carácter especial que el Estado debe
atender, como un supuesto necesario que hace posible la atención de las demás y es la de
recaudar sus ingresos; el Estado también gasta y es este
grupo
particular de gastos que le demanda su
administración financiera el conocido con
el nombre de gastos de ejercicio.

Si consideramos que los ingresos públicos son un
todo, que el Estado utiliza para la satisfacción de las
necesidades públicas, restarle a este fondo una cuota
importante, para ser gastada en la recaudación de los
ingresos, significa dejar menos disponibilidades para lo que son
la satisfacción de auténticas necesidades
públicas.

Los gastos de ejercicios deben ser considerados tanto en
relación al volumen total de
ingresos recaudados como, hasta donde sea posible, en
relación a cada categoría de ingresos y aun con
respecto a uno en particular, porque de su estudio puede resultar
o que la
administración financiera, en sí misma, es
demasiado onerosa o que un determinado impuesto es
económica o financieramente inconveniente por los
exagerados gastos de recaudación que demanda.

GASTOS PERSONALES Y GASTOS
REALES
.-

Otra de las clasificaciones formuladas distingue entre
los gastos reales y los personales. Los primeros son aquellos en
que el Estado incurre para proveerse de bienes, cosas
o especies que necesita en los servicios públicos o para
las obras que ejecuta; los segundos están representados
por pago de servicios a los funcionarios o personas que trabajan
para él.

La importancia de esta clasificación se la
observa desde dos puntos de vista; en primer lugar, para apreciar
al Estado como consumidor y
porque la naturaleza y cuantía de estos gastos puede
justificar que el Estado cree las empresas o industrias
necesarias para su propio abastecimiento o para que mediante un
servicio de aprovisionamiento, obtengan mejores condiciones en
calidad de
precio de los
artículos; por otro lado esta forma de
clasificación sirve para apreciar el número de
funcionarios o de personas a que da trabajo, los servicios u
obras a que están dedicados y el porcentaje de los gastos
que consumen

GASTOS PÚBLICOS Y CICLOS
ECONÓMICOS.-

El gasto
público, en relación al ciclo económico,
queda regido más por un propósito económico
que por la satisfacción de las necesidades públicas
tradicionales y, por ello, destacamos que hoy en día se ha
incorporado a la categoría de necesidad pública la
función
compensatoria del Estado en el proceso
económico.

Durante los periodos de depresión,
el Estado no puede dejar de atender las necesidades
públicas absolutas, ni las relativas, en cambio, puede
desviar el gasto público a fin de dirigirlo en la
máxima cuantía que le sea permitido al frente de su
lucha anti cíclica.

Los dos periodos agudos del ciclo económico son:
depresión e inflación, y por ello el gasto
público adquiere modalidades muy diferentes, según
sea la fase del ciclo que se está combatiendo.

En la Inflación la política
fiscal sobre gastos públicos deberá dirigirse a
saldar el déficit acumulado por la depresión y
hacia una prudente moderación en los gastos, a fin de que
éstos no se sumen a las fuerzas inflacionarias. Los
mayores recursos o
ingresos de que el Estado disponga no puede ser el elemento que
regule el monto del gasto, el Estado debe gastar menos en estos
períodos en que sus ingresos se ven aumentados.

Durante la depresión el Estado debe gastar mucho
más allá de sus ingresos ordinarios y a
través de dinero nuevo,
creado por él, o mercado,
aumentando su política de gastos no en forma de derroche
desordenado, sino persiguiendo con ello la aceleración de
los factores consumo e inversión hasta lograr nuevamente
restablecer el equilibrio
económico alterado por los ciclos.

EL FINANCIAMIENTO
DEL GASTO PÚBLICO

El fenómeno, siempre presente en toda sociedad, del
acrecentamiento constante de los gastos públicos del
Estado se convierte, realmente, en un problema, cuando se le
analiza en términos de los recursos que son necesarios
para financiarlos.

Es decir, una sociedad no debería estar
preocupada porque el Estado tenga que gastar cada vez mas en el
cumplimiento de sus tareas públicas, mientras existan las
fuentes
adecuadas para generar los recursos necesarios para financiar
tales gastos. De hecho es un error concebir como un problema la
expansión constante del gasto público. El problema
real es, más bien, que el Estado no tenga ingresos
suficientes para poder gastar. Así, querer limitar los
gastos no es sino ponerle límites a
las tareas y responsabilidades del Estado, en función a un
problema de orden técnico – financiero. En todo caso lo
que debe hacerse es, precisamente, buscar los instrumentos y
mecanismos adecuados para generar una masa de recursos cada vez
mayor, que crezca en la proporción necesaria para hacer
frente a la expansión del gasto. Y esto tiene que ver con
las fuentes a través de las cuales se obtienen esos
recursos.

En términos generales, la fuente originaria de
los recursos con los que el Estado cuenta para realizar sus
tareas, es la sociedad. Es decir, todos y cada uno de los
ciudadanos tiene la responsabilidad de contribuir a financiar los
gastos del Estado, en la medida que éste establezca dicha
contribución. Lo cual depende de la naturaleza y
carácter del propio Estado.

La forma tradicional y la más importante mediante
la cual los ciudadanos contribuyen al financiamiento del Estado,
es precisamente a través de los impuestos. La
naturaleza y carácter del Estado definen el tipo de
impuestos y los porcentajes a partir de los cuales se calcula el
impuesto.

Pareciera que la disyuntiva del Estado se ubica
principalmente en el hecho de decidir entre si la fuente de sus
ingresos se hará vía un impuesto que grave el
consumo u otro que grave el ingreso, el capital o la
riqueza.

La decisión que se tome tiene una profunda
connotación política. Porque, en sí misma,
la política recaudatoria del Estado no sólo tiene
como fin allegarse recursos financieros, sino que también
puede perseguir objetivos de
redistribución del ingreso o servir como mecanismo para
privilegiar a un grupo económico concreto.

De éste modo, la forma en la que los ciudadanos
contribuirán al financiamiento del Estado, puede ser mayor
o menor y más o menos justa desde una perspectiva
social.

El Estado caracterizado por una búsqueda seria de
lograr objetivos de justicia
social, entre los que se identifica claramente una
redistribución del ingreso, optará por establecer
impuestos que propicien una mayor participación de las
clases más ricas en las erogaciones del Estado. Por otro
lado, el Estado caracterizado por un mayor compromiso con los
grupos de
poder económico buscará el establecimiento de
impuestos que no lesionen los intereses de éstos grupos y
que repartan mas la carga fiscal entre
toda la sociedad. Este tipo de Estado implementará,
entonces, un impuesto al consumo (como el IVA), el cual
no sólo hace participar en igualdad de
condiciones a los desiguales, sino que, además, significa
una renuncia a la búsqueda de una redistribución
del ingreso y la riqueza.

Desde luego, existen otras formas a través de
las cuales, los ciudadanos contribuyen, de
modo indirecto al
financiamiento del Estado. Es el caso de cuando existen empresas
públicas que comercializan bienes o servicios que son
consumidos por la sociedad.

Lo realmente interesante de ésta modalidad es que
representa el mecanismo de financiamiento más sano que
puede tener el Estado. Porque mediante una actividad productiva
se puede allegar recursos, con lo cual puede disminuir la carga
fiscal que pesa sobre la sociedad, en particular sobre las
clases
sociales de menores ingresos.

Hoy por hoy, frente a la disyuntiva de si el Estado debe
o no participar en actividades productivas, debe considerarse el
hecho de que si lo hace puede asegurarse una fuente de
financiamiento que permite que los ingresos y la riqueza de los
ciudadanos no se vean mermados.

Esto es particularmente importante en épocas de
crisis
económica cuando la contracción de la actividad
económica y la reducción del ingreso de los
ciudadanos provocan una contracción de los recursos
captados por el Estado. Adicionalmente, es en éstas
épocas cuando las necesidades sociales se incrementan y,
por tanto, el Estado debe elevar su gasto, pero si su
única fuente de financiamiento es vía impuestos,
entonces, el intentar ampliar sus ingresos redundará,
fatalmente, en un mayor empobrecimiento de los ciudadanos ya que
el incremento de los impuestos reducirá, aún mas,
sus reducidos ingresos.

Conclusión

EL GASTO PÚBLICO, Es el proceso por medio
del cual el estado en sus diferentes niveles de gobierno y a
través de la autoridad
competente efectúa una erogación monetaria,
principalmente con el objeto de pagar o financiar el ejercicio de
sus funciones.

El gasto público permite a través de su
orientación la solución a los problemas
más urgentes de la comunidad como
son servicios públicos, salud, recreación
etc. y crea las condiciones objetivas que le permitan erradicar
los conflictos
sociales generales de la intranquilidad política del
país.

Es aquí donde podemos determinar que hay una
línea divisoria entre los países Desarrollados y
Subdesarrollados, por el exceso de gastos a que incurren por no
tener un desarrollo
tecnológico y que siempre reciben a cuenta gotas la
tecnología, por ende dependerán de
los países ricos que manejan el sistema.

Monografias.com

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Bibliografía

Finanzas Públicas….Manuel
Mathus Benavente….Págs.97 -109

Google.- Finanzas.

.

www.geogle.com.

Biblioteca de la Universidad
Estatal de Guayaquil

 

 

 

Autores

Betsabé Delgado

Julia Cortéz

Magali Ibarra

Simón Gonzalez

Gustavo Garcés

Julio Curillo

Joaquin Diez

Néstor Aníbal Torres
Alvarez

Facultad de jurisprudencia
y ciencias
políticas de universidad estatal de Guayaquil

Profesor. Ab. Ángel
Sánchez

Guayaquil- Ecuador

Febrero del 2009

Partes: 1, 2
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