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Aspectos prácticos de la asesoría En la infección por VIH y el SIDA




Enviado por alvarof



    Indice
    1.
    Introducción

    2. Asesoría vs.
    Consejería

    3. La Persona Del Asesor Y Sus
    Características Principales

    4. Principales Momentos En La
    Asesoría Y Sus Objetivos

    5. Elementos Centrales Del
    Proceso

    6. Referencias
    Bibliograficas

    1.
    Introducción

    La aparición de la infección por VIH
    planteó un reto enorme para la medicina y las
    ciencias
    afines; se trataba de lograr, de la manera más
    rápida posible, una comprensión frente a la
    etiología, curso, tratamiento y prevención a fin de
    amortiguar el impacto que esa nueva condición
    implicaría en los más diversos campos humanos.
    Con el devenir del tiempo, esta
    infección ha cambiado muchos de los conceptos y paradigmas que
    en las ciencias de la
    salud y en las
    sociales teníamos por seguros y
    creíamos poco modificables.
    Uno de los cambios mencionados se presentó en el "nuevo"
    estilo de la relación establecida entre el personal de
    salud y los
    consultantes o pacientes, la que dejó de ser tan
    paternalista y vertical para, nuevamente, ser más humana;
    hasta el calificativo para referirse a la persona que busca
    asistencia se modificó: ¿se trata de un
    consultante, es un paciente o quizás, un cliente?.

    2. Asesoría vs.
    Consejería

    El empleo de
    determinada palabra, elicita en la persona que la
    escucha, no solamente aspectos simbólicos relacionados con
    la misma sino además conceptos, sentimientos, actitudes y
    eventualmente, prejuicios. Tal cosa ocurre, obviamente, con las
    palabras asesoría / consejería; podrían ser
    comprendidas como sinónimos, pero en realidad son
    totalmente diferentes.
    Consejería: transmite la idea, que la persona que la
    efectúa es un consejero, un individuo que evalúa
    una situación problema y como consecuencia, propone una
    meta de comportamiento
    que el aconsejado deberá seguir, si desea lograr sus
    objetivos.
    Así, la consejería se convierte en una
    acción jerárquicamente determinada, con sesgo
    impositivo, generadora de dependencias, ya que el aconsejado
    trata de plegarse a los lineamientos propuestos por el consejero,
    delegando la responsabilidad personal que el
    aconsejado tiene frente a determinadas circunstancias-problema,
    comprometiéndose seriamente la autonomía y el
    control
    personales de la persona que recibe la consejería.
    Contrariamente, el término asesoría se relaciona
    con la idea de una relación con una persona experta en
    determinado tema, que siendo ajena a una circunstancia, puede
    comprenderla de manera más objetiva y proponer
    alternativas de solución en forma mancomunada con el
    asesorado, de acuerdo con los recursos reales y
    actuales con los que este cuenta, con sus características propias y con las
    expectativas que tiene. De esta manera, por ejemplo, un asesor de
    seguros no le
    determina a su cliente las
    acciones que
    este debe seguir, sino que, contando con su experiencia y
    conocimiento,
    le informa sobre las diversas posibilidades que el cliente tiene
    y entre los dos, eligen la que mejor se adapte a la meta buscada,
    siempre bajo las condiciones individuales y especificas de su
    asesorado. Es por eso que se desaconseja, en cuanto a la
    infección por VIH y el SIDA, el
    empleo de la
    palabra consejería y se propone el término de
    asesoría, empleado ya en publicaciones de carácter
    universal.
    Para los autores, la asesoría en la infección por
    VIH es cualquier tipo de conversación entre un consultante
    y alguno de los miembros del equipo de salud, en relación
    con una dificultad o problema asociado con su condición
    y/o enfermedad, cuya solución repercutirá en
    beneficio del consultante, de su familia y/o del
    entorno.
    Para el Ministerio de Salud, de acuerdo con el Decreto 1543 de
    junio de 1.997, consejería es: "Conjunto de actividades
    realizadas para preparar y confrontar a la persona con
    relación a sus conocimientos, sus prácticas y
    conductas, antes y después de la realización de las
    pruebas
    diagnosticas"
    La diferencia de criterio entre lo consignado por la Ley y los
    aspectos técnicos mantenidos por los autores, estriba en
    que para la primera, la consejería es una actividad
    puntual relacionada única y específicamente con el
    evento diagnóstico y las pruebas de
    laboratorio
    necesarias para el mismo, mientras que para los segundos se trata
    de una actividad vinculada del todo a un tratamiento integral
    para el paciente, realizable en cualquier etapa a partir de los
    contactos iniciales con el consultante (aún antes de haber
    llegado a su diagnóstico) de modo que se efectúa
    en momentos muy distintos de su proceso y
    directamente en relación con sus necesidades
    específicas, como pueden ser, por ejemplo, la
    búsqueda de soluciones
    para, adherencia al tratamiento, autocuidado, sexualidad
    segura, información a contactos o a familia,
    etc..
    ¿Es la asesoría una psicoterapia?. Aunque es
    posible que existan algunos puntos de contacto, son operaciones
    bastante diferentes: la psicoterapia puede ser comprendida como
    una relación entre consultante y terapeuta, centrada en la
    búsqueda de la salud mental y la
    estabilidad psicológica, mientras que la asesoría
    es una actividad pragmática y diversa, no mediatizada
    únicamente por elementos psicológicos sino que
    busca la adaptación del sujeto mediante cambios o
    modificaciones actitudinales y comportamentales, involucrando
    campos y escenarios diferentes, como pueden ser laboral,
    educativo, social, comunitario, interrelacional,
    económico, religioso, etc.. Bajo ese concepto, el
    asesor es el puente entre el consultante y su entorno, mientras
    que el psicoterapeuta lo es entre el paciente y su mundo
    interno.

    Por Qué De La Asesoría En La
    Infección Por Vih / Sida
    La asesoría se ha convertido con el transcurso del
    tiempo, en una
    herramienta de trabajo sumamente útil en múltiples
    campos del área de salud, de modo que se puede y debe
    efectuar con personas aquejadas por diversas dolencias, como:
    diabetes,
    hipertensión, colostomías, cirugía
    reconstructiva, etc.. Existen entonces, algunas consideraciones
    por las cuales se debe emplear en personas con infección
    por VIH o con SIDA como
    son:
    1. Tendencia hacia la fatalidad. Tanto la infección por
    VIH como el SIDA son
    situaciones generadoras de conflictos o
    agresiones en todos los campos del quehacer humano, ya que
    confrontan al individuo con su finitud, lo que desencadena una
    serie de amenazas de naturaleza
    interna al sujeto, como: sentido de la vida, sentido del dolor y
    sufrimiento, existencia de un ser superior, culpa, castigo, etc.
    Esto constituye un duelo que debe ser elaborado de una manera
    constructiva, de forma que le permita al ser, continuar su
    proceso de
    crecimiento y desarrollo.
    Por otro lado, el paciente, su pareja y su familia, deben llegar
    a lograr niveles de ajuste en todos los campos, encontrando
    nuevas formas de expresión y de vida, cambios que deben
    propender por ser adecuados y significativos.
    2. Ausencia de cura. En los albores del siglo XXI, la ciencia
    médica se encuentra abocada al mismo paradigma de
    nuestros antecesores: se está en capacidad de curar muy
    pocas enfermedades.
    Es por eso que cobra vigencia el aforismo de los viejos maestros
    de la medicina: el
    médico cura muy pocas veces, alivia algunas, pero
    acompaña siempre. Con esto se quiere puntualizar que el
    hecho de ausencia de cura en la infección por VIH,
    constituye en un factor de desesperanza que podría
    contribuir negativamente en el estado de
    salud posterior del infectado y aún de su grupo
    social.
    3.- Proceso infeccioso. Uno de los problemas que
    viven el paciente, la familia y/o
    pareja y equipos de salud, se relaciona con la naturaleza
    transmisible de la enfermedad. Ello implica conflictos de
    la persona consigo misma y potencialmente desarrollo de
    actitud
    derrotista y estigmatizadora expresada potencialmente bajo la
    siguiente postura: todo lo que tocaba el rey Midas, se
    volvía oro; yo soy Sadim, todo lo que toco, lo infecto o
    lo daño.
    En la base de este tipo de idea se encuentra el hecho que el acto
    de amor se
    transforma muchas veces para el infectado, en acto de
    destrucción.
    4.- Edad de la población mas afectada. Los grupos
    etáreos mas afectados son los que se encuentran entre los
    15 a los 49 años, , evidentemente uno de los
    momentos de mayor productividad
    económica en nuestro medio.
    5.- Temores Personales y Sociales. Los temores, la ansiedad y la
    depresión se han visto claramente
    relacionados con la disminución de la respuesta inmuneEn
    referencia a los temores sociales, existe una doble
    vía:

    • La primera de ellas es por parte del paciente hacia
      el colectivo, relacionada con la presencia de discriminación, rechazo y
      aislamiento.
    • En segundo lugar se tienen los temores del colectivo
      hacia el paciente. Esta circunstancia se expresa, entre otras
      cosas, como rechazo de la comunidad a la
      presencia de sitios de tratamiento, intentos de
      destrucción de viviendas de personas infectadas, entre
      otras.

    6.- Información Errada, Incompleta o
    Conflictiva. La desinformación en el campo de la
    infección por VIH y el SIDA parece ser
    más la regla que la excepción. Las fuentes de
    información con que cuenta la población general son básicamente
    los chismes cotidianos, chistes verdes
    y las publicaciones amarillistas.
    7.- Existen Múltiples Eventos
    Relacionados con la Enfermedad que Pueden ser Prevenibles. En el
    curso de una asesoría el miembro del equipo de salud puede
    detectar o identificar situaciones que a corto plazo, vayan a
    generar daño en el consultante o en su entorno.
    8.- Atomización del Paciente. El desarrollo de la tecnología, sumado al
    conocimiento
    minucioso de aspectos científicos, ha conducido a la
    aparición de especialidades y subespecialidades; la
    consecuencia inmediata es que el consultante comienza a ser visto
    como un agregado de órganos, funciones y
    patologías. No resulta extraño que un especialista
    formule un medicamento y otro especialista que atiende al mismo
    paciente, lo considere como contraindicado.

    3. La Persona Del Asesor Y
    Sus
    Características Principales

    La asesoría está inextricablemente unida
    al cuidado de salud; es en ese sentido en el que todo profesional
    de la salud que tiene pacientes a su cuidado es en realidad un
    "asesor". Sin embargo, al tocar el tema de la asesoría,
    una de las preguntas fundamentales que surge es:
    ¿Quién es la persona que la efectúa?.
    De manera tradicional, las intervenciones sobre un paciente o
    consultante por parte del personal de salud que puedan tener un
    efecto en la esfera mental o actitudinal, se dejan del todo para
    que la hagan las personas con entrenamiento en
    psicoterapia o los especialistas en psicología o
    psiquiatría.
    Dado que la asesoría no es, estrictamente hablando, una
    forma de psicoterapia, los conocimientos necesarios de salud mental son
    los que se imparten en cualquier programa de
    formación universitaria en ciencias de la salud; las
    calificaciones para enfrentar una asesoría se relacionan
    básicamente con los siguientes campos:

    • Conocimientos generales amplios y suficientes sobre
      la infección y tener la capacidad de traducir todo ese
      conocimiento a un lenguaje
      cotidiano, comprensible y coloquial, elemento de gran
      importancia para el establecimiento de un contacto
      empático.
    • Conocimientos sobre asesoría en
      infección por VIH y el SIDA, específicamente
      hablando que no es un acto empírico sino que se
      relaciona con técnicas
      específicas de intervención, que pueden ser
      desarrolladas en el marco de una actividad académica de
      aprendizaje
      y entrenamiento,
      a cargo de personas con conocimiento y experiencia.
    • Características individuales especificas en
      estructura
      psíquica y relaciones
      interpersonales, habiendo el asesor trabajado en sí
      mismo, conceptos relacionados con sexualidad,
      elección de pareja, muerte,
      dolor, sufrimiento, sentido de la vida y de la muerte,
      de manera que frente a estos temas su conflicto
      interno sea el menor posible para no cargar al consultante con
      los conflictos propios de él y con los del
      asesor.

    Es esencial el contar con capacidad empática,
    entendida esta como la capacidad de darse cuenta de los
    sentimientos de otros. Necesita calidez y calidad humanas
    para enfrentar una relación que exige involucrarse mas no
    comprometerse.

    • Abierto al diálogo y con habilidades de comunicación.
    • Consistente consigo mismo en conocimientos y estilo
      de vida.
    • Alto nivel ético pero con posibilidad de
      excluir los juicios morales y de valor dentro
      de la relación con el paciente. Es importante que en una
      situación de asesoría, se parta de los valores
      y estructura
      ética
      del consultante, no las del asesor.
    • Disposición voluntaria y deseo personal de
      trabajar en éste campo. De lo contrario, esto no conduce
      sino a malestar fuerte y daño serio en el trabajador de
      la salud y en la persona asesorada, contribuyendo aún
      más al desarrollo del Síndrome de Desgaste
      8, 9, 10 y a la agresión potencial hacia el
      consultante.
    • Posibilidades de trabajar en equipo y de dejar de
      lado la autosuficiencia personal para recurrir a la
      acción multidisciplinaria en el momento en que lo
      requiera.
    • Competencia cultural11: quiere decir que
      el asesor se encuentra en capacidad de comprender diversos
      marcos culturales y subculturales, y que conoce, aunque sea de
      forma superficial, los ritos, creencias, tradiciones,
      hábitos, valores,
      etc., de determinada cultura.
      Para lograr ser competente culturalmente hay que transitar un
      camino interior que le permita a la persona pasar desde los
      extremos de la intolerancia característicos del
      genocidio, racismo,
      fanatismo, ghetos de aislamiento, prejuicios, hacia la
      búsqueda del desarrollo
      personal de tolerancia
      étnica y conciencia
      cultural que desemboquen en una adecuada competencia
      cultural.

    4. Principales Momentos En
    La Asesoría Y Sus Objetivos

    Se ha dicho que la asesoría en la
    infección por VIH y el SIDA es una intervención
    longitudinal y no necesariamente transversal; sin embargo, por lo
    que a la legislación colombiana respecta, (Decreto 1543 de
    junio de 1.99712) se puntualizan dos momentos
    de asesoría: pre-prueba y post-prueba.
    Este concepto pretende
    asegurar que la decisión de realizarse una prueba
    presuntiva o diagnóstica sea autónoma, voluntaria,
    consciente y generadora de cambios comportamentales del posible
    infectado o del no infectado que necesita mantenerse en ese
    estado.
    Comprendiendo el interés
    del legislador, se considera que existe un tercer momento que no
    puede ser descartado durante el proceso: asesoría de
    seguimiento.

    Asesoría Pre-test
    Cuando se habla de una asesoría pre-test, en realidad
    no se pretende decir una sino que podría ocurrir que se
    trate de varias sesiones para lograr el cumplimiento de los
    objetivos
    propuestos.
    La asesoría pre-test responde a
    tres objetivos básicos:

    • Asegurarse que la decisión de la prueba de
      laboratorio
      se basa en el
      conocimiento de las implicaciones personales,
      médicas, laborales y sociales que pueden derivarse de la
      misma.
    • Brindar preparación para un posible resultado
      positivo.
    • Suministrar información para disminuir el
      riesgo de
      infección, en el caso de un resultado consistentemente
      negativo, lo cual implica una búsqueda de cambio de
      actitud en
      el consultante.
    • Conocer lo mas ampliamente posible al paciente en
      cuanto a su información respecto a la infección
      por VIH y el SIDA y sus respuestas frente a los conflictos y
      crisis
      previas.

    Los puntos a tratar en una asesoría pre-test son
    independientes de si la solicitud de la prueba de anticuerpos
    para VIH ha sido prescriptiva o voluntaria, es decir, si ha sido
    por indicación médica o por solicitud personal. A
    pesar de las diferencias entre cada uno de los pacientes y entre
    cada sesión de asesoría, en términos
    generales, en la sesión inicial deben considerarse los
    siguientes puntos:

    • Dentro de las limitaciones de tiempo asociadas con
      "rendimientos de consulta" de cada institución, se
      deberá tomar el tiempo necesario para entablar una
      comunicación humana con el
      paciente.
    • Discutir los elementos de confidencialidad y su
      significado.
    • Investigar las motivaciones del paciente para la
      consulta y/o la prueba (si es voluntaria), o informar las
      razones que tiene el equipo de salud para haber solicitado una
      prueba (si es prescriptiva)13.
    • Brindar información sobre lo que es la prueba
      y sobre lo que no es la prueba.
    • Explorar los conocimientos que tiene el paciente
      acerca de la enfermedad. Aclarar o suministrar la
      información básica y necesaria en ese momento,
      sobre la infección o el síndrome. Utilizar
      lenguaje
      claro, cotidiano, comprensible, y llano para el paciente.
      Emplear ejemplos de la vida diaria o de otras enfermedades conocidas por
      el paciente.
    • Explicar el período de "ventana
      inmunológica" u "horizonte inmunológico" y su
      significado.
    • Explorar las consecuencias que para el paciente
      tendría el estar infectado por el VIH no solamente desde
      su visión como asesor sino también desde la
      óptica del paciente, al igual que las
      implicaciones de un resultado (+) en la vida de pareja,
      relación sexual, vida laboral, social
      y seguimiento médico.
    • Explicar los beneficios de la prueba bajo las
      circunstancias propias del paciente.
    • Establecer y reforzar el
      conocimiento que tiene el paciente sobre transmisión
      y prevención y estimular los comportamientos de
      sexualidad segura del consultante.
    • No dar nada por sobreentendido. Asegurarse que el
      paciente entiende el significado de cada una de sus expresiones
      y que está comprendiendo lo que se le
      expresa.
    • Explorar las posibles reacciones psicológicas
      adversas por parte del paciente en caso de un resultado (+) y
      plantear estrategias
      para poderles hacer frente, si se llegara a dar la
      situación.
    • Identificar las conductas de riesgo del
      paciente. Buscar opciones de cambio
      frente a las mismas (que no es lo mismo que pretender modificar
      su orientación sexual, lo cual, en ningún
      momento, constituye una meta para la asesoría). Recuerde
      que en prevención ya es valioso el hecho de disminuir el
      riesgo, sin pretender bajarlo a "0", probablemente eso es
      utópico.
    • Identificar la red de apoyo social
      (familiar, laboral, afectiva) con que cuenta el paciente y a la
      que se pudiera recurrir en caso de respuestas
      adversas.
    • Hacer arreglos para la cita de entrega de resultados,
      explicar al paciente el lugar, la hora y quien lo
      atenderá, en cuyo caso, debe suministrarse nombre y
      función del trabajador dentro del equipo.
      Informar que sea cual sea el resultado de prueba, se
      tendrá otra entrevista
      de asesoría.

    No olvidar que durante una sesión de
    asesoría pueden distinguirse dos momentos diferentes: uno
    de exploración y uno de información.
    Estos momentos no son consecutivos sino que se dan de manera
    alterna, de acuerdo al objetivo;
    cuando se tengan momentos de exploración, el paciente
    habla. Se debe escuchar activamente; la única
    intervención del asesor en ese momento, será para
    pedir aclaración de lo manifestado por el paciente,
    abriendo el espacio de comunicación.
    Por el contrario en los momentos de información, es el
    asesor quien habla, permitiendo, eso si, la interrupción
    por parte del paciente.
    No deberá pretenderse que todos los pacientes luego de una
    sesión de asesoría lleguen a una prueba de
    anticuerpos para VIH; si se considera que el consultante no esta
    en condiciones psicológicas para recibir un resultado (+)
    ya que este pudiera conducir a unas severas reacciones de
    crisis,
    deberá diferirse la solicitud de prueba mientras se remite
    al paciente a un trabajador de salud mental que efectúe la
    psicoterapia conducente a minimizar el riesgo de crisis.
    Deben realizarse las asesorías pre-test que requiera el
    paciente, hasta que se considere que el riesgo de daño
    psicológico serio, es mínimo. Así por
    ejemplo si el paciente comenta: "me suicidaría si la
    prueba fuera (+)", no deberá solicitarse hasta haber
    trabajado ese aspecto. Si el asesor considera que no tiene las
    herramientas
    para intervenir sobre este u otros puntos difíciles ("mato
    a quien me lo prendió"),será importante solicitar
    interconsulta con el personal del equipo multidisciplinario
    capacitado para su intervención.

    Asesoría Post-test
    En esta se deben considerar dos posibilidades: cuando el
    resultado de la prueba es negativo y cuando es positivo.
    Cuando el resultado de la prueba de anticuerpos para VIH es
    negativo, se hace indispensable hacer de todas formas una
    asesoría. Esto se basa en que posiblemente el paciente, en
    el curso de la asesoría pre-test podía estar muy
    tenso, con lo cual, parte de la información que se
    suministró no se fijó en la memoria. En
    éste momento la asesoría cumple con los siguientes
    objetivos:

    • Dar el resultado.
    • Discutir el significado del resultado
    • Buscar un cambio de en las conductas de riesgo
      preexistentes.

    Algunas de las acciones que
    son posibles de emprender en este momento se relacionan
    con:

    • Verificar lo que el paciente entiende por este
      resultado.
    • Trabajar la falsa sensación de seguridad
      que se tiene cuando se recibe un resultado (-).
    • Reforzar nueva y completamente la información
      sobre sexualidad segura.
    • Si es conducente, hablar y trabajar la importancia de
      pruebas alternas o sucesivas.

    Dar un resultado (+) es difícil; es posible que
    el asesor trate de presentarlo con rodeos para hacerlo aceptable.
    Sin embargo, suele ser inaceptable para el paciente, de manera
    que no existe la forma de convertirlo en "aceptable"; si se trata
    de presentarlo así, el paciente puede concluir que si ni
    siquiera el terapeuta puede enfrentarlo ¿cómo
    hará él?. Por lo tanto el resultado se debe dar
    claramente, sin rodeos, pero sin brusquedad.
    Antes de iniciar la asesoría post-test con resultado (+)
    se deben tener presentes los objetivos de trabajo:

    • Dar el resultado.
    • Hacer frente a la posible crisis.
    • Evaluar la necesidad de pruebas
      subsiguientes.
    • Dejar establecido el vinculo entre el equipo de
      trabajo y el paciente.

    Para lograr los objetivos propuestos es importante tener
    en cuenta los siguientes puntos:
    El asesor debe estar disponible para suministrar el resultado, es
    decir que no se puede, sin lesionar al paciente, dar un resultado
    "de afán" y citarlo para otro día. Hay que tener en
    cuenta que no es fácil estandarizar un tiempo para esta
    intervención. En realidad se parte de la base que se
    conoce la hora de inicio de una asesoría para resultado
    (+), pero se desconoce el tiempo de duración de la
    misma.
    Las dificultades que se le plantean al paciente ante su
    resultado, no pueden ser resueltas todas en el curso de una
    única consulta. Ayuda jerarquizar las dificultades de
    forma que se puedan enfrentar y colaborar en la búsqueda
    de soluciones de
    las más apremiantes. De acuerdo a la matriz de
    urgente e importante, califique lo que se observa en el paciente
    así:
    – Urgente
    – Urgente e importante
    – Importante
    – No importante

    En ese mismo orden se trabajará y al final de
    cada sesión se volverá a calificar los nuevos y
    viejos aspectos planteados por el paciente, lo que le
    permitirá al asesor definir cual será su siguiente
    punto y los objetivos que se propondrá alcanzar en la
    próxima asesoría.
    Es importante recordar que bajo el estado
    inicial de shock, parte de la información suministrada no
    se asimila, por lo que se deberá volver sobre ella en
    sesiones futuras.
    Los puntos que pueden ser tratados en la
    asesoría post-test a paciente (+) son:

    1. Entregar el resultado.
    2. Revisar lo que el paciente entiende por
      éste.
    3. Discutir el significado que para el paciente tiene lo
      relativo a:

    * Ausencia de cura y posible fatalidad del proceso.
    * Transmisibilidad
    * Pronóstico.

    Es fundamental recordar que se trata de preparar al
    paciente PARA LA VIDA y no para la muerte, ya
    que aunque potencialmente fatal, es una enfermedad
    crónica. Parafraseando a Hervé
    Guibert14, persona con SIDA:
    " Se trata de una enfermedad que da tiempo para morir y que da
    tiempo a la muerte para
    vivir, tiempo para descubrir el tiempo, y para descubrir por
    fin… la Vida."
    4. Identificar la preocupación inmediata del paciente,
    atendiendo cuidadosamente a lo que dice a continuación de
    conocer el resultado.
    5. Discutir a quién podría el paciente decirle,
    qué, cómo y cuando.
    6. Indagar lo que el paciente va ha hacer en las próximas
    horas o días a fin de asegurar los recursos para la
    descarga de la tensión psicológica, de manera
    constructiva y adaptativa.
    7. Investigar qué dificultades prevé el paciente y
    las maneras de hacerles frente.
    8. Preguntar directamente sobre la posibilidad suicida.
    9. Vigilar la respuesta afectiva del paciente ante la
    información que se le dio para prever consecuencias.
    9. Aclarar a quién va a buscar el paciente para
    compañía o ayuda inmediata.
    10. Asegurar que el paciente despeja dudas. Alentarlo a que le
    haga preguntas sobre su condición de infectado por
    VIH.
    11. Fomentar el autocuidado hacia el futuro.
    12. Asegurar que no se le dejará solo en el futuro, que
    cuenta con un equipo empeñado en mantener su calidad de
    vida. Esta afirmación y otras aparentemente
    baladíes, configuran gran parte de la alianza
    terapéutica futura y disminuyen ciertas respuestas
    psicológicas o comportamentales dañinas para el
    paciente, la familia o
    la sociedad.
    Enfatizar la importancia de su seguimiento.
    13. Informar sobre las personas de su institución a las
    que el paciente puede acudir, si lo requiere.
    14. Dar una nueva cita en un tiempo relativamente
    corto.

    Asesoría de Seguimiento
    Los objetivos de esta asesoría, son :

    • Hablar al paciente.
    • Crear un medio de comunicación libre de
      crítica.
    • Afrontar las dificultades que se vayan
      presentando.
    • En caso de recibir el paciente terapia
      antirretroviral asegurar la adherencia al
      tratamiento.

    Algunas recomendaciones de trabajo en este momento de
    asesoría se relacionan con:
    1. Escuchar lo que dice y notar lo que no se dice. Es importante
    estar atento al lenguaje verbal y extraverbal usado por el
    paciente.
    2. Identificar preocupaciones mediatas e inmediatas y ayudar al
    paciente en el manejo de estas; es deber del asesor, como ya se
    ha dicho, trabajar desde el punto de vista del paciente,
    ayudándolo a encontrar respuestas adaptativas para su
    momento de crisis. Recordar que se debe partir de hechos
    concretos y no de supuestos, ya que estos últimos inhiben
    la discusión libre y la exploración de la verdadera
    naturaleza de las preocupaciones del consultante.
    Suministrar la información que se requiera acerca de la
    infección por VIH, de manera completa y suficiente. El
    desconocimiento de la realidad trae unas consecuencias
    individuales y colectivas más serias que el enfrentarse a
    la verdad, por más dura que ésta sea. El
    consultante tiene el derecho de conocer lo relativo a su
    condición en todos los aspectos de su vida.
    Eso sí, tal información deberá ser
    suministrada de manera cuidadosa y en el momento oportuno. Es
    aquí en donde reside el arte del
    asesor.
    Existen sin embargo aspectos de información en los que no
    se puede comprometer el equipo de trabajo, pues de la enfermedad
    hay mucho por comprender y tanto el paciente como el asesor deben
    conocer las limitaciones del saber científico actual y
    aprender a manejar esa incertidumbre que puede ser generadora de
    ansiedades para el terapeuta, el o la paciente, la pareja y la
    familia.
    Valorar el impacto psicológico y emocional que las
    preocupaciones actuales tienen en el paciente. Aunque el asesor
    no sea un especialista en alguno de los campos de la salud
    mental, debe siempre estar atento a las reacciones
    psicológicas actuales y a las potenciales que el paciente
    pueda desarrollar en el futuro. Aquí cobra una gran
    importancia el trabajo en equipo
    multidisciplinario, sobre el cual el asesor debe apoyarse. Hay
    que reconocer que todos los miembros del equipo no poseen las
    mismas habilidades para medir éste impacto, por lo tanto,
    la
    comunicación y discusión permanente dentro del
    equipo de las situaciones de cada uno de los pacientes,
    reforzará al asesor en su trabajo y manejo de la
    situación, permitiéndole una intervención
    adecuada en el campo de las situaciones psicosociales que el
    paciente enfrenta.
    Valorar el comportamiento
    del paciente en busca de déficits neurológicos o
    manifestaciones psiquiatras propias de la infección por
    VIH o el SIDA. Uno de los problemas de
    ésta patología es su tendencia a atacar
    tempranamente el SNC (destrucción de la glía e
    infecciones cerebrales) produciendo una encefalopatía
    progresiva que se traduce en sintomatología de carácter
    demencial de variada intensidad
    El asesor debe
    estar atento a la aparición de signos y síntomas de
    esta condición ya que ellos impiden o dificultan la
    consecución de las metas propuestas en la asesoría,
    al comprometer la capacidad de juicio, raciocinio y
    comprensión del paciente. La demencia debe ser reconocida
    de manera temprana pues existen alternativas terapéuticas
    para éste grupo de
    pacientes, las cuales deben implementarse a la mayor brevedad
    posible.
    Por otro lado, la enfermedad por sí misma, o la
    posibilidad del diagnóstico pueden reactivar
    patologías mentales preexistentes, las cuales deben
    recibir una inmediata atención por parte del equipo
    multidisciplinario, con miras a proteger al individuo y/o al
    grupo social. Es deber del asesor la detección temprana y
    eficiente de éstas condiciones para poder hacer
    una referencia oportuna al especialista adecuado.
    Alentar y ayudar al paciente a tomar sus propias decisiones,
    basado en todos los hechos posibles y alentarle a manejar su
    propia vida, hasta donde las circunstancias lo permitan. Uno de
    los mayores inconvenientes observados que se presenta en el marco
    de la asesoría, es la tendencia por parte del paciente a
    no asumir sus propias responsabilidades o el manejo de su
    vida.
    El paciente se torna dependiente y manipulador de los terapeutas.
    Tiende a evitar sus responsabilidades, incluso en el papel que
    desempeñó en su infección, ya que se
    encuentra con frecuencia la tendencia de atribuírsela a
    otros: "Me prendieron el SIDA". No, no se lo "prendieron"; el
    paciente se colocó en circunstancias de riesgo para que lo
    infectaran, a sabiendas o no. De la misma manera pretende que el
    equipo de salud conduzca su vida a partir del descubrimiento de
    su condición de seropositividad.
    Forma pues parte importante de la asesoría, la necesidad
    que el paciente reasuma el control de su
    vida, de su tratamiento, de su autocuidado y obviamente, de las
    conductas de riesgo en las que pueda incurrir en el futuro.
    El reasumir el control de la existencia tiene la consecuencia
    comunitaria inaplazable de que el paciente no necesite
    "policías" externos para evitar la dispersión de la
    epidemia y/o la reinfección personal, sino que
    éstos mecanismos de control puedan ser establecidos desde
    el interior de su propia persona.
    Identificar los mecanismos y vías de actuación que
    el consultante ha tenido en el pasado, para hacerle frente a los
    problemas. No es raro que el consultante haya manejado
    vías ineficaces o desadaptativas de solución de
    conflictos en su vida anterior.

    5. Elementos Centrales Del
    Proceso

    Una de las cosas de las cuales se habla poco se
    relaciona con el espacio físico en el que se realiza la
    asesoría. Si se "construye" un marco adecuado,
    resultará un tanto más fácil la
    intervención. No resulta conveniente lanzarse a esa
    actividad por ejemplo en una sala de hospitalización en la
    que hay 7 personas más. Debe buscarse un sitio que permita
    una conversación confidencial y libre de interrupciones,
    para que el paciente pueda descargar sus sentimientos sin que las
    personas se "asusten" por el llanto, los gritos, la inquietud
    ansiosa, el pasmo, etc.
    Por otra parte, debe tenerse en cuenta los siguientes
    puntos:

    • Fijarse en cada sesión de asesoría,
      objetivos pequeños, limitados y alcanzables. Los
      objetivos muy grandes pueden no ser logrados, con la
      desesperanza que esto trae para el paciente y los
      asesores.
    • El asesor maneja la sesión. Es quien da
      comienzo y final, define sus propósitos y guía la
      conversación. Al final de la sesión el paciente
      deberá estar en capacidad de sentir que ha tenido la
      oportunidad de hablar, explorar sus preocupaciones y contar con
      estrategias de
      manejo para algunas de ellas
    • Ayudar al paciente a ver sus problemas en forma
      diferente. El asesor puede ayudar al paciente a manejar su
      enfermedad y no a que ella lo maneje, por lo que se convierte
      en un reto para el asesor el lograr que el paciente se vea a
      sí mismo y a su enfermedad de forma
      diferente.
    • Trabajar en la disminución de la ansiedad a
      proporciones manejables y que no inunden al paciente; de esta
      manera se facilita la toma de
      decisiones adecuada y adaptada. La ayuda puede venir a
      través del desarrollo de planeación para superar sus
      dificultades.
    • Evadir la dependencia y la tentación de
      resolver los problemas de los pacientes. Son ellos mismos los
      que deben tener las riendas de su vida y tratar de encarar sus
      problemas, evitando de ese modo los sentimientos de inutilidad
      y rabia del paciente.
    • Tener clara la manera cómo el paciente ha
      enfrentado situaciones críticas en el pasado ya que esas
      maneras pueden configurar un estilo de enfrentamiento
      desadaptativo y estable.
    • Permitir que el paciente maneje la negación
      como mecanismo de defensa, bajo la premisa de sus propias
      circunstancias. Si ella es de una naturaleza patológica,
      remitir a salud mental. De igual manera hay que actuar en el
      caso de un estado
      depresivo importante, de ansiedad fuerte o de verbalizaciones
      suicidas o heteroagresivas.
    • Establecer límites
      de lo que se logrará en las sesiones, de lo que puede o
      no puede esperar el paciente y de hasta dónde
      llegará su intervención como asesor.
    • Las sesiones deben tener una continuidad y frecuencia
      adecuada. No se logran cambios o modificaciones
      comportamentales si la frecuencia de reuniones es muy
      baja.
    • Evitar el plantear cosas desde una seguridad
      absoluta. El equipo de salud y los pacientes deben aprender a
      manejar ciertas incertidumbres en relación con la
      enfermedad y su proceso.
    • Compartir responsabilidades con los otros miembros
      del equipo o con otros especialistas de la
      región.

    Los puntos anteriores únicamente representan
    sugerencias (una especie de "manual de vuelo
    de asesoría") que a los autores les han resultado
    útiles en el desarrollo del trabajo y por lo tanto es un
    resumen de la experiencia aunada con la lectura de
    otros autores.

    6. Referencias
    Bibliograficas

    PROGRAMA CONJUNTO DE LAS NACIONES UNIDAS
    SOBRE EL VIH/SIDA. ONUSIDA. El Informe del
    ONUSIDA. Ginebra; ONUSIDA, 1.999.
    COLOMBIA.
    MINISTERIO DE SALUD. Datos
    Estadísticos de la Infección por VIH y el SIDA.
    Dirección General de Promoción y Prevención.
    Subdirección de Prevención. Programa Nacional
    de Prevención y Control de las ETS/VIH Y EL SIDA. Fecha de
    Corte: julio de 1.999. Mecanografiado; Santafé de
    Bogotá, 1.999
    MILLER, R., BOR, R. AIDS. A Guide to Clinical Counselling.
    London; Science Press, 1.988.
    KÜBLER-ROSS. E. On Death and Dying. New York;
    Macmillan Publishing, 1.974.
    COLOMBIA.
    MINISTERIO DE SALUD. Datos
    Estadísticos de la Infección por VIH y el SIDA. Op.
    Cit.
    PROGRAMA CONJUNTO DE LAS NACIONES UNIDAS
    SOBRE EL VIH/SIDA. ONUSIDA. Informe sobre la
    Epidemia de VIH/SIDA. Junio de 2.000. Ginebra; ONUSIDA, 2.000
    BAYÉS, R. SIDA y Psicología. Barcelona;
    Editorial Martínez Roca, 1.995
    BURGESS, A.W. BALDWIN, B.A. Crisis Intervention Theory and
    Practice. Englewoods Cliffs; Prentice Hall, 1.981
    GOLDMAN, L.S. AIDS Patients. En : Psychiatry. Diagnosis and
    Therapy. Editado por. Joseph Flaherty, Robert Channon, John
    Davis. Norwalk; Appleton and Lange, 1.988.
    FERNANDEZ, A. Respuestas del Personal de Salud. En SIDA. Sistema de
    Educación
    Continuada. Instituto de Seguros Sociales/ Asociación
    Colombiana de Facultades de Medicina. Editado por ASCOFAME. s.i.
    Bogotá, 1.990.
    MOTA, R. Competencia
    Cultural. International Health Programs. Western Consortium for
    Public Health. University of California, Santa Cruz.
    Mecanografiado; Santa Cruz, California, Mayo 1.995.
    COLOMBIA. MINISTERIO DE SALUD. Decreto 1543 de julio de 1.997.
    Op. cit.
    MILLER, R., BOR, R. AIDS. A Guide to Clinical Counselling Op.
    cit.
    GUIBERT, H. Al Amigo que no me Salvó la Vida. Barcelona;
    Tusquets Editores, 1.991.
    MILLER, R., BOR, R. AIDS. A Guide to Clinical Counselling Op.
    cit.
    McARTHUR, J.C. Dementia and Other Neurological Manifestations of
    HIV/AIDS. En: AIDS in the World. A Global Report. Editado por
    Jonathan Mann, Daniel J. M. Tarantola y Thomas W. Netter.
    Cambridge; Harvard University Press, 1.992

     

     

    Autor:

    Alvaro Fernández Mejía

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