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La historia moderna de la educación en México




Enviado por aolivar



    Indice
    1.
    Bosquejo histórico de la educación pública
    en México.

    2. Problemas a los que se enfrenta la
    educación.

    3. Analfabetismo en
    México

    4. Bibliografía.

    1. Bosquejo
    histórico de la educación
    pública en México.

    La historia moderna de la educación en
    México, está estrechamente relacionada con la
    llegada de las ideas liberales que se gestaron en Europa desde el
    siglo XVIII, y que en nuestro país encontraron un suelo
    fértil en el XIX.
    Sabemos que el siglo XIX marcó para nuestra historia, la lucha entre dos
    posturas – política, social,
    económica e ideológicamente contrarias -: el
    conservadurismo y el liberalismo.
    Muchos procesos
    influyeron para transformar el México que dejaba
    atrás la época colonial y se incluía en el
    concierto de naciones con dirigencia liberal.
    Van a ser los primeros gobiernos liberales, resultado del
    proceso
    independentista, los que crean las instancias encargadas de la
    educación
    pública en México. Las leyes liberales
    de 1883, van a sentar las bases de tal educación: libre,
    secular y de competencia del
    Estado.
    El primer Ministerio que se encargó de la educación
    pública fue la Secretaría de Estado y del
    Despacho de Relaciones Exteriores e Interiores – 1821-1836 -; le
    siguió el Ministerio del Interior, que además del
    ramo de Instrucción Pública se encargaba de los
    Negocios
    Eclesiásticos y de Justicia.
    Fue en 1841 que se creo el Ministerio de Instrucción
    Pública e Industria.
    Dadas las vicisitudes políticas
    de mediados del siglo XIX, el ramo educativo pasó al
    Despacho de Relaciones Interiores y Exteriores. En 1856 forma
    parte del Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia,
    Negocios
    Eclesiásticos e Instrucción Pública.
    El segundo Imperio 1864 -1867, crea sus propias instituciones,
    la educación estuvo entonces atendida por el Ministerio de
    Instrucción Pública y Cultos.
    Al triunfo definitivo del proyecto liberal
    en 1867, el gobierno de
    Benito Juárez estructura la
    Secretaría de Estado y del Despacho de Justicia e
    Instrucción Pública. Siguiendo el espíritu
    de las Leyes de Reforma
    le imprime a la enseñanza pública el carácter
    de laica, gratuita y obligatoria.
    Con este nombre, aunque redefiniendo constantemente sus funciones y
    actividades, este Ministerio se ocupará de la
    educación en México hasta entrado el siglo XX,
    (1905).
    A pesar de las buenas intenciones, los municipios fueron
    incapaces de afrontar la problemática educativa y ya para
    1919, la educación pública resentía
    gravemente la falta de una adecuada organización: tan sólo en el
    Distrito Federal, quedaban abiertas 148 de las 344 escuelas
    existentes en 1917.
    Con la llegada de Adolfo de la Huerta al poder, se
    iniciaron los cambios para poner remedio a esta
    situación.
    En primer término, se le otorgó al Departamento
    Universitario la función
    educativa que tenía el gobierno del
    Distrito Federal.
    Para cumplir con la democratización de la
    administración educativa, y con los postulados del
    Artículo Tercero Constitucional, era ya necesaria una
    acción a nivel nacional, pues no bastaba con sólo
    declarar la educación gratuita, laica y obligatoria: se
    necesitaba tomar medidas para realizarla.
    El proyecto de crear
    una Secretaría de Educación Pública Federal,
    requería de una reforma constitucional; en tanto esto
    ocurría, asume la rectoría de la Universidad
    Nacional, el Licenciado José Vasconcelos Calderón,
    quien se había revelado como uno de los más firmes
    partidarios de dar a la educación carácter
    federal.
    Como rector de la Universidad y
    titular del Departamento Universitario, el Lic. Vasconcelos
    inició la formulación práctica del proyecto,
    emprendiendo diversas medidas con el objeto de reunir a los
    distintos niveles educativos; depuró las direcciones de
    los planteles, inició el reparto de desayunos escolares y
    llevó a cabo su idea fundamental: que la nueva
    Secretaría de Educación tuviese una estructura
    departamental.

    Los tres departamentos fundamentales fueron:

    • El Departamento Escolar en el cual se integraron
      todos los niveles educativos, desde el jardín de
      infancia,
      hasta la Universidad.
    • El Departamento de Bibliotecas,
      con el objeto de garantizar materiales
      de lectura para
      apoyar la educación en todos los niveles, y
    • El Departamento de Bellas Artes para coordinar las
      actividades artísticas complementarias de la
      educación.

    Más adelante se crearon otros departamentos para
    combatir problemas
    más específicos, tales como la educación
    indígena, las campañas de alfabetización,
    etcétera.
    Vasconcelos asumió las tareas educativas desde la
    perspectiva de la vinculación de la escuela con la
    realidad social; en su discurso de
    toma de posesión como rector de la Universidad
    afirmó:

    "Al decir educación me refiero a una enseñanza directa de parte de los que saben
    algo, en favor de los que nada saben; me refiero a una
    enseñanza que sirva para aumentar la capacidad productiva
    de cada mano que trabaja, de cada cerebro que
    piensa […] Trabajo útil, trabajo productivo,
    acción noble y pensamiento
    alto, he allí nuestro propósito […] Tomemos al
    campesino bajo nuestra guarda y enseñémosle a
    centuplicar el monto de su producción mediante el empleo de
    mejores útiles y de mejores métodos.
    Esto es más importante que distraerlos en la
    conjugación de los verbos, pues la cultura es
    fruto natural del desarrollo
    económico […]"
    Con estas ideas, se creó la Secretaría de
    Educación Pública el 25 de septiembre de 1921 y
    cuatro días después, se publicó en el Diario
    Oficial el decreto correspondiente.
    El 12 de octubre del mismo año, el Lic. José
    Vasconcelos Calderón asume la titularidad de la naciente
    Secretaría. Una nota de prensa de la
    época lo refiere de esta manera:
    En sus inicios la actividad de la Secretaría de
    Educación Pública se caracterizó por su
    amplitud e intensidad: organización de cursos, apertura
    de escuelas, edición de libros y
    fundación de bibliotecas;
    medidas éstas que, en su conjunto, fortalecieron un
    proyecto educativo nacionalista que recuperaba también las
    mejores tradiciones de la cultura
    universal.
    En 1921 el número de maestros de educación primaria
    aumentó de 9,560, en 1919, a 25,312; es decir, se
    registró un aumento del 164.7 por ciento; existían
    35 escuelas preparatorias, 12 de abogados, siete de
    médicos alópatas, una de médicos
    homeópatas, cuatro de profesores de obstetricia, una de
    dentistas, seis de ingenieros, cinco de farmacéuticos, 36
    de profesores normalistas, tres de enfermeras, dos de notarios,
    diez de bellas artes y siete de clérigos.

    En materia de
    enseñanza técnica, Vasconcelos rechaza el pragmatismo de
    la escuela
    norteamericana sustentada por Dewey, lo que no significa rechazo
    al trabajo manual:
    éste se aprecia pero sin descuidar la necesidad del
    razonamiento y del conocimiento
    teórico.
    El Lic. Vasconcelos, todavía como titular del Departamento
    Universitario, creó el primero de marzo de 1921 la
    Dirección General de Educación
    Técnica.
    Desde esta Dirección General se crearon las siguientes
    instituciones:
    la Escuela de Ferrocarriles, Escuela de Industrias
    Textiles, Escuela Nacional de Maestros Constructores, Escuela
    Tecnológica para Maestros, Escuela Técnica de Artes
    y Oficios, Escuela Nacional de Artes Gráficas, Escuela Técnica de
    Taquimecanógrafos,
    Escuela Hogar para Señoritas "Gabriela Mistral".
    Además de estas escuelas, existían otras 88 de tipo
    técnico: mineras, industriales, comerciales y de artes y
    oficios, 71 de carácter oficial y 17 particulares.
    En la política educativa oficial se propuso la
    ampliación de la infraestructura y extensión de la
    educación, así como la elevación no
    sólo de la calidad, sino de
    la especialización.
    Sin embargo, a pesar de los avances logrados en el impulso
    inicial de la Secretaría, la lucha electoral por la
    sucesión presidencial de 1924, que desembocó en la
    rebelión delahuertista, y, las presiones norteamericanas
    plasmadas en los compromisos acordados en las conferencias de
    Bucareli, limitaron el alcance nacionalista que se
    pretendía en el proyecto vasconcelista, pues aunque no se
    abandona el proyecto original, éste se modera.

    2. Problemas a
    los que se enfrenta la educación.

    El papel de la
    sociedad en la
    educación de un país es de vital importancia para
    una educación de excelencia. Es de primera necesidad que
    los padres de familia se
    interesen en la educación de sus hijos, pero de una forma
    coordinada con los encargados de impartir el
    conocimiento en los planteles públicos de
    educación. Las relaciones entre los padres de familia y los
    maestros se han deteriorado de un tiempo a la
    fecha. Esto puede ser el efecto de muchas y variadas causas,
    entre las que podemos destacar la difícil situación
    económica en la que vive el país desde hace mas de
    veinticinco años. En esta Epoca pareciera que los maestros
    y lo padres de familia estuvieran enfrentados y que no tuvieran
    un fin en común. La educación de todo un
    país. Los padres han modificado la manera de preocuparse
    por la educación de sus hijos. Anteriormente el padre d
    familia presionaba a su hijo a estudiar en la casa, se preocupaba
    por que cumpliera con sus compromisos escolares e inculcaba
    respeto por la
    figura del maestro. Ahora parece lo contrario. Se preocupan mas
    por la forma que el maestro cumple con su función
    que ver a sus hijos realizar la tarea, se molestan por las cuotas
    que solicitan los maestros sin darse cuenta que todo ese dinero se
    utiliza en beneficio de sus hijos; en esto claro hay sus
    excepciones muy lamentables, pero no se puede juzgar a todo el
    magisterio por unas cuantas manzanas podridas. Es necesario que
    la sociedad retome
    su verdadero papel,
    preocuparse por sus propios hijos en su casa. Educarlos en la
    verdad y el respeto por sus
    maestros y no devaluar la imagen de los
    educadores frente a sus hijos. Es necesario que padres y maestros
    luchen unidos por el bien de los ni=F1os y, en consecuencia, del
    país. El mundo del futuro seria de los pueblos mejor
    educados y aun estamos a tiempo de ser
    parte de ese futuro con un papel estelar. No se llega a
    ningún lado jalando la cuerda hacia ambos lados, es
    necesario que jalemos todos con el mismo rumbo y de forma
    coordinada. Es necesario que se delimite la responsabilidad de la educación. Los
    maestros son responsables en las aulas y los padres son
    responsables en la casa. En mi opinión, la responsabilidad mayor es la de los padres, pues
    son el contacto primario de sus hijos con la educación.
    Además, los niños
    pasan mas tiempo en casa que en la escuela. Los padres
    deberían preocuparse mas de como gastan el tiempo sus
    hijos en casa viendo televisión
    o jugando videojuegos, que de como trata de educarlos el maestro.
    Y la responsabilidad del maestro es permanecer constantemente
    actualizado para brindar una educación de calidad como
    requiere el país. Una educación que fomente el
    libre pensamiento,
    el respeto por las personas y las instituciones, el gusto por
    la lectura y
    el amor por
    México y todo lo que representa el país. El maestro
    tiene la responsabilidad de ser congruente con lo que
    enseña y su forma de comportarse, a fin de dar un muy buen
    ejemplo. En fin, es necesario que nos pongamos la camiseta del
    país para poder salir
    adelante. Uniendo esfuerzos por el mejor futuro de nuestro
    futuro: Los niños
    de México.

    3. Analfabetismo
    en México

    La indiferencia de los mexicanos ante la "literatura de calidad"
    mantiene inmerso al país en una progresiva
    "catástrofe silenciosa": el analfabetismo
    funcional.
    El promedio de lectura por
    habitante en México es de 2,8 libros
    anuales, y en una lista de 108 naciones elaborada por la UNESCO,
    ocupa el penúltimo lugar, mientras que Noruega la
    encabeza, con 47 títulos per capita.
    Aun cuando el analfabetismo en nuestro país es parte del
    problema para acercarse a los libros, existen -según
    gustos e intereses personales- distintos hábitos de
    lectura y un fenómeno conocido como "analfabetismo
    funcional", cuya problemática fue motivo, entre otros, de
    la creación de la Ley para el
    Fomento a la Lectura y
    el Libro,
    publicada el 8 de junio de 2000, en el Diario Oficial de la
    Federación.
    En su momento, los legisladores integrantes de la
    subcomisión para dictaminar dicha ley, en el
    contexto de la 57 Legislatura de la Cámara de Diputados,
    coincidieron en que "el grave problema del analfabetismo
    funcional" es parte de esta "catástrofe
    silenciosa".

    Un organismo fantasma .
    Destaca, entre las disposiciones de esta legislación, la
    creación del Consejo Nacional del Fomento a la Lectura y
    el Libro,
    órgano de consulta de la Secretaría de
    Educación Pública (SEP), integrado por 15 miembros,
    encabezados por un presidente, que es el titular de la SEP, o
    quien éste designe, y un secretario ejecutivo,
    responsabilidad que recae en el titular del Consejo Nacional para
    la Cultura y las Artes (CNCA), en este caso Sara Guadalupe
    Bermúdez.
    Entre las funciones de ese
    consejo de fomento a la lectura están las de "promover el
    desarrollo de
    sistemas integrales de
    información sobre el libro, su distribución, la lectura y los derechos de
    autor, así como crear una base de datos que
    contemple: catálogos y directorios colectivos de autores,
    obras, editoriales, industria
    gráfica, bibliotecas y librerías mexicanas,
    disponible para la consulta en red desde cualquier
    país. Impulsar el incremento y la mejora de la producción editorial nacional que dé
    respuesta a los requerimientos culturales y educativos del
    país en condiciones adecuadas de cantidad, calidad,
    precio y
    variedad".

    Pero el consejo parece ser un órgano fantasma
    hasta la fecha, pues aun dentro de la propia SEP carecen de
    información. "Vamos a buscar dónde
    está ubicado", dijo el viernes pasado Norma Rocío
    Ortega, directora de Comunicación
    Social de la institución.
    En el documento en que se consigna el decreto para expedir la Ley
    de Fomento a la Lectura y el Libro, publicado por la
    Cámara de Diputados, se incluyen las siguientes palabras
    de Gabriel Zaid: este ordenamiento "es un buen comienzo, y
    resulta alentador que surja como iniciativa del Poder
    Legislativo (57 Legislatura), apoyada por todos los partidos.
    Los libros tienen una importancia desproporcionada a su escaso
    peso económico en el producto
    nacional. Esta desproporción debe aprovecharse. Hay en los
    libros una oportunidad de grandes beneficios sociales a muy bajo
    costo. Los libros
    suben de nivel a las personas y a los países que leen
    mucho, frente a los que leen poco".

    En su exposición
    de motivos para la expedición de dicha ley, la ex diputada
    panista Beatriz Zavala Peniche apuntó: "En 1997, de los 93
    millones de mexicanos, alrededor de 79 millones no asistieron a
    una biblioteca el
    año anterior; de ellos, 39 millones están
    alfabetizados y se encuentran en plena edad productiva. La
    consulta del estudiantado a las más de 12 mil bibliotecas
    del país (según cifras del Instituto Nacional de
    Estadística Geografía e Informática) es, en promedio, de 20 veces
    al año. "Aunado a lo anterior, existe un problema grave de
    rezago educativo: 9.8 por ciento de la población es analfabeta (cuarto Informe de
    Gobierno, periodo 1994-2000) y el promedio nacional de
    escolaridad es de 7,5 años para 1997 (SEP. Programa de
    Desarrollo
    Educativo. 1995-2000). En México hay un potencial de
    sólo 15 millones de lectores, el resto de la gente no
    lee."

    Según el INEGI, subrayó Zavala Peniche,
    "el índice nacional de analfabetismo simple de los
    mexicanos mayores de 15 años, fue de 10,6 por ciento; esto
    significa que el analfabetismo funcional rebasa por mucho esta
    cifra, lo que refleja sólo una parte de la
    catástrofe silenciosa".

    Población De 6 A 14 Años Por Aptitud Para
    Leer Y Escribir Y Sexo,
    2000

    Población de 6 a 14
    años

    Sabe leer y escribir

    Total

    Hombres

    Mujeres

    Total

    Hombres

    Mujeres

    Total

    19 700 930

    9 971 613

    9 729 317

    17 195 000

    8 655 556

    8 539 444

    No sabe leer y escribir

    No especificado

    Total

    Hombres

    Mujeres

    Total

    Hombres

    Mujeres

    2 431 655

    1 277 549

    1 154 106

    74 275

    38 508

    35 767

    Población De 15 Años Y Más Por
    Condición De Alfabetismo Y Sexo,
    2000

    Población de 15 años y
    más

    Alfabetas

    Total

    Hombres

    Mujeres

    Total

    Hombres

    Mujeres

    Total

    62 842 638

    30 043 824

    32 798 814

    56 841 673

    27 780 949

    29 060 724

    Analfabetas

    No especificado

    Total

    Hombres

    Mujeres

    Total

    Hombres

    Mujeres

    5 942 091

    2 233 244

    3 708 847

    58 874

    29 631

    29 243

    4. Bibliografía.

    http://www.inegi.gob.mx

    Periódico La Jornada.

     

     

    Autor:

    Antonio Olivar Zuñiga

    Contaduría, ingeniería, Ciencias de
    la
    Comunicación.
    Edad: 27 años.

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