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La etnografía en la visión cualitativa de la educación (página 2)




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4. Pasos en un Estudio
Etnográfico

A partir de las ideas de varios autores (De Tezanos,
1981, Wiersma, 1986, Titone, 1986, Goetz y LeCompte, 1988,
Domínguez, 1989, Buendía Eisman 1988), se pueden
distinguir como pasos en el proceso de
investigación etnográfica a los
siguientes:

Identificación del fenómeno estudiado
Para focalizar el objeto de estudio se puede comenzar formulando
una pregunta que proporcione la idea central del fenómeno
a ser abordado. Al identificar el fenómeno a estudiar, el
etnógrafo vislumbra el alcance de su investigación, de modo que puede ubicarlo
en un nivel micro o macro dependiendo de las unidades sociales
que abarcará y del tiempo
disponible.

Identificación de los informantes y
participantes
Algunos autores conciben a los sujetos de la investigación
etnográfica como informantes clave del fenómeno en
estudio. Otros autores señalan además que los
participantes cumplen una función
activa, no sólo son dadores de información sino que inclusive forman parte
del equipo de investigación. En una situación
educativa los informantes de interés
generalmente pueden ser los estudiantes. Pero es imposible
observar detenidamente a cada uno de ellos. Es por ello que hay
que puntualizar en qué condiciones serán sometidos
a observación. Por ejemplo, ¿se
trabajará con los individuos de un solo salón de
clase, o de varios?. Si son varias aulas, ¿se
observarán simultáneamente? ¿Durante todo el
día o sólo una parte de la clase?, ¿se
observarán sólo mientras trabajan en el aula, o
también mientras realizan otro tipo de actividad fuera del
aula? Preguntas como éstas podrán orientar la
recolección de información del etnógrafo.
Además de los estudiantes, el investigador
etnográfico puede observar a otros integrantes como
docentes, administrativos, personal de aseo,
personal de
vigilancia, quienes pueden suministrar información
relevante dependiendo del objeto de estudio.

Selección del diseño
de investigación
En la práctica, el etnógrafo individualiza el
diseño
de sus investigaciones.
El diseño etnográfico va indisolublemente unido a
la teoría,
sus productos son
incomprensibles sin las funciones de la
integración e interpretación de la
teoría
que los explica. Al elegir el diseño de
investigación, el autor de un trabajo etnográfico
ha de plantearse las siguientes cuestiones teóricas:
¿Cómo contribuye la perspectiva teórica del
investigador a la reconstrucción del escenario cultural a
que se refieren las cuestiones de la investigación?
¿En qué medida puede contribuir el diseño
etnográfico a la verificación, perfeccionamiento o
generación de una teoría formal
relevante para el tema investigado? ¿Los constructos
propios de esta teoría formal relevante explican o aclaran
los datos aportados
por el diseño etnográfico?
¿Qué modelos de
investigación han sido predominantes en el desarrollo de
la teoría sustantiva en la que se basa el
investigador?

Generación de hipótesis o interrogantes
etnográficas
En la investigación etnográfica, las
hipótesis o
preguntas, a lo largo del proceso de
recolección de la información pueden ser
reformuladas y modificadas cuando el investigador lo considere
conveniente en función de
la información que va recolectando. Un estudio puede
comenzar sin hipótesis o interrogantes, con
formulaciones iniciales, tentativas y luego ser reajustadas de
acuerdo con la realidad, descartando aquéllas que no
estén suficientemente soportadas. No hay límites
preestablecidos en relación al número y naturaleza de las
hipótesis o
interrogantes. La formulación de hipótesis o de
preguntas es una actividad continua en el trabajo
etnográfico. Esta tarea está implícita en
las observaciones más simples y registros o
anotaciones que realiza el investigador. Para la
formulación de las hipótesis o interrogantes del
estudio, el etnógrafo utiliza diferentes tipos de
preguntas que plantean variados tipos de observación en el trabajo de
campo.

Preguntas descriptivas o iniciales que orientan la
posibilidad de conocimiento
inicial del objeto de estudio. Por ejemplo, ¿de qué
gente se trata? ¿Qué hacen? ¿Dónde
viven?
Preguntas estructurales que conducen a precisar características y significados de fondo de
la situación analizada. Por ejemplo, ¿cuál
es el significado de la expresión utilizada por un actor
en un momento determinado?
Preguntas de contraste que permiten comparar información
recolectada en diferentes momentos de la observación. Por
ejemplo, ¿utiliza el actor esa misma expresión en
otras situaciones?

Recolección de la información
El estudio etnográfico supone la ejecución de un
trabajo de campo que permite recabar los datos en el
contexto natural donde ocurre el fenómeno. La
información que se busca es aquélla que tenga
más relación con el objeto de estudio y ayude a
descubrir las estructuras
significativas que explican la conducta de los
participantes en el estudio. Puede ser muy relevante obtener los
siguientes tipos de información:
El contenido y la forma de la interacción verbal entre los
sujetos.
El contenido y la forma de la interacción con el
investigador en diferentes situaciones y ocasiones.
La conducta no
verbal: gestos, posturas, mímicas.
Los registros de
archivos,
documentos,
artefactos u otro tipo de evidencia.
Para recabar la información, el etnógrafo recurre a
procedimientos
tales como la observación participante, la entrevista
u otras vías que se constituyan en fuentes de
información.

La observación participante implica vivir con el
grupo de
personas que se estudia para conocer sus formas de vida a
través de una interacción intensa. Ello exige estar
presente y compartir tantas situaciones como sea posible,
aprendiendo a conocer las personas a profundidad y detectando lo
más significativo de su conducta, de sus estados
emocionales, de su ambiente
físico y sociocultural. El observador trata de asumir el
rol de los individuos e intenta experimentar sus pensamientos,
sentimientos y acciones. El
énfasis está en captar la perspectiva de las
personas observadas.

A medida que efectúa la tarea de
observación, el investigador va tomando anotaciones que se
denominan notas de campo. Inmediatamente después, el
observador sintetiza y resume las notas e incluye
interpretaciones propias y preguntas que puedan surgir. El
registro de
las observaciones puede ser identificado en términos de
cuándo, dónde y bajo qué condiciones fue
realizada.

La entrevista
permite complementar y verificar la información obtenida
mediante la observación participante. La entrevista
tiene como propósito fundamental reconstruir historias de
vida de los individuos involucrados en el estudio y de lo que
acontece en el ambiente bajo
estudio. Mediante la entrevista se
puede llegar a un contacto con los individuos, creando unas
condiciones que les permita a los participantes decir libremente
lo que piensan y sienten, empleando su propio lenguaje que
es parte de su realidad natural.

El etnógrafo no necesariamente tiene que
entrevistar a todas las personas relacionadas con su estudio,
para ello recurre a algunos informantes claves. La entrevista
puede ser casual e informal, o estructurada. Los datos recabados
a través de la entrevista pueden ser registrados en forma
de notas durante o una vez culminada la entrevista, o
también es posible utilizar la grabación en audio o
video de una
forma abierta.

Otras fuentes de
información que pueda emplear el investigador son
cuestionarios, archivos,
fotografías, diapositivas, documentos y
demás fuentes que
sean consideradas válidas para el estudio.

Triangulación de la información
La triangulación permite reinterpretar la situación
en estudio, a la luz de las
evidencias provenientes de todas las fuentes empleadas en la
investigación. Constituye una técnica de
validación que consiste en "cruzar", cualitativamente
hablando, la información recabada. Su propósito
está dirigido a ofrecer la credibilidad de los hallazgos.
La triangulación puede adoptar varias formas, pero su
esencia fundamental es la combinación de dos o más
estrategias de
investigación diferentes en el estudio de las mismas
unidades empíricas.

El ejercicio de la triangulación consiste
básicamente en la comparación de información
para determinar si ésta se corrobora o no, a partir de la
convergencia de evidencias y análisis sobre un mismo aspecto o
situación. Por ejemplo, se puede constatar la consistencia
de una información considerando la perspectiva de
diferentes actores como:
Profesor
Alumno
Observador o Investigador

Se considera que hay consistencia en los resultados de
la triangulación cuando las evidencias coinciden, o se
complementan, en torno a una
tendencia o caracterización de la situación
analizada. En caso contrario, el investigador debería
recabar más información hasta lograr, desde las
distintas fuentes, corroborar la exacta interpretación de
la misma.

El adecuado empleo de la
técnica de triangulación minimiza los riesgos de la no
representatividad y la exclusividad de una determinada postura,
así como la inconsistencia de la información
recabada y/o de los resultados obtenidos.

Según Titone (1986), la triangulación
puede realizarse de tres maneras distintas:

  1. A través de la contrastación de la
    información obtenida y de su interpretación,
    considerando las fuentes implicadas: profesor, alumnos,
    observador. Se trata de lograr un consenso intersubjetivo que
    elimine el riesgo del
    predominio de la subjetividad del investigador que pudiera
    conducirlo a actuar a solas, estableciendo caracterizaciones o
    inferencias excesivamente dependientes de su propio marco
    teórico las cuales pudieran no corresponderse
    plenamente con la realidad o perspectivas de los otros
    participantes.
  2. A través de la convergencia de
    información sobre un mismo fenómeno, obtenida
    mediante el uso de diversas estrategias
    metodológicas: observación, entrevistas,
    cuestionario, entre otras.
  3. A través del análisis de la información a
    partir de la aplicación de métodos
    (cualitativos, cuantitativos, fenomenológicos), y
    también a través de estadísticas de contraste propias de
    metodologías cuantitativas.

"La triangulación es un procedimiento muy
poderoso de contraste" (Angulo Rasco citado en Martínez
Rodríguez, 1990, p. 102), a través de éste
el investigador interpretativo contribuye a lograr la
credibilidad de su estudio. La Triangulación es un
procedimiento
imprescindible cuyo uso requiere habilidad por parte del
investigador para garantizar que el contraste de las diferentes
percepciones conduzca a interpretaciones consistentes y
válidas.

Interpretación de la información
Interpretar la información constituye uno de los momentos
claves de la investigación etnográfica. Esta
interpretación supone categorizar una realidad. "La
categorización, análisis e interpretación de
los contenidos no son actividades mentales separables."
(Martínez, 1996, p. 73). El paso de la
categorización o clasificación exige la
revisión, una y otra vez, de la información
recopilada, con el propósito de ir descubriendo el
significado de cada evento o situación, considerando el
todo y las partes. La fase de interpretación es entendida
como el logro de la coherencia entre una categorización
particular y su ubicación en el contexto estructural de la
situación que se estudia.

En la investigación etnográfica, la
interpretación de la información es un proceso de
identificación de preguntas. En vez de ir al campo con
preguntas específicas, el etnógrafo analiza la
información compilada como producto de la
observación participante, para identificar preguntas.
Después de cada sesión de trabajo en el campo,
necesita revisar y analizar sus anotaciones para saber qué
va a buscar en su próxima sesión de
observación participativa. Este constante proceso de
análisis conduce a nuevas preguntas etnográficas, a
partir de las cuales se recopila nueva información,
más anotaciones y nuevas interpretaciones.

La tarea de analizar e interpretar la información
implica, para el etnógrafo, el desarrollo de
una teoría cónsona y coherente con dicha
información. El etnógrafo no se precipita en
aplicar teorías
externas en la interpretación de sus notas. Más que
otros investigadores, él está preparado para captar
la posible unicidad del ambiente, grupo u
organización estudiada. Los resultados de
investigaciones y teorías
paralelas le son útiles para profundizar en los
fundamentos de aquella(s) teoría(s) que mejor se aplica(n)
a la situación que analiza. El etnógrafo compara
sus hallazgos con los de otros investigadores para corroborarlos
o contraponerlos a los mismos.

La fase de interpretación parte de lo
estrictamente descriptivo hasta llegar a la explicación de
la situación abordada. El etnógrafo cumple una
labor mediadora que le permite relacionar eventos, hechos y
representaciones, sin aferrarse a modelos
rígidos preestablecidos. Esta forma flexible de abordar el
proceso le permite ir descubriendo y construyendo el objeto de su
investigación.

De Tezanos de Mañana (1981) plantea que ser
intérprete en una investigación es lograr
experiencias y relacionarlas. Tales experiencias suponen
relacionar lo particular con lo universal y asociar los
acontecimientos con el proceso histórico social. Toda
experiencia parte de lo observado por el investigador.
Así, el contenido de la observación es una síntesis
que depende, en cada caso, de la relación
observador-observado. Esto explica por qué, ante un mismo
evento, grupos humanos o
personas refieren representaciones distintas y aún
opuestas. Por otro lado, el contenido de la observación
depende de la historia misma del sujeto
puesto que éste es una síntesis
de la actividad en una sociedad
históricamente determinada.

Una estrategia de
análisis e interpretación de la información
recabada en las observaciones lo constituye la
formalización. Ésta consiste en determinar los
pasos fundamentales que conforman la situación o actividad
observada. Cada momento debe ser registrado, de acuerdo a la
sucesión cronológica en que ocurre en la realidad.
La articulación de esta primera formalización
analítica de la observación puede partir de
interrogantes directrices como: ¿En qué momento se
articula la realidad con el modelo
teórico? ¿Dónde se presentan las
contradicciones? El paso de la formalización
analítica es imprescindible en la búsqueda de lo
significativo, meta de la etnografía. Lo significativo no
es una simple ocurrencia casual; ello tiene conexiones con su
origen: la realidad observada. El proceso de articulación
etnográfica conduce a la elaboración de
categorías sociales las cuales propician la construcción del objeto a través de
la relación y reflexión permanente y
sistemática entre los presupuestos
teóricos asumidos por la investigación y la
realidad (De Tezanos de Mañana, 1981).

Durante este paso, el etnógrafo -a partir del
análisis, la descripción e interpretación de la
información- formula una explicación lo más
fidedigna posible de la cultura que
estudia, resaltando lo verdaderamente significativo y
estableciendo conexiones con el contexto global en el cual se
inserta la situación en estudio.

Elaboración de conclusiones
En la investigación etnográfica, a diferencia de
otro tipo de investigaciones, las conclusiones están
plasmadas a lo largo del proceso y se generan mediante un proceso
de aproximaciones sucesivas, evitando afirmaciones
prematuras.
Las conclusiones reflejan la complejidad estructural de un caso
concreto, de
una realidad específica, de una situación, un
grupo o ambiente particular. Al desarrollar esta fase, el
etnógrafo se enfrenta a la decisión de generalizar
los resultados. En la medida en que estén bien
identificadas y descritas tanto la estrategia de
investigación como las categorías de
análisis y las características del fenómeno o grupo
estudiado, las comparaciones y las transferencias a otros casos y
grupos
serán más confiables.

Según Goetz y LeCompte (1988), las conclusiones
de un trabajo etnográfico suponen cuatro componentes
fundamentales: a) Presentación de la información de
campo analizada de modo accesible a los lectores; b)
Interpretación e integración de los significados en un marco
conceptual o teórico más general; c) Exposición
de los significados; y d) Aplicación de los
resultados.

Organización del informe final
Este paso, en el ciclo de la investigación
etnográfica, se va realizando durante la ejecución
del estudio. Incluso, el informe final
puede incluir y conducir a nuevas preguntas y más
observaciones. Redactar un informe etnográfico requiere,
de parte del investigador, la realización de un
análisis intensivo. El informe debe incluir una exposición
sólidamente organizada, reflejando claramente cómo
los resultados se fundamentan en la información
recabada.

Goetz y LeCompte (1988) plantean que un informe
etnográfico es considerado aceptable cuando
contempla:

  1. El foco y el fin del estudio, clarificar la
    situación que aborda,
  2. El modelo o
    diseño de investigación y las razones de su
    elección,
  3. Los participantes del estudio, el escenario y el
    contexto investigado,
  4. La experiencia del investigador y sus roles en el
    estudio,
  5. La estrategia para recabar la
    información,
  6. La técnica empleada para analizar la
    información,
  7. Los descubrimientos del estudio, la
    interpretación y aplicaciones del mismo.

En síntesis, el modelo cíclico de
investigación propuesto por la técnica
etnográfica se caracteriza por ser dinámico,
flexible y dialéctico. Según este modelo, cuando el
investigador decide estudiar una realidad cultural, participa
intensamente en ella a fin de comprender los eventos
más significativos desde la óptica
de los propios protagonistas, con miras a explicitarlos y
proponer formulaciones teóricas que representen en forma
fidedigna dicha realidad.

Limitaciones a enfrentar
Autoras como Goetz y LeCompte (1988) han señalado que la
utilización correcta del diseño etnográfico
en la investigación educativa se ha visto
limitada por una serie de factores tales como:
La potencial confrontación de la investigación
tradicional con respecto a los soportes antropológicos y
sociológicos de la etnografía. Ello se manifiesta
en el énfasis que los estudios tradicionales en educación otorgan al
componente psicológico, especialmente en el campo de la
psicología
experimental, así como la relevancia que se otorga a la
individualidad del sujeto y la reducción del proceso
educativo al ámbito de la enseñanza escolar.

La escasa influencia que tiene la minoría de
profesores conformada por antropólogos y
sociólogos.
El propósito que tienen docentes-investigadores de
prescribir, evaluar y analizar el hecho educativo mediante la
investigación, con miras a mejorar el proceso de enseñanza. En cambio, el
objeto de la Antropología y la Sociología es describir el mundo
empírico y desarrollar una teoría explicativa del
comportamiento
humano (Goetz y LeCompte, 1988).

El fuerte afianzamiento de epistemologías y
estrategias metodológicas características del
paradigma
tradicional constituye un serio obstáculo para la
incorporación de la etnografía en la investigación educativa (Torres
Santomé, 1988).
El poco entrenamiento que
posee el investigador principiante en estudios
etnográficos. Esta circunstancia acarrea la posibilidad de
desnaturalizar los fundamentos o emplear inadecuadamente los
procedimientos
propios de un estudio etnográfico (Gibaja,
1988).

El peligro de convertir a la etnografía en una
moda de
investigación (Rist, 1980).
La escasa posibilidad que tiene la investigación
naturalista de garantizar con anterioridad las teorías que
fundamentan el estudio y la rigurosidad del proceso
metodológico, en la misma medida en que lo hace la
investigación racionalista. Por ello, en ocasiones, la
investigación cualitativa es descalificada
y tildada de inconsistente, a la vez que es descartada cuando se
trata de proyectos que
implican inversión de dinero (Guba,
1981).

La exigencia que posee este tipo de estudio al suponer
que el investigador debe penetrar, durante períodos
prolongados, la "nueva cultura" que
estudia en donde no sólo observará sino
también hablará profusamente con los participantes
(Delamont y Hamilton, 1984).

En la investigación participativa puede generarse
una posición excluyente de cualquier otro tipo de
modalidad investigativa o de un reemplazo indiscriminado de lo
cuantitativo por lo cualitativo, desconociendo la necesaria
complementariedad de las técnicas y
enfoques metodológicos que están en estrecha
relación con el problema a abordar y de las preguntas
formuladas sobre el mismo. Ello puede implicar, por una parte, el
reemplazo de la reflexión por la acción y una
visión acrítica-pragmática de lo cotidiano
sin una adecuada elaboración teórica (Cambours de
Donini, 1988).

La desvalorización del rol de investigador, la
escasa rigurosidad metodológica y la manipulación
de la información en detrimento del elemento
científico y de la reflexión crítica, son
riesgos que puede
acarrear la inadecuada interpretación de los fundamentos
de la investigación etnográfica.

Condiciones que influyen en un estudio
etnográfico
Las condiciones en las cuales se ejecuta un estudio
etnográfico pueden favorecer u obstaculizar el desarrollo
de la investigación participativa. Algunos aspectos que
influyen en un trabajo etnográfico exitoso son:

  1. Disposición personal, intereses grupales e
    institucionales y condiciones sociopolíticas favorables
    al propósito del estudio.
  2. Aspectos personales como experiencia en acciones
    participativas, adecuado nivel de criticidad, capacidad
    autocrítica, sensibilidad y respeto,
    actitudes
    abiertas, dialógicas, flexibles y
    solidarias.
  3. Apertura al cambio en el
    plano institucional.
  4. Valoración de la labor investigativa y
    reconocimiento de su utilidad, por
    parte de las autoridades educativas.
  5. Contexto político que contribuya a impulsar la
    investigación participante.
  6. Uso de un lenguaje
    común por parte del investigador y de los informantes lo
    cual favorece la discusión y la confrontación de
    puntos de vista distintos. Este aspecto cobra especial
    relevancia al considerar la importancia que otorga la
    investigación etnográfica al significado del
    fenómeno en estudio, desde la perspectiva de los
    participantes (Cambours de Donini citado en Torres
    Santomé, 1988).

5. Algunas experiencias
iniciales

En el ámbito mundial, a partir de los años
sesenta del siglo XX, la literatura científica
reporta el empleo de la
técnica etnográfica no sólo en el campo de
la Antropología, en cuyo ámbito tuvo
sus orígenes, sino también en el estudio de
situaciones enmarcadas en otras disciplinas tales como Sociología, Psicología,
Lingüística, Medicina y
Educación.

A continuación se ofrece, a manera de ejemplo,
una muestra de
referencias que aunque no es representativa de la vasta
aplicación que ha tenido la etnografía en
múltiples disciplinas, puede dar una visión de la
diversidad de situaciones específicas que han sido
abordadas por parte de investigadores interesados en la metodología etnográfica, hace ya
varias décadas.

Jules (1963), al estudiar la cultura estadounidense,
aclaró que su obra no era una descripción objetiva de los Estados Unidos
sino, más bien, una etnografía apasionada. Este
autor abordó la cultura contemporánea de ese
país, su estructura
económica y sus valores, la
relación de esos factores con el carácter
nacional, las relaciones padre-hijo, las inquietudes de los
adolescentes,
las escuelas, los problemas
emocionales, la vejez y la
guerra.

  1. En un estudio referente al silencio de la cultura de
    los Apaches occidentales, el análisis etnográfico
    se centró en el evento comunicativo como sistema, sin
    privilegiar a priori el tipo de código verbal u otros componentes de
    dicho evento. En el trabajo se hace alusión a la escasez
    de estudios existentes sobre las condiciones situacionales que
    determinan el silencio.
  2. Irvine (1979) seleccionó una sola
    situación social para efectuar un estudio
    etnográfico: la forma de saludarse de los Wolof
    (comunidad de
    Senegal, al oeste de África).

    Por lo menos una vez al día visitaba varias
    tiendas del valle para unirme a los grupos de hombres que
    conversaban, o bien, si el tendero se encontraba solo, para
    tratar de aclarar puntos obscuros sobre las obligaciones del parentesco… Otras veces,
    ayudaba a los hombres de la localidad a cosechar maíz o
    heno, a construir cobertizos, talar árboles, recoger y empacar hierba
    "galax" y a buscar parajes ricos en frutillas
    silvestres.

  3. Hicks (1976) centró su estudio en la forma de
    vida de los montañeses del Valle de los Apalaches. Su
    objetivo fue
    describir su cultura; aprender a ver el mundo desde su
    perspectiva. Para ello, se mudó con su familia al
    Valle Little Laurel; su hija se inscribió en la escuela
    local y su esposa se convirtió en una de las dirigentes
    de la asociación local de las Muchachas Exploradoras.
    Hicks descubrió que las tiendas y los tenderos
    constituían el centro del sistema de
    comunicación de la comunidad. En
    sus escritos, Hicks relata:
  4. Erickson (1977) analizó las
    características de la investigación cualitativa y utiliza la
    metodología etnográfica para
    estudiar la vida cotidiana desde una perspectiva
    sociológica y antropológica. Dicho autor refiere
    el caso de investigadores de la tradición de Malinowski
    en Antropología -así como sociólogos de
    trabajos de campo, interaccionistas simbólicos y
    más recientemente etnometodologistas, en
    Sociología- que han mostrado interés
    por el hecho social como acción social, considerando los
    significados sociales y la actuación cotidiana de las
    personas. Tales significados son descubiertos durante el
    trabajo de campo, observando y conversando con las personas
    acerca de por qué hacen lo que hacen,
    interrogándolos a veces cuando están en la plena
    ejecución de sus tareas.
  5. Willis (1983) realizó un trabajo
    etnográfico en el que hace un seguimiento intensivo de
    alumnos de la clase obrera, en una escuela
    secundaria exclusivamente masculina, durante los dos
    últimos años de educación obligatoria y
    los primeros meses de su incorporación al mundo laboral. El
    autor analizó cómo los alumnos, agrupados en
    pandilla, desarrollan un código de grupo y construyen una
    contracultura. A través de su estudio, comprobó
    cómo se conectan las experiencias escolares y
    laborales.
  6. Everhart (1983) realizó un trabajo, durante
    dos años, en un centro de secundaria norteamericano en
    el cual dirigió su foco de atención a la cultura de alumnos y
    alumnas, analizando cómo crean, renuevan, defienden o
    modifican las tareas escolares o su ritmo; de qué manera
    se va constituyendo la cultura adolescente; de qué
    manera se construyen los significados que otorgan a sus
    acciones. Este autor demuestra cómo los estudiantes
    rechazan la cultura de los programas
    oficiales y pasan gran parte del tiempo
    "vagueando", "haciéndose los tontos" y creando formas
    culturales propias que servían para alcanzar
    algún poder dentro
    del grupo de iguales o pandillas.
  7. Jungck (1985) realizó un estudio, asesorada
    por Apple, cuyo propósito fue describir e interpretar el
    desarrollo y uso del computador
    en un proyecto de
    lecto-escritura en
    una escuela. El estudio identifica la influencia de la
    comunidad distrital, su historia y estructuras
    organizadas, en el desarrollo del curriculum,
    a la vez que describe la naturaleza y
    los efectos del nuevo curriculum
    en docentes y alumnos. Algunas de las conclusiones revelan que
    la introducción del nuevo curriculum de
    lecto-escritura
    por computador,
    ocasionó algunas disfunciones por lo cual los
    estudiantes elegían otras opciones de cursos.
  8. Dillon (1989) desarrolló un estudio con el
    propósito de construir una descripción e
    interpretación de la
    organización social en una escuela secundaria rural
    norteamericana, analizando las acciones e interacciones entre
    estudiantes predominantemente negros, procedentes de clases
    bajas, y su maestro blanco. Los resultados revelan que la
    efectividad en el desempeño del docente estuvo definida por
    su habilidad para: a) crear una organización social congruente que
    justificaba la procedencia cultural de sus estudiantes; b)
    variar el estilo de enseñanza de modo que le permitiera
    comunicarse efectivamente con sus alumnos y contribuir a
    mejorar la actitud
    hacia el aprendizaje
    y hacia la escuela en general.
  9. Martínez Rodríguez (1990) dedica, en su
    obra Hacia un enfoque interpretativo de la enseñanza, un
    capítulo a la práctica de la etnografía
    didáctica. Este autor presenta tres
    estudios de casos en el campo educativo, basados en la
    etnografía, efectuados en España,
    a saber: a) Evaluación de la reforma educativa en el
    Colegio Público Minerva, b) La experimentación de
    la reforma en Matemática, estudio de una clase, y c)
    Análisis de la reforma a través del uso de sus
    materiales
    curriculares.

En el ámbito latinoamericano han sido
desarrollados diversos estudios de iniciación
etnográfica, desde la década de los ochenta. Una de
las experiencias iniciales dignas de resaltar es la emprendida
por Colombia y
Venezuela a
través del Proyecto Escuela
y Comunidad en América
Latina, durante la década de los años ochenta,
con base en la perspectiva etnográfica de la
investigación educativa.

Según relata De Tezanos de Mañana (1981),
la experiencia de Colombia
partió de interrogantes como: ¿Qué sucede en
la escuela? ¿Qué se enseña?
¿Cómo se enseña? ¿Qué se
aprende?, entre otras. El trabajo de campo se centró en
cinco escuelas públicas (rurales y urbanas), con la
participación de maestros, alumnos, padres y
representantes. Los investigadores se incorporaron a los cursos y
programas, se
reunieron con docentes, entrevistaron a padres y alumnos,
emplearon la observación y la entrevista no estructurada.
El trabajo de campo les permitió conocer la vida cotidiana
de la escuela. A través de las entrevistas,
los investigadores reconstruyeron historias de vida de los
informantes. Una vez recabada suficiente información, se
procedió a interpretar la misma partiendo de un proceso de
formalización guiado por interrogantes como: ¿En
qué momento se articula la realidad con el modelo
teórico? ¿Dónde se presentan las
contradicciones? Algunas de las conclusiones resaltan las
bondades de la formalización como un paso imprescindible
hacia la búsqueda de lo significativo, además de
recalcar las posibilidades de la etnografía como
metodología de investigación para contribuir en el
desarrollo del conocimiento
científico y de construcción teórica.

La experiencia de Venezuela se
centró en analizar los acontecimientos que ocurren dentro
del ámbito escolar que pueden incidir en el proceso de
aprendizaje y
el efecto de la acción del docente sobre el éxito o
el fracaso escolar de los alumnos. El estudio se planteó
entre otras interrogantes: ¿Qué es lo que sucede
dentro de las escuelas? ¿Cómo se desarrolla el
proceso de aprendizaje?
¿Cuáles son las acciones que realiza el maestro
dentro del salón de clases? El trabajo de campo se
llevó a cabo en cinco escuelas (rurales y urbanas) con
población de escasos recursos
económicos. El estudio contempló entre sus
informantes a docentes, alumnos, padres y representantes. La
investigación consideró al éxito y
el fracaso escolar, la interacción en el salón de
clases, el ambiente escolar y las relaciones escuela-comunidad,
como categorías y subcategorías de
estudio.

6. Reflexiones sobre el
tema

En opinión de las autoras, la etnografía
constituye una alternativa metodológica de
investigación acerca de la cual aún existen
reservas y quizá poca difusión en el ámbito
educativo. No obstante, actualmente son numerosos los trabajos
fundamentados en este enfoque cualitativo de
investigación.

Al profundizar acerca del tema, uno de los aspectos
notados es el hecho de que, sobre la etnografía, los
autores defienden criterios particulares e incluso incompatibles.
Por ejemplo, son diversas las opiniones con relación a su
alcance, su definición y aplicabilidad. Esto ha ocasionado
confusión en la terminología y en la
exposición de argumentos, como se aprecia al consultar la
literatura, con
la consecuente desorientación entre quienes se inician en
el estudio del tema.

La perspectiva etnográfica abrió un nuevo
camino susceptible de ser aplicado con propiedad en
el ámbito de las Ciencias
Sociales, particularmente en el campo educativo. A juicio de
las autoras, la etnografía ha cumplido un importante
papel social
ya que los resultados derivados de la descripción,
interpretación y explicación de una cultura, sea a
nivel micro o macro, pueden ser el punto de partida para generar
la intervención en los problemas
detectados.

La consulta bibliográfica y el intercambio de
ideas permite afirmar que la estrategia etnográfica es una
vía fundamentalmente humana, con connotación
netamente subjetiva, para enfrentar el estudio y la
transformación de la realidad social. Además, es
una alternativa flexible que no pretende formular
generalizaciones definitivas sino que contrariamente, aspira
arribar a interpretaciones de una situación
específica. Esto contribuye a la claridad y honestidad del
investigador en cuanto al alcance de su trabajo.

Hubo quienes calificaron a la técnica
etnográfica como informal y sin fundamentos
teóricos. Al parecer, quienes así opinaban, no
comprendían el verdadero alcance y profundidad de la
etnografía pues ésta conduce a elaboraciones
teóricas que, aunque válidas sólo en
contextos particulares, contribuyen al conocimiento y
comprensión global de determinadas realidades
socio-educativas. Por otra parte, dicho argumento pudiera
reflejar un sentimiento negativo con respecto a la
investigación cualitativa en general. Afortunadamente, tal
sentimiento ha sido progresivamente superado. Quienes se
identifican con este paradigma de
investigación enfrentan el reto de proyectar la
credibilidad de los resultados que arrojan los estudios
cualitativos, con miras a fortalecer el soporte
filosófico, epistemológico y metodológico de
este enfoque en el ámbito científico. En efecto, el
pronunciamiento de numerosos investigadores a su favor ha
contribuido a que esa actitud
descalificadora que la tildaba de investigación
acientífica, reducida a simples relatos de
individualidades, ha quedado atrás.

La actual situación educativa en Venezuela y
demás países latinoamericanos requiere de trabajos
cuyos hallazgos contribuyan a formular características,
condiciones, propiedades y relaciones extraídas de la
propia realidad, no transferidas de otros contextos culturales.
La etnografía, conjuntamente con otras metodologías
cualitativas, es una alternativa para sistematizar esa realidad,
a veces tan alejada de las formulaciones
ministeriales.

7.
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Las autoras son Dras. en Educación, jubiladas de la
Universidad Pedagógica Experimental Libertador –
Instituto pedagógico Rural El Mácaro. Turmero,
Estado Aragua
– Venezuela.

Resumen
El artículo tiene como propósito promover la
reflexión, la discusión y el empleo de la
técnica de investigación etnográfica en el
campo socioeducativo. En aras de tal propósito, las
autoras ofrecen referentes históricos, filosóficos
y científicos relativos al surgimiento de la
etnografía. A lo largo del documento se hace
énfasis en las características, los alcances y los
pasos metodológicos que involucra el uso de la
etnografía. El desarrollo del tema es abordado a partir de
diez interrogantes centrales: ¿Qué significa
etnografía? ¿Cuál es el objeto fundamental
de la etnografía? ¿Cuál es el alcance de la
etnografía? ¿Cuáles son las bases
filosóficas de la etnografía? ¿Cuáles
son las tendencias más representativas de la
investigación cualitativa y de la etnografía?
¿Qué características posee la
investigación etnográfica? ¿Qué pasos
contempla la ejecución de un estudio etnográfico?
¿Qué limitaciones presenta un estudio
etnográfico? ¿Qué experiencias
etnográficas se tiene en el espacio mundial y
latinoamericano? ¿Cuáles reflexiones nos planteamos
en torno a la
etnografía?.
Descriptores: Etnografía, metodología de
investigación, investigación cualitativa, enfoque
interpretativo, fenomenología.

 

 

Autor:

Lourdes Denis Santana y Lidia Gutiérrez Borobia

Ediciones Empresa Orbitas,
CA
Cursos en-línea: Investigación Cualitativa

Partes: 1, 2
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