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El fanatismo y la pugna religiosa en Puerto Rico




Enviado por willjsoto



    Indice
    1.
    Introducción

    2. Vida y obra de Rosario
    Ferré

    3. Estilo de Rosario Ferré en la
    novela "La Batalla de las Vírgenes"

    4. El fanatismo y la pugna religiosa en
    la novela

    5. El fanatismo como elemento
    social

    6. Autores que desarrollan el tema de la
    crítica religiosa

    7.
    Bibliografía

    1.
    Introducción

    Un fanático es alguien que no puede cambiar de
    mentalidad y no quiere cambiar de tema.
    -Winston Churchill
    En el siguiente trabajo monográfico expondré varios
    elementos del fanatismo y la pugna religiosa en Puerto Rico. El
    fanático es la persona que
    defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento, creencias u
    opiniones, sobre todo religiosas o políticas
    y que siempre esta preocupado o entusiasmado ciegamente por una
    cosa. Así el fanatismo es la acción del
    fanático hacia una idea convertida en un ideal. El
    fanatismo y la pugna religiosa se ve claramente en la novela que voy
    a analizar y a la vez entrelazar con el tema que es La Batalla de
    las Vírgenes de la escritora puertorriqueña Rosario
    Ferré.

    En nuestro tiempo aparecen
    con fuerza
    sentimientos y tradiciones religiosas que pueden haber sido
    enterradas por la historia y por el progreso,
    pero aún con la influencia de estos elementos se pueden
    observar características religiosas que llevan al
    fanatismo y a la pugna religiosa entre la Iglesia y los
    feligreses y hasta entre los mismos feligreses. En primer lugar
    habría que preguntarse las razones que nos mueven hoy a
    analizar las relaciones que pueden existir entre religión y fanatismo
    y el interés
    creciente por este tema, reflejado a diario en unos medios de
    comunicación que expresan –y al mismo tiempo
    actualizan– el repertorio de las imágenes
    del fanatismo colectivo, sus causas y efectos, sus problemas y
    sus soluciones,
    sus figuras y lugares de encuentro.

    Hoy tiene mucho interés
    analizar las relaciones entre fanatismo e ideología, o entre fanatismo y poder, ya que
    pueden tratarse de una manera parecida. Por ejemplo,
    podríamos analizar las consecuencias de la pugna entre las
    dos concepciones "modernas"; la Iglesia y los
    feligreses. La Iglesia impone unas cláusulas para el culto
    y los feligreses utilizan otros medios en los
    cuales basar su fe. Por esto el fanatismo y la pugna religiosa
    existente en Puerto Rico
    tiende a ser una pugna entre la Iglesia central y los grupos de
    feligreses que siguen un ideal a base de sus creencias y
    vivencias. También, el elemento de la pugna religiosa se
    ve reflejado entre la burguesía y las clases media y
    pobre.

    2. Vida y obra de Rosario
    Ferré

    Al ser Rosario Ferré parte de una clase alta
    utiliza este elemento para poder expresar
    plenamente la lucha existente entre las clases
    sociales de Puerto Rico sobre
    los temas religiosos. Rosario Ferré es una novelista,
    poeta, cuentista, ensayista y crítica literaria que
    promulga una teoría
    literaria que rechaza todas la ideas y criticas sobre la literatura femenina de los
    70. Nace Rosario Ferré en Ponce, Puerto Rico, en 1938,
    hija de doña Lorenza Ramírez de
    Arrellano y el industrialista y exgobernador de Puerto Rico, don
    Luis Antonio Ferré Aguayo. Recibió su licenciatura
    en inglés
    y francés de Manhattanville College, una universidad
    privada del estado de
    Nueva York.
    Luego ganó su maestría en literatura latinoamericana
    por la Universidad de
    Puerto Rico, recinto de Río Piedras, y finalmente
    defendió su tesis doctoral
    titulada "La filiación romántica de los cuentos de
    Julio
    Cortázar" en la Universidad de Maryland, recinto de
    College Park. Ferré madura en el seno de una familia
    privilegiada aunque no rica; ella y su hermano estudiaron en
    escuelas privadas y sus padres enviaron a los dos a universidades
    estadounidenses para que sus hijos aprendieran a hablar inglés
    como nativos. Al terminar su licenciatura, Ferré se
    casó con su primer esposo, el comerciante Benigno Trigo
    González, pero se divorciaron después de mas de una
    década de matrimonio; es
    madre de tres hijos de esta unión: Rosario Lorenza,
    Benigno y Luis Alfredo.

    Durante la época que estudiaba en el Departamento
    de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico,
    conoció al segundo esposo, el inminente profesor de
    literatura latinoamericana y autor mexicano José Aguilar
    Mora. El segundo casamiento también terminó en
    divorcio
    después de solo unos años. En esta época
    Ferré estudiaba en la Universidad de Maryland y
    vivía en la capital
    estadounidense. Es allí donde encontró su
    autoidentidad, como crítica literaria, como cuentista y
    como mujer, y
    conoció al tercer marido, el premiado arquitecto
    puertorriqueño Agustín Costa Quintano. Ferré
    volvió a vivir en la isla con Costa Quintano donde reside
    hoy día y participa activamente en varias actividades
    artísticas, profesionales y sociales.

    Crea en varios géneros
    literarios-el cuento, la
    novela, la
    poesía
    y el ensayo– y
    siempre escribe de su Puerto Rico amado. Es puertorriqueña
    desde el fondo de su corazón y
    de su alma. Entre los cuentos que ha
    escrito se destacan Papeles de Pandora (1976), Medio Pollito
    (1977), Sitio a Eros (1980), Los cuentos de Juan Bobo (1981),
    Fábulas
    de la garza desangrada (1982), Sonatinas (1989) y La cucarachita
    Martina (1990). Además, entre las otras formas de
    literatura se destacan una serie de ensayos como
    Zona de carga y descarga (1972), La mujer y la
    autenticidad en el arte (1979), El
    exilio interior de los escritores puertorriqueños (1980),
    El general si tiene quien le escriba (1989), su ensayo
    autobiográfico Escribo porque necesito ser autora de mi
    propia vida (1990), Las dos Venecias (1990), El coloquio de las
    perras (1990) y su más reciente libro de
    ensayos A la
    sombra de tu nombre (2001). La forma peculiar de Rosario
    Ferré llega al extremo de escribir también en
    inglés con The youngest Doll (1991, versión de su
    primera novela La
    muñeca menor), House on the Lagoon (novela del 1995),
    Puerto Rican Literature: A Decade in Review (ensayo en el
    1981), On Love and Politics (ensayo del 1987), Literature and
    Identity in Puerto Rico Today (ensayo en el 1989) y su
    ensayo-crítica Religous Sects and the Apocalypse (1994).
    Como si fuera poco Rosario Ferré ha escrito novelas que la
    han hecho ser catalogada como una de las escritoras
    latinoamericanas más prominentes. Entre estas novelas se
    encuentra una de sus obras más importantes y la primera
    novela que escribió titulada La muñeca menor
    (1979), además de contar con un repertorio de novelas como
    Maldito amor (1987),
    La batalla de las vírgenes (1993) y Vecindarios
    excéntricos (1998). Rosario Ferré también ha
    escrito biografías como Luis
    A. Ferré: Memorias de
    Ponce (1992) y ha escrito suplementos para periódicos como
    se puede ver en su obra De la introspección al
    interlocutor: Las mujeres en primera (1976) y La brujería
    en la literatura puertorriqueña (1988).

    Desde que Ferré empezó a escribir en 1970,
    ha querido fomentar la participación de mujeres en el
    campo literario. Rosario Ferré enfoca los mismos temas en
    sus cuentos infantiles que en sus cuentos para adultos: problemas de
    reformas sociales y políticas.
    Por esto en todas sus obras encontramos su denuncia sobre la
    situación que vive la mujer en la
    sociedad
    puertorriqueña, la explotación sexual y
    económica, la colonización o el intento de
    colonización cultural. En la escritura de
    Rosario Ferré se puede ver como la búsqueda de la
    identidad
    propia como mujer y
    puertorriqueña maneja la acción de sus
    obras.

    El estilo de Rosario Ferré se basa en la
    pluralidad, unidad fragmentada, equilibrio
    entre el pasado y el presente, el humanismo, la
    intertextualizacion y la ambigüedad en su propia obra
    literaria. Además, su pericia con el doble irónico
    es una nota distintiva de su obra. En fin, Rosario Ferré
    puede muchas veces ser catalogada como una feminista que utiliza
    su escritura para
    defender una postura que va en contra de todos los
    críticos literarios masculinos. Por esto Ferré no
    esta de acuerdo con otros críticos literarios (hombres o
    mujeres) en cuanto a la diferencia entre la escritura femenina y
    la escritura masculina. Gran parte de estos críticos creen
    que no hay similitudes entre las dos escrituras y que por tal
    razón deben ser analizadas de distintas maneras. Por esto
    dijo Ferré en el 1982:

    "…no existe un estilo femenino, diferente al de los
    hombres, porque la literatura, como lenguaje y
    como forma, no tiene sexo.. a temas
    que la obseden… la literatura femenina es mucho más
    subversiva que la literatura delos hombres, porque a menudo se
    atreve a bucear en zonas prohibidas, vecinas a lo irracional, a
    la locura, al amor o a
    la muerte;
    zonas que en nuestra sociedad
    racional, productiva y utilitaria resulta peligroso reconocer que
    existen" (1)

    De los ensayos de Ferré nace su propia teoría
    de la critica literaria, la cual es una mezcla de sus ideas y de
    las sugerencias de otras feministas. Su teoría incluye
    varios puntos entre los que se destacan los
    siguientes:

    • La literatura feminista representa una
      búsqueda de identidad
      dentro de los limites del mundo androcéntrico y
      patriarcal en el cual los hombres las doman y las subyugan como
      peones en una sociedad feudal. Esta búsqueda puede ser
      personal e
      individual o puede ser colectiva, todo depende del enfoque de
      al autora.
    • La estructura y
      el estilo no cambian de un autor a otro a causa de su sexo;
      cambian a causa del enfoque que cada escritor trae al texto que
      crea. Pueden variar entre un texto y otro
      dentro del cuerpo de obra del mismo autor.
    • Los temas de la literatura feminista se basan en las
      experiencias de la escritora. Estas emociones y de
      la psique de la escritora. El tema representa la única
      diferencia entre la escritura femenina o feminista y la
      masculina.
    • Los críticos literarios no deben analizar la
      literatura feminista o femenina de una manera distinta a la de
      los hombres. Toda literatura debe ser analizada a base de unas
      medidas generales y objetivas para poder determinar su belleza
      estética y su valor
      intrínseco; el sexo del autor no tiene nada que ver con
      el valor de la
      obra. (2)

    Rosario Ferré ha recibido varios premios entre
    los que se encuentra el Premio del Ateneo Puertorriqueño
    por Papeles de Pandora (1976), el premio Liberatur Prix en la
    Feria Internacional del Libro en
    Frankfort por Maldito Amor (1992) y fue finalista del National
    Book Award por The House in the Lagoon.

    Por esto en el 1993 Rosario Ferré aparece con La
    Batalla de las Vírgenes, una novela-estudio religioso
    interesantísimo del culto católico
    puertorriqueño, una obra malamente recibida por los
    críticos literarios puertorriqueños, pero una obra
    magistral e importante a la totalidad de la obra de
    Ferré.

    3. Estilo de Rosario
    Ferré en
    la novela "La
    Batalla de las Vírgenes"

    En La Batalla de las Vírgenes, Ferré nos
    presenta una subversión de todos los códigos
    lingüísticos, culturales, históricos y
    religiosos. Se puede decir que lo que tenemos en este texto es
    una "in-versión" del pensamiento de
    la liberación. La versión propuesta en
    Medellín que establece el diálogo
    con escritores "ajeno a toda preocupación moralizante o
    confesional, en actitud de
    profundo respeto a la
    libertad
    creadora"(3), se presenta totalmente invertida, y hasta
    subvertida en el texto de Ferré.

    En el desarrollo del
    proceso
    narrativo, Ferré emplea una mezcla de voces y de textos:
    así, por ejemplo, la narración lineal empieza con
    la llegada de la protagonista a Puerto Rico (después de
    una ausencia de seis años) y se desarrolla durante un
    período de unos seis meses. El tiempo está bien
    marcado con fechas en el diario del párroco y fechas de
    los artículos en el
    periódico. Dentro de esta cronología, hay
    artículos escritos por la protagonista; hay cartas del
    párroco a sus superiores en Oviedo: hay cartas de
    éstos al párroco; y hay el diario del
    párroco. Además, Ferré mezcla pensamientos
    de los personajes (lo que no se dice) dentro del diálogo
    (lo que se dice). Como todo el texto posmoderno (el rechazo de la
    ficción mimética tradicional, favoreciendo en su
    lugar el sentido del artificio y la intuición de verdad
    absoluta y reforzando al mismo tiempo la
    ‘ficcionalidad’ de la ficción) , La Batalla de
    las Vírgenes no tiene un centro narrativo que pueda guiar
    al lector. Se pueden resumir los puntos claves establecidos por
    Ferré: A) un replanteo de la problemática
    puertorriqueña; B) una toma de conciencia del
    estado de
    opresión de los grupos de la
    periferia –el párroco, los pobres, los drogadictos, los
    empleados–, tanto como el de los grupos del "centro" –el
    arzobispo, las damas devotas, los "hijosdealgo"; C) una respuesta
    al pensamiento
    occidental en diálogo primero con las cartas del
    párroco a sus superiores en España, y
    luego en confrontación a dicho pensamiento durante la
    batalla final entre todas las vírgenes.

    Para asegurarse de un texto sin un centro fijo,
    Ferré nos presenta una realidad narrativa invertida: Todo
    lo que parece ser no lo es. Esta técnica se observa, por
    ejemplo, en los nombres y en el desarrollo de
    los personajes. La protagonista, Mariana, no es devota a la
    Virgen como lo son los "marianos". Mariana "tenía un sano
    descreimiento de todo suceso que atentara contra las leyes de la
    naturaleza,
    fuese éste de orden mágico o religioso".(4)
    También contrario a los marianos, Mariana empezó a
    cuestionar la opresión pedagógica que sufrió
    en sus estudios, "se aburría porque los maestros eran
    malos y enseñaban a la antigua. Obligaban a las alumnas a
    memorizarse todo lo que decía el libro y a repetirlo como
    una cotorra en la clase, sin entender muchas veces lo que estaban
    diciendo".(5) Finalmente, contrario al pensamiento mariano,
    Mariana se da cuenta de que "peregrinar es siempre pasar a lo
    desconocido, salir hacia lo abierto"(6) y con ello empezar a
    entender el contexto de la vida. Sin ello se tiene la fe, que
    para Mariana significa ignorancia. En la persona de
    Mariana, Ferré invierte el marianismo. Mariana, la
    protagonista, no sólo participa en su realidad: ella suele
    controlarla.

    El Padre Ángel Martínez de la Paz es el
    nuevo párroco jesuita que vino de España
    para construir la Basílica de Santa María Invicta
    en el Condado –área económicamente privilegiada en
    San Juan– ya que los jesuitas forman parte de la orden "fundada
    por San Ignacio de Loyola para la conversión de los
    herejes en esferas de influencia y poder".(7) El Padre
    Ángel nos presenta una doble "in-versión:" en su
    nombre, porque no trae paz sino matanza a la isla, y en su
    constante conflicto
    entre el pensamiento de la liberación y el pensamiento
    europeo. Sabe que tiene que construir la Basílica en el
    Condado pero quiere ayudar a los pobres del barrio de Cantera,
    "donde uno puede fácilmente ganarse el cielo. Cantera
    queda irónicamente muy cerca de lo que llaman aquí
    ‘la milla de oro’ de Hato Rey; la manzana de
    edificios más imponentes de la capital, donde
    se encuentran situados casi todos los bancos".(8) Su
    conflicto
    ideológico surge también del hecho de que los
    líderes de Cantera, muchos de los cuales son
    narcotraficantes, le ayudan en su proyecto de
    enseñar a los pobres. Los habitantes del Condado son
    devotos y van a misa pero no quieren ayudarle con dinero. En una
    última "in-version", el Padre le escribe a su hermana (con
    quien tuvo relaciones ilícitas en una "comunidad de
    base" española y que murió hace diez años):
    "Pensé por un momento que ella [Mariana] podría
    sustituirte, que en esta pequeña isla tan lejos de
    Europa y del
    mundo civilizado podía darle para atrás a las
    manecillas del tiempo, recrear a mí alrededor la misma
    existencia paradisíaca e inocente que llevaba a tu
    lado".(9)

    Marcos, el esposo de Mariana forma parte de una familia
    tradicional española. Le molestan los
    puertorriqueños aunque tenía en la isla un buen
    negocio de muebles. "A pesar de ser de familia noble, era un
    esclavo del dinero […]
    cuando pensaba en vender el negocio y quedarse a vivir en
    España, lo que hubiese significado renunciar a la
    ciudadanía norteamericana, se sentía invadido por
    el pánico y no podía siquiera considerarlo".(10)
    Miembro del Opus Dei, Marcos vive entre "la civilización y
    la barbarie" –la problemática que presenta Ferré
    en la persona de Marcos es precisamente la de una
    definición de los conceptos "civilización" y
    "barbarie". La "in-version" de Marcos es Ariel. Ariel, personaje
    idealista, se muestra
    calibánico en acción y en el tratamiento de
    Mariana. Ariel es un artista y revolucionario. Sus piezas de
    teatro forman un
    contra-texto dialógico junto a la narrativa.

    Manolo Covadonga y sus "Alacranes Eléctricos" le
    ayudan al Padre Ángel en el proyecto de
    comunidad de
    base en Cantera. Ellos se convierten, se vuelven los
    "Arcángeles Eléctricos", y pasan a proteger al
    Padre y a Mariana. Durante todo el desarrollo del texto, estos
    personajes se presentan en una doble "in-version". Siguen siendo
    drogadictos y narcotraficantes, pero se visten de blanco y son
    "puros" casi "virginales". Contrastados con los seguidores de
    Amita, que se visten de negro y son abiertamente violentos, los
    Arcángeles parecen buenos.

    Amita es la fundadora de una secta pentecostal que
    amenaza a la iglesia católica en la isla. Ella es mestiza,
    grande y virgen. Tiene un hijo adoptado, Absalón, que se
    convierte en líder
    del grupo cuando
    muere Amita. Durante la misa en el templo de Amita, una orquesta
    toca la música de Pinocchio
    de Walt Disney. Aunque los miembros del templo de Amita se
    presentan de manera obviamente irónica, son ellos los que
    proporcionan ayuda y apoyo a los pobres de la comunidad de
    obreros.

    Otros personajes proporcionan otras "in-versiones"
    textuales y lingüísticas. Matilde, la madre de
    Mariana, se queda muda después de presenciar una
    parición de la Virgen. Muere y deja "gran parte de su
    fortuna a la Iglesia Católica, para que con ella se
    construya una Basílica dedicada ala Virgen […] El nuevo
    Santuario […] estará dedicado a Santa María
    Invicta, para que acudan a venerarla por igual ricos y pobres,
    blancos y negros, sanos y enfermos, y se fomente entre todos la
    convivencia y la paz".(11) El Padre Slavko Barbaric y su
    asistente, Marina Pavlovic acompañan a la Virgen de
    Medjugorje en su viaje a Puerto Rico. Las tías de Mariana,
    son mujeres devotas que van a misa todos los días, pero
    que se preocupan más de sus negocios y
    maltratan a sus criadas que parecen esclavas.

    El texto pone en duda los hechos desarrollados ya que
    algunos parecen ser sueños, ilusiones, alucinaciones. Pero
    todavía más que esta técnica, es con la
    desmitificación de la Virgen, o la problematización
    del concepto
    "virgen", que Ferré logra llegar a la
    contextualización de la problemática.

    La desmitificación de la Virgen empieza en el
    epígrafe de la novela, palabras de Misericordia de Benito
    Pérez Galdós:

    "Al ver salir a la novia tan emperifollada y a las
    señoras y caballeros de su compañía, cayeron
    sobre ellos como nube de langostas, y al padrino le estrujaron el
    gabán y hasta le chafaron el sombrero. Trabajo le
    costó al buen señor sacudirse la terrible plaga, y
    no tuvo más remedio que arrojar un puñado de
    calderilla en medio del patio".(12)

    Con este epígrafe, Ferré empieza el
    cuestionamiento de los rituales superficiales. La "novia
    emperifollada" es la quintaesencia de la virgen y esta imagen de novia
    va a repetirse en cada etapa del desarrollo narrativo. En las
    primeras cinco páginas de la novela, Ferré empieza
    el proceso de
    desmitificación de la Virgen al presentarla al lector
    desde una diversidad de puntos distintos de vista.

    Al llegar a Puerto Rico después de seis
    años fuera, Mariana se fija "en las cadenas cargadas de
    medallas de la Virgen que llevaba colgadas al cuello [el chofer
    de taxi]".(13) Mientras va del aeropuerto hasta su casa en el
    Condado, Mariana se fija también en los anuncios de la
    peregrinación hasta Medjugorje para ver a la Virgen de
    Medjugorje. Esta peregrinación se repite todos los
    años, y las buenas y "devotas" damas del Condado
    participan en ella aunque la Virgen se haya visto también
    en la isla. La Virgen del Pozo, como se la conocía,
    había visitado un barrio muy pobre. Mariana lee en el
    periódico La Prensa sobre la
    Virgen del Pozo y sobre el hecho de que dentro de seis meses
    tendría lugar una peregrinación para celebrar los
    cuarenta años de la primera aparición de la Virgen
    del Pozo. Se entera también de la prohibición del
    Arzobispo de San Juan que promete excomulgar "a todo el que le
    rece a la virgen del Pozo".(14) El arzobispo, junto con otras
    personas oficiales de San Juan, teme que la devoción a la
    Virgen del Pozo la organicen "revolucionarios", subversivos y
    quizás comunistas –los mismos que se atreven a trabajar
    con los pobres y oprimidos.. Mientras el chofer afirma que nadie
    podrá detener el movimiento,
    él dice, "los mexicanos tienen a la Virgen de Guadalupe,
    los dominicanos tienen a la Virgen de Altagracia, los cubanos
    tienen a la Virgen del Cobre, y en
    Puerto Rico tenemos a la virgen del Pozo".(15) El chofer entonces
    le ofrece a Mariana un poco de agua milagrosa
    en una botella que tenía la forma de la Virgen. En el taxi
    había un pequeño altar, "con velas votivas y tapete
    de volantitos de perlé" donde reposaba la imagen de la
    Virgen del Pozo.

    En una "in/sub-version" de los códigos
    lingüísticos, Ferré cambia del español al
    inglés varias veces. Estos cambios
    lingüísticos son comunes en la literatura
    puertorriqueña, pero lo que llama la atención del lector en este caso es el
    mensaje que sale si se leen sólo las palabras en
    inglés: "Like a Virgin; "Spare rib"; "Vanity Fair", The
    Flying Dutchman", "leg ups", "Push-ups"; "panties"; "The Little
    Mermaid"; "cocoon"; "beauty parlor"; "White Linen, by
    Estée Lauder"; "double-breasted": y "marketing".
    Todas son palabras que se pueden emplear en una
    reconstrucción de la palabra virgen. Y si uno se fija en
    la secuencia de las palabras, se va desde "like a Virgin" hasta
    "marketing" en
    un diálogo entre el código
    lingüístico, el código
    cultural y la narrativa misma.

    El proceso narrativo se desarrolla con varios argumentos
    y contra-argumentos como en un debate.
    ¿Qué Virgen es más importante, la que se
    aparece en Yugoslavia y lleva a muchas puertorriqueñas
    devotas a aquel país (aunque con las guerras
    raciales del país, las peregrinaciones han disminuido y
    esta Virgen hace ella misma una peregrinación a Puerto
    Rico), o la Virgen del Pozo, que se apareció treinta y
    tres veces en Puerto Rico en un barrio muy pobre?
    ¿Cuál Virgen es la verdadera, la "extranjera" o la
    puertorriqueña? ¿Cuál de las dos
    Vírgenes va a salvar a los puertorriqueños de todas
    las opresiones que sufren, la que aceptan los jesuitas y la
    iglesia oficial –La Virgen María Invicta cuya
    Basílica se ha planeado en el Condado–, o la que aceptan
    los Arcángeles Eléctricos cuya basílica ya
    obtuvo fondos suficientes con el dinero de
    las drogas?
    ¿Qué dinero debe usar la iglesia para ayudar a los
    puertorriqueños, el dinero
    "limpio" de los habitantes del Condado que son miembros del Opus
    Dei y son los opresores de los pobres en Puerto Rico, o el de los
    narcotraficantes que quieren ayudar a estos mismos pobres? Manolo
    Covadonga dice " "Haz el bien y no mires a quién… Yo soy
    como Robin Hood, me robo de vez en cuando algún Saab o
    algún BMW, lo hago desmontar en piezas y las mando a
    vender a Santo Domingo; pero lo hago para ayudar a mis vecinos a
    vivir mejor".(16) En fin, ¿quiénes son los
    marginados y de qué o de quién? "De hecho, en toda
    sociedad de clases hay distintas maneras de ser marginal; casi
    todos experimentan algún tipo de marginación dado
    que el poder verdadero y el prestigio pertenecen a una reducida
    minoría".(17)

    Mariana dice a Ariel que es "devota a la Virgen", y
    Ariel le pregunta a qué Virgen es devota. Ella contesta,
    "A la Virgen del Pozo, por supuesto".(18) A esto él le
    dice, "pues tengo que confesarte que prefiero a la Virgen de la
    Cueva…".(19) Cuando Mariana le relata al Padre Ángel
    esta conversación, lo hace en el contexto de una
    confesión porque acaba de tener relaciones sexuales con
    Ariel. El Padre Ángel no puede aceptar la doble-inversion
    que se le presenta: Mariana era su amiga y le ayudaba en las
    comunidades; él la apoyó en su proceso de divorcio y le
    salvó la vida cuando Marcos trató de matarla. Para
    el Padre Ángel, ella se había tornado virgen otra
    vez, y ahora … El Padre decide dejar su puesto en Puerto Rico y
    volver a España "civilizada" pero antes va a la
    peregrinación que conmemora cuarenta años desde la
    primera vez que se apareció la Virgen del Pozo en la
    isla.

    Las dos Vírgenes están juntas, la de
    Yugoslavia y la puertorriqueña. Por primera vez, los
    puertorriqueños, ricos y pobres, se encuentran juntos a
    "sus" Vírgenes. Pero cuando la gente del pueblo se da
    cuenta de que la Virgen extranjera viste "un manto […] recamado
    de aguamarinas y otras piedras preciosas",(20) ellos se sienten
    marginados y empiezan a gritar "¡Abajo la Virgen
    extranjera! y ¡arriba la Virgen puertorriqueña!(21)
    Lo que ocurrió entonces no se sabe bien "como dieron luego
    varios testigos en el cuartel de la policía".(22) El Padre
    Ángel salió ileso pero Mariana tuvo que ir al
    hospital.

    El Padre Ángel vuelve a España y con
    él va también José Antonio, el hijo de
    Mariana que ahora va a vivir con su padre. Sin embargo, Mariana
    nos proporciona la última palabra cuando escribe una
    carta al Padre
    Ángel. Confiesa que Ariel tenía razón, "la
    Virgen de la Cueva es la única que existe; es la
    única que vale. Por la cueva de la Virgen es que nos
    hacemos peregrinos por primera vez, es que pasamos al espacio
    real del ser…".(23) La cueva es la prisión y esta
    "prisión es el mundo de la visión: la luz del fuego es
    el sol, la
    ascensión y la visión de cosas más
    allá pueden en realidad ser el progreso ascendiente del
    alma al mundo intelectual".(24)

    Ferré desmitifica a la Virgen durante el proceso
    narrativo que culmina con el proceso judicial del divorcio de
    Mariana y Marcos. Durante el diálogo de los abogados
    –diálogo con reglas establecidas por el "derecho"– el
    Padre Ángel empieza a protestar lo que llama de "vil
    calumnia", y sigue gritando que "el testimonio del agente
    encubierto era parte de una confabulación del ala
    reaccionaria de la Iglesia Católica […] que daba coba a
    las prácticas del Opus Dei […] y que se oponía a
    las prácticas progresistas de la Teología de la
    Liberación […]".(25) El juez le dijo que se callara y el
    diálogo termina.

    En La Batalla de las Vírgenes, Ferré nos
    ofrece un juego de
    inversiones a
    las normas
    establecidas dentro del contexto del pensamiento de la
    liberación y al hacerlo, reconstruye el propio pensamiento
    de liberación. Al desenmascarar la realidad
    histórica del contexto de la identidad
    puertorriqueña, Ferré afirma, "somos un pueblo
    psicológicamente complicado; no somos ni latinos ni
    sajones, sino una mezcla de ambos, un híbrido
    extraño. La influencia norteamericana va sin duda en
    aumento, pareja a una conciencia cada
    vez más aguda de nuestra puertorriqueñidad.(26)
    Además el titulo La batalla de las Vírgenes
    también es un elemento de simbolismo, ya que existe una
    "batalla constante entre las clases
    sociales de Puerto Rico por el control religioso
    del país. Como dice Ana Lidia Vega en su ensayo "Ciudadano
    dios":

    "Peor me parece aun la dudosa ética del
    lambeojismo celestial, al que nos vemos reducidos los
    terrícolas cuando ansiamos arrancarle uno que otro
    favorcito al Jefe. Para ello, no basta con hincarse, ponerse
    cilicios y darse tremendos burrunazos en el pecho.[…] El miedo
    al castigo no es sino la otra cara del lambeojismo
    celestial."(27)

    Es constante la lucha entre las clases sociales por
    controlar el ámbito religioso de una manera superficial e
    hipócrita.

    4. El fanatismo y la
    pugna religiosa en la novela

    En La Batalla de las Vírgenes se presenta y
    examina los conflictos a
    los que puede llevar el fanatismo religioso de una familia
    puertorriqueña, la cual se ve envuelta en una
    situación trágica a raíz de la visita de uno
    de sus miembros al santuario de la Virgen de Mejugorje en
    Yugoslavia. Las apariciones de la virgen se multiplican por toda
    la isla y alcanzan su apoteosis en el Santuario de la Virgen del
    Pozo de Sabana Grande. Además la secta de la Diosa Amita,
    prolifera con asombrosa celeridad, pero los problemas
    sociales quedan sin resolver mientras el fanatismo exacerba
    el contraste entre las clases sociales. Esta novela intenta ser
    una radiografía de una sociedad, obsesionada por los ritos
    externos que ha olvidado el verdadero sentido de la caridad
    cristiana y plantea un estado de cosas que se dan tanto en Puerto
    Rico, como en otras islas del Caribe.

    5. El fanatismo como
    elemento social

    Sí es cierto que, en la actualidad, y sobre todo
    en los EE.UU. y en algunos países sudamericanos – no tanto
    en Europa – desde
    mediados del siglo XX se ha producido una proliferación de
    sectas religiosas – más o menos, seudo-cristianas o que se
    llaman así – y que en realidad, no son más que
    organizaciones
    montadas por algunos individuos muy listos, para ganar dinero a
    costa de la credibilidad de unas cuantas personas necesitadas de
    creer en algo. Y eso, en el mejor de los casos, porque algunas
    han tenido resultados funestos, con masacres en masa, sacrificios
    rituales, etc. Esa es naturalmente, una muestra de
    fanatismo religioso que, desgraciadamente, se está dando
    no sólo entre Cristianos, sino entre Musulmanes e
    Hindúes. Ese fanatismo, que en algunos casos, se llama
    Fundamentalismo, viene siempre dado, como digo, por la credulidad
    de unos muchos y por la injusticia en la que vive inmersa – como
    siempre – la mayor parte de la Humanidad. Pero, no podemos
    olvidar, que esos sentimientos de injusticia, de resentimiento,
    de odio feroz, a veces, vienen alentados por unos cuantos pocos
    que, los aprovechan y aprovechan también la ignorancia de
    las masas, para exacerbarlos, haciéndoles – como se dice –
    comulgar con piedras de molino.
    Un ejemplo más contundente se puede ver es el de la
    revolución
    Iraní, del Ayatolá Jomeini, que consiguió
    cargar con varios millones de muertos entre iraníes e
    iraquíes, a sus espaldas, esgrimiendo la espada de fuego
    de un Allah inexistente, puesto que Allah, o Dios, no predica la
    muerte sino la
    vida. Un reciente ejemplo, también se puede ver con los
    Talibanes de Afganistán, destruyendo unos monumentos
    budistas milenarios, por hacer ver a sus seguidores que ellos son
    los que siguen la verdadera religión y, claro,
    demostrar su fuerza.
    Pero esto tampoco es nuevo. Una muestra de fanatismo medieval se
    puede ver en Las Cruzadas. Por el fanatismo de un monje
    francés, que supo convulsionar a las masas, unos pobres
    infelices murieron en nombre de un Dios luchando contra otros
    infelices que luchaban en nombre del mismo Dios, pero al que,
    como hablaban árabe, le llamaban Allah. Salta pues a la
    vista que eso no tiene nada que ver con las religiones tal como deben
    entenderse, ya que todas – al menos las monoteístas –
    predican el amor a
    nuestros semejantes y esto es algo que con el fanatismo se
    tegisversa y se dirige hacia otras direcciones, ya sea la
    violencia o la
    imposición de una religión a la fuerza.

    Recientemente la pugna religiosa en Puerto Rico se
    intensifico ya que la Iglesia Católica, distinta de otros
    sistemas de
    gobierno
    políticos o institucionales, no es una democracia
    ni pretende serlo. La Iglesia se rige por un sistema de
    gobierno
    jerárquico que, en muchas ocasiones ha dado buen
    resultado. En la base del ejercicio de su autoridad
    sobre los fieles está el concepto de
    servicio: "No
    he venido a ser servido, sino a servir", nos dice el mismo
    Jesucristo.

    La pugna religiosa en Puerto Rico

    Sería injusto, falso y absurdo decir que los
    Obispos de Puerto Rico no quieren que los católicos no
    sean devotos de la Virgen. Toda devoción mariana debe ser
    sana, balanceada y en consonancia con la doctrina de la Iglesia.
    Lo que aquí se debate es otro
    asunto.

    Los "Devotos de la Virgen del Pozo" son una
    agrupación que basa sus actividades y estilo de
    espiritualidad sobre unas supuestas o alegadas apariciones y
    mensajes de la Virgen dadas en la década de los '50 a tres
    niños
    en un barrio de Sabana Grande. La autoridad
    legítima de la Iglesia (los Obispos) ha determinado que
    estas apariciones nunca ocurrieron, por consiguiente no ha habido
    ningún mensaje especial del Cielo. Cabe mencionar que, en
    las apariciones que la Iglesia ha aprobado, tales como
    Fátima y Lourdes, los mensajes de la Virgen en nada
    añaden al depósito de la fe y Revelación de
    Nuestro Señor Jesucristo. Es decir, el contenido
    fundamental de la fe ya lo encontramos en la Revelación:
    escrita y oral, terminada con la muerte del
    apóstol (San Juan). Hay muchos católicos
    prácticos que no creen en estas apariciones antes
    mencionadas y esto no les hace ni más ni menos
    católicos. Los mensajes marianos no son necesarios ni
    esenciales para la salvación.

    En todo el proceso de relación entre los
    líderes del Pozo y los Obispos de Puerto Rico, creo que
    ambas partes han cometido una serie de errores que no aporta nada
    al diálogo y comunicación de las partes. Entre tanto, el
    pueblo católico se encuentra dividido y confundido sin
    saber a quién creer. Si en algo puedo aportar a este
    asunto, creo que lo correcto en estos momentos es tener mucha paz
    y espíritu de comunión eclesial. Los Obispos son
    nuestros líderes legítimos en la Iglesia, y
    están en comunión con el Obispo de Roma, el Papa.
    Ellos son los que tienen la responsabilidad ante Dios y la Iglesia de ser
    pastores del Pueblo de Dios en Puerto Rico. ¿Que lo pueden
    hacen mejor?… Sí, sin duda. Todos podemos ser mejores
    cristianos de igual modo.

    Me apena decirlo, pero creo que los líderes del
    Pozo han manipulado a muchas personas, han manipulado la buena
    voluntad de la gente, han manipulado a sacerdotes que
    tenían el sincero deseo de ayudarles, inclusive ahora
    quieren manipular las decisiones del Arzobispo de San Juan,
    diciendo que no ha sido imparcial y solo ha continuado el mismo
    camino del Cardenal Luis Aponte Martínez.

    A esto se añade el proyecto multimillonario de la
    Ciudad Mística que introduce el elemento del dinero en
    todo este asunto. Obviamente, el éxito
    de este proyecto está íntimamente ligado a la
    veracidad de las "apariciones" en Sabana Grande, y harán
    todo lo posible por defenderlas. Los líderes de la
    Asociación del Pozo y de la Ciudad Mística
    deberían recapacitar y meditar bien, en comunión
    sana con la Iglesia de Cristo, si esto es verdaderamente lo que
    Dios quiere para nosotros o si son meros caprichos comerciales.
    Lo curioso de los seguidores de la Virgen del Pozo es que tienen
    muchas características de las asociaciones
    sectarias.

    6. Autores que desarrollan
    el tema de la crítica religiosa

    Además de Rosario Ferré varios escritores
    han desarrollado el tema de la critica y sátira religiosa.
    Entre estos escritores se encuentran Benito Pérez
    Galdós con su obra "Misericordia" en la cual critica la
    visión incorrecta de los ritos y tradiciones religiosas
    antiguas. Otra escritora que ha desarrollado el tema de la
    critica religiosa es Ana Lydia Vega con su libro "Vírgenes
    y mártires" y su ensayo "Ciudadano Dios" en el cual
    enfatiza y critica todo tipo de relación buscado entre los
    sucesos humanos circunstanciales y las "fuerzas divinas". Como
    dice en su ensayo:

    "En este fin de siglo turbulento, la intervención
    de lo religioso en la vida civil llega a veces a extremos
    insoportables. La manía de las dichosas invocaciones, por
    ejemplo, parece haberse posesionado de todos los organizadores de
    actividades publicas.[…]alguien le atribuye por adelantado el
    propósito y el resultado de los trabajos humanos a la
    voluntad de un lejano e indiferente dios."(28)

    Otros autores que desarrollan este tema son: Gustavo
    Gutierrez con "Teologia de la
    liberación", Antulio Parrilla, el padre Freixedo con "Mi
    Iglesia duerme" y Ana Lidia Vega con su ensayo "Ciudadano dios" y
    "Puertorrican síndrome o cosas extrañas
    veredes".

    En conclusión podríamos comparar el
    fanatismo y la pugna religiosa con el opio de las religiones. El opio es una
    droga que
    destruye lentamente el organismo humano, así mismo el
    fanatismo y la pugna existente en cada religión destruye
    las bases y los fundamentos de sus creencias. La pugna religiosa
    es tan común entre los feligreses de las religiones que
    tiende a dividir las religiones en sectores que defienden
    posiciones diferentes. Por esto puedo finalizar este trabajo
    monográfico afirmando lo que he expresado a través
    de todo el trabajo; el
    fanatismo y la pugna religiosa en Puerto Rico ha sido, es y
    seguirá siendo uno de los problemas fundamentales que
    afecta el buen funcionamiento de la sociedad y de las relaciones
    entre los puertorriqueños. Mientras sigan surgiendo sectas
    y grupos devotos de cualquier cosa que se aparezca van a haber
    fanáticos y van a haber problemas y pugna entre los
    feligreses activos de cada
    una de las religiones.

    7.
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    Autor:

    William Javier Soto De León



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