Indice
1.
Introducción
2. Vida y obra de Rosario
Ferré
3. Estilo de Rosario Ferré en la
novela "La Batalla de las Vírgenes"
4. El fanatismo y la pugna religiosa en
la novela
5. El fanatismo como elemento
social
6. Autores que desarrollan el tema de la
crítica religiosa
7.
Bibliografía
Un fanático es alguien que no puede cambiar de
mentalidad y no quiere cambiar de tema.
-Winston Churchill
En el siguiente trabajo monográfico expondré varios
elementos del fanatismo y la pugna religiosa en Puerto Rico. El
fanático es la persona que
defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento, creencias u
opiniones, sobre todo religiosas o políticas
y que siempre esta preocupado o entusiasmado ciegamente por una
cosa. Así el fanatismo es la acción del
fanático hacia una idea convertida en un ideal. El
fanatismo y la pugna religiosa se ve claramente en la novela que voy
a analizar y a la vez entrelazar con el tema que es La Batalla de
las Vírgenes de la escritora puertorriqueña Rosario
Ferré.
En nuestro tiempo aparecen
con fuerza
sentimientos y tradiciones religiosas que pueden haber sido
enterradas por la historia y por el progreso,
pero aún con la influencia de estos elementos se pueden
observar características religiosas que llevan al
fanatismo y a la pugna religiosa entre la Iglesia y los
feligreses y hasta entre los mismos feligreses. En primer lugar
habría que preguntarse las razones que nos mueven hoy a
analizar las relaciones que pueden existir entre religión y fanatismo
y el interés
creciente por este tema, reflejado a diario en unos medios de
comunicación que expresan –y al mismo tiempo
actualizan– el repertorio de las imágenes
del fanatismo colectivo, sus causas y efectos, sus problemas y
sus soluciones,
sus figuras y lugares de encuentro.
Hoy tiene mucho interés
analizar las relaciones entre fanatismo e ideología, o entre fanatismo y poder, ya que
pueden tratarse de una manera parecida. Por ejemplo,
podríamos analizar las consecuencias de la pugna entre las
dos concepciones "modernas"; la Iglesia y los
feligreses. La Iglesia impone unas cláusulas para el culto
y los feligreses utilizan otros medios en los
cuales basar su fe. Por esto el fanatismo y la pugna religiosa
existente en Puerto Rico
tiende a ser una pugna entre la Iglesia central y los grupos de
feligreses que siguen un ideal a base de sus creencias y
vivencias. También, el elemento de la pugna religiosa se
ve reflejado entre la burguesía y las clases media y
pobre.
2. Vida y obra de Rosario
Ferré
Al ser Rosario Ferré parte de una clase alta
utiliza este elemento para poder expresar
plenamente la lucha existente entre las clases
sociales de Puerto Rico sobre
los temas religiosos. Rosario Ferré es una novelista,
poeta, cuentista, ensayista y crítica literaria que
promulga una teoría
literaria que rechaza todas la ideas y criticas sobre la literatura femenina de los
70. Nace Rosario Ferré en Ponce, Puerto Rico, en 1938,
hija de doña Lorenza Ramírez de
Arrellano y el industrialista y exgobernador de Puerto Rico, don
Luis Antonio Ferré Aguayo. Recibió su licenciatura
en inglés
y francés de Manhattanville College, una universidad
privada del estado de
Nueva York.
Luego ganó su maestría en literatura latinoamericana
por la Universidad de
Puerto Rico, recinto de Río Piedras, y finalmente
defendió su tesis doctoral
titulada "La filiación romántica de los cuentos de
Julio
Cortázar" en la Universidad de Maryland, recinto de
College Park. Ferré madura en el seno de una familia
privilegiada aunque no rica; ella y su hermano estudiaron en
escuelas privadas y sus padres enviaron a los dos a universidades
estadounidenses para que sus hijos aprendieran a hablar inglés
como nativos. Al terminar su licenciatura, Ferré se
casó con su primer esposo, el comerciante Benigno Trigo
González, pero se divorciaron después de mas de una
década de matrimonio; es
madre de tres hijos de esta unión: Rosario Lorenza,
Benigno y Luis Alfredo.
Durante la época que estudiaba en el Departamento
de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico,
conoció al segundo esposo, el inminente profesor de
literatura latinoamericana y autor mexicano José Aguilar
Mora. El segundo casamiento también terminó en
divorcio
después de solo unos años. En esta época
Ferré estudiaba en la Universidad de Maryland y
vivía en la capital
estadounidense. Es allí donde encontró su
autoidentidad, como crítica literaria, como cuentista y
como mujer, y
conoció al tercer marido, el premiado arquitecto
puertorriqueño Agustín Costa Quintano. Ferré
volvió a vivir en la isla con Costa Quintano donde reside
hoy día y participa activamente en varias actividades
artísticas, profesionales y sociales.
Crea en varios géneros
literarios-el cuento, la
novela, la
poesía
y el ensayo– y
siempre escribe de su Puerto Rico amado. Es puertorriqueña
desde el fondo de su corazón y
de su alma. Entre los cuentos que ha
escrito se destacan Papeles de Pandora (1976), Medio Pollito
(1977), Sitio a Eros (1980), Los cuentos de Juan Bobo (1981),
Fábulas
de la garza desangrada (1982), Sonatinas (1989) y La cucarachita
Martina (1990). Además, entre las otras formas de
literatura se destacan una serie de ensayos como
Zona de carga y descarga (1972), La mujer y la
autenticidad en el arte (1979), El
exilio interior de los escritores puertorriqueños (1980),
El general si tiene quien le escriba (1989), su ensayo
autobiográfico Escribo porque necesito ser autora de mi
propia vida (1990), Las dos Venecias (1990), El coloquio de las
perras (1990) y su más reciente libro de
ensayos A la
sombra de tu nombre (2001). La forma peculiar de Rosario
Ferré llega al extremo de escribir también en
inglés con The youngest Doll (1991, versión de su
primera novela La
muñeca menor), House on the Lagoon (novela del 1995),
Puerto Rican Literature: A Decade in Review (ensayo en el
1981), On Love and Politics (ensayo del 1987), Literature and
Identity in Puerto Rico Today (ensayo en el 1989) y su
ensayo-crítica Religous Sects and the Apocalypse (1994).
Como si fuera poco Rosario Ferré ha escrito novelas que la
han hecho ser catalogada como una de las escritoras
latinoamericanas más prominentes. Entre estas novelas se
encuentra una de sus obras más importantes y la primera
novela que escribió titulada La muñeca menor
(1979), además de contar con un repertorio de novelas como
Maldito amor (1987),
La batalla de las vírgenes (1993) y Vecindarios
excéntricos (1998). Rosario Ferré también ha
escrito biografías como Luis
A. Ferré: Memorias de
Ponce (1992) y ha escrito suplementos para periódicos como
se puede ver en su obra De la introspección al
interlocutor: Las mujeres en primera (1976) y La brujería
en la literatura puertorriqueña (1988).
Desde que Ferré empezó a escribir en 1970,
ha querido fomentar la participación de mujeres en el
campo literario. Rosario Ferré enfoca los mismos temas en
sus cuentos infantiles que en sus cuentos para adultos: problemas de
reformas sociales y políticas.
Por esto en todas sus obras encontramos su denuncia sobre la
situación que vive la mujer en la
sociedad
puertorriqueña, la explotación sexual y
económica, la colonización o el intento de
colonización cultural. En la escritura de
Rosario Ferré se puede ver como la búsqueda de la
identidad
propia como mujer y
puertorriqueña maneja la acción de sus
obras.
El estilo de Rosario Ferré se basa en la
pluralidad, unidad fragmentada, equilibrio
entre el pasado y el presente, el humanismo, la
intertextualizacion y la ambigüedad en su propia obra
literaria. Además, su pericia con el doble irónico
es una nota distintiva de su obra. En fin, Rosario Ferré
puede muchas veces ser catalogada como una feminista que utiliza
su escritura para
defender una postura que va en contra de todos los
críticos literarios masculinos. Por esto Ferré no
esta de acuerdo con otros críticos literarios (hombres o
mujeres) en cuanto a la diferencia entre la escritura femenina y
la escritura masculina. Gran parte de estos críticos creen
que no hay similitudes entre las dos escrituras y que por tal
razón deben ser analizadas de distintas maneras. Por esto
dijo Ferré en el 1982:
"…no existe un estilo femenino, diferente al de los
hombres, porque la literatura, como lenguaje y
como forma, no tiene sexo.. a temas
que la obseden… la literatura femenina es mucho más
subversiva que la literatura delos hombres, porque a menudo se
atreve a bucear en zonas prohibidas, vecinas a lo irracional, a
la locura, al amor o a
la muerte;
zonas que en nuestra sociedad
racional, productiva y utilitaria resulta peligroso reconocer que
existen" (1)
De los ensayos de Ferré nace su propia teoría
de la critica literaria, la cual es una mezcla de sus ideas y de
las sugerencias de otras feministas. Su teoría incluye
varios puntos entre los que se destacan los
siguientes:
- La literatura feminista representa una
búsqueda de identidad
dentro de los limites del mundo androcéntrico y
patriarcal en el cual los hombres las doman y las subyugan como
peones en una sociedad feudal. Esta búsqueda puede ser
personal e
individual o puede ser colectiva, todo depende del enfoque de
al autora. - La estructura y
el estilo no cambian de un autor a otro a causa de su sexo;
cambian a causa del enfoque que cada escritor trae al texto que
crea. Pueden variar entre un texto y otro
dentro del cuerpo de obra del mismo autor. - Los temas de la literatura feminista se basan en las
experiencias de la escritora. Estas emociones y de
la psique de la escritora. El tema representa la única
diferencia entre la escritura femenina o feminista y la
masculina. - Los críticos literarios no deben analizar la
literatura feminista o femenina de una manera distinta a la de
los hombres. Toda literatura debe ser analizada a base de unas
medidas generales y objetivas para poder determinar su belleza
estética y su valor
intrínseco; el sexo del autor no tiene nada que ver con
el valor de la
obra. (2)
Rosario Ferré ha recibido varios premios entre
los que se encuentra el Premio del Ateneo Puertorriqueño
por Papeles de Pandora (1976), el premio Liberatur Prix en la
Feria Internacional del Libro en
Frankfort por Maldito Amor (1992) y fue finalista del National
Book Award por The House in the Lagoon.
Por esto en el 1993 Rosario Ferré aparece con La
Batalla de las Vírgenes, una novela-estudio religioso
interesantísimo del culto católico
puertorriqueño, una obra malamente recibida por los
críticos literarios puertorriqueños, pero una obra
magistral e importante a la totalidad de la obra de
Ferré.
3. Estilo de Rosario
Ferré en la novela "La
Batalla de las Vírgenes"
En La Batalla de las Vírgenes, Ferré nos
presenta una subversión de todos los códigos
lingüísticos, culturales, históricos y
religiosos. Se puede decir que lo que tenemos en este texto es
una "in-versión" del pensamiento de
la liberación. La versión propuesta en
Medellín que establece el diálogo
con escritores "ajeno a toda preocupación moralizante o
confesional, en actitud de
profundo respeto a la
libertad
creadora"(3), se presenta totalmente invertida, y hasta
subvertida en el texto de Ferré.
En el desarrollo del
proceso
narrativo, Ferré emplea una mezcla de voces y de textos:
así, por ejemplo, la narración lineal empieza con
la llegada de la protagonista a Puerto Rico (después de
una ausencia de seis años) y se desarrolla durante un
período de unos seis meses. El tiempo está bien
marcado con fechas en el diario del párroco y fechas de
los artículos en el
periódico. Dentro de esta cronología, hay
artículos escritos por la protagonista; hay cartas del
párroco a sus superiores en Oviedo: hay cartas de
éstos al párroco; y hay el diario del
párroco. Además, Ferré mezcla pensamientos
de los personajes (lo que no se dice) dentro del diálogo
(lo que se dice). Como todo el texto posmoderno (el rechazo de la
ficción mimética tradicional, favoreciendo en su
lugar el sentido del artificio y la intuición de verdad
absoluta y reforzando al mismo tiempo la
‘ficcionalidad’ de la ficción) , La Batalla de
las Vírgenes no tiene un centro narrativo que pueda guiar
al lector. Se pueden resumir los puntos claves establecidos por
Ferré: A) un replanteo de la problemática
puertorriqueña; B) una toma de conciencia del
estado de
opresión de los grupos de la
periferia –el párroco, los pobres, los drogadictos, los
empleados–, tanto como el de los grupos del "centro" –el
arzobispo, las damas devotas, los "hijosdealgo"; C) una respuesta
al pensamiento
occidental en diálogo primero con las cartas del
párroco a sus superiores en España, y
luego en confrontación a dicho pensamiento durante la
batalla final entre todas las vírgenes.
Para asegurarse de un texto sin un centro fijo,
Ferré nos presenta una realidad narrativa invertida: Todo
lo que parece ser no lo es. Esta técnica se observa, por
ejemplo, en los nombres y en el desarrollo de
los personajes. La protagonista, Mariana, no es devota a la
Virgen como lo son los "marianos". Mariana "tenía un sano
descreimiento de todo suceso que atentara contra las leyes de la
naturaleza,
fuese éste de orden mágico o religioso".(4)
También contrario a los marianos, Mariana empezó a
cuestionar la opresión pedagógica que sufrió
en sus estudios, "se aburría porque los maestros eran
malos y enseñaban a la antigua. Obligaban a las alumnas a
memorizarse todo lo que decía el libro y a repetirlo como
una cotorra en la clase, sin entender muchas veces lo que estaban
diciendo".(5) Finalmente, contrario al pensamiento mariano,
Mariana se da cuenta de que "peregrinar es siempre pasar a lo
desconocido, salir hacia lo abierto"(6) y con ello empezar a
entender el contexto de la vida. Sin ello se tiene la fe, que
para Mariana significa ignorancia. En la persona de
Mariana, Ferré invierte el marianismo. Mariana, la
protagonista, no sólo participa en su realidad: ella suele
controlarla.
El Padre Ángel Martínez de la Paz es el
nuevo párroco jesuita que vino de España
para construir la Basílica de Santa María Invicta
en el Condado –área económicamente privilegiada en
San Juan– ya que los jesuitas forman parte de la orden "fundada
por San Ignacio de Loyola para la conversión de los
herejes en esferas de influencia y poder".(7) El Padre
Ángel nos presenta una doble "in-versión:" en su
nombre, porque no trae paz sino matanza a la isla, y en su
constante conflicto
entre el pensamiento de la liberación y el pensamiento
europeo. Sabe que tiene que construir la Basílica en el
Condado pero quiere ayudar a los pobres del barrio de Cantera,
"donde uno puede fácilmente ganarse el cielo. Cantera
queda irónicamente muy cerca de lo que llaman aquí
‘la milla de oro’ de Hato Rey; la manzana de
edificios más imponentes de la capital, donde
se encuentran situados casi todos los bancos".(8) Su
conflicto
ideológico surge también del hecho de que los
líderes de Cantera, muchos de los cuales son
narcotraficantes, le ayudan en su proyecto de
enseñar a los pobres. Los habitantes del Condado son
devotos y van a misa pero no quieren ayudarle con dinero. En una
última "in-version", el Padre le escribe a su hermana (con
quien tuvo relaciones ilícitas en una "comunidad de
base" española y que murió hace diez años):
"Pensé por un momento que ella [Mariana] podría
sustituirte, que en esta pequeña isla tan lejos de
Europa y del
mundo civilizado podía darle para atrás a las
manecillas del tiempo, recrear a mí alrededor la misma
existencia paradisíaca e inocente que llevaba a tu
lado".(9)
Marcos, el esposo de Mariana forma parte de una familia
tradicional española. Le molestan los
puertorriqueños aunque tenía en la isla un buen
negocio de muebles. "A pesar de ser de familia noble, era un
esclavo del dinero […]
cuando pensaba en vender el negocio y quedarse a vivir en
España, lo que hubiese significado renunciar a la
ciudadanía norteamericana, se sentía invadido por
el pánico y no podía siquiera considerarlo".(10)
Miembro del Opus Dei, Marcos vive entre "la civilización y
la barbarie" –la problemática que presenta Ferré
en la persona de Marcos es precisamente la de una
definición de los conceptos "civilización" y
"barbarie". La "in-version" de Marcos es Ariel. Ariel, personaje
idealista, se muestra
calibánico en acción y en el tratamiento de
Mariana. Ariel es un artista y revolucionario. Sus piezas de
teatro forman un
contra-texto dialógico junto a la narrativa.
Manolo Covadonga y sus "Alacranes Eléctricos" le
ayudan al Padre Ángel en el proyecto de
comunidad de
base en Cantera. Ellos se convierten, se vuelven los
"Arcángeles Eléctricos", y pasan a proteger al
Padre y a Mariana. Durante todo el desarrollo del texto, estos
personajes se presentan en una doble "in-version". Siguen siendo
drogadictos y narcotraficantes, pero se visten de blanco y son
"puros" casi "virginales". Contrastados con los seguidores de
Amita, que se visten de negro y son abiertamente violentos, los
Arcángeles parecen buenos.
Amita es la fundadora de una secta pentecostal que
amenaza a la iglesia católica en la isla. Ella es mestiza,
grande y virgen. Tiene un hijo adoptado, Absalón, que se
convierte en líder
del grupo cuando
muere Amita. Durante la misa en el templo de Amita, una orquesta
toca la música de Pinocchio
de Walt Disney. Aunque los miembros del templo de Amita se
presentan de manera obviamente irónica, son ellos los que
proporcionan ayuda y apoyo a los pobres de la comunidad de
obreros.
Otros personajes proporcionan otras "in-versiones"
textuales y lingüísticas. Matilde, la madre de
Mariana, se queda muda después de presenciar una
parición de la Virgen. Muere y deja "gran parte de su
fortuna a la Iglesia Católica, para que con ella se
construya una Basílica dedicada ala Virgen […] El nuevo
Santuario […] estará dedicado a Santa María
Invicta, para que acudan a venerarla por igual ricos y pobres,
blancos y negros, sanos y enfermos, y se fomente entre todos la
convivencia y la paz".(11) El Padre Slavko Barbaric y su
asistente, Marina Pavlovic acompañan a la Virgen de
Medjugorje en su viaje a Puerto Rico. Las tías de Mariana,
son mujeres devotas que van a misa todos los días, pero
que se preocupan más de sus negocios y
maltratan a sus criadas que parecen esclavas.
El texto pone en duda los hechos desarrollados ya que
algunos parecen ser sueños, ilusiones, alucinaciones. Pero
todavía más que esta técnica, es con la
desmitificación de la Virgen, o la problematización
del concepto
"virgen", que Ferré logra llegar a la
contextualización de la problemática.
La desmitificación de la Virgen empieza en el
epígrafe de la novela, palabras de Misericordia de Benito
Pérez Galdós:
"Al ver salir a la novia tan emperifollada y a las
señoras y caballeros de su compañía, cayeron
sobre ellos como nube de langostas, y al padrino le estrujaron el
gabán y hasta le chafaron el sombrero. Trabajo le
costó al buen señor sacudirse la terrible plaga, y
no tuvo más remedio que arrojar un puñado de
calderilla en medio del patio".(12)
Con este epígrafe, Ferré empieza el
cuestionamiento de los rituales superficiales. La "novia
emperifollada" es la quintaesencia de la virgen y esta imagen de novia
va a repetirse en cada etapa del desarrollo narrativo. En las
primeras cinco páginas de la novela, Ferré empieza
el proceso de
desmitificación de la Virgen al presentarla al lector
desde una diversidad de puntos distintos de vista.
Al llegar a Puerto Rico después de seis
años fuera, Mariana se fija "en las cadenas cargadas de
medallas de la Virgen que llevaba colgadas al cuello [el chofer
de taxi]".(13) Mientras va del aeropuerto hasta su casa en el
Condado, Mariana se fija también en los anuncios de la
peregrinación hasta Medjugorje para ver a la Virgen de
Medjugorje. Esta peregrinación se repite todos los
años, y las buenas y "devotas" damas del Condado
participan en ella aunque la Virgen se haya visto también
en la isla. La Virgen del Pozo, como se la conocía,
había visitado un barrio muy pobre. Mariana lee en el
periódico La Prensa sobre la
Virgen del Pozo y sobre el hecho de que dentro de seis meses
tendría lugar una peregrinación para celebrar los
cuarenta años de la primera aparición de la Virgen
del Pozo. Se entera también de la prohibición del
Arzobispo de San Juan que promete excomulgar "a todo el que le
rece a la virgen del Pozo".(14) El arzobispo, junto con otras
personas oficiales de San Juan, teme que la devoción a la
Virgen del Pozo la organicen "revolucionarios", subversivos y
quizás comunistas –los mismos que se atreven a trabajar
con los pobres y oprimidos.. Mientras el chofer afirma que nadie
podrá detener el movimiento,
él dice, "los mexicanos tienen a la Virgen de Guadalupe,
los dominicanos tienen a la Virgen de Altagracia, los cubanos
tienen a la Virgen del Cobre, y en
Puerto Rico tenemos a la virgen del Pozo".(15) El chofer entonces
le ofrece a Mariana un poco de agua milagrosa
en una botella que tenía la forma de la Virgen. En el taxi
había un pequeño altar, "con velas votivas y tapete
de volantitos de perlé" donde reposaba la imagen de la
Virgen del Pozo.
En una "in/sub-version" de los códigos
lingüísticos, Ferré cambia del español al
inglés varias veces. Estos cambios
lingüísticos son comunes en la literatura
puertorriqueña, pero lo que llama la atención del lector en este caso es el
mensaje que sale si se leen sólo las palabras en
inglés: "Like a Virgin; "Spare rib"; "Vanity Fair", The
Flying Dutchman", "leg ups", "Push-ups"; "panties"; "The Little
Mermaid"; "cocoon"; "beauty parlor"; "White Linen, by
Estée Lauder"; "double-breasted": y "marketing".
Todas son palabras que se pueden emplear en una
reconstrucción de la palabra virgen. Y si uno se fija en
la secuencia de las palabras, se va desde "like a Virgin" hasta
"marketing" en
un diálogo entre el código
lingüístico, el código
cultural y la narrativa misma.
El proceso narrativo se desarrolla con varios argumentos
y contra-argumentos como en un debate.
¿Qué Virgen es más importante, la que se
aparece en Yugoslavia y lleva a muchas puertorriqueñas
devotas a aquel país (aunque con las guerras
raciales del país, las peregrinaciones han disminuido y
esta Virgen hace ella misma una peregrinación a Puerto
Rico), o la Virgen del Pozo, que se apareció treinta y
tres veces en Puerto Rico en un barrio muy pobre?
¿Cuál Virgen es la verdadera, la "extranjera" o la
puertorriqueña? ¿Cuál de las dos
Vírgenes va a salvar a los puertorriqueños de todas
las opresiones que sufren, la que aceptan los jesuitas y la
iglesia oficial –La Virgen María Invicta cuya
Basílica se ha planeado en el Condado–, o la que aceptan
los Arcángeles Eléctricos cuya basílica ya
obtuvo fondos suficientes con el dinero de
las drogas?
¿Qué dinero debe usar la iglesia para ayudar a los
puertorriqueños, el dinero
"limpio" de los habitantes del Condado que son miembros del Opus
Dei y son los opresores de los pobres en Puerto Rico, o el de los
narcotraficantes que quieren ayudar a estos mismos pobres? Manolo
Covadonga dice " "Haz el bien y no mires a quién… Yo soy
como Robin Hood, me robo de vez en cuando algún Saab o
algún BMW, lo hago desmontar en piezas y las mando a
vender a Santo Domingo; pero lo hago para ayudar a mis vecinos a
vivir mejor".(16) En fin, ¿quiénes son los
marginados y de qué o de quién? "De hecho, en toda
sociedad de clases hay distintas maneras de ser marginal; casi
todos experimentan algún tipo de marginación dado
que el poder verdadero y el prestigio pertenecen a una reducida
minoría".(17)
Mariana dice a Ariel que es "devota a la Virgen", y
Ariel le pregunta a qué Virgen es devota. Ella contesta,
"A la Virgen del Pozo, por supuesto".(18) A esto él le
dice, "pues tengo que confesarte que prefiero a la Virgen de la
Cueva…".(19) Cuando Mariana le relata al Padre Ángel
esta conversación, lo hace en el contexto de una
confesión porque acaba de tener relaciones sexuales con
Ariel. El Padre Ángel no puede aceptar la doble-inversion
que se le presenta: Mariana era su amiga y le ayudaba en las
comunidades; él la apoyó en su proceso de divorcio y le
salvó la vida cuando Marcos trató de matarla. Para
el Padre Ángel, ella se había tornado virgen otra
vez, y ahora … El Padre decide dejar su puesto en Puerto Rico y
volver a España "civilizada" pero antes va a la
peregrinación que conmemora cuarenta años desde la
primera vez que se apareció la Virgen del Pozo en la
isla.
Las dos Vírgenes están juntas, la de
Yugoslavia y la puertorriqueña. Por primera vez, los
puertorriqueños, ricos y pobres, se encuentran juntos a
"sus" Vírgenes. Pero cuando la gente del pueblo se da
cuenta de que la Virgen extranjera viste "un manto […] recamado
de aguamarinas y otras piedras preciosas",(20) ellos se sienten
marginados y empiezan a gritar "¡Abajo la Virgen
extranjera! y ¡arriba la Virgen puertorriqueña!(21)
Lo que ocurrió entonces no se sabe bien "como dieron luego
varios testigos en el cuartel de la policía".(22) El Padre
Ángel salió ileso pero Mariana tuvo que ir al
hospital.
El Padre Ángel vuelve a España y con
él va también José Antonio, el hijo de
Mariana que ahora va a vivir con su padre. Sin embargo, Mariana
nos proporciona la última palabra cuando escribe una
carta al Padre
Ángel. Confiesa que Ariel tenía razón, "la
Virgen de la Cueva es la única que existe; es la
única que vale. Por la cueva de la Virgen es que nos
hacemos peregrinos por primera vez, es que pasamos al espacio
real del ser…".(23) La cueva es la prisión y esta
"prisión es el mundo de la visión: la luz del fuego es
el sol, la
ascensión y la visión de cosas más
allá pueden en realidad ser el progreso ascendiente del
alma al mundo intelectual".(24)
Ferré desmitifica a la Virgen durante el proceso
narrativo que culmina con el proceso judicial del divorcio de
Mariana y Marcos. Durante el diálogo de los abogados
–diálogo con reglas establecidas por el "derecho"– el
Padre Ángel empieza a protestar lo que llama de "vil
calumnia", y sigue gritando que "el testimonio del agente
encubierto era parte de una confabulación del ala
reaccionaria de la Iglesia Católica […] que daba coba a
las prácticas del Opus Dei […] y que se oponía a
las prácticas progresistas de la Teología de la
Liberación […]".(25) El juez le dijo que se callara y el
diálogo termina.
En La Batalla de las Vírgenes, Ferré nos
ofrece un juego de
inversiones a
las normas
establecidas dentro del contexto del pensamiento de la
liberación y al hacerlo, reconstruye el propio pensamiento
de liberación. Al desenmascarar la realidad
histórica del contexto de la identidad
puertorriqueña, Ferré afirma, "somos un pueblo
psicológicamente complicado; no somos ni latinos ni
sajones, sino una mezcla de ambos, un híbrido
extraño. La influencia norteamericana va sin duda en
aumento, pareja a una conciencia cada
vez más aguda de nuestra puertorriqueñidad.(26)
Además el titulo La batalla de las Vírgenes
también es un elemento de simbolismo, ya que existe una
"batalla constante entre las clases
sociales de Puerto Rico por el control religioso
del país. Como dice Ana Lidia Vega en su ensayo "Ciudadano
dios":
"Peor me parece aun la dudosa ética del
lambeojismo celestial, al que nos vemos reducidos los
terrícolas cuando ansiamos arrancarle uno que otro
favorcito al Jefe. Para ello, no basta con hincarse, ponerse
cilicios y darse tremendos burrunazos en el pecho.[…] El miedo
al castigo no es sino la otra cara del lambeojismo
celestial."(27)
Es constante la lucha entre las clases sociales por
controlar el ámbito religioso de una manera superficial e
hipócrita.
4. El fanatismo y la
pugna religiosa en la novela
En La Batalla de las Vírgenes se presenta y
examina los conflictos a
los que puede llevar el fanatismo religioso de una familia
puertorriqueña, la cual se ve envuelta en una
situación trágica a raíz de la visita de uno
de sus miembros al santuario de la Virgen de Mejugorje en
Yugoslavia. Las apariciones de la virgen se multiplican por toda
la isla y alcanzan su apoteosis en el Santuario de la Virgen del
Pozo de Sabana Grande. Además la secta de la Diosa Amita,
prolifera con asombrosa celeridad, pero los problemas
sociales quedan sin resolver mientras el fanatismo exacerba
el contraste entre las clases sociales. Esta novela intenta ser
una radiografía de una sociedad, obsesionada por los ritos
externos que ha olvidado el verdadero sentido de la caridad
cristiana y plantea un estado de cosas que se dan tanto en Puerto
Rico, como en otras islas del Caribe.
5. El fanatismo como
elemento social
Sí es cierto que, en la actualidad, y sobre todo
en los EE.UU. y en algunos países sudamericanos – no tanto
en Europa – desde
mediados del siglo XX se ha producido una proliferación de
sectas religiosas – más o menos, seudo-cristianas o que se
llaman así – y que en realidad, no son más que
organizaciones
montadas por algunos individuos muy listos, para ganar dinero a
costa de la credibilidad de unas cuantas personas necesitadas de
creer en algo. Y eso, en el mejor de los casos, porque algunas
han tenido resultados funestos, con masacres en masa, sacrificios
rituales, etc. Esa es naturalmente, una muestra de
fanatismo religioso que, desgraciadamente, se está dando
no sólo entre Cristianos, sino entre Musulmanes e
Hindúes. Ese fanatismo, que en algunos casos, se llama
Fundamentalismo, viene siempre dado, como digo, por la credulidad
de unos muchos y por la injusticia en la que vive inmersa – como
siempre – la mayor parte de la Humanidad. Pero, no podemos
olvidar, que esos sentimientos de injusticia, de resentimiento,
de odio feroz, a veces, vienen alentados por unos cuantos pocos
que, los aprovechan y aprovechan también la ignorancia de
las masas, para exacerbarlos, haciéndoles – como se dice –
comulgar con piedras de molino.
Un ejemplo más contundente se puede ver es el de la
revolución
Iraní, del Ayatolá Jomeini, que consiguió
cargar con varios millones de muertos entre iraníes e
iraquíes, a sus espaldas, esgrimiendo la espada de fuego
de un Allah inexistente, puesto que Allah, o Dios, no predica la
muerte sino la
vida. Un reciente ejemplo, también se puede ver con los
Talibanes de Afganistán, destruyendo unos monumentos
budistas milenarios, por hacer ver a sus seguidores que ellos son
los que siguen la verdadera religión y, claro,
demostrar su fuerza.
Pero esto tampoco es nuevo. Una muestra de fanatismo medieval se
puede ver en Las Cruzadas. Por el fanatismo de un monje
francés, que supo convulsionar a las masas, unos pobres
infelices murieron en nombre de un Dios luchando contra otros
infelices que luchaban en nombre del mismo Dios, pero al que,
como hablaban árabe, le llamaban Allah. Salta pues a la
vista que eso no tiene nada que ver con las religiones tal como deben
entenderse, ya que todas – al menos las monoteístas –
predican el amor a
nuestros semejantes y esto es algo que con el fanatismo se
tegisversa y se dirige hacia otras direcciones, ya sea la
violencia o la
imposición de una religión a la fuerza.
Recientemente la pugna religiosa en Puerto Rico se
intensifico ya que la Iglesia Católica, distinta de otros
sistemas de
gobierno
políticos o institucionales, no es una democracia…
ni pretende serlo. La Iglesia se rige por un sistema de
gobierno
jerárquico que, en muchas ocasiones ha dado buen
resultado. En la base del ejercicio de su autoridad
sobre los fieles está el concepto de
servicio: "No
he venido a ser servido, sino a servir", nos dice el mismo
Jesucristo.
La pugna religiosa en Puerto Rico
Sería injusto, falso y absurdo decir que los
Obispos de Puerto Rico no quieren que los católicos no
sean devotos de la Virgen. Toda devoción mariana debe ser
sana, balanceada y en consonancia con la doctrina de la Iglesia.
Lo que aquí se debate es otro
asunto.
Los "Devotos de la Virgen del Pozo" son una
agrupación que basa sus actividades y estilo de
espiritualidad sobre unas supuestas o alegadas apariciones y
mensajes de la Virgen dadas en la década de los '50 a tres
niños
en un barrio de Sabana Grande. La autoridad
legítima de la Iglesia (los Obispos) ha determinado que
estas apariciones nunca ocurrieron, por consiguiente no ha habido
ningún mensaje especial del Cielo. Cabe mencionar que, en
las apariciones que la Iglesia ha aprobado, tales como
Fátima y Lourdes, los mensajes de la Virgen en nada
añaden al depósito de la fe y Revelación de
Nuestro Señor Jesucristo. Es decir, el contenido
fundamental de la fe ya lo encontramos en la Revelación:
escrita y oral, terminada con la muerte del
apóstol (San Juan). Hay muchos católicos
prácticos que no creen en estas apariciones antes
mencionadas y esto no les hace ni más ni menos
católicos. Los mensajes marianos no son necesarios ni
esenciales para la salvación.
En todo el proceso de relación entre los
líderes del Pozo y los Obispos de Puerto Rico, creo que
ambas partes han cometido una serie de errores que no aporta nada
al diálogo y comunicación de las partes. Entre tanto, el
pueblo católico se encuentra dividido y confundido sin
saber a quién creer. Si en algo puedo aportar a este
asunto, creo que lo correcto en estos momentos es tener mucha paz
y espíritu de comunión eclesial. Los Obispos son
nuestros líderes legítimos en la Iglesia, y
están en comunión con el Obispo de Roma, el Papa.
Ellos son los que tienen la responsabilidad ante Dios y la Iglesia de ser
pastores del Pueblo de Dios en Puerto Rico. ¿Que lo pueden
hacen mejor?… Sí, sin duda. Todos podemos ser mejores
cristianos de igual modo.
Me apena decirlo, pero creo que los líderes del
Pozo han manipulado a muchas personas, han manipulado la buena
voluntad de la gente, han manipulado a sacerdotes que
tenían el sincero deseo de ayudarles, inclusive ahora
quieren manipular las decisiones del Arzobispo de San Juan,
diciendo que no ha sido imparcial y solo ha continuado el mismo
camino del Cardenal Luis Aponte Martínez.
A esto se añade el proyecto multimillonario de la
Ciudad Mística que introduce el elemento del dinero en
todo este asunto. Obviamente, el éxito
de este proyecto está íntimamente ligado a la
veracidad de las "apariciones" en Sabana Grande, y harán
todo lo posible por defenderlas. Los líderes de la
Asociación del Pozo y de la Ciudad Mística
deberían recapacitar y meditar bien, en comunión
sana con la Iglesia de Cristo, si esto es verdaderamente lo que
Dios quiere para nosotros o si son meros caprichos comerciales.
Lo curioso de los seguidores de la Virgen del Pozo es que tienen
muchas características de las asociaciones
sectarias.
6. Autores que desarrollan
el tema de la crítica religiosa
Además de Rosario Ferré varios escritores
han desarrollado el tema de la critica y sátira religiosa.
Entre estos escritores se encuentran Benito Pérez
Galdós con su obra "Misericordia" en la cual critica la
visión incorrecta de los ritos y tradiciones religiosas
antiguas. Otra escritora que ha desarrollado el tema de la
critica religiosa es Ana Lydia Vega con su libro "Vírgenes
y mártires" y su ensayo "Ciudadano Dios" en el cual
enfatiza y critica todo tipo de relación buscado entre los
sucesos humanos circunstanciales y las "fuerzas divinas". Como
dice en su ensayo:
"En este fin de siglo turbulento, la intervención
de lo religioso en la vida civil llega a veces a extremos
insoportables. La manía de las dichosas invocaciones, por
ejemplo, parece haberse posesionado de todos los organizadores de
actividades publicas.[…]alguien le atribuye por adelantado el
propósito y el resultado de los trabajos humanos a la
voluntad de un lejano e indiferente dios."(28)
Otros autores que desarrollan este tema son: Gustavo
Gutierrez con "Teologia de la
liberación", Antulio Parrilla, el padre Freixedo con "Mi
Iglesia duerme" y Ana Lidia Vega con su ensayo "Ciudadano dios" y
"Puertorrican síndrome o cosas extrañas
veredes".
En conclusión podríamos comparar el
fanatismo y la pugna religiosa con el opio de las religiones. El opio es una
droga que
destruye lentamente el organismo humano, así mismo el
fanatismo y la pugna existente en cada religión destruye
las bases y los fundamentos de sus creencias. La pugna religiosa
es tan común entre los feligreses de las religiones que
tiende a dividir las religiones en sectores que defienden
posiciones diferentes. Por esto puedo finalizar este trabajo
monográfico afirmando lo que he expresado a través
de todo el trabajo; el
fanatismo y la pugna religiosa en Puerto Rico ha sido, es y
seguirá siendo uno de los problemas fundamentales que
afecta el buen funcionamiento de la sociedad y de las relaciones
entre los puertorriqueños. Mientras sigan surgiendo sectas
y grupos devotos de cualquier cosa que se aparezca van a haber
fanáticos y van a haber problemas y pugna entre los
feligreses activos de cada
una de las religiones.
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Autor:
William Javier Soto De León