Indice
1.
Introducción
2. Marco jurídico de la
educación en y para los derechos humanos en
Venezuela
3. ¿Porqué derechos
humanos en el aula?
4. ¿Cómo educar en y para
los derechos humanos
5. Derechos humanos en el sistema
educativo venezolano
6. Educación en derechos humanos
en Venezuela
7. Bibliografía.
Venezuela forma parte de un mundo signado por el avance
de la democracia,
orientado por la búsqueda constante del bienestar
político, social y económico de sus habitantes.
Está magna acción cuenta con la
participación, cada día mayor, de ciudadanos
responsables de sus deberes y conscientes de sus derechos. De no contar con
esta participación de calidad, el
país estará errando el camino.
La Educación
en sí misma tiene como función
primordial la formación de estas personas
autónomas, conscientes de sus derechos y deberes, con
concepción crítica de la vida, conocedoras de su
entorno, seres humanos sensibles y solidarios con sus semejantes,
con pleno desarrollo de
su potencial creativo; todo esto de acuerdo a los valores
que se pretenden de un ciudadano formado para una sociedad
democrática.
Anteponiendo esta concepción de educación, se
presenta en este trabajo una serie de consideraciones para
visualizar la situación de la educación en y
para los derechos humanos
en el sistema educativo
venezolano; así como una aproximación a las
consideraciones básicas sobre los actores y las acciones que
deben influir en la implementación de políticas
orientadas al desarrollo de
la educación propuesta. No se presenta una propuesta
acabada, al contrario, se traen a colación una serie de
inquietudes que plantean la continuación de un dialogo, con un
llamado a que se retomen las iniciativas existentes y se fije una
política
declarada por parte del Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte;
aprovechando la coyuntura de la discusión de una nueva
Ley
Orgánica de Educación y la reestructuración
del sistema educativo
nacional.
2. Marco jurídico
de la educación en y para los derechos humanos en
Venezuela
La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela en
su artículo 102 y la Ley
Orgánica de Educación en su artículo 3,
contemplan la educación como el desarrollo pleno de
individuos para su participación en el proceso social
venezolano. Este amplio marco nos lleva a plantearnos la
necesidad de implementar tales principios de
forma tal que estén acordes a la superación de los
problemas
nacionales y la incorporación en una dinámica globalizante, que contempla el
respeto a los
derechos humanos aceptados por Naciones Unidas
como aspecto fundamental para superar las contradicciones del
país.
La Declaración Universal de Derechos Humanos
busca alcanzar la plena realización del ser humano y su
creciente voluntad de desarrollo
personal y social en un marco de respeto de sus
derechos y deberes, donde los estados garanticen su pleno
cumplimiento. Así los derechos humanos se presentan
universales, indivisibles e interdependientes. Es decir, son
derechos de todas las personas en todos los lugares, y con todos
los derechos, relacionados unos a otros, no se privilegian
derechos ni se jerarquizan, todos los derechos son importantes,
sin distinción alguna.
A partir de su implementación, en abril de 2000,
la Ley Orgánica para la Protección del Niño
y del Adolescente (LOPNA) contempla la vinculación del
proceso
educativo con los derechos de niños y
niñas. Sus principios de
Igualdad y No
Discriminación, el Niño como Sujeto
de Derecho, Interés
Superior del Niño, Prioridad Absoluta,
Participación y el Rol Fundamental de la Familia;
incorporan aspectos plenamente vinculados a los derechos humanos,
con las adaptaciones a las necesidades especiales de la
niñez. En el articulado referente a los derechos,
particularmente del 53 al 68, aparece explícita una nueva
situación que requiere la asimilación de nuevas
formas de relacionarse con los niños y
adolescentes
en el aula, asumiendo su condición de sujetos de derechos
y capaces de asumir responsabilidades por su conducta. Se hace
necesario preparar a la comunidad
educativa en la aplicación de estas normas
jurídicas, pero también en la comprensión y
vivencia de los valores
democráticos de libertad,
justicia y
responsabilidad compartida.
A esta situación se agrega el cambio del
andamiaje jurídico del Estado,
producto de la
realidad política que
experimenta el país, que ha sido planteado por el proceso
constituyente nacional de 1999, y las reformas de leyes y
reglamentos que señalan un camino de ajuste a la
legislación internacional de los acuerdos y convenciones
suscritas por la nación.
En especial aquellos vinculados a la formación,
protección y defensa de los derechos humanos. Esta
situación sugiere la necesidad de adaptarse en el campo
educativo, para dar el componente de cambio a la
realidad social del proceso de enseñanza – aprendizaje.
En este marco jurídico y conceptual, la escuela y sus
contenidos curriculares no pueden estar desprovistos de
intencionalidad ni ser manifestaciones neutras. Por el contrario,
ambas quedan enmarcadas en su capacidad de influir
intencionadamente en los educandos, de modificar sus conductas,
de moldear su conciencia y
desarrollar una posición ética. Lo
escolar y lo curricular, queda entonces definido por la toma de
valores e
ideas con respecto a la selección,
organización y transmisión de la
cultura. En el
caso venezolano debe plantearse la profundización de
los valores
democráticos, de forjarse una cultura de respeto a los
derechos humanos.
3. ¿Porqué
derechos humanos en el aula?
En la sociedad actual,
se hace imposible deslindarse de factores que influyen en
cualquier proceso educativo. La escuela no es la
única que moldea el comportamiento, pero si la que debe proponerse el
condicionamiento y la incorporación social del educando
con un conjunto mínimo de actitudes,
conocimientos y valores que favorezcan la sociedad
democrática planteada.
Tradicionalmente se ha supuesto que la formación
y desarrollo intelectual son garantías para el desarrollo
de las instancias morales y la formación de una conciencia
social. De aquí se desprende que las escuelas y sus
currículos se han organizado, orientado y especializado en
impartir conocimientos y saberes universales, suponiendo que en
estos están implícitos los mensajes
valóricos y actitudinales que los estudiantes
internalizan. En la realidad la práctica nos indica que
esto no ha funcionado, en vista de que entre esos alumnos y
alumnas "formados" están quienes han sido irrespetuosos y
victimarios de sus congéneres, violando
sistemáticamente sus derechos fundamentales y propiciando
mayores situaciones de insolidaridad.
Entonces encontramos que la temática de los
derechos humanos no se agota en las materias de estudio, sino que
requiere de una reconsideración de fondo en el currículo tanto explícito como
implícito, ya que esta temática de por sí
constituye una ideología que debiera estar presente y ser
vivida en la enseñanza de los contenidos
programáticos; esto si queremos formar ciudadanos con
clara conciencia social y moral en
conocimiento
pleno de sus deberes y derechos. Con el fin de propiciar cambios
actitudinales ante el desarrollo desmedido de una sociedad global
y excluyente. Es decir, ciudadanos que pretendan una sociedad
más solidaria.
Para aproximarse al conocimiento
de los derechos humanos hay que hacerlo desde lo racional, pero
también desde lo afectivo. Es un saber que esta en la
cotidianidad, en el diario vivir, en la vida económica,
social y política. En la comunidad, en la
familia, en la
escuela se vive el respeto o la violación de los derechos
humanos. Es reconociendo la realidad y conflictividad que se
genera en la vida diaria, y viviendo los valores vinculados a los
derechos humanos que se puede hablar de su aprendizaje. No
es solo mera información sobre ellos lo que conlleva a
su internalización.
En el aula debemos hacer el ejercicio permanente de
promoción y defensa de los derechos, poner
en práctica el respeto al derecho ajeno, ejercer nuestro
derecho, y establecer un dialogo
democrático que nos enseñe la resolución no
violenta de nuestras diferencias. El aula es el espacio para
aprender la aceptación de los que vemos como diferentes,
de reconocer el valor de la
diversidad cultural, de reconocer en el resto de los
compañeros el complemento social del que cada niño
necesita para su desarrollo integral.
La educación en derechos humanos, tiene como
preocupación la instauración de una nueva cultura
cuyo fundamento contemple los derechos humanos y cuyo centro sea
el ser humano en su dignidad, tomando conciencia de que en cada
derecho, que todos y cada uno tiene, nace el deber de todos y
cada uno de respetar ese derecho en los demás.
4. ¿Cómo
educar en y para los derechos humanos?
Una educación en y para los derechos humanos debe
necesariamente apartarse del conjunto de negaciones y
discriminaciones que en la escuela aún perduran respecto a
género,
cultura, condición social o étnica. Esta
situación requiere una mirada pedagógica y
curricular distinta a la escuela y sus actuales planteamientos.
Tenemos que empezar a mirarla como un espacio cultural y social
en las que hay maneras distintas de relacionarse, de comunicarse,
de valorar, de actuar, de sentir y de pensar.
La escuela actual que es autoritaria, jerárquica,
no dialogante, poco participativa; tiene una práctica que
poco facilita una educación en derechos humanos. Se
necesita construir, aunque sea en un proceso lento pero
sostenido, una cultura escolar distinta. Esta Escuela debe
propiciar una cultura de la
comunicación, en donde padres, maestros, personal
administrativo, obreros y alumnos se integren en espacios de
dialogo para expresarse, comprenderse, aclararse, coincidir,
disentir y comprometerse con su proceso educativo y desarrollo,
tanto personal como
colectivo. En esta nueva escuela debe valorarse el saber
universal y sistemático, pero a la vez el
conocimiento de la realidad que tengan los alumnos. Solo en
un espacio democrático podemos aprender y vivir para la
dignificación del ser humano y el respeto de sus
derechos.
El papel del
docente debe revisarse, este tiene que hacer una crítica a
su forma de actuar y vincularse en la escuela, sus creencias e
ideas deben estar acordes al respeto de los derechos humanos. El
educador es la "estrella" del proceso, en torno a él
gira el resto de los participantes del diario vivir escolar. No
es el actor más importante, pero si uno con alto grado de
responsabilidad. Es importante recordar que es el
de mayor permanencia en la institución escolar. El docente
es y debe ser guía en la institución. Por esto debe
revisar su actitud hacia
el proceso. Esta revisión crítica no es más
que acercarse a la concepción y esencia del ser
maestro.
El educador debe ser el primero en propiciar el espacio
para el desarrollo de ciudadanos conscientes de su papel en la
sociedad, incluyendo la revisión permanente de textos,
relaciones, contenidos y valores transmitidos en el proceso de
enseñanza y aprendizaje. La universidad no
forma en estos ámbitos, al contrario un variado
número de materias curriculares en las escuelas de
educación y en los pedagógicos, son impartidas bajo
criterios de autoritarismo e imposición de criterios y
puntos de vista únicos, sin permitir la
participación activa y creativa del aprendiz de docente.
Debemos plantear entonces todo un plan de
formación docente que conlleve a internalizar nuevas
actitudes y
valores en los maestros, que le permitan democratizar el aula de
clase, que favorezcan la participación plena de los
demás miembros de la institución.
Aquí, vale la pena una advertencia previa
referida a la autonomía del docente en el aula. El maestro
tiene la suficiente independencia
para implementar planes y acciones que
faciliten un aprendizaje democrático, donde la vivencia
del respeto mutuo y la responsabilidad compartida sean la
orientación. Es este un proceso que no requiere de grandes
reformas en el sistema educativo, sino de la voluntad y capacidad
del docente. Sin embargo, este avance será limitado o
favorecido por la situación imperante en el resto de la
institución y de acuerdo a la cooperación que
brinde la comunidad educativa en su totalidad. Como actuar
independiente está muy bien, pero como sociedad no se debe
dejar a la iniciativa de los que quieran la orientación
del proceso educativo.
5. Derechos humanos en el
sistema educativo venezolano
Claramente se puede observar que la
implementación de un sistema educativo que contemple los
derechos humanos en su esencia es de difícil
realización, partiendo de la realidad social en que nos
desenvolvemos, pero debemos ir hacia allá. El actual
Curriculo
Básico Nacional (Nivel Educación Básica)
contempla en sus ejes transversales el de Valores, lo que es una
posibilidad de iniciar un proceso de incorporación de
educación en derechos humanos. Los valores que este
contempla incluyen respeto a la vida, libertad,
solidaridad,
convivencia, honestidad, entre
otros, que aunque no son todos los derechos humanos permite un
acercamiento a su intención, dándole un espacio
formal para la educación en derechos humanos.
Los proyectos
pedagógicos son una herramienta para instrumentar planes
para la educación en y para los derechos humanos, en el
aula y en el plantel. Pueden estar centrados hacia la
enseñanza de los contenidos vinculados a los valores
ciudadanos, o solo implementar la vivencia de la
ciudadanía en el aula o plantel. De cualquier manera es un
espacio de fácil utilización para el docente y los
planes de enseñanza – aprendizaje en y para los
derechos humanos.
La posibilidad de aplicar esta educación aumenta
con la Resolución N°1484 del Ministerio de
Educación sobre "Educación en Valores y Derechos
Humanos", de fecha 8 de octubre de 1997, que incluye una
valoración positiva de las ideas para hacer el sistema
educativo venezolano acorde a la Declaración Universal de
los Derechos Humanos. Pero esta situación, como
señaláramos con anterioridad no se decreta ni se
impone, para esto hace falta el
conocimiento y sentimiento de la esencia de los derechos
humanos. Esta sola acción no es suficiente.
Esta intención también requiere voluntad
política. Con las reformas políticas
del país de los últimos dos años se han dado
nuevas herramientas,
que propician leyes y
reglamentos para el ejercicio social de los derechos humanos.
Pero, el mismo Ministerio de Educación, Cultura y Deportes debe incorporar en su
estructura
formal y en su accionar diario, el respeto a los derechos humanos
para con los docentes y las comunidades. Hay que incorporar a
todos los niveles del sistema educativo, desde preescolar
hasta la educación
superior. Actualmente se está experimentando la
implementación de los gobiernos escolares, que pretende
mayor participación en la conducción de la escuela,
además de propiciar una mayor interacción entre el
proceso educativo y la comunidad que le circunda. Sin embargo
aún hace falta clarificar las ideas, ya que hay
desconocimiento en las comunidades educativas sobre las formas y
los objetivos que
se pretenden alcanzar. Falta el proceso formativo, no hay cambios
validos sin la voluntad y el conocimiento de quienes deben
implementar estos cambios propuestos.
En general, a los docentes les falta una
formación para vivenciar los derechos, las estructuras
organizativas de las Escuelas deben cambiar y propiciar espacios
democráticos, los padres y comunidades educativas deben
exigir los cambios, y todos los involucrados comenzar la
revisión crítica para comenzar el desarrollo de
esta nueva escuela. Y para poner en práctica los aspectos
señalados, debemos comenzar por un gran dialogo educativo,
sin prisas y sin decisiones tomadas de antemano.
Entre las primeras acciones para un cambio efectivo
están las reformas de los planes de estudios y la
formación para asumir estos mismos cambios. Significa que
hay que adaptar los enfoques y métodos a
las nuevas finalidades; hay que concretar en materiales
apropiados con metodologías acordes y que faciliten la
participación del docente. Hay sectores de la Sociedad Civil
que están adelantando programas
educativos no formales que tratan y viven la educación en
derechos humanos, también hay que ampliar la
participación a estos actores sociales.
6. Educación en
derechos humanos en Venezuela
En Venezuela
existen desde hace más de una década experiencias
sistematizadas en la práctica de la educación en y
para los derechos humanos, adelantadas en el campo de la
educación no formal en comunidades y grupos populares.
También, por iniciativa de docentes o el directivo,
algunas instituciones
educativas han incorporado programas
alternativos o espacios temporales para la práctica
educativa vinculada a los derechos humanos. De compartir estas
experiencias hay que buscar logros y debilidades para orientar
las nuevas acciones.
En este campo es necesario mencionar las experiencias de
las instituciones
coordinadas por Fe y Alegría, que tienen en sus
actividades complementarias y en sus coordinaciones proyectos de
enseñanza en y para los derechos humanos con sus alumnos y
familiares. Otra experiencia es la de los Centros Comunitarios de
Aprendizaje CECODAP, quienes desde su acción en la ciudad
capital han
proyectado a todo el país a través de una red de organizaciones no
gubernamentales y escuelas voluntarias el trabajo por
los derechos humanos de la infancia; este
trabajo puede señalarse como uno de los principales
promotores de la Ley Orgánica para la Protección
del Niño y del Adolescente.
Las organizaciones de
defensa de derechos humanos también han adelantado un
importante camino en materia de
educación en y para los derechos humanos en el
país. Estas organizaciones realizan cursos de
formación, talleres, organizan encuentros formativos, dan
asesoría a docentes e investigadores, publican materiales
educativos y de difusión. También tienen una
importante proyección hacia los sectores populares
mediante la formación para la defensa de víctimas
de violación de derechos humanos.
Entre estas organizaciones destacan Red de Apoyo por la Justicia y la
Paz, Programa
Venezolano de Educa – Acción en Derechos Humanos
PROVEA, Colectivo de familiares de las víctimas del 27 y
28 de febrero de 1989 COFAVIC, Amnistía Internacional
Sección Venezolana, las Vicarias de Derechos Humanos,
Comités de Derechos Humanos; así como las
organizaciones agrupadas en redes nacionales como
Coordinadora Nacional de Organizaciones No Gubernamentales de
Atención al Niño CONGANI, Red Venezolana de
Educación en y para los Derechos Humanos,
Federación de Instituciones Privadas de Atención al Niño FIPAN, Foro por la Vida; también
está la acción de algunas instituciones y
organizaciones vinculadas a las universidades nacionales como el
Centro de Derechos Humanos de la Universidad
Católica Andrés
Bello, Cátedra de la Paz y Derechos Humanos de la
Universidad de Los Andes, y el Comité de Defensa de
Derechos Ciudadanos de la Universidad de Carabobo CODDECIUC.
Estas instituciones son solo algunas de las que pueden servir de
apoyo para la implementación de nuevos planes y acciones
que lleven a la implementación de la educación en y
para los derechos humanos.
En la actualidad existen los Consejos de Derechos del
niño y del adolescente, en los ámbitos
Nacional, Regional y Local; que es el máximo ente
encargado de velar por el cumplimiento de los derechos de
niños y adolescentes,
consagrados en la nueva legislación minoril. Este
órgano también tendrá bajo su
responsabilidad la implementación de un plan educativo
nacional, que deberá coordinar con el Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte, entre otros. En los
Consejos también está la representación de
la Sociedad Civil,
que como práctica de democracia
tiene representación paritaria ante el
Estado.
¿Hacia donde ir?
Son muchos los pasos y acciones para adelantar una reforma
profunda, hay indicios e iniciativas, pero aún faltan los
acuerdos para su desarrollo. Se debe comenzar e ir uniendo
criterios, pero su construcción ha de ser de manera colectiva.
No hay un plan hecho, debe construirse con la
participación del país, acorde a la realidad y las
necesidades venezolanas.
Los pasos a dar deben ser conocidos por todos los
participantes del proceso, todos deben tener un conocimiento
básico de lo que se pretende. Las reformas y cambios deben
estar acordes a los cambios que sufre el país, se debe
interactuar con el entorno nacional, incluso proponerle al
país la visión desde el sector educativo. Los
docentes deben asumir el papel de orientadores, Venezuela esta
viviendo un interesante proceso de aprendizaje –
enseñanza. Debe darse una consulta formal, además
de estimularse la consulta y discusión democrática
que permita hacer el ejercicio del dialogo democrático,
donde sean las ideas las que convencen y no las influencias
partidistas u otros intereses los que orienten el
camino.
Actualmente se revisa la legislación nacional en
materia
educativa, ya existen las propuestas que van a propiciar el
debate. Se
debe tomar en cuenta la incorporación formal en la nueva
Ley de Educación, de una clara orientación
democrática y el respeto a la normativa existente en
materia de derechos humanos. La oportunidad es propicia para
crecer como sociedad en la formación de ciudadanos
responsables de sus actos y conocedores de sus derechos. Para
esto es necesario que se garanticen en las nuevas leyes y
reglamentos principios fundamentales como la gratuidad y acceso a
la educación para todas las personas que habitamos el
país, sin exclusiones y en igualdad de
condiciones, asegurando que el Estado
conciba la educación como una inversión prioritaria, con prioridad para
los sectores sociales desprotegidos, como los que viven en
situación de pobreza, y dentro
de ellos atención especial para los niños y
aún mayor atención para las niñas, donde las
normas y
sanciones respeten en todo momento los derechos humanos, se
garantice la participación de la familia y
la sociedad en la orientación de la educación a
impartir, se respeten los derechos sociales y laborales de los
educadores, en fin que se tenga una visión integral del
proceso educativo.
Los derechos humanos en la educación formal
implican una práctica innovadora y cuestionadora para la
escuela, y al sistema educativo en general. Introduce nuevos
conceptos y elementos metodológicos, con adecuación
de algunas ideas pedagógicas. Esto representa una
reconstrucción del saber, del sentir, del pensar, del
actuar, de las apreciaciones subjetivas de la educación
con la intención clara de formar los nuevos ciudadanos de
amplio desarrollo intelectual y moral; capaces
de adelantar los cambios que impulsen el desarrollo social
y económico del país, de cara a un mundo que avanza
a pasos agigantados hacia un futuro que ya esta
aquí.
AMNISTIA INTERNACIONAL. Valija Didáctica: Educando para la Libertad.
Caracas: Amnistía Internacional. Sección
Venezolana. 4 módulos. (1994).
BUSTAMANTE, Francisco y María Luisa GONZÁLEZ.
Derechos humanos en el aula: Reflexiones y experiencias
didácticas para la enseñanza media. Montevideo:
Servicio Paz y
Justicia. 294 pp. (1992).
BUXARRAIS, Mª Rosa. Educar para la Solidaridad. En:
Boletín del Programa de
Educación en Valores. Organización de Estados Iberoamericanos
para la Educación, la Ciencia y
la Cultura. Nº 8, Julio. (2000).
CANDAU, Vera María. Educación en Derechos en la
escuela: Una propuesta pedagógica. Mérida: Seminario
Internacional sobre Educación en Derechos Humanos.
Material mimeografiado. (1998).
CÁTEDRA DE LA PAZ Y DERECHOS HUMANOS. Documentos para
la definición del Programa Educándonos para la Paz.
Mérida: Universidad de los Andes. 35 pp. Material
mimeografiado. (1999).
FE Y ALEGRIA. Cooperación en el Aula. Caracas: Fe y
Alegría. 72 pp. (1994).
FERNANDEZ, Pablo. La autoridad y
disciplina
voluntaria. Caracas: Red de Apoyo por la Justicia y la Paz. 8 pp.
(1998).
GONZALEZ LUCINI, Fernando. Reflexiones para una Pedagogía de la Esperanza. Mérida:
Seminario
Internacional sobre Educación en Derechos Humanos.
Material mimeografiado. (1998).
MINISTERIO DE EDUCACION. Currículo Básico Nacional. Nivel de
Educación Básica. Caracas: Ministerio de
Educación. 93 pp. (1997).
MONTERO, Lilian. Los Derechos en acción. Caracas: CECODAP.
6 módulos. (1999).
PROVEA. La educación escolar y los derechos humanos.
Caracas: PROVEA. 24 pp. (1997).
RED VENEZOLANA DE EDUCACIÓN EN Y PARA LOS DERECHOS
HUMANOS. Principios fundamentales y aspectos específicos
que debe contemplar la Ley Orgánica de Educación
desde la perspectiva de los Derechos humanos. Caracas: Red
Venezolana. Folleto informativo. (2001)
RODRIGUEZ JAEN, Rosa. Llevando nuestros derechos al aula.
Caracas: UNICEF. 72 pp. (1997).
TCHIMINO N, Marcela. Los Derechos Humanos como eje transversal en
el curriculum
escolar. Mérida: Seminario Internacional sobre
Educación en Derechos Humanos. Material mimeografiado.
(1998).
TREJO U, Walter. Educándonos para la Paz. Mérida:
Universidad de los Andes. Cátedra de la Paz. Cuadernos
para la Paz, Nº 1. 14 pp. (1997).
TUVILLA R, José. Educar en los Derechos Humanos. Madrid: CCS. 205 pp.
(1993).
TUVILLA R, José. La Escuela: Instrumento de paz y
solidaridad. Sevilla: MCEP. 311 pp. (1994).
VENEZUELA. Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. Caracas: EDUVEN. 166 pp. (1999).
VENEZUELA. Ley Orgánica de Educación y su
Reglamento con la Reforma. Caracas: DABOSAN. 96 pp. (1999).
VENEZUELA. Ley Orgánica para la Protección del
Niño y del Adolescente. Caracas: UNICEF. 210 pp.
(2000).
Autor:
Lic. Julio Alexander Parra Maldonado