Indice
1.
Introducción
2. Desintegración
Territorial
3. Desintegración del Estado con
su pueblo
4. Desintegración
Educativa
5. Desintegración
Económica
6. Desintegración
Institucional
La nación
peruana fue originada por sus pobladores alrededor de ocho mil
años a..de J.C.(Hay estudios y descubrimientos que
expanden estos límites)
Los primeros cazadores, recolectores y pescadores evolucionan
hacia culturas importantes pre-incaicas como Chavín,
Paracas, Nasca, Mochica, Tiahuanaco, Wari, Chincha, Chimú
y Chanca quienes fueron posteriormente centros de difusión
cultural cuando el Imperio Incaico se expande hasta Pasto y
Concepción por el Norte y Sur, y aún hoy no
conocemos con certeza la dimensión del Imperio hacia el
Oriente durante su apogeo.
El encuentro con la civilización occidental en su
versión ibérica, cuyo imperio militar ocupó
y conquistó el territorio nacional Peruano, crea un
estado que
basó su desarrollo y
expansión en la destrucción y la depredación
cultural y demográfica de los estados ocupados, y en el
carácter secundario que les otorga a sus
pueblos, cuya secuela subsiste en nuestra mente colonial
limitando nuestro progreso y desarrollo.
La desintegración es un factor constante, se encuentra en
todas las manifestaciones de la vida nacional desde hace poco
más de 500 años, este factor no permite la evolución consistente y armónica de
nuestras entidades nacionales, como tampoco faculta el
descubrimiento y fortalecimiento de sus propósitos
comunes. Cuando se analizan nuestros 9500 años anteriores,
se observan inmediata e inequívocamente los beneficios que
la integración nacional, y el rico universo cultural
peruano otorgaron al período más fructífero
de nuestra historia.
Los territorios pertenecientes al imperio Incaico fueron
repartidos durante la conquista, virreinato, y república,
primero como botín de guerra y
posteriormente anexados a distintos estados a pesar de las
vocaciones intelectuales de integración durante los
periodos de independencia.
Durante la República, todos nuestros vecinos han expandido
sus fronteras a nuestro costo, y la
presión
adicional por expandirlas es permanente y continua. La
desintegración territorial, y sus propulsores de cualquier
procedencia son elementos que deben tomarse en cuenta formalmente
para el largo plazo y evitar su acción disociadora de la
paz y conciencia
nacionales y de sus efectos multiplicadores sobre las personas y
en todos los campos de acción.
Desintegración Individual
Nuestros niños,
no pueden aprovechar los sueños de la niñez, y
tienen que trocarlos por el trabajo,
para sustento propio y el de sus familias, nuestros niños
son sujetos fáciles de la explotación miserable.
Nuestros jóvenes no tienen la esperanza de concretar sus
vocaciones y desarrollar sus proyectos. La
discriminación como fuente decisoria, que
no considera las igualdades o similitudes. El desconocimiento de
que el hombre y
la mujer somos
iguales ante la sociedad, aunque
diferentes ante la naturaleza y
complementarios en nuestras familias. La carencia de lucha contra
la soledad, para que los individuos se integren en familias y
definan la familia
como la célula
básica nacional. La discriminación existente contra los que no
nacieron en la capital,
contra los que provienen de otras provincias, agravada con un
estado que no
cuenta con elementos formales para la erradicación de la
discriminación en todas sus formas.
La supervivencia, en general de la nación;
al lado de la violencia, la
desinformación generalizada, la intolerancia, el miedo, la
represión injustificada, brutal y sutil; la
creación de sujetos de chantaje, y la crueldad, afectan
nuestra vida diaria. Los planes y proyectos
colonialistas han pasado siempre por el desconocimiento de la
nacionalidad y el nacionalismo
de los que se oponen al status quo, su caracterización
como enemigos de la patria y su persecución, en muchos
casos hasta la muerte. Los
derechos
individuales básicos como el derecho a la vida, a la
libertad, a la
justicia, a la
paz, al libre tránsito, al libre pensamiento, a
la discrepancia, a contar con su patria irrestrictamente, y a la
igualdad de
servicios del
Estado no han logrado llegar a todos los nacionales por igual. La
tenue sensación de propiedad de
los peruanos sobre su futuro y su nación, no otorga la
seguridad, y el
dominio del
espacio necesarios para su desarrollo y libre
determinación. Nuestra gente ama el Perú de sus
ancestros, pero los entristece la realidad, los mismos individuos
cuando se integran a otras sociedades,
muestran alta calidad y
producción en todos sus campos de
acción. La falta de reconocimiento y planes para la enorme
cantera de liderazgo
individual nacional, que es estorbado, despreciado, y abandonado
a su suerte, sin aliento alguno. La falta de aliento a la
participación de los mas honrados y probos, especialmente
los que han estado expuestos al manejo de recursos e ideas
comunes. La falta sistemática de reconocimiento para los
que ponen su corazón al
servicio de
sus ideales. Se critica un estado de informalidad y corrupción
que ha sido fomentado y protegido a lo largo de muchos
años. En general nuestros nacionales no perciben su
papel en un
estado que tampoco lo conoce.
Desintegración Familiar
Nuestros adultos, no tienen posibilidades de mantener y guiar a
sus familias, mucho menos cimentar las futuras generaciones
familiares al tener que abandonar sus regiones originales; muchos
dejan el Perú para poder
sobrevivir, dejando familias acéfalas. El respeto a la vida
está minimizado, y falta conciencia de que
nada ni nadie debe disponer de las vidas de los miembros de
nuestras familias. Los valores
familiares mantenidos con humildad y sencillez alrededor del
trabajo, la honradez, el respeto, la
vergüenza son motivo de la ironía, de la burla amarga
y de la enfermiza creencia que la humildad es hija del vicio o
prima de la apariencia. Nuestros ancianos son olvidados y no
existe reconocimiento por sus ideas, su energía y su
trabajo otorgados a la sociedad. Es
común que los miembros de nuestras familias vivan en
lugares tan distantes que no pueden compartir propósitos
comunes ni confirmar y reafirmar que la familia es la
Institución básica e integradora por excelencia de
cualquier sociedad y que deben existir planes para reunificarla.
Es prioritario el alentar la unión familiar y los planes
familiares generacionales desalentando la soledad.
3. Desintegración del
Estado con su pueblo
Un estado que se caracteriza por hablar pero no por
escuchar, que lo vean pero no ver, que lo ayuden pero no ayudar,
que lo atiendan pero no atender, son expresiones características de los grupos que lo
sostienen, esto es especialmente notable en las comunicaciones
entre estas dos entidades fundamentales de la nación, las
cuales carecen de un lenguaje
común, de procedimientos
comunes, y de canales de comunicación adecuados que permitan
entendimiento formal con las masas elementales de la
nación.
Tema fundamental, es la falta de un proyecto de
nación que con precisión represente, actúe,
mida, y evolucione; con una solución metódica,
persistente, adecuada a los requerimientos nacionales. Un
proyecto
participatorio, de contenido representativo y de acción.
Donde la familia
ocupe el papel
prioritario que le corresponde. Donde se establezca que el estado como
representante democrático del pueblo gestiona, administra,
protege, organiza, instruye, a su nombre, sin altanería y
para la obtención de la felicidad del pueblo, y de ninguna
forma, bajo ningún nombre, en ningún lugar o
momento, en contra de él.
La igualdad de
los peruanos ante el estado debe
ser claramente definida, difundida, asumida y jurada por sus
representantes, implantada y defendida vigorosamente.
El estado no debe escoger a los representantes del pueblo ni
promoverlos, ésta costumbre feudal debe ser reemplazada
por métodos
democráticos de participación popular que
desaliente y castigue a los pícaros del poder y del
bolsillo así como su generación de turnos
conveniencieros Las posiciones de liderazgo
deben de nutrirse con elementos probados que han representado a
sus grupos
idóneamente, que han administrado dineros públicos
con transparencia, que han desarrollado resistencia a la
presión
como único medio de influencia, y cuya trayectoria muestre
claramente su coordinación de pensamiento y
acción.
Entendamos claramente, y actuemos acordemente, más
importante que la forma, personajes, y deseos de los gobernantes
es la actitud y
deseos de sus pueblos. Donde la sociedad de compromisos y
propósitos comunes, reemplace a la sociedad que gira
alrededor de individuos o grupos de interés.
Donde además entendamos que la eliminación de la
presencia de nuestra población no soluciona nuestros problemas sino
los agrava y acrecienta.
El proceso de
desintegración que afecta a los elementos de las distintas
entidades nacionales educativas (Alumnos, Sistema Nacional
de instrucción, Padres, familias, transporte,
salud..) afecta
directamente la preparación de cada uno, y de todos los
estudiantes nacionales, y su posterior integración a la
vida productiva nacional.
Una educación desvinculada de los avances
universales, apurada por el resultado efímero, sin
atención a los matices y a los detalles. El
sistema no es
incluyente de los protagonistas, omite definir que las
profesiones y el servicio
público no conllevan enriquecimiento, que le pide a
la ciencia la
solución de problemas que
aún esta no ha resuelto. El esfuerzo realizado por el
magisterio nacional para el desarrollo académico de
nuestras futuras generaciones es insuficiente para compensar la
negación práctica que representa la violencia
generalizada, nuestra desvinculación del mundo externo, el
comportamiento
persistentemente negligente de nuestros representantes, la
comprobación de nuestros errores históricos, y la
necesidad de sobrevivir por inclusión en el ciclo
desintegrador.
Nuestra economía
desarticulada y sin planeamiento
está basada en los precios magros
de nuestra mano de obra y de nuestros recursos
naturales, el valor agregado
de nuestros productos y
servicios
carecen de apoyo tecnológico eficiente, en el control y la
entrega de mercados
cautivos, que no toma en cuenta que un precio por
debajo de los costos condena
los productos y
servicios a una vida muy corta, y que los precios muy
altos deben revertir en la calidad de los
productos o servicios para su supervivencia. El éxito
económico no premia la producción, la productividad, o
la persistencia. Sin definiciones con visión de nuestro
futuro y de cómo mantener mecanismos estabilizadores para
que los individuos y las familias prosperen. Donde los costos de la
corrupción
encarecen los precios y servicios al público.
Desconocedora ella misma que la economía es un medio
y no una finalidad. Las inversiones y
reinversiones en el Perú son de naturaleza
especulativa donde las ganancias y ahorros generados no revierten
al Perú. La falta de competencia. La
factibilidad
financiera como base de cualquier proyecto carece de normatividad
efectiva y eficiente.
6. Desintegración
Institucional
Nuestras Instituciones
son generalmente reproductoras de modelos y
procedimientos
de fachada que finalmente resultan desintegradores y no
solidarios. Están basadas en fundamentos retóricos
que no cumplen, menos difunden y nunca aplican pero
convenientemente administran. Donde a la honradez, el esfuerzo,
el honor, la creatividad,
les falta aliento. Totalmente desorganizadas donde solamente los
que están envueltos en el desorden conocen su contexto de
provecho. Carente de sistemas
predecibles, una cualidad exclusiva de las entidades universales
mejor dotadas. Instituciones
que actúan de espaldas a sus mayorías asociadas o
membresía. Un sistema Institucional desarticulado de la
nación al no existir propósitos nacionales con
metodología reproducible. Instituciones que
tienen un desprecio increíble e inimaginable por la
intelectualidad histórica nacional y que comparan su
acumulación material y su poder hedonista efímero
con la producción cultural nacional. Instituciones que
desconocen organizadamente el rol de las prioridades y su
significado nacional. Donde la visión de la nación
en el largo plazo requiere definiciones, estrategias,
tácticas y sistemas
articulados, para que sus robustez y consistencia prevalezca
sobre el acoso o debilidad de sus componentes.
La propuesta para la integración nacional exige un
proyecto de nación y de una Asamblea Constituyente sin
plazos, presiones o parámetros nacidos de la coyuntura
nacional. Con representantes válidos comprometidos con la
integración nacional, sin tacha contra la vida o contra el
erario nacional, con visión de largo plazo, y con
procedimientos de consulta públicos.
Dios bendiga al Perú y despierte a los
peruanos.
Autor:
Fernando Baltazar Muñiz
Incháustegui