Propuestas básicas para la formulación de un código deontológico
Indice
1.
Introducción
2. Apropiación del
espíritu del Código penal
3. Derecho de realizar el trabajo
informativo
4. Panorama medioambiental,
bastante apocalíptico
5. Los derechos de otros,
límites a la libertad
periodística
6. Fuentes
Consultadas
En el marco de la dinámica social actual, los medios de
comunicación social, especialmente con su contenido
periodístico, representan un papel
fundamental: contribuyen en la conformación de los estados
de opinión
pública por medio de la difusión de las
temáticas sobre el acontecer nacional e internacional, con
temas políticos, sociales, económicos, culturales,
etc.
En este hacer público de los hechos, se favorece o
desfavorece el camino de la construcción de la democracia del
país, por medio de su aproximación o
distanciamiento de los hechos, que son referencia para el
debate, para
la toma de
decisiones, para la orientación, etc. Estas función la
concretan a través de:
1)las referencias que dan sobre la situación del
funcionamiento del Estado y de
sus instituciones
y de las relaciones socioculturales. Este arbitraje social
es fundamental para que funcionen las instituciones
democráticas, en un sistema Estatal
amañado en la haraganería, inoperancia y
corrupción
Por motivaciones ideológicas, opciones políticas,
intereses personales o incompetencias profesionales, los
periodistas caen o pueden caer en la tentación de sesgar
la información, ocultando los vicios y
desvaríos políticos, jurídico o
administrativos y/o ensalzando las acciones
institucionales de los funcionarios públicos, como suele
ocurrir en algunos casos del periodismo
nacional. Contrariamente, por las mismas razones se puede
desconocer conscientemente las bondades y los esfuerzos de las
instituciones públicas, haciendo énfasis en sus
debilidades únicamente.
2)La configuración de la imagen de los
sujetos que participan de ellos ( positiva o negativamente). Los
hechos periodísticos no son entidades abstractas,
atemporales y aculturales. Son eventos concretos
con responsables, afectados, testigos de "carne y hueso", con
motivaciones (políticas,
ideológicas, políticas, personales, etc.)con
diversas y complicadas intenciones, con sus derechos humanos,
con unos sentimientos, con una moral,
ubicados en situaciones bien determinadas, en redes vitales (vecindarios,
centros de trabajo, familias). Estos implicados en los hechos,
sujetos de la información periodística, cuentan
con un pasado, tienen un presente y se construyen unas
perspectivas de futuro donde se construyen la imagen de vida,
honor, respeto,
confianza, etc. Para que el trabajo
informativo se produzca profesionalmente en este tejido social
requiere de normativas morales que lo guíen en la
búsqueda del bien común, en democracia,
con equilibrio y
con respeto a todas
esas determinaciones sociales, jurídicas y culturales.
3) Además, su incidencia en el desarrollo de
los acontecimientos mismos (positiva o negativamente). Significa
que, dependiendo de los datos y de los
tonos de la información ofrecida a través de los
medios de
comunicación masivos, se puede desencadenar una serie
de acciones y
reacciones con respecto de la dirección de los procesos
(judiciales, políticos, económicos, etc). Por "el
complejo don de la palabra" (escrita, hablada o figurada), la
información periodística en la esfera de lo
público media en la sociedad, en el
marco de una serie de limitaciones y posibilidades para el
desarrollo de
la democracia.
Para coadyuvar no en la involución, sino en la
evolución de las relaciones
democráticas en nuestro país, implica que los
periodistas deben asumir una conducta
profesional responsable en la recopilación,
transmisión, difusión y comentario de noticias e
información y en la descripción de los sucesos. Así lo
plantea El manual de
seguridad, de
la Federación Internacional de Periodistas (1998:22-23),
cuando aboga por el respeto a la verdad, a la exactitud, a la
honradez para obtener la información, a la
rectificación cuando la información publicada
resulte ser inexacta, a la ley, a los
derechos humanos
y al secreto profesional, entre otros compromisos.
Por la necesidad de garantizar esos compromisos, habrá que
asumir en la práctica profesional el planteamiento hecho
en el Código
Internacional de Ética
Periodística(ONU: 1952),
cuando establece que:
- Los periodistas deben hacer todo lo que esté
a su alcance para asegurarse de que la información
recibida por el público sea exacta en cuanto a los
hechos, y deben comprobar sus fuentes; - Los periodistas deben evitar la búsqueda de
ventajas personales y la promoción de intereses privados,
contrarios al bienestar general; - Los periodistas deben evitar los delitos
profesionales como la calumnia, la difamación, el
libelo deliberado, las acusaciones infundadas y el
plagio; - Los rumores y las noticias no confirmadas deben ser
indicados y tratados
como tales; - Las tareas asignadas a los periodistas deben ser
compatibles con la integridad y la dignidad
profesionales; - Respetar informativamente el principio de la
presunción de inocencia y lo establecido por la
ley.
2. Apropiación del
espíritu del Código penal
En esta situación democrática que vive
país, caracterizada por los esfuerzos existentes de
instaurar el Estado de
Derecho, de parte de la mayoría de las fuerzas
político-sociales, los medios
informativos, como instituciones sociales, y los periodistas,
como designados por la sociedad para la
función
de mediación informativa, deben regirse por una normativa,
por una reglamentación que posibilite el cumplimiento
tanto de sus derechos como de sus deberes
profesionales.
En esa dirección, del Código Penal, me
parece muy positivo su contenido referente a la calumnia
(Art.177), por cuanto pena el delito de
atribuirle falsamente a una persona la
comisión de un delito o la
participación en el mismo, de forma reiterada y /o
publicitada.
Por responsabilidad profesional y moral, un
medio de comunicación
social o un periodista no puede arrogarse el derecho de
informar sobre un acontecimiento de actualidad, en donde se
implica a sujetos, sin tener los datos
(declaraciones diversas) concretos y comprobables, con el
pretexto de ejercer su función en el marco de la libertad de
expresión y de emisión del pensamiento. A
mediados de junio del presente año, "un movimiento
medioambientalista" declaró en una conferencia
informativa que la Universidad "Dr.
José Matías Delgado" estaba depredando parte de la
Finca del Espino, considerada como zona de recarga de los mantos
acuíferos que proveen de agua a la zona
metropolitana, era la que estaba construyendo en dicha zona. Sin
contrastar datos y fuentes,
algunos medios
televisivos e impresos destacaron la denuncia del Dr. Ricardo
Navarro, líder
del CESTA (Centro Salvadoreño de Tecnología
Apropiada). Sin polemizar públicamente, la citada universidad
aclaró en los medios impresos que la construcción que se está realizando
al oriente de sus instalaciones no es de su responsabilidad, y el terreno tampoco es
construcción no es de su propiedad,
como lo aseguraron dichos movimientos "ecologistas". Los medios
que destacaron la denuncia ni siquiera han dicho nada
todavía; los "denunciantes" tampoco han reconocido el
error.
En muchas ocasiones, por ignorancia, por mala
intención, por amarillismo, irresponsablemente se calumnia
a personas públicos o a personas de a pie, cuando el
daño a la imagen y honorabilidad no se puede resarcir,
aunque haya disculpa pública sobre los errores. La
normativa obliga a los periodistas a manejar los datos y las
informaciones más responsable y profesionalmente, apegados
a derecho y con disponibilidad de pruebas
fehacientes.
También es conveniente la normativa sobre la
difamación(Art.178), pues pena al que atribuyere a una
persona que no
esté presente una conducta o
calidad capaz
de dañar su dignidad, menoscabando su fama o atentado
contra su propia estimación, publicitada y /o reiterada.
Igual sobre la injuria(Art.179), pues pena al que ofendiese de
palabra o mediante acción la dignidad o el decoro de una
persona presente, reiterada y /o publicitada, y los
artículos subsecuentes(181-183), referidos a la
inhabilitación, concepto de
publicidad, lo
encubierto y el régimen de prueba.
Sin duda, esto responde a la necesidad de que existan reglas, que
salvaguarden los derechos individuales tanto de los sujetos
públicos como de los de a pie, y, consecuentemente,
propicie una información sustentada en hechos y no en
chismes.
Libertad de expresión,
fundamento profesional
En el contenido esencial de un código de conducta
profesional de los periodistas(llámese código
deontológico; no-código de ética como
se acostumbra nombrarlo), es una condición indispensable
consignar categóricamente la libertad de
expresión, derecho humano universal fundamento de la
libertad de
información periodística y de la libertad de opinar
sin ataduras.
En el centro de la Declaración Universal de Derechos Humanos
(Asamblea General de las Naciones Unidas,
10 de diciembre de 1948), está la libertad de
expresión. En su preámbulo la proclama "como la
aspiración más elevada del hombre, el
advenimiento de un mundo, en que los seres humanos, liberados del
temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de
la libertad de creencias".
Los periodistas salvadoreños, en cualesquiera de las
áreas de trabajo profesional (académica, medios
masivos, gabinetes informativos privados o públicos, etc.)
y en cualesquiera de las condiciones en que ejerzan su
profesión (tolerantes o intolerantes), tienen derecho a la
protección que les brinda dicha Declaración,
especial y enfáticamente en lo pertinente para aquellos
informadores que tratan de aproximarse a los hechos del presente
social actual en áreas sumamente peligrosas, como la
corrupción
o la incompetencia de funcionarios públicos, el peculado,
el narcotráfico, desvaríos judiciales o
policiales, la criminalidad, el tráfico de influencias,
licitaciones amañadas, etc.
3. Derecho de realizar
el trabajo
informativo
Como se indica en nuestra Constitución (artículo 6), "Toda
persona puede expresar y difundir libremente sus pensamientos
siempre que no subvierta el orden público, ni lesione
la moral, el
honor, ni la vida privada de los demás…..", y se
patentiza en la Declaración Universal de Derechos
Humanos(artículo 19): "Todo individuo tiene derecho a la
libertad de opinión y de expresión; este derecho
incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de
investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de
difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier
medio de expresión".
Esta declaración, ratificada por el Gobierno de la
República de El Salvador, y, en consecuencia, ley del
país, y el principio constitucional citado, implica
operativamente en el trabajo periodístico:
1)el acceso irrestricto a las fuentes informativas pertinentes
para la elaboración de una noticia, un reportaje, una
crónica, un artículo, etc. Por ejemplo, fuentes
testimoniales, documentales, oficiales, no oficiales, etc. sobre
hechos de actualidad o con actualidad. Esto supone utilizar
métodos
honrados para obtener la información, las
fotografías y los documentos.
Sin embargo, en el Código Procesal Penal (artículo
327,1997:230)se establece que el periodista no podrá
acceder a los acontecimientos judiciales "cuando el tribunal
decrete reserva del caso, cuando así lo exijan razones de
moral, de interés
público, la seguridad
nacional o esté previsto por una norma específica".
El artículo tiene un contenido impreciso, que motiva una
serie de interrogantes sobre las razones que obligan al juez a
decretar "reserva del caso". Ante el contenido de esa norma
habría que preguntarse: ¿Cuáles razones de
carácter moral? ¿Cuál
interés
público? ¿Qué seguridad nacional?.
Semánticamente, los términos "moral",
"interés público" y "seguridad nacional" son tan
genéricos que significan todo lo relacionado a la
actividad humana en las relaciones sociales.
Esta imprecisión abre muchísimas
posibilidades a influencias de índole subjetivas en los
procesos
judiciales, como las "amistades" del juez, los compadrazgos
políticos, el hábito de esconder la verdad, las
negligencias, el temor a los periodistas, la intolerancia del
sistema
político, etc., etc.
En la práctica puede dar lugar a abusos de autoridad en
contra del informador, o posibilitar arbitrariedades en la
determinación de la reserva, en casos en que los
públicos tienen derecho a saber, porque son de relevancia
en el presente social, como pueden ser los referidos a las
violaciones, a los secuestradores, por ejemplo.
Esta disposición legal riñe con el artículo
19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. De
hecho, de acuerdo con esta disposición legal de alcance
mundial, aquí se ha impedido arbitrariamente el trabajo de
los periodistas, cuando se ha estado
investigando casos de gran interés nacional, como el
referido al crimen organizado, la corrupción
en el Estado y el
tráfico de influencias en el sector judicial.
2)El respeto a la verdad y al derecho que tiene el público
a conocerla (FIP, 1986).Como parte de la libertad de
información, debe reconocerse el derecho esencial a ser
informado objetivamente. Una información
periodística existe en la medida que hay un usuario de
ella (radioapasionado, televisionario y lectoapasionado) que
participa de la construcción del acontecimiento
periodístico.
Sin el consumo y la
apropiación de la información, simplemente no hay
noticia, por mucho esfuerzo, entereza y dedicación que
pueda poner el periodista en la elaboración de una
noticia. Los públicos, como partícipes del
acontecer y expertos en el diario vivir en este país,
esperan que los medios de comunicación masiva, en su contenido
periodístico, los provean de información objetiva
sobre el presente social actual, para poder
orientarse pertinentemente y poder opinar y
actuar sobre esos hechos.
En esta perspectiva, por objetividad debe entenderse la
aproximación a los hechos de actualidad o con actualidad
en su mayoría de componentes y versiones. Esto implica
rigor en el tratamiento del acontecer: exactitud de los datos,
ubicación del contexto pertinente, obtención de
información fiable, diferenciación de la
información y de la opinión, etc.
La objetividad se plantea como "aproximación a los
hechos", porque el signo periodístico no es ni puede
pretender ser el hecho mismo; se trata de una sustitución
de los hechos, de una reconstrucción
teórico-técnica sobre el acontecer del presente, a
través de procedimientos
particulares y diferenciados. Consecuentemente, los consumidores
de información necesitan y exigen cada vez más de
mejores aproximaciones a los hechos, para identificarse como un
sujeto que vive aquí y ahora en El Salvador y poder
orientarse políticamente de la forma más adecuada y
oportuna.
Para garantizar esta aproximación a los hechos, es
indispensable tomar en cuenta lo siguiente: 1) el periodista debe
evitar la adquisición de compromisos ajenos al medio de
comunicación para el que trabaja ( los
empleos secundarios, los compromisos con los políticos y
con los empresarios comprometen la integridad de no sólo
de los periodistas, sino también la de sus empleadores);
2) debe procurarse la exactitud y la meticulosidad( titulares,
cuerpos de la noticia, fotografías, secuencias, etc.,
tienen que dar una visión exacta del hecho; implica no
enfatizar incidentes menores, fuera de contexto); 3) diferenciar
claramente entre información noticiosa y expresiones de
opinión; la primera debe representar a todas las partes
del problema.
Los periodistas, en sus rutinas productivas diarias,
deben estar comprometidos con la justicia
(Washington Post: Normas y
Ética), en el tratamiento de la información
obtenida, entre otras, por medio de las acciones siguientes:
1)Ninguna noticia es justa si omite hechos de importancia o
significación primordial ( supone contemplar todas las
dimensiones de un acontecimiento); 2) ninguna noticia es justa si
incluye información que esencialmente no viene al caso, a
expensas de hechos significativos ( supone la pertinencia de la
información); 3) ninguna noticia es justa si consciente o
inconscientemente lleva a conclusiones equivocadas o incluso
engaña al lector ( supone la honestidad).
El cumplimiento del derecho de la libertad de expresión,
contemplado en el artículo 19 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y en el artículo 6 de la
constitución de la República de El
Salvador, y la garantía del respeto a la verdad y al
derecho que tiene el público a conocerla, implica que los
periodistas deben actuar responsablemente. Con base al conocimiento
acumulado en la deontología y en el campo profesional de
las comunicaciones, sugiero tomar en
consideración las sugerencias siguientes para que los
periodistas cumplan cabalmente con ese propósito
profesional que la sociedad le ha encomendado.
Uso adecuado del castellano en la
elaboración de la información, con el
propósito de designar lingüísticamente bien
las cosas, los sujetos, las acciones y los procesos del presente
social actual.
Esto supone que se debe asumir profesionalmente el respeto a las
normas del
idioma castellano, en su
estructura
morfo-sintáctica tanto en el plano escrito como en su
expresión oral. Significa esto que se debe tener respeto a
la forma y la estructura del
idioma, al significado de los vocabularios y al uso del lenguaje.
Entonces, la elaboración y presentación de la
noticia y la información en general debe concebirse como
un trabajo profesional
que requiere de la apropiación de principios
teóricos y prácticos devenidos de una cantidad de
campos conceptuales (especialmente de las ciencias del
hombre y de la
sociedad).
En estos momentos en que los conocimientos
científicos del idioma están bastante
desarrollados, no podemos seguir hablando en las narraciones
deportivas de "una pelota dividida", "a estas alturas del
partido", "ya se fueron cuarenta minutos del encuentro", o, en el
periodismo de
actualidad, "hubieron cinco muertos", "se encontró un
bolso conteniendo un colón", y del uso de tanta muletilla
trasnochada como "por otra parte" y "por otro lado", etc.
Consecuentemente, en la confección de todo discurso,
especialmente en la información periodística, se
requiere tener presente las siguientes propiedades del texto:
adecuación, que posibilita utilizar un lenguaje
pertinente para las personas en sus formas de pensar, de sentir y
de comunicarse; coherencia, que permite establecer una
relación entre todas las parte de la información; y
cohesión, que establece la relación lógica
entre las ideas y datos del acontecimiento ( Teun Van Djik,
1995). Estas propiedades provienen de las características de cada uno de los
elementos que constituyen el acto comunicativo: el emisor, el
medio, el contexto y el receptor.
Esto implica normar la conducta profesional de los periodistas no
sólo con relación a él sino con respecto a
todos los involucrados en el proceso
comunicativo. Esto precisamente porque la función de todo
signo, específicamente de cada mensaje, cualquiera que
sea, tiene como función esencial comunicar, es decir,
establecer una relación social (Roman Jakobson, 1985).
Pero entendiendo por comunicar no el principio irresponsable "lo
importante es que se entienda ", sino como una forma de
interacción entre periodista y públicos de la
manera más profesional y precisa.
Uso pertinente y responsable de los referentes de la
actualidad, con el fin de aproximarse mejor al presente social
actual.
El concepto de
actualidad no se reduce a lo que sucede ahora en la "conferencia de
prensa" (sic),
a lo contemplado en el boletín, que comienza y termina
ahora, con un contenido proveniente de las fuentes oficiales,
generalmente compulsivas, sino que abarca un espectro de
posibilidades más diverso y complicado.
Significa considerar en el tratamiento del concepto de actualidad
las diferentes expresiones del presente, que por su propia
naturaleza no
tienen la misma presencia en el tiempo ni la
misma composición esencial. Se trata de la responsabilidad
de planificar y realizar un periodismo más especializado,
con el objetivo de
aproximarse a la multidimensionalidad, diversidad y desarrollo de
la realidad social.
En el ejercicio periodístico, implica la responsabilidad
de identificar, tipificar y caracterizar los hechos, de acuerdo
con su presencialidad temporal y a su trascendencia social (Mar
de Fontcuberta, 1993:16-25).Siguiendo este planteamiento,
habrá que diferenciar y dimensionar claramente:
Los hechos de corto alcance. Son los que tienen una
duración a lo sumo de un par de días. Su posible
impacto e interés social dura poco tiempo, como
puede ser el caso de los accidentes de
tránsito, de esos que suelen ocurrir en el San Salvador
diurno y nocturno, entre semana o fin de semana, a pesar de la
cientificidad y pertinencia del "borrachímetro"
implementado por Medicina
Legal. A pesar de que en la rutina del ejercicio
periodístico en este país se suele entender
así, esencialmente la actualidad social no se agota en
este tipo de hechos del día y de lo informado en las
acostumbradas conferencias informativas.
Los hechos de alcance medio. Son los que tienen una
duración de dos o tres semanas. Su posible impacto e
interés social permanece más en el tiempo, como
puede ser el intrincado y obtuso conflicto
interno del FMLN. Por su naturaleza, estos
hechos necesitan mayor investigación de datos, de perspectivas y
de reacciones, y la presentación en formatos más
explicativos y creativos. En El Salvador, estos hechos
frecuentemente se tratan casi de la misma forma que los hechos de
corto alcance, incluso presentados con el mismo formato de
noticia, especialmente en la
televisión y en radio. Es de
reconocer que los periódicos han mejorado mucho en el
tratamiento le dan a estos temas, en su revistas dominicales.
Los hechos de largo alcance. Son los hechos cuya duración
se extiende a períodos largos, meses o años, como
ocurre con la "foránea, sonada, dudosa y poco
pragmática Reforma Educativa", como dice un maestro de
bachillerato. Estos hechos requieren procedimientos de
investigación periodística
más detenidos, con abordajes de mayor profundidad, para
determinar la evolución de los fenómenos sociales.
En el país, al igual que los de alcance medio, se los
manipula con los mismos criterios que los hechos del día.
Así la Reforma Educativa o la crisis de la
educación
superior en nuestro país solamente las trata si es del
interés de los funcionarios públicos o de la
oposición en las conferencias informativa, en los
escenarios políticos.
Los hechos de actualidad constante. Son aquellos hechos,
fenómenos o procesos que tienen una duración
permanente y una composición multidimensional, que son
manifestación y característica de estructuras
sociales, políticas, económicas, culturales, etc.
Por ejemplo, las "trabazones" en el Gran San Salvador, la falta
de transparencia en las cuentas de los
funcionarios públicos (por inocuos que sean), los
hábitos de intolerancia política, la
endémica pobreza de los
sectores excluidos de las políticas públicas, el
enfermizo sistema artístico-cultural. Siempre lo mismo: se
los trata siempre y cuando no haya conferencias informativas o
declaraciones de políticos, especialmente abordados para
los días feriados.
Uso pertinente y responsable de formatos
periodísticos.
Debe superarse la costumbre, un poco simplista y desfasada, de
designar mal los formatos (llamarle reportaje a cualquier cosa),
utilizar de forma indiscriminada la estructura de la noticia,
enfocar unidimensionalmente los hechos desde perspectivas
políticas o desde estilos amarillistas, compartimentar los
hechos de una forma discontinua, y desconocer los esquemas
informativos basados en la planificación seria.
Estilo periodístico motivado por una concepción
empresarial bastante conservadora (muchas veces ingenuas), por
presiones económicas o políticas intolerantes y por
rutinas profesionales poco creativas.
En un normativo propio de la conducta profesional, por respeto a
la precisión técnica de las actitudes
periodísticas (o formatos de elaboración y
presentación del contenido social) y a la
composición y duración de los acontecimientos
sociales y los involucrados, y por el reconocimiento de que el
trabajo periodístico se puede mejorar en beneficio de la
población salvadoreña, debe asumirse
un compromiso de realizar un trabajo más preciso,
más diverso, más creativo, más planificado y
exacto.
Además, en el trabajo periodístico, el cumplimiento
del derecho de la libertad de expresión implica actuar
responsablemente bajo los siguientes principios:
Rectificación de cualquier información
publicada y revelada inexacta y perjudicial.
Como lo establece la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (OEA, 22 de
noviembre de 1969), en su artículo 14, "Toda persona
afectada por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su
perjuicio, a través de medios de difusión
legalmente reglamentados y que se dirijan al público en
general, tienen derecho a efectuar por el mismo órgano de
difusión, su rectificación o respuesta en las
condiciones que establezca la ley". Asimismo, en el
artículo 6 de nuestra Constitución "Se reconoce el
derecho de respuesta como una protección a los derechos y
garantías fundamentales de la persona."
Aun cuando en ambas leyes el sentido
del derecho de rectificación se atribuye al agraviado o
perjudicado, el periodista y /o el medio de comunicación
social, reconociendo inexactitudes en su información
publicada, por principio moral debe tomar la iniciativa de
aclarar la inexactitud, cuando "…hayan producido un daño
injusto a alguien o que atente contra el derecho de la comunidad a estar
bien informada", como dicen los expertos en ética
periodística María Teresa Herran y Javier
Darío Restrepo(1991:281).
Evitar la maledicencia
Se trata del uso mesurado del idioma en los comentarios o
informaciones, con el fin de no maldecir o hablar mal en
perjuicio de una persona.
Conviene que el periodista en el ejercicio de su
profesión, especialmente en la elaboración del
relato noticioso o el comentario, debe tomar una actitud de
cordura en la terminología utilizada, pues las palabras,
las oraciones, los párrafos o los discursos
periodísticos, en ciertos contextos pueden tener
significados estrictamente emotivos, con efectos desfavorables
para un propósito justo.
Para evitar que esas cargas emotivas puedan afectar
negativamente, el periodista, dependiendo de la pertinencia
informativa, deberá utilizar un estilo redaccional por
medio de artificios fonéticos, sintácticos para
elaborar su interpretación y/o crítica. Por
ejemplo, en lugar de decir "Funcionarios prepotentes",
podría decirse "Arrogancia oficial"; en lugar de
"ladrones", con "dudosa reputación en el manejo de los
fondos del erario".
En esta perspectiva, Stephen Ullmann(1978:144),
refiriéndose a las tonalidades emotivas del lenguaje,
afirma que el idioma no sólo es mero vehículo de
comunicación, sino un medio para expresar emotividades y
de despertarlas en otros. Significa que, en contextos caldeados
por la lucha, por la calamidad, por la zozobra o por el debate, a las
palabras se les puede atribuir sentidos distantes a los
propuestos por el periodista. En algunos casos, hasta se pueden
generar actitudes
completamente diferentes a las previstas; más aún,
cuando hay personas que se prestan a motivar esos significados,
haciendo alarde de manejos propagandísticos con el estilo
de la guerra
psicológica.
Con el propósito de evitar esos malos entendidos, y de
entender "pan" por "pan" y "vino" por "vino", se debe utilizar
mesuradamente el idioma, de acuerdo con el (re)conocimiento
de las fuentes de las tonalidades emotivas, a saber:
- Factores fonéticos. La estructura
fonética de una palabra puede dar origen a efectos
emotivos, de agrado o desagrado, con independencia del significado que expresan.
Esto ocurre con palabras como "testaferro", "mediocre",
"imbécil", "estúpido" y otras, que, por su uso,
pueden posibilitar no sólo enojos, sino violencia
o amenazas y denuncias. - Contexto. Cualquier palabra, por prosaica que sea,
puede en ciertos contextos estar circundada de un aura
emotiva. En unas circunstancias, puede no tener importancia;
en otras, una fuerza
positiva; en otras, negativa. Por ejemplo "cárcel", no
significa lo mismo para un funcionario público que
tiene problemas
con cuestionadas malversaciones de fondos del Estado, que
para un ciudadano transparente y respetuoso de la ley, o que
para "El directo" (sobrenombre de un peligroso asesino,
actualmente en prisión). - Derivaciones emotivas. Se refiere a ciertos sufijos
(Diminutivos, aumentativos, peyorativos) que añaden
una nota emotiva o un juicio de valor al
significado del tema, como puede ocurrir con los
términos "tiranuelo" y "ladronzuelo". - Afectación del receptor. El significado de
los términos cambia según sea la intensidad de
la afectación, en su espacio vital y la
implicación de sus intereses. Por ejemplo: 1) directa
y personal,
como las que afectan directamente a la vida cotidiana de un
individuo que, estando en la cárcel por hurto, ha sido
denunciado también de "violador"; 2)directa y no
personal, que
afecta directamente de forma emotiva o ideológica,
pero su incidencia no es relevante para la cotidianidad, como
el caso de "la sentencia de muerte
para el salvadoreño Cruz León, en la Habana,
Cuba, por
atentar contra la seguridad nacional", para un
salvadoreño lejano de la familia
del sentenciado; 3)indirecta, la noticia se percibe como algo
distante de nuestro entorno, como "las muertes por error de
cálculo", en la guerra de
la OTAN contra Yugoslavia; y 3) no-implicación, donde
se evidencia una indiferencia casi total de los
salvadoreños, por ejemplo, en el caso del
"espectáculo montado contra la Gloria
Trevi".
Evitar la discriminación fundamentada especialmente
en la pertenencia a clases
sociales, la falta de poder político, las opiniones
políticas y demás referidas a las opciones sexuales
y religiosas
En el periodismo nacional suele ocurrir, no tipos de discriminación racial y religiosas, sino la
costumbre de no ofrecer los espacios informativos de manera
pluralista. Se reconoce que, con la firma de los Acuerdos de Paz
en enero de 1992, se abrieron muchos espacios políticos y,
con ellos, las páginas de los periódicos, los
contenidos radiofónicos y las imágenes
de la televisión
ofrecen cada vez mayores y mejores posibilidades de un abordaje
informativo amplio y diversos, en comparación con el
estilo periodístico de la guerra.
Sin embargo, también se identifican rutinas laborales de
los medios de
comunicación que no caminan con el ritmo de los nuevos
tiempos. Aun cuando existen las posibilidades, los hábitos
en la construcción de la información diaria, se
afincan en costumbres del pasado, que se pueden entender como
discriminación informativa, como son: la selección
temas propios del día y de tipo político, como los
que inundan diariamente los espacios informativos; la
superficialidad y el alarmismo en el abordaje de temas, como el
tratamiento de los terremotos de
enero y febrero del 200; la falta de seguimiento a otros,
exceptuando unos pocos medios, la mayoría se especializa
en los temas finitos (nacen, crecen y mueren en el día o
en la semana, a pesar de que tengan un carácter
estructural como la creciente pobreza, la
cuestionada Reforma Educativa, la corrupción estatal,
etc); el veto a temas delicados, como el narcotráfico, la compra de voluntades en el
congreso, el haraganismo y la inoperancia de las instituciones
gubernamentales; las fuentes oficiales como exclusivas para
elaborar la noticia, y consecuente exclusión de otras
fuentes como los expertos y las personas de a pie, como la famosa
política
informativa de "La rueda de caballitos", que consiste en que
aparecen los mismos políticos o intelectuales ( los
famosos "todólogos que hablan hasta del más
alla´"), que suelen ser amigos o parientes de la ideología u opción política
del medio".
Como se reconoció en la Declaración
Interinstitucional, de la Cuarta Reunión Consultiva de
organizaciones
nacionales y regionales de periodistas activos(Praga y
París, 1983),"La naturaleza de la profesión exige
que el periodista promueva el acceso del público a la
información y su participación en los medios de
comunicación…"
Considerar precisamente la identidad de
la función del periodista.
Allende de la discusión estéril de quién es
más periodista (si el académico o el
empírico), o de ambos quién es el que tiene mayor
estatuto social, de lo cual ya hablamos en su oportunidad, en la
elaboración de un código de conducta profesional
del periodista, con respecto a la identidad del
mismo, habrá que considerar los siguientes
aspectos:
- La participación del profesional en la
construcción del presente social actual. Significa que,
haciendo uso de métodos
y técnicas
de planificación, recolección,
elaboración y presentación de informaciones
periodísticas, participan profesionalmente en un
período, que va de una publicación a otra, sobre
temas de actualidad o con actualidad. Implica que el
período puede ser un día, una semana, quince
días, un mes, etc. - Los periodistas son los profesionales que ejercen las
siguientes funciones: en
un periódico, el director, el sub.-director,
jefe de redacción, el jefe de información,
corrector de estilo, el redactor, el fotógrafo y el
corresponsal; en la
televisión, el director, el sub.-director, el jefe
del departamento de información, el redactor, el
reportero, el camarógrafo de información; en
radio, el
director, el jefe del departamento informativo, el redactor, el
reportero; en los gabinetes informativos, en oficinas de
relaciones
públicas o propaganda u
otros mini medios, todas aquellas personas que
desempeñan funciones
informativas de tipo periodístico. - Son periodistas también los profesionales que
ejercen sus funciones que tienen que ver con el campo
profesional de la información periodística,
especialmente en el campo de la docencia en periodismo y el de
la investigación de la información, siempre y
cuando mantenga un nexo con la producción en los medios de
comunicación masiva o en los medios de
comunicación institucional, cualquiera que sea su
período o su carácter. Por el estado de
desarrollo de la docencia en comunicaciones y de la investigación
especializada y su respectiva interacción con la
práctica profesional del periodismo propiamente dicha,
la identidad de la función periodística no puede
reducirse al manejo del lenguaje y de la tecnología periodística y de la
actividad reporteril diaria.
Evitar las faltas graves como la violación a los
derechos de
autor como el plagio.
El Código Penal (artículo 226) dice que "El que
reprodujere, plagiare, distribuyere o comunicare
públicamente, en todo o en parte, una obra literaria,
artística, científica o técnica o su
transformación o una interpretación o
ejecución artísticas fijada en cualquier tipo de
soporte o fuere comunicada a través de cualquier medio,
sin la autorización de los titulares de los
correspondientes derechos de propiedad
intelectual o de sus cesionarios, será sancionado con
prisión de uno a tres años…"
Sin duda, esto debe respetarse a cabalidad, especialmente por las
nuevas generaciones de periodistas, para que no les ocurra como a
algunos profesionales de las diversas áreas de los
conocimientos de la
comunicación social han plagiado irresponsablemente
textos enteros de otros autores, entre otras producciones
científicas, las de Mauro Wolf, José Luis
León, Ricardo González Otero y, para variar a mi
persona, sin reconocer los créditos académicos. Aquí en
nuestro país, ocurre que, además del delito del
plagio, que los plagiarios muestran una actitud de
descaro y cinismo, que ni siquiera se inmutan cuando se les ha
señalado y reconocido públicamente su irrespeto a
las propiedades intelectuales ajenas.
En las rutinas diarias de la producción periodística, de algunos
medios de comunicación social, masivos o institucionales,
se ve como natural la apropiación de la información
de otro autor, sin reconocerle sus créditos. Abarca todo el proceso
informativo: la planificación, la recogida de datos, la
elaboración y la presentación de la noticia. Por
ejemplo en la televisión
ha ocurrido con mucha frecuencia que en las noticias
internacionales recurren a las cadenas internacionales de
televisión como Univisión, CNN, Telemundo y otras,
insertan las noticias provenientes de estos noticieros
internacionales en sus espacios informativos y no reconocen los
créditos.
Fortalecer la
organización sindical o gremial de los
periodistas.
A pesar de que la composición del gremio de periodista no
se muestra ni
bonancible ni fácil de recomponer, se puede superar en
beneficio de los informadores y de la opinión
pública, si las instancias implicadas sustancialmente
en el campo profesional realizan procesualmente las acciones
pertinentes y oportunas.
Sin esta condición todo "el deber ser" del comportamiento
profesional del periodista no tendrá sentido ni
posibilidad de realización en las rutinas profesionales.
Fortalecer la unidad del gremio para concretar el bien
común de cada uno de los informadores, como hemos dicho ya
en otras oportunidades, implica tomar en cuenta lo siguiente:
Las dirigencias de las organizaciones de
periodistas tienen que ofertar planteamientos y acciones que
vayan encaminados a satisfacer las necesidades formativas,
salariales, sociales y morales de los agremiados. No se puede
seguir pensando en poemas
becquerianos o de promesas ideológicas, sino en ofrecer
las herramientas
técnicas y las condiciones
pragmáticas, para ganarse la vida en estos tiempos
neoliberales;
La elaboración de planes de desarrollo
estratégicos, de modo que se identifique objetivamente el
multidimensional estado actual de la problemática de los
informadores, se confeccionen programas de
acción a favor de todos los periodistas, se dirijan y se
organicen todas las actividades adecuada e eficientemente, con el
fin de satisfacer las necesidades, expectativas e inquietudes de
todos los periodistas;
La búsqueda de la unidad política de todo el
gremio. Las diferentes organizaciones( asociaciones, sindicatos,
colegios, etc.)están obligadas a establecer las alianzas
estratégicamente con todos los sectores de la sociedad,
para posibilitar la concreción del reconocimiento objetivo de la
identidad del gremio, de los problemas
prioritarios y de la búsqueda de las reivindicaciones
comunes, y para viabilizar el cumplimiento de los deberes de los
informadores, si quieren hacer algo valioso y pertinente para
todos en estos tiempos adversos para la clase
trabajadora.
Contribuir a la defensa de la naturaleza
En la elaboración de un código de conducta
profesional de los periodistas en El Salvador, además de
respetar los principios universales relacionados al bien
común de los periodistas, conviene, también de
manera prioritaria, tomar una actitud responsable con respecto al
entorno natural, de cuyo equilibrio
depende el bien no sólo de los informadores, sino de todos
los sectores sociales, sean estos pobres o ricos, comunistas o
fascistas, machos o hembras, académicos o
imbéciles, negros o blancos, corruptos u honestos,
plagiadores o productores, del norte o del sur, trasnochadores o
responsables, fieles o infieles, jóvenes o viejos, gordos
o flacos, feos o bonitos, evangélicos o católicos,
borrachos o sobrios, etc.
Como profesional de la información periodística, no
sólo se debe defender los derechos del gremio, sino asumir
el papel de
defensor del medio
ambiente. La posibilidad de tomarse esta responsabilidad en
la práctica periodística radica en los siguientes
hechos: Gran parte del problema de los desequilibrios
medioambientales radica en la falta de conciencia social
y en los hábitos poco respetuosos hacia la naturaleza, y
en la capacidad de los medios de comunicación social de
crear una agenda en los públicos, en favor de la
solución de este asunto de
vida o muerte para
todos.
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