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Propuestas básicas para la formulación de un código deontológico



Partes: 1, 2

    Indice
    1.
    Introducción

    2. Apropiación del
    espíritu del Código penal

    3. Derecho de realizar el trabajo
    informativo

    4. Panorama medioambiental,
    bastante apocalíptico

    5. Los derechos de otros,
    límites a la libertad
    periodística

    6. Fuentes
    Consultadas

    1.
    Introducción

    En el marco de la dinámica social actual, los medios de
    comunicación social, especialmente con su contenido
    periodístico, representan un papel
    fundamental: contribuyen en la conformación de los estados
    de opinión
    pública por medio de la difusión de las
    temáticas sobre el acontecer nacional e internacional, con
    temas políticos, sociales, económicos, culturales,
    etc.
    En este hacer público de los hechos, se favorece o
    desfavorece el camino de la construcción de la democracia del
    país, por medio de su aproximación o
    distanciamiento de los hechos, que son referencia para el
    debate, para
    la toma de
    decisiones, para la orientación, etc. Estas función la
    concretan a través de:
    1)las referencias que dan sobre la situación del
    funcionamiento del Estado y de
    sus instituciones
    y de las relaciones socioculturales. Este arbitraje social
    es fundamental para que funcionen las instituciones
    democráticas, en un sistema Estatal
    amañado en la haraganería, inoperancia y
    corrupción
    Por motivaciones ideológicas, opciones políticas,
    intereses personales o incompetencias profesionales, los
    periodistas caen o pueden caer en la tentación de sesgar
    la información, ocultando los vicios y
    desvaríos políticos, jurídico o
    administrativos y/o ensalzando las acciones
    institucionales de los funcionarios públicos, como suele
    ocurrir en algunos casos del periodismo
    nacional. Contrariamente, por las mismas razones se puede
    desconocer conscientemente las bondades y los esfuerzos de las
    instituciones públicas, haciendo énfasis en sus
    debilidades únicamente.
    2)La configuración de la imagen de los
    sujetos que participan de ellos ( positiva o negativamente). Los
    hechos periodísticos no son entidades abstractas,
    atemporales y aculturales. Son eventos concretos
    con responsables, afectados, testigos de "carne y hueso", con
    motivaciones (políticas,
    ideológicas, políticas, personales, etc.)con
    diversas y complicadas intenciones, con sus derechos humanos,
    con unos sentimientos, con una moral,
    ubicados en situaciones bien determinadas, en redes vitales (vecindarios,
    centros de trabajo, familias). Estos implicados en los hechos,
    sujetos de la información periodística, cuentan
    con un pasado, tienen un presente y se construyen unas
    perspectivas de futuro donde se construyen la imagen de vida,
    honor, respeto,
    confianza, etc. Para que el trabajo
    informativo se produzca profesionalmente en este tejido social
    requiere de normativas morales que lo guíen en la
    búsqueda del bien común, en democracia,
    con equilibrio y
    con respeto a todas
    esas determinaciones sociales, jurídicas y culturales.
    3) Además, su incidencia en el desarrollo de
    los acontecimientos mismos (positiva o negativamente). Significa
    que, dependiendo de los datos y de los
    tonos de la información ofrecida a través de los
    medios de
    comunicación masivos, se puede desencadenar una serie
    de acciones y
    reacciones con respecto de la dirección de los procesos
    (judiciales, políticos, económicos, etc). Por "el
    complejo don de la palabra" (escrita, hablada o figurada), la
    información periodística en la esfera de lo
    público media en la sociedad, en el
    marco de una serie de limitaciones y posibilidades para el
    desarrollo de
    la democracia.

    Para coadyuvar no en la involución, sino en la
    evolución de las relaciones
    democráticas en nuestro país, implica que los
    periodistas deben asumir una conducta
    profesional responsable en la recopilación,
    transmisión, difusión y comentario de noticias e
    información y en la descripción de los sucesos. Así lo
    plantea El manual de
    seguridad, de
    la Federación Internacional de Periodistas (1998:22-23),
    cuando aboga por el respeto a la verdad, a la exactitud, a la
    honradez para obtener la información, a la
    rectificación cuando la información publicada
    resulte ser inexacta, a la ley, a los
    derechos humanos
    y al secreto profesional, entre otros compromisos.
    Por la necesidad de garantizar esos compromisos, habrá que
    asumir en la práctica profesional el planteamiento hecho
    en el Código
    Internacional de Ética
    Periodística(ONU: 1952),
    cuando establece que:

    • Los periodistas deben hacer todo lo que esté
      a su alcance para asegurarse de que la información
      recibida por el público sea exacta en cuanto a los
      hechos, y deben comprobar sus fuentes;
    • Los periodistas deben evitar la búsqueda de
      ventajas personales y la promoción de intereses privados,
      contrarios al bienestar general;
    • Los periodistas deben evitar los delitos
      profesionales como la calumnia, la difamación, el
      libelo deliberado, las acusaciones infundadas y el
      plagio;
    • Los rumores y las noticias no confirmadas deben ser
      indicados y tratados
      como tales;
    • Las tareas asignadas a los periodistas deben ser
      compatibles con la integridad y la dignidad
      profesionales;
    • Respetar informativamente el principio de la
      presunción de inocencia y lo establecido por la
      ley.

    2. Apropiación del
    espíritu del Código penal

    En esta situación democrática que vive
    país, caracterizada por los esfuerzos existentes de
    instaurar el Estado de
    Derecho, de parte de la mayoría de las fuerzas
    político-sociales, los medios
    informativos, como instituciones sociales, y los periodistas,
    como designados por la sociedad para la
    función
    de mediación informativa, deben regirse por una normativa,
    por una reglamentación que posibilite el cumplimiento
    tanto de sus derechos como de sus deberes
    profesionales.
    En esa dirección, del Código Penal, me
    parece muy positivo su contenido referente a la calumnia
    (Art.177), por cuanto pena el delito de
    atribuirle falsamente a una persona la
    comisión de un delito o la
    participación en el mismo, de forma reiterada y /o
    publicitada.
    Por responsabilidad profesional y moral, un
    medio de comunicación
    social o un periodista no puede arrogarse el derecho de
    informar sobre un acontecimiento de actualidad, en donde se
    implica a sujetos, sin tener los datos
    (declaraciones diversas) concretos y comprobables, con el
    pretexto de ejercer su función en el marco de la libertad de
    expresión y de emisión del pensamiento. A
    mediados de junio del presente año, "un movimiento
    medioambientalista" declaró en una conferencia
    informativa que la Universidad "Dr.
    José Matías Delgado" estaba depredando parte de la
    Finca del Espino, considerada como zona de recarga de los mantos
    acuíferos que proveen de agua a la zona
    metropolitana, era la que estaba construyendo en dicha zona. Sin
    contrastar datos y fuentes,
    algunos medios
    televisivos e impresos destacaron la denuncia del Dr. Ricardo
    Navarro, líder
    del CESTA (Centro Salvadoreño de Tecnología
    Apropiada). Sin polemizar públicamente, la citada universidad
    aclaró en los medios impresos que la construcción que se está realizando
    al oriente de sus instalaciones no es de su responsabilidad, y el terreno tampoco es
    construcción no es de su propiedad,
    como lo aseguraron dichos movimientos "ecologistas". Los medios
    que destacaron la denuncia ni siquiera han dicho nada
    todavía; los "denunciantes" tampoco han reconocido el
    error.

    En muchas ocasiones, por ignorancia, por mala
    intención, por amarillismo, irresponsablemente se calumnia
    a personas públicos o a personas de a pie, cuando el
    daño a la imagen y honorabilidad no se puede resarcir,
    aunque haya disculpa pública sobre los errores. La
    normativa obliga a los periodistas a manejar los datos y las
    informaciones más responsable y profesionalmente, apegados
    a derecho y con disponibilidad de pruebas
    fehacientes.

    También es conveniente la normativa sobre la
    difamación(Art.178), pues pena al que atribuyere a una
    persona que no
    esté presente una conducta o
    calidad capaz
    de dañar su dignidad, menoscabando su fama o atentado
    contra su propia estimación, publicitada y /o reiterada.
    Igual sobre la injuria(Art.179), pues pena al que ofendiese de
    palabra o mediante acción la dignidad o el decoro de una
    persona presente, reiterada y /o publicitada, y los
    artículos subsecuentes(181-183), referidos a la
    inhabilitación, concepto de
    publicidad, lo
    encubierto y el régimen de prueba.
    Sin duda, esto responde a la necesidad de que existan reglas, que
    salvaguarden los derechos individuales tanto de los sujetos
    públicos como de los de a pie, y, consecuentemente,
    propicie una información sustentada en hechos y no en
    chismes.

    Libertad de expresión,
    fundamento profesional

    En el contenido esencial de un código de conducta
    profesional de los periodistas(llámese código
    deontológico; no-código de ética como
    se acostumbra nombrarlo), es una condición indispensable
    consignar categóricamente la libertad de
    expresión, derecho humano universal fundamento de la
    libertad de
    información periodística y de la libertad de opinar
    sin ataduras.
    En el centro de la Declaración Universal de Derechos Humanos
    (Asamblea General de las Naciones Unidas,
    10 de diciembre de 1948), está la libertad de
    expresión. En su preámbulo la proclama "como la
    aspiración más elevada del hombre, el
    advenimiento de un mundo, en que los seres humanos, liberados del
    temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de
    la libertad de creencias".
    Los periodistas salvadoreños, en cualesquiera de las
    áreas de trabajo profesional (académica, medios
    masivos, gabinetes informativos privados o públicos, etc.)
    y en cualesquiera de las condiciones en que ejerzan su
    profesión (tolerantes o intolerantes), tienen derecho a la
    protección que les brinda dicha Declaración,
    especial y enfáticamente en lo pertinente para aquellos
    informadores que tratan de aproximarse a los hechos del presente
    social actual en áreas sumamente peligrosas, como la
    corrupción
    o la incompetencia de funcionarios públicos, el peculado,
    el narcotráfico, desvaríos judiciales o
    policiales, la criminalidad, el tráfico de influencias,
    licitaciones amañadas, etc.

    3. Derecho de realizar
    el trabajo
    informativo

    Como se indica en nuestra Constitución (artículo 6), "Toda
    persona puede expresar y difundir libremente sus pensamientos
    siempre que no subvierta el orden público, ni lesione
    la moral, el
    honor, ni la vida privada de los demás…..", y se
    patentiza en la Declaración Universal de Derechos
    Humanos(artículo 19): "Todo individuo tiene derecho a la
    libertad de opinión y de expresión; este derecho
    incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de
    investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de
    difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier
    medio de expresión".
    Esta declaración, ratificada por el Gobierno de la
    República de El Salvador, y, en consecuencia, ley del
    país, y el principio constitucional citado, implica
    operativamente en el trabajo periodístico:
    1)el acceso irrestricto a las fuentes informativas pertinentes
    para la elaboración de una noticia, un reportaje, una
    crónica, un artículo, etc. Por ejemplo, fuentes
    testimoniales, documentales, oficiales, no oficiales, etc. sobre
    hechos de actualidad o con actualidad. Esto supone utilizar
    métodos
    honrados para obtener la información, las
    fotografías y los documentos.
    Sin embargo, en el Código Procesal Penal (artículo
    327,1997:230)se establece que el periodista no podrá
    acceder a los acontecimientos judiciales "cuando el tribunal
    decrete reserva del caso, cuando así lo exijan razones de
    moral, de interés
    público, la seguridad
    nacional o esté previsto por una norma específica".
    El artículo tiene un contenido impreciso, que motiva una
    serie de interrogantes sobre las razones que obligan al juez a
    decretar "reserva del caso". Ante el contenido de esa norma
    habría que preguntarse: ¿Cuáles razones de
    carácter moral? ¿Cuál
    interés
    público? ¿Qué seguridad nacional?.
    Semánticamente, los términos "moral",
    "interés público" y "seguridad nacional" son tan
    genéricos que significan todo lo relacionado a la
    actividad humana en las relaciones sociales.

    Esta imprecisión abre muchísimas
    posibilidades a influencias de índole subjetivas en los
    procesos
    judiciales, como las "amistades" del juez, los compadrazgos
    políticos, el hábito de esconder la verdad, las
    negligencias, el temor a los periodistas, la intolerancia del
    sistema
    político, etc., etc.
    En la práctica puede dar lugar a abusos de autoridad en
    contra del informador, o posibilitar arbitrariedades en la
    determinación de la reserva, en casos en que los
    públicos tienen derecho a saber, porque son de relevancia
    en el presente social, como pueden ser los referidos a las
    violaciones, a los secuestradores, por ejemplo.
    Esta disposición legal riñe con el artículo
    19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. De
    hecho, de acuerdo con esta disposición legal de alcance
    mundial, aquí se ha impedido arbitrariamente el trabajo de
    los periodistas, cuando se ha estado
    investigando casos de gran interés nacional, como el
    referido al crimen organizado, la corrupción
    en el Estado y el
    tráfico de influencias en el sector judicial.
    2)El respeto a la verdad y al derecho que tiene el público
    a conocerla (FIP, 1986).Como parte de la libertad de
    información, debe reconocerse el derecho esencial a ser
    informado objetivamente. Una información
    periodística existe en la medida que hay un usuario de
    ella (radioapasionado, televisionario y lectoapasionado) que
    participa de la construcción del acontecimiento
    periodístico.
    Sin el consumo y la
    apropiación de la información, simplemente no hay
    noticia, por mucho esfuerzo, entereza y dedicación que
    pueda poner el periodista en la elaboración de una
    noticia. Los públicos, como partícipes del
    acontecer y expertos en el diario vivir en este país,
    esperan que los medios de comunicación masiva, en su contenido
    periodístico, los provean de información objetiva
    sobre el presente social actual, para poder
    orientarse pertinentemente y poder opinar y
    actuar sobre esos hechos.
    En esta perspectiva, por objetividad debe entenderse la
    aproximación a los hechos de actualidad o con actualidad
    en su mayoría de componentes y versiones. Esto implica
    rigor en el tratamiento del acontecer: exactitud de los datos,
    ubicación del contexto pertinente, obtención de
    información fiable, diferenciación de la
    información y de la opinión, etc.
    La objetividad se plantea como "aproximación a los
    hechos", porque el signo periodístico no es ni puede
    pretender ser el hecho mismo; se trata de una sustitución
    de los hechos, de una reconstrucción
    teórico-técnica sobre el acontecer del presente, a
    través de procedimientos
    particulares y diferenciados. Consecuentemente, los consumidores
    de información necesitan y exigen cada vez más de
    mejores aproximaciones a los hechos, para identificarse como un
    sujeto que vive aquí y ahora en El Salvador y poder
    orientarse políticamente de la forma más adecuada y
    oportuna.
    Para garantizar esta aproximación a los hechos, es
    indispensable tomar en cuenta lo siguiente: 1) el periodista debe
    evitar la adquisición de compromisos ajenos al medio de
    comunicación para el que trabaja ( los
    empleos secundarios, los compromisos con los políticos y
    con los empresarios comprometen la integridad de no sólo
    de los periodistas, sino también la de sus empleadores);
    2) debe procurarse la exactitud y la meticulosidad( titulares,
    cuerpos de la noticia, fotografías, secuencias, etc.,
    tienen que dar una visión exacta del hecho; implica no
    enfatizar incidentes menores, fuera de contexto); 3) diferenciar
    claramente entre información noticiosa y expresiones de
    opinión; la primera debe representar a todas las partes
    del problema.

    Los periodistas, en sus rutinas productivas diarias,
    deben estar comprometidos con la justicia
    (Washington Post: Normas y
    Ética), en el tratamiento de la información
    obtenida, entre otras, por medio de las acciones siguientes:
    1)Ninguna noticia es justa si omite hechos de importancia o
    significación primordial ( supone contemplar todas las
    dimensiones de un acontecimiento); 2) ninguna noticia es justa si
    incluye información que esencialmente no viene al caso, a
    expensas de hechos significativos ( supone la pertinencia de la
    información); 3) ninguna noticia es justa si consciente o
    inconscientemente lleva a conclusiones equivocadas o incluso
    engaña al lector ( supone la honestidad).
    El cumplimiento del derecho de la libertad de expresión,
    contemplado en el artículo 19 de la Declaración
    Universal de los Derechos Humanos y en el artículo 6 de la
    constitución de la República de El
    Salvador, y la garantía del respeto a la verdad y al
    derecho que tiene el público a conocerla, implica que los
    periodistas deben actuar responsablemente. Con base al conocimiento
    acumulado en la deontología y en el campo profesional de
    las comunicaciones, sugiero tomar en
    consideración las sugerencias siguientes para que los
    periodistas cumplan cabalmente con ese propósito
    profesional que la sociedad le ha encomendado.
    Uso adecuado del castellano en la
    elaboración de la información, con el
    propósito de designar lingüísticamente bien
    las cosas, los sujetos, las acciones y los procesos del presente
    social actual.
    Esto supone que se debe asumir profesionalmente el respeto a las
    normas del
    idioma castellano, en su
    estructura
    morfo-sintáctica tanto en el plano escrito como en su
    expresión oral. Significa esto que se debe tener respeto a
    la forma y la estructura del
    idioma, al significado de los vocabularios y al uso del lenguaje.
    Entonces, la elaboración y presentación de la
    noticia y la información en general debe concebirse como
    un trabajo profesional
    que requiere de la apropiación de principios
    teóricos y prácticos devenidos de una cantidad de
    campos conceptuales (especialmente de las ciencias del
    hombre y de la
    sociedad).

    En estos momentos en que los conocimientos
    científicos del idioma están bastante
    desarrollados, no podemos seguir hablando en las narraciones
    deportivas de "una pelota dividida", "a estas alturas del
    partido", "ya se fueron cuarenta minutos del encuentro", o, en el
    periodismo de
    actualidad, "hubieron cinco muertos", "se encontró un
    bolso conteniendo un colón", y del uso de tanta muletilla
    trasnochada como "por otra parte" y "por otro lado", etc.
    Consecuentemente, en la confección de todo discurso,
    especialmente en la información periodística, se
    requiere tener presente las siguientes propiedades del texto:
    adecuación, que posibilita utilizar un lenguaje
    pertinente para las personas en sus formas de pensar, de sentir y
    de comunicarse; coherencia, que permite establecer una
    relación entre todas las parte de la información; y
    cohesión, que establece la relación lógica
    entre las ideas y datos del acontecimiento ( Teun Van Djik,
    1995). Estas propiedades provienen de las características de cada uno de los
    elementos que constituyen el acto comunicativo: el emisor, el
    medio, el contexto y el receptor.
    Esto implica normar la conducta profesional de los periodistas no
    sólo con relación a él sino con respecto a
    todos los involucrados en el proceso
    comunicativo. Esto precisamente porque la función de todo
    signo, específicamente de cada mensaje, cualquiera que
    sea, tiene como función esencial comunicar, es decir,
    establecer una relación social (Roman Jakobson, 1985).
    Pero entendiendo por comunicar no el principio irresponsable "lo
    importante es que se entienda ", sino como una forma de
    interacción entre periodista y públicos de la
    manera más profesional y precisa.

    Uso pertinente y responsable de los referentes de la
    actualidad, con el fin de aproximarse mejor al presente social
    actual.
    El concepto de
    actualidad no se reduce a lo que sucede ahora en la "conferencia de
    prensa" (sic),
    a lo contemplado en el boletín, que comienza y termina
    ahora, con un contenido proveniente de las fuentes oficiales,
    generalmente compulsivas, sino que abarca un espectro de
    posibilidades más diverso y complicado.
    Significa considerar en el tratamiento del concepto de actualidad
    las diferentes expresiones del presente, que por su propia
    naturaleza no
    tienen la misma presencia en el tiempo ni la
    misma composición esencial. Se trata de la responsabilidad
    de planificar y realizar un periodismo más especializado,
    con el objetivo de
    aproximarse a la multidimensionalidad, diversidad y desarrollo de
    la realidad social.
    En el ejercicio periodístico, implica la responsabilidad
    de identificar, tipificar y caracterizar los hechos, de acuerdo
    con su presencialidad temporal y a su trascendencia social (Mar
    de Fontcuberta, 1993:16-25).Siguiendo este planteamiento,
    habrá que diferenciar y dimensionar claramente:
    Los hechos de corto alcance. Son los que tienen una
    duración a lo sumo de un par de días. Su posible
    impacto e interés social dura poco tiempo, como
    puede ser el caso de los accidentes de
    tránsito, de esos que suelen ocurrir en el San Salvador
    diurno y nocturno, entre semana o fin de semana, a pesar de la
    cientificidad y pertinencia del "borrachímetro"
    implementado por Medicina
    Legal. A pesar de que en la rutina del ejercicio
    periodístico en este país se suele entender
    así, esencialmente la actualidad social no se agota en
    este tipo de hechos del día y de lo informado en las
    acostumbradas conferencias informativas.
    Los hechos de alcance medio. Son los que tienen una
    duración de dos o tres semanas. Su posible impacto e
    interés social permanece más en el tiempo, como
    puede ser el intrincado y obtuso conflicto
    interno del FMLN. Por su naturaleza, estos
    hechos necesitan mayor investigación de datos, de perspectivas y
    de reacciones, y la presentación en formatos más
    explicativos y creativos. En El Salvador, estos hechos
    frecuentemente se tratan casi de la misma forma que los hechos de
    corto alcance, incluso presentados con el mismo formato de
    noticia, especialmente en la
    televisión y en radio. Es de
    reconocer que los periódicos han mejorado mucho en el
    tratamiento le dan a estos temas, en su revistas dominicales.
    Los hechos de largo alcance. Son los hechos cuya duración
    se extiende a períodos largos, meses o años, como
    ocurre con la "foránea, sonada, dudosa y poco
    pragmática Reforma Educativa", como dice un maestro de
    bachillerato. Estos hechos requieren procedimientos de
    investigación periodística
    más detenidos, con abordajes de mayor profundidad, para
    determinar la evolución de los fenómenos sociales.
    En el país, al igual que los de alcance medio, se los
    manipula con los mismos criterios que los hechos del día.
    Así la Reforma Educativa o la crisis de la
    educación
    superior en nuestro país solamente las trata si es del
    interés de los funcionarios públicos o de la
    oposición en las conferencias informativa, en los
    escenarios políticos.
    Los hechos de actualidad constante. Son aquellos hechos,
    fenómenos o procesos que tienen una duración
    permanente y una composición multidimensional, que son
    manifestación y característica de estructuras
    sociales, políticas, económicas, culturales, etc.
    Por ejemplo, las "trabazones" en el Gran San Salvador, la falta
    de transparencia en las cuentas de los
    funcionarios públicos (por inocuos que sean), los
    hábitos de intolerancia política, la
    endémica pobreza de los
    sectores excluidos de las políticas públicas, el
    enfermizo sistema artístico-cultural. Siempre lo mismo: se
    los trata siempre y cuando no haya conferencias informativas o
    declaraciones de políticos, especialmente abordados para
    los días feriados.

    Uso pertinente y responsable de formatos
    periodísticos.
    Debe superarse la costumbre, un poco simplista y desfasada, de
    designar mal los formatos (llamarle reportaje a cualquier cosa),
    utilizar de forma indiscriminada la estructura de la noticia,
    enfocar unidimensionalmente los hechos desde perspectivas
    políticas o desde estilos amarillistas, compartimentar los
    hechos de una forma discontinua, y desconocer los esquemas
    informativos basados en la planificación seria.
    Estilo periodístico motivado por una concepción
    empresarial bastante conservadora (muchas veces ingenuas), por
    presiones económicas o políticas intolerantes y por
    rutinas profesionales poco creativas.
    En un normativo propio de la conducta profesional, por respeto a
    la precisión técnica de las actitudes
    periodísticas (o formatos de elaboración y
    presentación del contenido social) y a la
    composición y duración de los acontecimientos
    sociales y los involucrados, y por el reconocimiento de que el
    trabajo periodístico se puede mejorar en beneficio de la
    población salvadoreña, debe asumirse
    un compromiso de realizar un trabajo más preciso,
    más diverso, más creativo, más planificado y
    exacto.
    Además, en el trabajo periodístico, el cumplimiento
    del derecho de la libertad de expresión implica actuar
    responsablemente bajo los siguientes principios:

    Rectificación de cualquier información
    publicada y revelada inexacta y perjudicial.
    Como lo establece la Convención Americana sobre Derechos
    Humanos (OEA, 22 de
    noviembre de 1969), en su artículo 14, "Toda persona
    afectada por informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su
    perjuicio, a través de medios de difusión
    legalmente reglamentados y que se dirijan al público en
    general, tienen derecho a efectuar por el mismo órgano de
    difusión, su rectificación o respuesta en las
    condiciones que establezca la ley". Asimismo, en el
    artículo 6 de nuestra Constitución "Se reconoce el
    derecho de respuesta como una protección a los derechos y
    garantías fundamentales de la persona."
    Aun cuando en ambas leyes el sentido
    del derecho de rectificación se atribuye al agraviado o
    perjudicado, el periodista y /o el medio de comunicación
    social, reconociendo inexactitudes en su información
    publicada, por principio moral debe tomar la iniciativa de
    aclarar la inexactitud, cuando "…hayan producido un daño
    injusto a alguien o que atente contra el derecho de la comunidad a estar
    bien informada", como dicen los expertos en ética
    periodística María Teresa Herran y Javier
    Darío Restrepo(1991:281).

    Evitar la maledicencia
    Se trata del uso mesurado del idioma en los comentarios o
    informaciones, con el fin de no maldecir o hablar mal en
    perjuicio de una persona.
    Conviene que el periodista en el ejercicio de su
    profesión, especialmente en la elaboración del
    relato noticioso o el comentario, debe tomar una actitud de
    cordura en la terminología utilizada, pues las palabras,
    las oraciones, los párrafos o los discursos
    periodísticos, en ciertos contextos pueden tener
    significados estrictamente emotivos, con efectos desfavorables
    para un propósito justo.
    Para evitar que esas cargas emotivas puedan afectar
    negativamente, el periodista, dependiendo de la pertinencia
    informativa, deberá utilizar un estilo redaccional por
    medio de artificios fonéticos, sintácticos para
    elaborar su interpretación y/o crítica. Por
    ejemplo, en lugar de decir "Funcionarios prepotentes",
    podría decirse "Arrogancia oficial"; en lugar de
    "ladrones", con "dudosa reputación en el manejo de los
    fondos del erario".
    En esta perspectiva, Stephen Ullmann(1978:144),
    refiriéndose a las tonalidades emotivas del lenguaje,
    afirma que el idioma no sólo es mero vehículo de
    comunicación, sino un medio para expresar emotividades y
    de despertarlas en otros. Significa que, en contextos caldeados
    por la lucha, por la calamidad, por la zozobra o por el debate, a las
    palabras se les puede atribuir sentidos distantes a los
    propuestos por el periodista. En algunos casos, hasta se pueden
    generar actitudes
    completamente diferentes a las previstas; más aún,
    cuando hay personas que se prestan a motivar esos significados,
    haciendo alarde de manejos propagandísticos con el estilo
    de la guerra
    psicológica.
    Con el propósito de evitar esos malos entendidos, y de
    entender "pan" por "pan" y "vino" por "vino", se debe utilizar
    mesuradamente el idioma, de acuerdo con el (re)conocimiento
    de las fuentes de las tonalidades emotivas, a saber:

    • Factores fonéticos. La estructura
      fonética de una palabra puede dar origen a efectos
      emotivos, de agrado o desagrado, con independencia del significado que expresan.
      Esto ocurre con palabras como "testaferro", "mediocre",
      "imbécil", "estúpido" y otras, que, por su uso,
      pueden posibilitar no sólo enojos, sino violencia
      o amenazas y denuncias.
    • Contexto. Cualquier palabra, por prosaica que sea,
      puede en ciertos contextos estar circundada de un aura
      emotiva. En unas circunstancias, puede no tener importancia;
      en otras, una fuerza
      positiva; en otras, negativa. Por ejemplo "cárcel", no
      significa lo mismo para un funcionario público que
      tiene problemas
      con cuestionadas malversaciones de fondos del Estado, que
      para un ciudadano transparente y respetuoso de la ley, o que
      para "El directo" (sobrenombre de un peligroso asesino,
      actualmente en prisión).
    • Derivaciones emotivas. Se refiere a ciertos sufijos
      (Diminutivos, aumentativos, peyorativos) que añaden
      una nota emotiva o un juicio de valor al
      significado del tema, como puede ocurrir con los
      términos "tiranuelo" y "ladronzuelo".
    • Afectación del receptor. El significado de
      los términos cambia según sea la intensidad de
      la afectación, en su espacio vital y la
      implicación de sus intereses. Por ejemplo: 1) directa
      y personal,
      como las que afectan directamente a la vida cotidiana de un
      individuo que, estando en la cárcel por hurto, ha sido
      denunciado también de "violador"; 2)directa y no
      personal, que
      afecta directamente de forma emotiva o ideológica,
      pero su incidencia no es relevante para la cotidianidad, como
      el caso de "la sentencia de muerte
      para el salvadoreño Cruz León, en la Habana,
      Cuba, por
      atentar contra la seguridad nacional", para un
      salvadoreño lejano de la familia
      del sentenciado; 3)indirecta, la noticia se percibe como algo
      distante de nuestro entorno, como "las muertes por error de
      cálculo", en la guerra de
      la OTAN contra Yugoslavia; y 3) no-implicación, donde
      se evidencia una indiferencia casi total de los
      salvadoreños, por ejemplo, en el caso del
      "espectáculo montado contra la Gloria
      Trevi".

    Evitar la discriminación fundamentada especialmente
    en la pertenencia a clases
    sociales, la falta de poder político, las opiniones
    políticas y demás referidas a las opciones sexuales
    y religiosas
    En el periodismo nacional suele ocurrir, no tipos de discriminación racial y religiosas, sino la
    costumbre de no ofrecer los espacios informativos de manera
    pluralista. Se reconoce que, con la firma de los Acuerdos de Paz
    en enero de 1992, se abrieron muchos espacios políticos y,
    con ellos, las páginas de los periódicos, los
    contenidos radiofónicos y las imágenes
    de la televisión
    ofrecen cada vez mayores y mejores posibilidades de un abordaje
    informativo amplio y diversos, en comparación con el
    estilo periodístico de la guerra.
    Sin embargo, también se identifican rutinas laborales de
    los medios de
    comunicación que no caminan con el ritmo de los nuevos
    tiempos. Aun cuando existen las posibilidades, los hábitos
    en la construcción de la información diaria, se
    afincan en costumbres del pasado, que se pueden entender como
    discriminación informativa, como son: la selección
    temas propios del día y de tipo político, como los
    que inundan diariamente los espacios informativos; la
    superficialidad y el alarmismo en el abordaje de temas, como el
    tratamiento de los terremotos de
    enero y febrero del 200; la falta de seguimiento a otros,
    exceptuando unos pocos medios, la mayoría se especializa
    en los temas finitos (nacen, crecen y mueren en el día o
    en la semana, a pesar de que tengan un carácter
    estructural como la creciente pobreza, la
    cuestionada Reforma Educativa, la corrupción estatal,
    etc); el veto a temas delicados, como el narcotráfico, la compra de voluntades en el
    congreso, el haraganismo y la inoperancia de las instituciones
    gubernamentales; las fuentes oficiales como exclusivas para
    elaborar la noticia, y consecuente exclusión de otras
    fuentes como los expertos y las personas de a pie, como la famosa
    política
    informativa de "La rueda de caballitos", que consiste en que
    aparecen los mismos políticos o intelectuales ( los
    famosos "todólogos que hablan hasta del más
    alla´"), que suelen ser amigos o parientes de la ideología u opción política
    del medio".
    Como se reconoció en la Declaración
    Interinstitucional, de la Cuarta Reunión Consultiva de
    organizaciones
    nacionales y regionales de periodistas activos(Praga y
    París, 1983),"La naturaleza de la profesión exige
    que el periodista promueva el acceso del público a la
    información y su participación en los medios de
    comunicación…"

    Considerar precisamente la identidad de
    la función del periodista.
    Allende de la discusión estéril de quién es
    más periodista (si el académico o el
    empírico), o de ambos quién es el que tiene mayor
    estatuto social, de lo cual ya hablamos en su oportunidad, en la
    elaboración de un código de conducta profesional
    del periodista, con respecto a la identidad del
    mismo, habrá que considerar los siguientes
    aspectos:

    • La participación del profesional en la
      construcción del presente social actual. Significa que,
      haciendo uso de métodos
      y técnicas
      de planificación, recolección,
      elaboración y presentación de informaciones
      periodísticas, participan profesionalmente en un
      período, que va de una publicación a otra, sobre
      temas de actualidad o con actualidad. Implica que el
      período puede ser un día, una semana, quince
      días, un mes, etc.
    • Los periodistas son los profesionales que ejercen las
      siguientes funciones: en
      un periódico, el director, el sub.-director,
      jefe de redacción, el jefe de información,
      corrector de estilo, el redactor, el fotógrafo y el
      corresponsal; en la
      televisión, el director, el sub.-director, el jefe
      del departamento de información, el redactor, el
      reportero, el camarógrafo de información; en
      radio, el
      director, el jefe del departamento informativo, el redactor, el
      reportero; en los gabinetes informativos, en oficinas de
      relaciones
      públicas o propaganda u
      otros mini medios, todas aquellas personas que
      desempeñan funciones
      informativas de tipo periodístico.
    • Son periodistas también los profesionales que
      ejercen sus funciones que tienen que ver con el campo
      profesional de la información periodística,
      especialmente en el campo de la docencia en periodismo y el de
      la investigación de la información, siempre y
      cuando mantenga un nexo con la producción en los medios de
      comunicación masiva o en los medios de
      comunicación institucional, cualquiera que sea su
      período o su carácter. Por el estado de
      desarrollo de la docencia en comunicaciones y de la investigación
      especializada y su respectiva interacción con la
      práctica profesional del periodismo propiamente dicha,
      la identidad de la función periodística no puede
      reducirse al manejo del lenguaje y de la tecnología periodística y de la
      actividad reporteril diaria.

    Evitar las faltas graves como la violación a los
    derechos de
    autor como el plagio.
    El Código Penal (artículo 226) dice que "El que
    reprodujere, plagiare, distribuyere o comunicare
    públicamente, en todo o en parte, una obra literaria,
    artística, científica o técnica o su
    transformación o una interpretación o
    ejecución artísticas fijada en cualquier tipo de
    soporte o fuere comunicada a través de cualquier medio,
    sin la autorización de los titulares de los
    correspondientes derechos de propiedad
    intelectual o de sus cesionarios, será sancionado con
    prisión de uno a tres años…"
    Sin duda, esto debe respetarse a cabalidad, especialmente por las
    nuevas generaciones de periodistas, para que no les ocurra como a
    algunos profesionales de las diversas áreas de los
    conocimientos de la
    comunicación social han plagiado irresponsablemente
    textos enteros de otros autores, entre otras producciones
    científicas, las de Mauro Wolf, José Luis
    León, Ricardo González Otero y, para variar a mi
    persona, sin reconocer los créditos académicos. Aquí en
    nuestro país, ocurre que, además del delito del
    plagio, que los plagiarios muestran una actitud de
    descaro y cinismo, que ni siquiera se inmutan cuando se les ha
    señalado y reconocido públicamente su irrespeto a
    las propiedades intelectuales ajenas.
    En las rutinas diarias de la producción periodística, de algunos
    medios de comunicación social, masivos o institucionales,
    se ve como natural la apropiación de la información
    de otro autor, sin reconocerle sus créditos. Abarca todo el proceso
    informativo: la planificación, la recogida de datos, la
    elaboración y la presentación de la noticia. Por
    ejemplo en la televisión
    ha ocurrido con mucha frecuencia que en las noticias
    internacionales recurren a las cadenas internacionales de
    televisión como Univisión, CNN, Telemundo y otras,
    insertan las noticias provenientes de estos noticieros
    internacionales en sus espacios informativos y no reconocen los
    créditos.

    Fortalecer la
    organización sindical o gremial de los
    periodistas.
    A pesar de que la composición del gremio de periodista no
    se muestra ni
    bonancible ni fácil de recomponer, se puede superar en
    beneficio de los informadores y de la opinión
    pública, si las instancias implicadas sustancialmente
    en el campo profesional realizan procesualmente las acciones
    pertinentes y oportunas.
    Sin esta condición todo "el deber ser" del comportamiento
    profesional del periodista no tendrá sentido ni
    posibilidad de realización en las rutinas profesionales.
    Fortalecer la unidad del gremio para concretar el bien
    común de cada uno de los informadores, como hemos dicho ya
    en otras oportunidades, implica tomar en cuenta lo siguiente:
    Las dirigencias de las organizaciones de
    periodistas tienen que ofertar planteamientos y acciones que
    vayan encaminados a satisfacer las necesidades formativas,
    salariales, sociales y morales de los agremiados. No se puede
    seguir pensando en poemas
    becquerianos o de promesas ideológicas, sino en ofrecer
    las herramientas
    técnicas y las condiciones
    pragmáticas, para ganarse la vida en estos tiempos
    neoliberales;
    La elaboración de planes de desarrollo
    estratégicos, de modo que se identifique objetivamente el
    multidimensional estado actual de la problemática de los
    informadores, se confeccionen programas de
    acción a favor de todos los periodistas, se dirijan y se
    organicen todas las actividades adecuada e eficientemente, con el
    fin de satisfacer las necesidades, expectativas e inquietudes de
    todos los periodistas;
    La búsqueda de la unidad política de todo el
    gremio. Las diferentes organizaciones( asociaciones, sindicatos,
    colegios, etc.)están obligadas a establecer las alianzas
    estratégicamente con todos los sectores de la sociedad,
    para posibilitar la concreción del reconocimiento objetivo de la
    identidad del gremio, de los problemas
    prioritarios y de la búsqueda de las reivindicaciones
    comunes, y para viabilizar el cumplimiento de los deberes de los
    informadores, si quieren hacer algo valioso y pertinente para
    todos en estos tiempos adversos para la clase
    trabajadora.

    Contribuir a la defensa de la naturaleza
    En la elaboración de un código de conducta
    profesional de los periodistas en El Salvador, además de
    respetar los principios universales relacionados al bien
    común de los periodistas, conviene, también de
    manera prioritaria, tomar una actitud responsable con respecto al
    entorno natural, de cuyo equilibrio
    depende el bien no sólo de los informadores, sino de todos
    los sectores sociales, sean estos pobres o ricos, comunistas o
    fascistas, machos o hembras, académicos o
    imbéciles, negros o blancos, corruptos u honestos,
    plagiadores o productores, del norte o del sur, trasnochadores o
    responsables, fieles o infieles, jóvenes o viejos, gordos
    o flacos, feos o bonitos, evangélicos o católicos,
    borrachos o sobrios, etc.
    Como profesional de la información periodística, no
    sólo se debe defender los derechos del gremio, sino asumir
    el papel de
    defensor del medio
    ambiente. La posibilidad de tomarse esta responsabilidad en
    la práctica periodística radica en los siguientes
    hechos: Gran parte del problema de los desequilibrios
    medioambientales radica en la falta de conciencia social
    y en los hábitos poco respetuosos hacia la naturaleza, y
    en la capacidad de los medios de comunicación social de
    crear una agenda en los públicos, en favor de la
    solución de este asunto de
    vida o muerte para
    todos.

    Partes: 1, 2

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