Monografias.com > Psicología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Psicología




Enviado por uhupiojo



    Indice
    1.
    Introducción

    2. El
    Psicoanálisis

    3. Valores
    4. Bibliografía

    1.
    Introducción

    Si bien Sigmund Freud:
    (1856 – 1939) no explícita su visión de hombre, toda
    su obra y su práctica clínica reflejan una
    concepción de la naturaleza humana
    basada fundamentalmente en el plano instintivo.
    Me pareció importante abrir el panorama que presenta sobre
    el psicoanálisis, con un enfoque que, aunque
    ha sido fragmentado, deja aportes que considero que son de gran
    importancia para el estudio de la materia

    2. El Psicoanálisis: Sigmund Freud

    Marco Histórico referencial
    En Frieverg (Morabia, actual Checoslavaquia) en los primeros
    años del siglo XX, se reciben con asombro los
    descubrimientos realizados en el campo de la salud mental por
    el médico Sigmund Freud.
    (1856-1939).
    Freud y sus
    investigaciones significaron una nueva manera de
    entender la psicología y tuvo
    notable influencia en toda la cultura de
    siglo XX.
    El descubrimiento del inconsciente significo un aporte
    fundamental, puesto que estableció que es allí
    donde están las verdaderas razones que determinan las
    conductas del hombre, que
    son desconocidas por él mismo.
    No hay lugar anatómico determinado donde se pueda
    encontrar el inconsciente. Se llega a su conocimiento
    por distintas manifestaciones como son los sueños, actos
    fallidos, etc.
    En el inconsciente se mezclan los tiempos, coexisten las
    contradicciones y tiene como meta fundamental la búsqueda
    del placer. Hay múltiples pruebas que
    confirman la exactitud de la hipótesis de la existencia del
    inconsciente. Los datos de la
    conciencia son
    incompletos. "Podemos afirmar que la equiparación de lo
    psíquico con lo conciente es por completo inadecuado" .
    (Freud, Sigmund: Lo Inconsciente. Ed. Biblioteca Nueva,
    Obras Completas, tXX, Pág. 2061 y sigs.)

    El Aparato Psíquico
    Por medio de sus investigaciones
    Freud elabora dos teorías
    sobre el funcionamiento psíquico.
    Primer teoría:
    1913-1915. Teoría
    de Inconsciente, Preconsciente y Consciente
    El inconsciente es la sede de los conflictos
    reprimidos de carácter
    sexual que no tienen lugar en la consciencia por efecto de la
    represión.
    En él, nada desaparece sin dejar huellas en otro espacio y
    manifestarse en la conducta. Esas
    huellas son partes constitutivas de nuestra personalidad,
    y principalmente si tienen un carácter
    traumático. En este sentido reprimir está ligado a
    enmascarar, a encubrir. Una representación reprimida atrae
    las representaciones asociadas a ella.
    El Preconsciente es el conjunto de pensamientos, sentimientos,
    fantasías que no están en la conciencia, a la
    luz de
    la memoria o
    el recuerdo basta para actualizarlo. El Preconsciente funciona
    con las leyes de la
    lógica.
    El Conciente es un conjunto de representación que
    están relacionadas con todo lo que registramos ya sea
    fuera o dentro de nosotros mismos. A través de él
    se puede realizar un conocimiento
    reflexivo de las cosas.

    Segunda teoría: 1920 en adelante. Ello, Yo y
    Superyo.
    El Ello esta formado por las funciones y
    fenómenos psíquicos originados en la necesidades
    orgánicas y se manifiesta en impulsos y tendencias que
    actúan ciegamente. Su ley es el
    principio del placer. Esta constituido por procesos
    psíquicos inconscientes e inconscientes reprimidos. (Las
    tensiones originadas se descargan sin represión por la
    actividad biológica). Es irracional y amoral.
    El Yo es el actor, el agente, el responsable de los hechos
    psíquicos. Su mundo interior es organizado y claro.
    (Inteligencia y
    voluntad); se relaciona con el interior y el exterior, mediante
    el
    conocimiento perceptivo y el recuerdo, que abarcan los tres
    aspectos considerados en la primera teoría.( consciente,
    preconsciente e inconsciente). El principio de la realidad es su
    ley, sujeta y
    encausa al ello. Esta formado por procesos
    psíquicos dirigidos a satisfacer en forma efectiva las
    necesidades.
    El superyo es que el valora éticamente el obrar, juzga
    castigando o premiando. Incorpora y asimila por aprendizaje el
    mundo ético-cultural que lo rodea. Su ley es el principio
    de la moralidad.
    Es lo que pone en marcha el mandato de represión y es
    también el lugar de los valores y
    las metas de un sujeto.

    El instinto en el psicoanálisis
    La palabra instinto en el psicoanálisis es de sentido
    mucho mas amplio, que en la psicología general.
    Para ésta, el instinto es la fuerza o
    energía que origina tendencias o impulsos a la
    satisfacción, organizados por las necesidades
    biológicas. Para el psicoanálisis el instinto es el
    representante psíquico de una excitación
    somática producida por una necesidad orgánica. Es
    "…un concepto
    límite entre lo anímico y lo somático, como
    un representante psíquico de los estímulos
    procedentes del interior del cuerpo que arriban al alma y como
    una magnitud de la exigencia de trabajo impuesta a lo
    anímico a consecuencia de su conexión con lo
    somático". (Sigmund Freud.
    "Los instintos y sus destinos". Ed. Biblioteca Nueva,
    Obras Completas, T2, Pág. 2041)
    (TIRABASSO Vicente, CARRIZO Cristina ,"El hombre y
    la
    educación hoy ", EDBA 1995).

    Caracteres del instinto
    Perentoriedad; factor motor del
    instinto, es la cantidad de exigencia de trabajo que éste
    representa. Autores que interpretaron a Freud asocian éste
    carácter con el impulso o pulsión, en el sentido de
    lo dinámico. (según las traducciones con las cuales
    nos manejemos verificaremos un uso preferencial de uno o de otro
    termino. Así las traducciones empleadas por las ediciones
    Biblioteca Nueva, utilizan: "Instinto" y las de ediciones
    Amorrortu "pulsión".

    Fin; es siempre la satisfacción, regulada por la
    serie placer-displacer.
    Objeto; es la cosa en la cual o por medio de la cual puede el
    instinto alcanzar su satisfacción.
    Fuente; es el proceso
    somático que se desarrolla en un órgano o una parte
    del cuerpo y es representado en la vida anímica por el
    instinto.
    Variedades del instinto; a partir del 1920 y de su
    artículo "más allá del principio del
    placer", Freud nos habla de dos clases de instintos : unos que
    aparecen orientados de una manera positiva hacia los fines
    constructivos de conservación de la vida y otros, en
    cambio, de una
    manera negativa, orientados hacia los fines destructivos de
    la muerte:
    Eros y Thánatos, respectivamente.
    (TIRABASSO Vicente, CARRIZO Cristina ,"El hombre y la
    educación
    hoy ", EDBA 1995).

    Libido y sexualidad
    Se entiende por sexualidad un
    movimiento
    instintivo que se manifiesta psíquicamente por el impulso
    (para Freud "pulsión") de buscar el placer sensible en
    alguna parte del cuerpo (genitalidad es una forma de la sexualidad).
    La energía propia de la sexualidad es la libido.
    (TIRABASSO Vicente, CARRIZO Cristina ,"El hombre y la educación hoy ",
    EDBA 1995).

    Freud, puesto que impulso sexuales pueden
    fácilmente adherirse a varios objetos y que la
    excitación y satisfacción pueden verificarse en
    varias formas, el instinto sexual no es una unidad, sino un
    compuesto. La sexualidad no es un impulso instintivo dirigido
    hacia el sexo opuesto
    con un fin de satisfacción genital: el impulso genital
    heterosexual, es solo manifestación de una energía
    sexual no especifica, la libido. Esta podrá concentrarse
    en los órganos genitales, pero puede localizarse con la
    misma intensidad en la boca, el ano, u otras zonas
    "erógenas", prestando a estas el valor de los
    genitales.

    Dinámica de la personalidad
    Se nace con un bagaje congénito y hereditario (lo
    constitucional), enriquecido por las influencias de los estados
    emocionales de la madre sobre la vida del feto. Desde el momento
    de nacer, y también antes, esta situado en un grupo, el
    grupo
    familiar. Esta pequeña sociedad que es
    su familia
    determina el clima afectivo,
    la atmósfera que lo va a pautar precozmente, y
    de ella surge una persona, la
    madre, que es quien va a traducir sus deseos y satisfacer sus
    necesidades. Entre madre e hijo no se da a nivel conceptual, sino
    que adquiere y ensaya nuevas formas: formas expresivas que
    provienen de los afectos. Se sirven del lenguaje del
    cuerpo.(CUESTA)
    Cada persona va
    variando su conducta frente a
    diferente circunstancias, no obstante hay algo personal, que
    tiene que ver con la historia de vida que hace
    que esa conducta conserve una cierta semejanza consigo misma a lo
    largo del tiempo.
    Freud estableció que los conflictos de
    la
    personalidad (neurosis) son
    consecuencia de una serie de factores que se complementan, las
    series complementarias son tres:

    Factor constitucional

    Lo innato, lo que se trae

    Factor dispocisional

    Las experiencias infantiles

    Factor desencadenante

    Las situaciones actuales que rompen o perturban
    el equilibrio

    Las series complementarias 1º y 2º dan lugar a
    ese aspecto de la
    personalidad que queda mas fijo o invariable en cada uno, ya
    que los factores constitucionales en complemento con las
    experiencias infantiles (en especial aquellas ocurridas antes de
    los 5 años de vida) van a ser estables a lo largo de la
    vida. Depende de cómo sean esos factores para que los
    sucesos posteriores(desencadenantes) puedan o no provocar
    desequilibrios o conflictos neuróticos que desestructuren
    la personalidad.
    (BOSSELLINI, LETICIA "PSICOLOGIA" A-Z editora, 1991)

    Se relaciona con el control y la
    distribución de la energía
    psíquica en el Ello, en el Yo y en el Superyo.
    De la calidad de esa
    distribución depende un buen funcionamiento
    psíquico y la existencia o no de conflictos interiores que
    tienen su origen en el encuentro de fuerzas impulsoras y
    represoras.
    Todo conflicto
    interior significa un desajuste interno de la personalidad y un
    debilitamiento del Yo. Por lo cual, éste debe retirar las
    energías que dedicaba a sus objetos propios para volcarlas
    a la lucha interior que atenta dividir a la persona. Ejemplo de
    esto son el escaso rendimiento, el desinterés, la falta de
    atención en el alumno que atraviesa
    situaciones conflictivas para él, donde no puede optar, no
    puede definirse o decidir, de tal manera que la energía
    que naturalmente vuelca el Yo a sus relaciones con la realidad
    exterior, las utiliza en su interior, en un intento por preservar
    su integridad.
    Concomitantemente con el conflicto se
    da la angustia, que debemos entender como un estado de
    inseguridad e
    impotencia, un estado
    afectivo displacen tero, emparentado con el miedo, traducido en
    un disgusto con uno mismo del que el C (mecanismos de defensa),
    entre los cuales se hallan las conductas agresivas.
    A maneras de conclusión, diremos que toda la dinámica de la personalidad se apoya en los
    instintos y sus destinos. Ellos y no los estímulos
    externos son los verdaderos motores de la
    conducta humana.
    Toda actividad se encuentra sometida al principio de placer y
    regulada por la serie placer-displacer. (TIRABASSO Vicente,
    CARRIZO Cristina ,"El hombre y la educación hoy ", EDBA
    1995).

    Dimensiones de la sexualidad
    La sexualidad humana posee:
    Dimensión personalizante: la sexualidad tiene la función
    primaria de crecimiento personal. Impulsa
    al hombre a abrirse al otro, a promoverlo, a aceptarlo,
    dejándose invadir por la riqueza del otro, a salir del
    individualismo y egoísmo personal. Es una forma de
    comunión interpersonal y de este modo la fecundidad queda
    integrada en una sexualidad que va más allá de la
    instintividad.
    En el cristiano la tendencia sexual es una fuerza que
    ayuda a edificar el yo.
    Dimensión socializante: la sexualidad permite tanto el
    crecimiento personal como social y posee un dinamismo de apertura
    al otro que ayuda a la construcción de un " nosotros " social
    (cfr. Génesis 2,24)
    Dimensión trascendente: para los cristianos la
    sexualidad implica una apertura existencial a la trascendencia,
    considerando que la única comunión que sacia
    plenamente al hombre es la comunión con Dios.
    "El sexo promete
    lo que no puede dar, pero abre la puerta hacia una realidad
    misteriosa, más allá de él mismo, que
    sí puede ofrecer el pleno y total goce al corazón
    hambriento".

    La Libertad
    En oposicion a Freud y a muchos de sus seguidores, que afirman
    que el hombre no es libre en ninguno de sus actos, porque
    detrás de cada uno de ellos un mundo desconocido de
    mecanismos que lo determinan, la visión cristiana supone
    la existencia de una libertad
    interior o de querer, que puede ser definida como el poder que
    tiene el hombre de hacer o no hacer esto o aquello; no hay
    determinación alguna ni siquiera desde dentro.
    Esta libertad
    psicalógica o de elección no se da sin otro tipo de
    libertad: la que nos lleva a dominar nuestros instintos y
    pasiones (recordemos que la libertad es, a la vez, don y
    tarea).

    Cultura y sociedad
    La cultura es un
    conjunto de invenciones materiales y
    de los comportamientos, mediante los cuales una sociedad
    determinada resuelve los problemas
    comunes a todos los hombres y los suyos peculiares, de una forma
    que hace la vida mas eficiente, satisfactoria y a la vez
    inteligible, al par que asegura la continuidad y buen
    funcionamiento de las diversas comunidades.
    La cultura incluye las instituciones
    sociales y religiosas, los conocimientos, las creencias, el
    arte, la moral, las
    costumbres, y cualquier otra capacidad adquirido por el hombre
    como miembro de la sociedad.
    La cultura humana para Freud presenta dos aspectos: 1) el del
    saber y el del poder
    conquistado por el hombre para dominar la naturaleza; 2) el
    de las organizaciones
    necesarias para regular las relaciones entre los hombres. Estos
    dos aspectos están íntimamente ligados entre
    sí.
    El papel de las
    instituciones
    ha de ser, no sólo estar atentas a la distribución
    de bienes
    naturales, sino también defender a la cultura de los
    impulsos hostiles de los hombres. Debemos tener en cuenta que los
    hombres "…integran tendencias destructoras – antisociales
    y anticulturales – que en gran número son bastantes
    poderosas para determinar su conducta en la sociedad". ( Freud,
    Sigmund: El porvenir de una ilusión. Ed. Biblioteca Nueva,
    Obras Completas, tomo III, Pág. 2962).

    Luego, Freud pasa de lo material a lo anímico y
    se pregunta "…si es posible disminuir y en qué medida
    los sacrificios impuestos a los
    hombres en relación a la renuncia a la satisfacción
    de sus instintos…". ( Freud, Sigmund: El porvenir de una
    ilusión. Ed. Biblioteca Nueva, Obras Completas, tomo III,
    Pág. 2963).

    Toda la obra freudiana plantea la cultura en
    términos de renuncia a la satisfacción de los
    instintos: " Vivir en sociedad siempre implicará un
    mínimo de represiones". ( Fullat, O.: Filosofía de
    la educación. Ed. CEAC, Barcelona 1983,
    Pág. 279).
    La función
    capital de la
    cultura es defendernos de la magnitud, crueldad e inexorabilidad
    de la naturaleza y reposa en una imposición coercitiva del
    trabajo y la renuncia a los instintos provocando la hostilidad de
    aquellos sobre los que cae dicha exigencia. En consecuencia, los
    medios
    necesarios para defender la cultura son los medios de
    coerción y los conducentes a reconciliar al hombre con la
    sociedad; estos últimos están relacionados con el
    patrimonio
    espiritual.
    En lo referente a los procesos anímicos, dice Freud que a
    lo largo de nuestra evolución, por la acción de una
    instancia psíquica, el Superyo se transforma en
    coerción interna. "Este proceso hace
    del niño un ser moral y
    social". (Freud, Sigmund: El Porvenir de una ilusión. Ed.
    Biblioteca Nueva, Obras Completas, tomo III, Pág.
    2965).
    El factor cultural psicológico más valioso
    será el Superyo, su robustecimiento, del cual ha de
    depender el dejar de ser adversario de la
    civilización.

    3.
    Valores

    Los valores se nos
    presentan con una marca de origen:
    son "necesarios". Son imprescindibles para que se realice la
    aspiración profunda de nuestra condición humana.
    Son necesarios y no son una sobre estructura.
    Sino tan originales como la necesidad y el deseo.

    ¿Dónde están los valores?.
    Tenemos que admitir que los valores no se
    inventan, porque, precisamente, rechazan toda forma de
    arbitrariedad.
    Los valores "se descubren". Se nos impone a la lucha profunda de
    nuestro ser. Se nos aparecen. Porque de alguna manera
    están ahí, en la realidad. En la trama de la
    realidad.
    Son la clave de la vida humana.
    Sólo nos queda aceptarlos o rechazarlos.
    Existencializarlos en nuestra vida personal. Pero nunca
    inventarlos o crearlos.
    Y esto es así porque se nos presentan como "necesarios".
    Sin ellos se desvirtúa la vida humana. A mediano o largo
    plazo pierde su sentido. Porque cuando nada vale tanto como para
    atraernos y motivar nuestra entrega, quedamos atrapados en el
    presente.
    Entre los bienes
    espirituales de una civilización están sus ideales
    (valores) que determinan en ella cuales son los rendimientos
    más elevados que deben esperarse. La satisfacción
    que los ideales dan a los hombres es de naturaleza narcisista y
    tienen que ver con el orgullo del rendimiento
    obtenido.

    En consecuencia, en esta visión no tiene cabida
    el cultivo de la voluntad, de la inteligencia,
    de la libertad y de la responsabilidad como valores. En cambio, en la
    tercera escuela vienesa
    de psiquiatría (análisis existencial) cuya máximo
    representante es Viktor Frankl, libertad y responsabilidad son valores fundamentales sobre
    los cuales se edifica la persona y sin esta concepción la
    vida en sí misma es un valor, Freud
    nos dice al respecto: "Para el individuo la vida es
    difícil de soportar". ( Freud, Sigmund: El porvenir de una
    ilusión. Ed. Biblioteca Nueva, Obras Completas, tomo III,
    Pág. 2968).

    La acción comunicativa y los valores
    Los valores no se identifican sin más con los fines de las
    diversas acciones o
    técnicas educativas. Si, por fin, se
    entiende la meta hacia la
    que se ordena una determinada metodología de acción utilitaria,
    habría que hablar más bien de objetivos,
    más o menos abarcadores y jerarquizados en su importancia.
    Pero el valor, presente en la acción y en el objetivo que
    esta persigue, va más allá de ambos, en cuanto que
    abre la acción a un ideal que no se agota en la meta
    particular establecida.
    Su finalismo es tal en la medida en que supera la simple
    relación entre medios y fines. Está como embarcado
    en otra dimensión: la de lograr una comunicación intersubjetiva más
    plena y mejor lograda. La imposibilidad de agotarse en un
    objetivo
    depende de la misma imposibilidad de objetivar la relación
    intersubjetiva.
    Y allí surge un acuerdo fundamental, aunque no total, con
    la distinción de J. Habermas entre acciones
    comunicativas y "acción respecto a fines" (o sea,
    acción instrumental).
    Esta última, llevada a su extremo, sentido literal y
    aplicada a la educación, engendra un tipo de eficiencia que no
    sólo instrumentaliza contenidos y cultura,
    sometiéndolos a la ideología o al éxito
    político, sino que se transfunde, a la sociedad que se
    educa, el sello del poder, el dominio, el
    control, de la
    técnica transformada en razón de ser de las
    cosas.
    Si la educación ha de ser acción comunicativa no
    significa esto que la alternativa haya de ser el rechazo de toda
    mediación y de toda técnica de acción
    instrumental.
    El núcleo del problema reside en orientar estos fines o
    metas a la
    comunicación intersubjetiva, que incluye tanto la
    capacidad de inserción social del sujeto como las
    vivencias mas personales de solidaridad y
    amor. Es
    tender a que la mecánica de lo técnico desemboque en
    un mundo humano, en un intercambio más vivo entre
    sociedad, cultura y personas concretas.

    Es abstracto y utópico pensar en una
    separación total entre ambos aspectos de la acción
    y el lenguaje.
    Todos los seres humanos utilizan y viven ambos aspectos en su
    mundo concreto. No
    es conveniente que todo sea igualmente comunicativo, pues, para
    la eficiencia de
    algunas tareas y en algunos niveles de valores (por ejemplo, lo
    económico), es preciso que prime la racionalización
    de la acción instrumental. Pero una civilización, y
    por consiguiente, una educación que sumerja la capacidad
    comunicativa en el aparato tecnológico, en lugar de
    servirse de él, sacrifica el rasgo más personal y
    humano de la vida y debe, por consiguiente, reducir la rica gama
    de lo afectivo al mero consumo
    hedonista del bienestar.
    Orientar la educación a los valores es, por lo tanto,
    buscar que la persona logre su madurez en la vida social, en la
    capacidad de convivir y de aportar trabajo y crecimiento a sus
    semejantes, al abrirse al ámbito moral y
    trascendente de la vida.

    Pistas de reflexión
    ¿Qué idea de hombre trasciende de la teoría
    de Freud?
    ¿En qué plano de la vida psíquica hace
    hincapié en lo referente a determinación de las
    conductas?
    ¿Cuál es el papel de las
    experiencias infantiles?
    ¿Qué rol asigna a la evolución de la energía sexual en el
    desarrollo de
    la personalidad?
    ¿Qué función cumple la educación en
    la concepción psicoanalítica?

    4.
    Bibliografía

    El nuevo psicoanálisis. Karen Horney. Ed. Fondo
    de cultura económica, México,
    1996.
    El
    Conocimiento Y La Educación Hoy. Francisco Leocata.
    Ed. Don Bosco Argentina, Bs As,
    1996.
    Invitación Al Psicoanálisis, Mauricio Abadi y Jose
    Eduardo Abadi. Ed. Sudamericana, Bs As, 1999.
    Psicología. Leticia Bossellini y Alcira Orsini. Ed. A-Z
    editora, Argentina Bs As
    1991.
    Sicología. Patricio Hopkins. Ed. Almagro, Bs As 1995.
    Teoría psicoanalítica de las neurosis. Otto
    Fenichel. Ed. Paidos, Mexico 1996.
    Sgmund Freud Obras Completas. Ed. Amorrortu, Argentina 1990.
    Deseo, Luego Existo. Mauricio Abadi. Ed. Temas de hoy, Arg
    1994.
    El Hombre, La Libertad Y Los Valores. Julio Cesar Labaker. Ed.
    Bonum. Argentina 1989.
    El Hombre Y La Educación Hoy. Cristina Carrizo y Vicente
    Tirabasso. Ed. Ediciones Don Bosco Arg, 1995.
    Psicodiagnostico. Jose Aberto Cuesta. Ed. Fundación San
    Francisco de Sales, Mza – Argentina, 2001.

     

     

    Autor:

    Marilyn Castro Combes

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter