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La readministración y el análisis de gestión




Enviado por dosxmab



    Indice
    1.
    Introducción

    2. Concepción de la
    Readministración

    3. ¿Cómo avanzar hacia una
    Administración renovadora

    4. Aplicación de la
    Readministración en una Empresa

    5. Análisis de
    Gestión

    6. Conclusión
    7. Bibliografía

    1.
    Introducción

    El progreso de las organizaciones
    depende, cada vez en mayor medida, de las personas que las
    integran. En un entorno cambiante y competitivo, la adaptabilidad
    y el aprovechamiento de las mejores oportunidades por parte de
    las empresas y de las
    instituciones,
    la racionalización de sus actividades y el incremento de
    su productividad
    derivan de la capacidad de sus
    empleados y de su actuación cooperativa.
    Ante este panorama, se consolida una nueva concepción de
    la dirección de las personas que valora la
    creatividad,
    la innovación y la flexibilidad; el trabajo en
    equipo, la calidad de la
    atención a los usuarios, la
    autoevaluación y su consiguiente mejora continuada; la
    formación permanente y el gusto por el trabajo
    bien hecho, desde el convencimiento de que todo ello
    redundará en la calidad del
    producto o del
    servicio que
    presta la
    organización.
    Para lograr esa implicación de las personas que una
    organización de calidad requiere, es
    preciso confiar en el personal,
    conferirle un grado de autonomía amplio en relación
    con las actividades que realiza, incorporar sus aportaciones a
    los procesos de
    mejora, reconocerle públicamente y promover su desarrollo
    profesional y personal. Esta
    idea es la que fundamenta la realización de este trabajo,
    conocer lo que implica un proceso de
    readministración en una organización y el análisis de gestión, y las bases en las cuales se
    orientan ambos procesos.
    Durante la realización de está investigación se presentaron varias
    limitaciones, la principal fue la poca información de la cual se disponía
    sobre el tema, así como también la poca
    disponibilidad de textos bibliográficos que contemplaran
    en su contenido el objeto de nuestra investigación. Por otra parte se cuenta con
    información tomada de fuentes
    confiables que aseguran la veracidad de la información que
    en este se encierra.

    2. Concepción de la
    Readministración

    Geraldo Caravantes y Westley Bjur, quienes con amplio
    conocimientos adquiridos por sus estudios y con la
    práctica obtenida a través de la consultoría a empresas de
    diversa índole, despliegan un marco conceptual amplio
    sobre el cual se puede fundamentar un estudio analítico de
    las organizaciones
    tomando en cuenta aspectos administrativos tradicionales y temas
    de tanta importancia para los gerentes de vanguardia de
    hoy, como lo son la ética y la
    ecología.
    La Readministración, así llamada por sus autores
    (Wesley E. BJUR y Geraldo R. CARAVANTES, de la Universidad del
    Sur de California y de la Universidad
    Federal de Río Grande do Sul, respectivamente: "La
    readministración en acción: la ejecución de
    cambios orientados al éxito"), no solamente presenta a los
    estudiosos de las organizaciones una construcción teórica rica, amplia y
    actualizada, sino que también plantea un método
    para llevar a la praxis los conceptos emitidos, de tal manera que
    se pueda lograr un perfeccionamiento en la
    organización estudiada.

    Bjur y Caravantes han propuesto el concepto de
    readministración:
    La Readministración o Administración Renovadora, como suele ser
    llamada a menudo, supone entre otros aspectos evolución frente a revolución
    en las estructuras
    organizacionales y la participación de los miembros de la
    organización, en base a un nuevo modelo de
    administración.

    Sus autores la diferencian de:
    Reingeniería: dado que la reingeniería constituye una respuesta de
    supervivencia de una organización. Su resultado frecuente
    es el despido de empleados, que conlleva pérdida de
    conocimientos. El enfoque supone la creación de nuevas
    estructuras
    organizacionales a partir de la destrucción de las
    antiguas, con el fin de conseguir mejoras dramáticas en el
    rendimiento de la organización. Caso contrario a la
    readministración, que plantea la participación
    activa de los empleados en el proceso de
    cambio. La
    reingeniería es el replanteamiento fundamental y el
    rediseño de los procesos en los negocios para
    lograr mejoras dramáticas en medidas de rendimiento que
    son críticas y contemporáneas, tales como costos, calidad,
    servicios y
    rapidez, optimizar los flujos de trabajos y la productividad de
    una organización.
    Se trata de un enfoque para planear y controlar el cambio. Es un
    proceso total de readecuación de las organizaciones en las
    nuevas y exigentes condiciones en un entorno cada vez más
    difícil de controlar, es decir, es una de las formas con
    que se puede operacionalizar el cambio. Si se ha determinado con
    anticipación el reposicionamiento, la reingeniería
    tendrá preparado el conjunto de sus metas y su ambiente.
    Reinvención: ya que se basa en el concepto de
    competencia
    frente a monopolio
    más que en la distinción público / privado.
    Sus autores (Osborne y Gaebler) defienden que la
    subcontratación de servicios
    públicos abre la puerta a la concurrencia promoviendo
    así la mejora de las condiciones de los mismos, en cuanto
    a coste y calidad. Trata más bien de una nueva planeación
    de costos.

    Frente a los enfoques anteriores, la
    readministración, considera los siguientes aspectos como
    elementos críticos de buena
    administración:

    1. La necesidad de comprender el contexto, los ambientes
      culturales, políticos y legales.
    2. La importancia de una misión y
      objetivos
      claros.
    3. Consideraciones relativas a los recursos
      humanos y su desarrollo.
    4. Obtención de resultados socialmente
      relevantes.

    3. ¿Cómo
    avanzar hacia una Administración
    renovadora
    ?

    El enfoque de la readministración, enmarca un
    estudio analítico de la organización estudiada,
    tomando en cuenta principalmente sus aspectos administrativos,
    para ir creando una nueva organización, de esta manera
    trabaja de forma integrada en todos los frentes, haciendo
    énfasis en el más fundamental, que es el personal y
    la gestión
    de personal. Una organización nunca puede ser mejor que
    las personas que la componen. Se puede cambiar de forma global la
    organización, pero si no se cambia la manera en que las
    personas piensan y se comportan, no se conseguirán
    resultados cualitativamente diferentes.
    Si se quiere realmente construir un nuevo modelo de
    Administración, en materia de
    personal, se deben diseñar y llevar a cabo un conjunto de
    políticas . a continuación se
    apuntan algunas pistas sobre hacia donde y como
    avanzar:

    Descentralizar la gestión de personal
    En primer lugar sería necesaria una descentralización sincera de la
    gestión de personal. La centralización no es amiga de la innovación. Si deseamos fomentar la
    introducción de cambios en nuestras
    organizaciones debemos dar oportunidades para experimentar a los
    gestores de línea. Cada administración u organismo,
    en función
    de sus características particulares deberá
    encontrar el grado óptimo de descentralización y teniendo en cuenta sus
    parámetros organizativos y su cultura
    deberá decidir como y hasta donde descentraliza. De todas
    maneras un principio común que puede ser útil a
    todas las organizaciones es el de la subsidiariedad. Aplicado a
    la gestión de recursos humanos
    se puede traducir en: "las decisiones que en materia de
    personal deben tomarse lo más cerca posible de donde se
    trabaja y de donde surgen los problemas".
    Por consiguiente, tan sólo debe centralizarse aquello que
    no pueda ser realizado con la misma calidad en un nivel inferior.
    Pero para hacer bien este ejercicio se debe realizar partiendo de
    cero, es decir, con todas las funciones
    descentralizadas al máximo. A partir de ahí,
    sólo cuando se demuestre que una función
    puede ser realizada mejor en un nivel superior es cuando esta
    debería ser gestionada desde más arriba.

    Cambiar el rol del Departamento de Recursos
    Humanos
    Esa
    desconcentración no puede tener lugar manteniendo la misma
    estructura y
    funcionamiento de los departamentos de Personal. La
    función central de Recursos
    Humanos debe jugar un nuevo rol, que es clave para el
    éxito
    del proceso. Las nuevas responsabilidades del departamento de
    personal son elaborar las estrategias, dar
    apoyo y capacitación a la línea, y evaluar
    los resultados del proceso.
    Si alguna función es indelegable, esa es la de la estrategia. Pero
    es indelegable no porque sea una responsabilidad de personal. La responsabilidad real sobre la estrategia
    sólo puede ser de la alta dirección que, en todo caso, se
    apoyará técnicamente en los especialistas
    funcionales correspondientes. He ahí una tarea fundamental
    de los técnicos de recursos humanos: diseñar
    políticas de personal que respondan a la
    estrategia y a los proyectos de la
    organización, asegurando su viabilidad.

    Por su parte, los directivos de línea deben
    implicarse en materia de personal y deben tomar las decisiones
    puntuales que afecten a sus colaboradores. Ahora bien, no tienen
    porque ser expertos en la materia ni tienen porque conocer las
    técnicas aplicables. Ahí radica la
    nueva función del departamento central: asesorar y prestar
    servicios a demanda de los
    departamentos finalistas, configurándose claramente como
    una función staff. En el marco de la estrategia de la
    organización, son los directivos de línea quienes
    toman las decisiones.
    El papel de
    Personal es prestar a los directivos, sus «clientes»,
    los servicios que requieran para llevar adelante sus proyectos.
    Una última función, hoy inexistente, es la evaluación
    de los resultados. En las organizaciones con una gestión
    centralizada de personal el día a día absorbe todos
    los esfuerzos del departamento de Personal, que no puede
    «perder el tiempo»
    evaluando las consecuencias de las decisiones en materia de
    personal. La última tarea clave del departamento central
    es evaluar la gestión de recursos humanos en
    función de sus consecuencias.

    Para ello el responsable de Personal deberá
    preguntarse:
    Nuestras políticas de personal, ¿están
    mejorando las competencias de
    los empleados?, ¿consiguen atraer, conservar y desarrollar
    profesionales con los conocimientos y habilidades que la
    organización necesita?,
    ¿Están aumentando el compromiso de los empleados
    con su trabajo y con la organización?,
    ¿Están siendo adecuadas y oportunas para la
    situación?,
    ¿Qué costes, en un sentido amplio, están
    generando estas políticas?.
    Para finalizar esta reflexión sobre el rol del
    Departamento de Personal en una Administración en cambio,
    se debe dejar claro que el papel de la
    función de recursos humanos no es, de ninguna manera,
    marginal o secundario. Si me permiten la aparente
    contradicción, en un modelo descentralizado de
    gestión de personal, su papel es central, al lado de la
    alta dirección, apoyando a esta en el diseño
    de estrategias y en
    la gestión del cambio. Ahora bien, este rol requiere
    también nuevos perfiles de los responsables de personal
    que, por decirlo gráficamente, pierden el poder de
    apretar los botones en el ordenador que confecciona las nóminas y
    deben ejercer su poder a
    través de la influencia y el liderazgo,
    sobre la base de compromisos y consensos.

    Gestionar a los profesionales como tales
    Los organismos públicos van a ser, cada vez más,
    organizaciones de profesionales. A pesar de la tendencia a la
    contratación externa de servicios, en las áreas
    bajo gestión pública directa el peso de los
    profesionales –entendiendo por tales a empleados con
    estudios universitarios– va a ser cada vez mayor.
    Un profesional es «aquella persona que tiene
    un conjunto de conocimientos complejos y especializados, y que
    dispone de una amplia autonomía y de un notable control sobre las
    condiciones de su trabajo» (Mendoza, 1995). De esta
    descripción de la persona y de la
    tarea del profesional se puede fácilmente deducir que los
    profesionales no van a adaptarse sin resistencias a
    los valores y
    a la gestión de recursos humanos propios de la
    administración burocrática. El peso creciente
    de los profesionales constituye pues un argumento añadido
    para replantear las prácticas actuales de gestión
    de personal hacia un modelo que trate a los empleados como
    adultos y como personas.

    Motivar a las personas y lograr el compromiso de los
    empleados
    Esa nueva
    Administración necesita empleados comprometidos y
    entusiastas. Se debe entonces motivar a los empleados e ir
    sustituyendo las técnicas
    de control por la
    consecución del compromiso de cada empleado en el logro de
    los objetivos de
    la organización.
    El trabajo
    puede y debe producir, al mismo tiempo,
    satisfacción en el empleado y eficacia
    organizativa. Muchos estudios demuestran que la
    motivación real, permanente, no se encuentra en los
    estímulos externos, sino en los contenidos del propio
    trabajo. Son la responsabilidad, la autonomía, la creatividad y
    los retos que derivan de la tarea, así como el apoyo y el
    estilo de dirección del superior, el reconocimiento de la
    organización y las relaciones
    interpersonales los elementos que generan a cada empleado una
    sensación de satisfacción o
    insatisfacción.
    En este sentido el papel de los directivos es clave. La manera en
    que estos dirigen a sus colaboradores, las expectativas que
    transmiten, la información que canalizan, la confianza que
    generan, la participación que promueven o la
    responsabilidad que delegan, tienen más impacto en la
    relación empleado-organización que cualquier
    política
    de recursos humanos. Pero esto implica, por una parte, escuchar
    las opiniones, los deseos y las necesidades de los empleados y,
    por otra, mejorar los estilos de dirección, ensayar nuevos
    sistemas de
    trabajo y construir marcos para el diálogo y
    la negociación.
    A partir de ahí el compromiso de los empleados se va
    desarrollando, apoyado sobre la base de la confianza mutua entre
    la dirección y los trabajadores. Parece lógico que
    una organización que proporcione responsabilidades a sus
    empleados, les anime a contribuir y les ayude a obtener
    satisfacciones, cuidando que su desarrollo y su autoestima
    profesional genere con cierta facilidad actitudes de
    compromiso con la organización.
    Quizá no este de más recordar aquí que la
    organización que persigue el compromiso de sus
    trabajadores no lo hace por motivos altruistas, sino que sabe que
    un compromiso firme le generará aumentos de calidad y
    productividad y le ahorrará costes de control.

    Desarrollar la
    comunicación interna y la
    participación
    Complementando
    lo anterior, apostar por las personas exige invertir en comunicación: mejorar la transparencia,
    distribuir información a todos los niveles y establecer
    nuevos canales para garantizar flujos de información
    dinámicos. Implica también dotarse de sistemas que
    garanticen una comunicación ascendente adecuada, que
    estimule la participación de los empleados: practicar una
    política
    de puertas abiertas, generalizar las consultas a los empleados
    ante cuestiones que les afecten o crear mecanismos para
    incentivar ideas y sugerencias.

    Apostar por la formación y el desarrollo del
    personal
    Cualquier
    organización, lo quiera o no, influye en el desarrollo de
    sus miembros, facilitando o entorpeciendo su crecimiento personal
    y profesional. La gestión de personal va a ser, cada vez
    más, una gestión de las competencias. El
    objetivo a
    conseguir es adquirir y desarrollar las competencias que la
    organización necesita. Por eso las administraciones deben
    hoy apostar por el aprendizaje.
    Eso implica invertir decididamente en la capacitación de los empleados y crear un
    entorno favorable para el aprendizaje. Se
    de dar formación a los empleados, y también apoyo
    para la puesta en práctica de los nuevos
    conocimientos.
    Pero, además, hemos de convertir las organizaciones en
    espacios de aprendizaje. Hay
    que romper la dicotomía escuela equivale
    a aprendizaje y empresa equivale
    a trabajo. Se debe acercar la formación al puesto de
    trabajo, normalizándola, haciéndola algo cotidiano
    y no algo puntual que tiene lugar en momentos excepcionales. Para
    eso habrá que experimentar, convenciendo a los directivos
    que con su ejemplo pueden ser los mejores formadores, creando
    figuras de tutor que guíen a los profesionales noveles,
    llevando a cabo sesiones de coaching o
    asesoramiento personalizado, distribuyendo materiales
    escritos o por vía telemática para la autoformación de
    los trabajadores o generando grupos de trabajo
    entre empleados que comparten problemas
    comunes.
    La formación debe integrarse y ser soporte privilegiado de
    la estrategia de gestión de los recursos humanos. Las
    administraciones deben dotarse de un verdadero Plan de
    Formación que responda a sus necesidades y de apoyo a sus
    proyectos. El objetivo
    último de las acciones
    formativas será entonces la mejora de la productividad y
    el desarrollo organizativo. Esto ha de llevarse a cabo bajo el
    liderazgo de
    la alta dirección y el compromiso y protagonismo de los
    directivos de línea. Con ello la formación
    dejará de ser vista como algo externo a la
    organización, como una huida del medio, y pasará a
    entenderse como un mensaje y un apoyo de la organización,
    destinado a desarrollar los conocimientos y habilidades que la
    organización precisa y a transmitir los valores que
    conforman su cultura
    corporativa. Será, en definitiva, una formación
    para el cambio.

    Evaluar el desempeño de los
    empleados
    La gestión
    de recursos humanos es una función de dirección.
    Son por tanto los directivos quienes deben asumir las
    responsabilidades y el protagonismo en las decisiones respecto a
    los empleados. Esta afirmación es cierta en el plano
    teórico, pero sólo puede verdaderamente ser
    así cuando los directivos, de forma regular,
    evalúan a sus colaboradores y les transmiten a estos el
    reconocimiento y la crítica por la labor realizada.
    El círculo vicioso habitual de la inhibición de los
    responsables ante todo aquello que afecta a sus subordinados,
    sólo puede romperse con la introducción de sistemas adecuados de
    evaluación
    del desempeño. La valoración del rendimiento
    puede ser introducida, y así lo ha sido, en las
    administraciones públicas. Ahora bien, esa es una
    herramienta que, por su gran fuerza, debe
    incardinarse en la gestión, no pudiendo ser tan
    sólo un apéndice puntual sin sustento en la
    práctica cotidiana. Un sistema adecuado
    de evaluación
    del desempeño se apoya en una Dirección Por
    Objetivos, que permita fijar metas a los individuos y a los
    equipos sobre las que rendir cuentas de forma
    periódica. Eso debe complementarse con la fijación
    a cada individuo de objetivos de desarrollo profesional y con una
    tarea de seguimiento y apoyo personalizado por parte de los
    directivos. La valoración debe ser algo continuado, pero
    parece adecuado buscar algún momento y forma
    específica que le dé cierto simbolismo, del estilo
    de una entrevista
    anual de revisión entre jefe y colaborador.
    ¿En qué deben traducirse los resultados de la
    evaluación del rendimiento? En primer
    lugar, en retroalimentación, es decir, en
    reconocimiento y en exigencia de responsabilidades. Además
    los resultados de las evaluaciones deberían ser un
    elemento determinante en la carrera profesional, tanto en forma
    de formación específica, como de asignación
    de tareas y proyectos, como en la provisión de puestos de
    trabajo. Finalmente, debería traducirse en
    retribución variable en aquellas organizaciones en que lo
    permita el servicio
    prestado.

    Integrar la carrera profesional en un marco
    organizativo
    Otro elemento
    que exige una reforma en profundidad es la carrera
    administrativa. Esta no debe verse sólo como un
    «derecho» del empleado, sino como una
    aspiración de todo trabajador, que es también
    útil a la empresa,
    siempre que tenga lugar en un marco organizativo. Eso quiere
    decir que las carreras profesionales deben ser definidas y
    gestionadas en el seno de una estrategia y de una política
    de recursos humanos. La
    Administración no puede ser un territorio a descubrir
    por aventureros cargados de supuestos méritos y de buenos
    contactos.
    Este es uno de los temas más complejos y difíciles
    de la gestión de personal. La definición de un
    nuevo sistema de
    carrera más flexible y que de importancia a la
    evaluación del desempeño y a las competencias
    profesionales, exige mejorar la relación entre
    formación y carrera y dotarse de instrumentos para la
    evaluación del rendimiento.
    Una última reflexión en materia de carrera es la
    necesidad de construir alternativas a la carrera
    jerárquica. Especialmente para los profesionales, pero
    también, por ejemplo, para informadores o administrativos,
    se deben definir planes de carrera horizontal que permitan el
    desarrollo profesional y el crecimiento retributivo, sin que eso
    obligue a asumir –o a inventar– responsabilidades
    jerárquicas.

    Basar la retribución en la calidad profesional, en el
    esfuerzo y en los
    resultados
    Las retribuciones
    transmiten a los empleados un mensaje clave sobre el tipo de
    comportamientos y actitudes que
    son bien vistos por la organización. En este sentido, el
    igualitarismo tradicional de la Administración
    burocrática es profundamente empobrecedor, pues es visto
    por los funcionarios como la constatación de que la
    organización no valora de una forma especial a las
    personas que mejor trabajan.
    A pesar de que se acostumbra a dar demasiada importancia a las
    retribuciones como justificación de todos los problemas de
    personal, el modelo retributivo que se maneja debe revisarse en
    profundidad. Un nuevo sistema retributivo podría basarse
    en una combinación de la valoración del puesto
    según sistemas tradicionales, pero incorporando un
    componente de retribución por competencias y experiencias
    adquiridas. Este componente permitiría, al estilo de los
    sexenios de los maestros, un crecimiento retributivo ligado a la
    mejora de las capacidades profesionales, que incentivase la
    formación continuada y la polivalencia, sin implicar
    cambios en las funciones a
    desarrollar.
    Por otro lado, parece aconsejable un componente variable,
    relacionado con el rendimiento individual o grupal. Para la alta
    dirección y para puestos cuyos resultados son claramente
    individualizables se ligaría al desempeño
    individual. Por contra, en la mayoría de los puestos en la
    Administración podría ser más aconsejable
    relacionar el salario variable
    con los resultados de la unidad, lo que reforzaría los
    comportamientos cooperativos y el control social interno.
    Asimismo la retribución variable podría incorporar
    un parámetro ligado a objetivos de eficiencia y,
    concretamente, al ahorro de
    recursos. Esta fórmula, basada en las experiencias de
    gainsharing podría incentivar a los empleados a un uso
    más eficiente de los recursos.

    4. Aplicación de la
    Readministración en una Empresa

    Empresa Visitada: "Farmacia Santa Rosa C.A".
    Ubicación: Punta de Mata – Estado
    Anzoátegui
    Según información suministrada por una de las
    propietarias la Dra. Nubia Albino, la empresa
    comenzó a pérdidas (no en el sentido estricto de la
    palabra), a mediados del año 1998. Poca clientela y los
    altos precios de los
    medicamentos eran los factores determinantes de esta
    situación. La Gerencia
    decidió a inicios del año 2000 aplicar un "Plan de
    Salvamento" posterior a su estudio y análisis. Este plan
    fue ideado por la Gerencia, y lo
    que hace suponer que tiene relación directa con la
    readministración, es el hecho de que en parte fue
    realizado bajo opiniones de los empleados sobre que consideraban
    ellos que funcionaba bien y que funcionaba mal dentro de la
    organización. Durante el proceso se mantuvo informado al
    personal, este además participo de forma activa durante el
    desarrollo del mismo. De este plan han logrado:
    -. Contribuir en la formación y desarrollo del personal,
    ya que los encargados de farmacia (Jefes de Farmacia de las dos
    sucursales), participaron en las Jornadas de Farmacología
    realizadas en el Estado
    Mérida el año 2000, además los demás
    empleados de farmacia han asistido a seminarios de
    farmacología dictados en el Estado
    Monagas.
    -. La obtención de resultados socialmente favorables. Uno
    de los objetivos que se planteaban en este plan era mejorar las
    condiciones del área de trabajo, de esta manera se
    decidió ampliar los locales (Farmacias), esta parte ha
    sido destinada a servicios médicos, lo cual constituye una
    innovación para estas farmacias, ya que siempre
    habían trabajado bajo un mismo marco administrativo, en el
    cual solo contemplaban las actividades de laboratorio
    para la formulación de medicamentos y la venta de los
    mismos así como también de otros medicamentos en
    general. Ahora ofrecen servicios de medicina
    especializada y han destinado un área específica
    para atender emergencias. Este cambio no a sido en vano, la
    respuesta de los clientes basta
    para resumir la aceptación que han tenido a los nuevos
    cambios. En esto también influyó el hecho de que se
    diseñó e implemento una estrategia publicitaria
    (propagandas en radio, periódico
    y revistas locales) para hacer conocer al público de sus
    ofertas en medicamentos y del nuevo servicio que prestan .
    -. Influir en el ambiente de
    trabajo, ahora los empleados se sienten mas capaces, lo que a
    influido positivamente en su eficiencia,
    obtenido reconocimientos por parte de los clientes hacia los
    empleados que trabajan directamente con ellos, afirman que se
    tiene una excelente atención.
    -. La administración adecuada del capital
    contable de las dos sucursales (recursos financieros).
    Durante y después del proceso no se despidió a
    ningún empleado, más bien se crearon nuevos puestos
    de trabajo (niveles superiores e inferiores de mando).

    5. Análisis de
    Gestión

    El objetivo de esta técnica económica es
    identificar y ponderar los factores que contribuyen negativa y
    positivamente al logro de los objetivos de la empresa,
    constituyéndose en base para el control técnico
    económico, el planeamiento y la
    toma de
    decisiones. La información que genera este
    análisis es la base más sólida para la
    confección de planes de corto y de largo plazo, que
    respondan a los objetivos económicos del empresario.
    Así mismo, es la herramienta idónea para evaluar
    económicamente el impacto de diferentes
    tecnologías, a nivel de una actividad o en el total de la
    empresa.
    La mejor forma de resolver un problema es comenzando por la
    correcta descripción del mismo, si los actuales
    problemas empresarios son el crecimiento y la rentabilidad
    de la empresa, esta técnica va a describir correctamente
    sus componentes técnicos y económicos para mejorar
    su buen funcionamiento o va a ser el comienzo de la
    solución del problema.
    La gestión administrativa de una empresa es un
    proceso dinámico donde conviven pasado, presente y futuro.
    En este proceso se combinan activamente, análisis del
    pasado (gestión), previsión y evaluación de
    alternativas futuras (planeamiento) y
    la instrumentación del plan en el
    presente.

    El proceso de análisis de gestión puede
    resumirse en una serie de acciones:

    _ La recopilación de los datos
    físicos y económicos.
    _ La imputación de egresos e ingresos.
    _ La homogeneización de la moneda de cálculo.
    _ El cálculo de
    resultados.
    _ El análisis de resultados.

    El objetivo de estas normas es
    homogenizar los criterios de ordenamiento e imputación de
    datos, su
    expresión monetaria y la metodología de cálculo. Resaltando
    su importancia en el objetivo final del análisis de
    resultados, tomando la información que nos brinda el
    análisis de gestión sobre las mejores decisiones
    sobre el uso de los recursos de la empresa. Está metodología permite mejorar el plan de la
    empresa en base a las conclusiones emergentes del análisis
    y comparación de los resultados previstos y los obtenidos
    en el ejercicio analizado.
    Generalmente el empresario comienza utilizando el análisis
    de gestión como una herramienta para conocer el resultado
    técnico y económico de un ejercicio, esto le
    permite evaluar los factores que intervinieron para lograr este
    resultado. Con este sistema puede compararse la eficiencia en el
    uso de insumos, el dimensionamiento de la estructura,
    evaluar la tecnología aplicada y
    sus resultados técnicos y económicos.
    Los resultados de la gestión anual brinda también
    la posibilidad de analizar la evolución de la empresa a través del
    tiempo, permitiendo incorporar los cambios necesarios en el
    sistema de producción que satisfagan mejor los
    objetivos empresariales.
    A través de la comparación grupal, dentro de una
    marco metodológico común, puede evaluar la
    situación de los resultados físicos y
    económicos de las actividades desarrolladas en la empresa
    con otras empresas. El trabajo multiplica la información
    en la discusión y comparación grupal, aumentando en
    forma muy importante la posibilidad de ampliar el
    análisis, mejorando la calidad de las provisiones futuras.
    Estos cambios y las decisiones a tomar durante el proceso
    administrativo, al ordenarse metodológicamente, se
    convierten en el plan de la empresa. La relación que
    existe entre el plan y el control se puede ejemplificar con la
    idea de que un plan es la "gestión" futura de la empresa y
    que el análisis de gestión es el "plan" realizado.
    Donde, evaluar las diferencias entre lo planificado (plan) y la
    realidad (control), es la parte más importante del
    análisis de gestión.
    El análisis de gestión es una herramienta de
    control anual, permitiendo analizar las decisiones tomadas al
    confeccionar el plan del año si fueron correctas o no, si
    los datos utilizados para caracterizar o dimensionar las
    actividades fueron las más acertadas. Las causas de las
    diferencias encontradas entre lo previsto y lo realmente ocurrido
    son muy variables, por
    ejemplo: estimaciones de precios o
    rendimientos equivocados, problemas climáticos, etc. Lo
    más valiosos de la gestión es la probabilidad real
    de evaluar las diferencias dentro de un marco de análisis
    técnico y económico. Este hecho genera experiencia
    e información para tomar mejores decisiones y generar
    mejores planes.
    Si su utilización se limita solo al análisis de su
    información desde un punto de vista histórico, a
    diferencia de su utilización como elemento de control de
    un plan se limita drásticamente su utilidad en la
    empresa. Comenzar con el análisis de gestión en la
    empresa puede ser el principio de eficientizar la gestión
    empresarial, pero no es la única herramienta a tener
    en cuenta para lograr un mejor manejo empresarial.
    El planeamiento debe incorporarse a la empresa, así como
    controles de mayor periodicidad que el análisis de
    gestión anual, tales como el control financiero, los
    controles de producción física
    estaciónales, de existencias, etc. La conducción de
    una empresa
    debe utilizar técnicas económicas que permitan
    planificar y controlar los objetivos planteados para el buen
    desarrollo y funcionamiento de las actividades de la
    empresa.

    6.
    Conclusión

    Según Geraldo Carvantes y Westley Bjur, la
    readministración (o como también la llaman la
    administración renovadora) son los cambios que se realizan
    dentro de la empresa que son planificados hacia el éxito.
    Tomando en cuenta la estructura
    organizacional y además la participación de los
    que integran la empresa, basándose en un nuevo modelo
    administrativo describiendo su necesidad de comprender el
    contexto, los ambientes culturales, políticos y legales,
    la importancia de su misión y
    objetivos establecidos, el desarrollo de los recursos humanos y
    su obtención de resultados. Para realizar un nuevo modelo
    se sigue los siguientes pasos: descentralización de la
    gestión de personal, cambio del rol del departamento de
    recursos humanos, gestionar a los profesionales como tales,
    motivar a las personas y lograr el compromiso de los empleados,
    desarrollar la
    comunicación interna y la participación,
    apostar por la formación y el desarrollo del personal,
    evaluar el desempeño de los empleados, integrar la carrera
    profesional en un marco organizativo, basar la distribución en la calidad profesional en
    el esfuerzo y en los resultados.
    El análisis de gestión es otra de las tantas
    metodologías que son utilizadas para el proceso
    administrativo. Se define como una técnica
    económica que identifica y pondera los factores que
    influyen en la realización de los objetivos que son
    planteados por una empresa, construyendo un modelo que se basa en
    el control técnico económico, el planeamiento y la
    toma de
    decisiones. Donde la realización de un análisis
    se puede realizar por medio de los siguientes pasos:
    recopilación de los datos físicos y
    económicos, imputación de egresos e ingresos, la
    homogenización de la moneda de cálculo,
    cálculo y análisis de resultados.
    La readministración y el análisis de gestión
    son dos procesos o técnicas que son utilizadas en el
    desempeño de la administración, aunque están
    relacionadas directamente estas son diferentes y se realizan por
    metodologías desiguales. Se diferencian en que la
    readministración se basa en los cambios para buscar el
    éxito mientras que el análisis de gestión
    identifica y descarta los factores que influyen negativamente y
    toma en cuenta los factores positivos parar poder alcanzar las
    metas propuestas. Se asemejan en que ambos lo que buscan es la
    eficiencia en la organización, el buen funcionamiento y
    desempeño de las actividades de la empresa para poder
    así realizar sus funciones por la cual fue creada la
    organización.

    7.
    Bibliografía

    De Abreu, Carlos Ricardo. "Readministración".
    Departamento de Empresas. Facultad de Ciencias
    Económicas. ULA. http://iies.faces.ula.ve/revista/revista12html.
    López Carmona, Francisco José. "La Era de la
    Información". http://www.astic.es/erainfo.htm
    Bañón, Rafael y Carrillo Ernesto. "La nueva
    Administración Pública".
    www.gvales/publicaciones/revista/rvea23/mariano-6.html
    Anónimo. El Análisis de Gestión en empresas
    agropecuarias.
    http://www.agrobit.com/gestion/GEOOOO48ge.htm

     

     

    Autor:

    Martha Añez

    María Añez

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