Indice
1.
Introducción
2. Lecturas de exposición
promedio.
3. El sistema de zonas.
4. Escalas dinámica y de
textura.
5. Situar y
caer.
6. Midiendo en las zonas.
El concepto de
visualización representa un acercamiento creativo y
subjetivo a la fotografía. La visualización es un
proceso
consciente de proyectar en la mente la imagen
fotográfica final y esta toma imaginaria es el primer paso
para fotografiar realmente al sujeto. Nosotros no siempre
interpretamos de igual forma un sujeto, por lo que nos conviene
prestar atención al potencial expresivo que
contiene una imagen. Una
fotografía
no traduce ni conserva, reproduce el campo de brillantez de un
sujeto (luminancia) y de este modo, algunas fotografías
son grados de interpretación de los valores
del sujeto original. Gran parte de la creatividad de
la fotografía se apoya en el infinito campo de
alternativas abiertas al fotógrafo, consiguiendo de forma
aproximada una representación literal del sujeto, o bien
interpretándola libremente en algo altamente subjetivo
"divergiendo de la realidad". Si queremos controlar nuestros
resultados y que el rendimiento final no sea casual, debemos ser
capaces de controlar nuestro equipo y materiales.
Entonces podemos incorporar nuestra comprensión del
proceso
visualizando previamente el calculo de la exposición, con lo que conseguiremos una
imagen final igual a la que habíamos
previsualizado.
De ahí la necesidad del sistema de zonas.
Usándolo podemos medir las luminancias de cualquier sujeto
y anticipar su apariencia en la copia final. Es un proceso
altamente flexible de los principios de
sensitometría (la ciencia que
trata las densidades de las distintas exposiciones de un negativo
una vez revelado) aplicable en términos prácticos
por el fotógrafo. No se necesitan conocimientos especiales
de sensitometría para la comprensión del sistema de
zonas, sin embargo para el principiante es suficiente comprender
que la razón de los trabajos con el sistema de zonas es
que la exposición
de la película y el curso de su revelado tienen efectos
predecibles en el rendimiento del sujeto en la copia
final.
Además los conocimientos de los controles de
exposición y revelado disponibles a través del
sistema de zonas pueden ser aplicados útilmente por todos
los fotógrafos,
incluso aquellos que trabajan con cámaras
automáticas de 35 mm, en blanco y negro o color. Con una
cámara de exposición automática, el sistema
de zonas proporciona la mínima base para comprender como
se conseguirá la imagen deseada con un desplazamiento de
la exposición y procesado "normales". Por lo menos es un
sistema tan metódico que solo la experiencia de
años de ensayos y
errores puede desarrollar una comprensión tan amplia de la
interacción de la luz,
película y procesado. Antes de hablar del sistema de zonas
es necesario que pasemos revista a unas
consideraciones sobre la exposición.
2. Lecturas de
exposición promedio.
Habitualmente entendemos que la exposición, es
decir la combinación de diafragma y velocidad de
obturación es "correcta" para nuestro sujeto. En cada
ocasión disparamos el obturador, sin embargo, estamos
dando realmente a la película una escala de
exposiciones; las partes oscuras del sujeto registran menos
exposición en el área de la película que las
áreas mas brillantes. De ahí que el proceso de
determinar la combinación ideal de exposición
siempre implica un grado considerable de comprensión.
Recuerdo a Edward Weston, que no era precisamente cientifista,
usando un fotómetro de forma no ortodoxa. Apuntando en
varias direcciones, tomando una lectura de
cada y enredando con el dial con una expresión pensativa:
"El dice un cuarto de segundo a f 32, yo voy a dar un segundo".
Su corrección se basaba en una larga experiencia combinada
con una profunda sensibilidad e intuición, y sus
resultados hablan por si mismos. Sin embargo, para muchos
fotógrafos, es
preferible ser mas rigurosos realizando una imagen previamente
visualizada.
Actualmente la mayoría de los fotómetros
usan una escala arbitraria
de números para indicar el nivel de luminancia
(arbitrariamente en el sentido que el Nº 12 en cada
fotómetro invariablemente representa el doble de
luminancia que el Nº 11, pero no tiene por que coincidir
necesariamente con el Nº 12 de otro fotómetro
diferente). La lectura
numérica es transferida entonces al dial calculador
giratorio que la convierte en distintas combinaciones de
diafragmas y velocidades de obturación, teniendo en cuenta
la sensibilidad de la película. El punto importante a
notar es la relación 1:2 de los números de la
escala del fotómetro; cada número de la escala
representa el doble de luminancia del siguiente número mas
bajo.
La mayoría de los fotómetros basados en
la lectura de
luz reflejada
apuntan en la dirección del sujeto tomando una lectura
promedio. Sin embargo, cuando se tome la lectura de un
área entera del sujeto debemos tener en cuenta que el
fotómetro está promediando cuantas luminancias caen
dentro de su campo (que es habitualmente alrededor de 30º).
Si el sujeto contiene una distribución igual de las áreas de
luz y sombra, semejante a una lectura promedio, el dar una
exposición adecuada para reproducir al mínimo un
registro
"literal", no ofrecerá ocasión alguna para la
creatividad
partiendo de lo "literal". Con otros sujetos que no sean
promedio, una simple figura enfrente de una pared oscura, por
ejemplo, o un retrato en penumbra, una lectura promedio general
del área conducirá irremediablemente a una
exposición errónea. La razón es que el
fotómetro no tiene ningún conocimiento
de la naturaleza del
sujeto o de la proporción de áreas claras y oscuras
del mismo. Todo queda calibrado de tal forma que el sujeto
resulte "promedio". Si las áreas de claridad y oscuridad
no son aproximadamente iguales, la exposición podrá
ser errónea.
Gris medio.
Podemos en gran manera corregir la exposición con
exactitud si en lugar de trabajar con una lectura promedio
casual, tomamos la lectura desde un valor medio de
la escena usando una superficie media entre los valores
más luminosos y más oscuros del sujeto. Si tomamos
la lectura desde una superficie de luminancia uniforme en el
sujeto, debemos entender que el fotómetro asume que la
superficie es un valor
promedio. Así pues, una lectura tomada desde cualquier
superficie de luminancia uniforme usada para determinar la
exposición dará una combinación de
exposición que reproducirá esa superficie como un
gris medio en la copia final. (Este concepto se asume
aquí y a lo largo de este primer articulo cuando considero
el revelado y copiado "normal" de un negativo.
La tarjeta gris neutro de Kodak de 18% de reflectancia
es un valor fijado que es matemáticamente un gris medio en
una escala geométrica desde el negro al blanco. El
fotómetro está calibrado para reproducir este valor
en la copia final. Así pues la reflectancia del 18% es un
tono fijado como punto de referencia y semeja las funciones de la
"A" de la escala musical como un valor básico
universalmente reconocido.
Si colocamos una tarjeta gris del 18% dentro de una
escena y tomamos una lectura de la misma, aseguramos que el
fotómetro ha medido un valor de reflectancia media y
podemos evitar las trampas de una simple lectura promedio del
sujeto entero. En este caso lo que hemos hecho es, efectivamente,
instruir al fotómetro a dar exposiciones que
reproducirán la tarjeta gris medio como un valor gris
medio en la copia final y, por tanto, reproducir otras
áreas del sujeto en valores
"literales".
La lectura de una tarjeta gris puede ser un método
preciso para determinar la exposición sobre el terreno y,
a menudo, puede mejorar la exactitud de las exposiciones
comparándolas con lecturas promedio generales. Este
sistema es comparable a las lecturas con fotómetro de luz
incidente, pero también tiene la misma limitación:
Ignora las diferencias de luminancia del sujeto. Es poco
peligroso utilizando una tarjeta gris o midiendo la luz
incidente, siempre y cuando la iluminación sea uniforme (día
nublado). Sin embargo si el sujeto tiene algunas áreas de
luz directa y otras en sombras, ese método no
nos proporcionará ninguna guía del campo de
luminancia total.
Promediando valores altos y bajos.
Podemos dar un paso adelante hacia el refinamiento de nuestras
lecturas de exposición, ya sea promediando nosotros mismos
por separado las luminancias del sujeto, en lugar de fiarnos de
una simple lectura promedio de la escena, o tomar la lectura del
valor promedio de la tarjeta gris. Este procedimiento
implica examinar el sujeto para localizar el área
más oscura y más clara donde se desee registrar
detalles. Después de tomar lecturas individuales de cada
área, hay que fijar el dial del fotómetro a medio
camino entre ellas o entre el promedio de las dos lecturas. De
este modo empezaremos a tener en cuenta las luminancias
principales del sujeto en vez de asumir que su campo es promedio.
Estas son unas pocas precauciones que deben ser observadas al
tomar lecturas semejantes: Tener cuidado en leer
únicamente la superficie propuesta, sin incluir sombra
alguna y tomarla desde la dirección de la cámara. Recomiendo
vivamente utilizar el fotómetro tipo "Spot".
El promedio de la lectura de altos y bajos valores del
sujeto, empleado cuidadosamente, produce una más alta
proporción de exposiciones aceptables, que los métodos
anteriores, ya que toma en cuenta el campo de luminancias del
sujeto. Pero sin embargo, tiene algunos defectos: No da
específicamente ninguna indicación de cómo
se traducirán o igualarán las luminancias del
sujeto y si podrán registrarse todas correctamente. Lo
más importante es que asume, que si se desea una
interpretación relativamente literal del sujeto, ayuda
para elegir otros valores, según la visualización
personal del
tema para traducirlo en una imagen expresiva. Esto nos lleva
hasta el sistema de zonas, el cual nos proporciona lecturas
individuales de las distintas luminancias del sujeto y ayuda a
visualizar el rendimiento final, aplicando la exposición y
el revelado adecuado para conseguir el resultado previamente
visualizado.
He comprobado que utilizando un fotómetro
(ajustado para la sensibilidad apropiada de la película)
para leer el valor de la luminancia de cualquier área
simple del sujeto, indicará una exposición tal, que
traducirá esa superficie en un gris medio. El valor del
gris medio se emplea directamente si utilizamos un proceso
positivo, como diapositivas o copias de películas
Polaroid; con materiales
negativos convencionales, la densidad del
negativo producida por esta exposición será
óptima para copiar un gris medio en papel de
contraste normal. Ya que esta relación entre la
exposición indicada por el fotómetro y el resultado
del valor de la copia es conocida y predecible, teniendo en
cuenta el punto medio de la escala de valores de la imagen,
podemos considerar que un tono gris medio en la copia igual al de
una tarjeta gris de reflectancia del 18% se designa como "valor
V".
Por tanto, definimos como exposición en la zona
V: La lectura tomada de una superficie simple del sujeto y que se
utiliza directamente (sin modificación) para producir en
la copia el gris medio citado. Entonces con un fotómetro
calibrado a la sensibilidad apropiada de la película,
leemos cualquier luminosidad simple de una superficie y usando la
lectura indicada, corresponde a una exposición en la zona
V, para dicha superficie; esto proporcionará un negativo
de densidad al que
definimos como densidad de negativo de valor V, el cual a su vez
produce una copia de valor V. Usamos el termino zona para
referirnos solo a la escala de exposición, y valor para
los otros conceptos (valores de luminancia, valores de densidad
del negativo y valores de copia). Esto es esencial para recordar
la relación básica: si leemos la luminancia simple
de una superficie y utilizamos la exposición indicada,
estamos dando exposición en la zona V para esa superficie
y anticipamos una densidad de negativo de valor V, así
como una copia de valor V (gris medio) que representan a esa
superficie.
Hay que averiguar un punto en el cual esa copia de valor
V, tenga un gris igual a la tarjeta gris del 18% y, sin embargo,
no esté limitado por ello el valor del sujeto representado
en la copia final. La superficie original que medimos con el
fotómetro puede ser blanca, negra o intermedia; tomando
una lectura de la misma y usando esa lectura para calcular la
exposición, la definimos como exposición en zona V
y traducirá esa superficie como un gris medio de valor V
(igual que la tarjeta gris) en la copia final. Como se ha dicho
anteriormente, esto ocurre porque el fotómetro se debe
calibrar asumiendo que dará lecturas en valores promedio
de cualquier superficie. Solo en aquellos casos donde se lea en
superficies de valor medio (por ejemplo una tarjeta gris del 18%)
podrá obtenerse un rendimiento literal. Así pues,
tenemos ya un procedimiento que
nos dará un valor conocido en la copia, y podemos comenzar
a visualizar los resultados de la exposición en zona V
para cualquier área del sujeto.
La escala de zonas.
Acerca de esto hemos establecido el punto medio de una escala de
exposiciones (zona V), y valores de negativo así como
valores de copia (valor V). También sabremos por
experiencia que al reducir la exposición obtendremos un
valor de copia más oscuro y al incrementarla, el valor de
copia será más claro. Por lo tanto, para determinar
el resto de la escala de zonas, definiremos que: modificar la
exposición en un paso, equivale a modificar en una zona la
exposición de la escala, de lo cual el gris resultante en
la copia se considerará un valor más alto o
más bajo en la escala de la copia.
Así pues, tomando la lectura de una luminancia
simple de una superficie y reduciendo la exposición
indicada en un paso, obtendremos la exposición en zona IV
para esa superficie y producirá una copia de valor IV, la
cual es mas oscura que el gris medio. Reduciendo mas la
exposición a intervalos de un paso, obtendremos
exposiciones en las zonas III, II, I, y 0, con los
correspondientes tonos mas oscuros en la copia de los valores
III, II, I y 0 (También los pasos intermedios de cada uno
de los valores citados tienen su correspondiente valor de
densidad del negativo). De la misma manera, si incrementamos la
exposición en un paso sobre la zona V, tendremos las zonas
VI, VII, VIII, IX y X.
Si estos conceptos son nuevos para ti, te animo a hacer
una serie de exposiciones usando tu película habitual.
Elige una superficie uniforme iluminada suavemente y toma una
lectura de ella. Es ideal una superficie con ligera textura
similar a una pared de hormigón o un tramado estrecho de
baldosas. Haz un negativo con la exposición indicada por
el fotómetro, por lo tanto la superficie se situará
en la zona V, después reduce sucesivamente la
exposición en un paso para hacer una serie de negativos
distintos para las zonas IV, III, II, I y 0. Entonces procede a
incrementar la exposición a intervalos de un paso para las
zonas VI, VII, VIII, IX y X. Si la exposición indicada
como normal es por ejemplo, 1/30 seg. a f 8, la secuencia de las
otras exposiciones puede ser la siguiente:
Zona IV……… 1/30 a f 11 Zona VI…………… 1/30 a f
5,6
Zona III……….1/30 a f 16 Zona VII…………. 1/30 a f
4
Zona II………..1/30 a f 22 Zona VIII………… 1/15 a f
4
Zona I…………1/60 a f 22 Zona IX………….. 1/8 a f 4
Zona 0………..1/125 a f 22 Zona X…………… 1/4 a f
4
La secuencia anterior puede ser modificada según
la apertura del objetivo y la
velocidad de
obturador disponibles, pero siempre es necesario conservar
intervalos de un paso; hay que tener cuidado en no emplear
exposiciones más largas de ½ seg., ni velocidades
de obturación muy rápidas, ya que pueden estar
influenciadas por el efecto de reciprocidad.
Después de revelar los negativos, copia la
exposición en zona V para igualar en valor a la tarjeta
gris (la copia debe estar seca antes de efectuar una
comparación correcta). Sugiero examinar la copia y la
tarjeta juntas utilizando un filtro de inspección Wratten
Nº 90. Entonces copia los demás negativos exactamente
de la misma forma, con el mismo tiempo de
exposición e idéntico procesado. El resultado
será una serie de grises representando cada valor de la
escala, que (con un revelado normal) se extenderá desde el
negro absoluto al blanco puro.
Los valores actuales de las copias dependen de muchos
factores, incluyendo película y revelado, papel y su
procesado, fotómetro, etc; todo influirá en el
desarrollo de
la escala completa. No hay que sorprenderse si al primer intento
no se obtiene la escala óptima; entonces será
necesario calibrar estos procedimientos
después de comprobar el equipo y los materiales
empleados.
4. Escalas dinámica y de textura.
Como hemos dicho, la escala de valores de copia
está centrada alrededor del valor V, que es igual a la
tarjeta gris del 18% de reflectancia. Si examinas los valores de
copia más oscuros inferiores al valor V,
descubrirás que la textura y todos los detalles de la
superficie fotografiada son claramente visibles en las copias de
valor IV y III. Para el valor II quedará una
sensación de sustancia y textura. El valor I es casi negro
(el primer tono discernible del negro absoluto del papel) sin
apenas detalle, ni impresión de sustancia y el valor 0 es
el negro absoluto (de mayor densidad posible) del papel
utilizado, en el que no se registra detalle ni textura alguna.
Con los valores altos sucede una progresión similar. Los
valores VI y VII mostrarán la textura y el detalle de la
superficie fotografiada. El valor VIII es muy luminoso,
tendrá alguna ligera textura y sentido de sustancia, y el
valor IX es casi blanco puro. El valor X representa el blanco
puro del papel; de igual modo que el valor 0 tampoco muestra textura o
sustancia alguna. Los valores 0 y X también sirven como
tonos de referencia y no son verdaderamente valores que
transfieren sustancia en la imagen.
Es preciso tener en cuenta que esta escala representa mi
propio método de trabajo, así como mi gusto
personal y sus
resultados han sido satisfactorios al igual que lo han sido
también otras interpretaciones del sistema de zonas
publicadas a través de los años. Mi experiencia con
los materiales actuales me induce a trabajar con la escala de
zonas en la forma descrita aquí, con la zona 0 y la zona
X, representando el negro absoluto y el blanco máximo
respectivamente. Esta escala mantiene la posición de la
zona V en el punto medio geométrico y utiliza las zonas I
y IX como los limites de los valores reales de la escala que
confieren el campo completo de valores útiles. (Se pueden
encontrar algunas variaciones, por ejemplo con formatos de
negativo pequeños positivados con una ampliadora de
condensador, las zonas IX y X pueden ser indistinguibles). Este
refinamiento de escalas anteriores y designaciones, no altera de
forma alguna los conceptos de esta aproximación al sistema
de zonas.
Por lo tanto, es preciso comprender que los valores son
solo puntos en una escala continua que abarca desde el negro
absoluto al blanco puro. Individualmente cada valor representa un
conjunto de grises ligeramente más oscuros y más
claros y en una serie de exposiciones semejante cada uno de los
valores obtenidos del gris individual es el punto medio de su
zona respectiva. Si queremos ser muy precisos en nuestras
valoraciones, podemos considerar mitades y tercios de zona; los
incrementos de un tercio de zona no siempre se pueden ajustar de
forma precisa en la escala, aunque en la numeración de los
diales de los fotómetros, así como en la
sensibilidad de las películas, se emplea este intervalo y
también se relaciona con las unidades del logaritmo de la
exposición en la curva característica.
A continuación se describen tres escalas importantes
dentro del conjunto total de exposiciones que pueden ser
positivadas. La escala completa desde el negro al blanco es
representada por las zonas del 0 al X. Entre estas posiciones la
escala dinámica está representada por los
primeros valores útiles por encima y debajo de las zonas 0
y X, respectivamente, es decir, las zonas I a IX ambas inclusive.
La escala de zonas que transfiere determinada calidad de
textura y reconocimiento de sustancia es la escala de textura
comprendida entre las zonas II a VIII.
0 I II III IV V VI VII VIII IX X
ß
——————————————————–à Negro absoluto a blanco
puro.
ß
————————————————à Escala
dinámica.
ß
————————————à Escala de textura.
En esta escala considero la densidad obtenida del negativo
expuesto en zona I como la densidad útil más baja,
las densidades menores pueden medirse con un densitómetro,
pero no tienen importancia alguna en la práctica. De igual
manera se pueden registrar las densidades de exposiciones
situadas por encima de la zona IX y, de hecho, es posible que
exista una separación considerable en el negativo para las
zonas X, XI y XII, y otras más altas. Estos valores
extremadamente altos requieren una manera especial de procesar y
positivar el negativo para llevarlos dentro de la escala de la
copia; sin embargo, si el procedimiento empleado fuera el normal,
sólo obtendríamos un blanco puro. El ojo parece
responder mejor a las sutiles diferencias en los tonos casi
blancos, que a los muy oscuros. Sin embargo, dependiendo de las
características de la película, la
separación de los valores expuestos aproximadamente
superiores a las zonas IX o X puede ser desaprovechada y el
control del
procesado no ser efectivo, si copiamos mas bajo que el blanco
puro obtendremos un valor gris suave sin textura. Por ahora hemos
llegado al limite de nuestra discusión sobre la escala
dinámica normal.
El sujeto de escala completa.
En la practica fotográfica, nuestro sujeto no es una
superficie única cuya luminancia se fotografíe con
diferentes exposiciones, sino que tomamos una gama de luminancias
dentro de una sola escena. Un área luminosa implica que
esa parte de la película recibe más
exposición que una oscura. Midiendo las luminosidades
individuales dentro de una escena y comparando las lecturas con
las escalas de zonas y valores de copia, podemos evaluar cada
sujeto en estos términos para prever su traducción
en la copia final. Esto es tan apropiado que aunque aquí
describimos el proceso paso a paso, se resuelve con
práctica en un rápido procedimiento intuitivo que
relaciona las consideraciones de exposición y procesado,
al tiempo que
visualizamos la escena.
Antes de ir más lejos con las lecturas de
luminancias, debo decir también que he descubierto que el
fotómetro confunde a muchos fotógrafos de todos los
niveles. Los fabricantes han favorecido la vigilancia de la falta
de seguridad en el
diseño
y función, incluyendo la posibilidad de
calibrar el fotómetro (por medio del factor "K") para
compensar nuestra supuesta tendencia a maltratarlo y una automatización de funciones que, si
bien puede dar satisfacciones, sería mejor manual con una
cierta medida de cuidado y conocimiento.
El automatismo puede tener ventajas para trabajos rápidos
o superficiales, pero crea dificultades cuando el estudiante
serio y el fotógrafo procuran llegar al centro del
proceso. Sin embargo, a pesar de esto, nos interesan las
funciones básicas del fotómetro en términos
de valores relativos; estos procedimientos
son aplicables con la mayoría de los fotómetros de
luz reflejada (especialmente los spot) sin demasiadas
dificultades. A través de los ensayos,
podemos dominar habitualmente cualquier predisposición que
altere el uso de nuestro fotómetro, corrigiéndolo
mecánicamente aunque sea lamentable hacerlo
así.
El fotómetro debe ser capaz de leer luminancias
individuales dentro del sujeto y trasladar las diferencias de
luminancia en intervalos de exposición de un diafragma.
Por ejemplo, si el fotómetro indica que una parte del
sujeto tiene doble luminancia que otra (habitualmente se indica
por el incremento de una unidad en la escala del
fotómetro) entendemos que esa superficie estará una
zona más arriba en la escala de exposiciones y por lo
tanto, resultará un valor más claro en la copia
final. Esto será cierto cuando la escala de
exposición del negativo sea correcta, si una parte del
sujeto tiene doble luminancia que la anterior, significa que debe
recibir una zona de exposición más en esa parte del
negativo. Igualmente en diferentes partes del sujeto que tengan
una cuarta parte de luminancia de la primera,
corresponderán a dos zonas por debajo en la escala de
exposición, y en la copia se registrarán dos
valores más oscuro.
Podemos usar las lecturas de EV (escala de valores
lumínicos) del fotómetro para establecer la
interrelación de valores del sujeto/ zonas de
exposición/ valores de copia. Considerando un sujeto
hipotético en el que incluyamos una tarjeta gris, y donde
la lectura de la tarjeta gris dé 12 en el
fotómetro.
Si ajustamos este numero en el dial calculador del
fotómetro al determinar la exposición, entonces
veremos que la tarjeta gris será reproducida con un
negativo de densidad de valor V en la copia normal.
Ya que el fotómetro está calibrado en incrementos
de un tono, y como también conocemos que el área de
un sujeto en la que se lea 10, por ejemplo, recibirá dos
pasos menos de exposición, en esa parte de la
película que el área en la que se lea 12;
así pues, sabemos que dicha área quedará
expuesta en la zona III, y podemos anticipar que su tono
aparecerá como un valor III en la copia. De igual forma,
un área cuya lectura dé 15 o tres pasos por encima
del valor de la luminosidad del gris medio, quedará
expuesta en la zona VIII, y producirá normalmente un valor
VIII en la copia. Se relacionan estos números EV del
fotómetro con la escala de zonas como sigue:
Números EV 10 12 15
Zonas 0 I II III IV V VI VII VIII IX X
Y sin embargo, vemos que cada número EV se
relaciona con un intervalo de zona, por tanto podemos completar
con otros números relacionados a otras zonas.
Números EV 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
Zonas 0 I II III IV V VI VII VIII IX X
La ventaja de poder
transformar mentalmente las luminancias del sujeto en valores de
copia será obvia: Si sabemos que los valores III, V y VIII
parecen semejantes, o dan sensación semejante en la copia,
podemos examinar este sujeto y anticipar la apariencia de estas
tres importantes áreas en el resultado final. Por lo
tanto, podemos examinar el sujeto con nuestro fotómetro y
comprobar la luminancia de otras áreas importantes. En
cualquier área que encontremos cuya lectura dé 13,
por ejemplo, se expondrá en la zona VI, el 14 en la zona
VII, el 8 en la zona I, etc.
Cuanto hemos dicho hasta ahora en los ejemplos
anteriores no es mas que la elección inicial de una
luminancia del sujeto y también determinar las
demás luminancias y sus correspondientes zonas de
exposición. En términos del sistema de zonas,
afirmamos que primero situamos la luminancia del área de
un sujeto gris medio en la zona V de la escala de exposiciones, y
también observamos como caen las demás luminancias
en otras zonas. En casi todos los casos al emplear el sistema de
zonas seguimos este procedimiento, colocamos una luminancia en
una zona especifica y observamos también, dónde
caen las otras luminancias del sujeto.
Al colocar una luminancia en una zona particular,
determinamos la exposición en la cámara y no
tenemos control sobre la
exposición de otras luminancias del sujeto; éstas
deben caer en otra parte de la escala de exposiciones, conforme a
la razón de luminancia (1:2) descrita. En nuestro ejemplo,
primero leemos la luminancia de la tarjeta gris (12) y colocamos
este valor en la zona V. Habiendo hecho esto, el área
oscura en la que se lea 10 debe caer en la zona III, por lo tanto
su luminancia es dos pasos, o dos zonas mas abajo en la escala.
Igualmente, el área que dé 15 también debe
caer en la zona VIII.
En el sujeto citado, es lógico asumir que podemos
buscar la reproducción de la tarjeta gris como un
gris medio en la copia. Pero debemos entender que no estamos
sujetos a ninguna restricción respecto a esa
situación de zona. Si cualquiera de nosotros por
algún motivo la traducimos más oscura que el gris
medio, colocamos esa luminancia en la zona IV. Esta y las
demás áreas del sujeto se situarán entonces
una zona mas abajo en la exposición y se traducirán
como un valor más oscuro en la copia. Así pues, la
norma esencial: Podemos colocar cualquier valor de una luminancia
en cualquier zona de la escala de exposiciones y una vez hecho
esto, determinaremos la exposición en la cámara.
También podemos leer otras luminancias del sujeto y estas
caerán en otra parte de la escala de zonas; con cada paso
o cambio de
luminancia 1:2 se representa una zona de diferencia.
Es evidente por lo tanto, que estableciendo estas
interrelaciones entre las luminancias del sujeto y los valores de
copia nos facilitan anticipadamente (visualización) una
visión del sujeto para tomar lecturas de sus luminancias y
cómo cada área se traducirá en
términos de valores de imagen. Si has hecho las series de
exposiciones que recomendé anteriormente, tendrá
una buena primera impresión de la apariencia de cada valor
de la copia. Deseo recalcar no obstante, que una de las grandes
ventajas del sistema de zonas es que no requiere una
traducción literal, y somos enteramente libres para partir
desde las descripciones de los diagramas como de
nuestras visualizaciones, y por tanto es muy elástico y
versátil sistema.
La situación inicial.
Ya que la exposición en la cámara se determina por
la decisión de colocar una luminancia en cierta zona, esta
elección debe ser hecha con cuidado. El error más
grave es dar poca exposición, ya que se pierde detalle en
las sombras y no puede recuperarse con procesos o
manipulaciones posteriores. El principio que sigue la
mayoría de los fotógrafos es que, es mejor
sobreexponer ligeramente, que subexponer. Ya que el detalle en
las áreas de bajos valores depende del mayor efecto
crítico al decidir la exposición; habitualmente
basamos la situación inicial en el área más
oscura del sujeto donde queremos tener detalle en la imagen.
Desde la mesa puedes notar que la zona de exposición
más oscura que preserva alguna textura del sujeto, es la
zona II, y detalles que sean completamente visibles en la zona
III. Por eso, habitualmente es mejor situar la luminancia de un
área oscura con un mínimo de textura efectiva en la
zona II, o donde se desee obtener detalles completos situarlos en
la zona III. Así pues estamos capacitados para examinar el
sujeto en aquellas áreas más oscuras donde queremos
obtener textura o detalle, y asegurar que damos suficiente
exposición a dichas áreas.
Si hemos decidido apropiadamente la situación
crítica podemos visualizar este efecto. En un área
oscura del sujeto donde se requiere solo un mínimo de
textura, es lógico situarla en la zona II. Sin embargo,
podemos considerar si realmente buscamos el detalle adicional que
supone la situación en la zona III. Como sabemos reconocer
estos valores en nuestra mente, podemos elegir casi
automáticamente, por tanto nuestra aplicación del
sistema de zonas resulta bastante fluida. (Estas situaciones se
considerarán como guía; se presentarán casos
donde la situación inicial no se hará en esas zonas
bajas).
Una vez que la decisión haya sido tomada
observando la situación de los valores bajos, debemos
medir las otras luminancias importantes del sujeto y ver donde
caen en la escala de exposiciones. Las áreas claras donde
se requiere un rendimiento convincente de textura, no deben caer,
si es posible, por encima de las zonas VII y VIII, si bien esto
es mucho menos critico que la perdida de detalle resultante de
exponer mas debajo de la zona III. Actualmente la mayoría
de las películas pueden conservar separación y
detalles entre las zonas IX y X, incluso mas arriba, y este
detalle puede ser positivado si modificamos el revelado del
negativo (como se discutirá a través de este
articulo), o a través de manipulaciones durante el
positivado. Por lo tanto debemos preocuparnos menos de los altos
valores que caen por encima de la zona VIII que de las
áreas oscuras por debajo de la zona II, donde ninguna
forma de procesado puede proporcionar detalle.
Generalmente se comprueba si en el sujeto hay zonas
más oscuras que la utilizada para la situación
inicial. En tal caso cualquiera que caiga por debajo de la zona
II, podemos estar seguros que en la
copia se traducirá como un negro absoluto, o casi
absoluto. Muchas fotografías se benefician por tener muy
pocos valores oscuros (valores 0 y I) y son habitualmente
áreas pequeñas puesto que una gran masa de negro
profundo sin detalle, puede distraer visualmente.
El procedimiento especifico para situar la luminancia en
una zona de exposición, puede ser entendido recordando
nuestra discusión del gris medio. Si leemos una luminancia
con el fotómetro, y esa lectura la usamos sin
modificación para determinar la exposición en la
cámara, hemos situado dicha luminancia en la zona V. En
cambio si
damos un paso menos de exposición, situamos la luminancia
en la zona IV, y si damos dos pasos menos, situamos la luminancia
en la zona III. De igual forma, dando un paso más que la
exposición en la zona V, situamos la misma en la zona VI,
y si damos dos pasos más, resultará una
exposición en la zona VII. Podemos aplicar mucho mejor
este procedimiento si consideramos la escala en el
fotómetro.
Como hemos mencionado anteriormente, la mayoría
de los fotómetros emplean actualmente una escala
arbitraria de números para representar los valores de
luminancia; con cada intervalo de una unidad en la escala,
equivale a doblar o mediar la luminancia o cambiar en un paso la
exposición. El numero leído en el fotómetro
se transfiere al dial calculador rotativo, y teniendo en cuenta
la sensibilidad de la película, relaciona los
números de la escala con combinaciones de diafragmas y
velocidades de obturación. El punto importante de entender
es que el índice o marca en el dial
del fotómetro, corresponde a la exposición en la
zona V, cualquier luminancia leída en la escala del
fotómetro que se sitúe en este índice o
marca,
dará una exposición en la zona V.
Así pues, si el área de un sujeto da 7 en
el fotómetro, al colocar este valor en el índice,
lo situamos en la zona V. Pero si, insistimos, deseas situar el
área en la que se leía 7 en la zona III, entonces
sabrás que la 8 debe caer en la zona IV y la 9 en la zona
V; alineando la 9 en el punto del índice causa el mismo
efecto que situar la 7 en la zona III. En tal caso puedes
determinar las zonas en las que caen todas las demás
luminancias, al seguir la correlación.
El proceso mental de situar la lectura 7 en la zona III
será algo semejante a: primero colocar el 7 en el
índice y comprender que esa es la situación en la
zona V. Por lo tanto gira el dial hasta que el 8 esté en
el índice, esa es la situación en la zona IV (para
7). Después sigue girando el dial hasta situar el 9 en el
índice, esa es la situación en la zona III (para
7). Cualquier combinación de exposiciones indicada para
situar en la zona III, será correcta para el área
del sujeto en la que se lea 7.
A menudo es posible unir una escala de zonas al dial,
debajo del indicador donde cae o se sitúa cada uno de los
números de la escala de valores lumínicos. Con una
escala de zonas en el fotómetro podemos leer un
área del sujeto y alinear simplemente este valor
numérico en la zona deseada, es decir, situando esa
luminancia en la zona indicada. Una vez hecho esto pueden leerse
otras luminancias y la zona de exposición en la que caigan
éstas serán claramente visibles en la escala. Si
pegas una escala de zonas en tu fotómetro, la zona V de la
escala debe ser cuidadosamente alineada con la
marca-índice del fotómetro.
Unos pocos fotómetros operan con el sistema "a
cero" en lugar de usar una escala numérica. Con uno de
estos fotómetros toma la lectura apuntando a una de las
áreas del sujeto y girando el dial hasta que la aguja del
fotómetro se alinee con la marca "cero" en medio de la
escala, entonces el dial da combinaciones de diafragmas y
velocidades de obturación directamente. El punto "cero"
equivale en dichos fotómetros a la exposición en la
zona V, así como la situación en las otras zonas
pueden ser fácilmente empleadas a ambos lados de la marca
"cero". Por ejemplo, hay tres marcas a
intervalos de un paso a ambos lados de la marca "cero", y cada
una de aquellas representa cambio de exposiciones en una zona.
Por tanto, si una vez que hemos tomado la lectura giramos el dial
hasta que la aguja esté una marca a la izquierda del
"cero", situamos esa luminancia en la zona IV, una marca a la
derecha del "cero", será la zona VI, y así
sucesivamente.
Sujetos típicos y zonas de exposición.
Las siguientes descripciones son valores típicos aunque
deben ser considerados meramente como una guía. La
visualización creativa permite una gran variedad
interpretativa de los valores de un sujeto.
Valores bajos.
Zona 0: Negro absoluto de la copia. Corresponde en el negativo a
la densidad del soporte . mas el velo; ausencia completa de
densidad en el negativo
Zona I: Umbral efectivo. Sensibilidad efectiva de la
película. Primer tono distinguible del negro absoluto en
la copia, con ligera tonalidad pero sin textura.
Zona II: Primera sensación de textura. Tonalidades
profundas, las partes más oscuras de la imagen donde se
desea algún tipo de detalle.
Zona III: Promedio de materias oscuras y valores bajos que
muestran una textura adecuada.
Valores medios.
Zona IV: Promedio de follaje oscuro, piedras oscuras o paisajes
en sombra. Valor normal de la piel
caucasiana en sombra, para retratos al sol.
Zona V: Gris medio (18% de reflectancia). Cielo despejado del
norte con película pancromática, piel oscura,
piedra gris, promedio de madera
envejecida.
Zona VI: Promedio de valores de piel caucasiana al sol, luz del
cielo difusa o luz artificial. Piedra clara, sombras en paisajes
nevados al sol, cielo despejado del norte con película
pancromática con filtro azul claro.
Valores altos.
Zona VII: Piel muy clara, objetos gris claro, promedio de nieve
fuertemente iluminada.
Zona VIII: Blancos delicadamente texturados, nieve texturada,
altas luces en piel caucasiana.
Zona IX: Blanco sin textura, muy próximo al blanco puro,
así pues muy similar a la zona I en aquellas ligeras
tonalidades sin verdadera textura. Nieve bajo luz solar.
Zona X: Blanco puro de la base del papel, reflejos especulares o
fuentes
luminosas en el área de la fotografía.
Autor:
Javier López.