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Un nuevo modelo atómico (2da parte) (página 2)



Partes: 1, 2

Luego de decenios de intentar resolver el
misterio que se planteaba en el interior de Núcleo, donde
desafiando la conocida ley de Atracción y

Repulsión de cargas, los Protones
confraternizaban entre sí, lo que obligó a inventar
una llamada Fuerza Fuerte.

Que puso de cabezas hasta el mismo Einstein, que
nunca imaginó estar buscando la solución a la
Teoría del Campo Unificado partiendo de una premisa falsa,
la de la existencia de cuatro fuerzas fundamentales.

Como veremos en el desarrollo e este estudio, dos
de ellas, la Fuerte y la Débil, que se introdujeron ante
la imposibilidad de resolver problemas de la teoría del
Átomo, pueden considerase inexistentes.

La propuesta de un Protón Multianular saca
de la galera la posible solución, con una simpleza que nos
motiva a seguir por este camino.

La clave reside en que la atracción
magnética polarizada permite a los Protones unirse entre
sí, superando sus cargas de igual signo.

Como se verá al estudiar el
Neutrón, este juega un importante papel en dicho proceso,
como intermediario.

Postulado: no existe la llamada fuerza
Fuerte. Su lugar en la teoría será tomado por la
atracción magnética entre Protones Multianulares,
con Neutrones intermediarios

Recordemos que con este, ya son dos temas claves
de la Física abordados y descartados: el giro orbital para
evitar que el electrón sea absorbido por Protón y
la necesidad de inventar una fuerza inexistente para explicar
porque no se repelen estos en el Núcleo, en
proximidad.

Debemos agregar otro elemento clave en el
desarrollo de nuestro modelo

Postulado: como consecuencia del giro del
Protón Multianular el campo magnético presenta un
eje con polos definidos: el Espín
Protónico

Otro enigma aclarado. Volveremos a él
más adelante.

Una vez que se posee una explicación
razonable acerca del mecanismo que permite convivir a los
Protones en los limitados espacios del Núcleo, debemos
dirigirnos, por el momento, a la otra partícula del
mismo.

El
Neutrón.

El Neutrón es en realidad una
partícula combinada: Protón y Electrón, en
este caso Protón Multianular y Electrón Anular.

En nuestro planteo, a diferencia del punto de
vista ortodoxo, que al considerar al electrón más
pequeño que el Protón, teoriza al Neutrón
como un Protón en cuyo interior se encuentra el
electrón, el Electrón Anular, 600 mayor en
diámetro que el Protón, necesariamente debe estar
ligado de una forma diferente, que explique al mismo tiempo una
de las particularidades de esta combinación: su tendencia
a la disociación, que se produce en situación de
Neutrón libre, con período de vida media, al
término de la cual se divide en un Electrón y un
Protón; y la disociación en el interior del
Núcleo, con emisión espontánea de
partículas Beta, electrones.

Debe recordarse que la necesidad de explicar este
comportamiento dio origen a la postulación de nuevas
partículas, lógicamente en forma teórica
primero y experimental luego, las primeras de una serie
interminable, que aumenta en forma cuadrática con las
potencias de los aceleradores y que ha dado esperanzas, a sus
seguidores, de poder arribar a una teoría completa del
modelo Estándar y sus sucesores.

La postulación de la llamada Fuerza
Nuclear Débil ha sido un intento de poder explicar esta
disociación del Neutrón en el Núcleo, en el
marco de los modelos admitidos.

En el caso del Electrón Anular, el
panorama es totalmente distinto.

En primer lugar, dadas las diferencias de
diámetro, la única posibilidad de
combinación está dada por un contacto tangencial,
Electrón Anular/ Protón Multianular, a partir del
cual se produce la anulación de carga eléctrica y
la aparición de una partícula neutra.

Este contacto y la consecuente anulación
de cargas se establecen entre dos estructuras muy diferentes. El
electrón solo puede conjugar un sector de su anillo con el
Protón.

Esta conformación logra mantenerse estable
dentro de la estructura del Núcleo, pero en cuanto lo
abandona, la tendencia de cada partícula componente de
volver a su estado original, lleva a la disociación.

Lo que confirma dos cosas: el Neutrón no
es una verdadera partícula elemental y como veremos, su
Electrón Anular fue capturado por un Protón
Multianular en el momento de conformar al Átomo.

Llamaremos a los electrones que se combinan con
los protones, para dar lugar al Neutrón: Electrones
Nucleares.

Postulado: en la combinación
Electrón Anular/Protón Multianular, que conocemos
como Neutrón, participan un tipo de electrones que
está ligados al Núcleo: los Electrones
Nucleares

Ignoramos si este contacto es realmente
tangencial; si el anillo atraviesa el cuerpo del Protón,
entrando por uno de sus polos; si toma contacto con una o
más de una de los anillos/espiras del Protón, si
participa en el arrollamiento multianular del Protón,
etc.

En cuanto al Protón simple, su
relación Electrón Anular/Protón se establece
de tal manera que el electrón intenta situar su anillo de
forma compensada con el Protón, con el mismo en su centro,
pero tal situación, por la existencia de otros
anillos/espiras y protones, y sus campos eléctricos y
magnéticos, obliga a adoptar formas elipsoides, que se
reparten el volumen disponible entre sí y con los
electrones nucleares, integrantes de los neutrones.

Esta situación se mantiene bajo control en
los núcleos simples, pero a medida que la cantidad de
nucleones aumenta, la asociación se vuelve inestable,
llegando en los últimos elementos de la tabla
periódica, a encontrarse emisión espontánea
de partículas.

Postulado: el Neutrón es una
combinación forzada de un Electrón Anular y un
Protón Multianular, con contacto tangencial forzado que no
perdura fuera del Núcleo.

Es una partícula de compromiso e
inestable.

Postulado: no existe la llamada Fuerza
Nuclear Débil. El mecanismo de esta supuesta fuerza puede
ser reemplazado perfectamente, como se visualiza en la
descripción del Neutrón como compuesto de un
Electrón Anular y un Protón Multianular

Uno de los interrogantes actualmente sin
respuesta definida es la función del Neutrón en el
interior del Núcleo.

Debe necesariamente existir una razón y
muy importante para que la cantidad de Neutrones pase de igualar
a los Protones, en los primeros elementos, a casi triplicarlos en
los últimos.

Situación a que se agrega el hecho que el
Electrón Anular del Neutrón debe necesariamente
emerger del Núcleo y compartir, de una manera
todavía no precisada, la configuración
electrónica del átomo con el resto de los
electrones atómicos.

Lo que nos pone en necesidad de revisar la
cantidad de electrones y protones que posee un elemento
determinado.

A la cantidad de electrones y protones de un
elemento determinado, se le debe sumar un electrón y un
protón por cada neutrón del núcleo.

Por ejemplo, el Oxigeno tendría 16
electrones y 16 protones, de los cuales 8 pares se presentan
combinados como neutrones y otros 8 pares de electrones y
protones libres.

Cuando se analice el Átomo, veremos que
esta circunstancia, la existencia de electrones que emergen del
Núcleo, que no participan del intercambio molecular o
químico, se transforma en herramienta decisiva para
comprender no solo la estabilidad atómica, sino su
capacidad de formar estructuras sólidas con otros
átomos, en el caso molecular y de redes cristalinas.

Los electrones nucleares, son los responsables,
en su calidad de estables, de la arquitectura integral de
Átomos, Moléculas y redes cristalinas.

Postulado: la arquitectura del Átomo,
las Moléculas y las redes cristalinas están basadas
en la malla electro-magnética que producen los Electrones
Nucleares.

Estas mallas son reales y están originadas
en los campos electromagnéticos de los anillos de los
Electrones Anulares Nucleares, que no se apartan del
Núcleo, y tienen cierta similitud, superficial por
supuesto, en cuanto a su mecanismo de acople, con los llamados
"cierres abrojos o Velcro"

Examinado de cerca la forma en que podrían
agruparse y mantenerse reunidos en un pequeño espacio los
nucleones, logramos advertir que la cantidad de Neutrones, es con
la excepción del Hidrógeno, igual a la de Protones,
hasta el elemento Cloro, donde la proporción comienza a
aumentar aún más.

Lo que sin ninguna duda lleva a la
conclusión que su función principal es la de
contribuir a mantener la estructura del Núcleo.

Como se ha indicado, la misma se logra a
través de la unión de los nucleones por sus polos
magnéticos.

Es decir, por ejemplo, un Protón une su
polo positivo con el polo negativo de otro.

El hecho que tengamos una cantidad, por lo menos,
igual de Neutrones que de Protones, nos indica dos cosas.

La primera que el Neutrón interviene en el
proceso, intercalándose entre Protón y
Protón, seguramente para aislar la carga eléctrica
de los mismos y mejorar la eficiencia de la unión, a
través de la participación de su Electrón,
que siendo de carga inversa, colabora en la compensación
de cargas nucleónicas.

Postulado: el Neutrón, a través
de su Electrón, participa decididamente en la unión
de los nucleones, anulando total o parcialmente la carga positiva
del Protón

La secuencia sería entonces: un
Protón, un Neutrón, un Protón, otro
Neutrón y así hasta agotar la cantidad de nucleones
del Átomo en particular.

A partir del Cloro, se comienza a verificar
cierta inestabilidad nuclear, que es compensada por neutrones
adicionales, hasta que en los últimos elementos, esta
ventaja comienza a mostrar debilidad, que se manifiesta en la
emisión espontánea de las partículas
Beta.

El segundo hecho observable es que, la tan
repetida cuestión de justificar los orbitales
electrónicos, según las teorías de la
época, para evitar la caída del Electrón al
Protón o al Núcleo y su consecuente
absorción, esta solo se verifica en la mitad de los
electrones, con excepción del Hidrógeno

Postulado: el hecho que en realidad los
Neutrones son una combinación de Electrón y
Protón, nos indica que la mitad, como mínimo, de
los electrones del Átomo son absorbidos y neutralizados
por el Núcleo, a través de sus protones.

Lo que nos lleva a la conclusión, una vez
más, que mirar con un solo ojo la realidad, conduce a
conclusiones erróneas.

Si después de tantos años y tantas
miradas, esta circunstancia, la de absorción de electrones
por el Núcleo no fue observada, muestra, por lo menos un
condicionamiento mental o lo que es peor, un ocultamiento
deliberado, para mantener las formas de la teoría.

Hemos estado aplicando una teoría, la de
los Orbitales, claro que ahora muy oculta en una conveniente Nube
Electrónica o Cuántica, que solo funciona para la
mitad de los electrones de un átomo cualquiera, excepto
para el Hidrógeno, pero no para isótopos del
mismo.

El descubrimiento de este hecho no hace
más que confirmar que toda la teoría del
Átomo esta viciada y que debe reformularse.

Antes de abandonar al Neutrón nos
referiremos a otra cuestión: la diferencia de Masa entre
Protón y Neutrón.

El Neutrón tiene una masa ligeramente
inferior al Protón, llamada Defecto de Masa, circunstancia
que fue supuestamente aclarada por la teorización de otra
partícula, el Neutrino.

En realidad la diferencia de masa es explicable
utilizando la misma postulación dada al origen de la Masa:
el giro del Electrón Anular y del Protón
Multianular.

Tanto el Electrón Anular como el
Protón Multianular tienen su velocidad de giro propia:
C, en estado libre.

Al reunirse tangencialmente, ambas velocidades se
ven afectadas y provocan una disminución de la masa del
conjunto.

Postulado: la masa del Neutrón, que
difiere de la del Electrón y la del Protón sumadas,
es consecuencia de la disminución de la velocidad de giro
de la partículas que lo conforman: Electrón Anular
y Protón Multianular, al combinarse ambas
partículas.

Es este defecto de masa justamente, el que
provoca la tendencia a la separación cuando el
Neutrón está en estado libre.

Postulado: la tendencia a la
disociación en el Neutrón está originada en
la necesidad de sus partículas componentes de retornar a
su estado original, en cuanto a la velocidad de sus anillos
respectivos

Esta tendencia al retorno de la velocidad
límite, C, nos enfrenta con la necesidad
de reconocer que en la nube Cuántica original, imperan dos
condiciones básicas: la existencia de los Cuantos, ya
aborda, y su movimiento caótico, que deviene en organizado
en el primer escalón de la constitución de la
Materia.

Este movimiento caótico es la reserva
universal de la Energía, que solo pasa a ser tal en el
momento de la constitución de los anillos
electrónicos y protónicos.

Postulado: lo que llamamos Energía, es
el resultado de plasmar el movimiento caótico de los
Cuantos de Planck, en formaciones anulares, que se encargan de
organizarla y manifestarla.

Ahora debemos regresar al Protón para
complementar nuestra investigación sobre su forma y
funcionamiento.

Tal como se postuló, su diseño
Multianular de 600 anillos/espiras que giran sobre sí
mismas, en un volumen espacial 600 menor al del electrón,
generan un potente campo magnético, con polos
diferenciados que le permiten atraer a otro Protón
similar, de tal manera de conformar combinaciones entre
sí, anulando la tendencia a repelerse por igualdad de
cargas.

De esta manera podemos ir armando combinaciones
nucleares, donde también intervienen indirectamente los
electrones superficiales, con su red de campos eléctricos
y los Neutrones, que pueden compartir con ambas configuraciones,
de acuerdo a las distintas necesidades del entramado.

Todo dentro de las teorías convencionales
de cargas, campos, atracción y repulsión.

Como se observa, se ha prescindido del aporte de
neo partículas, con extraños nombres y cualidades,
nacidas de una necesidad teórica circunstancial, que luego
devino en establecida. Insistimos: a nuestro criterio existen
solo dos partículas elementales: Electrón y
Protón.

El resto, como veremos en su momento, son
configuraciones de partículas o segmentos de ellas
obligados a recombinarse bajo la fuerza de los impactos en los
aceleradores y colisionadores.

Postulado: todas las partículas
inestables salidas de los procesos de choque en los aceleradores
no deben ser consideradas legítimas y no pueden ser
utilizadas para construir teorías acerca de la materia
estable

Todas sin excepción, son de corta vida,
manifiestamente artificiales y que han sido forzadas a intervenir
en las teorías vigentes, obviamente sin alcanzar resultado
final que no se contradiga a sí mismo y con otros procesos
similares.

Cuando se habla de partículas relacionadas
entre sí, en realidad se está hablando de
relaciones de campos, estructuras eléctricas y
magnéticas, las únicas con capacidad de ir
construyendo configuraciones en lo que será
Núcleos, Átomos, Moléculas y Cristales.

La moderna tendencia a adjudicarles esta
capacidad a supuestas partículas de intercambio, ha
obligado a idear recurrentemente otras novísimas, para
cubrir los huecos de la teoría.

Esta situación perdura todavía en
estos momentos, donde se han puesto todas las esperanzas en una
búsqueda específica, que todavía sin
terminar, ya anuncia la necesidad de otras exploraciones y la
postulación de otros campos y dimensiones también
novísimos y múltiples.

Vemos que lo que en principio era una
solución manejable, la de no ocuparse de la real forma de
las partículas básicas, que llevó a buscar
fuera de ellas, en otras partículas teorizadas, funciones
que solo competían a las primeras, nos ha llevado a este
camino sin salida.

Es una situación idéntica al deudor
de un crédito, que recurre a otro crédito y luego a
un tercero y así hasta el infinito, cuando debió
revisar a tiempo las razones de su primer conflicto.

Cuando se examinan las teorías vigentes de
conformación de Núcleos y Átomos, vemos que
se ha relegado o negado, la participación de los campos
eléctricos y magnéticos propios de las
partículas, lo que sería el equivalente a intentar
armar un mueble complejo sin pegamento, clavos o tornillos.

Postulado: los Núcleos y Átomos
dependen exclusivamente de los campos eléctricos y
magnéticos de Electrones y Protones, para estructurar,
consolidar y mantener sus configuraciones.

Postulado: estas configuraciones son estables
en condiciones de ausencia de radiación exterior o choques
energéticos y en sus combinaciones no intervienen fuerzas
o partículas de intercambio

Entre Electrón Anular y Protón
Multianular existen diferencias de grado que intentaremos
analizar:

Diámetro

Conformación de anillos/espiras

Campos eléctricos y
magnéticos

Masa y Gravedad propia

Eje de giro. Espín

Diámetro

La relación de diámetro entre ambos
es de 600, lo que en principio define su posición en el
átomo. El electrón en la periferia y el
protón en el núcleo.

Al mismo tiempo, esta diferencia determina la
preponderancia de uno u otro campo.

En el electrón predomina el campo
eléctrico, necesario para establecer configuraciones
dentro del átomo y fuera de él.

En el Protón, es el campo magnético
el que toma preponderancia.

Estas diferencias resultan de la forma desplegada
o concentrada de sus anillos/espiras y determina
básicamente el comportamiento de una u otra
partícula.

Campo eléctrico y
magnético

Estas dos propiedades inseparables de las
partículas elementales, fueron declaradas
"intrínsecas", al resultar imposible revelar su
procedencia.

De acuerdo con las convenciones establecidas, el
movimiento electrónico en los conductores, con sus campos
respectivos, es lo que denominamos electricidad,
denominación que no aclara mucho.

Si a esta indefinición se le agrega que,
en el caso del Electrón Anular y Protón
Multianular, estos campos ya aparecen, en ausencia de
desplazamiento vectorial de la partícula y como
consecuencia del giro del anillo, tenemos entre las manos que, en
realidad esta denominada electricidad es producto del movimiento
de los cuantos, en forma coordinada y anular.

Nuestra investigación debe detenerse en
este punto, hasta tanto surja la eventualidad de precisar la
naturaleza del cuanto, que como se indicó, constituye la
frontera entre la nube básica potencial y la materia.

Pero no lo declaremos "Intrínseco",
siguiendo la premisa que más temprano o más tarde,
encontraremos una vía para aclarar el dilema.

Hemos visto las consecuencias negativas de poner
sellos a las cuestiones sin definir.

Masa y gravedad en
Electrón y Protón

Como se vio, la masa del electrón
está determinada por el giro de su anillo, de única
espira, velocidad C

En el Protón, por el giro del conjunto de
sus múltiples anillos/espiras

Ambas masas responden a sus respectivos
diámetros y cantidad de anillos/espiras.

Resulta evidente que este nuevo concepto acerca
de la generación de Masas y Gravedad, por medio de las
partículas elementales, deberá ser sometido a un
riguroso análisis, aún cuando su comparación
con otras propuestas existentes, de estructura formal y sin
adecuación a la realidad física, lo colocan en una
situación de privilegio.

Ya hemos visto como se aclara la diferencia de
masa entre el Neutrón y la sumatoria de Electrón-
Protón en relación a las velocidades de giro de las
partículas y que constituye en sí misma una prueba
de la postulación de Masa Inercial presentada.

Y en cierta manera, replantearán las
discusiones que ya llevan casi dos siglos acerca de las
propiedades inusuales de los giróscopos, aún los
macro giróscopos.

Con mayor razón en este caso, donde la
materia está en el punto primero de manifestación y
sin pérdidas de eficiencia, por ejemplo, a causa de
pérdidas físicas que retarden sus movimientos.

Postulado: el efecto giróscopo de las
partículas elementales, Electrón Anular y
Protón Multianular, es el origen de la formación de
Masa Inercial y Gravedad parcializada

Postulado: tanto la Masa Inercial como la
Gravedad, son en su origen, manifestaciones individuales del
Átomo, que por sumatoria forman los campos de fuerzas
conocidos

Postulado: La Masa Inercial está
íntimamente asociada al giro de los anillos, tanto del
Electrón Anular, como del Protón
Multianular.

No hay Masa cuando este movimiento cesa, por
expulsión de segmentos, en los mismos, o por impacto de
partículas en los aceleradores

Postulado: la inexistencia,
disminución o excesos de Masa Inercial en las
partículas que se originan en los aceleradores, es
consecuencia de los impactos recibidos pos las mismas y por lo
tanto efímera

Casi desde el descubrimiento del
giróscopo, este extraño mecanismo ha suscitado
controversias, dado que su comportamiento excede las leyes
físicas aceptadas.

Los datos experimentales han demostrado
disminución de peso y dificultades para sacarlo de su eje
de giro, al cual vuelve recurrentemente.

Los teóricos han negado,
teóricamente, por supuesto y han arrinconado en un
desván estas inusuales propiedades, que por otra parte, se
usan regularmente en dispositivos de todo tipo, incluidos
juguetes.

Es que hay algo allí que desafía la
compresión analítica convencional.

Cuando el giróscopo es, como en nuestro
caso, una partícula elemental, allí se manifiesta
en toda su potencia y brotan de su galera de mago la Masa y la
Gravedad.

En este caso, al igual que en el fenómeno
de Resonancia Eléctrica aplicado a las partículas
elementales, es evidente que entran en juego comportamientos
inviables a escala macroscópica.

De allí que se requiera un profundo cambio
en la orientación de la investigación, a los
efectos de reconocer adecuadamente estas inusuales
propiedades.

Por otra parte, la posibilidad de resolver estas
cuestiones decisivas para la correcta comprensión de la
Energía y Materia, motiva al investigador que desea
realmente arribar a soluciones que reúnan elegancia,
simplicidad y consistencia en sus logros.

El Espín

Este concepto que comenzó como un
resultado abstracto de una formulación matemática y
cuyo carácter se acentuó al utilizarse expresiones
tales como Epsín ½, por ej., ha entrado sin embargo
dentro del terreno material al recurrir al modelo de las
partículas anulares rotativas, cuyo eje de giro define la
posición del Espín y sus campos magnéticos
le otorgan su perfil de indicador de polaridad en tal
sentido.

La contradicción existente en ser
resistida su interpretación como entidad real y su
utilización de carácter práctico en
dispositivos que utilizan su capacidad de orientación
magnética, ha llegado a su fin.

El Espín tiene existencia
física.

Su introducción en la teoría de
orbitales para admitir dos electrones por órbita, ha
perdido su razón de ser, pero no por ello cesará su
empleo en otros terrenos.

A su vez, admitida la realidad física del
Espín, esta puede utilizarse como evidencia para confirmar
las teorías presentadas del Electrón Anular y
Protón Multianular giratorios, dado que un argumento es
inseparable del otro.

Postulado: el Espín es un efecto real,
que responde al giro de las partículas elementales sobre
su eje y está definido por la convergencia del campo
magnético de dichas partículas sobre dicho
eje.

El Protón Multianular tiene su
Espín mucho más concentrado, definido e intenso que
el electrón Anular y ha posibilitado su empleo en
sofisticados dispositivos, tanto en investigación como en
usos cotidianos, en medicina nuclear y la industria.

Ambos espines, cuya existencia material se
negaba, debido a las dificultades para incluirlo en la
teoría del electrón y protón puntuales,
obtienen así su reconocimiento como ente material, parte
indisoluble del concepto de Electrón Anular y
Protón Multianular.

A su vez, debe incorporarse esta existencia
física en el estudio de la comprensión de las
propiedades magnéticas de los elementos, tanto
diamagnéticos como paramagnéticos, que están
basadas en la alineación o no de dichos espines, dentro
del material.

Tenemos entonces otra consecuencia derivada de
este proceso deductivo: el Espín es la causa subyacente en
la generación de las cualidades magnéticas de los
elementos y su diferenciación.

El Núcleo

Acostumbrados como estamos analizar por separado
los elementos integrantes del átomo, hemos perdido de
vista al conjunto, y con el, su rol en la construcción de
la materia.

Cuando decimos, por ejemplo, que cada
átomo está muy separado físicamente de otros
similares, en realidad estamos negando implícitamente su
conexión, que existe sin ninguna duda, cualquiera que su
forma y cualidades.

La naturaleza, en su complejísimo
desarrollo, presenta particularidades, como es el caso del
conjunto atómico, al que la investigación humana no
ha hecho, por el momento, otra cosa que inspeccionar desde la
superficie.

Es cierto que solo ha pasado un poco más
de un siglo desde el momento en que comenzó el impetuoso
desarrollo nuclear y atómico.

Pero es real que este progreso indefectiblemente
ha ido derivando por caminos diversos, con distinto grado de
suerte; acumulando detritus y material que ha perdido vigencia y
que requiere de un plan adecuado para llevar a cabo tareas de
reordenamiento y limpieza.

Esta es la tarea que nos hemos impuesto.

En este momento, no existe tal plan al no existir
una teoría de conjunto válida, universal, simple y
libre de contradicciones.

Tenemos que admitirlo. Estamos ante el mismo
panorama que enfrentó Copérnico.

Los cielos estaban allí, la
descripción de las razones por las cuales ejecutaban su
danza eterna, establecidas en teorías a lo largo de 1400
años, desde Ptolomeo, ya parecían inconmovibles a
los ojos de la ortodoxia, hasta que la visión de un
pequeño conjunto de hombres, dio al traste con la
seguridad científica, que por supuesto no era tal.

Para poder llevar a cabo lo antedicho, nos
tenemos que ocupar en este apartado, del Núcleo y su
complejidad.

El Núcleo contiene las partículas
pesadas, destinadas a ejercer una función de contrapeso
del sistema, un ancla que, a través de sus propiedades:
Masa, Carga, Campo eléctrico y Magnético,
Espín, Gravedad, etc., y su relación con sus
electrones, externos y nucleares, comisionados para el enlace con
otras partículas, forme la trama de la materia.

En este punto conviene retomar algo ya planteado,
considerando que a nuestro juicio podrá promover la
reconsideración de la Tabla Periódica.

Nos referimos a que la postulación del
Electrón Anular modifica necesariamente la
descripción del Núcleo.

Como se dijo, el Neutrón está
compuesto de dos partículas, el Protón Multianular
y el Electrón Anular. Esto ya ha sido admitido y estudiado
en Física Cuántica, con relación al
protón y electrón puntual.

La novedad es que siendo el Electrón
Anular, de diámetro 600 mayor al Protón, obviamente
es exterior a él y se extiende fuera del Núcleo,
entrando en la zona de los Electrones Anulares periféricos
y compartiendo con estos la estructura electromagnética
responsable de las propiedades físico-químicas del
Átomo y de su relación con otros átomos,

Para cualquiera que intente responder a algunas
particularidades de la ordenación de los elementos de la
Tabla Periódica, como por ejemplo, la dificultad de
entender como la diferencia de un solo electrón entre
elementos adyacentes produce comportamientos tan
disímiles, la incorporación del postulado de la
existencia de electrones adicionales, puede colaborar con esta
explicación, toda vez que ahora el ordenamiento
encontraría una diferencia mayor y un mecanismo no
contemplado hasta el momento, producto de la sumatoria de
electrones que integran la combinación
neutrónica.

Conviene destacar que el comportamiento
químico no se vería alterado, pues los electrones
nucleares no pueden abandonar la estructura del átomo,
excepto en los casos de emisión espontánea, o
compartir estructura con otros átomos, a diferencia de los
tradicionales, que sí lo hacen.

En este mismo camino, introduciremos otro
elemento de análisis.

Dado que esta nueva interpretación de la
estructura electrónica obliga a estudiar nuevamente la
Tabla Periódica, que a primera vista está
firmemente establecida como pilar de la comprensión
atómica, debemos preguntarnos si es real que los distintos
elementos, siguiendo al Hidrógeno, tengan la cantidad de
electrones y nucleones que hemos admitido.

Sabemos que la relación entre ellos sigue
una escala progresiva, pero tal escala puede ser de más de
un escalón.

No existe ningún impedimento a la
admisión de la existencia de más de un
electrón y un protón en el Hidrógeno y las
consecuencias que se derivan de ello en el resto de la tabla.

Solo debemos mantener la escala, que por otra
parte tiene irregularidades, que no por admitidas son explicables
coherentemente en el actual ordenamiento.

Postulado: el actual ordenamiento de la Tabla
Periódica de los Elementos debe ser revisado a la luz de
la nueva interpretación del Neutrón y su
Electrón Anular acompañante

Postulado: el actual ordenamiento que admite
su inicio en el Hidrógeno y su único
electrón y protón, debe ser analizado a los efectos
de definir si este primer elemento consta de más
componentes

En realidad, la diferencia entre elementos
podría ser de uno, dos, seis, dieciocho electrones y sus
correspondientes protones.

En principio, la nueva interpretación de
los electrones neutrónicos introducirá cambios.

Volviendo a nuestro ejemplo del Oxígeno,
tendríamos ahora 16 Electrones y 16 Protones y comparado
con su vecino el Nitrógeno, de 14 Electrones y 14
Protones, la diferencia vendría a ser de 2 Electrones y 2
Protones.

Si añadimos la reconocida tendencia a
forma moléculas dobles, tanto en el Oxígeno, como
en otros elementos, la diferencia aumentaría a cuatro,
pues esta predisposición quizás indique algo
más importante que un comportamiento ocasional.

Dejamos el interrogante abierto, a la espera que
provoque el suficiente malestar en la aceptación de la
Tabla Periódica y que obligue a revisarla, para convalidar
o no, una modificación de la estructura y ordenamiento de
la misma.

La Naturaleza está lejos de entregarnos
sus secretos.

Es una petulancia de nuestra parte pretender
adjudicarle leyes que son producto de las ideas predominantes de
una época, que dejarán de serlo a la vuelta de los
años.

Es por ello decisivo tratar de interpretar a
conciencia sus reglas y no las leyes que nosotros hemos creados
en su lugar, intentando descifrarla, sospechosas de
parcialidad.

El Núcleo quizás no sea lo que
nosotros damos por supuesto en estos momentos.

Quizás tenga alguna dosis de lo que se
admite como conciencia.

Su constitución solo ha sido puesta a
prueba por medio de impactos que obligan a responder en
consecuencia.

No hay ninguna sutileza en el interrogatorio
físico.

Quizás exista otro medio.

Un mecanismo de observación de lo
infinitamente pequeño adecuado a la sutileza de la
investigación.

Esta tendencia a buscar la comprensión de
los mecanismos elementales empleando cañones cada vez
más potentes debe cesar en algún momento.

Mantengamos abierta nuestra mente, pues las
respuestas, lógicamente parciales, pueden acudir
sorpresivamente, pero solo serán aprovechables si
mantenemos un enfoque y vigilia adecuados.

En este punto debemos referirnos a un par de
hechos que sorprenden al observador crítico.

Después de renegar de corrientes
filosóficas tales como el Pitagorismo y Platonismo, en
aras de una supuesta modernidad, una ligera inspección de
nuestros tratados de Física Cuántica, muestran, sin
duda alguna, que estas dominan a sus anchas esta ciencia

Los esquemas platónicos y
pitagóricos, basados en los sólidos regulares y el
poder del número, son la base de la Física
Cuántica.

Es más, no podría existir sin
ellos.

En los últimos años, con el
desarrollo de modernos métodos de microscopía
directa y computarizada, se han encontrado cada vez más
evidencias que las formas reales de las moléculas distan
mucho de ser lo que convencionalmente se ha admitido.

Sus formas se alejan de lo geométrico y se
acercan a lo biológico.

El lenguaje críptico de los físicos
abunda en casos donde los fenómenos son definidos por
números, como si los mismos tuvieran entidad propia,
olvidando que en definitiva son convenciones adoptadas para
facilitar la comunicación.

Y que una vez convertidos en moneda corriente, se
pierde de vista que fueron solo un recurso y no un concepto.

Y un concepto deformante, pues ha llevado a
suplantar la descripción de la naturaleza por entidades
abstractas.

En particular, esta situación toma estado
crítico en las nuevas hornadas de estudiantes, a los que
se les transfieren los códigos, sin referencia a su
carácter de meras herramientas.

Con lo que se limita la posibilidad de
jerarquizar el pensamiento, en detrimento del desarrollo de la
propia Física.

Aún reconociendo que el aumento
exponencial de los conocimientos obliga, en cierta manera a
recurrir a atajos y simplificaciones, deberíamos tener
presente la deformación intelectual que se produce y
alertar sobre sus consecuencias.

Efecto similar pero más complejo
aún nos sucede con el Tiempo.

La mejor definición de este, es que es
solo el punto de encuentro entre el pasado y el futuro.

No existe el Tiempo como entidad real,
física. Es solo una medida de un suceso. Y una medida
convencional, humana.

Sin embargo, desde los desarrollos de la
Relatividad, se ha hecho norma considerarlo como algo tangible,
una nueva dimensión.

Incorporado a las expresiones matemáticas,
como un auxiliar que define situaciones, se convirtió, por
uso y costumbre, en algo corpóreo y sustancial.

Hasta hubo astrofísico de renombre que
plantó la teoría que la Materia podía
provenir del Tiempo.

Y las consecuencias están a la vista. Ya
es un lugar común mencionar al Espacio Tiempo como
categoría natural.

O poblar el Universo de multitud de Espacios y
Tiempos, a criterio del teórico de turno.

Será difícil revertir este
escenario, aún cuando se tenga conciencia del problema a
corregir.

Seguramente los hipotéticos lectores de
este trabajo encontrarán en él numerosos elementos
de desconcierto y confusión, dado el criterio reinante de
aceptar sin crítica toda teoría, por absurda que
sea, que respalde la orientación actual de la
Física Cuántica.

Creemos, sin embargo, que contribuirá, en
alguna medida, a generar conciencia del punto de
transición en que nos encontramos, para evitar, si ello es
posible, que ocurra en Física lo que está
aconteciendo con la Economía Mundial.

Resumiendo:

Esta somera descripción de algunas de las
cuestiones fundamentales relacionadas con el Protón,
Neutrón, Núcleo y Átomo, que será
ampliada y fundada en próximos trabajos, unida al ya
presentado sobre el Electrón Anular, muestra, a nuestro
juicio, que existe otro camino de interpretación de los
fenómenos básicos de Naturaleza.

Recordemos el resumen del artículo
anterior:

El Cuanto de Planck, el
Electrón Anular y Fotones.

La verdadera conformación de la primera
partícula elemental

La realidad física del Cuanto de
Planck

El origen del Fotón

La realidad material del Espín

El origen de la Masa Inercial

El origen de la Gravedad

Los mecanismos de emisión y
absorción de energía por el Electrón
Anular

La determinación del campo de
actuación de los fotones dividido en Alta y Baja
energía

La relación inversa entre energía y
Cuantos de Planck: a mayor cantidad de cuantos, menor
energía.

El proceso de formación de irradiaciones
de Baja frecuencia a partir de radiaciones de Alta frecuencia

La relación Electrón Anular /
Protón

La llamada dualidad de las partículas

El mecanismo de creación de las
partículas artificiales

La quimera de la Antimateria

A lo que agregamos en esta 2da parte

 

La forma del Protón Multianular

El reconocimiento de la realidad del Epsín
Protónico

El mecanismo de anulación del rechazo de
cargas en los Protones

La explicación del defecto de Masa del
Neutrón

La irrealidad de la llamada Fuerza Fuerte
Nuclear

La irrealidad de la llamada Fuerza Débil
Nuclear

La existencia de los Electrones Anulares
Nucleares

El origen de la Energía

La necesidad de reformular la Tabla
Periódica de los elementos

El error de interpretación de las
partículas artificiales que emergen de los
aceleradores

La errónea interpretación del
concepto del Tiempo

El mecanismo de disociación del
Neutrón y la emisión de partículas Beta

El efecto Giróscopo en las
partículas elementales

La intervención de los Electrones
Nucleares en el tramado de la Materia

Con la idea de destacar adecuadamente el cambio
de escenario que propone esta presentación, volveremos a
puntualizar el origen del cual partimos.

En la actualidad la Física Cuántica
ha decidido describir como intrínsecas las propiedades
básicas del Electrón y el Protón, ante su
impotencia por resolver estos enigmas.

Cuestiones tales como campos eléctricos y
magnéticos, Espín, Carga, Masa, tamaño,
etc., que existen en el origen de las partículas, no
pueden ser deducidas de las fórmulas pertinentes y de
allí la tendencia a ser declaradas como aparecidas de la
nada.

Como contrapartida, todas esta propiedades han
podido ser derivadas en pasos sucesivos, a partir de aceptar la
nueva forma del Electrón Anular y el Protón
Multianular.

Con excepción de la primera
postulación: la constitución del anillo
electrónico, compuesto por Cuantos de Planck, entidad
todavía de origen nebuloso, el resto puede ser analizado y
probado utilizando los mecanismos existentes tanto en
Física Clásica como Cuántica, en preferencia
la primera.

Por primera vez en casi un siglo se presenta un
desarrollo que sugiere con gran fuerza volver a los
orígenes de la Física, para encontrar allí
las claves perdidas.

Somos conscientes de nuestra audacia en pretender
que nuestros argumentos puedan perforar la cerrada defensa que de
la Física Cuántica llevan adelante la casi
totalidad de los físicos contemporáneos.

Sin embargo estamos absolutamente convencidos que
esta se encuentra, en lo que a teoría básica de las
partículas elementales se refiere, en un callejón
sin salida.

En breve se presentará la 3ra parte: El
Átomo, la Energía, la Materia

Este trabajo se difunde bajo los términos
de

Creative Commos Attribution 3.0

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Representación esquemática del
Protón Multianular y Neutrón.

Solo está representada una espira, con su
correspondiente Campo Magnético y Eléctrico, el
Epsín, con un sentido de giro arbitrario y los
correspondientes electrones. En este caso el Electrón
Nuclear pasa a través de la concentración de los
campos magnéticos.

No poseemos, por ahora, indicio de su
ubicación correcta.

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Representación posible de un Átomo
de Oxígeno, del cual solo se muestra la mitad, un solo
anillo, por simplificación esquemática. Aquí
se puede ver la forma en que se intercalan los Neutrones entre
los Protones, para compensar las cargas de los mismos y asegurar
la debida fortaleza al conjunto. Como se puede observar, se
muestran los electrones Nucleares, pasando por un lugar central
del Neutrón, no precisado.

No están indicados los campos
eléctricos de los Protones y Neutrones, ni los
Espines.

Recordemos que de acuerdo a nuestra
teoría, el Oxígeno tiene 16 Protones Multianulares
y 16 Electrones Anulares, organizados en dos anillos.

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El diagrama esquemático que se muestra
intenta explicar una de las posibles combinaciones entre
Protón y Neutrón, dentro del Núcleo.

Como se ha indicado, los polos de los Protones se
alinean en función de sus orientaciones magnéticas
complementarias.

La existencia de por lo menos una cantidad igual
de Protones y Neutrones indica que estos juegan un papel decisivo
en la estructuración y consolidación del
Núcleo.

La interposición del Neutrón entre
dos Protones permitiría mejorar esta organización,
toda vez que por el medio del mismo debe pasar el Electrón
Nuclear que lo acompaña, y que neutraliza la carga del
Neutrón.

De la misma manera contribuye a eliminar o
disminuir la carga eléctrica entre Protones.

No están indicados los Espines, que siguen
la línea de concentración de los campos
magnéticos.

 

 

 

Autor:

Juan Carlos Bianchi

Investigador

Mar del Plata, Argentina

Partes: 1, 2
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