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Varona: cultura económica y educación (página 2)



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Hoy que la ciencia y
el
conocimiento se han convertido en el principal recurso
económico, esta idea resulta de gran importancia para que
los jóvenes entiendan la tarea del momento y los esfuerzos
de la Revolución
Cubana por perfeccionar el sistema
educativo y desarrollar la cultura
general integral, lo cual tiene como fundamento la unidad del
desarrollo
económico y social que se presenta como una regularidad en
el pensamiento
revolucionario cubano.

La comprensión por Varona de los nexos entre Economía y Política, le
permitió entender la contradicción fundamental de
la sociedad
colonial cubana, ya que según él la política
colonial de España
obstruía el buen desenvolvimiento de la economía, al mismo
tiempo deja
claro que la grave situación económica
conducía a males sociales como el bandolerismo, el bajo
nivel de vida, entre otros. Sin embargo, sus limitaciones de
clase no le
permitieron ver en aquel entonces que el bandolerismo y otros
males sociales no se eliminan con mejores leyes y buenas
intenciones, sino cambiando la estructura
socioeconómica que los favorece.

Uno de los análisis económicos de Varona
más estudiado y difundido es su valoración acerca
del imperialismo.

En la polémica que se desarrolla en Cuba en las
primeras décadas del siglo XX acerca del imperialismo,
aparece uno de los ensayos
más difundidos y conocidos de Enrique J. Varona: "El
imperialismo a la luz de la
sociología", conferencia
pronunciada en la Universidad de La
Habana el 11 de enero de 1905.

A partir de entonces se desarrolla en Varona una línea
de pensamiento que lo conduce a la cabal comprensión de la
esencia de las relaciones de dependencia impuestas por Estados Unidos a
Cuba, que lo diferencia de los demás ideólogos de
la burguesía nacional.

En esta conferencia Varona ofrece la siguiente
definición de imperialismo:

"Debemos entender (…) por imperialismo la forma de
crecimiento o integración de un grupo humano,
cuando llega expresamente a tener forma de dominación
política, sobre otros grupos diversos,
de distinto origen, próximos o distantes del núcleo
principal."[1] Posteriormente plantea: "Cuando un
pueblo ha llegado a ciertas condiciones sociales no se limita a
extender el radio de su
acción
en la forma de su antigua organización, a depósitos
comerciales colocados a gran distancia del territorio nacional o
de la metrópoli: acompaña por lo general, al
fenómeno de expansión, el de la dominación
política".[2]

Plantea tres condiciones indispensables que permiten a un
pueblo desarrollar con éxito
su expansión y construir el imperialismo:

Bajo las influencias del positivismo,
en su análisis del imperialismo toma un punto de partida
equivocado: el crecimiento demográfico. Varona considera
que un país llega al imperialismo como un resultado
natural del desarrollo
social, es para él también una consecuencia
natural que un pueblo al llegar a determinadas condiciones
sociales extienda su radio de acción, buscó sus
gérmenes en el debilitamiento o fortaleza natural de los
hombres, este punto de vista no le permitió ver que el
imperialismo es una fase superior del capitalismo a
que se llega producto del
desarrollo de las fuerzas productivas.

A pesar de ello, en el pensamiento de Varona el desarrollo
económico es asumido en su interacción con el desarrollo cultural,
pudo apreciar la relación existente entre el poderío
comercial e industrial, para él, con una industria
desarrollada se pueden transformar las materias primas y disponer
de grandes capitales circulantes.

Uno de sus méritos fundamentales fue advertir que se
avecinaba una nueva forma de dominación, a pesar de que no
pudo establecer las diferencias entre colonialismo y
neocolonialismo, como formas de dominación imperial.

Para él era un problema futuro la penetración
del imperialismo, por tal motivo había que estar alerta
pues esa relación podía afectar la nacionalidad,
por lo que se podía aprovechar la expansión
económica norteamericana para lograr el desarrollo en el
presente que se vive, sin embargo le aterraba el futuro, le
asustaba y por eso planteaba que era "necesario que no seamos
nosotros una línea de menor resistencia."
[3]

"…Para los países vecinos de la Unión
Americana tiene importancia extrema conocer el fenómeno y
darse cuenta de su magnitud. Ningún pueblo más
interesado que el nuestro en este estudio, porque nosotros nos
encontramos precisamente con haber servido para la primera
demostración,…de la forma que ha tomado la
expansión americana en el cerebro de sus
estadistas actuales."[4]

De enorme importancia y de gran vigencia es esta conferencia,
donde Varona plantea: "Esa inmensa zona, que se extiende
30° al norte y 30° al sur del Ecuador, es el
gran campo actual de las empresas
coloniales del mundo entero. Los países tropicales son los
que presentan mayores atractivos al espíritu de empresa, y
también la más débil resistencia al
espíritu de expansión. Si, esta hermosa
zona,…ofrece todas las materias primas que necesita y demanda la
gran industria moderna."[5]

Las causas de la expansión imperialista hacia esta
zona, dice que son "de orden social, porque son de orden
esencialmente económico",
[6]dado que
el atraso económico debilita la resistencia a tal
expansión.

Varona critica la
organización económica existente en Cuba en el
momento en que ofrece la conferencia, señalando las
características de una economía subdesarrollada,
importadora de productos
industriales, atrasada, considerando la necesidad de transformar
la organización económica, orientada al incremento
de la población con mejores condiciones de vida,
una producción diversificada con preponderancia
del pequeño productor, favorecido por leyes fiscales para
lograr un equilibrio de
todas las fuerzas sociales. Su posición positivista, su
ideología burguesa y sus errores
metodológicos no le permitieron llegar a comprender en ese
instante que solo transformando radicalmente la estructura
económica se podían lograr sus aspiraciones
sociales, no comprendió la lucha de clases, fuerza motriz
de las transformaciones.

En 1906 después de la guerrita de agosto, Varona
ganó en claridad en su análisis acerca del
fenómeno neocolonial, sus opiniones al respecto se dieron
a conocer en once artículos escritos para "El
Fígaro" y que en 1910 publicara en forma de libro bajo el
título "Mirando en torno", donde
manifiesta su temor de que la intervención se prolongara y
se tornara permanente.

En el artículo "¿Abriremos los ojos?" publicado
el 21 de octubre de 1906,[7] Varona considera que
el marxismo
exagera un hecho cierto "hace depender toda la evolución social del factor
económico"[8], dos aspectos esenciales
debemos señalar al respecto:

  • Varona tuvo contacto con la obra de Marx y Engels.

  • Reconoce que aunque los factores económicos no son
    los únicos están en la base de todos los
    factores aparentes.

Para Varona, "las necesidades económicas y las
actividades que estas ponen en juego, si bien
no constituyen el único motor de los
fenómenos sociales, sí están en la base de
los más aparentes y decisivos"
[9] Este
no es un simple elemento para demostrar que la
articulación del pensamiento revolucionario cubano con el
Marxismo – Leninismo se produce desde posiciones
nacionalistas, patrióticas, independentistas y
antimperialistas. Varona, desde el positivismo, estudió de
forma concreta el peligro que representaba el imperialismo para
la Isla y arribó a una conclusión vital: la
necesidad de defender la propiedad en
manos cubanas.

La evolución en el pensamiento económico de
Varona no solo se aprecia en aceptar el factor económico
como condicionante de los demás factores sociales, sino
además en su análisis histórico –
concreto de la
realidad cubana al señalar que la sociedad cubana casi
exclusivamente agrícola, y que a principios del
siglo XIX los cubanos no tenían el poder político,
por lo que existía una "sociedad mal equilibrada" que
condujo a la insurrección de 1868, al concluir la Guerra de los
Diez Años, según Varona los cubanos perdieron su
supremacía económica y no adquirieron el poder
político, con la Guerra del 95 obtuvieron el poder
político pero no recuperaron el poder
económico.

Es meritorio destacar el papel que desempeña la cultura
y los valores
patrios en la ideología económica de Varona, su
vigencia es tan grande que su pensamiento se erige en un
referente obligado para la obra de la Revolución
Cubana y la actual Batalla de Ideas. En la conferencia "El
imperialismo a la luz de la sociología", Varona plantea…
"Pero yo no entiendo por cultura superior únicamente
la difusión de la
ilustración, que ya es mucho, yo entiendo sobre todo,
la difusión de ese noble y alto sentimiento que eleva
realmente al hombre a su
verdadera dignidad; ese
que hace que los conciudadanos se aproximen
espontáneamente y se unan por las ideas y por el corazón
para una grande obra común…"[10]

Este concepto ya es
bastante amplio y trascendente para la época en que fue
elaborado, vincula la cultura con el desarrollo económico,
Varona considera que para alcanzar el desarrollo es
imprescindible la cultura, la asume como una condición del
desarrollo y entiende el desarrollo como parte de la cultura,
la
educación de los sentimientos y valores,
enfatizando en la dignidad humana y la unidad, valores estos que
forman parte de nuestra historia y tradiciones
patrióticas.

Después de la I Guerra Mundial se
radicaliza aún más, en su artículo "El
imperialismo yankee en Cuba", publicado en 1921 en el
periódico La Discusión, planteó que ya
era inminente el peligro de la dominación económica
de Cuba por EEUU previstas en "El imperialismo a la luz de la
sociología", enuncia todos los actos intervensionistas de
EEUU en Cuba y plantea que estos han sido favorecidos por
erróneos caminos seguidos por los cubanos en
política, por el personalismo, y en lo económico
por no haber sabido "dar forma a una verdadera política
económica" y dice: "Hemos dejado crecer en nuestro
territorio, apenas liberado, algo más peligroso que los
antiguos latifundios: el gigantesco central poseído por
una sociedad de accionistas, dirigidos por un capataz
omnipotente."[11]

"No hemos sabido dar forma a una verdadera política
económica cubana. Tuvimos heroísmo para pelear
contra la fortaleza española; pero no la hemos tenido para
realizar la obra no lenta de nuestra regeneración
económica".[12]

La mayor parte de su vida fue contrario al socialismo,
combatió sus ideas y trató de limitar su influencia
en Cuba, aunque al final de sus días reconoce que la
única salida a nuestros problemas era
el socialismo, cuando en 1930 declara para el diario El
País: "Vamos sin quererlo o queriéndolo hacia
el socialismo"
[13]

Esta declaración constituye el último
peldaño de la evolución político –
ideológica de Varona, quien a pesar de no ser un ferviente
luchador por el socialismo, reconoce que el problema de Cuba no
tiene solución en los marcos de un capitalismo neocolonial
y dependiente, idea que contribuyó a la toma de conciencia de una
verdad tan irrefutable como esa, creando un clima favorable
para el movimiento
obrero y socialista. La importancia de este planteamiento radica
en que aunque no implica una ruptura con su ideología
burguesa, trasciende hasta nuestros días para argumentar
que en Cuba: Patria, Independencia
y Socialismo, forman una tríada difícil de
disolver.

Consideraciones
finales

El pensamiento económico de Enrique J. Varona estuvo
limitado por su posición filosófica positivista,
por sus intereses de clase a favor de la burguesía
nacional y por las condiciones de la época. No obstante
fue profundamente nacionalista, antimperialista, independentista
y revolucionario, dejando profundas huellas en la educación
político – ideológica de los jóvenes
de su tiempo y en las generaciones de cubanos que le sucedieron
en el tiempo.

Como la mayoría de los ideólogos de la
Revolución Cubana estableció un nexo indestructible
entre Economía, Política y Ética. Varona
otorga un papel especial a la Educación como arma
fundamental para el desarrollo económico.

La ideología económica varoniana evoluciona
continuamente hacia posiciones cada vez más radicales que
contribuyen al despertar de la conciencia nacional en los
cubanos, muchas de sus ideas entroncan con el Marxismo Leninismo,
a pesar de no ser marxista, con el ideario martiano y con las
ideas de la actual Revolución Cubana.

La anticipación y visión futurista del ideario
económico de Varona, requiere del estudio y conocimiento
de su obra, la cual es de vital importancia para el
fortalecimiento de la cultura económica del pueblo cubano
y el desarrollo de los valores.

Bibliografía

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pronunciado el 26 de julio de 2003. En Periódico
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Varona E. J. "El talón de Aquiles" En Artículos.
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Varona E.J: El imperialismo a la luz de la sociología.
En Miranda O y Monal Isabel: Pensamiento cubano del Siglo XIX,
Editorial Ciencias Sociales. Tomo II La Habana 2002.

Varona E. J. El imperialismo yankee en Cuba. En Reportero
Americano, San José de Costa Rica, 30 de
enero 1922 N° 26 Tomo III.

Varona E.J. ¿Abriremos los ojos? En Miranda O y Monal
Isabel: Pensamiento cubano del Siglo XIX Editorial Ciencias
Sociales. Tomo II La Habana 20020

 

 

 

Autor:

Dra. C. Olga Rosa Cabrera Elejalde

[1] Varona E.J: El imperialismo a la luz de
la sociología. En Miranda O y Monal Isabel: Pensamiento
cubano del Siglo XIX, Editorial Ciencias Sociales. Tomo II La
Habana 2002 P. 192

[2] Idem

[3] Varona E.J: El imperialismo a la luz de
la sociología. En Miranda O y Monal Isabel: Pensamiento
cubano del Siglo XIX, Editorial Ciencias Sociales. Tomo II La
Habana 2002 P. 192

[4] Idem. P 199

[5] Idem. P196

[6] Idem. P197

[7] Varona E.J: El imperialismo a la luz de
la sociología. En Miranda O y Monal Isabel: Pensamiento
cubano del Siglo XIX, Editorial Ciencias Sociales. Tomo II La
Habana 2002 P. 200

[8] Varona Enrique J. ¿Abriremos los
ojos? En Miranda O y Monal Isabel: Pensamiento cubano del Siglo
XIX, Editorial Ciencias Sociales. Tomo II La Habana 2002 P.
202

[9] Ibídem.

[10] Varona E.J: El imperialismo a la luz de
la sociología. En Miranda O y Monal Isabel: Pensamiento
cubano del Siglo XIX, Editorial Ciencias Sociales. Tomo II La
Habana 2002 P. 201

[11] Varona E. J. "El imperialismo yankee en
Cuba. En Reportero Americano, San José de Costa Rica, 30
de enero 1922 N° 26 Tomo III, P 309

[12] Ibídem.

[13] .Enrique J Varona: Declaraciones a El
País, agosto 20 de 1930. En Pichardo H: Documentos para
la Historia de Cuba. Editorial Ciencias Sociales. La Habana
1970 T III. P,446

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