Conflicto entre intimidad y libertad de expresión en la TV
- Doctrina sobre el derecho a
la intimidad - Efectos
sociales de la televisión - Libertad
de expresión en la TV entredicho - Naturaleza
de la televisión: su carácter masivo, funciones y
efectos - Conclusiones
- Referencias
bibliográficas
Introducción
El presente trabajo
describe el derecho a la libre expresión como fundamental,
ya que es esencial a la lucha para el respeto y
promoción de todos los derechos humanos.
Sin la habilidad de opinar libremente, de denunciar injusticias y
clamar cambios – el hombre
está condenado a la opresión.
La colisión entre estos dos derechos fundamentales, la
intimidad y la libertad de
información, consagrados por la generalidad
de los ordenamientos jurídicos occidentales, es motivo de
permanente análisis por el derecho, por el periodismo y
por la opinión
pública.
Sobre la doctrina en torno a la
libertad de información, nos hemos fijado primero en su
evolución histórica,
señalando etapas que hacen comprensible también su
desarrollo
conceptual.
El conflicto
entre intimidad y la libertad de
expresión en la TV es tema de gran actualidad y
trascendencia, por estar en juego tanto el
respeto a la intimidad de la persona humana,
como el derecho a la libertad de información, base
fáctica del pluralismo sobre el que se sustenta el Estado
democrático, derechos que frecuentemente entran en
colisión.
De allí la necesidad de contar con criterios
uniformes en su resolución, que aún están
ausentes en la experiencia internacional, generándose un
vacío que atenta contra la seguridad
jurídica, sin la cual no puede desarrollarse adecuadamente
la vida humana de relación en una sociedad como
la actual cada vez más globalizada.
En cuanto a los contenidos que forman parte de nuestra
pesquisa, hacemos una valoración de las formas de
resolución del conflicto. Para ello ofrecemos algunos
criterios que permiten una correcta ponderación de los
derechos en disputa.
CAPÍTULO I
Doctrina sobre el
derecho a la intimidad
Es notorio el conflicto existente entre la libertad de
información y el derecho a la intimidad, más
aún si diariamente somos testigos, a través de
programas
periodísticos televisivos, sea de investigación o de espectáculos, que
nos informan sobre la esfera íntima de personajes de
notoriedad pública, como los políticos,
funcionarios públicos, artistas, deportistas, empresarios,
etc., donde se suscitan divergencias en torno a los límites de
la libertad de información y el derecho a la
intimidad.
1.1. Aspectos históricos y
conceptuales:
1.1.1. Evolución e importancia:
Señalamos tres momentos significativos en la
evolución de nuestro concepto, que de
alguna manera definen también su propia
configuración y perfiles.
1.1.2. Antigüedad y medioevo. Los
antecedentes:
Aranguren cree que la intimidad es una construcción moderna, en tanto el hombre antiguo
veía transcurrir su vida toda en el espacio de lo
público, en el ágora, el mercado o la
calle, mientras las viviendas carecían de divisiones. En
efecto, las sociedades
antiguas, de carácter rural y estructura
patriarcal, desconocieron una estera privada en el individuo. Una
cierta concepción colectivizada de la vida afirmaba, ante
todo, el espacio de lo público, en el que se
desenvolvía el trabajo, el
culto y el ocio. Es la cultura
citadina moderna la que admite una cierta reserva en la vida de
las personas.
La sociedad helénica no parece haber hecho
diferencia entre la vida pública y la privada. El
reconocimiento del llamado derecho a la intimidad es consecuencia
de una prolongada evolución, cuyos hitos más
remotos pueden encontrarse recién en la sociedad romana.
Allí se busca un principio privado en oposición a
otro público. Es también en el derecho romano
donde encontramos una protección jurídica del
honor, concepto históricamente ligado a la intimidad y
cuya autonomía sólo se produce
contemporáneamente.
Es con el cristianismo
que el hombre alcanza un estado de
individualidad, donde "…cada hombre singular tiene un
destino personal
independiente…".
La idea de intimidad también tiene alguna
manifestación durante el medioevo. La noción de
persona estuvo presente en la filosofía de la época y la
escolástica distinguió entre sus bienes
externos y aquellos que le son inherentes. Asentaba en el
ascetismo religioso de raíz cristiana, la noción de
persona engendró un espacio para lo íntimo,
enriquecido también por la herencia
grecorromana. Quizá la más notable expresión
de la idea de intimidad en aquella época fue el
reconocimiento de la inviolabilidad del domicilio.
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