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Discurso evaluativo de historia (página 2)




Enviado por Viviana Farías



Partes: 1, 2

Es considerado uno de los precursores del
liberalismo y
fue quien elaboró la teoría
de la separación de poderes.

  • Rosseau

Las ideas políticas
de Rousseau influyeron en gran medida en la Revolución
Francesa, el desarrollo de
las teorías
Republicanas, y el crecimiento del nacionalismo.
Su herencia de
pensador radical y revolucionario está probablemente mejor
expresada en sus dos más célebres frases, una
contenida en El contrato
social
: «El hombre nace
libre, pero en todos lados está encadenado»; la
otra, contenida en su Emilio, o De la Educación:
«El hombre es
bueno por naturaleza», de ahí su idea de la
posibilidad de una educación.

En 1762, la publicación de El
contrato social fue la causa de su expulsión de
Francia,
refugiándose en Neuchatel. Uno de los temas fundamentales
de la obra es la soberanía (tema fundamental de la filosofía occidental de la modernidad). Para
el autor soberanía es sinónimo de voluntad general,
en tanto que sólo la voluntad general del pueblo puede
constituirse en ley. Esta es
indivisible y no puede ser representada. Por lo tanto la
soberanía radica en el todo (el pueblo en su totalidad),
no puede dividirse en partes (como los poderes) y menos
todavía ser representada por un parlamento electo (porque
de esta manera el hombre sería libre solo cuando elige a
sus representantes legisladores, pero después
volvería a ser esclavo). Soberanía y Estado son
términos inseparables, en tanto que el Estado se
mantiene en el poder
soberano. De esta manera para Rousseau el
principio fundador del Estado Moderno debería ser
netamente democrático, ya que el poder soberano solo es
tal, cuando es la expresión de la voluntad general de
todos los ciudadanos de un Estado. La voluntad general del pueblo
es el denominador común de todas las voluntades
particulares. Esto suena algo utópico, pero el autor
contesta diciendo que si entre un grupo de
hombres no hubiera ningún interés
común a todos, que los pueda unir, sería imposible
pensar en la sociedad civil y
menos en un contrato social
fundante de un Estado.

  • Voltaire

Alcanzó la celebridad gracias a sus
escritos literarios y sobre todo filosóficos. Voltaire no ve
oposición entre una sociedad
alienante y un individuo
oprimido, idea defendida por Jean-Jacques Rousseau, sino que cree
en un sentimiento universal e innato de la justicia, que
tiene que reflejarse en las leyes de todas
las sociedades. La
vida en común exige una convención, un «pacto
social» para preservar el interés de cada uno. El
instinto y la razón del individuo le lleva a respetar y
promover tal pacto. El propósito de la moral es
enseñarnos los principios de
esta convivencia fructífera. La labor del hombre es tomar
su destino en sus manos y mejorar su condición mediante
la ciencia y
la técnica, y embellecer su vida gracias a las artes. Como
se ve, su filosofía práctica prescinde de Dios,
aunque Voltaire no es ateo: como el reloj supone el relojero,
el universo
implica la existencia de un «eterno geómetra»
(Voltaire es deísta).

Sin embargo, no cree en la intervención
divina en los asuntos humanos y denuncia el providencialismo en
su cuento
filosófico Cándido o el optimismo (1759).
Fue un ferviente opositor de la Iglesia
católica, símbolo según él de la
intolerancia y de la injusticia. Se empeña en luchar
contra los errores judiciales y en ayudar a sus víctimas.
Voltaire se convierte en el modelo para la
burguesía liberal y anticlerical y en la pesadilla de los
religiosos.

Voltaire ha pasado a la Historia por proporcionar el
concepto de
tolerancia
religiosa. Fue un incansable luchador contra la intolerancia y la
superstición y siempre defendió la convivencia
pacífica entre personas de distintas creencias y religiones.

Sus escritos siempre se caracterizaron por la
llaneza del lenguaje
huyendo de cualquier tipo de grandilocuencia. Maestro de la
ironía, la utilizó siempre para defenderse de sus
enemigos, de los que en ocasiones hacía burla demostrando
en todo momento un finísimo sentido del humor. Conocidas
son sus discrepancias con Montesquieu
acerca del derecho de los pueblos a la guerra, y el
despiadado modo que tenía de referirse a Rousseau,
achacándole sensiblería e hipocresía.

Revolución:

Las revoluciones son una forma particular de
movimiento
social, mediante las cuales algunos sectores subalternos intentan
destruir los aspectos centrales del orden vigente, al que
consideran injusto, y construir uno nuevo. En términos
generales, las revoluciones poseen determinadas
características que las distinguen de otras acciones
colectiva , como las revueltas o las rebeliones. Para que una
acción
colectiva sea considerada revolución, deben estar presentes los
elementos que a continuación se señalan: crisis del
sistema de
dominación, amplia participación de la población, violencia,
sustitución de las autoridades, capacidad para ejercer el
poder, construcción de un nuevo orden.

El
Liberalismo:

Es un sistema filosófico, económico
y de acción política, que
promueve las libertades civiles y el máximo límite
al poder coactivo de los gobiernos sobre las personas; se opone a
cualquier forma de despotismo y es la doctrina en la que se
fundamentan el gobierno
representativo y la democracia
parlamentaria.

  • John Locke

Pensador inglés
considerado como el padre del empirismo y
del liberalismo Moderno.

Su epistemología no cree en la existencia del
innatismo y el determinismo considerando el
conocimiento de origen sensorial, por lo que rechaza la idea
absoluta en favor de la probabilística matemática. Para Locke, el conocimiento
solamente alcanza a las relaciones entre los hechos, al
cómo, no al por qué. Por otra parte cree percibir
una armonía global, apoyado en creencias y supuestos
evidentes por sí mismos, por lo que sus pensamientos
también contienen elementos propios del racionalismo y
el mecanicismo.

Cree en un Dios creador cercano a la
concepción calvinista del gran relojero, basando su
argumentación en nuestra propia existencia y la
imposibilidad de la nada de producir el ser, un Dios tal cual
como lo describe el pensador del racionalismo Descartes en
el Discurso del método en la tercera parte del mismo.
De la esencia divina solamente pueden ser conocidos los accidentes y
sus designios solamente pueden ser advertidos a través de
las leyes naturales.

Trata la religión como un
asunto privado e individual, que afecta solamente a la
relación del hombre con Dios, no a las relaciones
humanas. En virtud de esta privatización el hombre se libera de su
dependencia de la disciplina e
imposiciones eclesiásticas y sustrae la legitimidad
confesional a la autoridad
política, puesto que considera que no hay base
bíblica para un estado cristiano.

Considera la ley natural un decreto divino que
impone la armonía global a través de una
disposición mental (reverencia, temor de Dios, afecto
filial natural, amor al
prójimo), concretada en acciones prohibidas (robar, matar
y en definitiva toda violación de libertad
ajena), que obligan en favor de la convivencia.

  • Ensayo sobre el entendimiento humano

En este tratado, Locke planteó los
fundamentos del conocimiento humano y advirtió su
intención de realizar una «obra moralmente
útil». Concebida en la época de los grandes
descubrimientos científicos (especialmente palpables en
los trabajos de Christiaan Huygens e Isaac Newton),
Locke pensaba que la filosofía tenía que participar
en estos importantes avances, eliminando, por ejemplo, todas las
invenciones y los conceptos inútiles acumulados durante
los siglos anteriores. Según él, las
analogías y las relaciones entre los contenidos del
conocimiento son los elementos que permiten la elaboración
de instrumentos críticos capaces de eliminar los
conocimientos erróneos. Debido a su característico
empirismo analítico, se opuso a las concepciones puramente
mecanicistas y sistemáticas cartesianas y, pese a ser
cuestionado por Gottfried Wilhelm Leibniz, su influencia sobre
los filósofos de la
Ilustración fue considerable.

  • El liberalismo social

Defiende la no intromisión del Estado o de
los colectivos en la conducta privada
de los ciudadanos y en sus relaciones sociales no-mercantiles,
admitiendo grandes cotas de libertad de
expresión y religiosa, los diferentes tipos de
relaciones sociales consentidas, morales, etc.

Esta no intromisión permitiría la
legalización del consumo y
tráfico de drogas, de la
prostitución, la libertad de paso, la no
regulación del matrimonio por
parte del Estado (es decir, éste se reduciría a un
contrato privado como otro cualquiera, pudiendo ser, por tanto,
contratado por cualquier tipo de pareja), la privatización
de la enseñanza o su liberalización (por
medio de métodos
como el cheque
bebé), etc.

Por supuesto, en el liberalismo hay multitud de
corrientes que defienden con mayor o menor entusiasmo diferentes
propuestas.

  • El liberalismo económico

Defiende la no intromisión del Estado en
las relaciones mercantiles entre los ciudadanos (reduciendo los
impuestos a su
mínima expresión y eliminando cualquier
regulación sobre comercio,
producción, etc.), sin dejar de lado la
protección a «débiles» (subsidios de
desempleo,
pensiones públicas, beneficencia pública) o
«fuertes» (aranceles,
subsidios a la producción, etc.). La impopularidad de
reducir a veces la protección de los más
desfavorecidos lleva a los liberales a alegar que resulta
perjudicial también para ellos, porque entorpece el
crecimiento, y reduce las oportunidades de ascenso y el
estímulo a los emprendedores.

  • i) Adam Smith

Establece que el interés personal del
individuo es la fuente del progreso económico y el
bienestar general, considera que el individuo debe tener la
posibilidad de desarrollar dicho poder libremente y sin
obstáculos. Por lo tanto, para él las normas
principales de la política serán la libertad de la
actividad económica individual y la eliminación de
la intervención del Estado. El gobierno sólo debe
tener cuatro deberes: la defensa contra la agresión
extranjera, la
administración de justicia, el sostenimiento de obras
e instituciones
públicas que no son rentables para los particulares y la
defensa de la propiedad
privada. De esta manera Smith establece la necesidad de
existencia del Estado sólo como protector de los derechos naturales del
hombre.

  • El liberalismo político

Inspiró la
organización del Estado de Derecho
durante el siglo XIX e inspira, hoy en día, todas las
medidas que pretenden reducir el papel del Estado en la vida
social o económica de los individuos. Reducir el
número de funcionarios o las trabas burocráticas se
encuentran entre ellas.

Independencia de
Estados Unidos

Desde fines del siglo XVI, Gran Bretaña
había establecido varias colonias en la costa
atlántica de América
del Norte que, si bien se administraban con cierta
autonomía (ya que tenían su asamblea de
representantes), cierto es que el gobierno británico
controlaba el comercio exterior
de las colonias y podía dejar sin efecto las decisiones de
dichas asambleas, pero poco podía cooperar con los colonos
en tiempo de
guerras.

La victoria que obtuvo en la Guerra de los siete
años e incorporación de nuevos territorios,
convenció a la Corona Británica de sancionar una
ley que gravó con impuestos, lo cual afectó a los
interés de los sectores más poderosos de las trece
colonias, que exigieron la derogación de los nuevos
impuestos.

La causa inmediata de la Revolución fue el
injusto trato que Gran Bretaña infligía a los
colonos, pues éstos aportaban riquezas e impuestos a la
metrópoli pero no tenían los medios para
decidir sobre dichos impuestos, por lo que se sentían
marginados y no representados, y comenzaron a organizarse militar
y políticamente.

  • La nueva constitución

Una vez conquistada la independencia
resultó muy complicado poner de acuerdo a todas las
antiguas colonias. En 1787, 55 representantes de las antiguas
colonias se reunieron en Filadelfia con el fin de redactar una
constitución. Se creaba así un
único gobierno federal, con un presidente de la
república y dos cámaras legislativas
(Cámara de Representantes y Senado). Esta
constitución estaba inspirada en los principios de
igualdad y
libertad que defendían los ilustrados franceses y se
configuró como la primera carta magna que
recogía los principios del liberalismo político
estableciendo un régimen republicano y democrático.
La independencia y democracia estadounidense causó un
notable impacto en la opinión y la política de
Europa.

La Revolución
Industrial

A partir de la segunda mitad del siglo XVIII, la
sociedad inglesa protagonizó un proceso que
transformó en modo de vida de las sociedades europeas. Ese
proceso fue la Revolución
industrial, que fue probablemente el acontecimiento
más importante de la historia del mundo y, en todo caso,
desde la invención de la agricultura y
las ciudades.

El despegue industrial estuvo profundamente
relacionado con el aumento del comercio
internacional originado por la expansión colonial y el
predominio inglés en los circuitos
comerciales coloniales más importantes: a partir del siglo
XVIII, Inglaterra se
convirtió en la principal potencia mundial
y organizó un gran imperio comercial.

La industria era
un tipo de actividad económica que requería de
circulación de dinero para
funcionar: era necesario para la instalación de
fábricas, la compra de materias primas y el pago de los
salarios de los
obreros. Por ello la industrialización dependió de
la inversión de los burgueses que
habían acumulado capital a
partir del comercio y el préstamo de dinero a
interés, desde entonces estos capitalistas comenzaron a
hacer inversiones en
la industria. A medida que el negocio crecía,
también aumentaban la riqueza y el prestigio de estos
hombres, que, a su vez, iban cobrando conciencia de ser
un nuevo grupo y de su enorme importancia para el futuro
económico. No sólo compartían una serie de
convicciones económicas, referidas a la libertad para
ejercer sus negocios, sino
que también tenían en común valores de
austeridad y ahorros, muchas veces relacionados con principios
religiosos.

Esto llevó a las potencias y grandes
imperios a entender que la economía funcionaba mejor si se le dejaba
libremente y se le dejaba de aplicar reformas económicas
que frenaban el nuevo sistema. Esto se le llama liberalismo, y se
basa en la libre economía.

La Revolución
Francesa

En términos generales fueron varios los
factores que influyeron en la Revolución: un
régimen monárquico que sucumbiría ante su
propia rigidez en el contexto de un mundo cambiante; el
surgimiento de una clase burguesa
que nació siglos atrás y que había alcanzado
un gran poder el terreno económico y que ahora empezaba a
propugnar el político; el descontento de las clases
populares; la expansión de las nuevas ideas liberales; la
crisis económica que imperó en Francia tras las
malas cosechas y los graves problemas
hacendísticos causados por el apoyo militar a la
independencia de Estados Unidos.
Ésta intervención militar se convertiría en
arma de doble filo, pues, pese a ganar Francia la guerra contra
Gran Bretaña y resarcirse así de la anterior
derrota en la Guerra de los siete años, la hacienda
quedó en bancarrota y con una importante deuda externa.
Los problemas fiscales de la monarquía, junto al ejemplo de democracia
del nuevo Estado emancipado precipitaron los acontecimientos.

Desde el punto de vista político, fueron
fundamentales ideas tales como las expuestas por Voltaire,
Rousseau o Montesquieu (como por ejemplo, los conceptos de
libertad política, de fraternidad y de igualdad, o de
rechazo a una sociedad dividida, o las nuevas teorías
políticas sobre la separación de poderes del
Estado). Todo ello fue rompiendo el prestigio de las
instituciones del Antiguo Régimen y ayudaron a su
desplome.

Desde el punto de vista económico, la
inmanejable deuda del estado fue exacerbada por un sistema de
extrema desigualdad
social y de altos impuestos que los estamentos privilegiados,
nobleza y clero, no tenían obligación de pagar,
pero que sí oprimía al resto de la sociedad. Hubo
un aumento de los gastos del Estado
simultáneo a un descenso de la producción agraria
de terratenientes y los campesinos, lo que produjo una grave
escasez de
alimentos en
los meses precedentes a la Revolución. Las tensiones,
tanto sociales como políticas, mucho tiempo contenidas, se
desataron en una gran crisis económica a consecuencia de
los dos hechos puntuales señalados: la colaboración
interesada de Francia con la causa de la independencia
estadounidense (que ocasionó un gigantesco déficit
fiscal) y el
aumento de los precios
agrícolas.

El conjunto de la población mostraba un
resentimiento generalizado dirigido hacia los privilegios de los
nobles y el dominio de la
vida pública por parte de una ambiciosa clase profesional,
para quien el ejemplo del proceso revolucionario estadounidense
abrió los horizontes de cambio
político.

Conclusión

Llegamos a la conclusión que las
revoluciones francesa e industrial fueron desatadas por la
burguesía industrial. En Inglaterra estaban dadas las
condiciones políticas por eso hubo una revolución
económica. En Francia hubo que hacer primero la
revolución política para aniquilar el poder de la
nobleza. Ambas fueron la base del liberalismo y llevaron al
desarrollo del capitalismo.
La Independencia de Estados Unidos también responde a las
ideas liberales del siglo XVIII.

 

 

 

Autor:

Viviana Farías

Micaela Moukarzel

Fecha de presentación: 15 de mayo de
2009

Partes: 1, 2
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